Tarde de lago con mi familia
Una rica tarde en el lago con mi madre y mi hermana se transforma en una MUY RICA tarde de lago.
Buenas tardes. Mi historia comienza cuando tenía 17 años de edad. En ese tiempo vivía con mi madre y mi hermana en una linda casa en la costa de un lago de Chile; aquel lugar era una pequeña ciudad adaptada a las personas que querían alejarse de lo rutinario, y encontrar un lugar más tranquilo y relajado para poder vivir. Claro que tiene lo que cada ciudad normal tiene: Centro comercial, bancos, hospitales, supermercados, etc. Pero todo se encuentra más separado, por lo que no hay tanto nivel de stress. En fin, la distribución de la ciudad era muy buena. Además, por ser ciudad turística, siempre tiene pubs habilitados en cualquier momento, además de pequeños botes y otros implementos para que las personas disfruten del lago de formas distintas a la de bañarse directamente en el.
Nuestra casa era muy acogedora; tenía una terraza de madera donde estaba la puerta de entrada, la que llevaba a un living comedor bien decorado y combinado en lo que a colores se refiere. Siempre mantuvimos un estilo de decoración estilo rustico, como las cabañas de veraneo que hay en algunos bosques. Luego, al frente de la puerta principal había otra puerta, que llevaba a la cocina, que estaba, a la vez, conectada con el comedor, dándole un estilo de cocina americana. A la derecha estaban las piezas, unidas todas por un pasillo largo con forma de T al final, donde, a un lado, estaba la habitación de mi madre, y al otro, un baño. Nuestras habitaciones, la de los hermanos, se miraban de frente en la parte larga de la T.
Por ese entonces, mi hermana tenía 18 años, y mi madre 37. Ella era una mujer muy linda; para haber tenido dos hijos su figura aun se mantenía muy bien; era morena y de ojos verdes, con una melena larga que le llegaba casi hasta el culo. Sus pechos eran bien grandes, yo diría que cerca de los 100. La cintura era medianamente estrecha, pero como a mi me gusta; esta se combinaba con un culo precioso, bien parado y no se movia para nada al caminar; se mantenía siempre en su lugar.
Mi hermana era la figura de mi madre, solo que sus pechos, por cosas lógicas, eran mas pequeños, pero no menos excitantes. Su cintura se mantenía casi igual, pero tenia el culo algo mas grande que el de mi madre. Yo, en ese entonces, era de estatura normal, pero mas alto que mi hermana y casi del mismo tamaño que mi madre. Tenia, en realidad, todo normal, a excepción de mi pene, que media exactamente 18,7 cm. Creo que era algo mas grande que el promedio, o quizás no, pero estaba orgulloso de el. Además, era muy grueso, y la cabeza era del mismo grosor que el resto del tronco; me gustan los penes asi, porque los que tienen el glande mas grande, lucen como un hongo, y me desagrada.
Lo que ocurrió en mi familia fue muy excitante. Al principio, me refiero a cuando llegamos a vivir a esta casa, todo fue normal, es decir, éramos una familia normal. Pero el hecho de vivir al lado del lago hizo que mi mente y visión hacia mis cónyuges cambiara. Verlas a ambas en bikini, a veces colaless y otras no, provocaban visiones que no podía evitar y a veces me quedaba atontado mirándole el culo a mi madre o las tetas a mi hermana. Creo que nunca me descubrieron, pero luego de un tiempo me acostumbre a hacerlo, y ya no me molestaba que se percataran de si lo hacía o no.
Un día, que amaneció muy nublado, quisimos ir al lago a relajarnos en la arena, ya que era muy parecido a una playa. Tomamos las cosas necesarias, las subimos al Jeep y partimos. Una vez ahí, yo me baje y me saque las zapatillas, para quedar descalzo, aunque se me había olvidado cambiarme y ponerme traje de baño. Pero no era el único; ellas dos estaban con ropa de casa, y habían traído sus cosas en la maleta, al igual que yo. Entonces decidimos cambiarnos en el Jeep. Primero seria yo, mientras ellas se sentaban al lado para no mirar. Me subí al mismo y me saque toda la ropa, y tenía una erección sin razón. Estaba totalmente desnudo en el Jeep, con mi madre y hermana sentadas a un lado. Podía ver sus cabezas que a veces giraban o bajaban y subían.
