Tardes de Gimnasio

Tios imposibles y sueños posibles. La historia de como Raúl y Rubén se conocen.

Abrí los ojos y pude ver que ya era de día e incluso ya eran las 10:30 de la mañana. Me encontraba en mi cama con el pijama algo cachondo. Me viste, desayune y me peine frente al espejo donde pude ver que no había cambiado para nada durante este verano. Seguía siendo ese chico de 20 años con su cuerpo definido, con unas piernas marcas por mis carreras nocturnas y mis ojos marrones que hacían juego con el tono de piel que adquirí este verano en la playa.

Al empezar el nuevo mes, septiembre, me dispuse a retomar mi rutina, la cual era volver al gimnasio, así que decidí coger mi mochila, mis guantes y mi toalla y salir rumbo hacia el gimnasio. Al llegar allí pude ver que nada había cambiado, Pedro seguía en la recepción junto con Amanda la dueña del gimnasio, los cuales al verme me hicieron multitud de preguntas acerca el verano y mis estudios. Tras terminar de hablar con ellos, me dispuse a calentar y a hacer ejercicio pero me lleve una sorpresa al ver que el gimnasio estaba vacío. Allí no había nadie, estaba yo y los dos monitores que muy pendientes del gimnasio no estaban.

Decidí que lo mejor era ponerme mis cascos, empezar a calentar y a levantar peso cuando en ese instante escuche un portazo en la entrada del gimnasio. Me voltee para ver quien me había desconcentrado de mis ejercicio y pude ver a un chico muy, pero que muy guapo. Nunca lo había visto en toda la temporada pasa de gimnasio, ni tampoco por el pueblo (vivo en un pueblo), así que supuse que se había mudado a los bloques de nueva construcción del pueblo.

La verdad es que me quede hipnotizado al verlo, él era un chico rubio de ojos marrones, piel clara y muy definido, se notaba que el tío hacia deporte. Llevaba uno de esos pantalones ceñidos y una camiseta de tirantes muy holgada con el símbolo de Batman. Tenía tanta curiosidad por saber quién era que cuando vi que se acercaba a la zona de musculación decidí presentarme.

Yo : Hola! Me llamo Raúl y tú?

Chico : Rubén

Yo : … a que te dedicas?

Rubén : Te importa? Estoy intentando hacer algo de provecho no como otros

Acto seguido de decir estas últimas palabras se puso los cascos con su música a tope y siguió a lo suyo.

Que tío más gilipollas -. Pensé mientras volvía a mi lugar a estirar.

Con el paso de los días el gimnasio se llenaba y los dos seguíamos coincidiendo a la misma hora, también hay que decir que cada día tenía más ganas de que tuviéramos algo más que simples palabras, pero se notaba a la legua que esto no pasaría nunca, o no…

Todo comenzó a mediados del mes de septiembre, llovía muchísimo y yo volvía de la universidad en coche. Al entrar en el pueblo sonó el móvil era mi amigo Andrés que decía: “Pásate por el gimnasio y recoge mis guantes que el día anterior me los olvide allí”. Al ver el mensaje decidí pasarme ese momento y recordé que a esa hora solía ir Rubén a entrar al gimnasio, así que me pase para ver si era cierta mi hipótesis.

Al llegar al gimnasio aparque, cogí un paraguas y entre en el gimnasio, allí me esperaba Pedro con los guantes de Andrés. Le explique a Pedro que venía a por ellos y me dejo ir con ellos. A la salida llovía muchísimo y debajo del techo del gimnasio se encontraba Rubén esperando a que parara de llover. Pude ver como el sudor recorría su cuerpo, el cuerpo que deseaba para mi y solo para mi.

Yo : Ey! Rubén, llueve mucho no? Jaja

Rubén : Piérdete tío.

Estas últimas palabras hicieron que me cabreara y le respondiera lo siguiente:

Yo : Mira Rubén, no te he dado ni una puta razón para que me trates así. Si quieres mojarte hasta llegar a tu casa, mójate me trae sin cuidado. Solo intentaba ser amable

Tras decir esto, abrí el paraguas y me dirigí al coche. Mientras cuando caminaba escuche pasos de alguien corriendo hacia mí y de repente una mano se apoyó en mí. Al girarme vi a Rubén en frente de mi mojándose y mi corazón empezó a ir mas deprisa de lo normal.

Yo : Mmm que... que quieres mal educado?

Rubén : Oye, mira lo siento de verdad es que, bua no se porque pierdo mi tiempo.

En ese momento se giro para irse pero le detuve quedando los dos debajo del paraguas.

Yo : Que quieres Rubén? Pedir perdón, las acepto. Si te cuesta pedir perdón ya lo doy por entendido.

Rubén : Si, bueno es que lo siento vale. Soy un gilipollas y un rayado, me podes acercar a casa y te cuento mi problema?

Yo : Como quieras

Subimos los dos al coche y por el camino me conto que vivía en los nuevos bloque es de construcción y que se había venido a vivir solo al pueblo. Lleva una temporada que quería empezar de cero sin nada ni nadie. Me dijo que lo que me tenía que contar era algo relacionado con ser muy borde conmigo. Cada vez estaba más intrigado…

Rubén : Bueno, esta es mi casa, déjalo aparcado dentro del garaje que yo tengo plaza de coche pero no tengo coche.

Yo : Entendido

Al bajarnos del coche subimos por el ascensor hasta el piso 6. Me contó que allí solo vivían dos mujeres en el décimo y una pareja joven en el primero. Al llegar a la puerta la abrió y pude ver que estaba totalmente arreglada.

Yo : Wow

Rubén : Que pasa?

Yo : Pensé que estaría todo desordenado

Rubén : jaja porque?

