Tabu Familiar (01: La separación)

Una suegra solitaria y su joven yerno tendran que vencer todos sus miedos y prejuicios antes de satisfacer sus pasiones reprimidas.

Capitulo I La separación.

"OH, OH por favor apaga la luz, apaga la luz" rogaba Estela

"No, me gusta así, me gusta mirarte mientras hacemos el amor, "respondía su esposo.

"No puedo, me da vergüenza por favor apaga la luz," mientras decía esto Estela se separaba de su esposo y apagaba la luz,

"No hagas eso, me gusta verte, mientras te hago el amor" explicaba su esposo.

"Si pero yo no puedo, me da mucha vergüenza, entiende, no me gusta que me miren desnuda", suplica Estela

"Pues te aguantas, quiero verte" insistía Jorge, mientras encendía de nuevo la luz, y penetraba a su esposa con su pequeño pene. Estela avergonzada cerraba los ojos, tratando de soportar toda la pena que le producía verse desnuda frente a su esposo en la claridad de su habitación.

Y es que aun después de 34 años de matrimonio, Estela se oponía a aquel tipo de relaciones fuera de lo tradicional, siempre había sido una mujer tachada a la antigua, por lo que cuando su esposo le pedía algo fuera de lo que ella consideraba normal, se escandalizaba y se avergonzaba oponiéndose a cualquier tipo de practica no tradicional.

Ahora a la edad de 58 años, era una mujer llena de tabúes, complejos y perjuicios respecto al sexo, aun con su pareja. Limitándose a complacer a su marido abriendo las piernas y dejándose penetrar durante algunos minutos, hasta que su esposo alcanzara el orgasmo en la oscuridad de su habitación. No importándole no satisfacerse ella misma.

Había educado a su hija en la mayor moral, y cuando esta murió de un paro respiratorio, a la edad de 29 años. Había sufrido mucho, su único consuelo era cuidar de su nieta de 7 años, que aun vivía con ellos y Roberto, su padre en la casa.

Jorge alcanzo en el orgasmo, mientras su esposa en el mayor silencio notaba como su esposo expulsaba su poco su semen dentro de su vagina, ni un gemido fue escuchado de su boca, sabia que su marido había terminado y esto la alegraba de cierta manera, no tendría que seguir prestando su viejo cuerpo para la satisfacción de aquel hombre, ella pensaba que a esa edad ya no debían tener sexo, eso era para los jóvenes, y la avergonzaba saber que ella, ahora abuela, todavía se prestara para eso con su esposo, le avergonzaba imaginar que en el silencio de su casa su yerno pudiera escuchar algo, seguro pensaría que eran un par de viejos pervertidos.

Levantándose de la cama matrimonial, Jorge empezó a vestirse,

"Que hace Jorge?" le pregunto su esposa, cubriéndose con su bata.

"Estoy harto de usted, es una mujer fría, nunca ha sabido como satisfacerme, usted me tiene cansado, por eso me voy de la casa" grito El

"Como se va, me abandona después de 34 años de matrimonio?, porque Jorge, recuerde nuestra hija murió apenas hace 8 meses, que voy a hacer sola, soy una vieja, nunca he trabajado, dependo de usted" suplico Estela

"Pues ya vera que hace, es su problema, estoy cansado, la verdad me voy con mi secretaria, es una mujer joven y si sabe como satisfacerme" grito

"Por favor no me deje Jorge, no me deje, yo lo quiero" suplico de nuevo Estela

"Ya la decisión esta hecha, Adiós!" Y diciendo esto Jorge salio de su habitación, mientras Estela lloraba, no podía creer que su marido de 62 años, la dejara por una mujer mas joven, después de haberle entregado ella los mejores años de su vida. Que iba a hacer ahora.

Así se durmió, cansada de llorar por su marido que la abandonaba ahora después de tanto tiempo.

La mañana siguiente se levanto como siempre, dirigiéndose a la cocina usando una bata gruesa de seda, que cubría su cuerpo, se dispuso a preparar el desayuno para su yerno y su nieta.

