Tatiana

Dos amigos quedan para comer. el problema es la tensión que tenían que acaba por solucionarse de una manera especial

Después de un tiempo intentando quedar para comer y varias tentativas fallidas por los trabajos, los dos amigos por fin cuadraron un sábado para comer. El lugar donde habían quedado no sería el más elegante, ni el más sofisticado pero si un restaurante que ella no conocía.  Ella había sugerido ir a Ginos, Alberto  sin embargo prefirió que conociera La Mafia se Sienta a la Mesa, en los dos servían el plato favorito de Tatiana, pasta. Habían quedado un poco antes para ir sobrados a comer, a pesar de ser principio de septiembre y no hacia fría, Alberto  vestía unos vaqueros azul claro, una camisa blanca estampada de manga corta, unas deportivas. Una barba descuidada poblaba su cara, sus ojos tapados por las gafas de sol, le daban su peculiar estilo. El miraba su móvil esperando un mensaje de que ella había llegado. Levanto la cabeza de su móvil y miro de derecha a izquierda, allí llego aparecer a Tatiana, la vio caminar a lo lejos de la calle. Caminaba despacio, sonriente, el vestido que había elegido para la cita resaltaba sus curvas. Un vestido negro, por encima de la rodilla y con escote de pico cruzado y manga corta con unos botines  de caña corta, con adornos, tacón de cinco centímetros y de color entro su pelo negro recogido en una sencilla pero a la vez elegante coleta, don la parte de adelante suelta. Al llegar a la misma  altura se besaron, después de eso se miraron

-        ¿Pasamos? Dijo el, mientras gentilmente le ofrecía pasar delante de él.

-        Sí claro, a eso hemos venido ¿no? Respondió ella.

El abrió la puerta y la dejo pasar a ella delante, al acercarse al atril donde esperaba la maître

-        Tenía una reserva al nombre de Alberto . Dijo el

-        Síganme por favor. Respondió la maître  había reservado.

Muy amablemente la siguieron, Alberto  dejo pasar a Tatiana delante, habían recorrido un par de metros cuando ella se volteo y le pillo  mirándola el culo,  ella se sonrojo a la vez que sonrió. Al llegar a una parte reservada del restaurante, conde les pusieron en una mesa tranquila para dos, sentándose  el uno frente al, una pared a su lado derecho.  Mientras se acomodaban, la maître les entrego las cartas, para irse otra vez a su sitio.

-        ¿Te gusta el sitio? Le pregunta el para romper un poco el silencio de que había generado el mirarse uno enfrente del otro

-        Siiii, mucho. Estoy alucinada. No lo conocía. Responde sonriendo Tatiana

Mientras charlaban de forma cada vez más relajada les trajeron los aperitivos. Unos canapés variados, pequeños recipientes con distintos tipos de ensalada, pan y mantequilla. Todo en pequeños platos de porcelana, estampados y que hacían juego con la decoración. Le costaba mucho mirarla  a los ojos. De vez en cuando la mirada bajaba a través de cara y llegaba hasta la línea que marcaba el canal de su pecho en el escote.

-        Oyeee, ¡¡qué buena pinta tiene todo!! No sé qué pedir, dijo mientras hojeabas la carta.

-        La verdad es que lo siempre pido lo mismo. Respondió el

-        ¿Y que era? Indago la joven

-        Pido, spaghetti a la Bolognesa

- Pues si quieres pedimos uno para los dos, respondió ella

- Vale. Asintió el

Así cuando les trajeron el puchero y se sirvieron, continuaron con conversaciones tribales, él la vacilaba tirándole puntadas pero ella se o tomo a broma. En cada pinchada de pasta y otra la conversación fluía al igual que el lambrusco que pidieron para acompañar la pasta.  Cada gesto de él estaba diseñado para preparar la incursión para obtener su premio, un beso de esos preciosos labios. Al terminar la pasta, ella se fijó y vio que la comida se había alargado más de la cuenta. Sin saber cómo reaccionar le propuso tomar el postre e irse, que otro día quedarían para continuar charlando. El asintió

- Pues podemos tomarnos el postre en casa. Le dijo el

- Vale, así nos sale más barato la comida. ¿Qué tienes de postre allí? Pregunto Tatiana una sonrisa

- Mmmmmmmmm, no sé, te puedo hacer tortitas, o comemos helado, ¿Qué te apetece?

