Tabu Familiar (03: El Regreso )
Su suegro ha retornado a casa, la suegra espera que el pueda satisfacer los deseos que han ido naciendo en ella, mientras tanto el yerno empieza a conocer la vida sexual de sus suegros.
Tabú familiar III
- Capitulo 6 El Regreso -
Estela no podía creer lo que veían sus ojos, ahí en el sofá de la sala frente a ella se encontraba su marido Jorge, en ese momento todas las vergüenzas y nerviosismo por lo que encontrara al volver a su casa se disolvió, lo único que ocupaba su mente era aquella imagen.
"Hola Estela veo que te asombra verme" Jorge hablo pausadamente mientras miraba la expresión del asombro en la cara de su esposa.
Siempre había sido un hombre muy controlado, sabia lo que tenia que decir y cuando decirlo.
"No te quedes ahí parada, parece que hubieras visto a un fantasma," agrego Jorge
"Si suegra, pase por favor" otra voz la saco de su estado de impresión, era la de su yerno Roberto que se encontraba sentado en un sofá frente a su marido. Tratando de mantener la calma, hablo
"Que haces aquí?"
Cínicamente Jorge respondió "Soy tu esposo, acaso no puedo venir a ver como se encuentra mi esposa"
Las palabras de Jorge la asustaban, ella siempre había sido muy sumisa a su voluntad, nunca en lo mas absoluto lo contradijo en nada.
"Pero tu me abandonaste," trato de responder Estela.
"Abuelito!" era la voz de su nieta que regresaba a casa.
"Abuelito, que bueno verte, me hacías mucha falta,!" Su nieta ingresaba a casa y corría a abrazar a su abuelo, la niña no comprendía lo que estaba pasando.
"Hola hijita, como estas mira que grande!," Hablo dulcemente Jorge mientras abrazaba a su nietita.
Roberto sintiendo que no era el mejor momento para que su hija saludara a su abuelo, y sabiendo que su suegro y su suegra tenían mucho que hablar le dijo a su hija.
"Vamos hija, subamos a ver televisión al cuarto, tu abuelo y tu abuela tienen mucho que hablar"
Entonces su hija, besando en la mejilla a su abuelo se despidió
"que bueno tenerte de nuevo aquí abuelito, prométeme que ya no te iras mas"
Jorge mirando a Estela le respondió a la niña.
"Eso espero hijita, todo depende de tu abuela"
Roberto tomo a su hija de la mano y subió las escaleras, sabia que debía dejar solos a sus suegros.
Jorge y Estela hablaron durante mucho tiempo, Jorge estaba arrepentido de haber dejado a su esposa, sabia que lo de su secretaria había sido una aventura sin importancia, le explico de mil maneras que nunca encontraría una señora como ella, que era una mujer decente, honrada, toda una dama. Estela escucho todo lo que su marido le dijo, aunque no quisiera admitirlo haberlo visto había alegrado su corazón, habían compartido toda una vida juntos, y a pesar de todo aun lo quería, además pensaba en lo feliz que se había puesto su nieta al ver de nuevo a su abuelo, después de muchas explicaciones y disculpas por parte de esposo, Estela termino cediendo, lo dejaría quedarse en casa, seria un poco precavida, pero en el fondo estaba feliz de que su marido hubiera regresado.
"Gracias Estela, no te arrepentirás, te voy a hacer muy feliz" fueron las palabras de Jorge al escuchar la decisión de su esposa.
Estela tratando de comportarse un poco indiferente le dijo.
"Bueno Jorge, ha sido un largo día, han pasado muchas cosas, es hora de dormir. Juntos subieron a su habitación.
Capitulo 7 Vida Conyugal
Jorge entro en la habitación de la cual había salido hacia varios meses, un poco temeroso, estaba de nuevo en su casa y debería demostrarle a su esposa que estaba arrepentido. Estela se dirigió al baño donde estaba su bata para cambiarse para dormir.
Jorge busco uno de sus pijamas, estaban donde los había dejado, toda su ropa estaba en el mismo lugar, su mujer no la había movido, no cabía duda, su mujer era una gran señora. Mientras Estela se cambiaba en el baño. En verdad Jorge se llamaba muy arrepentido.
Estela salio del baño ya cambiada, se había puesto una bata de seda, larga pero fresca, Jorge la miro, debía admitir que aunque su mujer no fuera buena en la cama, tenia un tremendo cuerpo para su edad, Jorge aun no se había cambiado.