Entonces me sente y busque entre mis cosas mi short, pero no lo encontraba. Insistí y de repente escuche la risa de mi hermana, quien se puso de pie y, tapándose los ojos con una mano pero no tanto, me entrego mi short, muerta de la risa; yo sabía que estaba viendo descaradamente mi pene, porque se puso roja. Mi madre se puso de pie de la misma forma que mi hermana, con una mano cubriendo sus ojos, pero también se puso roja. Ambas se reían de mí, que abriendo una ventana, recibía mi ropa. No dije nada, y tampoco tape mi erección; de alguna forma quería que la vieran bien. Y así, volvieron a su posición natural. Y mientras me vestía me preguntaba, ¿Por qué hicieron eso? ¿Desde cuándo me habrán estado espiando? Y cosas por el estilo. Esas preguntas rondaban en mi cabeza, hasta que estaba de pies fuera del Jeep. Ellas entraron de inmediato sin decirme nada, y aun un poco rojas por la excitación, o vergüenza, que se yo.
Entonces hice el mismo procedimiento, en ves de solo irme al agua un rato. Me sente al lado del Jeep, y las escuchaba reírse y el auto se movía. Me di vuelta agachado a un lado y me asome de a poco, y la svi desnudas. Que cuerpos tenían. Si mi erección dentro del Jeep era grande, ahora lo era mucho más. Estaban sentadas revoloteando en la maleta, y no se daban cuenta de que estaba ahí. Mi hermana se puso de pie tanto como pudo, para ponerse un colaless, de espaldas a mi; yo le veía como atontado su culo, y mas atontado quede cuando mi madre la empujo y vi su vagina momentáneamente, y luego su culo pegado a mi cara, en la ventana del vehículo. Si hubiera estado abierta, me hubiesen descubierto. Luego, escuchaba mas risas entre ellas, y volvi a mirar sigilosamente. Ahora mi hermana tenia puesto su bikini, pero mi madre solo tenía su parte de abajo. Aun podía ver esas hermosas tetas, con sus pezones de color rosado erectos. No podía, o eso creo, encontrar su bikini, y paso cierto tiempo hasta que lo encontró y se lo puso. Cuando estaban listas, volvi a mi posición natural hasta que se bajaron.
De ahí, todo normal. Estábamos en el lago, nadando, jugando, riendo, y todo bien. Luego mi madre se salió y dijo que iba a relajarse en la toalla. Mi hermana se quedo conmigo un rato mas, pero me abandono en unos minutos, a hacer lo mismo que mi madre, quien nos miraba. Se recostó a su lado y me miraban, y se decían cosas, yo nadaba tranquilo, sin gente que me molestara; de hecho, eramos los únicos ahí, ni las pequeñas tiendas que allí había estaban abiertas. Las volvi a ver luego de un rato, y estaban sentadas de espaldas a mi, y vi que no tenían sus bikinis puestos. Y se me paro de golpe. Las seguí viendo y se volvieron hacia mi, que me puse a nadar como si nada. Pero les volví a ver las tetas maravillosas que tenían. Se acostaron mirando al leve sol que había y se quedaron asi. Cuando había pasado mas de media hora, me sali, y ellas estaban dormidas. Me moria de ganas de tocar y chupar esas 4 perfectas tetas, pero no lo hice, evidentemente.
