Switch child of mine I
Esta es parte de mi historia personal, algunos datos han sido modificados,nombres alterados..De cómo empecé en el mundo de la Dominación y Sumisión
Ahí estaba yo, con 19 años casi recién cumplidos, y recién aterrizado en una ciudad extranjera: Amsterdam. La ciudad se veía tan diferente a lo que yo estaba acostumbrado...
He de decir, antes de nada, que yo provengo de un pequeño pueblo de la serranía castellana, pero desde muy tierna infancia tenía muy claro que no quería pasar mi vida entera en aquel pueblo de no más de 5.000 habitantes. Me cansaba extremamente esa forma tan simple de ver la vida. Me parecía tediosa y aburrida, sin ninguna expectación durante todo el año, salvo las fiestas patronales de verano. Yo no quería eso. Algo dentro de mí, me decía que debía escapar de aquella monotonía lo antes posible.
Y así lo hice. Tan pronto llegué a la mayoría de edad, cada vez iba alejándome más de aquel sitio, y cada vez más tiempo, hasta que, a través de un amigo, aterricé en Amsterdam.
Esa ciudad era increible. Una locura de emociones para alguien que venía de un sitio tan recondito y aislado. Ahora, con mis actuales 35 años, pienso en como fue aquello, y la verdad es que me gustaría volver a tener otra vida para volver a disfrutar de todo aquello sin pensarmelo dos veces.
Vivía con mi amigo, su hermana y su tía en una pequeña casa a las afueras de la ciudad. Se tardaban unos 45 minutos en bici en llegar al centro de la ciudad, por lo que,aunque el ambiente era tranquilo y algo bucólico, realmente no te sentías fuera de la rutina de una ciudad.
Mi amigo se llamaba ( y llama, porque aún está bien vivito y coleando y seguimos siendo buenos amigos) Esteban. Era de mi misma edad, pero eramos completamente distintos. Él era un chico rubio, de 1,75 de altura, cuerpo fuerte y contorneado, muy extravertido y dicharachero. Su hermana se llamaba Alondra (algunos padres no tienen clemencia con el nombre que eligen para sus hijos) y era una morenita de 1,65 con algunos kilos de más que compensaba con una hermosa cara que casi parecía hecha de porcelana. Su tía se llamaba Rachel, era la única de los tres originalmente holandesa y hermana de la madre de Esteban y Alondra.Ésta, había conocido al padre de los chicos en un viaje de estudios por España y se había quedado allí, cosa que a Rachel seguía molestandole aunque lo disimulaba con una dulce sonrisa que iluminaba la estancia. La tía de los chicos era un mujer de 1,70 de altura, rubia platino con unos increíbles ojos azules preciosos y profundos, un cuerpo bien formado para sus 40 y tantos años por aquella época. Siempre era amable y atenta, y nunca pareció que le molestara que Esteban me hubiera "invitado" a pasar un tiempo con ellos aun cuando no la había pedido si quiera permiso, cosa de la que me enteré tiempo después.
El caso, es que las primeras semanas de mi estancia por la ciudad fueron de "turisteo" simplemente. Me enseñaron la ciudad, como moverme de la casa de su tía al centro, visitamos bastantes coffee shops, el barrio rojo...Lo normal en aquel tiempo en la ciudad. Aquello me tenía embobado.Cada día era una nueva experiencia y yo estaba saturado por la cantidad de cosas nuevas que descubría cada día.
Al final, pasados dos meses, un día pensé que lo más lógico sería buscar trabajo, puesto que llevaba dos meses viviendo de gorra allí y no me había llevado mucho dinero desde España.Así que un día,durante la comida dije:
YO: Creo que debería de empezar a buscar un trabajo...No hablo holandés y el inglés tampoco muy allá,pero algo podría...
Rachel: Tranquilo-Dijo ella con un acento muy seco y pronunciando mucho las jotas y las uves con su español algo rudimentario-No hace falta que busques un trabajo. Si es por los gastos yo estoy encantada de teneros aquí y no hay problema.
Esteban permanecía callado y Alondra estaba ensimismada en sus cosas
YO: Y yo se lo agradezco,pero creo que lo justo sería que contribuyese de alguna forma en la casa
Rachel: Bueno,como quieras, pero que sepas que no es necesario.
Acabamos de comer, y yo empecé a pensar en que podría buscar trabajo. Encontré un periódico sobre la mesa de café del salón y decidí subirmelo a mi habitación. Como digo, no tenía ni idea de holandés, pero en el ingñés escrito me defendía bastante mejor, y muchos de los anuncios de empleo se publicitaban en este idioma. A los cinco minutos de estar en mi habitación, Esteban tocó a la puerta aompañado de un "¿Se puede?" y le dije que entrara mientras seguía intentando descifrar aquellas ofertas de trabajo.
ESTEBAN: He oído lo de que andas buscando trabajo. No he dicho nada durante la comida, pero se de un sitio donde buscan gente y da igual que no hables el idioma. Apenas se tiene que hablar mucho durante el trabajo y la paga aunque no es mucha, te ayudaría en tus gastos.
Yo le miré un poco extrañado, porque me imaginé que sería limpiando platos o alguna cosa así, y, aunque no me atraía mucho la idea, pensé que si eran unas horas a la semana tampoco sería para tanto y me sacaría un dinero
YO: Pues me parece bien. ¿Y qué tendría que hacer?
ESTEBAN: Pues...Mira, si quieres el sabado te llevo, conoces el sitio y a la dueña y ella ya te explicará de qué va todo el asunto.
Asentí y dejé el tema ahí. Aún era lunes ,por lo que hasta el sabado quedaban varios días.
Y así, en un abrir y cerrar de ojos, llegó el sabado. Esteban había estado esos días más callado de lo habitual en él,aunque tampoco le di mucha importancia. Llegaron las 9 de la noche y me dijo:
ESTEBAN: ¿Bueno,estas listo para la entrevista de trabajo?
Se me había olvidado por completo el tema del trabajo.
YO: Si,pero...¿A estas horas?¿No es un poco tarde para una entrevista de trabajo?
ESTEBAN:No si no tienes un horario comercial- lanzó una carcajada y nos dirigimos a las bicis.
Estuvimos en las bicis durante unos 20 minutos, y al cruzar un parque enorme, Esteban me dijo que cogieramos un pequeño camino de tierra que serpenteaba hacia la derecha, y le seguí. Unos 10 minutos después, llegamos a un muro enorme y alto, como de unos 3 metros, de color oscuro por no decir negro, que contrastaba con el resto de las pocas edificiaciones que había en los alrededores todas hechas de ladrillos.
Dejamos, las bicis a un costado del muro, Esteban tocó un pequeño timbre, y unos segundos después, la gran puerta metálica que había entre los dos muros se fue abriendo lentamente, mostrándonos una puerta mucho más pequeña al final de cuatro escalones, decorada barrocamente con figuras de gárgolas.
Nos pusimos los dos, lado a lado justo frente a la puerta, y en un momento, Esteban se giró y con una cara que jamás le había visto,mitad de nervios y mitad de excitación me dijo:
ESTEBAN: ¿Listo?
YO: Listo -dije, aunque no entendía por qué tanto nervio.A fin de cuentas, no era más que algún restaurante o sitio de moda donde iba a fregar platos.
Esteban tocó el timbre, que sonaba como pequeñas campanillas melódicas, y al otro lado de la puerta escuchamos unos pasos, lentos y pesados, acercándose a la puerta.
Espero que os haya gustado, y si tenéis algún comentario, duda....No dudéis en escribirme a mi correo electrónico:
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