- No sé, las dos opciones me gustan, a ti ¿Qué te apetece?

- Mmmm un poco de ti, no estaría mal

- Mira que eres, si soy del monto

- No, eres guapa, atractiva y mírate, que cuerpo tienes.

Aun así Tati  accedió pensando que como otras veces al vacilaba de buenas, y que estaban de coña, pues en su mente no llego a pensar que eso pudiera ocurrir de verdad. Al cabo de los cinco minutos llegaron al coche de ella y se subieron la conversación continua siendo ingenua con carices ocultos. Al llegar a la calle de él, acercaron en su garaje, salieron del coche y entraron en el portal, seguían hablando amenamente de su antiguo trabajo, cuando llegaron a la puerta de la casa, el abrió y la invito a pasar, entrando el después de ella, la agarro por un brazo haciéndola girar, quedándose las dos caras a escasos centímetros, que el recorrió para juntar ambos labios Tatiana, sorprendida no sabe como pero reacciona al revés de lo que su cerebro quería, su lengua se cruza con la de él, y empiezan a acariciarse. Al poco rato Tati se retira de la boca de Alberto , este extrañado no sabe cómo reaccionar

- ¿Te molesto que te besara? Le pregunto contrariado

- Si y no, no me lo esperaba, nunca me distes muestras de que te pudiera interesar. Respondió en evasivas a la pregunta sabedora de que ese beso había hecho temblar sus cimientos de serenidad

Sin saber por qué cuando el joven fue a disculparse su cuerpo respondió dándole otro beso a él, Alberto  no perdió el tiempo reacciono aferrando con una mano su espalda acercando su cuerpo contra el de él, mientras la otra acariciaba su pómulo, bajando por su cuello, mientras hacía eso sus labios ahora recorrían el camino que le abría paso su no, mientras la que la sujetaba la espalda cayo a la altura de unos glúteos firmes y duros. Cuando llego a la altura del hombro la mano fue deslizando la tela del vestido dejando la ira del sujetador a la vista. Sus ojos tenían en mente un premio, con suavidad fue bajando sus besos hasta el escote de Tati, esta empezaba a sentir sentimientos encontrados. El beso estaba bien, pero realmente deseaba seguir, en su mente las ideas iban raudas pero las decisión no la tomo ella, para cuando quiso percatarse de la realidad, Alberto  le había abierto el escote y abierto el sujetador, color carne, sencillo dejando ver unos preciosos, firmes y duros pechos que la joven escondía bajo la tela del sujetador, encumbrando esos pechos, unos pezones duros, rosados con unas aureolas pequeñas.  Tati dejó escapar un largo gemido al notar por fin una boca chupándole los pezones, y empezó a acariciar el pelo de este mientras su lengua perturbaba la tranquilidad de la chica.

- ¡¡Ooohhh!! ¡Oooohhh! Qué bien lo haces… gimió entre susurros  Tati al notar la lengua recorrer su pezón

Sabedora del placer que le estaba dando su entrepierna empezaba a reaccionar, sin saber que hacer pensando que si tomaba algo la iniciativa pensara que fuera una fresca, o algo peor seguía apoyada contra la pared mientras el alternaba de pezón a pezón,  sus manos ahora en sus muslos subieron la falda del vestido dejando ver la tela de su brasileñas, empezó a acariciar por encima de la tela los labios vaginales, el clítoris.

