Tardes de calentura de una mujer caliente

Daniela desdesperada por vestirse y sentirse mujer, busca sexo a como dé lugar esperando tener recompensa.

Escribir sobre mis aventuras como mujer me ha servido para desahogar todas esas cosas que, por miedo a ser juzgada, termino guardando sólo en mi cabeza pero quiero expresar para liberarme. Les he platicado cómo desde niña comencé por mi afición a lo femenino, pasando por mi primer experiencia (buena y mala), primer beso, primer salida de fiesta, etc., sin embargo hubo muchas cosas que sucedieron en el inter que iban formando esa mujer que llevo dentro y mis gustos por los hombres.

Sintiéndome identificada como mujer con el nombre de Diana a los 17 años, tuve la mala experiencia o suerte de conocer a un chico que me mintió prometiéndome que nos veríamos en un Hotel para vestirnos de chicas (lean "El nacimiento de la princesa que llevo en mí!").

Posteriormente identificada como mujer con el nombre de Mariana a los 18 años llegó Francisco a mi vida para conquistarme, enamorarme y cambiar esa mala experiencia que tuve como Diana por una tarde llena de ilusión, diversión y pasión, sintiendome feliz porque por primera vez mi cuerpo, alma, mente y corazón habían aceptado que me gustaban los hombres (lean "Mi primero beso y cómo perdí mi virginidad!").

Finalmente llegó a mi vida José a mis 23 años, un hombre maduro, caballero y cachondo que, gracias a la gran experiencia que me regaló desató a Daniela. Una mujer salvaje, sensual, cachonda, aventada y divertida que he llevado en mí desde pequeña y  quien soy hasta ahora (lean "Codida en mi habitación").

Esos son los 3 hombres que habían marcado mi vida hasta ese momento pero hubo más, recordarán que mi tiepo para transformarme en señorita sucedía cuando mis padres no estaban en casa y con ayuda de la ropa de mis primas, tías, amigas, y alguna otra que iba comprando poco a poco. Era una alegría absoluta en mi vida el quedarme sola porque significaba vestirme de mujer, tomarme fotografías, fantasear con hombres viéndome como mujer, filmar videos bailando como niña y coquetear con los chicos esperando que se pudiera concretar algo.

El armario de Daniela cada vez iba creciendo más y más, ya no tenía espacio en mi clóset para esconder mis tangas, brassiere, ligueros, lubricantes, perfumes, vestidos, etc. El miedo y paranoia constante de que mis padres encontraran que tenían una hija, y bien puta, me ponía tensa en algunos momentos y necesitaba irme liberando de cosas para tener lo necesario aunque para una chica eso no sucede. De las primeras cosas que tuve que deshacerme fue de las zapatillas porque eran poco escondibles, así que utilizaba las de mi hermana pero cuando se deshizo de las que me quedaban me quedé sin zapatillas.

Recuerdan a Rebeca? Aquella chica con la que tuve mi primer encuentro travesti? Bueno, pues seguía en contacto con ella por Messenger o por email y en una ocasión a mis 24 o 25 años me dijo que tenía ganas de verme pero que ella no tenía ropa para vestirse. La idea era vernos en un Hotel porque en su casa no se podía en esa ocasión, ella me maquillaría (escribí que no era muy buena pero era mejor que yo) y tomaría fotos. Cuando estuvimos en su casa me pidió penetrarla y no acepté, ella fue comprensible y eso de algún modo me hizo aceptar su invitación. Digo de algún modo porque eran más mis ganas de vestirme de mujer y ser Daniela por un rato que las ganas que tenía de verle pensando en lo que me había pedido anteriormente pero pensé: "Total! Si no me gusta algo me salgo y me voy, al fin es buena onda."