Yo : Porque iría acorde con tu actitud jaja

Rubén : mmm jaja todo tiene una explicación, por favor siéntate Raúl.

Al sentarme le note algo inquieto y se puso de pie delante de mí y dijo:

Rubén : Mira Raúl, no me mola que me follen el culo. Esa es la razón por la que puse borde contigo.

Al escuchar esas palabras me cabree y muchísimo y me levante empujándolo contra el sillón y le dije:

Yo : Cuando cojones he querido hacerte eso a ver pedazo de gilipollas

Rubén se incorporó y delante de mí me susurro al oído unas palabras:

Rubén : Esas miradas todos estos días, esa manera de mirarme el culo, esos ofrecimiento. Mmmm no sé, me da para pensarlo, no crees? Además no me has negado que seas gay y tu insistencia en mi hace que piense que estés obseso conmigo. Sé que soy guapo y tal, pero tampoco es para que me acoses así Raúl

Al escuchar esto me quede atónito, pero me arme de valor y le solté todo lo que tenía que decirle, total no iba a pasar nada más allá de eso. Le puse las manos encima y le iba a empujar de nuevo pero Rubén hizo fuerza y me lo impido.

Yo : Rubén, si soy gay y qué? Que me vas a hacer? Además follarte el culo? En todo caso sería al revés pedazo de imbécil.

Rubén se sentó y me obligo a que me sentara encima de él aprisionando mis piernas contra las suyas y sus manos con las mías.

Rubén : Te voy a contar una historia Raúl. Cuando yo decidí empezar de cero fue por una razón. Un día yo salí de fiesta con mis colegas y ligue con un montón de pivas, pero ninguna me folle ese día. Todos mis amigos se fueron a casa y me quede yo solo en ese Local. A las 5 de la mañana un chico se acercó a mí y me ofreció su boca y su culo para que descargara. Al principio me negué, pero he de reconocer que el tío era un cerdo y se sentó encima de mi restregando y al final me lo folle. Desde ese día me he cuestionado mi sexualidad y eso. He de reconocer que los gays me llamáis la atención, no me importaría ser gay si me quedara enganchado al culo de un tío, siempre y cuando yo sea el que mande jaja.

Ante tal historia me quedé atónito, no sabía qué hacer, me levante y me di la vuelta pensando en que debía de hacer si mandarle a la mierda o lanzarme a ese mástil que he notado debajo de mí. Mientras yo pensaba esto escucha ruidos detrás mí, cuando me gire para mi sorpresa se encontraba Rubén desnudo con el sofá convertido en sofá cama y tumbado con ese mástil apuntando al techo.

Rubén : Raúl vamos a jugar un rato anda, luego hablamos.

En ese momento mi instinto hizo que me desnudara y me lanzara a besarlo, el cual me correspondió. Se subió encima de mí y siguió besándome tiernamente mientras que yo sentía su mástil clavándose en mi abdomen. Rubén se tumbó en el sofá cama y me dijo: chupa que sé que lo estas deseando. En ese momento me lance hacia ese miembro que medía 22 centímetros, algo curvado y que soltaba un poco de precum. Empecé pasando mi lengua por la cabeza bajando lentamente por todo ese mástil hasta llegar a sus huevos, mientras Rubén solo gemía diciendo que no parara que lo estaba haciendo muy bien. Le lamí y le relamí su verga una y otra vez hasta que me lo metí en la boca de una vez,. La sensación fue inexplicable, sabía muy bien creo que me hice adicto a su verga, ya que no paraba de chuparlo. Subía y bajaba con una gran intensidad que Rubén me saco la cabeza de ahí abajo diciendo:

Rubén : Para campeón que solo será para ti, pero también quiero que disfrutes tu Raúl.

Y al decir esto me beso con una intensidad que sentí que el tiempo se detenía y solo existíamos los dos. Me puso a cuatro patas y escupió en mi entrada, allí empezó a meterme uno, dos y tres dedos, mientras lo único que yo hacía era gemir y gemir. En esto me tape la boca por lo que pudieran pesnar sus vecino y me quito la mano de la boca.

Rubén : Raúl, vivo solo en los bloques y mis vecinos están lejos para escuchar algo. Te voy a hacer sentir todo lo que has querido desde hace mucho tiempo.

En esto empezó a jugar en mi entrada con su verga empujándola y deslizándola de arriba abajo, prolongando a un más mi espera que se hacía eterna.

Yo : Por favor, fóllame Rubén lo necesito

Al escucha estas palabras me dio la vuelta poniéndome boca arriba y me la empezó a meter lentamente. No para de gemir y gemir hasta que la tuve dentro, la dejo un rato pero yo quería que no parara sí que empecé a moverlo y a empujarle con las manos el culo para que me la metiera más adentro. En esto empezó su mete saca cada vez más y más rápido, el gemía y gemía y lo único que podía decirme era lo mucho que quería hacer esto conmigo. Mientras con la otra mano me hacía una paja muy placentera.

Estuvimos así 5 minutos más hasta que note que se hinchaba su verga dentro de mí. Rubén se agacho y me susurro al odio:

Rubén : terminare dentro de ti, quiero solo seas mido y de nadie más. Ahora eres de mi pertenencia

Con estas últimas palabras libero tal cantidad de semen que mancho la cama de todo el semen que salía de mi culo. Ante tal panorama me corrí encima de mi pecho soltando tres trallazos que alcanzaron mi barbilla. Rubén tan a gusto se desplomo encima de mí diciendo:

Rubén : Ahora tienes una parte mí en ti jeje

Raúl : Podríamos haber estado haciendo esto desde que nos vimos, no sé porque no me lo dijiste antes

Antes de terminar de decir algo me cerró la boca con un beso mientras nos quedamos acostados el uno encima del otro.