"No se va a cambiar Jorge?", pregunto Estela
"OH si ya voy" Respondió El
Jorge empezó a quitarse la camisa, mientras Estela se acostaba en la cama, luego de la camisa, desabrocho su pantalón, lo quito luego bajando su calzoncillo quedo completamente desnudo a un lado de la cama. Estela por vergüenza nunca se había atrevido a mirar a su esposo mientras este se desnudaba, pero en aquel momento estaba fija observándolo, de pronto sintió que un desconsuelo la embargaba, miro el cuerpo de su esposo, este era un hombre mayor, a sus 62 años, Jorge tenia un voluminoso estomago, sus piernas eran delgadas, pero lo que mas tenidamente miro Estela era el pequeño pene que apenas colgaba entre las piernas de su esposo, tenia su zona genital completamente cubierta de pelos.
Jorge sin darse cuenta que era examinado por su esposa, se puso el pijama, y apagando la luz se acostó en la cama junto a ella. "Buenas noches Estela y gracias" fueron las únicas palabras que se atrevió a decir, sabia que su esposa era una mujer muy recatada y que seguramente se ofendería si El tratase de hacerle el amor esa noche, seria mejor dejar pasar algún tiempo para eso. Así que dándole la espalda se dispuso a dormir.
Estela miro como su esposo le dio la espalda para disponerse a dormir, trato de cerrar los ojos y hacer lo mismo, pero se sentía inquieta algo dentro de ella no la dejaba conciliar el sueño. Empezó a recordar todo lo que había sucedido ese día, de pronto una imagen vino a su mente, vio a su amiga desnuda y el enorme pene de su yerno penetrándola, veía como su amiga disfrutaba del sexo que le estaba dando Roberto. Una extraña sensación despertó en su cuerpo, empezó a sentirse muy caliente a medida que recordaba como el enorme miembro de su yerno se deslizaba dentro de la vagina de su amiga, sin saber como, Estela se volvió hacia su esposo, deslizando su mano empezó a bajarla por su estomago, despacio, de pronto su mano choco contra el elástico del pijama de su marido, forzando un poco la mano, empezó a meterla dentro de este.
Jorge extrañado sintió como la mano de su mujer empezaba a acariciar su dormido pene, estaba muy sorprendido Estela nunca lo había buscado sexualmente siempre era El quien le pedía sexo, y nunca antes había accedido a acariciarle el pene con la mano, su verga empezó a ponerse dura a medida que la mano de su esposa la acariciaba, entonces volteándose se acerco a su esposa, en la oscuridad de la habitación sentía como el cuerpo de su mujer estaba extrañamente muy caliente.
Estela tomo el elástico del pijama con sus dos manos, y lo bajo hasta sus rodillas, ahora podía sentir el pene de su marido erecto, era una erección firme, que cabía completo en su mano, aunque no tan dura como la que había sentido el día que su yerno la había hecho acariciar su pene. Jorge había empezado a acariciarla suavemente, sintió como su marido se iba colocando sobre ella, entonces con una de sus manos este procedió a levantar un poco su bata, Estela salía lo que El iba a hacer, y esta vez quería disfrutar, así que abrió un poco mas las piernas mientras EL se colocaba completamente sobre ella, y deslizaba su pene dentro de su vagina.
Aunque no habían existido muchas caricias previas, pues era algo que su mujer no hacia, Jorge se extraño al sentir lo húmeda que estaba la vagina de su mujer al penetrarla. Empezó a moverse sobre ella, metiendo y sacando su pene de la vagina de esta.
Estela al sentir como el pene de su marido, se deslizaba dentro de su vagina, empezó a gemir suavemente, era extraño ella que nunca había disfrutado de esto, ahora sentía la necesidad de ser poseída. Sentía como el pene de su marido entraba y salía de su vagina, cerro sus ojos tratando de concentrarse en su placer, cuando de nuevo una imagen vino a su mente, era el enorme pene de su yerno Roberto, Estela sintió un escalofrió recorrer su cuerpo, veía el enorme pene, completamente erecto el día que había entrado al cuarto a apagar el televisor, veía su enorme pene expulsando todo su semen el día que había llegado borracho y se había masturbado frente a ella, lo veía entrando profundamente dentro de la vagina de su amiga, y como esta gemía cada vez que era penetrada por El, recordar todo esto la estaba excitando mas, empezó a gemir mas fuerte mientras su marido la seguía penetrando. Recordando la posición en que tenía las piernas su amiga levanto las suyas y las cruzo sobre la espalda de su esposo.
Jorge estaba extrañado pero a la vez muy excitado, su esposa nunca antes le había demostrado cuanto gozaba, jamás la había escuchado gemir ni hacer algún tipo de posición sexual, definitivamente la separación de estos meses le había hecho bien, estaba muy excitado y salía que no duraría mucho tiempo mas sin regarse. Entonces acelerando sus empujes sintió como su pene expulsaba su semen dentro de la vagina de su mujer, mientras un fuerte gemido escapado de su garganta.
