Tarde de pasión entre primos
Es la historia de como empece a tener relaciones con hombres, del porque las sigo teniendo y de lo bonito que fue mientras duró.
Una tarde de pasión entre primos
Era un caluroso día de Septiembre, del año 2001, en la isla de Tenerife, Canarias, España. Por aquel entonces, yo tenía unos 1
8
años y él, mi primo soñado y que tanto deseaba unos 27. Para poder transmitirle lo que en aquel momento yo sentía les voy a contar lo que años anteriores había ocurrido.
Desde muy pequeño he mantenido relaciones con él, (entre otros, pero esa es otra historia), y cuando digo pequeño es pequeño, sobre unos 7 u 8 años. Se pueden decir que un momento llegaron a ser abusos, pues en ese momento me obligaba a hacer lo que él quería. Y yo accedía, pues como niño, no encontraba manera de quitármelo de encima sino accediendo a sus caprichos, ya que me amenazaba con no dejarme salir del cuarto y demás cosas que ya he olvidado. Éstos podían ser a cualquier hora y lugar, normalmente en su casa que era la de mis tíos. Yo, inocentemente, iba a jugar con mis otros primos más pequeños, pero cuando él, Adán, me encontraba solo, pues me forzaba a que se la tocase. Me decía que si me gustaba, que esto no era malo, al contrario, era bueno, pero que no dijera nada. Más tarde me di cuenta que bueno era para él, porque yo lo pasaba muy mal. Sigo por donde iba, después de estar un rato tocándosela, se la sacaba, me decía que si me gustaba,....... yo, vagamente contestaba un si que no sentía (en ese momento). Si no había mucha gente en la casa, y por lo tanto, poco peligro, se llegaba a desnudar (que bonito cuerpo tenía, marcado y juvenil). Después de sacársela me decía que la besara, jajaja, yo le daba un piquito tan rápido que apenas posaba mis labios sobre su hermoso mástil (que pena). Me decía: noooo, hazlo mejor, ya sabes como..... Se refería q que le diera un beso en la punta de la polla, descapullada, con mis labios húmedos y si podía que le pasara la punta de la lengua por su orificio (ummmm). Cuando ya yo lo hacía como él quería pasábamos al siguiente paso, mi escapatoria!!!! Pero nunca lo lograba porque siempre me lograba retener de una manera u otra (ahora se lo agradezco). Después de esto ya venía lo que estáis pensando, me decía que se la chupara, (todavía escucho su voz y recuerdo estos momentos, porque fueron muchos, aunque aquí les cuente el mejor de toda mi infancia), yo, como era de esperar, decía que no, pero siempre insistía hasta que lo lograba, accedía, y se la chupaba. Adán me decía como quería que se la hiciera, que cuando la tuviera dentro moviera la lengua como en círculos, yo lo hacía aunque no sabia que lograba con ello. A él le gustaba, y yo pensaba que cuanto más le gustara más pronto me podría ir y recuperar mi libertad robada. Pero no era así, él quería más. Quería que la chupara toda, hasta el fondo, que mi nariz se perdiera en su bello bosque tenebroso, pero mi capacidad bucal no era la que es hoy en día, y me costaba muchísimo hacer lo que él quería; por eso sólo lo hacía una vez, pero me agarraba la cabeza por la nuca y me empujaba para que me la tragara toda. Yo lo aguantaba una o dos veces, luego, peleaba por quitarle la mano, pero poco hacía porque él era mucho más fuerte que yo. La verdad, es que siempre lo dejaba a la mitad (ahora soy consciente de ello), el pobre, supongo que siempre acabaría en el baño. Jamás se llegó a correr en mi boca cuando era aun niño, alguna que otra vez se le escapaba alguna gota de un líquido que yo pensaba que era mi saliva (ahora se lo que era). Éstos secuestros fueron así hasta que pasaron un par de años.
