Tardes de Gimnasio II (Continuacion)
Final de la historia entre Raul y Ruben, los personajes que se conocieron en una tarde de gimnasio
Perdon de antemano por tardar tanto, pero he tenido unos cuantos problemas personales y no he podido responder. Espero vuestros comentarios y sujerencias por correo o comentarios. Por ultimo, os quiero decir que lo siento por las faltas del anterior texto, ya que subi el borrador en vez del original. Espero que os guste!
Pasaron dos horas después de haber estado follando como locos. Me levante buscando con mis manos a Rubén pero no lo encontré. Mire hacia un lado, hacia otro y vi que había una nota encima de la mesita de noche en la que ponía: “ He bajado a por algo para cenar ”.
Dejando me caer con la nota en la cama empecé a pensar en que me había tocado el premio gordo con este chico, lo tenía todo, por no hablar de que era un animal follando. Decidí ir a la ducha y buscar algo de ropa para ponerme, he de decir que me ponía muy cachondo la idea de ponerme su ropa.
El baño era bastante grande para ser un piso, no estaba mal la verdad, tenía todo lo que uno necesita uno. Mirando por los diversos cajones del baño encontré un cajón con condones, un bote de lubricante y un vibrador de plástico que ponía a lo largo del falo con letras negras “Hecho a medida”. Al ver esto, no pude evitar reírme, la verdad es que era de su tamaño, la razón por la que la tendría no lo sé, pero me hizo bastante gracia.
Tras la inspección al baño, me duche y en unos de los cajones de la habitación encontré un pijama que me quedaba algo grande, así que me lo puse y decidí esperar a Rubén en el salón viendo la tele. A los pocos minutos, se abrió la puerta y allí estaba el, sudando y con una bolsa en la mano.
Rubén : Ey! Dormilón, ya veo que has estado por ahí fisgando. ¿Qué haces con mi ropa?
Raúl : Hola Rubén, pues he decido quedarme esta noche contigo, pero si no quieres me visto y me voy que no pasa nada, lo entiendo.
Rubén : Tú de aquí no te vas hasta que no te lo diga yo. Me gusta que estés aquí Raúl.
Raúl : Por cierto, ¿Por qué estas sudando?
Rubén : Quería despertarte con la cena ya echa por eso he venido corriendo.
Raúl : Ni me lo hubiera imaginado, por lo visto el tipo duro tiene un corazón. Y bien, el pene de plástico del baño ¿Para qué sirve?
Rubén : Tengo mis cosas ¿vale? XD. Mira, el primer día que te vi, vi cómo me mirabas, así que decidí jugar contigo algunos días, por lo que fui a un sex shop y pedí que hicieran un pene a la medida del mío y cuando estuvieras en el gimnasio, guardarlo en la mochila. El plan era volverte loco por saber a quién pertenecía semejante instrumento. Seguro que hubieras acabado metiéndote eso por algún sitio pienso, luego me raje y no lo hice.
Raúl : Piensas bien, pero no estas grande la verdad.
En ese momento me pareció haber firmado mi sentencia de muerte con aquellas palabras, ya que Rubén dejo caer con fuerza la comida encima de la mesa. Empezó a caminar hacia mí y teniendo su paquete en la cara se bajó los pantalones y dándome un pollazo en la cara me dijo:
Rubén : Mira chaval, si esto no te parece grande, vamos a ver qué tal aguantas con eso metido en la boca.
Acto seguido introdujo su polla en mi boca, la verdad era demasiado gorda y grande. Empezó un pequeño mete y saca produciéndome unas cuantas arcadas.
Rubén : Que sea la última vez que dices que esto es pequeño, la próxima vez te lo meteré por otro sitio y de golpe.
La verdad es que la situación me estaba poniendo a mil, mientras Rubén se guardaba su juguete y se daba media vuelta para hacer la cena me levante y en tono vacilón le dije:
Raúl : Seguro que mi culo aguanta eso
En ese momento, Rubén se dio la vuelta se acercó hacia mí y me arranco la camiseta literalmente. Me empujo contra el sillón y dándome la vuelta me bajo de golpe los pantalones. Tengo que reconocer que me estaba poniendo tan cachondo que para caldear más el ambiente empecé a decirle que parara.
Rubén se bajó el short que llevaba y sin más miramientos me tapo la boca metiéndome de golpe aquel pollon. Empezó un mete y saca fuerte, mientras me decía que era su puta y que nadie más le iba a hacer lo que él me hace. Yo no podía para de gemir como una perra en celo, la verdad es que empecé a gritar tanto que me empezó a decir Rubén entre risas que bajara el tono que algo si se podría escuchar abajo.
Me saco su polla de golpe y me dio la vuelta poniéndome boca arriba. Mirándome a los ojos me la metió de golpe tumbándose encima de mí. Estaba gozando tanto que no quería que terminara aquella situación.
Con mis manos empecé a acariciar su espalda que por lo que vi le gusto, ya que acto seguido empezó a clavármela más fuerte. Deslizando mis manos por toda su esbelta espalda llegue a tocar su culo, el cual empecé a atraerlo hacia a mí a modo de “Métemela más al fondo”. Con el movimiento que hacia su pelvis, sus abdominales me estaban propinando una paja de campeonato que me hacía enloquecer.
Entre resoplos y gemidos alcance a decirle que terminara dentro de mí. Estas palabras hicieron que se le iluminara la cara y besándome empezó a gemir en mi boca. Al cabo de dos segundos, se corrió dentro de mí. La sensación fue sin ninguna duda la mejor experiencia que había tenido sexualmente hablando, incluso mejor que la anterior que tuvimos. Podía sentir como su cálida leche inundaba mis intestinos y como por sus huevos y mi agujero se podía ver caer alguna que otra gota semen.
Rubén, se incorporó y al ver que todavía no me había corrido, con la polla dentro de mí empezó a chupármela hasta tal punto que me corrí en su boca haciendo que este se tragara todo. Tras esto, se desplomo encima de mí y me beso apasionadamente.
Tras recuperarse, Rubén se tumbó en el suelo mirando al techo.
Rubén : No sé qué cojones tienes, pero me pones a mil, estoy enganchado a ti Raúl.
Raúl : Ha sido el mejor polvo que he echado en mi vida Rubén, ¿cómo lo haces?
Rubén : Raúl, estás hablando con un experto, te iras acostumbrando jaja.
Raúl : ¿acostumbrando?
Rubén : Si tú quieres claro…
En ese momento me incorpore y vi a Rubén algo temeroso de mi respuesta. La verdad es que me gustaba desde el primer día que le vi, me entro por todos los sitios (nunca mejor dicho XD). Sin pensármelo me acerque a él y vi que tenía cerrado los ojos, así que para que notara mi presencia me senté encima de él. Me agache hacia él y cara a cara le dije: Si que quiero.
Pareció ser que a Rubén le gusto la mí respuesta por lo que me tumbo y él se puso encima de mí.
Rubén : Eres un imbécil, pensaba que ibas a decir que no…
Raúl : ¿Eres tonto? Si llevo colado por ti desde el primer día que te vi.
Tras escuchar esto, Rubén me dio un beso. Nos pasamos toda la noche jugando y haciendo el tonto. La verdad, nunca pensé que el tipo duro del gimnasio sería un trozo de pan, y lo que es más importante se convertiría en mi actual novio.