"Hola Suegra, como amaneció señora?", era la voz de su yerno Roberto entrando en la cocina, no sabia que responder, era el momento de desahogarse con alguien.

"Mal Roberto, mi esposo me ha dejado", mientras decía esto su voz se quebraba y las lagrimas empezaban a correr por sus mejillas, y empezaba a llorar.

Roberto al ver la situación de su suegra, se acerco y la abrazo tratando de consolarla. Ella lloraba contra su hombro, fuerte.

"tranquila suegra, tranquila, todo va a estar bien,"

Tranquilizándola un poco, Roberto la sentó en una silla de la mesa de la cocina, mientras le consolaba. Cuando estuvo un poco mas tranquila y había parado de llorar empezó a hablar

"Que voy a hacer ahora, Roberto, soy una mujer mayor, que voy a hacer sola, "sollozaba.

"Tranquila Señora, usted no esta sola, recuerde que nos tiene a mi hija y a mi, yo la voy a ayudar en todo lo que pueda, usted es la madre de mi difunta esposa, y no la voy a abandonar cuando mas lo necesita, cuente conmigo señora,"

Mientras Roberto hablaba con su suegra consolándola, se percato de algo que nunca antes había tomado en cuenta, por la posición de su suegra sentada en la mesa, su bata se había abierto un poco mostrando el nacimiento de sus senos, aunque era la primera vez que Roberto se fijaba en esa parte del cuerpo de su suegra, pudo notar que sus pechos eran enormes, y que iban descubiertos bajo la bata, de pronto sintió un punzonaso en su entrepierna, un cosquilleo familiar.

"Gracias yerno, es usted una buena persona, preocuparse por una vieja como yo, no tengo forma de pagárselo, se lo agradezco mucho, tratare de atenderlo a usted y a mi nieta de lo mejor que pueda" hablo Estela ahora un poco mas tranquila, sin percatarse que la mirada de su yerno estaba fija en la abertura de su bata.

Un poco mas tranquilos bebieron sus cafés, Roberto salio hacia su trabajo, mientras Estela iba al cuarto de su nieta a despertarla para llevarla a la escuela.

Los días fueron pasando, Estela se iba tranquilizando un poco mas, aunque no se acostumbraba a la perdida de su marido, su nieta la entretenía, platica con su yerno cuando llegaba de trabajar y le servia la comida, atendiéndolo y haciendo que El se sintiera lo mejor posible.

Un sábado en la tarde, mientras Roberto y su hija jugaban en el patio trasero, Estela fue donde estaban y le dijo a su yerno que iba a salir a conversar con una señora amiga suya de muchos años. Y se metió de nuevo en la casa.

De pronto algo paso por la mente de Roberto, un impulso que no sabia de donde provenía, entonces diciéndole a su hija que siguiera jugando con su mascota, le dijo que iba a leer un rato a su cuarto, entrando en silencio a la casa, fue directo a la puerta de la habitación de su suegra, para su beneficio y sorpresa la puerta no estaba completamente cerraba, había una pequeña abertura por donde se podía mirar el interior completo de la habitación, inclinándose un poco para no ser visto se asomo por la abertura, Premio!!, sus ojos no podían creer lo que veía, su suegra venia saliendo del baño completamente desnuda, sus ojos recorrieron aquel maduro cuerpo, sus pechos eran grandes y gordos, aunque un poco caídos, eran en realidad enormes, sus pezones oscuros y grandes se marcaban completamente, su vientre aunque un poco flojo era lino, sus caderas eran anchas, su vagina estaba completamente tapada por un arbusto de vellos negros, era muy peluda, no sabia que impulso lo había traído ahí, pero sabia que lo que estaba mirando lo estaba excitando.

Empezó a acariciar su verga sobre su pantalón, sentía como esta empezaba a ponerse dura, ante la visión de aquel maduro cuerpo, deslizaba su mano sobre la protuberancia al frente de su pantalón, sentía como su verga se estiraba, siguió mirando.