Estela estaba empezando a disfrutar de la penetración de su marido, imaginando el pene de su yerno, estaba gimiendo mas fuerte, cuando de pronto sintió como el cuerpo de su marido convulsionaba sobre ella y expulsaba un poco de semen que iba a parar en el interior de su vagina.
Su marido permanecía inmóvil sobre ella, mientras sentía como su pene empezaba a encogerse. Luego retirándose se acostó a su lado, acercándose a su boca le dio un beso y se volvió.
Estela no lo podría creer, aquel hombre había terminado tan rápido que no le había dado oportunidad de satisfacerse ella, sintió una enorme amargura al verse ahí, aun completamente excitada e insatisfecha. Iba a poner su mano sobre su vagina cuando de pronto, recordando su situación, que pensaría su esposo si se volvía y la miraba acariciándose, pensaría que era una pervertida, y ella sabia muy bien que no podía hacerlo, como había dicho su marido ella era una verdadera señora. Así que dándole la espalda Estela suspiro profundamente y trato de dormir.
Capitulo 8 Gemidos
Roberto comenzaba a quedarse dormido, cuando empezó a escuchar los gemidos que veían de la habitación de sus suegros, ahora no tenia duda, se habían reconciliado, se sintió bien sabia que su suegra era una buena mujer y había sufrido mucho cuando su esposo la había abandonado.
Pero algo empezó a calentarlo, los gemidos eran cada vez mas fuertes, Roberto entonces comenzó a imaginar la noche de pasión que tendrían sus suegros, en verdad su suegro era un hombre muy afortunado, recordó la tarde en que desde la puerta de la habitación había espiado a su suegra mientras se cambiaba para ir donde su amiga, recordó los enorme senos de esta mientras se ponía su sostén, sintió como su verga se estaba poniendo cada vez mas dura, en parte por los gemido de placer que provenían del cuarto de sus suegros y en media por recordar el voluptuoso cuerpo de su madura suegra, llevando su mano hasta su verga empezó a acariciarla, sentía como su duro y grueso miembro seguía creciendo en su mano, descubriéndose se extendió sobre la cama, mientras una de sus manos acariciaba su verga la otra empezó a masajear sus bolas, empezó a imaginar lo placentero que estarían pasándola sus suegros.
Tenían varios meses de separados, imaginaba la desesperación con que su suegra Estela estaría recibiendo la verga de su marido dentro de esa peluda raja, y esto lo confirmaba por los gemidos que escuchaba, sin duda su suegro estaba dando a su suegra, todo el placer que estaba había necesitado todo este tiempo, a medida que los gemidos aumentaban Roberto aceleraba el roce de su mano sobre su enorme verga, si, sin duda su suegro era un hombre afortunado, poder poseer a una mujer tan atractiva como su suegra, y es que aquella mujer en verdad lo excitaba, Roberto imaginaba a aquella mujer que se veía tan conservadora, tan recatada transformada en una verdadera puta que lo complacía en todos sus deseos, se imaginaba metiendo su lengua en su peluda raja hasta que ella misma le suplicara que la penetrara completamente, todo lo que El haría con una mujer así, escucho como los gemidos aumentaban, entonces acelerando su masturbación, cerro sus ojos y se imagino llenando la peluda raja de su suegra con sus chorros de caliente y espeso semen. Escucho un fuerte gemido en el momento en que sus bolas se contraían y potentes chorros de esperma salían disparados de su verga e iban a estrellarse contra su pecho. "Ohhhhhhhhh, si Estela, oooooh toma toda mi leche" fue lo único que pudo gemir antes de disparar toda su espesa carga.
Relajado empezó a esparcir todo su semen sobre su pecho, mientras extrañado pensaba en que los gemidos en la habitación de sus suegros habían parado, ya no escuchaba nada, acaso era posible que ya hubiesen terminado, eso era algo que Roberto no podía concebir, después de tanto tiempo, lo mínimo que esperaría es que sus suegros, estuvieran disfrutando del sexo durante varias horas, pero los gemidos que había escuchado no habían durado mas de unos pocos minutos.
Acaso ese era el sexo que practicaban sus suegros, si así era, Roberto pensó en lo insatisfactoria que seria su vida sexual y en lo necesitada e insatisfecha que estaría su suegra de buen sexo, pero aunque El lo pensara eso, su suegra era una mujer muy conservadora y recatada, que El pensaba, nunca le daría la oportunidad de descubrir si sus sospechas eran ciertas.
Continuara
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