¿Te apetecería ser tú?

Ella vino a un país extranjero a conocer a un completo extraño para que fuera su Maestro… Después de las pruebas iniciales, ella supo que había encontrado lo que estaba buscando durante toda su vida.

¿Te apetecería ser tú?

En España hacía frío durante esa época del año… El cielo fuera de la sala de llegadas del aeropuerto de Barajas era gris oscuro y ella sintió que de alguna manera el tiempo estaba malo… El eslogan ‘ Bienvenida a la soleada España ’ no se correspondía con la realidad del momento.

Dejó que la larga cinta metálica la llevara lentamente hacia el control de pasaportes y aduanas… Al mirar en la pared de espejo, de repente vio su propio reflejo, inmóvil como una estatua... Era evidente que estaba extremadamente tensa, y no sólo por la falta de sueño durante el largo vuelo sino por lo que había venido a buscar y que ahora no había forma de echarse atrás.

Una mujer en uniforme de policía, al final de la cola de verificación de pasaportes, le pidió que la siguiera a una cabina al otro lado de la puerta.

  • "¿Qué pasa?, preguntó mientras trataba de estar tranquila.

La policía de seguridad le indicó que le entregara el único bolso que llevaba y, mientras examinaba su contenido, le hizo algunas preguntas de rutina.

  • "¿Negocios o turismo?"

  • "Turismo."

  • "¿Cuánto tiempo se queda?"

  • "Un mes."

  • "¿Tienes algún otro equipaje?"

  • "No."

Después de una breve pausa, la policía cerro la cremallera del bolso y se le devolvió:

  • "¿Está bien, señorita?... La noto con mala cara."

  • "Es que no dormí y tengo miedo a los aviones."

La policía sonrió y la acompañó hasta la sala de salida.

Por centésima vez, los mismos pensamientos pasaron por su mente.

Miedo a los aviones, claro, pero el verdadero miedo era conocer al hombre que le ha pagado el billete para disfrutar de ella… No sabía siquiera como era y aún le quedaba la esperanza de que no fuese a recogerla y pudiera regresar de inmediato a su casa en el próximo avión.’

  • "¿Eres tú?", escucho por detrás de ella con una voz masculina grave, que la sobresaltó y se volvió para ver quién la había llamado.

Cuando lo vio, se percató que era diferente de lo que esperaba… Era más atractivo que sus anteriores Amos con los que estuvo que era, gordos, calvos y de estatura normal… Éste era muy distinto y mejor a cómo se lo había imaginado durante los últimos dos meses.

El hombre tendría sobre unos 30 años… Parecía atlético… Mediría sobre 1,75 y era muy italiano… Cabello largo y negro recogido en una cola de caballo, ojos castaños profundos, rasgos definitivamente europeos, atuendo informal pero elegante.

Él la estaba mirando directamente a los ojos, con una expresión muy severa... Ella rápidamente evitó su mirada y trató de decir algo, pero él ya había comenzado a hablar de nuevo.

  • "¿Quieres desayunar?", le preguntó.

La pronunciación del ingles era mucho mejor que la de muchos españoles que había oído o conocido en la universidad, pero era algo extraña: una mezcla de inglés británico, inglés americano y algo más.

  • "Sí, por favor… Puedes hablarme en español, sabes que lo entiendo muy bien y hablamos así por webcam en muchas ocasiones”, le respondí.

Ella lo siguió a un pequeño bar, donde compró jugo de piña y croissants para dos, y cuando se sentaron finalmente rompió un silencio cada vez más embarazoso.

  • "Te ves aceptable y me gustas… Tu descripción era correcta y las pruebas médicas que me enviaste por fax dicen que estás limpia... Cuando termine con mi desayuno, iré a buscar mi coche y me iré a mi casa... Esta es tu última oportunidad de volver… Puede cambiar tu billete de vuelta aquí mismo en el aeropuerto y volver esta tarde."

‘Sí, sí’ pensó, tan asustada que no pudo comer nada.