Acordamos vernos afuera de un Centro Comercial cercano a nuestras casas para dirigirnos después al Hotel. Me daba miedo/paranoia que me viera como chico porque al ser de clóset temía que fuera a reconocerme algún día que me lo encontrara y ahí sí no sabría qué hacer. Era un viernes por la noche, llegó puntual y cuando me subo al coche me dice con una voz suér dulce:

  • Hola Dani! Oye, vamos a ir a un Hotel bien padre que está aquí cerquita, no te preocupes que ahí traigo el maquillaje como te prometí. -eso me tranquilizó porque, a pesar de ser una persona grande de tamaño, era muy tierno-
  • Super! Yo traigo mi ropita pues me cambio, me maquillas, unas fotos y luego a a casa cada quien. -dije toda emocionada-

LLegamos al Hotel y no estaba tan lindo pero bueno, la compañía era agradable. Entramos al cuarto y pasé al baño para cambiarme: tanguita negra de mi prima, mini falda negra que había comprado, blusa roja que había comprado, brassiere negro de una amiga y toda depilada para verme linda. Esa sensación al sentir el encaje de las tangas siempre eriza mi piel, colocármela y voltearme para ver cómo se mete entre mis nalgas me emociona demasiado, girar mil veces y posar para verme sensual imaginando que un hombre me mira era mi ilusión al vestirme. Amo oler rico así que siempre tomo una ducha con gel de niña y me perfumo para oler bien, me gusta el perfume 212 de Carolina Herrera.

Salí de la habitación y, como en la ocasión anterior, comenzó a maquillarme mientras platicábamos y él se tomaba unas cervezas. Cuando por fin terminó comenzó con la sesión de fotos, yo hacía lo que él me pedía lo más sensual posible porque lo veía como un amigo tierno. Al cabo de unas fotos y unas cervezas que él se había tomado me dijo:

  • Oye fresa! (así me decía) La verdad me gustas un buen, no me dejarías chuparte ahí debajo de la tanga?
  • Noooo! Es que no me gusta. -dije mientras me alejaba-
  • Mira, es un poquito nada más, acepta o déjame tocarte por lo menos mientras yo me acaricio la verga. -decía de un modo que me daba ternura-
  • Bueno, pero sólo un poquito eh! -dije porque me dio ternura-

Comenzó a tocarme y decirme cosas pero su olor a cigarro, cerveza y sudor no más no me lograba excitar y cuando me dio un beso en el cuello mientras me agarraba las nalgas por encima de la falda le dije:

  • Ay querido! La verdad no me estoy excitando y pues yo ya te dejé tocarme, te parece si aquí le paramos?
  • Ándale fresa, un poquito más, si quieres me pongo condón y así todo sano entre tú y yo.
  • Hmm! Bueno, a ver póntelo y vemos. -dije por curiosidad y no por calentura-

La habitación estaba demasiado oscrua, se acercó a la mesa de noche, sacó un condón y se lo colocó mientras se masturbaba frente a mí diciéndome:

  • Es que me pones bien cachondo fresa! Déjame metértela un poco y si no te gusta me quito.
  • Hmm! Mejor no, la verdad ni lo voy a disfrutar y no quiero hacerte sentir mal.
  • Bueno! Me dejas masturbarme viéndote mientras te agarro las nalgas? -dijo ya caliente-
  • Está bien, hazlo pero si no me gusta te detiences, ok? -dije muy autoritaria, jajaja-
  • Si mamita, tú quieta que yo me atiendo.

La verdad es que comenzó a masturbarse y yo no lograba calentarme pero, cuando se vino y llenó el condón de semen se me antojó un poco y le dije:

  • Me dejas probarlo? -mientras lo miraba pícaramente-
  • Claro mi reina, chúpamela que tiene poquito todavía.

Me arrodillé y me metí su pene para ponerme "lápiz labial" color blanco y me gustó, el pene estaba ya sin erección y se veía "pequeño" pero pensé que era porque acababa de correrse. Salimos del Hotel, me llevó cerca a casa y nos despedimos sin más.

