Swing-sing, segunda parte

Esta es una verdadera fiesta sorpresa... sigamos con la ceremonia de desvirgamiento de Flor... Me acompañan?

Querid@s lector@s: Siento tanto haberme tomado esta semana para la continuación. Pero se que la espera –valdrá la pena- …. Pues tuvieron este tiempo para fantasear el desenlace.

Recordarán la sorpresa que nos dio Fabián con aquella arremolinada de culo que ponía los ojos en blanco a Debby. También a la "afortunada princesita Flor" que ya se había tomado el papel en serio y nos veía por lo alto desde su trono de "reina por un día".

Pues sigamos con nuestra historia:

-métele la lengua hasta el tope Fabián, eres mi ídolo,- animaba Jorge.

-aaaahhh, aaah,- se escuchaba claramente el placer que recibía Debby.

Todos nos arremolinábamos en derredor intentando no perder detalle de aquel descubrimiento.

Sobran los comentarios de sorpresa y admiración del grupo. El peludo pecho de Fabián servía de cojín lijador al vientre de Debby que se hacía abajo y arriba al compás del rico apéndice de Fabián. Los hombres mantenían la erección masajeando sus miembros disfrutando del espectáculo.

Yo, bien apretada a las nalgas de Diana, me le insinuaba restregando descaradamente mi pubis en su trasero.

-¿qué ya nadie me va a cojer?,- gritó desde su trono "la reinita".

-ahora vamos primor, -corearon los hombres.

Dejamos a la pareja para que terminara aquel extraño cunilingus y nos reunimos a la mesa del comedor.

Antes, no habíamos notado que Flor estaba rodeada por correas y argollas.

En el cuello un cinturón SM con un par de argollas a los costados. Igual lo estaban sus muñecas y tobillos. Llevaba un cinturón de castidad muy apretado a las caderas con un mini-falo incrustado en el ano, con el frente descubierto para cualquier invitación a ser penetrada. Todo el conjunto era en vinil negro que hacía juego con un par de aceradas varillas que sostenían sus senos y les daban dirección al cielo en un rico conjunto con su erguido par de nalguitas.

Era una princesa-esclava.

La podríamos someter fácilmente con la cuerda de algodón que estaba en la mesa. Cada uno tomamos una "piola" y buscamos la argolla mas cercana, atamos un extremo y comenzamos a jalar. Las mujeres nos quedamos con las piernas y Jorge con Andrés le sujetaban las muñecas. Así entonces la abrimos en cruz. Piernas al máximo y brazos por arriba de la cabeza, los muchachos ya habían encontrado un par de poleas en el techo que fueron ideales para alzarla unos centímetros de la mesa. Otro juego de cuerdas le fue sujeto a la cintura para darle soporte.

-ah, ahh, aahhh,- se quejó Florecita.

-qué pasa primor?,- preguntó mi marido.

-es que si me aflojan las muñecas, mi cuerpo cae sobre el cinturón y esa cosa que me metió Debby en el culo, se incrusta más,- precisó flor.

Entonces los chicos soltaron completamente las muñequeras y nosotras los tobillos y la "princesita" vino a convertirse en un rehilete. La podíamos hacer girar y girar, el equilibrio era perfecto así para quedar boca abajo, como en perfecto paralelo con el suelo, sea boca arriba o boca abajo.

-mira Mari,- me señaló Diana,- le podemos poner en la posición que querramos. Y colocándose sobre de ella, se le acercó sosteniéndola por la espalda y la sometió a su vagina.

Los chicos bajaron la altura aflojando las cuerdas y flor hubo de retenerse por las muñecas de Diana proporcionándose el equilibrio suficiente para quedar boca arriba justo a la altura para meter la cabeza entre las abiertas piernas de Dianita.

Jay y yo le abrimos las piernas a Flor para que mi marido se le fuera a las mamadas a la expuesta panochita. Con una mano le daba sostén a sus caderas, las cuales al ser empujadas le incrustaban el mini-falo-anal en relación con la presión que recibía

-mmgggghhh, mgghh.- era inútil, flor estaba impedida de ser escuchada, en esa posición entre las piernas de Diana, también le sería muy difícil escuchar nuestros comentarios. Sus oídos eran cubiertos por las piernas de Diana y su clítoris expuesto, era succionado con maestría por Andrés.