"O puedes seguirme a mi casa y hacer realidad tu sueño de toda la vida y tu necesidad… Serás entrenada, usada y abusada según mi deseo… Tendrás dolor y humillación… Y te garantizo que después de este mes de estar juntos, si ambos decidimos continuar, te convertirás en la mejor esclava de la Tierra… Ambos sabemos que esto es lo que has estado buscando desde hace años, y nunca tendrás otra oportunidad como esta… Te sugiero que no la desperdicies", le dijo claramente, sin vergüenza, haciendo una pausa para beber un poco de zumo mientras algunas personas a su alrededor lo escuchaban todo.

Volvió tranquilamente a su croissant, mientras que la chica sintió que un agarre helado se apoderaba de su estómago.

‘Ostras, esto es real… ¿Qué estoy haciendo aquí?... Este tipo es un maestro sádico... Podría ser un asesino, un criminal... No tengo escapatoria... Ya casi ha terminado’ , murmuró para sí misma.

  • "Si no puedes usar tu cerebro, quizás quieras confiar en tu coño", comentó mirándola directamente a los ojos.

Estaba a punto de decirle algo cuando notó que estaba excitada, muy excitada y pensó:

‘Él sabe lo que siento y necesito pero estoy asustada’

El hombre se limpió los labios con una servilleta de papel, se levantó y, sin siquiera decirle nada, caminó hacia la salida... Ella se levantó de un salto, casi corriendo tras él, arrastrando su bolso.

‘Es sólo un mes… No puede ser tan malo’ , pensó.

Su coche era pequeño pero perfecto para las calles estrechas y concurridas de la ciudad… Tan pronto como entraron al coche, él le pidió que se quitara el abrigo, le esposó las manos a la espalda y luego le volvió a puso el abrigo por encima para que cualquier persona que mirara dentro del coche hubiera visto todo normal.

Le abrochó el cinturón de seguridad y siguió conduciendo, dándole su ‘discurso de bienvenida’ con estas palabras:

"Ahora eres mi esclava... Recuérdalo… Debes hacer lo que yo diga sin dudarlo, y no harás nada más… Toda iniciativa será castigada, pero te será fácil no cometer errores… Recuerda que sólo hay dos cosas que puede hacer… Una, puedes pedirme permiso para ir al baño… Y dos, debes decirme si algún castigo o tortura no te está causando suficiente dolor… Te pondré a prueba en esto y no toleraré ninguna trampa… Esto es todo."

Ella estaba increíblemente excitada… Finalmente iba a ser una esclava como siempre había soñado… Una esclava que no tendrá piedad con ella... Una esclava que sería torturada... Una esclava en una tierra extranjera, incapaz de hablar una palabra del idioma local, totalmente indefensa… Sólo con pensar con todo esto casi se corre.

  • "Sobre tus días conmigo, no haré nada que sea peligroso para tu salud, ni traspasaré los límites que describiste en tu e-mails, pero no tendrás nada más… Recuerda, este no es un juego de fantasía como los que estabas acostumbrada… A partir de ahora ya no eres una persona, sino un objeto, un activo para mi placer… No habrá pausas, palabras seguras, ni treguas... Espero que me obedezcas y si no lo haces, haré lo que sea necesario para que lo hagas… ¿Está claro?", le dijo con seriedad.

Su Amo había hablado… Que contenta estaba… Siguió como siempre sin oponerse a nada de lo que le decía.

  • "Si, Amo", le dijo pensando en que eso era exactamente lo que siempre había deseado.

  • "Sepas que no estás aquí por tu placer, sino solo por el mío… Si eres la mitad de la puta masoquista que dijiste en tus mensajes, probablemente disfrutarás tu estancia aquí… Por regla general, te daré media hora al día para arreglarte… Luego será de tu responsabilidad estar siempre limpia y atractiva para mi disfrute… Tendrás que encontrar el tiempo para eso durante tus deberes, y no toleraré que mi esclava no esté arreglada, ni ninguna tarea realizada incorrectamente", le dijo.

El olor de su sexo goteando era vergonzosamente evidente en el coche… Ella estaba muy caliente.

  • "Hay otra cosa para la que tendrás que encontrar tiempo... Quiero que lleves un diario de tu entrenamiento, que te sugiero que lo escribas por la noche, justo antes de irte a dormir... Anotarás todo, especialmente tus sentimientos… Tal vez lo lea, tal vez no, pero quiero que registres lo que más te lastimó, lo que te dio más placer, lo que sentiste de cada cosa. ¿Está claro?."