Su suegra empezó a secarse con una toalla, despacio, después puso un poco de crema en sus manos, y la aplico sobre su cuerpo, era una mujer cuidadosa, no entendía porque su suegro había abandonado a una mujer tan deseable, despacio tomo un sostén claro y acomodando sus enormes senos dentro de este, lo cerro, sus pechos se apretaron dentro de la prenda, luego tomo unas medias y suavemente las deslizo arriba sobre sus piernas, su peluda vagina se veía ahora mas excitante, cubierta con las medias, su verga estaba al máximo, sentía el deseo de abrir su pantalón y liberar su verga masturbándose furiosamente hasta expulsar todo su semen fuera.

Y es que desde la muerte de su esposa, Roberto no había estado con ninguna otra mujer, su trabajo y su hija lo limitaban, quería ser un buen padre y no pensaba correcto involucrarse con otra mujer tan pronto. Así que sus deseos sexuales habían tenido que ser mitigados todo este tiempo por medio de masturbaciones secretas en su habitación.

Siguió observando unos minutos mas, hasta que su suegra estuvo casi completamente vestida, entonces, en silencio camino hasta la sala, donde tomando un libro, empezó a leer. Unos minutos mas tarde su suegra salio de su habitación completamente lista para ir a reunirse con su amiga, era una mujer muy conservadora y recatada para vestir, Roberto no podía dejar se admirarse de saber que debajo de esas conservadoras ropas, había un cuerpo maduro y sensual que despertaría el deseo de cualquier hombre.

En cuanto su suegra salio de la casa, comprobó que su hija estuviera jugando aun en el patio, entonces dirigiéndose a su habitación, cerro con llave su puerta, y bajando sus pantalones mientras se sentaba en la cama, empezó a acariciar su verga que aun se mantenía semi erecta ante el espectáculo que había presenciado en el cuarto de su suegra.

Deslizaba su mano sobre su enorme verga, mientras recordaba los grandes pechos y la peluda vagina de su suegra, sabia que era una mujer a la que nunca podría tener, era una mujer completamente prohibida, una señora virtuosa y decente, acelero sus movimientos sobre su pene imaginando poder tocar aquella peluda raja, disfrutaba imaginar su dura verga abriéndose paso entre aquel arbusto de pelo, mientras su suegra gemía recibiendo su enorme y grueso miembro, con su otra mano daba masaje a su pelotas, mas y mas rápido masturbo su verga hasta que sintió el cosquilleo próximo al orgasmo, entonces inclinándose completamente sobre la cama sintió como chorros de semen salían de su verga e iban a estrellarse contra su estomago. "Ahhh" había sido tan bueno, así con la prueba de su deseo por su suegra, descanso un rato en silencio.

Capitulo 2 Insomnio. –

Estela llego hasta casa de su amiga Rita, era una señora de 55 años, amiga desde la infancia, se había casado y divorciado después de muchos años de fracaso matrimonial, ahora Rita se dedicaba a disfrutar de su madurez, teniendo diferentes aventuras sexuales con hombres mas jóvenes, aunque su forma de vida, no le parecía conveniente a Estela y aunque muchas veces le había aconsejado abandonar ese estilo de vida, Rita siempre tomaba a la ligera sus consejos y preocupaciones, Rita comprendía muy bien a Estela pues también había afrontado la separación de su esposo.

"Hola Estela como estas"

"Bien, pues hay voy superando la separación, es muy duro, para una mujer de mi edad, tu lo sabes" Respondió Estela mientras saluda a su amiga.

"Ja no te preocupes pronto ya ni recordaras a ese viejo" Agrego Rita riendo mientras animaba a su vieja amiga.

