Tabu Familiar (06: El cambio)
Estela cambia un poco apariencia fisica, resultando aun mas excitante para su joven yerno que cada vez esta mas obsesionado con ella.
Tabú familiar VI
- Capitulo 14 El cambio -
Esa tarde Estela se había sentido completamente acabada, sentía como todo su mundo se derrumbaba, aun con el regreso de su marido, su nieta, y todo lo que tenia para ser feliz, sentía en su interior un vacío enorme, Estela no entendía que le ocurría, sabia que debía hacer algo al respecto que aquellos extraños sentimientos que estaba desarrollando por su yerno, debían desaparecer ese mismo día.
Se decía a si misma que todo lo que había estado sucediendo con ella, debía parar, como había dicho su esposo, ella era una señora, una mujer mayor, y siempre había sido una mujer muy recatada y de altas costumbres religiosas, los pensamientos de los últimos días debían parar, los deseos que había estado teniendo se quedaban para las mujeres de la calle, no para una dama como ella, y sabia que era lo suficientemente fuerte para detener todo lo que había sucedido.
Estela estaba en la cocina preparando la cena, cuando escucho la puerta principal abrirse, vio como su yerno ingresaba en la casa, y subía a su habitación. Se notaba en su rostro que venia molesto. Que había sucedido.
Susana se recostó sobre su cama, pensando en todo lo que había sucedido, Roberto se había molestado con ella, no se lo había dicho, pero por su actitud después del sexo, ella se había dado cuenta, acaso sus comentarios con respecto a su suegra lo habían molestado, no estaba segura, pero algo si tenia claro, por la forma en que Roberto le había poseído, se notaba que la idea de estar con su suegra lo excitaba mucho.
Así acostada sobre su cama, empezó a acariciar sus pechos mientras fantaseaba con la idea de saber que haría su recatada y moralista amiga Estela si supiera que su yerno la deseaba. Por un momento pensó en lo morbosa que le resultaba la idea de imaginar a su decente amiga Estela gimiendo fuerte mientras era penetrada por la propia verga de su yerno.
Entre caricias y pensamientos, Susana planeo la forma en que ella colaboraría para un acercamiento entre Roberto y su suegra, mientras empezaba a quedarse dormida.
Esa noche Roberto no bajo a cenar, así que en silencio cenaron Estela, su esposo y su nieta. En la mente de Estela daban vuelta muchas preguntas, de donde venia su yerno, que le había sucedido que estaba molesto, un poco mas satisfecha sonrió pensando que si venia enojado no podía venir de tener sexo, eso aunque se negaba a aceptarlo, la tranquilizaba.
Pasaron varios días de tranquilidad, Estela de acomodo de nuevo a la presencia de su esposo en la casa, a las cortas y escasas conversaciones con su yerno, que cada vez se dedicaba más a su trabajo, y a cuidar de su pequeña nieta.
Una tarde estando sola en la casa, sonó el teléfono, Estela contesto, era su amiga Susana, por un instante tuvo el impulso de decirle que se encontraba ocupada, pero rápidamente respondió.
"Hola Susana, como le va?"
"Muy bien Estela y usted, oiga amiga que esta haciendo, voy para el Salón de Belleza, no quiere acompañarme?"
Por un momento Estela estuvo a punto de negarse, pero al recordar que estaba sola en la casa y salir un rato le vendría bien, acepto salir con Susana.
Media hora después se encontraron en un centro comercial, tomaron un café y platicaron, Estela sincerándose un poco con su amiga, le contó que se sentía un poco mal que no sabia que le pasaba pero había estado muy deprimida.
"oiga Estela nunca ha pensado en hacerse un cambio?, usted es una señora muy bonita, porque no prueba cambiarse un poco, quizás eso la haga sentirse mejor." Insto Susana a Estela
"Un cambio?, no Susana eso no va conmigo, yo ya soy una mujer mayor, que me podrían hacer?" Respondió Estela
"Mire vamos al Salón, vamos a ver que le recomiendan, además usted no es tan mayor Estela, es que usted nunca se ha preocupado por usted misma, mírese esos vestidos largos y flojos, porque no cambia un poco, vamos anímese amiga yo la ayudo" Hablo Susana
Estela un poco indecisa agradeció a su amiga el consejo y acepto ir con ella al salón, nunca se había tomado un tiempo para ella, quizás eso le sentaría bien. Ya en el salón de Belleza, Estela acepto cortarse un poco el cabello, además de teñirlo un poco café, además le realizaron una limpieza facial y otros procedimientos de belleza. Después de ahí fueron a las tiendas donde Susana se encargo de ayudarla a escoger nuevas ropas. Aunque aun conservadoras eran prendas un poco mas finas, vestidos llamativos. Al final de la tarde Estela se despidió de Susana, agradecida con toda la ayuda que le había dado, aunque un poco nerviosa, no sabia si esa nueva imagen seria del agrado de su marido.