Recuerdo otra vez que lo hicimos en la azotea de la casa, (no se asusten que está cubierta, nadie nos veía). Me acuerdo que todo comenzó igual, pero subió de tono, esta vez, en la cual él estaba desnudo y yo semidesnudo, se acostó en el banco después de mamársela prolongadamente, (esta vez se había corrido un poco más en mi boca, como un trallazo de leche calientita, la escupí pero me quedó el sabor, mi primera vez). Ya acostado en el banco, me dijo que le besara el culo, flexionó las piernas y las apoyó en el borde del banco. Yo accedí, porque era algo nuevo y tenía curiosidad de saber como era; y no era lo único que iba a descubrir ese día. Me agaché y le vi ese culo tan bien puesto y formado, me acerque, y le di un beso en su zona más sensible, en su ano. Supongo que le gustó porque me pidió que lo repitiera pero esta vez dándole un par de lengüetazos, y así fue. Recuerdo aquella vista, yo con mi lengua lamiéndole el culo como si fuera el mejor de los helados y mirando su majestuoso miembro con sus dos súbditos, moviéndose al son que dictaba su mano. Fue glorioso, en ese momento me di cuenta de que el tema ya me estaba empezando a gustar. Después de esto, y como había tiempo, pues estábamos prácticamente solos, carecíamos del peligro de ser sorprendidos en plena faena me dijo que hiciera otra cosa nueva. Me quitó los pantalones y los calzoncillos, me recostó en la mesa, colocó mis piernas en sus hombros, y se acercó hacia mi. Casi al instante noté como algo entraba por mi culo, me dolía, pero al cabo del rato el dolor se había ido para dar la bienvenida al placer. En este tiempo estaba pensando que era lo que estaba pasando, Adán me estaba penetrando, a la vez que lo hacía me miraba, me miraba con una cara tierna de cariño y a la vez de gusto, y a través de sus ojos pude ver que en el fondo le dolía lo que me estaba haciendo. Seguimos así un tiempo, pero se vio interrumpido por el sonar del timbre de la puerta y ante tal peligro, decidimos, sin mediar palabra, cesar en nuestra acción. Al día siguiente de esto, tuve que volver a la casa de mis tíos y por suerte o por desgracia ahí estaba él otra vez. Se las volvió a ingeniar para dejarme sólo de nuevo con él, no se como lo hacía pero siempre lo lograba, jamás me iba de allí sin encontrarme a solas con él. De nuevo volvió a empezar todo, esta vez sin tanta resistencia por mi parte. Se me plantó delante, me dijo que se la tocara por encima del pantalón, luego él me la tocó a mí, por primera vez en mi vida, me la sacó, la miró, yo le saqué la de él, se la tocaba, nos mirábamos tiernamente a los ojos, y después de un largo silencio me dijo que si se la chupaba. No me obligaba a ello, me preguntaba si quería, obviamente, con esa carita no me pude negar. Esta vez no obligó a enterrármela porque ya lo hacía yo solito. Disfrutamos como nunca, tanto Adán como yo, le hacía todo lo que me había enseñado, movía la lengua, le masajeaba los huevos, se los chupaba, lo masturbaba a la vez que se la mamaba, le hice de todo. Cuando ya dejé de chupársela, nos miramos a los ojos, una mirada que traspasaba barreras, y nos fundidos en un tierno y amoroso beso, que jamás en mi vida podré olvidar. Esa sensación de tenerlo tan cerca, de sentir sus labios, sus manos, los movimientos de la cara, todo!!! En ese momento se paró el mundo para nosotros, y sigue parado cada vez que lo recuerdo. Lo sorprendente fue lo que sucedió después, cuando terminamos de besarnos, me la sacó de nuevo, se agachó y me la empezó a chupar, jamás lo había hecho. Lo hacía con mucho cariño y sensualidad. (Ahí me di cuenta del significado del movimiento de la lengua). Aun recuerdo aquel primer momento, tan bonito, tan romántico, eran muchas las sensaciones que yo contenía y me siento incapaz de explicar lo que sentí en eso momento (a excepción del placer, que obviamente, todos sabemos lo que se siente)
Pues bien, este fue el último recuerdo que me quedó de esta relación porque fuimos pillados in fraganti (cuando me la mamaba), pero logramos que no se supiera nada de esto.
