Tantos años después, cumplo mi venganza
Me reencuentro con una vieja amiga que se someterá a mi voluntad tarde o temprano
Despertó en una habitación pintada de blanco, la cama sobre la que se tumbaba tenía las sábanas verdes, pero el techo y las paredes eran blancas, había otra cama desocupada a su izquierda, en la parte alta de la habitación, frente a su cama había una televisión apagada. Le dolía mucho la cabeza, se llevó una mano a ella para mitigar el dolor y se dio cuenta de que tenía la mano cubierta de vendajes y con vías, con la otra mano se tocó la cabeza y la encontró envuelta en unas vendas. ¿Cómo había ido a parar al hospital? De repente lo recordó todo, aquel coche que conducía sin cuidado, se notaba que la música en el interior era alta, el choque, y después despertarse en aquella habitación. Tras comprobar que estuviera vestido (tenía puesto un camisón verde únicamente) se quitó las vías de la mano y retiró la manta, al apoyar un pie en el suelo casi se cae, pero pudo apoyarse en la pared, con ayuda de un monitor móvil fue hacia la puerta y salió de la habitación y vio el pasillo, no estaba desierto, pero sí había poca actividad. Cuando pasaba por la recepción, una enfermera le salió al paso
-¿Adónde vas?-preguntó con voz amable
-Voy a salir de aquí-respondió él
-No podemos dejar escapar a un mozo tan guapo, Jajaja-dijo la enfermera. El paciente era un hombre alto, de cabello castaño casi rizado e imposible de peinar, barba pelirroja de varios días, ojos azules, tenía un poco de barriga.
Volvieron a la habitación y allí pasó el día, el día siguiente amaneció de la misma forma, se despertó, le trajeron el desayuno y mientras terminaba su café tocaron a la puerta. Por la puerta entró una mujer, de 26 años, como él, alta, de cabello rizado y castaño, ojos pardos y unos lunares en su mejilla
-Buenas, me han avisado de que el paciente ya estaba despierto-dijo ella con voz suave
-Sí, pasa, yo ya os dejo-respondió la enfermera de turno. Cogió la bandeja y salió por la puerta
-¿Quién eres?-preguntó él, la verdad, le sonaba mucho, pero ahora mismo no le venía a la cabeza quién podía ser
-Soy...la que te atropeyó-respondió ella
-Ahhh, eres tú la causante de todo esto-respondió él ¿a qué coño había venido?
-Quería disculparme y pedirle por favor que no ponga denuncia-pidió ella
Él llevaba toda la tarde de día anterior pensando en ese tema, no iba a dejar que el causante del accidente se fuera de rositas, pensaba ponerle una denuncia com Dios manda, le habían enseñado fotos de su coche, lo acaba de estrenar unos días atrás y ya estaba en el taller
-¿Y porqué debería hacer eso?-preguntó él
-Porque fue una estupidez, no debí hacerlo, en serio lo siento-respondió ella
-Le repito la pregunta, ¿porqué debería no poner la denuncia?-preguntó él
-Porque me jode la vida, soy una simple universitaria de último curso de enfermería, si me pone la denuncia me mancha el historial, además no puedo permitírmelo-respondió ella
-Cierto, ¿sabes cuanto cuesta arreglar un coche de esos?-preguntó él
-Mucho, y yo no tengo semejante dinero, si usted me pone la denuncia podría acabar endeudada o algo peor-respondió ella
-Algo peor-repitió él alzando las dos cejas
-Por favor, señor...-se agachó para ver el nombre del paciente en la tablilla que suelen poner a los pies de la cama con el nombre y la dolencia del paciente, así como sus medicinas y tal y se le iluminó la cara
-¿Pasa algo chiquilla?-preguntó él
-No, Dani, por favor no me pongas la denuncia-pidió ella
-Qué confianzas te tomas ¿te crees que te voy a perdonar la denunca solo porque sepas leer mi nombre?-preguntó él
-Soy yo, María, del colegio-respondió ella
Y entonces se acordó, por eso le sonaba tanto, llevaba 10 años sin verla, eran compañeros de clase hasta 4º ESO, esa chica lo había rechazado...más de una vez (300), aunque nunca se habían llevado mal, no podía decir que ella lo veía como amigo porque no le prestaba atención, ella era las que mejores notas sacaba y él, sobrevivía a base de 4,5, 5 y 6.