Cuando llego a su casa, aun nerviosa por la reacción de su marido, abrió la puerta de su casa, en la sala se encontraba sentado Jorge su esposo, ella entro tímidamente.
Jorge al mirarla Hablo: "Te cortaste el pelo, te quedo bien"
Estela sonrió al ver la apreciación de su marido sobre su cabello.
Inmediatamente Jorge agrego, "Oye Estela apurate con la cena, ya tengo hambre"
Fue un golpe bajo para ella, quien sintió de pronto como su autoestima se bajaba completamente de nuevo, ante todo lo que se había hecho por agradarlo y sentirse mejor, su esposo solamente le había dado un pequeño halago antes de mandarla por la cena como a una cocinera cualquiera.
Bajando su cabeza Estela atravesó la sala, y se dirigió a la cocina a preparar la cena, con lágrimas que empezaban a surgir de sus ojos.
Estela terminaba de recoger la mesa después de que ella, su marido y su nieta habían cenado, Jorge se había retirado a dormir, su nieta también, cuando escucho la puerta de la sala abrirse, era Roberto su yerno que llegaba de trabajar.
"Buenas noches señora!" saludo Roberto al Entrar.
"Buenas noches Roberto, va a cenar algo?" Respondió Estela gentilmente.
Roberto se quedo paralizado ante la imagen que tenia frente a El, su madura suegra Estela se había cortado el cabello, y lo había teñido de un color café claro, esto la hacia mirarse mas sensual, aunque su rostro no podía ocultar el paso de los años, por las arrugas que aparecían alrededor de sus ojos y de su boca, Roberto se sorprendió de lo sensual y radiante que se veía, sus labios estaban cubiertos por un color rojo suave que le daba mas expresión y sensualidad, además vestía un elegante vestido que aunque conservador se le veía muy bien. Sintió un pequeño punzonado debajo de su pantalón.
Estela nerviosa se percato de la forma en que la miraba su yerno, seguramente, este pensaría que se veía mal, esto la puso aun mas nerviosa.
"Doña Estela que hermosa se ve señora, ese cambio en el cabello, la hace verse mucho mejor, además esa ropa le va muy bien, suegra"
Hablo Roberto, no pudiendo contener su admiración.
"Que vergüenza Roberto, no hace falta que mienta, pero se lo agradezco" Respondió tímidamente Estela.
"No es mentira señora se ve muy bella" Reafirmo Roberto.
Estela ruborizándose ante el comentario de su yerno, trato de cambiar el tema.
"Va a cenar Roberto?"
Roberto saliendo de su asombro y notando que su suegra se encontraba incomoda respondió.
"NO gracias señora, ya comí algo, mas bien buenas noches voy a descansar"
"Buenas noches Roberto, y muchas gracias por sus palabras" contesto Estela
Roberto subió las escaleras rumbo a su habitación donde se daría un baño antes de dormir.
Estela sentía una tremenda alegría en su interior, no entendía bien porque pero las palabras de su joven yerno la habían hecho muy feliz, olvidando la humillación de su marido, contenta termino de recoger la mesa y subió las escaleras rumbo a su habitación.
Su marido roncaba fuertemente, ella camino al baño, donde iba a cambiarse la ropa para dormir, al entrar en el baño, cerro la puerta tras de si, aun sentía una gran alegría por las palabras de su yerno, quitándose la ropa se miro al espejo, ahora se sentía mas segura de si, quitándose también el sostén, contemplo sus grandes pechos en el espejo, los acaricio un poco con crema para suavizar su piel, después suavemente bajo su calzón, percatándose de algo en ese momento, ella había hecho un cambio en su apariencia por fuera pero algo faltaba.