Supongo que por miedo de ambas partes no seguimos con "lo nuestro" hasta pasados 3 años. Durante todo este tiempo yo lo veía y recordaba aquellos momentos tan importantes para mí, tan placenteros. Y aunque al principio me alegraba de que todo hubiera acabado pues mis sentimientos no estaban bien definidos, al final no fue así. Entre nosotros siguió existiendo esa atracción oculta, pero ahora no éramos capaces de manifestarla. Mis sentimientos y mis ganas hacia él fueron creciendo con cada mirada, con cada roce (provocado por mi parte), con cada juego. Y ya no digo cuando yo estaba en la habitación y él aparecía en calzoncillos, es que se me iba todo hacia él, pero me lograba controlar. Tenía miedo a su reacción, había pasado mucho tiempo de aquello, y además, ahora tiene novia, una zorra que las mata callando. Y en todo este tiempo, él me seguía tratando con el cariño de siempre, un cariño que no sabia si era de primos o de amor.
Pasó el tiempo, y llegamos a esa tarde tan especial. Yo estaba en la casa de mis tíos, junto a ellos, mis otros primos, y como no, junto a Adán también. Resultó que toda la familia se tuvo que ir, menos Adán, que no podía ir, y yo, que tampoco podía ir (de cara al público, porque lo que yo quería era quedarme a solas con él). Él iba a salir más tarde con sus amigos, por eso no fue, y como yo no tenía prisa en irme, me quedé, junto a él, viendo una película que estaban echando en la tele. Yo no se si él ya tenía el mismo pensamiento que yo, pero la cosa fue que me dijo que subiéramos a su cuarto y veíamos la tele allí. Así fue. Llegamos allí, y lo siguiente que hizo fue apagar la luz, cosa que no era frecuente. A medida que el tiempo avanzaba, mis ganas de comérmelo todo aumentaban considerablemente, junto a mis nervios. El verlo tan cerca, tan mono, tan guapo, mas ganas daban. Y como no me las iban a dar, imagínense ustedes a un macho de 27 años, mas o menos alto (176 cm), de pelo corto, moreno, ojos marrones, labios en su punto, ni carnosos ni pequeños, tez morena, orejas pequeñitas,......... en sí, su cara era un sueño. Después, un cuerpo delgado, formado, no muy marcado, con poco bello, piernas bien fornidas, un culo bien puesto, y un paquete que se notaba de lejos, y además, que él lo hacía notar, pues siempre se la está tocando.
Como no estar nervioso con semejante elemento, a mi me temblaba todo. En ese momento yo era alto (y lo sigo siendo, claro está), 180 cm, algo corpulento, de pelo negro, corto, ojos claros, labios sensuales, guapo, etc. Les sigo contando, estábamos tumbados en la cama (de matrimonio), contigua a su cuarto (porque al final no fuimos al de él, el mamón lo tenía todo planeado). Él por un lado y yo por el otro, separado por unos 50 cm. Yo le miraba de reojo, su postura me excitaba pues era como si me estuviera tentando. Estábamos boca arriba, estirados a lo largo de la cama, yo con las piernas rectas y él cruzadas, con los pies desnudos. Esas piernas, fornidas (jugaba al fútbol) y peludas, cruzadas, con unos pantalones cortos azules, que al ser de tela le marcaban paquete, una camiseta corta, que al tener los brazos cruzados por detrás de la cabeza, me exhibían sus axilas. Me estaba provocando, no había duda. No paraba de tocarse la polla, haciendo como que la colocaba o se la rascaba. Se notaba la tensión en el ambiente, estábamos en silencio, viendo una peli que ni nos gustaba. Yo, para romper el hielo (el silencio), me ponía remolón para que cambiara el canal, como decía que no, cogía el mando y lo cambiaba yo. A los segundos, el lo volvía a cambiar, pero yo me ponía a pelear por el mando para cambiarla de nuevo (realmente, a mi me daba igual lo que pusiera, sólo hacía para poder tocarle, jugar con él, rozarle los brazos). Entonces, como no lograba que la cambiara, me puse como enfadado pero seguía insistiendo, cuando me dice:
¿O te estás quieto o te arranco la polla? Tocándomela con el pié derecho, pues tiene facilidad para coger cosas con los dedos de los pies.
Entonces yo le respondo:
Pues como te coja yo la tuya, vas a ver. (no se ni como me atreví a decirle eso, recuerdo que hasta la voz me temblaba)
A lo que me responde:
¡Tócamela!