"Tu lo que necesitas es alguien con quien distraerte, un nuevo hombre en tu vida" añadió

"Como se te ocurre Rita, soy una mujer vieja y muy recatada, sabes que nunca me atrevería a hacer una cosa de esas, va contra mi moral y mis principios, además quien se podría fijar en una vieja como yo" respondió Estela

Durante varias horas platicaron, conversando de la vida y Rita contando acerca de su nuevo novio, un joven de apenas la mitad de su edad.

"NO entiendo como puedes sentirte bien con un chico que podría ser tu hijo, Rita?" Pregunto Estela.

"Es mas excitante los jóvenes son calientes y viriles, saben dar todo el placer que una mujer madura como nosotras necesita", hablaba Rita

"Pues será una mujer como tu, porque yo no siento la mas mínima necesidad de estar con un hombre, soy una vieja y a mi no me hace falta".

"Por cierto Estela y tu varonil y atractivo yerno?" pregunto Rita

"A que te refieres?, porque preguntas por El?" Contesto Estela extrañada.

"Siempre me ha parecido un hombre muy atractivo y viril, dime desde la muerte de tu hija, no se ha hecho de alguna otra mujer?"

"Que yo me de cuenta no, El se ha dedicado a cuidar de su hija y de mi, es una buena persona"

"Pues es una lastima, porque es un hombre muy atractivo, es un desperdicio que un hombrote como ese este solo, tu deberías aprovechar" agrego Rita

"Como se te ocurre?! Tienes una mente perversa Rita, es mi yerno, el esposo de mi difunta hija, estas loca, como se te ocurre que un hombre como El podría fijarse en una vieja como yo, de verdad eres una perversa" respondió Estela entre molesta y asombrada.

Entonces Rita riendo añadió "J a ja no te molestes amiga, era solo una sugerencia, se que tus principios y tu moral nunca te dejarían hacer algo así"

"Mejor cambiemos de tema, no me agrada hablar de eso, no es tema para señoras como nosotras." puntualizo Estela.

Eran las 8 de la noche cuando Estela regreso a su casa, todo estaba en silencio, su nieta y su yerno debían estar durmiendo ya, así que en silencio se dirigió a su habitación, ahí en su baño, se dio una ducha, y se puso su bata de dormir, fue hasta su cama y se recostó.

Eran las dos de la mañana cuando Estela despertó, su sueño había sido muy ligero, en realidad no lograba conciliarlo, pensaba en todo lo que había sido su vida, su hija muerta, su fracaso matrimonial, en su tristeza y soledad, de pronto vino a su mente las palabras de su amiga Rita "Tu yerno es un hombre muy atractivo y varonil, además solo, un hombrote como este, tu deberías aprovecharlo".

Como podía su amiga siquiera sugerir semejante cosa, era un pecado el solo hecho de pensar en eso, aunque en algo tenia razón Rita, Roberto su yerno, era un hombre muy atractivo, de pronto Estela se vio en su mente examinando detenidamente a su yerno, era un hombre de 32 años, alto, su trabajo lo había hecho tener un cuerpo musculoso y viril, además tenia esa masculinidad que pocos hombres poseen, a ella siempre le pareció un buen partido para su hija. Estaba enfrascada en su pensamiento cuando decidió levantarse y tomar un vaso de jugo, tenía un poco de calor.

Abriendo la puerta de su habitación, camino por el pasillo, cuando iba pasando frente a la habitación de su yerno se percato que la puerta estaba semi abierta, podía mirar la luz del televisor encendido dentro, entonces decidió entrar, le extraño que su yerno estuviera despierto a esas horas, abriendo despacio y en silencio la puerta entro.

Ahí sobre la cama, estaba su yerno Roberto, completamente dormido, con las sabanas hasta la mitad de su cuerpo, seguramente se había quedado dormido mientras veía la televisión, decidió acercarse y apagar el aparato, cuando lo hizo la habitación se oscureció un poco, giro para salir cuando de pronto algo la sorprendió, en un movimiento involuntario, Roberto de movió en la cama, haciendo que la sabana se corriera cayendo a un lado, lo que Estela vio la dejo fría de la impresión.

