Te cuento mi sueño de anoche
Te cuento así un poco cómo recuerdo el sueño de esta noche..Tengo bastantes detalles aunque como en todo sueño hay cosas difusas que al despertar ya no terminas de recordar claramente.
Te cuento así un poco cómo recuerdo el sueño de esta noche..Tengo bastantes detalles aunque como en todo sueño hay cosas difusas que al despertar ya no terminas de recordar claramente.
No recuerdo muy bien cómo empieza todo, solo sé que estábamos en un restaurante (no conozco el sitio, no hemos estado yo creo, será imaginado) y nos habíamos arreglado mucho, íbamos muy elegantes. Llevabas un vestidito negro corto ajustadito, a mitad de muslo más o menos. Lo recuerdo porque estabas en plan juguetona con esa cara de pícara que me pones y mientras sobre la mesa parecías comportarte tan sofisticada, por un lado del mantel me enseñabas una pierna y me mostrabas subiéndote la falda suavemente con la mano, el inicio de tus medias que acababan un poco más arriba de tu falda y que se sujetaban por la silicona del interior de la media y por una pinza que se veía asomar de debajo de tu vestido (eso va a ser por lo que te pregunté el otro día que si habías usado liguero..) Seguimos cenando pero ya estábamos terminando cuando empezaba el sueño. Bebíamos vino rosado (no entiendo..nosotros nunca pedimos vino!) y se acercó el camarero a tomar nota del postre. No sé lo que pedimos, algo para compartir supongo. En cuanto se fue el camarero me dijiste que ibas al aseo y te levantaste. Veía cómo te alejabas porque te miraba contonear el culo, destacas de negro sobre el fondo blanco, pero cuando miraba alrededor no distinguía a nadie. Nuestra mesa era para dos y estábamos sentados uno frente al otro junto a una cristalera. El techo estaba muy alto. Fuera estaba de noche y sólo se veían las luces de una piscina que había un poco más abajo que el suelo donde estábamos nosotros. El resto de comensales parecía que estuvieran de celebración, porque estaban en círculo en mesas grandes. De pronto ya estabas al lado de la mesa y te sentabas sonriéndome. Al momento llegaba el camarero (no recuerdo mirar el plato, por eso no sé lo que pedimos) . Terminamos de cenar y nos íbamos. No recuerdo llegar al coche, sólo de levantarnos y salir detrás de ti (no era ni mi coche ni el tuyo, solo que ya estábamos dentro, no sé qué modelo era) . Conducía y tú estabas como apoyada en el lado derecho de tu asiento, casi contra la puerta, mirándome conducir. Entonces cuando noté que me mirabas me giré y estabas con una cara de enamorada…te pregunté que por qué me mirabas y me decías nada, que te gustaba mirarme lo guapo que iba (hasta en sueños me dices que soy guapo aun sabiendo que todo es fruto de tu amor que distorsiona la realidad). Aparcaba el coche en un garaje (tampoco sé de qué ciudad, para nosotros era lo más normal del mundo en el sueño pero a mí no me suena de nada) y salíamos. No sé si sería nuestra casa pero al momento ya estábamos en una habitación con una gran cama y todo era negro brillante y blanco. Había un cuadro sobre la cama que también era solo negro, blanco y rojo (me gustaba el cuadro, pero no recuerdo ahora como era) . La habitación estaba caliente y la luz era tenue, no deslumbraba pero se veía toda la habitación (no recuerdo nada más de la habitación, ni dónde estaba el armario, ni la ventana ni cómo era la lámpara o si había mesilla, solo la cama, el cuadro y los colores).