  • "Sí."

  • "Serás castigada por esto… Sabes que debes dirigirte a mí como ‘ Maestro ’”, le dijo sonriendo.

  • "Si, Maestro", le respondió ella.

En ese mismo momento se dio cuenta de que sus sueños de castigos y torturas iban a ser tan reales como las esposas que le sujetaban las muñecas.

El coche se detuvo ante una puerta metálico que se abrió electrónicamente, entrando en un pequeño estacionamiento subterráneo debajo de una casa grande que parecía antigua, aunque no pudo estimar cuántos años podría tener.

El hombre estacionó en una zona reservada y salió, acercándose a su puerta y abriéndola para dejarla salir... Él cogió su bolso y caminó rápidamente hacia un ascensor, sin prestar atención a su esclava, como siempre estaba haciendo.

Ella lo siguió en silencio y entró en el ascensor, donde el silencio volvió a llegar a su estómago… Era desconcertante la mirada feroz de este hombre como si fuera un animal y ella no sabía qué hacer, decir o pensar.

Cuando finalmente llegaron a la planta más alta, rápidamente la hizo pasar al interior de la vivienda.

  • "Arrodíllate aquí", le dijo, y ella inmediatamente obedeció mientras él se ocupaba de sus asuntos, escuchaba mensajes incomprensibles en el contestador automático y se cambiaba de ropa.

La casa era cálida y oscura… Aparentemente la casa de un hombre bastante rico… Habían muebles bonitos, muchos libros y un par de ordenadores... Ella sabía que él era un periodista independiente que trabajaba principalmente desde casa, por lo que también era su oficina.

Le quitó las esposas.

  • "Desnúdate", le grito desde detrás de ella y sobresaltándola. Ella lo hizo rápidamente… Luego se quitó su reloj, anillo y collar, hasta que estuvo completamente desnuda, mostrando el cuerpo completamente afeitado.

Sin embargo, el hombre no parecía impresionado al verla desnuda.

  • "Ven a arrodillarte aquí frente a mí, con las manos detrás de la cabeza", le ordenó… Su indiferencia la excitó aún más... Ese era un hombre acostumbrado a tener mujeres desnudas a sus pies.

Ella ya había estado en situaciones similares durante sus experiencias anteriores en su país, pero todos esos hombres habían sido diferentes a él, pues en el momento en que ella estuvo desnuda frente a ellos, estaban sólo buscando follar con ella.

Su nuevo Maestro estaba totalmente indiferente… La estaba mirando como si ella sólo fuera una mesa de café o una alfombra… Ni siquiera podía decir si estaba satisfecho con ella.

  • "Analicemos tu cuerpo empezando desde arriba… Aquí tenemos tu cabeza… Contrariamente a lo que tú sabes, el cerebro que está dentro no está acostumbrado a pensar… Su única función es escuchar mis órdenes y hacer que el resto del cuerpo obedezca... Créeme, romperé tu voluntad, así que es mucho mejor que apagues ese cerebro inútil lo antes posible… Tu existencia será mucho más placentera así”, le dijo acariciando su cabeza como se hace con un perro.

Sus palabras fueron terribles, pero dentro de ella sintió que esto era exactamente lo que había estado buscando todo el tiempo… Sin problemas, decisiones que tomar o roles que encajar… Sabía muy bien lo feliz que era cuando se dejaba llevar y dejaba que otro tomara el control de su vida, y eso era exactamente lo que quería su Amo y Maestro.

  • “En la cabeza también están tus ojos y tu boca… Ya que no eres una persona sino una esclava, de ahora en adelante nunca levantarás la mirada a menos que te lo ordenen, o que te lo exijan tus deberes.”

La chica inmediatamente miró hacia abajo, de alguna manera feliz de no tener que soportar más la mirada de su Amo.

  • "Cuando alguien te hable, sea yo o cualquier otra persona, miras su sexo, aunque esté cubierto, porque eso es lo que estás sirviendo… Recuerda, no me estás sirviendo a mí, estás sirviendo a mi sexo y el de las personas que elegiré para compartirte."

