Tarde de sexo y orgia (3: La hermana de mi...)

Desde que la vi fantasee, soñe y me obsesione con tener ese culito. No iba a marcharme de esa casa sin antes conseguir mi cometido.

TARDE DE SEXO Y ORGIA III – LA HERMANA DE MI MAESTRA

Hasta el momento había sido un día algo agitado pero que no cambiaba por nada del mundo. Después de mi aventura sexual con mi maestra de ingles, la orgía de la tuvo como participantes adicionales a mi novia y la hermana de mi maestra y desde luego, lo acontecido en la clase de asesoría, era algo que quedaba para el recuerdo, el mejor día de mi vida hasta este momento sin lugar a dudas.

Después de que Claudia (mi novia) descubriera mi infidelidad y de que disfrutara de aquel festín sexual que se le dio sin previa planeación; esa noche tuvimos una larga conversación acerca de lo que era nuestra relación y, lo que significaba para ambas partes. Lo que les comente en los relatos anteriores era absolutamente verdad, no me arrepentía de lo que había hecho, de serle infiel a Claudia, pero los eventos que acababan de acontecerme daban un radical cambio en mi vida sexual.

Conforme pasaba el tiempo daba lo que fuera por que todo se volviera a repetir y, no abandonaba en mi el pensamiento de gozar del bien formado culito de Estela (la hermana de mi maestra). Sin embargo, esto no significaba que Claudia fuera para mi solo otra chica del montón, de hecho la quería, pero antes de enfocarme a Ella como su novio fiel, tenía que encargarme de ese pensamiento que había nacido en mi al conocer a Estela, de esa fantasía que empezaba a querer volver realidad con todas mis fuerzas.

Tengo que recordarles que si bien es cierto que ya habíamos estado en aquella orgía, aun no era mío ese culito y tenia que poseerlo de un modo u otro.

Durante la conversación a la que hice hincapié tres párrafos atrás, Ella me dijo que me quería, que le dolía mi traición y que tampoco estaba contenta con lo que acababa de hacer por venganza hacia a mi; dejándome muy claro que esto no quería decir que no lo hubiera disfrutado. Y además me hizo prometerle que si nuestra relación significaba algo para mi no habría mas infidelidades, a lo que yo accedí.

No paso mucho tiempo para que Claudia se quedara dormida, después de esto abandoné aquel cuarto, para este momento ya se me había espantado el sueño, por lo que decidí ir a la sala a ver algo de televisión.

-¿Problemas para dormir? –Me pregunto una voz que a primera no supe a quien pertenecía, pero que luego de voltear a verla me pude dar cuenta de que era Estela

-Y por lo visto tengo una acompañante en mi problema. –Le respondí con una sonrisa, a lo que Ella contestó:

-No era así hasta antes de escuchar algo de ruido...

-Perdona no era mi inten...

-No te preocupes, esta bien. –Me interrumpió mostrando una sonrisa muy atractiva y angelical que no le había notado. –Entonces, ¿de que se trata lo que vemos?

-Nada fuera de lo común. –Le respondí al tiempo que apague el televisor.

En ese momento aquel lugar quedó imposibilitado de toda visibilidad, como en penumbra, pero una penumbra placentera, nadie decía nada, la sala fue cubierta por un silencio mezclado con impaciencia, como esperando que alguno de los dos hiciera el primer indicio de lo que se venia avecinar. Estaba conciente de que esta era mi oportunidad, que talvez, no se volvería a presentar y tenía que aprovecharla.

Las palabras de Claudia se venían a mi mente, como si las volviera a escuchar, pero la hermanita de mi maestra tenia que ser mía y, como lo dije anteriormente así iba a ser de un modo u otro. A pesar de no pronunciar palabra y prácticamente no poder ver nuestros rostros, ambos sabíamos que aun estábamos ahí, un ligero brillo proveniente de sus ojos, supongo, me confirmaba mi teoría.