Te iba agarrando de la cintura detrás de ti y te daba besitos en el cuello. Tú cerrabas los ojos e inclinabas la cabeza hacia un lado para ponérmelo fácil y suspirabas. Te dabas la vuelta y nos besábamos mientras te acariciaba la espalda con la punta de los dedos de arriba a debajo de tu espalda que dejaba descubierta el vestido. Te ponía la piel de gallina. Una de las veces, en lugar de volver a subir para volver a acariciar tu espalda, bajaba por tus caderas y te traía hacia mí para rozarme contigo. Pasaba las manos por detrás y te apretaba el culo y te empecé a subir la falda poco a poco mientras te besaba el cuello por debajo de la barbilla. Al volver a poner las manos en tu culo noté como un encaje, pero pensé que serían las braguitas. Entonces de un empujoncito me separabas de ti lo suficiente como para poder verte entera. Me mirabas con una cara de controlar la situación que me excitaba. Entonces me di cuenta, al bajar la mirada, de que llevabas un liguero que te cogía las medias y que quedaba por encima de tus braguitas . Me excitó bastante verte con el vestidito subido por la cintura, enseñando el liguero y las medias con los brazos en jarra y tu expresión con esa boquita medio abierta, la cabeza de lado y mirándome en plan sexy. Entonces me señalaste un sillón que había en los pies de la cama y que estaba orientado hacia ella y me hiciste un gesto como ordenándome que me sentara en él (no recuerdo si era un sofá, o una silla, solo sé que era algo para sentarse mirando a la cama) . Te pusiste delante de mí, entre la cama y yo y empezaste a hacerme una especie de striptease para provocarme mientras yo simplemente te miraba desde mi asiento. Te ponías de espaldas y me miradas por encima del hombro, te agachabas para dejarme ver tu culo con esas braguitas, el liguero y esas medias, te subías de rodillas y gateabas de espaldas a mi por la cama…Luego te pusiste de pie y te quitaste el vestido dejándolo caer por tu cuerpo hasta los pies y de una patadita lo tirabas al suelo. Ahí estabas en plan femme fatale sobre la cama, desnuda, con tu liguero y moviéndote provocativa para excitarme. Me levanté para ir a por ti pero me dijiste que dónde iba, que todavía no me tocaba a mí y me volví a sentar. Entonces te quitabas el sujetador…te soltabas el liguero de las medias y te quitabas muy despacito las braguitas. Ahora solo llevabas el liguero atado a la cintura, con los tirantes colgando y las medias. Te sentabas en el filo de la cama con las piernas dobladas y abiertas frente a mí y te empezabas a tocar mirándome fijamente. Se escuchaba cómo sonaba al pasar tus dedos por tu coñito húmedo. Te había excitado tu propio numerito que me habías montado para ponerme cachondo. Enseguida dejaste de poder mirarme porque cerrabas los ojos e inclinabas la cabeza hacia atrás al tiempo que empezabas a soltar unos gemiditos que me volvían loco. Hacías circulitos muy despacio, subiendo y bajando por tu rajita. Metías un dedo y lo humedecías para luego frotarlo contra tu clítoris y gemir de placer. Me estabas poniendo muy nervioso de ver esa escena y yo ahí sentado frente a ti sin tocarte. Pero volviste a abrir los ojos y me hiciste un gesto para que me acercara. Me levanté y me quité la camisa y los zapatos. Solo me quedé con los pantalones frente a ti. Alargué la mano y comencé a tocarte sustituyendo a tu mano, que me agarraba indicándome dónde querías que te tocara y a qué velocidad. Te excitaba usar mi mano para tocarte y a mí me había producido una gran erección desde que habías empezado a desnudarte. Mientras te seguía acariciando, soltaste mi mano y te incorporabas un poco para con las dos manos terminar de desnudarme. Me bajabas los pantalones y los calzoncillos. Iba totalmente rasurado y tú también, no llevábamos ni un pelito. Me cogías la polla con una mano me empezabas a masturbar al mismo tiempo que yo te lo hacía a ti. Empezabas a gemir más fuerte por la excitación de estar dando y recibiendo placer a la vez. En un momento dado tiraste hacia mí y empezaste a chuparme el pene mientras seguías masturbándome (yo creo que la erección la estaba teniendo realmente y los calzoncillos los he mojado seguro) . Te recogía el