Ella se estremeció, asustada y excitada al mismo tiempo... En sus fantasías más guarras, a menudo había soñado con ser dominada y follada por muchas personas a la vez, y en sus mensajes de correo electrónico su Maestro le había dicho claramente que lo haría.

  • "Tu boca es una cosa completamente diferente... En primer lugar, separa inmediatamente los labios y deja que la mandíbula caiga ligeramente abierta”, le ordenó.

Ella obedeció, sintiéndose un poco tonta.

  • "Debes poner tu boca siempre así porque, como cualquier otro agujero tuyo, debe estar siempre accesible… ' Siempre ' significa que durante tus deberes o mientras te castigo o torturo, siempre te follaré… Si pones la boca cerrada el castigo será más duro."

Ella tragó saliva… Sabía que tener este hábito sería difícil.

  • "Por supuesto que la boca no lo usarás para hablar excepto en los casos que te dije antes… Puedes usarla para gritar cuando sufras dolor, ya que disfruto eso, a menos que te ordene que no lo hagas... Suplicar es, por supuesto, inútil y será castigado... La boca también es tu principal herramienta sexual, porque las mujeres hacen el amor con sus cuerpos, pero las esclavas sirven a sus Amos de esta manera más humillante para ellas... Espero que seas buena en eso, porque me vas a dar mucha boca y no me debes defraudarme.”

Si ella no estuviera tan tensa, habría sonreído al escucharlo… Le encantaba tener una polla dura entre sus labios y mover su lengua para hacerla crecer más y más, hasta que se corrían dentro.

  • "Por cierto, obviamente te tragarás todo el semen que expulse y luego limpiarás todo con la lengua... También te ordenaré que tragues cosas desagradables porque eso lo disfruto mucho y porque el control de esfínteres es la forma máxima de humillación, y quiero que seas buena en eso, incluso rogándomelo que te lo haga."

Ella estaba asustada... Recientemente, un chico la orinó y ella disfrutó de la sensación y la humillación, pero otra esclava, se hizo amiga suya en una fiesta, le dijo que le encantaba beber la orina de su Amo y en algún momento comer algo de su mierda.

  • “Sólo se necesita práctica… Haciendo esto es cómo te sientes realmente la esclava que eres”, le dijo.

Su Maestro prosiguió:

  • "Un poco más hacia abajo tenemos tus tetas… Su función es simplemente ofrecer una gran zona sensible para ser castigada… Es así de simple… Si decidimos continuar con tu entrenamiento después de este mes, tomaré los pasos necesarios para agrandar tus inútiles pequeñas tetas."

Eso era justo lo que ella siempre había pensado, en realidad.

  • "Tus manos… Recuerda siempre que no son para cubrirse, ni para resistir a su Amo o para comer… De hecho, comerás como la perra que eres, con la boca directamente en tu plato… Por supuesto, tienes prohibido tocarte a menos que te lo ordene... Usarás tus manos para ejecutar las tareas que te ordene y luego cruzarás los brazos en la espalda… Esa será tu posición normal, para así yo tener acceso completo a tu cuerpo... Ahora mismo debes seguir manteniéndolos detrás de tu cabeza."

El maestro prosiguió con el tono de quien explica cosas muy obvias a un niño retrasado... La posición de sus brazos se estaba volviendo lentamente, dolorosa,... ¿Cuánto duraría la lección?

  • "Tu culo es similar a tus tetas, ya que solo lo usare para darte dolor... Me aseguraré de que siempre esté rojo brillante o marcado de otra manera, para recordarte lo que eres y mostrarle a la gente para que vea que eres mi esclava y te azoto porque quiero."

A ella le encantaba la sensación de ardor de sus nalgas tras una buena paliza o azotes (incluso había tenido un orgasmo bajo la paleta un par de veces), pero se preguntó si sería capaz de soportar un mes entero de palizas.

  • "Sobre tu ano... Ese es tu segundo orificio y órgano sexual, lo que significa que será follado intensamente... También disfruto usándolo como fuente de dolor… Después de todo, la dilatación necesaria para aceptar fácilmente una polla o una mano debe lograrse a través de un entrenamiento insoportable.”

“Si permaneces a mi servicio probablemente lo dilataré tanto que no podrás mantenerlo cerrado sin usar siempre un tapón anal… Eso deberá ser humillante para ti, y yo estaría orgulloso de ser dueño de la esclava más abierta del mundo… ¿No crees?”