-Ahora me acuerdo porque me sonabas-dijo él
-¿Entonces me vas a perdonar la denuncia?-preguntó ella
-¿Sólo por el hecho de haberte conocido en el colegio?-preguntó
-Éramos amigos-dijo ella
-Estábamos en la misma clase, en la misma pandilla, pero no me atrevería a decir que fuéramos amigos-dijo él
-Ay Dani, por fa, si lo haces te deberé un favor-pidió ella
-Me lo pensaré, aunque no te hagas ilusiones, el coche vale mucho más que tu "amistad" por mí-respondió él
-Gracias ¿necesitas algo de mí?-preguntó ella
-Necesitaré tu teléfono para comunicarte mi decisión, si decido cascarte la denuncia o si soy buena persona y decido olvidarme de ella-respondió él
-Gracias, mientras estás pensando en ese tema acuérdate de quién te dejó sus apuntes antes de cualquier examen o quién te pasó los deberes de mates hechos-respondió ella saliendo de la habitación
-Sí, claro, pensaré también en todas las veces que me dejaste en la friendzone, hija de puta-dijo en voz baja
La verdad había salido bien, le iba a retirar la denuncia, lo sabía, había entrado en aquella habitación con miedo de las represalias, pero cuando vio el nombre de su compañero en la camilla se le quitó un peso de encima, es cierto que no era su mejor amigo, pero de ahí a decir que no le importaba...él era muy buena gente con ella y siempre que se veían lo trataba con amabilidad, aunque es cierto que le solía dar la espalda en varias ocasiones y le hacía de menos, sin querer, pero lo hacía. Esperaba que su amigo no se fijara en las cosas malas que ella le había hecho (dejarle en la friendzone unas veces y prestarle poca atención)
Por fin llegó el día, habían estado hablando por whatsapp, él con un tono bastante frío, la verdad, y habían decidido reunirse en el apartamento de ella, que compartía con su novio, quien ahora estaba en el trabajo, era un año mayor que ella y ya estaba trabajando. Exhaló aire mientras esperaba a su amigo, por el tono de hablar por whatsapp la verdad, todo parecía presagiar que la denuncia no se la quitaba nadie, Dios, ella no podía hacer frente a semejante capital, si sobrevivía del sueldo de su novio. La puerta sonó y ella corrió a abrir, se encontró con una mujer un poco mayor que ella, en sus 30 diría, de pechos grandes, vestida con traje de chaqueta, su cabello pelirrojo oscuro estaba suelto y tenía gafas, su amigo estaba detrás de ella. Se apartó dejándoles pasar y se sentaron en el sofá, ella traía un maletín del que sacó un documento
-Mi cliente expone que le debe usted un total de 10,000 dólares por el reparo del coche, es un coche nuevo, comprado en América y casi recién sacado del mercado, llevarlo allí y arreglarlo supondría un coste tremendo del que no puede hacerse cargo en la situación en la que está actualmente-dijo la mujer, seria
-Dani, yo no puedo hacerme cargo de ese dineral-dijo ella mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, por un momento pensó que él la iba a salvar, como hizo aquella vez cuando salieron todos a tomar algo, hubo que invitarle porque sino quedarían mal y a la salida se les acercaron unos hombres, Dani los paró, era el único hombre del grupo y les dio su merecido, pensó que esta vez sería igual, que la iba a salvar de aquella deuda, pero se había equivocado, no tenía salvación alguna. Le miró a la cara y vio su mueca de satisfacción ¿en serio aquel cabrón se estaba riendo de su situación?
-Bueno, entonces todo aclarado, presenta los papeles de la denuncia, Pilar-dijo Dani levantandose del sofá
-De inmediato Daniel-respondió ella bordeando la mesa
-Dani ¿no hay otra solución? Lo que sea-lloró ella poniendose de rodillas en el suelo
Pilar y Daniel se miraron y Daniel asintió
-Hay otro documento para usted-dijo Pilar
-Lo que sea-repitió ella
-Bien, pues aquí está-respondió Pilar sacando otro documento del maletín, esta vez se lo entregó sin leerlo ella.