Jorge estaba buscando posición atrás de Diana. Quién aprovechando que esta era mamada por flor, le incrustó el pene entre las piernas logrando un par de lamidas y una muy buena cantidad de fluidos, esto le permitió intentar una penetración anal a mi Diana.

-no, no, ní se te vaya a ocurrir cabrón de porquería,- advirtió Diana al sentir el cabezón buscándole la entrada posterior.

-pero mi amor?,- señaló Jorge, extrañado-

-si, estúpido!!!, lo he hecho estando yo empinada… y como crees que voy a mantener el equilibrio para aguantar tu vergota por el culo?.

-no se mamita, contesto Jorge, - tratemos

-Diana se aferró a Flor con sus piernas aguantando el equilibrio apretándose con ellas en derredor de la cabecita de Flor y se inclinó un poco para aceptar la penetración. Jorge arremetió de nuevo y unos centímetros la lograron penetrar.

Las piernas de Flor intentaban apretar más la cabeza de Andrés sobre su coño, luego aflojaban y volvían a apretarse alrededor de Andrés. Su cuerpo comenzó a convulsionar, él metía lo más que podía la cabeza en la pucha de Diana, ella apretaba y aflojaba la cabeza de Andrés con los rápidos movimientos de sus nalgas. Flor, nos tomaba de las manos apretándonos fuertemente como buscando sostén y equilibrio. Flor definitivamente se estaba convirtiendo en una maquina de dar-y-recibir. Sometida de Jorge y Diana, y servida por la conocedora boca mamadora de mi Andrés; no me extrañaba en nada ver como Flor se movía en movimientos arrebatados para tragarse a Diana y ser comida por mi marido.

La violencia de movimientos en sus extremidades nos delataba que estaba gozando de verdad.

-asii, paaapito, así tómame por el culo mientras esta "cabroncita virgen" me da la mejor de las mamadas,- le decía Diana a Jorgito.

-ya te entró todo mi amor, y no has perdido el equilibrio,- suavemente le hablaba al oído.

-es que, ese palo es el eje de mi vida… cielo y desvirgador mío, -La voz melosa de Diana ya comenzaba a cansarnos.

Cuando de repente Flor se aflojó todita.

Su cuerpo se curvó al piso, sujeta la cabeza entre las piernas de Diana, pero una flacidez en sus miembros nos dio clara muestra de que habría tenido el sexto o décimo orgasmo cayendo en el clásico letargo de la plenitud sexual.

-mmm, se relamía Andrés separándose de la saciada Flor.

Diana abrió un poco las piernas y la cabeza de flor fue completita a golpear sobre el piso sin resistencia alguna. Fue entonces cuando nos dimos cuenta que algo andaba mal.

El cuerpo de Flor se curvó en grotesco semi-circulo hasta tocar piernas y cabeza el suelo, los brazos abiertos sin vida se curvaron contra los codos en forma desfigurada.

Aflojamos la tirantes de las cuerdas que le levantaban las caderas por el aire y Flor se vino al piso inerte, desfallecida; sin vida. En una posición antinatural.

Diana se arrodilló al piso con el pito aún metido en ella. Jorge seguía bombeándola con los ojos cerrados por el placer.

-pero qué no ves que ya la maté de asfixia?,- le gritó Diana, -dándose un sacón para soltarse de la empalada.

-eeeh???,- Jorge abrió los ojos para ver la desfallecida figura de flor tendida en el piso sin vida. Andrés se tendía sobre el pecho de Flor, tratando de escuchar inútilmente los latidos de ese cuerpo que no respiraba.

De repente, fuertes estertores, toseres y arcadas nos dieron a todos a entender que flor seguía con vida.

-pero no mamen!!!,- nos recriminó cuando recuperó el aliento y pudo sentarse de nuevo.