Un par de semanas después estaba muy caliente y reprochándome el por qué no había aceptado la cogida, pero ya había pasado. Había estado en contacto con otro señor maduro y quería que nos viéramos para vestirnos de chicas y a cambio de que yo aceptara él me daría unas zapatillas nuevas muy lindas (lo sé porque me las enseñó por foto). Así que un Viernes me pedí un día entero en el trabajo y cité a ésta persona en un Hotel, si por alguna razón las cosas se ponían "violentas" o no de mi agrado la habitación era mía y llamando a Seguridad podrían auxiliarme.

Llegué al hotel, tomé una ducha y me comencé a depilar en ella. Colocarme la toalla en el cabello, sentarme en la cama a colocarme crema para que mis piernas fueran suaves y escuchar música era algo que desde niña me emocionaba, me sentía como las mujeres de mi casa. Al salir terminar de colocarme una crema con olor a frambuesa me coloqué una tanguita rosa muy sexy, aprovechando el espejo grande posaba una y otra vez para ver mis nalgas con tanga imaginando un hombre detrás de mí acariciándome. Posteriormente me coloqué el brassiere sora que hacía conjunto con mi tanga y seguí frente al espejo admirando a la mujercita que soy, finalmente saqué una mini falda blanca muy pegada que permitía ver mi tanga y una blusa rosa escotada para resaltar mis pequeñas pero sexy tetas. Me maquillé como pude colocándome finalmente un labial rosa con brillantitos para que lucieran antojables mis labios. El cabello, al tenerlo largo y rizado, se me acomodaba de forma que sólo tenía que colocar un poco de mouse para hacerlo lucir lindo. Ahí estaba Daniela lista para salir a conquistar el mundo enseñando mis piernas y luciendo linda, esperé unos 10 minutos antes de que él llegara, no lo conocía y no sabía qué esperar pero mi objetivo era vestirme para verme linda y sentirme linda.

Por fin tocaron la puerta y mi corazón palpitaba porque me emocionaba que me vieran vestida de mujer (aún sigo manteniendo esa emoción) y dijeron:

  • Hola Daniela! Puedo pasar?

Me acerqué corriendo, abrí la puerta y le dije mientras abría y aún sin verlo:

  • Si claro bebé! Pásale! -Bebé? No sé por qué se me ocurrió, jajaja, creo que verme tan sexy me hizo poner un poco horny-

Al abrir la puerta vi a un señor de más de 50 años, yo tenía 24 o 25, muy bajito (me llegaba al hombro sin tacones), con una bolsa de Suburbia y me dijo:

  • Mira, aquí están las zaptillas que te prometí, se te van a ver lindísimas con esas piernotas que tienes. -dijo con voz temblorosa-
  • Ay muchas gracias! Ya me las coloco, pásale y pues yo te espero mientras te vas cambiando. -dije mientras trataba de provocarlo agachándome para que se marcara más la mini falda y él viera cómo se marcaba mi tanga a través de la falda-
  • Listo! Qué tal se me ven? -dije posando lejos de él lo más sexy posible-
  • Te ves bien buena!
  • Oye, pues si quieres te espero en lo que te cambias y nos tomamos fotos las dos. -dije un poco mamona-
  • Ay! Esteee ... No traje la ropa, es que no me la podía llevar al trabajo pero podemos hacer lo que quieras.
  • Bueno! Tómame fotos y luego platicamos. -dije mientras le daba la cámara-

Estuve como 15 o 20 minutos posando sensualmente y pidiéndole fotos pero él no decía nada, no era guapo, no era atlético, no era seguro de sí mismo pero Daniela estaba caliente así que le dije:

  • Oye! Pongo música y me grabas bailando? -dije mordiéndome un labio-
  • Siiiii! -le brillaron los ojos-

Comencé con Shakira porque me gusta mucho, después coloqué una canción de Reggeaton y comencé a acercarme a él porque ya Daniela quería sentir algo entre sus nalgas que no fuera una botella de Shampoo jajajaja, sin embargo al estar él tan bajito y yo alta + los tacones pues al agacharme mis nalgas quedaban casi casi en su cara jajajajaja. Bajé un poco más la cadera hasta encontrar su pene y sentí algo grande, pensé: "Bueno pues no tiene nada pero al menos el pene se siente grande."

