Tara y su hermana Tía (3)
La saga continua de estas dos cachondas hermanas.
Tara y su Hermana Tía parte III
Hola ya estoy aquí de nuevo, para contarles las peripecias de mi regreso con las glotonas de Tara y su hermana Tía. Y todo lo que sucedió después.
Después de mi titulación como Agrónomo en la Universidad Estatal, comencé a pensar en donde poder ejercer mi incipiente profesión, y pudiera estar en contacto con el mundo.
Por azares del destino regrese a la zona donde viven Tara y su hermana Tía, fui con don Eladio el papa de las hermosas hermanas para que me asesorara en donde poner mi oficina y poder atender las demandas que mi profesión tenia en esa región.
-a que Leo tan pasguato, sabes que esta es tu casa, ven les diré a los muchachos que te ayuden a acondicionar un local para que comiences-
-¿como podré pagarle esta deferencia don Eladio?-
-En especie- me dijo el malora viejo
-No entiendo- pensé que se quería cobrar el descorche de las hijas dije para mi mismo
-Tu sabes que tengo tierras de labranza, las cuales necesitan del conocimiento de un experto, hay es donde entras tu con tus conocimientos-
-délo por hecho, será un negocio redondo para los dos-
-jajajajaja, esa es la voz que me gusta en los hombres-
Apretando nuestras manos en señal de cerrar el trato fuimos a su casa.
Pasamos la tarde en casa de la familia, al momento de despedirme me acompañaron las dos hermanas al bus, lo que aprovecharon para recordarme.
-Todavía tiene un compromiso con nosotras, te haremos la vida imposible-
-Porque dicen eso- pregunte yo un poco amoscado
-¿crees que fue suficiente lo que hiciste?, tenemos aun mas grande la calentura después de probar esa gorda y grande verga, nos tenemos que consolar una a la otra-
-por eso pagaras caro el dejarnos tanto tiempo solas, maldito cachondo-
Tomando mi verga en señal de pelea nos despedimos con un beso y con la promesa de un próximo regreso.
Como al mes regrese con todas mis cosas para poderme instalar en la nueva oficina del
Pueblo.
No bien llegue, hicieron acto de presencia las hermanas, para decirme que si ya tenia lugar donde dormir porque estaban preocupadas (si. Como no) ya que querían saber que estuviera todo bien.
Como es de suponer el Sr. Eladio me ofreció su casa como la vez pasada.
A lo que sin dudad acepte, ya que tendría casa, comida y dos hermosos culitos para mi disfrute personal. Eso si no me mataban antes estas golosas.
Cenamos como todos los días, y salimos a la arcada a conversar los señores de la casa las dos hijitas y un servidor. Toda la platica se llevo con normalidad .hasta la hora de despedirse,
-nos vemos mañana ingeniero- dijeron los señores de la casa
-hasta mañana- conteste yo
Me les quede mirando a Tara y a Tía, las dos iniciaron un ronroneo como de gato en celo, se acercaron muy lento a mi, podía oler el aroma picante almizcleño de sus sexos calientes, el aroma de mujer en plenitud sexual, las tuve a mi lado sentados en el porche, las dos como al descuido sobre mi pantalón tomaron mi verga ya parada con sus manitas.
-preparado para pagar- me dijeron casi al unísono las dos hambrientas.
-si- fue mi lacónica respuesta
-pues prepárate, te vemos en tu habitación mas tarde-
Nos despedimos para que sus papas no sospecharan nada, y me metí a mi cuarto a tomar un refrescante baño y acostándome en mi cama, espere pacientemente la llegada de mis dos hermosas mujeres.
A las 11 de la noche sonó la puerta de la habitación, eran las hermanas, pasaron rápido al interior, -mi papá no se dormía dijo Tía, y tuvimos que esperar-
-Tenemos toda la noche por delante, remato Tara-
Uniendo la acción a la palabra Tara se quito el camisón que traía puesto y pude ver un coño depilado en su totalidad, parecía el de un infante, pequeño regordete con sus labios vaginales abultaditos, una delicia de ver y mejor tocar. Arrodillándome puse la punta de mi lengua en la perla del clítoris que apenas asomaba al mover esos regordetes labios. Esto ocasiono unos escalofríos en el cuerpo de Tara que parecía que se desmayaba.
Tía se unió a mi para darle placer a su hermana, la comenzó a besar en el cuello, en la boca y principalmente en los hermosos pechos que tenían esos pezones negros como uvas. Lo que invariablemente produjo un sonoro orgasmo en Tara que le quito las fuerzas de sus piernas haciendo que se cayera de espaldas en el piso. Donde estaba yo para recibir tan grato peso. Y no permitiendo que se repusiera le puse la cabeza de la verga en la entrada de su coñito y de un estocada le deje caer la mitad de la misma. Esto la devolvió a la vida, enredando sus piernas alrededor de mi cintura se dio a la tarea de demoler mi verga a golpes de cadera
-mas, rápido- decía
-mas, rápido- pedía ufff. Era delirante la pasión que en ese momento sentíamos
Intentando llevar el ritmo de sus arremetidas, continuamos hasta que termino en otro sonoro y apabullante orgasmo. A modo de disculpa decía
- tú tienes la culpa por esta abstinencia en que nos tuviste.-
Mirando a Tía le pedí que viniera hacia mí, se negó y fue al baño de donde trajo una jarra con agua tibia y una toalla.