Ella se quedó sin palabras, y era bueno que fuera sólo una pregunta retórica… Por supuesto que había sido follada por el culo, pero abierta así cómo él quería, era una fantasía con la que siempre había soñado  por ser una fanática del sexo.

  • "Lo mismo ocurre con tu coño… Primero que nada, abre un poco las piernas… Sí, así… A partir de ahora tienes prohibido cruzar las piernas, y cerrarlas… Debes tenerlas siempre para que cualquier interesado pueda tocar tu coño con facilidad, o mirarlo bien."

Cómo le encantaba eso a ella... Recordó que una vez fue a un restaurante con una falda muy corta y sin bragas, y estaba tremendamente excitada por la idea de que cualquiera pudiera haber mirado debajo de su mesa para verle su coño húmedo.

  • "El coño, sorprendentemente, no es un órgano sexual… Eso es cierto para las mujeres, pero no para las esclavas… Seguirás tomando tus píldoras anticonceptivas de todos modos, pero aprenderás que tu coño es extremadamente sensible y, por lo tanto, divertido para mí, castigarlo… Te sorprenderá ver cuánto abuso puede soportar sin dañártelo."

Cuanto más hablaba, más sentía ella que él era el hombre que anhelaba toda su vida… Los otros ' Maestros ' que conoció siempre tenían un poco de miedo de castigar su coño… Todo lo más usaron su vagina, como máximo, para follarla duro.

  • "Las piernas se usan cuando algo esta demasiado alto para alcanzarlo… Eso es todo... Como esclava siempre estarás arrodillada y te moverás a cuatro patas… Para ayudarte en esto, tengo un pequeño regalo para ti.”

Y de una bolsa detrás de su silla, su Maestro sacó un par de increíbles zapatos de tacón de aguja... Eran negros, extremadamente simples, pero tenían el tacón más alto que había visto en su vida.

Le ordenó que se los pusiera, e inmediatamente descubrió que para caminar con esos zapatos, literalmente tenía que ponerse de puntillas, con el pie alineado con la parte inferior de la pierna.

Una pequeña correa de cuero le rodeaba el tobillo y estaba cerrada con un candado diminuto, de modo que no podía quitárselos.

  • "Más tarde te mostraré dónde se guarda esta llave… Podrás quitártelas cuando te duches y durante la noche… El resto del tiempo los llevarás puestos… Estos zapatos le dan a tus piernas una forma bonita cuando estás de pié, pero pronto descubrirás que para no destrozarte los pies querrás gatear el máximo tiempo posible, que es, al fin y al cabo, lo que yo quiero."

Y su Maestro siguió con su explicación, sacando de la bolsa algunos artículos de cuero negro:

  • "Aquí está el resto de tu equipo… Estas son tus muñequeras y tobilleras, que llevarás puesta todo el tiempo excepto cuando te laves... Deben estar lo suficientemente apretados, pero no demasiado.”

Sus manos ajustaron rápidamente unas correas, con anillos de metal, alrededor de sus brazos, haciéndola sentir un poco extraña.

  • "Estos anillos de metal se usan para sujetarte donde quiero que te quedes… Verás que no uso demasiado la cuerda, porque esto son mucho más rápidos y cómodos para sujetarte ... Para mí, por supuesto… Y esto que ves es tu collar con su cadena."

Ella se sintió un poco ahogada por la banda de cuero, pero la sensación de llevar el collar fue increíblemente excitante.

  • "Ahora que estás equipada, vayamos a ver tu nuevo hogar."

El Amo cogió la correa atada al collar y, sin prestar atención a su esclava, se dirigió a la primera habitación, obligándola a correr tras él.

Atravesaron algunas habitaciones, deteniéndose a menudo mientras él comentaba dónde se guardaban los artículos esenciales.

Ella temía no poder recordar la ubicación exacta de cada uno de ellos, y su mente estaba distraída por otra cosa… Arrastrándose por la casa había visto muebles antiguos, un piano, incluso una mesa de billar, pero nada de lo que esperaba… Ella se estaba mosqueando.