Me acoste al lado de ellas, y se despertaron con mis movimientos, pero en vez de tapar inmediatamente sus tetas, me preguntaron si se tapaban. Les dije que hicieran lo que quisieran. Yo me acoste de cara a la arena y me quede asi un rato. Pero las escuchaba hablar entre ellas muy bajito. Entonces las mire y estaban de pie sacándose los colaless, diciéndome que estaban haciendo lo que yo les había dicho: lo que quisieran. Mi erección era muy fuerte, y parecía querer romper tanto mi short como mi toalla. Y dado un tiempo, me dijeron que me desnudara, que era muy liberador. Al principio me nege tajantemente, pero dadas sus insistencias, lo hice, de pie frente a ellas, y muy cerca. Cuando estaba desnudo, me demore mas de la cuenta en volver a acostarme, dejando que vieran mi erección. Estaba rojas de la excitación, y lo se por los pezones de ambas, que estaban muy erectos.
Volví a mi toalla, pero boca arriba, y mi pene se acostó conmigo, sobre mis piernas, mirándolas. La tarde siguió dándose, y me estaba quedando dormido, cuando sentí un dedo sobre mi pene. Me quede callado, sin reaccionar, y luego ese dedo paso a ser una mano, que enfundo mi verga por completo, la cual comenzó a ponerse en erección. Esa mano me estaba masturbando ligeramente, descubriendo mi glande por completo y volviendo a cubrirlo en periodos de tiempo muy largos. Abrí un poco mis ojos, y descubrí que se trataba de mi hermana. Estaba sintiendo algo muy rico en mi parte intima, y me deje hacer. Cerrando los ojos para disfrutar del ambiente que eso producía. Ella aumento la velocidad ligeramente, y me estremecí cuando sentí su lengua sobre mi glande, para posteriormente meterse mi pene en la boca, acariciando mis testículos, mi estomago y mis pezones a la vez... ¿Qué? ¿Cómo es posible? Volví a entreabrir mis ojos y era mi madre quien acariciaba mis testículos, mientras mi hermana hacia lo demás. Woow, pensé, y seguí “durmiendo”, disfrutando de lo que ellas me hacían. La mamada que me hacia mi hermana era muy buena, la mejor que me habían hecho sin duda, pero era solo la tercera que recibía, asique quizás podían haber mejores. Luego termino de masturbarme y saco mi pene de su boca, y, mirando como podía, vi a mi madre sustituyéndola e introduciéndose mi pene tanto como pudo; fue increíble, se lo comio entero, tanto asi, que sentía su respiración en mis vellos púbicos cada vez que bajaba.
La mamada que me daba era mucho más placentera que la de mi hermana, ya que mientras lo aprisionaba entre sus labios, movía su lengua alrededor de mi glande, estimulándolo. Asi se encontraba ella mientras mi hermana me masturbaba velozmente. Mi eyaculación no podía esperar mas, y grite: Me corro madree!... Y me miro. Vio que tenía los ojos abiertos y que desde un principio estuve consciente de todo lo que allí ocurría. Y me corrí fuertemente en la boca de mi madre, que luego de terminar de recibirlo, lo escupió en las tetas de mi hermana, quien termino por esparcirlo bien en ellas. Me puse de pie y mi madre se tumbo en mi toalla, entendiendo perfectamente cual era mi idea. Abri sus piernas y puse mi boca en su vagina y comencé a darla una mamada como bien merecía, mientras masturbaba a mi hermana que se encontraba al lado de mi madre, mordiéndole los pezones. Estimulaba su clítoris con mi lengua y dientes y metía dos dedos en su vagina, moviéndolos en círculos como, al parecer, le gustaba, dados sus gemidos. Luego fui a la vagina de mi hermana a practicar el mismo procedimiento, y también se sentía en las nubes; sus pezones taban muy erectos y su cara roja. Además, ambas tenían las bocas abiertas y sudaban.
Y asi me encontraba yo, alternando con mi boca entre ambas hermosas vaginas, depiladas, con labios rosados; se parecían mucho. Hasta que sentí a mi hermana gritar mas que mi madre. Y solo la estaba masturbando en ese momento. Lleve mi boca a su vagina y se la lamí bien, mientras seguía con dos dedos muy dentro de ella, hasta que tuvo un orgasmo muy potente, tanto que levantaba su espalda del suelo. Una vez termino, la deje descansando, y me encargue de mi madre, a quien le hice lo mismo, permitiéndole tener un orgasmo algo mas relajado que el de mi hermana, pero sin eyaculación.