  • Me dejas tocarte princesa? -dijo bien nervioso-
  • Claro que si papito! -dije mientras le tocaba la verga-
  • Oye, me das permiso de cogerte? -más nervioso aún-
  • Bueno pero si me duele te quitas, está bien? -obvio no me iba a doler porque ya estaba un poquito entrenada-
  • Siiii!

Sin quitar la música me fui caminando sexymente hacia la cama, me coloqué en 4 esperando que él hiciera lo que quisiera, sentía esa necesidad de sentirme mujercita y él era lo que había. De reojo noté que comenzó a desabrochar su cinturón, bajó su pantalón y yo ya ansiosa por sentir dentro de mí esa vergota que según yo tenía, le dije:

  • Cómo vas papito? Puedes o te ayudo?

  • Qué ricas nalgas tienes! -dijo nervioso y excitado a la vez-

  • Bueno pues son tuyas el tiempo que quieras. -dije sin voltear atrás- Ya tienes el condón verdad?
  • Si, ya lo tengo puesto.

Saqué lubricante, y me puse en las nalgas nada más y le pedí que él se pusiera en su verga. Quería sentirla hasta que estuviera dentro porque lo que había tocado estaba grande. Levantó mi falda y eso comenzó a calentarme, quería bajarme la tanga pero me gusta que me cojan con la tanga puesta por lo que la hizo a un lado y comencé a sentir la puntita de su verga: "Hmm, se siente bien, veamos qué más trae" -pensé.

  • Aggggr! Mamita qué rico. -escuché un grito de placer y no lo podía creer-

Volteo para ver si lo que creía era cierto y sí, el hombre no me penetró y se vino sólo de poner su verga entre mis nalgas y además el pito estaba mini, lo grande que sentí fue el celular jajajajajaja. No vale la pena entrar en estos detalles pero se terminó yendo y yo quedándome con las ganas de más, además de sentirme enojada por haber desperdiciado un día de vacaciones. Esto no se podía quedar así!

Al otro día mis padres no estarían por lo que la casa era sola nuevamente para mí. Seguí el ritual de siempre: preparar mi ropa para dejarla en la cama, tomar una ducha como señorita, vestirme, tomarme fotos, bailar, entrar en los chats y ver si conseguía ir de fiesta o algo más. Eran las 10 de la noche y yo estaba sin conseguir nada de nada, pintaba para un fracaso de noche, ahí estaba yo con una tanga morada de hilo, mini falda de mezclilla, tacones, brassiere morado, una blusa morada con negro y peluca larga aburrida de la noche cuando de pronto recibo un mensaje por mail diciendo:

  • Hola fresa! Qué plan tienes hoy?

Era Rebeca pero no sabía si quería verme como Rebeca o como Pablo (no recuerdo su nombre, jajaja).

  • Pues estoy vestida en casa, sola y viendo si sale plan. -respondí a su mail-

Al cabo de 10 minutos me envió su teléfono, le llamé y le dije:

  • Hola! Sorry que te llame pero como me diste tu numero supuse que sería más fácil charlar que el mail, qué haces?
  • Pues nada! Fíjate que tengo ganas de ir a bailar pero no tengo con quién, vamos? -dijo en buen plan-
  • Pero vendrías por mi y me regresarías a casa? -dije tontamente porque sólo 1 hombre había venido a mi casa-
  • Claro que si fresa! Cuenta con ello, dame tu dirección.

No tardé ni 2 segundos y ya estaba dándosela, era ahora o nunca. Esperé nerviosa cerca de 1h. Cada vez que me vestía de chica me gustaba salir a la calle donde vivo, que casi siempre estaba vacía, solo para experimentar el salir y sentir el viento entre mis piernas, sirve para elevar la adrenalina y la calentura. Por fin llegó Pablo, tocó a mi puerta y con la voz más femenina que tengo dije:

  • Hooola! Quién es?
  • Busco a Daniela, está en casa? -eso me gustó y abrí toda feliz la puerta-
  • Pásale! -dije mientras nos saludábamos de beso en la mejilla-
  • Oye, tienes cervezas o vino y cigarros?
  • Hmm! No y las tiendas están cerradas pero hay un Hotel en la esquina, puedes preguntar y a ver si te los venden.
  • Bueno! Voy a ver y regreso.