-¿para que es eso Tía?-
-espérate déjame cumplir una fantasía que tengo-
Comenzó a enjabonar toda mi verga, sin olvidar los testículos, saco de debajo de la toalla una maquinilla de afeitar y comenzó a afeitar concienzudamente mi pieza de hombría, la cual iba quedándose calva, esto me causaba una gran excitación ya que nunca lo había considerado, dándole pequeños mordiscos a todo lo largo de mi excitado miembro mantuve una considerable erección. Una vez terminada la operación, admiro su obra, dejo mi miembro completamente pelón sin vestigio de pelos en ninguna parte
-quería ver la diferencia entre tu y Tara- me dijo la muy picara.
Se arrodillo ante mí y dio rienda suelta a su morbo
Comenzó comiéndose mis bolas una primero y otra después.
-se siente rico-dijo
Paso su lengua por todo lo largo de mi miembro, dando pequeños chupetes en la punta de la amoratada cabeza, que no paraba de menearse sola como si tuviera vida propia.
-hmmmmm- decía la glotona en cada chupete que me propinaba.
-¿me ayudas Tara?- le dijo a su hermana
-si, con todo gusto pensé que no me pedirías ayuda-
Una me atendía en las bolas y otra dándole chupetes a la cabeza. Hasta que suplique más rapidez.
-este es tu castigo merecido, continuaremos a nuestro ritmo-
Continuaron con una lentitud exagerada dando lengüetazas, chupetes, pequeños soplidos a mi verga. Que pensé nunca terminarían hasta que soltando un chorro monumental de esperma termine en la boca de las dos degeneradas.
Tía aprovecho que mi verga empezaba a languidecer, para darse un sentón que le llego hasta la matriz.
-maldito, esto es lo que me faltaba, maldito- decía entre quejidos con una gran carga sexual.
Continuamos el resto de la noche dándonos placer alternativamente entre los tres, hasta que amaneció y se retiraron mis hermosas mujeres. Lo que me hacia pensar que era un sultán en su harem con esta idea me quede dormido.
Mi vida transcurrió con cierta normalidad en mi oficina y no así en la casa de mis mujeres. Las que nada mas era verme me asediaban para que las complaciera sexualmente, ya estaba yo echo un hilacho de hombre.
-¿que le pasa, amigo, esta usted enfermo?- me pregunto don Eladio un día que paso a la oficina.
-para nada don Eladio, lo que pasa que siempre es difícil para uno acostumbrarse a un ritmo nuevo de vida.
-¿no le faltara a usted irse de putas?- me dijo soltando una sonora carcajada.
-no, solté yo casi con un desgarrador grito de angustia-
-no se preocupe por eso, aquí en casa de la Lola tenemos unos buenos ejemplares capaces de levantar un muerto por eso le llaman la casa de la "Lazara" por aquello de levántate y anda.- continuo con su sonora risa.
-gracias ya le tomare la palabra de ir nada mas que me acostumbre a este nuevo ritmo de vida- dije
Al llegar en la tarde a la casa de don Eladio, me esperaban las hermanas con una cara de aflicción.
Soltándome a boca de jarro me dijo Tara. Que siempre es la que lleva la voz cantante.
-Tía esta embarazada-
-¿Qué haremos?- me dijo Tía.
-¿no tomabas ninguna precaución?- le dije yo
-no, para que si nunca estabas-
-pero hemos estado cogiendo casi diario en los dos últimos meses-
-pues no he tomado ninguna precaución-
-¿Qué haremos? Volvió a preguntar
-déjame pensar- fue mi respuesta
Me fui a dormir después de la cena, sin tomar mucho en cuenta a las gemelas que me miraban en espera de más de lo mismo.
Al día siguiente, les comente lo que había pensado en la noche.
-al no tener más opción, creo necesario decirle a tu papá, que me casare con Tía para que no haya más problemas en cuanto a mi participación en su embarazo-
-¿y, yo que me coma un perro?- dijo Tara.
-tu hermana tendrá necesidad de que alguien la cuide día y noche, ¿no crees, tu que seria la persona indicada para eso en todo el periodo de embarazo y después en cuidar al niño?- termine de comentar.
-no nos parece mala la idea y esto puede durar por años- comentaron así las dos
En el transcurso del día fui con el papá de las gemelas.
-Don Eladio, buenas tardes- comencé diciendo
-buenas tardes, Ingeniero- me comento el Sr.
-Tengo un asunto delicado que tratar con usted-
-Dime, te oigo-
-Vengo a pedirle la mano de su hija Tía, ya que hemos encontrado simpatía entre ambos y creo necesario decirle que es nuestro deseo unirnos en sagrado matrimonio, claro con su avenencia y la Doña Martha su esposa-
-Y porque esta decisión tan rápida, si tienes dos meses de haber llegado-
-No es tan rápida, papi- dijo Tía
-Yo quede muy enamorada de el desde la anterior vez que estuvo con nosotros-
-si es cierto papa- tercio Tara
-a mi casi ni me tomo en cuenta- dijo la muy ladina
-¿Tu lo quieres muchacha?-
-si, papá-
-sea pues, te casaras en 30 días con el ingeniero-
Nos abrazamos todos en señal de gusto y gozo, el tramite se dio inicio el día siguiente, avisándole yo a mis parientes, y casándonos como es debido, con la bendición de mis padres y de los de Tía.
Nos fuimos a vivir los tres, a un rancho fuera de la ciudad, con todas las comodidades disponibles.
Sobra decirles que me la he pasado de lujo con mis mujeres y con mis tres hijos que ya tengo con las dos, porque Tara tuvo un hijo con un desconocido (jajajajaja), y para evitar la pena de que la mal vean en el pueblo, yo lo registre como mío y viven con migo en mi casa. Donde dormimos los tres en una misma cama, y mis tres hijos en otra habitación
Parece ser el fin de la historia pero todo se vale en esta vida.