Tanto amor

Un cuento de amor no correspondido.

26-ago-09

TANTO AMOR

Tanto la quería, tanto le gustaba complacerla que empezó a pensar por ella, quiso anticiparse a sus peticiones, cuidarla e intentar adivinar, a través de sus actos, sus estados de ánimo. Eso requería mucho esfuerzo, estar pendiente hasta del más mínimo de sus gestos y analizar continuamente su conducta para aprender su forma de sentir. Pero era tan reconfortante cuando ella, por acertar le recompensaba con una sonrisa, una caricia o una palabra cariñosa, que todos sus desvelos merecían la pena.

Le resultó extrañó cuando, al cabo de un tiempo, notó ciertos cambios en su amada. No le pasaron desapercibidas pequeñas muecas de fastidio ni el tono con el que algunas veces se dirigía a él y, aunque intentó no darle importancia, en su subconsciente nació el miedo a perderla. Decidió volcarse, pero cuanto más ímpetu ponía él más fastidiada estaba ella.

Los momentos de alegría, risas y juegos se convirtieron en recuerdos. Ella cada vez más distante. Él cada vez más desesperado.

Una noche le despertó un ruido. Hacía tiempo que dormían en habitaciones separadas. Se acercó sigiloso hasta la puerta de su dormitorio y la empujó levemente. En pocos segundos su vista se adapto a la penumbra. Allí estaba, desnuda sobre el lecho revuelto, deleitándose con los besos y caricias de un hombre. Hermosísima. Feliz.

Por un instante el odio y los celos le invadieron, se le pasó por la cabeza la idea de abalanzarse sobre él y matarlo. Pero el amor que sentía por ella pudo más. Muy despacio se adentró en el cuarto, se acercó a la cama y buscando sus pies los lamió con ternura.

En principio ella no se dio cuenta de lo que ocurría, luego se sobresaltó y entró en cólera. Saltando de la cama le sacó a manotazos hasta el pasillo cerrando la puerta a sus espaldas.

Solo consiguió llorar cuando, al comentario jocoso del amante, la oyó a ella responder: "Está claro que me confundí de mascota, tenía que haber elegido un gato".