No deje pasar mas tiempo, mi mano acaricio su cara y llego hasta su seno, al no recibir ninguna negativa de su parte; me di cuenta que también lo deseaba, que estaba tan ansiosa como Yo. Dirigí mis labios a los suyos y los hice míos sin ningún contemplo, con desenfreno, introduciendo mi lengua en su boca para alcanzar la suya, su seno seguía siendo apresado por mi mano sin piedad, le quite su camiseta y, al momento de querer dirigirme a sus partes mas intimas, Ella hizo un movimiento que me dejo sin palabras, algo que no me esperaba; simplemente se levanto y se despidió con un beso diciéndome: no queremos que tu novia vaya a armar otra escenita de celos verdad. No me quedo mas remedio que, por mas infantil que esto vaya a sonar, darme placer a mi mismo en el mismo lugar donde había sido victima de su desdén.

Regresé a la cama con mi novia, Ella despertó y me preguntó que donde había estado, a lo que yo respondí que por falta de sueño había ido a ver algo de televisión. En el transcurso de la noche estuve pensativo, prácticamente sin conciliar el sueño, así es, pensando en Estela, era realmente increíble lo que me acababa de hacer, la tuve, era mi oportunidad de hacerla mía y la desperdicie, tal vez no se volvería a presentar otra oportunidad igual.

Llegó la mañana y con este por supuesto un nuevo día, Claudia continuaba durmiendo, ya se escuchaban voces merodeando la casa, era lógico, ya que la maestra entraba a laborar algo temprano. Al momento de entrar a la cocina la maestra ya estaba por salir, debido a esto solo se despidió de mi argumentando su entrada al trabajo, Estela ya se encontraba despierta, de hecho Ella mismo me dijo que acostumbraba levantarse temprano y que acababa de llegar de correr. Se veía increíble, aun sudadita por el ejercicio que acababa de hacer, unos shorts de licra que se ajustaban totalmente a sus gluteos, un top que dejaba ver sus senos esplendorosos, con sus pezones paraditos.

-¿Gustas algo de tomar? –Me preguntó mi musa del deseo

-Lo mismo que tu

-Entonces un vaso de jugo para el caballero.

Abrió el refrigerador, saco el jugo y cuando se disponía a servirlo, me acerque hacia Ella por atrás, rodee su cintura con mis manos, le dije que ahora no iba a escapar de mi, que no importaba que Claudia se hiciera presente, que tenía que ser mía, que su culito lo iba a perforar una y otra vez. Ella me pedía que no dejara de hablar, que la ponía caliente todo lo que le decía; empecé a acariciar sus nalguitas, baje mi boca hasta ellas y comencé a besarlas aun con su atuendo cubriéndolas, volví a dirigirme a su cuello, Ella lo giraba para poder besarnos, mas que besos eran roces de nuestras lenguas, Yo me encontraba pegado a Ella, pareciera como si fuéramos uno solo, Estela movía su culito rozándolo con mi verga que ya se encontraba lista ara lograr aquel cometido sexual, yo amasaba sus senos, apresándolos con fuerza, dando en ellos apretones que la hacían delirar.

Su culo no dejaba de moverse, ya sin top las caricias en sus tetas eran directas, pellizcaba sus pezones y nuestras lenguas no dejaban de juguetear, en verdad, tan solo de volverlo a recordar, de revivir aquella experiencia en mi mente, me caliento como no tienen idea. Baje una mano hasta su panochita y la tocaba por encima de sus prendas, mis acciones comenzaban a brindar frutos, lo supe ya que al dejarla al descubierto y dirigirme a su conchita me di cuenta, de que estaba mojadita, su sabor era delicioso, estaba probando un manjar en la intimidad de esa mujer, la tire al piso y me quite la ropa, me posesioné arriba de Ella, dando mi cara a su conchita y mi pené a su boca, era extraordinaria aquella sensación, al tiempo que mi boca recorría aquella vagina sin dejar lugar por explorar y haciendo que vibrara al tocar con mi lengua su clítoris; Ella se tragaba completita mi verga, dándome una mamada de primera, acariciándome las bolas, y sus manos dando un masaje en mi hombría. El placer sentido y brindado por ambos era maravilloso.