Luego de aquella situación tan placentera, me acoste al aldo de ellas y nadie decía nada, hasta pasada media hora, en que mi madre tomo mi pene nuevamente y se lo introdujo en su boca, provocando una erección inmediata en mi. Luego me miro, me sonrió y puso una pierna a cada lado de mi cuerpo, sentándose sobre mi pene. Se la había metido a mi madre, no me lo podía creer. Ella se movía de forma excelente sobre mi, a veces de arriba abajo, y otras, en círculos, sin levantar ni un centímetro su cadera. Luego se acosto sobre mi y se acomodo, para permitir una cabalgada fuerte y rápida, que casi provoca que me corriera dentro de ella en muy poco tiempo, pero ella variaba muy inteligente la velocidad de la penetración, para permitirme durar mas. Luego se volvió a sentar sobre mi y movia sus caderas perfectamente, mientas yo la tenia sujetada con mis manos en su culo. Sube y baja constante, que provocaba muchas sensaciones en ambos, que gemíamos como locos. Muy pronto, gane, y mi madre tuvo un orgasmo al parecer muy placentero, ya que se movia sin piedad sobre mi y ponía los ojos casi en blanco. Esa visión me excito mas de lo que podía estar, y eyacule ferozmente dentro de ella, llenando sus cavidades vaginales de caliente semen.
Se levanto de mi cuerpo y se tiro a mi lado, y nos pusimos a descanzar. Tras un rato de eso abri mis ojos porque mi hermana me llamaba, y cuando la vi quede perplejo, ya que estaba en cuatro pidiéndome que la penetrara. No lo dude ni un segundo. Me toque el pene con movimientos masturbatorios y, cuando estuve listo, se la meti sin piedad, llegando casi de inmediato al fondo de su vagina. Nos movimos ambos muy rápido, queriendo llegar al climax cuanto antes. La sujetaba de sus caderas mientras hacia mucha fuerza para penetrarla tan fuerte como ambos queríamos; sus tetas se movían rítmicamente al compas de mis penetraciones; sentía muchas contracciones en mi pene, y eso provocaba una serie de sensaciones indescriptibles, además de ver a mi madre ubicándose de tal manera que mi hermana pudiera mamarle la vagina. Asi estábamos en un fabuloso trio nuevamente, permitiendo que mi vista viera sexo hacia donde fuera que mirara.
De alguna manera meti mi mano entre la penetración y llegue al clítoris de mi hermana, que se encontraba extremadamente erecto, tanto asi que cada vez que lo tocaba ella gemia mas fuerte. Lo estimule como podía, pero constantemente, hasta que logre que ella tuviera un fabuloso orgasmo que mojo desde mi ombligo hacia abajo. Me excitaba mucho la idea de que mi hermana tuviera eyaculaciones; ese liquido es maravilloso, sobre todo al paladar. Segui penetrándola potentemente hasta que mi eyaculación era inminente. Rapidamente la saque de su vagina y ambas se pusieron delante de mi, con las bocas abiertas esperando mi semen, que no se demoro en llegar. Lo trate de repartir como pude, sin embargo, fueron ellas las que se en cargaron de eso, besándose exquisitamente con mi semen en sus bocas. Asi, terminaron por tragarlo y nos tiramos a descansar nuevamente.
Tras la hermosa tarde de sexo que tuvimos, nos fuimos a la casa muy cansados por todo lo que habíamos hecho, incluido el nadar en el lago. Llegamos y nos duchamos, cenamos y nos fuimos a dormir, pero cada uno a su cama. Hoy en dia, a cuatro años de aquello, ya no vivimos en el mismo lugar, pero seguimos disfrutando de nuestros cuerpos como se nos da la gana.