María se sorbió los mocos y se secó las lágrimas preparándose a leer, en el contrato decía que en caso de no poder pagar la cantidad requerida había dos opciones, ir a juicio por negación a pagar y posteriormente, la cárcel, o bien, podría pasar a ser pertenencia de Daniel en todo lo que él pidiera, vamos que estaba bajo su control, en caso de elegir la segunda opción, la denuncia se anularía
-¿Qué significa esto Dani?-preguntó ella
-Que eres mía a menos que prefieras ir a la cárcel-respondió él
-No, tú no puedes hacerme esto-respondió ella sin poder créerselo
-Sí que puedo, sí, tengo mucho dinero y...a los jueces comprados-respondió él. La verdada es que no le había ido mal en aquellos años y había cosechado mucho dinero, tanto que los 10,000 dólares que le reclamaba a la mujer no eran nada en comparación con su dinero, sería, para que nos entendamos, como una pequeña miga de pan, suponiendo que el pan sea todo su dinero, pero quería hacerla sufrir, por todo lo que ella le hizo sufrir en su adolescencia
-No puedo firmar esto-respondió ella llorando
-Entonces firma este otro-respondió él entregandole el primer documento
-No, firmaré el segundo-respondió ella
Estampó la firma en el documento y Daniel hizo lo mismo
-Bien, Pilar, puedes retirarte-respondió Daniel
-Muy bien Daniel-respondió ella, siempre seria
Se marchó de allí dejando a los dos solos, ella aún postrada en el suelo llorando
-Levántate-ordenó
Ella se levantó y Dani se acercó a ella
-Déjame tocarte-dijo él. Ella accedió y él pasó la mano por la frente, limpió sus lágrimas y le acercó la cabeza al pecho oliendo su cabello, la soltó
-Desnúdate-ordenó él
Ella se quedó quieta por un momento y comenzó a desabrocharse la camisa que llevaba, la tiró al suelo y luego se llevó la mano al botón de los pantalones, se quedó en bragas y sujetador, con un movimiento, Daniel le ordenó que continuara y ella se llevó las manos a la espalda para desabrochar el sujetador blanco mostando sus pechos, de niña los había tenido pequeños, pero ahora eran medianos, aunque tirando a pequeños, su piel era bronceada, fruto de todas las horas en la playa y se notaba la pequeña areola oscura en el pecho, se bajó las bragas y descubrió un coño depilado, con los labios menores grandes, aunque no estaba húmedo
-Acércate-ordenó él
Nada más hacerlo le clavó el dedo medio en todo el coño sin lubricar ni nada
-Estás seca-susurró al oído de su amiga
Sacó la mano de ahí y las llevó a los pechos, pudo abarcarlos con la mano y jugó un rato con ellos, le dio la vuelta y comenzó a azotar su trasero viendo comose le enrojecía, tenía un buen culo, finalmente tomó la cabeza de la joven y la llevó a la suya, estampando un beso contra sus labios
-Ve a hacerme la comida, lo que sea que tengas en casa, así, desnuda, y dame las claves del móvil y del ordenador-ordenó
-Sí-dijo ella, la primera vez que abría la boca desde que firmó el documento
-Sí Amo, por ser la primera vez que te aviso no tendrá represalias, pero estate atenta-corrigió él
-Sí Amo-respondió ella
Mientras ella hacía la comida él estuvo metiendose en su teléfono y eliminó a todos los seguidores y seguidos que ella tenía en Instagram, solo dejó uno, él mismo, también leyó todas las conversaciones que había tenido con la gente, bueno, se enteró de todo, cuando ella trajo la comida se sorprendió de que trajera solo un plato
-Vaya, muy bien, has pensado, ven aquí-la hizo arrodillarse en frente del sofá
Él comió mientras ella pedía comida con la boca abierta, pero él no la hacía caso, de vez en cuando le daba algún trozo de filete
-¿Esta casa de quién es?-preguntó él
-De mi novio y yo-respondió ella
-Me refiero que quién la paga ¿tu novio o tú?-preguntó él
-Mi novio-respondió ella
-Entonces no estaría bien echarle, acompáñame a la habitación-respondió él
En la habitación seleccionaron todas las pertenencias de la chica y las metieron en una maleta, dejaron atrás las ropas y solo se llevaron las bragas, el ordenador y el móvil. Salió desnuda al garaje del edificio, allí había un coche aparcado, la metió dentro y él se metió en el asiento del conductor
-Di adiós a tu antigua vida, nena-respondió él
-Adiós-dijo ella llorando
Dani la llevó a una casa a las afueras, en un campo, tenía una finca para él solo, con unos setos muy altos que la protegerían de las vistas de fuera, la casa de dos pisos, construida en acero y cristal tintado estaba en medio del terreno
-Aquí estamos, tienes una habitación en la planta de arriba, no te la mereces, pero soy así de bueno, ahora me vas a hacer una paja/ mamada en el sofá-dijo él
Se sentó en un sofá de cuero blanco y ella se arrodilló frente a él, le bajó la bragueta del pantalón y observó aquella polla de 18 cm, no quería comparar, pero era más grande que la de su novio, comenzó con una paja, le pasó la mano por la polla y comenzó a masturbarle, con la otra mano le cogió los huevos y se los masajeó
-Empieza a chupar puta-respondió él tomando su cabeza
Ella comenzó a chuparle la polla atragantándose, pero no se atrevía a desobedecerlo, mientras tanto, él tomaba sus cabellos y los enredaba en sus dedos, ella le miraba con una cara de rabia mientras le mamaba la polla
-Quita, quita, sigue con la paja-le ordenó él
Ella apartó la boca y continuó haciendole la paja hasta que él se corrió sobre su cara dejando su semen por toda la cara
-Muy bien nena, ahora siéntate sobre mis piernas, apoya tu espalda en mi pecho, eso es, abre tus piernas para que mi pene se cuele entre ellas ¿lo ves? Tengo mi pene en la entrada de tu coño, ahora llama a tu novio y dile que cortas con él, que eres una puta ramera de mierda y que no le quieres, que estás con un tío que te lo hace mejor-ordenó
Él masturbó a la joven y le tocó un pecho con la otra mano mientras ella, con la cara llena de semen y llorando como María Magdalena llamaba a su novio y, con el altavoz puesto, cortaba con él. Colgó la llamada en el momento justo en el que se corrió sobre la polla de Daniel, su nuevo Amo