Tarde de videojuegos

El juego entre una pareja que lleva su fantasías a la diversión.

Tarde de videojuegos

Justo después de pasar todo en día paseando y disfrutando de la preciosa ciudad el y ella decidieron ir a un evento social para terminar así su noche.

Valentina lucía espectacular, traía puesto un vestido negro semi-transparente que le llegaba poco más arriba de sus rodillas, tacones negros que resaltaban mucho mejor sus largas y torneadas piernas, si nos fuéramos una capa más abajo podríamos notar ese conjunto negro con ligeros encajes que decidió usar en aquella ocasión, su cabello largo, negro y rizado resaltaban aún más su belleza y la hacían lucir más hermosa y sensual.

Su caminar era tan sutil que en cada paso dejaba ver su perfecta figura, todos la miraban, todos estaban al pendiente de ese contoneo de caderas, sus pechos se movían suavemente acompañando así sus pasos.

Roberto quien fuera el chico elegido por ella decidió comprar los boletos mas cercanos al centro de la pista para que su hermosa Valentina no se perdiera por ningún instante del espectáculo.

Entre luces, piruetas, gritos, trucos múltiples aplausos, entre eso y un poco más vaya que la estaban pasando muy bien.

La elegante chica estaba tan contenta que de vez en cuando giraba su rostro y besaba dulcemente la mejilla de Roberto, conforme fueron acumulándose las copas de vino los besos de Valentina eran más ardientes y algunas veces venían acompañados de caricias que siempre iban dirigidas a la entre pierna de aquel afortunado hombre, Roberto no podía quedarse sin hacer nada ante tal excitación, así que mojo un poco sus 2 dedos y muy discretamente hizo a un lado la ya mojada tanga negra de Valentina para poder introducirlos en su húmeda vagina, fueron los 10 minutos más eróticos de la noche pues ambos se dejaron llevar por el momento y el hecho de saber que podrían ser descubiertos en cualquier momento hicieron que sus dedos fueran el medio perfecto para expresar todo ese deseo.

Ligeros giros hacia la derecha, otros más hacia la izquierda, dedos adentro, dedos afuera, mano hacia arriba, mano hacia abajo, que divertido resultó para ambos tener que fingir ante los demás que nada sucedía, había momentos en los que Valentina frotaba tan rápido y tan rico el miembro erecto de Roberto que a el le era sumamente difícil disimular que bajo la mesa todo estaba normal.

Sus ansias de estar a solar y desnudos eran tales que la única alternativa posible fue salirse en medio del espectáculo, tomar el auto e ir a casa.

Roberto mientras conducía iba pensando en una idea que no salía de su mente y justo al cerrar la puerta tomo a Valentina por la cintura, le besó el cuello y sutilmente le dijo “Quiero que mientas juego mi videojuego me uses”, bajo sus manos y apretó con fuerza las suaves nalgas de su novia y repitió con más fuerza “Quiero que me uses”.

Valentina estaba tan dispuesta que lo cogió fuertemente de los testículos arrancándole un ligero quejido y le dijo “Quiero ir a la cama ya, prende tu consola, quiero cogerte ya”.

Sin esperar un in segundo más Roberto la tomó de las manos guiándola rápidamente hacia la recámara, inmediatamente prendió la consola, puso su videojuego favorito, cargo la última partida, se dejó caer sobre la cama y por poco se cae quitándose la ropa, faltó poco para que sus piernas se enredaran con su bóxer.

Era tal la euforia que ella con la simple mirada gritaba “me urge cogerte, date prisa”, al mismo tiempo Valentina se fue arrancando la ropa, lo primer en caer fue el vestido, después la tanga, enseguida el brasier, luego los zapatos y los aretes, todo salía volando dejando la habitación en un terrible desorden.

La linda chica se postró encima de el, bajó rápidamente sobre sus piernas y comenzó a lamerle el glande, succionando su miembro, moviendo la lengua una y otra vez, bajando hasta sus testículos, rozando con sus senos su erecta verga.

Mientras que Roberto en su tonto y fallido intento de seguir jugando, solo hacía que el juego se iniciara una y otra vez al mismo punto, no daba ni 10 pasos en su misión de guerra cuando se distraía cometiendo un error que lo llevaba nuevamente al inicio del juego, siempre al mismo punto.

Roberto decía “mámamela, cógeme, úsame” y ella como una loca solo podía obedecerle una y otra vez se volvía a bajar para hacerle sexo oral impidiéndole siquiera llegar al segundo nivel.

Había momentos en los que descaradamente Roberto soltaba el control y ponía sus manos sobre la cabeza de Valentina empujándola más y más adentro, el realmente que se la tragara toda.

A veces ella emitía sonidos que indicaban que su garganta estaba llena y a punto de atragantarse, sin más Roberto dijo “cógeme, cógeme” en un solo movimiento Valentina llegó hasta su pene metiéndolo rápida y bruscamente a su ya escurrida vagina.

O golpeó en su mejilla y le dijo “Toma el control y sigue jugando” el no hacía caso alguno así que ella apretó sus muslos y repitió “Toma el control y sigue jugando”.

El control llego nuevamente a las manos de Roberto y siguió jugando, la única manera de poder ver lo que hacía era moviendo su cabeza hacía a un lado intentar no distraerse con los tremendos movimientos circulares de sus caderas y el brincoteo de sus pechos.

Algunas veces era imposible y dirigía su mirada al rostro de Valentina el cual solía tener diversas muecas, sonrisas traviesas, apretaba los ojos tan fuerte y se mordía los labios tan bruscamente que parecía que sangraría en cualquier momento.

Si , si, Oh, si, sigue así, sigue así repetía Roberto.

Valentina de repente abría los ojos y se asomaba por un costado notando la falta de control que Roberto tenía al estar jugando, pues había partes donde el tenía que conducir y lo hacia de manera fatal, parecía que estaba observando a un primero en los juegos de plataforma.

Ella se sentía tan bien de saber que causaba tal efecto en el y por obvias razones eso le daba mas energía para continuar con sus perturbadores movimientos, eso le daba mayor fuerza a sus piernas y más ganas para dejarlo seco.

La misión de nuevo fracaso y definitivamente ambos perdieron el control, ella tomo fuertemente de la cintura empujándola hacia delante y luego hacia atrás, haciéndola estallar de placer, gritar y gemir sin poder más.

Es momento de que el tome el control no sin antes decirle “En cuatro, te quiero en cuatro, parame bien ese culito que me lo voy a comer entero” y así hizo ella tomo su posición y sumisa ante su hombre dejo que el descargara todo sobre ella.

La tomó por sus caderas y la cogió fuertemente , Valentina no hacia nada mas que seguirle el ritmo y cada que podía levantaba mas el culo.

Era tanto el placer que sentía que no podía dejar de apretar la sábanas con susu manos, ni mucho menos dejar e morder su cómoda almohada.

La cuenta comienza 1,2,3,4,5,6,7 si, si, si, si 8 orgasmos fueron los que Valentina sintió y justo en el clímax del octavo orgasmo, justo cuando más caliente y lubricada tenía su depilada vagina el gritó “ Me voy a venir, me voy a venir, te vienes conmigo?” solo pudo decir “SI, SI” cuando juntos y en un rico orgasmo ambos llegaron al extremo.

Roberto lo dejo todo en su delicada espalda y ella perdió el sentido unos instantes.

Con un tono tímido y satisfecho Valentina dijo: “Amor mío, espero ahora si puedas terminar tu misión”.