‘¿Dónde están los instrumentos de tortura?... Esta es la última habitación… No hay más’ pensó un tanto decepcionada.

Estaba a punto de intentar levantarse, quitarse la correa y decirle que se iba totalmente decepcionada, cuando el hombre señaló una estantería que había en la habitación… Luego la cogió por un lado y, sin esfuerzo alguno, la movió apareciendo una habitación oculta, un tanto oscura.

Entró, tirando a la chica, sorprendida y asustada, detrás de él en un piso de baldosas negras de goma suave… Mientras encendía la luz, le dijo con ironía y una sonrisa levemente malvada.

  • " Bienvenida a tu casa, cariño… Pasarás la mayor parte de tu tiempo aquí… Es un poco dramático, pero increíblemente útil cuando no quiero que la gente te vea o quiera castigarte."

Ella tragó saliva y se estremeció… La habitación era grande y estaba llena de instrumentos amenazantes y de aspecto muy excitante: percheros, cruces, un poste, estantes llenos de objetos de cuero, caucho y metal, algunas cadenas, incluso una jaula… Brillantes anillos de metal estaban atornillados al suelo y en las paredes.

Mirando rápidamente alrededor de la habitación, vio algunos instrumentos con los que estaba familiarizada: una paleta, una botella para dar enema, un jarrón alto en el que había varios bastones sobresaliendo de él, etc.

El Maestro cronometró su discurso para mantenerla atemorizada.

  • "Esta habitación está totalmente insonorizada y sin ventanas... Para no aburrirte la estantería está llena de novelas, revistas y fotos sobre temas BDSM de todo el mundo, desde lo suave hasta lo extremo... Este será tu único entretenimiento… De él obtendrás inspiración y cultura… Aprenderás lo que quiero que hagas y cuál será tu futuro si decides seguir conmigo.”

“Puede que todo esto que ves lo pruebes como castigos que te imponga, pero seguro que van a formar parte de tu entrenamiento como esclava.”

Ella todavía estaba tratando de asumir todo lo que veía cuando la correa tiró de ella arrastrándola hacia otro lugar de la habitación.

  • "Este es tu baño", le dijo el Maestro, mostrándole una habitación muy pequeña con un espejo, un estante vacío, una ducha con mampara de cristal transparente, un inodoro en cuclillas, un bidé y un lavabo.

  • "La puerta corredera está ahí sólo para los invitados, porque tú no tienes privacidad y no puedes cerrarla jamás… Tienes prohibido usar el lavabo, ya que quiero que te laves y bebas en el bidet, como la puta que eres."

Sus crueles explicaciones y los detalles la estaban volviendo a mojar.

  • "Y tienes suerte de que no haya puesto un inodoro tradicional, de esos que siempre están llenos de agua, porque te haría usarlo para beber y lavarte… Algún día lo pondré"

La arrastró de repente hacia una mesa en la sala principal y le dijo:

  • "Ahora vayamos al grano."

Se ordenó a ella que se sentara en el borde de la mesa, abriendo las piernas para mostrarle su coño.

El Maestro cogió un extraño instrumento de un estante y, después de ordenarle poner sus manos detrás de la cabeza, comenzó a fijarlo en su pecho con correas de cuero.

  • "Necesito conocer tu resistencia para poder usarte de la manera correcta… Ahora probaré tu umbral de dolor… También quiero comprobar tu verdadera sumisión", le dijo tirando bruscamente de sus tetas sobre un pequeño soporte de madera.

Ella tenía mucho miedo aunque la encantaba que la trataran así.

Él, continuó colocando una segunda tabla de madera sobre sus tetas y uniendo las dos tablas con dos largos tornillos de metal.

  • "Pareces dócil y será divertido... ¿Conoces este instrumento, perra?"

  • "N,.. no, Maestro", respondió ella temblando de miedo.

  • "Es muy simple… Giras los tornillos y las tetas se aplastan… Quiero que aprietes tus inútiles tetas tanto como puedas soportarlo", le dijo sonriendo, cogiendo una silla y sentándose en frente de su esclava para no perderse detalle de su autotortura.

Ahora estaba segura ella de que su Maestro se estaba divirtiendo... Lo miró con una expresión desconcertada y se encontró con sus ojos helados… Le ordenó con maldad:

  • "!Empieza!... ¡Ya!"