Su yerno estaba desnudo, no estaba utilizando nada de ropa para dormir, pero lo que mas sorprendió a Estela era, el enorme miembro de su yerno, ella nunca había visto otro pene mas que el de su marido en alguna ocasión, pero el miembro que estaba frente a sus ojos era realmente monstruoso, debía medir por lo menos 22 CMS y era muy grueso, se encontraba completamente erecto, su yerno debía tener una de esas erecciones nocturnas que tenían los hombres. Ella nunca en su vida se imagino en semejante situación, estaba muy nerviosa y asustada pero la impresión era tal que no podía despegar los ojos de aquel pene.

Tratando de recobrarse de su gran impresión, camino hasta la puerta, nerviosa de que su yerno pudiera despertar y encontrarla ahí, produciéndose una situación muy embarazosa.

Estela salio del cuarto, cerrando la puerta tras de si, su cuerpo temblaba mientras regresaba a su habitación, entrando cerro con llave su aposento.

No podía creer lo que había visto, era mas de lo que su mente podía soportar, había visto a su yerno desnudo con su pene erecto, y no era cualquier pene, era un pene gigantesco, como le podía haber sucedido eso a ella, se sentía nerviosa, avergonzada y sorprendida a la vez.

Tratando de recobrar su tranquilidad, se consoló diciéndose a ella misma, que había sucedido un incidente sin importancia, que por fortuna, su yerno nunca despertó, eso si hubiera sido una verdadera vergüenza para ella. Así entre nervios y justificaciones cansada se durmió.

  • Capitulo 3 Dándole una mano. -

Cada vez que Estela platicaba con su yerno, sentía un gran remordimiento, se sentía culpable de haberlo mirado desnudo en su cuarto. Esa tarde mientras jugaba con su nieta en la sala, recibió una llamada de su yerno, comunicándole que tenían una reunión de la oficina y llegaría un poco tarde a la casa.

Ella le dijo que no se preocupara que ella acostaría a la niña, y la cuidaría.

Pasaron las horas, Estela acostó a su nieta, luego después de que la niña durmiera, fue a la cocina termino sus quehaceres, dejo algo de comida preparada para su yerno, por si llegaba hambriento se sirviera, y se dispuso a dormir.

Eran como la una de la mañana, cuando escucho un ruido en la entrada de su casa, despertándose se levanto, y se dispuso a ver de donde provenía el ruido, bajo las escaleras, cuando estaba por encender la luz de la sala, vio la figura de su yerno que terminaba de cerrar la puerta, lo notaba algo extraño, lo veía mareado y tambalearse, seria posible que su yerno viniese borracho, en todo el tiempo que había estado en su casa, nunca lo había hecho, esto extrañaba a Estela.

Acercándose le hablo "Es usted Roberto, escuche un ruido y baje a ver de que se trataba" Percibió de pronto un fuerte olor a licor, y perfume de mujer.

Roberto tratando de disculparse hablo. "Que pena señora, la desperté, es que se nos hizo tarde en la reunión", su voz se escuchaba bajo los efectos del alcohol.

Tratando de caminar hacia las escaleras, siguió "Bueno señora buenas noches," pero al tratar de subir su estado lo delataba. Estela mirando la condición en que se encontraba su yerno, se acerco y le hablo.

"Venga Roberto creo que es mejor que lo ayuda a subir, creo que usted no esta en condiciones de hacerlo solo"

El se apoyo en ella, cruzando su mano sobre su hombro, ella lo dirigió mientras subían las escaleras, entonces una de las manos de El fue a parar directamente sobre uno de sus senos, Estela sabia que el movimiento de su yerno, había sido involuntario, pero siempre se asusto, sentía la mano de este descansar sobre su seno, no lo sujetaba, no lo acariciaba, simplemente estaba ahí sobre el.

