Te deseo

Unas palabras sobre Gabriel y yo

Según la Real Academia Española de la Lengua la palabra desear tienes tres acepciones diferentes:

Aspirar con vehemencia al conocimiento, posesión o disfrute de algo.

Anhelar que acontezca o deje de acontecer algún suceso.

Sentir apetencia sexual hacia alguien.

Los tres significados me llevan a ti, Gabriel, y lo hacen porque por un lado deseo con vehemencia conocerte más y más, cada rincón de tu alma, también porque deseo poseerte, saber que eres mía, disfrutarte cada segundo, compartiendo contigo todas las pequeñas cosas que puedan sucederte.

Sin duda te anhelo, te echo de menos y no poder haber rozado tu piel, ni besado tu boca a veces me desespera, me siento atrapado pero es tan grande el ansia que tengo de ti que de alguna manera me retroalimenta pensando en la culminación que supondrá estrecharte entre mis brazos sintiendo tu calor. Tengo tantas ganas de tenerte en frente mío que a veces me siento como si me faltara el aire. Pero sé que ese día llegara y que la espera habrá merecido la pena aunque solo sirva para mostrarte todos los sentimientos que has despertado en mí después de un largo letargo.

Para terminar, por supuesto que siento apetencia sexual por ti, por ese cuerpo femenino y seductor que desde que te conocí acompaña todas mis fantasías. Deseo cada rincón de tu piel, poner las manos en tu cintura, notar su suavidad mientras mi mirada se pierde en tus ojos. Deseo contemplar esas que ya considero mis piernas, largas, esbeltas, bien torneadas, suaves y fuertes, que me invitan a explorar todo su recorrido. Deseo besar y morder tus pechos, cuya imagen se ha cincelado en mis entrañas, notar la dureza de tus pezones contra mi cuerpo clamando ser devorados por mi lengua ávida. Deseo beber de tu boca, saboreándote sin prisa, como un catador paladea el mejor de los vinos, entrelazar nuestras lenguas en esa danza milenaria de los besos deseados. Deseo explorar tu sexo, penetrarlo con mis dedos y con mi lengua hasta hacer aparecer la humedad de tu pasión.

Y sin duda deseo poseer ese cuerpo, demostrarte que soy lo suficientemente hombre para llevarte por los rincones más ocultos del placer. Unas veces hacerte el amor y otras follarte salvajemente hasta que nuestros cuerpos queden exhaustos. Deseo montarte y deseo que me montes, deseo estar dentro de ti rozando lo que tanto anhelo, mientras nuestros cuerpos se funden como animales salvajes. Deseo llevarte millones de veces hasta el final y mirar tu cara mientras alcanzas el clímax.

Por último, deseo que una vez satisfecha te recuestes a mi lado, con tu cabeza sobre mi pecho, tu melena negra cayendo sobre mi, me mires y me digas "Te quiero, Juan" y por fin descanses como mi niña preciosa que eres.