Miro entre sus piernas el enorme arbusto de pelo que había, ahora que se había cortado el cabello, se sentía un poco mas fresca, que pasaría si cortase también ese enorme arbusto de pelos que cubrían su vagina, quizás esto la haría sentir aun mas limpia.
Camino hasta el pequeño botiquín en una esquina del cuarto de baño y saco unas pequeñas tijeras y una rasuradora, tomo también la espuma de afeitar de su esposo.
Sentándose sobre la tapa del inodoro, con la pequeña tijera empezó a cortas las grandes cantidades de pelo que cubrían su vagina, vio como poco a poco los puñados de pelos iban cayendo al piso, mientras sentía como el deseo surgía entre sus piernas.
Después de haber cortado lo suficiente con la tijera aplico un poco de espuma sobre el poco vello que quedaba y mojando suavemente la rasuradora, la deslizo sobre su vagina, cortando los escasos pelos que quedaban, hasta dejar su vagina completamente lisa.
Se sentía un poco extraña de pronto, su vagina en realidad era gorda y grande, nunca se había visto así, pero de pronto disfruto de la sensación entre sus piernas, limpiándose con una toalla húmeda, Estela empezó a deslizar una de sus manos entre sus piernas, disfrutando del contacto de su mano sobre su lisa vagina, cuando de repente escucho la voz de su marido desde la habitación.
"Estela estas ahí?, porque tardas tanto"
Rápidamente Estela se levanto y se coloco la bata para dormir, antes de que su marido averiguara lo que estaba haciendo, apago la luz del baño y se fue a la cama junto a su gruñón marido.
- Capitulo 15 Pelos -
La mañana siguiente Estela se había levantado temprano y había sido a preparar el desayuno Jorge se había quedado un rato mas en la cama, cuando escucho la voz de su yerno,
"Con permiso don Jorge, usted seria tan amable de permitir que me bañe en la ducha de su habitación, es que la de mi habitación no funciona, la revisare cuando regrese en la tarde"
Jorge aun medio dormido desde la cama hablo "Claro Roberto pasa"
Roberto se dirigió al cuarto de baño de la habitación de sus suegros, cerrando la puerta tras de El, puso su ropa interior sobre el lavatorio junto con su toalla. Desnudándose completamente se dispuso a abrir la llave de la ducha, pero antes tuvo ganas de orinar por lo que levantando la tapa del inodoro, empezó a orinar, mientras lo hacia se percato de algo, sobre el suelo del baño, bajo el inodoro habían una gran cantidad de pelos, terminando de orinar, se agacho y recorrió el enorme puñado de pelos entre sus dedos, una idea vino a su mente, serias aquellos pelos acaso de su suegra?, por su textura un poco mas suave sabia que si debían ser suyos, entonces mientras los sostenía en su mano recordó el día que la había espiado, la enorme mata de pelos que poseía en su vagina, no había terminado de pensar en esto cuando se asombro de ver como su enorme verga se había puesto completamente dura, la idea de pensar en que su madura suegra hubiese rasurado su rica vagina lo excitaba al máximo, entonces tomando su verga con una mano, camino hasta la ducha donde empezó a sobar su verga imaginando como se vería ahora la vagina de su suegra, ahora pelada, las vaginas rasuradas lo excitaban mas que las peludas, y mas si pensaba que esta era la de su suegra.
Debajo del agua empezó a masturbarse sabiendo que en aquel mismo lugar su suegra desnudaba su cuerpo y lo metía bajo el agua, recordó sus enormes tetas, sus redondas nalgas, cuanto deseaba a aquella mujer, despacio acariciaba sus pelotas que estaban llenas de leche, pensando en las deliciosas sensaciones que podría sentir al contacto de sus peludas bolas contra la lisa vagina de su suegra, imaginaba sus bolas chocando contra la entrada de su vagina, su suegra gimiendo de placer, acelerando los movimientos sobre su verga, sintió como una corriente eléctrica recorría su cuerpo en el momento en que explotaba disparando una abundante carga de semen sobre el suelo de la ducha donde sabia que pondría sus pies su madura suegra.
Trato de contener el gemido de placer, sintiendo como sus bolas arrojaban grandes cantidades de esperma, reprimió sus gemidos, sabiendo que su suegro se encontraba en la habitación de la par y podría escucharlo.
Con su verga aun semi erecta empezó a enjabonarse, en el momento en que la puerta del cuarto de baño se abría
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