Yo no sabía ni que hacer, si hacerlo o no. Volvió a insistir, y lo logró. Se la empecé a tocar por encima del pantalón, con la mano derecha, la tenía normal, flácida. Él seguía viendo la tele, haciendo como si la cosa no fuera con él, pero si iba con él. Lo miré, el seguía viendo la tele. Recuerdo que con los nervios que tenía, hice una mueca para descargar energía, tensé los músculos del cuello y de la cara, él no me vio. Yo seguía tocándole la polla, parecía que todo era mentira. Había logrado lo imposible, volver a tenerlo, y esta vez no me iba a escapar ni nada de eso. Todas las situaciones que yo había provocado para rozarle, tocarle el culo, el paquete, habían dado fruto, estaba supercontento aunque lo seguía sin creer. Ya habían pasado unos minutos y seguía sobándolo, cuando me mira y me dice:
- ¡Mete la mano¡
Yo obedecí sin rechistar, le levante un poco el pantalón azul que todavía me pone a 100 cada vez que lo veo con él, para no hacerle daño trincándole algún pelo, y metí la mano, a estás alturas ya estaba como una roca. Al meter la mano me percaté de que no llevaba calzoncillos, el muy jodido se los había quitado, ya sabía lo que iba a hacer que ni se los puso. Recuerdo la sensación de calor que me dio cuando introduje mi mano en su pantalón. Le estaba tocando la polla a Adán, no me lo podía creer, la tenía dura, grande, más que la última vez, le tocaba todo, su miembro, sus huevos, más peludos, grandes, ummmm, que placer me estaba entrando ya. Estuve así un par de minutos, los más satisfactorios de mi vida. Entonces Adán ya mostró su verdadero interés, apagó el televisor y empezó lo bueno. Se acercó un poco a mí y me la tocó. Luego le miré, me miró, nuestros ojos se fundieron en una sola mirada, y me dijo:
- ¡Chúpamela!, Esa palabra que tanto hacía que no oía.
Yo no me lo pensé mucho, se la saqué. El volver a verla fue como ver a una vieja amiga pero ya mejorada. Era grande, unos 18 cm, peluda, gorda, estaba descapullada, su glande era rojizo y grande, brillaba en la oscuridad de la habitación, y no esperé más, me la acerqué a mis labios, la besé, le pasé la lengua, primero por su capullo, luego por todo el tronco, subí hasta la cabeza y me la metí en boca. Le di un par de chupadas y luego empecé a tragármela toda, a chupársela como a él le gustaba, y le gustó, su respiración se agitaba, comenzaba a moverse....... de gusto. Que sensación...... esa polla, que tanto había deseado, entre mis labios de nuevo, BIENNNN, LO LOGRÉ. Se la chupé un largo rato, pero se conoce que no quería acabar tan rápido que me dijo que parara, se acercó de nuevo hacia mí, me recostó, desabrochó mi pantalón y me la sacó. La miró, y me dijo:
Como ha cambiado, que grande y que gorda. No era así como la recordaba, pero si como me la imaginaba.( me mide unos 18 cm)
Se acercó a ella, me la agarró bien fuerte y empezó a chupármela. Ohhhh,..... que gusto. La mamaba como los ángeles, se la tragaba toda, la sacaba, volvía de nuevo,..... yo estaba en el séptimo cielo ya, sería por la excitación de tenerlo de nuevo, por la mamada que me estaba pegando......, no lo sé. Lo único que se es que esta gozando como un menudo. De repente cesó en su tarea, me dijo que me levantara, me bajó los pantalones y los slip hasta los tobillos, mi quitó la camiseta y me tumbo en la cama. Él se colocó encima de mí, al contrario que yo, formando un 69 en 3D. Que vista más gloriosa, tenía sus cojones encima de mi cara, su polla dentro de mi boca, y a la vez, sentía el gusto que me estaba dando con su linda boca, era perfecto, el primer 69 que hacía. Estuvimos un rato así, pero como sus brazos, supongo, se cansarían, nos colocamos de lado, siguiendo en el 69. Aquellos minutos fueron gloriosos, y los que vendrían ahora también. Seguíamos chupándonoslas, pero yo paré para contemplar ese cuerpo que ahora era mío. La vista no podía ser mejor, sus piernas bien tonificadas y velludas a mi lado, sus huevos y su polla, grandes, hermosa, cerquita de mi boca, sus abdominales perfectos, sus pezones, su cuello, cara,.....yo, mientras el seguía dándome gusto, le acariciaba todo su cuerpo. Le tocaba sus piernas, su culo, su hoyito de golf, un poco su espalda, grande, lisa, perfecta. Volvía a tocarle su culo, se lo cogía bien, pues quería recordar todo su cuerpo por si esto no volviera a pasar. Sin darme cuenta, le estaba metiendo mi dedo en su culo, le gustó, paró de mamármela y me dijo:
¿Te apetece metérmela?