  • queeé no vieron que me estaban ahogando?, -Flor nos contaba, -les gritaba que me soltaran y esa pinche de Diana todo lo que hacía era apretarme entre sus piernas y arrecularme la boca contra su vagina

-No podíiiiaaaa respirar.- carajo.!!!

-luego el jodido mamador este de mierda, -señaló a mi Andrés, -me jalaba el clítoris con tanta fuerza que me provocaba desmayos y perdía la fuerza de brazos y piernas.

-yo me quería sajar y por mas vueltas que me daba, ustedes me jalaban abriéndome de brazos y piernas. Hasta que no pude mas y me perdí en un túnel brillante.

-hay querida,- le dije, -cuanto lo siento,- mientras me acercaba a su rostro para limpiarle las lágrimas de ahogo que le corrían por las mejillas.

-yo pensé que te estaba dando la mamada de tu vida,- siguió Andrés,- acariciándole las piernas como para darle un masaje circulatorio.

-con razón me metías tanto la lengua cariño,- le comentó Diana, -dicen que cuando alguien se está estrangulando saca la lengua tan lejos como le permite su propio tamaño, y yo… sentía, -continuó,- que me metías mas y mas la lengua provocándome un placer infinito.

-si pinche Diana,- contestó Flor, -no podía regresarme la lengua al cuerpo e involuntariamente la estiraba tratando de coger aire, y todo lo que entraba eran tus jugos como chorros de manantial ahogándome entre tus piernas, sin aire y con tantos fluidos, creo que ahora si

-te llevo "hasta en los pulmones", -bromeo Flor, haciéndonos entender que el accidente estaba perdonado.

Todos reímos aliviados liberando la presión y el susto por casi haber matado de genuino placer al recién nuevo miembro del Swing-sing.

-Ya estás lista para mi, amorcito?,- Jay venía con la espada al ristre ignorante de los hechos.

-ajá, solo eso faltaba,- mirándole fieramente a los ojos; flor le reclamaba, -a ver que cuentas le ibas a dar a mis papis… tu por allá cojiéndote a no se quién mientras "tu noviecita santa" era asaltada por estos calientes de porquería.

-qué te pasó?,- volvió a preguntar.

-ven, -tomándolo por los hombros, Andrés se alejó con Jay rumbo a la cantina, -te explicaré.Y caminaron a otro rincón de la cabaña.

Fabián se acercaba con su inseparable "evita" de coca y ron, un grueso chorizo argentino saliéndole del baggette y esa boca interminablemente masticando algo.

Debby a su lado venía vestida idéntica a Flor, toda en tiras de vinil negro, argollas y cuerdas de algodón, unas botas largas muy altas que le daban una estatura superior, incluso de Fabián quien casi llega a los 2 metros, maquillaje impecable en tonos negros, con su rojo cabello y labios en llamativo carmesí, no dejaba lugar a dudas que venía para ser inmolada como la siguiente víctima del "potro".

-ni se te ocurra, -le advirtió flor, -casi me muero hace unos minutos por estar en ese "vestuario de muerte".

-"vestuario de muerte"?, tienes razón, -le contestó, -casi morir???,,, nuevamente acertaste!!!... –verdad, que es todo un placer estar sometida por estas correas de sumisión?,- le preguntó a Flor, ignorando el susto que recién habíamos tenido los cinco.

-pues en verdad.!!! Esta bebé casi se nos muere de asfixia y placer, -le dijo Diana tomándola por una argolla que salía de la vagina.

-eh, ehh, eh,- le detuvo el tirón.

-no lo vayas a sacar de mi, eso vendrá en su momento apropiado, -Debby le daba un dulce beso en la boca a Diana retirándole la mano de su entrepierna.

-ahora que; si no saben manejar el "potro" y se les andan muriendo las Víctimas, eso es por su culpa y desesperación, -solo debieron haberme invitado y les muestro como!!,- terminó dándose una vueltecita de 360 grados dejándonos envidiar su cuerpo hecho a base de cientos y costosas cirugías.

-Fabi.!!!-le llamó Débora.

-Fabi?,- le miró con duelo Diana.

Fabiii?,- repitió para si.