pelo con una mano y te agarraba por detrás de la cabeza hacia mí. Cuando estaba a punto de correrme, la saqué de tu boca empapada en tu saliva y te tumbé sobre la cama. No costó nada hacer que entrara porque a estas alturas mi pene estaba bien duro y lubricado al igual que tu coñito. Comenzaba a hacértelo despacito mientras te mordisqueaba los pezones, los lamía y los estrujaba entre mis manos. Estaba a punto de correrme pero quería que durara más y te di la vuelta para penetrarte bocabajo. Cuando ya estabas tumbada, me puse de rodillas detrás de ti y con las manos te abrí el culo para dejar visible y bien abierto tu coñito y al tiempo que me inclinaba hacia ti, mi pene duro te penetraba. Y así estuve sacándolo y metiéndolo lentamente hasta el fondo y con cada embestida gemías como una loca y apretabas fuerte las sábanas con las manos como si quisieras arrancarlas y mordías la almohada. Te metí una mano por debajo de tu cuerpo y te empezaba a frotar el clítoris mientras te seguía penetrando, ahora ya tumbado sobre ti, con mi barriga apoyada en tu culo que se contraía cada vez que te penetraba. No parabas de chillar, te encantaba que te lo hiciera así y al notar que te llegaba el orgasmo aceleré un poco el ritmo. Me costaba mantener el pene dentro porque movías tanto la cadera de los espasmos que cada vez que lo sacaba volvía entrar en una y otra dirección frotando todos los rinconcitos internos de tu coñito. Al final te acabaste corriendo y como viste que yo no había terminado, a penas te habías recuperado del orgasmo cuando te diste la vuelta, me tumbaste bocarriba y te sentaste sobre mí, agarrando mi pene erecto e introduciéndolo poco a poco. Todavía se te notaba muy excitada y comenzaste a moverte en círculos y a frotar tu clítoris contra mí. Yo te cogía las tetas mientras tú te apoyabas las manos en mis muslos y me follabas con muchas ganas. Humedecí un pulgar con mi saliva y comencé a frotar tu clítoris aprovechando cada uno de tus vaivenes lo que hizo que volviera a aumentar tu excitación y empezaste a moverte más y más rápido, con movimientos cada vez más enérgicos y gimiendo muy muy fuerte hasta que te corriste de nuevo escuchando tus gemidos. Yo seguía sin correrme pero tus piernas no podían sostenerte más después de tanto esfuerzo y dos orgasmos. Así que te tumbé bocarriba y empecé a besarte para que recuperaras el aliento. Te besaba las mejillas, la frente, los labios, las orejas, el cuello…e iba bajando por tus pechos, tu barriga y me paré para saborear tus jugos. Comencé a besarte con suavidad y poco a poco fui dando pequeñas lamidas a lo que tu cuerpo reaccionaba con pequeños respingos y tu respiración se entrecortaba. Entonces puse los labios en forma de O y me metí todo tu coñito en la boca al tiempo que mi lengua lo recorría de arriba abajo y de abajo a arriba. Cada vez hacía más fuerza con mi lengua y poco a poco fui penetrándote con la puntita más y más hasta donde me alcanzaba. Daba largas y fuertes lamidas y chupaba cada pliegue de tus labios. Me chupé la punta de un dedo y lo empapé bien con tus fluidos antes de comenzar a meterlo un poquito dentro de tu coñito al tiempo que seguía lamiéndote. El dedo entraba sin problemas porque volvías a estar excitada y tu coñito volvía a abrirse así que te di la vuelta y te puse de rodillas en el filo de la cama. Restregué mi pene por tu coñito para humedecerlo bien y puse la puntita en el agujero. Cuando la notaste ahí te retorcías de placer y comenzaste a moverte hacia atrás, empujando la cadera hacia mí para penetrarte. Poco a poco te la fuiste metiendo hasta que la tenías completamente dentro y mis huevos chocaban contra tu clítoris. Te cogí del culo con ambas manos y te lo abrí para ver cómo entraba y salía mi pene de dentro de ti. Lo sacaba entero hasta asomar la punta y lo volvía a meter lentamente. Así hasta que ya no pude más y aceleré el ritmo notando que me venía el orgasmo y chillando de gusto. Cuando noté que me iba a correr la saqué rápido, te di la vuelta y me corrí sobre tu barriga, llenándote de mi semen calentito. Me tumbaba sobre la cama junto a ti, acariciándote, extasiado y….ha sonado la alarma de las 10 y me he llevado un susto..!!