Por un momento estuve tentada a decirle que iba con él pero me contuve. Regresó 15 minutos después y lo invité a pasar pero a casa de mis tías que estaba vacía, a mi casa y mi cama todavía no. Estuvimos en la sala escuchando música y tomando un par de cervezas, que a quien me conozca sabrá que con 2 ya soy otra jajajaja, cuando de repente me dijo:

  • La neta fresa te traigo un chingo de ganas desde hace tiempo y te quiero coger, qué onda?
  • Hmm! Bueno pero sin besos en la boca porque me enamoro, jajajaja -dije a modo de broma pero un poco en serio jajaja-

Puso un poco de música y comenzamos a bailar cachondamente, me recargé en el sillón y dejé que tuviera iniciativa pero no era así, práctiamente yo tenía que hacer todo así que la calentura fue bajando de a poco. De pronto me dio una nalgada y me dijo:

  • Qué ricas nalgas mamacita! -me prendió muchísimo-
  • Sácate la verga y los condones! -dije mordiéndome el labio-

Mientras él buscaba los condones en su chamarra yo masajeaba su verga para consentirlo, y cuando por fin lo encontró le bajé el cierre y liberé su verga: era pequeña y yo me quería morir. "Por qué me tocan así?" -pensé- jajajaja

Ahí estaba yo parada frente a él masajeando su verguita mientras él trataba de abrir el condón. Me di la vuelta y abrí un poco las piernas, puse mis manos sobre el sofá, los tacones hacían que mis nalgas quedaran bien paraditas, él se acercó y poco a poco fue levantando mi falda de mezclilla hasta encontrarse con mi tanguita morada, comenzó a acariciarme y a hacer la tanga a un lado poniéndome lubricante.

  • Estás lista mamita? -dijo cachondamente-
  • Si! Damelo todo papito.
  • Te va a doler eh! Ese culito se ve que aprieta bien rico.
  • No te preocupes que estoy acostumbrada, tú métemela.

Poco a poco empezó a penetrarme, cuando por fin comenzaba a entrar la cabecita del pene me dio una nalgada y me dijo:

  • Agggr mamita! Qué rica estás y qué rico aprietas, tanto que me hiciste venir!!!!

Whaaaaaat? Es en serio? O sea, dos hombres no me la meten toda, ni la puntita, y se corren llenos de placer? Esto no puede estarme pasando. Como todo hombre, se quitó el condón, dijo que qué rico y se fue. No me interesaba que siguiera más en casa porque aún eran las 12 de la noche y podía hacer algo, había escuchado de un lugar llamado Espartacus que decían se ponía bien pero que estaba feo el lugar al rededor y estaba relativamente cerca, sin conocer mucho, con dos cervezas ya en mi cuerpo y vestida, me armé de valor y salí caminando de casa rumbo al sitio de taxis de confianza jajajaja.

Afortunadamente no había gente en la calle por lo que llegué sin contratiempos, creo que de algún modo lo hacía porque quería que me vieran pero pudo haber sido el alcohol. Me llevó el taxista a ese lugar y cuando llegué pensé: "Está horrible aquí!"

Honestamente entré porque ya estaba ahí pero pedí una botella con agua, me tomé unas fotos y luego me metí al baño porque estaba muy feo, al menos no es algo que a mí me gustara. Salí del lugar sin pena ni gloria y me dirigí a casa. La noche terminó conmigo masturbándome como loca pensando en chicos guapos mientras estaba en los chats de Transexuales cuando de repente recibí un mensaje en mi Canal de YouTube que llamó mi atención, era diferente ese mensaje y quería conocer al autor. Éste es el 4to hombre que marcó mi vida y de él hablaré en otro relato.

Besitos a todos los hombres guapos que me leen!