-si querida?… Fabiii!!!, -te puedes quedar con mi Jorge. Esta ricura de gordito ya es mi esclavo y pasó a mi propiedad desde hace unos minutos y para el resto de sus días, o; hasta que me aburra y le tire como viejo zapato por la terraza.,- contestó Débora, haciendo no se cuantas florituras con sus largas y bien manicuradas manos.

-si mi ama?.- colocándose junto a ella en cuatro patas Fabián se bajó hasta lamerle el vinil de las botas.

-Fabián!!!,- gritó Diana en total reproche.

El sumiso mastodonte, se tiró de panza al suelo y desde el piso levantó una ceja como intentando reconocer quién le gritaba.

-no lo puedo creer?,- exclamó muy molesta.

-es todo mío y jamás volverá a ti, si yo no se lo permito, -le miró amenazadora hasta que Diana se perdió tras Jay y Jorge. Adrián ya iba por la chaparrita de oro, cuando le tomé por los pelos de la nuca y de un jalón le atraje, -a dónde papacito?,- le pregunté nariz con nariz.

-dia… dianita?,- balbuceó mi marido.

-ta vas a quedar aquí, y nos ayudarás en lo que nos pida Debby.

-pero … es que está de lo mas rica.

-pero…nada, granuja…. TE QUEDAS.!!!

-Bien chicos, si ya se pusieron de acuerdo?,-subiéndose a la gran mesa circular en una sola zancada. Debby comenzó a girar órdenes; -gordito!, de mi camioneta, podrías traer el "potro"?,

-si Ama, contestó y se fue al estacionamiento.

-amor, puedes traer mi maleta de "juguetitos" de aquella recamara?

-claro, ahora regreso,-dijo Andrés.

-tu no cariño, a ti te necesito justo aquí,-señalando la entrepierna se abrió para que viera el lugar exacto.

-iré yo, y partí por la misteriosa maleta, subí las escaleras pasando justo por el trío de Jorge, Jay y flor quienes la tenían descansando tendida al piso boca abajo sobre una alfombra de pieles.

-casi muero,- alcancé a escuchar.

-lo siento amor, te prometo que eso no vuelve a suceder.

-y tendremos cuidado con esa "virtud" que esta noche le entregarás a alguno de nosotros,- le siguió Jorge.

La colocaban para darle un masaje, y quizá para filmarla y dejar un recuerdo gráfico de su "primera vez".

Yo partí a buscar la maleta, que encontré en la cama. La tomé de prisa solo por un asa y todo el contenido cayó rodando por la habitación. Al recoger las cosas, encontré el soporte de pene doble que había usado antes cuando jugaba con Flor, un par de mariposas que hacen maravillas en actividades JNS, un estuche idéntico al que tengo en casa con las famosas "bolitas chinas". Tres dildos en distintas formas y curvaturas, con servicios de vibrador, obviamente. Algunos frasquitos de gel aromático, varios tipos de sugerente ropa interior y no se cuantos otros aparatitos "sujetadores y perforadores" que no hube de detallar. Metí todo desordenadamente a la maleta, me la colgué al hombro y salí de nuevo a la planta baja.

Tenía que pasar de nuevo por el trío, advirtiéndoles sobre la regla del "bat".

-no te preocupes María,-contestaron los dos machos apostados al costado de Flor.

-te prometemos que este "acto" se dará frente a todos los asistentes.

-mas les vale, caso contrario lo que verán los "asistentes" es aquel "bat" rompiéndoles el culo a ambos.

-y sin lubricación alguna,- me coreó Flor.

Salí confiada en ser obedecida escaleras abajo, donde Debby ya se colocaba sobre el "potro".

El potro, era un sencillo conjunto de tubos de aluminio cubiertos de hule-espuma, asiento en piel blanca y una base mecedora. Tenía formas "ergonómicas" para permitirse ser empleado de mil maneras diferentes. En esta ocasión Debby se acostaba boca abajo colocando la "vagina" contra una discreta saliente que le daría el roce y soporte necesarios para que al recibir un pene por atrás, su "clítoris" recibiera suficiente presión por delante para incrementar la fuerza de los orgasmos.