- AAAAAHHHHHH. Gimió Tati al sentir el placer de su yema acariciando la zona más íntima y reservada

Alberto  no tardo en despojar del vestido a Tatiana, está avanzo un par de pasos donde había caído el vestido para volver a besar  en los labios al joven, este la levanto sin dejar de besarla y fue el primer momento en que noto el miembro erecto, que le había acariciado por debajo de los pantalones. La llevo hasta la cama, allí la tumbo boca arriba y lentamente fue descendiendo por su cuerpo mientras besaba la piel suave y perfumada de la joven. Tatiana respondía a cada beso con un suspiro y según se acercaba a sus pezones su respiración se alteraba mientras sabía que en breve los lamería. Pero no fue así, bajo su estupor, no se percató que bajo hasta su clítoris, y sin apartar la braga brasileña, empezó a recorrer por encima de la tela su mojada vagina, en una de las lengüetada recorrió el lateral de la tela, y al bajar se hizo paso sin encontrar oposición, para cuando subió la tela ya estaba a un lado y este lamia los flujos que salían de ella, flujos que saboreaba según tocaba su lengua. Paso un par de veces más su lengua del clítoris al perineo, y según subía de este introducía un poco la lengua en la vagina de Tati para terminar succionando el clítoris.  Después de unas pocas repeticiones más, se apartó, incorporándose y empezó a desnudarse, primero la camisa, luego se bajó los pantalones, hasta dejarlos en el suelo y por ultimo le quedaba  un boxe negro con un dragón rojo en un lado.  Pero Tati fue más rápida e incorporándose le agarro ella de la cintura de la prenda y la bajo, saltando de su encierro una polla de unos dieciséis centímetros, ni gruesa ni delgada, con el glande brillante. No se lo pensó y se la metió en la boca, zubia y bajaba la cabeza mientras en su boca desaparecía y volvía a aparecer el miembro de Alberto . El la acariciaba el pelo mientras ella seguía afanada con su tarea. Los labios de Tati  son carnosos y suaves, envuelven completamente la polla y con su lengua la lame por toda su extensión. Con los incisivos al volver a meterla raspa un poco el glande del joven que nota como le gusta. Mientras ella sigue haciéndole una espectacular mamada Alberto  recorre su espalda con el índice de su mano derecha de arriba abajo, la izquierda acaricia la cara de Tati para acabar en su pecho pellizcando su duro pezón. Según llega a la tela blanca de la brasileña,  las bordea por uno de los laterales y aparta la tela, Tati sigue entretenida ahora lamiendo fuera de su boca el glande de esta, Alberto  con la vista de si vagina delante de él, introduce el índice dentro de ella, su húmeda le facilita la invasión de su vagina sin previo aviso haciendo que de sus tiernos labios se escape un gemido, todo esto sin dejar de lamer su golosina.  Lentamente lo saca para volver a meterlo, a su vista deja ver el perfecto culito de su conquista. Tati  apenas emitió gemiditos, con cada introducción,  concentrada en lo suyo, mientras Alberto   se contorsionaba de placer ante la tremenda chupada. Tatiana saco de su preciosa boca el miembro de Alberto , se incorporó y le beso, el sabor de él aun persistente en la boca de ella no le importo, mientras ella se hacia adelante para tumbarlo mientras sus bocas entreabiertas dejaban paso a sus lenguas jugaban, mientras se introducían en sus bocas. Para cuando dejo sus labios se dirigió a bajando hasta su cuello, que cubrió de besos hasta bajar a sus pezones, que mordisqueó levemente ocasionando en él un gritito mezcla de dolor y placer. Siguió bajando por su estómago algo abultado, aunque a ella no le importaba. Besó dulcemente su glande y lo rodeó con la lengua en su totalidad, notando un sabor salado. Lo sujetó por la base para volver a  lamer lo, esta vez empezó  por los lados hasta llegar a sus testículos, haciendo que él soltara una exclamación de agradable sorpresa. Se introdujo lentamente todo el pene en su boca, hasta que casi le roza la campanilla. La sorprendió que el pene de él pudiera crecer más aun, pero así lo hizo, teniendo que reprimir  las arcadas. Lo mantuvo unos instantes así, en su boca, y a continuación, tan lentamente como se lo había introducido, lo fue sacando hasta que sólo tuvo el glande entre sus labios. Entonces, lo succionó con fuerza, haciendo que él emitiera un largo suspiro de placer y alzara sus caderas, pidiéndole que continuara. Tati, según estaba de excitada no tenía otra intención, y comenzó a mover rítmicamente su boca de arriba hacia abajo mientras succionaba y acompañaba con su mano con cada movimiento.