Llegaron a la puerta de la habitación entonces Estela le hablo, "Entre Roberto, vaya y descanse en su habitación, eso es lo que necesita" aun estaba nerviosa por el contacto de la mano de su yerno.

Roberto ingreso en su habitación, mientras Estela cerraba la puerta tras El y se disponía a ir a su habitación, cuando de pronto escucho un golpe, abriendo de nuevo la puerta, miro como su yerno había caído contra la silla junto a su cama. Entonces entro, debía ayudarlo a acostarse, se notaba que en verdad El estaba muy ebrio.

Lo ayudo a levantarse, Roberto en silencio le decía "Que vergüenza con usted suegra, que vergüenza" trataba de disculparse en su borrachera.

"No se preocupe Roberto, mañana esto estará olvidado" trataba de ser paciente Estela.

Acostándolo boca arriba sobre la cama, Estela miro como su yerno, empezó a tratar de quitarse la ropa para dormir, pero era evidente que no podía, decidió ayudarlo a quitarle por lo menos su camisa para que descansara bien.

Desabrocho los botones de la camisa, después se la quito, Roberto estaba casi inconsciente dejándose ayudar por su suegra, luego le quito los zapatos y las medias, estaba un poco nerviosa, sabia que hasta ahí llegaría su ayuda, nunca se atrevería a quitarle su pantalón, cuando estaba a punto de levantarse de la cama, vio como la mano de su yerno iba hasta el cierre de su pantalón, lo desabrocho , Estela se empezó a sentir nerviosa, entonces con un poco de esfuerzo Roberto empezó a bajar su pantalón, Estela vio como su yerno bajaba su pantalón hasta quedar en sus rodillas, bajo este Roberto estaba usando un calzoncillo de algodón pequeño, que apenas contenía el enorme bulto dentro de el, Roberto pateo su pantalón fuera de sus piernas, mientras su mano iba hasta la banda elástica de su calzoncillo, Estela se puso aun mas nerviosa, sabia que su yerno dentro de su borrachera no sabia lo que estaba haciendo, entonces animándose un poco trato de detener la mano de su yerno.

Roberto al sentir una mano sobre la suya, cerca de su pene, la sujeto, estaba tan borracho que no sabia de quien era esa mano, entonces sujetándola la puso sobre su ropa interior y la deslizo arriba y abajo contra ella, Estela estaba roja de la vergüenza y del temor, no sabia que hacer, su yerno sujetaba su mano contra su ropa interior, poco a poco empezó a notar como una enorme protuberancia empezaba a formarse dentro del calzoncillo, su mano temblaba mano el contacto de aquella dura protuberancia.

En uno de los movimientos, al frotar su mano sobre la ropa interior, la cabeza del pene de su yerno salio fuera del calzoncillo, asomándose arriba, ella estaba completamente nerviosa y asustada, no sabia como proceder, la cabeza del pene de su yerno estaba cubierto por una especie de lubricación, Estela nunca había visto un pene tan de cerca no entendía exactamente a que se debía esto.

Entonces Roberto con su otra mano, bajo el elástico de su calzoncillo dejando libre su enorme y dura herramienta, Estela Abrió sus ojos aun más sorprendida y nerviosa al mirar como el enorme miembro de su yerno, quedaba expuesto de nuevo ante ella, trato de retirar su mano, pero su yerno la sujetaba fuerte.

Roberto empezó a gemir y hablar en voz alta "OH si tócame, Adriana, tócame eso me gusta, así sido tanto tiempo…" era evidente para Estela que su yerno la estaba confundiendo con su difunta esposa, estaba muy nerviosa, sabia que debía detener eso, así que tomando un poco de valor, forzó su mano separándola de la de su yerno, mientras se incorporaba nerviosa, era mas de lo que su viejo cuerpo podía resistir.

Se dirigió a la puerta, en el momento en que volteaba para mirar, antes de salir, vio como del pene de su yerno salían potentes chorros de semen que se elevaban y caían sobre su pecho y sobre la cama.

Continuará

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