Yo estaba atónito, no daba crédito a lo que oía, mi querido primo quería que lo penetrara. Lo iba a sentir más mío que nunca,............. claramente, acepte su proposición. Él se colocó, se puso a cuatro patas en el centro de la cama. Yo detrás, de rodillas, apuntando a mi objetivo, observando a mi posesión, contemplando su cuerpo, su culo. Entonces me incliné y le pasé la lengua por su ano. Esto lo excitó muchísimo. Después de unos minutos lamiéndole, le acerqué mi falo, le pregunté si ahí estaba bien, me dijo que sí. Empujé, y costó un poquito pero entró. Adán se estremeció, respiró hondo y gimió un Ohhhh muy profundo. Yo empecé a penetrarlo, la sacaba un poco y volvía a enterrarla, así todo el rato, cada vez sacándola más, a medida que iba dilatándose. Las envestidas cada vez eran mas salvajes, esta gozando de lo lindo, que gusto, nuestros cuerpos ya empezaban a sudar. Entonces me dijo:
Cuanto te vayas a correr avísame.
Y así fue, a los pocos minutos le dije, estoy a punto. Entonces se separó, se dio la vuelta (poniéndose boca arriba), pasó las piernas por encima de mí en milésimas de segundo, y me dijo: acércate, acércate. Puso su boca a la altura de mi polla y le lancé uno, dos tres, cuatro,.... chorros de leche que fueron a parar a su boca. Yo le veía y no lo creía, con sus ojos cerrados, degustando mi semen y buscando más con su lengua, hasta la última gota. Me quedé exhausto, boca arriba en la cama, pero cuando me dijo que quería poseerme, el cansancio voló y me puse en posición. Él detrás de mi, todavía con semen por las comisuras, me presionó mi hoyo con su capullo, y me dijo:
¿No te han vuelto a penetrar, verdad?
No, le dije yo.(sólo lo había hecho él, aquella vez)
Pues relájate un poco, que vas a disfrutar bastante.
Yo no sabía que era lo que estaba haciendo, cuando siendo algo húmedo en mi culo. Me estaba lubricando con su lengua, que gusto joderrrrrrrrr, fue increíble. Cuando ya estaba totalmente relajado me dijo:
¿Te gustó? Pues ahora vas a ver.
Entonces se puso saliva en su polla, se acercó a mí y ahhhhh......., que dolor y que gusto a la vez. Dios, me puso en no se que cielo. Lo estaba haciendo de lo más cariñoso posible. Lo hacía despacio, la entraba un poco, luego la sacaba un poco, la volvía a entrar un poco más que antes, así hasta que la sentí toda, hasta que sus bolas chocaban con mi trasero. Fue bestial, salvaje, emocionante. Yo gemía como una perra, y él igual, esto nos superaba. Así estuvimos un rato hasta que acabó dentro de mí, hasta que sentí como me llenaba mis entrañas de leche, de abundantes chorros de su leche, cosa que me encantaba. Al acabar se dejó encima mía, que sensación tan agradable. Pero aquí todavía no acaba la cosa. Después de esto se incorporó, la sacó de mi trasero ya nada virginal pues me lo acababa de devorar y me dijo:
Acompáñame al baño.