- ¡¡¡Jodeeeer!!!

- Se te ve que estas disfrutando- le dijo Tati sin dejar de juguetear con la punta de la lengua en el glande

- ¡¡¡Aaahh!!!  es una de las mejores mamadas, si no la mejor. Te lo juro estoy disfrutando mucho. Dijo entre gemidos de placer por lo que la experta lengua de su amiga le estaba haciendo

- no hace falta que lo jures, se te nota en la cara. Le respondió con mirada picara y sonrisa lasciva

Volvió a meterse la polla de Alberto  en la boca, para volver a sacársela mientras con su lengua recorría el tallo del miembro, al llegar al glande sus incisivos raspaban  la carne, y su lengua traviesa lamia los flujos pre seminales que salían, este agarro con fuerza en una de las acometidas de la joven  las sabanas de la cama, mientras un fuerte  escalofrío de placer le recorría su cuerpo.  En una de las que Tatiana está lamiendo y jugando con el glande, Alberto  se incorpora, con la polla dura tumba a la joven, empieza a besarla, el sabor de la excitación se mezcla con el de las dos salivas, levanta la cabeza mirando su próximo objetivo. Mientras con una mano caricia por encima de la tela los mojados labios vaginales de Tatiana. Y sin más pasa con dulzura su lengua por uno de los duros y doloridos pezones que encumbran esas preciosidades, tersas y blancas tetas.

- ¡¡Aaahhh!! ¡¡Aassíi, vamos, cómemelas!! ¿Te gustan mis tetas, verdad?

- Ahhhhh. Eso debe de ser un siiiii. Dijo al notar como aprisionaba con sus labios y luego con sus dientes el pezón, a la vez que dos de sus dedos profanaban sin autorización su vagina por debajo de sus braguitas brasileñas

Siguió bajando y se detuvo en su ombligo,  y luego delante de  la ropa interior,  que lentamente fue retirando. Cuando la vio por completo desnuda, lo primero que hizo fue besarla, pues Tatiana estaba en un estado de excitación y nerviosa al verse desnuda delante de su antiguo compañero de trabajo y ahora amante. El beso, haciendo que se relajara e hizo que se distrajera de sus temores y volviera  a disfrutar de las caricias que empezaba otra vez a sentir de su acompañante.  Tati  suspira de excitación cuando la respiración de él le da en su vulva, y nota como sus besos que le empezó dando en los muslos se aproximan a su objetivo, sus manos manosean y aprietan sus  pechos, pellizcando con sus yemas  los pezones ya erguidos por la excitación y las caricias previas de él. Besa y da  suaves lametones a la parte exterior del muslo  sin tocar los labios.  Se detiene y alza su cabeza, mirando a Tatiana arqueada de placer,  presa de su lujuria se lanza de nuevo a por sus tetas, ávido y voraz  se mete el pezón izquierdo de Tati en su boca, saboreándolo mientras realizaba breves succiones que arrancaban los gemidos acompasados de ella. Abandonó el pezón izquierdo para prestar atención también al derecho, lanzándose sobre él con más avidez y voracidad si cabía. Ella gemía de placer, extasiada, con los ojos cerrados, y mientras le daba rápidos lengüetazos que alternaba con breves succiones, Así, comenzó a succionar alternativamente ambos pezones de manera continuada, mientras su mano le daba placer en lentas penetraciones,  entonces bajo sus caricias de nuevo a su entrepierna, Tati estaba con las piernas flexionadas, y este introdujo su cabeza entre ellas, Tati se impacientaba cada vez más, deseando que él se lanzara a devorar su coño excitado y le ayudada a saciar esas ganas de placer que al invadían. Era una persona tímida y forma se veía desbordada por los acontecimientos.  Empezó a acariciar su contorno con la lengua  y cuando vio que sus flujos comenzaban a salir,  la abrió sus labios con la presión de la punta de su lengua  para empezar a penetrarla

