Tango
Poema
TANGO
Desgarrada el alma
El corazón bombeando
Amarga bilis,
Busqué consuelo
Vagando por los oscuros bares
Del puerto arrabalero
De mí soñado Buenos aires
Maldito amor desgarrado,
De una pasión desenfrenada
Que me engancho el alma,
En un corazón encallado
Por la desdicha de la vida
Que me llevo al fondo
De un infierno sin llamas,
Negro como el azabache
De puerta en puerta
De los oscuros callejones,
Una copa aquí y la siguiente allá,
Quise empapar en alcohol
La desdicha de un amor
Que murió en los brazos chulescos
De un tanguero sin alma
Pero con sabanas de seda.
Vagando por los oscuros bares
De puerto arrabalero
De mí soñado Buenos Aires
Apure las copas de aguardiente
Como si cada una fuera la ultima
De una vida de desamor doliente.
En el más oscuro callejón
De la más oscura noche,
Sentada sola en el último rincón
Del ultimo bar, ya cerca del malecón,
La encontré sudada y despeinada.
Apuraba el trago de aguardiente
Cuando con los ojos enrojecidos
Por las lagrimas y el alcohol
Me vio entrar.
Me miró,
La miré,
¿Se acabo el tango?
¿Se gastaron las sabanas de seda?,
Le pregunte.
Una lágrima se deslizó por su mejilla,
Levanto el vaso, brindo al aire
Que nuestras miradas separaba
Y apuro el trago.
Murió el calentón,
Pero si quieres podemos
Escribir un último tango,
Con la voz ronca de borrachera
Me respondió.
¡Viva el tango!
No se puede escribir un tango
Sobre papel usado,
¡Viva el tango!, grité.
Mi desequilibrado cuerpo,
Por los tragos apurados
En todas las puertas de la larga calle,
Dio media vuelta sin caer,
Erguida la barbilla del orgullo
Sostenida por un rencor malsano,
Y de allí me aleje.
Nunca más un trago,
Nunca más el húmedo puerto arrabalero
De mí soñado Buenos Aires.
¡Tango y solo tango!
Amigos Argentinos, disculparme si el puerto de Buenos Aires no se asemeja a lo descrito en el poema. Ver que es "mi soñado Buenos Aires" pues nunca allá estuve, pero soy un enamorado del Tango.