Tarde de piscina con papá
Las tardes de veranos siempre fueron calurosas, pero aquel día la temperatura subió más.
(Heterosexual)
En unos días ya empezaba mi viaje a lo que sería la universidad. Estaba solo a unos cuantos días para irme, por esto en estas vacaciones las estaba aprovechando lo más que podía.
Estaba en pleno verano y decidí tomar el sol para broncearme un poco con biquini de lo más top en el jardín. Yo estaba sola con mi padrastro, aunque él no se encontraba en el jardín conmigo.
Este es el padrastro número 5 que mamá trae a la casa y honestamente ya me acostumbré aunque este en especial es muy guapo, es como 10 años más joven que mamá, aunque ella no se ve para nada mal, él es castaño de tez color canela exótico y de complexión física musculosa aunque no tanto para exagerar.
Es hombre bastante atractivo con casi 40 años puede pasar por uno más joven y elegante y no solo su físico sino que también tiene o debe tener un buen paquete, he oído como mamá gime algunas noches, ella trata de no hacer gran ruido pero en la forma en la que él la penetra la obliga a gritar.
A veces me da envidia, me gustaría saber qué se siente ser follada por él, no soy virgen, pero admito que la flor la perdí mientras pensaba que era él.
Mientras dormía un rato muy excitada pensando en mi padrastro, me desperté un poco extasiada, era él, Carlos, mi padrastro quien me ponía protección solar.
Abrí los ojos lentamente y me vi con el casi llegando a mis tetas.
—Solo te lo coloco para que no te vayas a quemar— Dice.
Yo le permito el toque, sus grandes manos llegaron a mis tetas y yo de sinvergüenza no pude evitar gemir.
—La tienes dura— Señalo mis pezones.
Asentí. Me mordí el labio.
Este señor que de verdad me provoca.
—Tú también— Señalo su miembro que no oculta lo erecto que está.
—Un poco— Ríe.
—Yo soy buena bajándolo— Relamo mis labios de forma provocativa.
Este no aguanto más de la misma forma que yo y empezó a masajear mis tetas mientras me besaba.
—¿Y mamá?
—Ella no está y no tiene porque darse cuenta.
Asentí.
—Puede ser nuestro secreto.
Volví asentí.
El metió dos dedos de golpe a mi húmedo coño y no podría yo estar más caliente. Joder. Lo saca y lo mete con mucha potencia.
Yo gimo sin ningún pudor. Tal y como lo imaginé, agarré su miembro y también empecé a masturbarlo, ambos gemiamls en plena luz mientra pecabamos sin ningún pudor.
Cuando sentía que ha casi estaba llegando el quitok ropa y también bajo sus pantalones, abrí las piernas listo para recibirlo.
La primera estocada quemó, joder, la metió hasta el fondo al parecer no era sólo yo la que se moría de ganas. Empezó a embestirme muy fuertemente. Sentía que me rompía pero por más daño ni loca le decía que se detuviera.
El siguió en lo suyo mientras gritaba por más, sin importar a que mamá llegará o que algún vecino me escuchara. Mi húmeda estaba a tal flote que el salía y entraba sin ningún problema.
—Diablos, nena— Jadeo.
Siguió moviéndose más hasta que estache junto con el en un brutal orgasmo.
El se apoyo de mi y luego no paramos seguimos por un buena rato hasta la noche que mamá llegó y actuábamos como que si no le vimos la cara.
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