Me tire sobre el piso, al momento Ella misma dirigió mi pené a su interior y comenzó a ensartarse con un ritmo un tanto acelerado que me daba un placer exquisito, Yo llevaba mi boca a sus senos para poder mamarlos. No importaba lo incomodo que podía ser el piso, para estos momentos, era a lo que menos prestábamos atención, Yo seguí tirado en el piso y Estela se hechaba sobre mi, pasándome el ritmo de la cogida por momentos, yo comenzaba a meterle un dedo por el culo, me pedía que siguiera que nunca nadie antes le había tenido la verga incrustada en su panochita y los dedos dentro de su culo a la vez. Al llegar a los tres dedos dentro de aquel culito, sus alaridos eran hasta un tanto ensordecedores, me pedía que siguiera haciéndolo, que no parara por favor, ya había sentido un orgasmo por parte de Ella, y era el momento perfecto para desgarrar ese culito.

La empine poniendo su cara contra una silla y levantando su culito para empezar con mi labor, se la deje ir de golpe, le daba unas arremetidas con fuerza, en ese momento Yo era el dueño de aquel culo y podía hacer con el lo que se me pegara la gana, Ella solamente gritaba de placer diciendo que así siguiera, que se la metiera completa, que me la cogiera con fuerza. Le empecé a decir que fantasee con su culito desde que la conocí, que estaba seguro que iba a ser mío. El sexo ya era rápido y nuestros alaridos eran imposibles de callar, en esos momentos mire hacia la puerta y me di cuenta de que mi novia estaba presente, desconocía que tanto había presenciado, pero esto no me distrajo de mi tarea, aquel sexo del que éramos protagonistas era de un placer indescriptible, por mi pudiera haber durado todo el tiempo del mundo. Y no era solo eso, sino el percatarme que mi amante también lo disfrutaba desenfrenadamente era un placer mayor, infinitamente superior y, si suman que además de todo estábamos siendo observados.

Me vine dentro de su culo, el placer que ahora sentía era mucho mayor al que sentí con su hermana, al momento de sacar mi miembro de su interior, Ella cayo al piso de golpe, esto me asustó un poco, pensé que se pudo haber hecho daño, o, aun peor que Yo la pude haber dañado inconscientemente.

Sin embargo al dirigirme a Estela me dijo que no me preocupara que estaba bien, regalándome una sonrisa, esa misma angelical que les mencione algunas palabras atrás.

Mi novia solamente dijo que se marchaba y que nunca mas la volviera a buscar, que lo nuestro aquí terminaba, Yo no dije nada, sabía perfectamente que le había fallado y que talvez, la ruptura era lo mejor para ambas partes.

Me dirigí nuevamente a Estela:

-Segura, ¿qué te encuentras bien?

-Si, solo estoy un poco cansada y algo adolorida

-¿Te hice daño? –Le pregunte mostrando un poco de preocupación

-No, todo lo contrario, me regalaste el mayor placer que he recibido en mi vida. –Me contesto a la vez que me dio un beso, y agregando que talvez hasta en algún momento perdió el conocimiento, pero, que bien valió la pena.

Seguimos ahí por un buen momento, tirados en el piso de la cocina, besándonos acariciándonos, estado consientes de que talvez perdimos el control por un momento, pero que todo había salido bien.

No he vuelto a saber nada de Estela decidimos no tratar de iniciar ninguna clase de relación, que lo que habíamos vivido era algo que nunca íbamos a olvidar y que talvez nunca volveríamos a experimentar nada igual; que talvez algún día nos volveríamos a encontrar y que si algo mas se daba estaba bien pero, dejando muy claro que ninguno de los dos lo iba a provocar.

No he vuelto a estar envuelto en una relación desde entonces y, espero pronto encontrar una, quien sabe talvez y una de las damas que lea este relato se interese en mi; espero que así sea.

Con este relato pongo fin a la trilogía de TARDE DE SEXO Y ORGIA, espero que los hayan disfrutado, trate de dar en las tres partes algo mas que simplemente un interés sexual, sino una historia y un conflicto entre los personajes. Mezclando algo de lenguaje un poco fuerte, y en algunas frases dándole un toque poético a la historia utilizando algo de metáfora. Creo que para ser mis primeras creaciones quedaron bien, como siempre espero sus criticas y comentarios.

Chicas no se olviden de escribirme.