Ella respiró hondo y puso sus dedos en las alas de metal en la parte superior de los tornillos… Los primeros giros no fueron nada especial, hasta que su carne comenzó a comprimirse.

En unos pocos giros más, el dolor creció de leve a severo, aparentemente transformando todo su pecho en una masa palpitante de tormento, lastimándola más con cada respiración.

Sin embargo, estaba decidida a complacer a su Maestro… Quería estar orgullosa de hacerlo y continuó autolastimándose.

Giró ahora los tornillos más lentamente… Las puntas de sus pechos, asomando desde la parte delantera de las tablas, se estaban volviendo moradas y pronto fue incapaz de contener las lágrimas y los lamentos de dolor.

Sólo logró dar otro cuarto de vuelta, luego lentamente retiró las manos de los tornillos, sollozando de dolor y las cruzó a la espalda.

Al cabo de unos momentos vio a través de sus ojos llenos de lágrimas que el Maestro se acercaba a ella para tocarle el pecho izquierdo… Este toque, aunque ligero, transmitió un dolor punzante a todo el pecho… Él apretó aún más los tablones, haciéndola saltar y soltar un chillido:

  • "Puedes darle otra vuelta… Hazlo ahora o les daré dos", le dijo en voz baja, pero profunda y tranquila como siempre.

Ella se sorprendió con la orden recibida, pero incluso a pesar del dolor, supo de inmediato que él no estaba bromeando.

Moviéndose lo más lentamente posible, tratando de ganar al menos unos instantes más para hacer frente al dolor tan intenso que sentía en sus tetas, volvió a coger las palomillas de los tornillos, con las manos temblorosas.

Ese giro final le llevó al menos un par de minutos, con cada segundo más y más doloroso… Ahora sentía el agarre del instrumento de tortura incluso en sus hombros y cuello, como si estuviera rasgando la piel de su cuerpo.

  • "¿Es doloroso?", le preguntó su Amo, serio.

  • "Oh, sí, sí, Maestro... Lo es", sollozó, incapaz de controlarse.

  • "Muy bien… ¿Ves?... Tu límite es mucho más de lo que pensabas… Creo que podríamos darle un poco más de presión, pero por esta vez sólo quiero premiar tu sumisión… Has estado bien… Ahora suéltalo".

Ella lo hizo rápidamente, y la sensación de que la sangre fluía libremente por sus pechos de nuevo fue, durante los primeros momentos, incluso más terrible que la tortura.

Sin embargo, estaba feliz consigo misma, y ​​tan pronto como se relajó un poco sintió que su excitación aumentaba de nuevo, mojando su coño.

Después del exprimidor de pechos, el Maestro la sometió a muchas otras pruebas, todas terriblemente dolorosas.

Entre ellas, tuvo que añadir pesos a las abrazaderas unidas a sus labios vaginales internos y externos para estirarlos… Luego también se lo puso a sus pezones… Le ordeno que se metiera un tapón inflable en el culo y tuvo que hincharlo lo más grande posible… Tuvo que comprimirse su clítoris con una abrazadera de metal calibrada… Tuvo que abrirse su coño con un gran espéculo de ginecólogo… Y finalmente la obligó a pedir la mayor cantidad de golpes posibles con una paleta en el culo, las tetas y el coño, dejándoselos rojos como tomates.

Cada vez que su Maestro la llevaba muy cerca de su límite de resistencia, hacía que se encontrase cada vez más excitada por todo ese dolor, la humillación de tener que infligirse ella misma ese dolor frente a su Maestro, y sus formas "profesionales", como si fuera un inquisidor medieval o un torturador de la policía secreta latinoamericana.

Cuando finalmente le ordenó que se arrodillara frente a él y le chupara la polla, unas tres horas desde que había entrado a la sala de torturas, ella estaba tremendamente dolorida pero increíblemente agradecida, decidida a darle la mejor mamada de su vida al dueño de su cuerpo y mente viciosa.

Y mientras se la amaba hasta que se corriese, pensaba en lo feliz que iba a ser sufriendo toda serie de torturas a manos de su Maestro y pensando ya en que le pediría seguir con él hasta que se cansara de ella.

F I N