- No parrraaa…. Aaaaaahhh…. Detennttteee. Le decía mientras notaba su lengua degustar sus flujos

Sacó la lengua y de un fuerte lengüetazo hacia arriba que acabo golpeando su clítoris hinchado. Bajo con su lengua y volviendo a introducirla cuando volvió a llegar a la entrada de su vagina, comenzó a moverla  velozmente la saco y aprisionando con sus labios el clítoris de ella, empezó a  trazar velozmente con su lengua en el las letras del alfabeto, cuando  iba por la I, notó sus convulsiones y se limitó a trazar la siguiente letra hasta que ella se vino en su boca.

- A hhhh Siii…siii…ohhhhhhh, ya no puedo resistirlo más me voy a correr... dijo la chica

Alberto   se centró entonces en tragar todo el flujo que pudiera, a sabiendas de que era prácticamente imposible. Cuando se estaba recuperando del orgasmo volvió a sentir la lengua sobre sus labios, pensando que sería para terminar de recoger los flujos que le quedaban, pero entonces noto como volvía a entrar dentro de ella. Él se retiró de esa zona, Tati pensó que se habría acabado pero cuando se incorporó un poco y vio cómo se ponía un preservativo, ella le miro, su mirada era de miedo, vergüenza y excitación, él se puso encima con los brazos flexionados y empezó a besarla mientras lentamente le iba acercando el glande a la entrada de su vagina. el empezó a moverse despacio, mientras la saboreaba sus pezones, había empezado primero por el capullo, metiendo y sacando, y aunque el coño de Tatiana estaba lubricado y le entraba entera prefirió hacerlo despacio para sacarla uno pocos gemidos. .

- Ahhhh. gimió poniendo sus manos en espalda de Alberto

Él cada pocas embestidas introducía mas su miembro dentro de ella, y lentamente aumentaba la velocidad de las penetraciones, haciendo que Tatiana le clavase las uñas en la espalda con cada acometida, aumentaba la velocidad con que la penetraba, después de un rato en la que le entraba entera, y sus huevos golpeaban al toparse en el perineo, los movimientos eran cada vez con más  rapidez y fuerza, mientras se echó hacia adelante poniendo sus manos al lado del cuerpo, se echó hacia adelante para meterse el pecho derecho en la boca y empezó a succionarlo con fuerza. Entonces agarrándola por los costados, empezó a tumbarse el boca arriba sin dejar de penetrarla, haciendo que ella se pusiera encima, y continuo penetrándose con la misma fluidez que él, mirando hacia su entrepierna, viendo como su polla desaparece dentro de ella, para volver a salir, y como una mancha de flujos de ambos se mezclan en las sabanas manchando la zona, la cabalgada que le esta haciendo es espectacular, mueve sus caderas al ritmo según hace aparecer y desaparecer el miembro, contrae sus músculos pubocoxigeo, es tan sexual que lentamente nota como un escalofrió la recorre, su indescriptible cara de delirio y felicidad, mientras gemía.

- ¡¡¡¡Oooohhh, oooohhh!!!! aulló Tatiana  en un gemido largo y desangelado

Pero no se detiene está al borde del orgasmo, pero la frena y enfría el sentir como Alberto  empieza a gemir, y su polla se hinchada más dentro de ella, sabe que se ha corrido. Pero ahí no se detiene quiere su orgasmo y  lo tendrá, Alberto  empieza a masturbarla aun con su polla dentro de su coño, mientras ella acaricia y juguetea con sus pezones, la acaricia el clítoris mientras sus caderas describen círculos apresando el duro miembro del joven,  lentamente aminora hasta que cae rendida encima de el para luego resbalar a su lado, sus piernas tiemblan, su respiración agitada y acelerada la impide hablar, se abraza a él y se queda mirando a al nada