Me cogió de la mano y me llevo hasta el baño. Los dos desnudos, de la mano, paseando por la casa. Una vez en el lugar citado, me puso delante del lavabo, él se colocó detrás, empalmado, haciéndome sentir de nuevo aquello que tanto gusto me había dado. Me tomó mi polla con sus manos y me la lavó a la vez que me la masturbaba. Luego él se puso delante y yo hice lo mismo. Cuando acabé, recorrí todo su abdomen y pecho con mis manos, le toqué todo, sus pechos, pezones, barriga, muslos, todo. Se dio la vuelta, quedamos enfrente del otro, nuestras pollas se tocaban. Nos miramos, me tocó la cara, los labios, y nos fundimos en un cálido beso que jamás olvidaré. Un beso que para mí fue eterno, nos estuvimos morreando y sobando bastante tiempo. Yo le besaba, juntábamos nuestras lenguas, le chupaba la oreja, se la recorría con la punta de mi lengua, le besaba el cuello, de nuevo le besaba la boca, así los dos. En un momento dado de todo esto le noté superexcitado de nuevo y comencé a bajar a través de su cuerpo. Empecé por la orejitas, el cuello, le bese y chupé las tetillas, que gusto le dio. Seguí bajando por sus abdominales, marcando me recorrido con la lengua y candentes besos, hasta que llegué a su polla, ya parada de nuevo hasta el punto máximo. Comencé a chupársela, a besarla, a masajearle los huevos, se los chupaba, le pasaba la punta de la lengua, le daba besos y lamía su ingle, Ohhhhh...... se regocijaba de gusto. Volvía de nuevo a su capullo, rojo, brillante, grande, se lo chupaba, me lo enterraba, me comía todo su tronco, ancho, marcados por sus venas, me lo tragaba todo. Cuando lo tenía enterrado levantaba la vista y era una vista maravillosa, su cara de gusto, su cuerpo tan recto y plano, marcado por el ascenso de su bello púbico, me ponía a 100. Al rato de estar así, me percaté que apretaba sus nalgas, se agitaba su respiración,..... venía mi premio. Noté unas cuantas gotas de semen ya en mi lengua, y acto seguido me cogió suavemente por la barbilla, abrí mi boca y trallazos de semen inundaron mi garganta, tantos que no me daba tiempo a tragar, se salían de mi boca, manchaban mi pecho, que imagen fue esa. Esto fue él punto máximo jamás alcanzado por mí. Después de esto me limpié, nos besamos, me vestí y me despedí, con otro beso y cara de satisfacción, hasta otro día.
Espero que les haya gustado mi relato. Lo ha intentado narrar de la forma más detallada posible y que entendieran mis sentimientos hacia él, para así pudieran comprender la situación, la cual es que yo estoy enamorado, de la persona que un momento abusó de mí, del que me enseñó todo sobre el sexo entre hombres, y con el que hice todo por primera vez. Me enseñó muy bien porque me lo han dicho (lo bien que lo hago) aunque ningún polvo que he echado por ahí ha sido como con Adán, ni por sexo ni por sentimiento o atracción. No se si fue un poco tedioso, pero creo que vale la pena. Actualmente yo tengo
29
años y él 29. Durante éstos 3 años hubieron muchos encuentros, pero no tan completos como estos, ni tan tranquilos. Ya me he acostumbrado al peligro, y la verdad, es que me pone el poder ser pillado. Los que en mi familia saben lo mío es que he tenido rollo con ellos, de resto es un secreto bien guardado. Adán actualmente, sigue con su novia. Ya no muestra ese cariño amoroso hacia mí, ha cambiado. Pienso que será porque al estar conmigo, para él es traicionar a su novia. Me había propuesto volver a recuperarlo, porque ahora hace tiempo que no pasa nada entre nosotros debido a que sólo quería que se la chupara, y yo quería más, por lo menos, que él hiciera lo mismo, pero no cedió. Nunca se lo he dicho, pero el echo de que se la chupe también es traición,¿no? pero para él parece que no. Y para colmo soy conciente de que tiene relaciones esporádicas con otro tio, aunque es motivado por cuestiones económicas. Esta persona es miembro de la familia. Pero de todas maneras me lo estoy replanteando, porque hoy me he enterado que va a ser padre. La noticia no me ha podido sentar peor. Después de esto, que paso dos meses se casó. Y ese día hubo un altercado en la boda y desde lo cual no hemos vuelto a hablar. Hace ya tres años. No nos dirigimos la palabra y hemos perdido toda relación. Al principio sentí odio y celos, pero ahora siento añoranza de ese tiempo y de lo feliz que llegue a ser. Después de eso nunca he sentido nada igual. Han habido muchos hombres y muchas historias (que ya las contaré) pero sin sentimiento ni tanta pasión. Cada vez que lo veo me da un vuelco el corazón y espero algún día que todo esto cambie y nos volvamos a llevar bien aunque no se si volveremos a tener relaciones.
Espero vuestros comentarios. Gracias por leer esto