-ven esclavo, -le llamó a Fabián.

-colócate sentado detrás de mi culo y dame una de tus conocidas metidas de lengua por el ano.

-y tu mi querido Andrés, acércame por el frente ese rico pingón que tanto presume María.

-para ti amor, te dejaré uses ese vibrador en mi espalda y nuca.-me instruyó.

Todos seguíamos el papel al pie de la letra. Andrés era comido sorprendentemente hasta la raíz por esa boca experta, mientras Fabían "limpiaba" el ano con aquél apéndice que ya hacía revuelos en mi imaginación.

Diana acababa de dejar en el piso un par de vasos con "clericott" y me tomó sorpresivamente por las tetas con unas manos de lo mas frías. Brinqué al sentir aquellas bajas temperaturas y le llevé de inmediato una mano a mi entrepierna.

-ahí, querida, quiero que calientes tus dedos en este hornito, -abriéndome de piernas reculé un poco cuando, con mis propios jugos le permití la entrada a dos dedos invasores que comenzaron a hurgarme con maestría. Otra mano ajustaba la temperatura de mis senos con frías caricias.

Nuestras bocas se acercaron para unir labios y con el jugar de lenguas; nos alejamos de la mesa. Hasta llegar al love-seat olvidándonos de aquel "trío de tres machos" que se arrancaba mutuamente, ayees de placer.

-quieres probar con este juguetito?.- Diana me alcanzó un enorme dildo doble que no entendí al principio como emplearlo.

-ven te enseño,- me indicó Diana.

Nos bajamos al piso colocando las piernas en tijera, encontrándose frente a frente nuestros sexos. Ella apuntó a su vagina incrustándose medio aparato, luego lo flexionó un poco para introducirlo en mi. Era una verga de flexible material que nos penetraba al mismo tiempo, nos atraíamos hasta juntar los labios vaginales y nos separábamos apretando el aparato con la fuerza muscular de nuestra entrepierna.

Esto nos causaba mayor placer; sentir una penetración propuesta por la compañera y el apretar de muslos para evitar que el aparato saliera de nosotras. Nos dimos de frente algunos momentos, luego nos colocamos culo con culo acercándonos de nalgas en posición de "gato" hasta hacer desaparecer aquel juguete dentro de nosotras.

Fabián se acercó preguntando:

  • ¿puedo jugad con usdedes nednas?.

  • Claro que si!!!, le dije.

Me tiré de espaldas abriéndome completamente de piernas para recibirle deseosa de lograr una penetración profunda.

-me va a doler la espalda,- pensé, pues es lo que siempre me pasa cuando me echo encima a un gordo de esas dimensiones. Pero ocurrió que Fabián no me dejaría sentir su pito, sino su hábil lengua en mis orificios.

Primero me atacó la vagina con una profundidad nunca antes vivida, sentí como la punta de su apéndice se introdujo hasta tocarme el útero y le masajeó el cuello, luego buscó el pequeño orificio donde colocan los dispositivos intrauterinos y abrió ese hoyito.

-aaaahhhh, aaaaghhh, -me estás abriendo todita, -solo pude decir y alzando un poco mas las caderas me le ofrecí abierta y deseosa. La lengua me forzaba el cuello de la matriz, entrando un poco por aquel orificio que desconocía. Era enorme, era flexible, era poderosa.

Un poco más de fuerza y aquella verga "móvil" me taladró el útero.

Un rápido e intenso orgasmo me llevó a ver estrellas, mientras las galaxias me las daba Diana quien me comía alternativamente los senos.

En otro momento sin sacarla del útero, aquella lengua ensanchó de tal manera mis paredes vaginales que me sentí como rellena de dos vergones por el mismo camino. Otro orgasmo se me vino al instante. Mucha era mi fantasía y deseos previos por sentir a Fabi en mi, las escenas de sentirme empalada por aquel miembro extraterrestre pasaban veloces en mi mente y yo me perdía en las sensaciones que me venía provocado la participación de Fabián.

Y ahora lo tenía para mi, lo tenía en mi,,, hurgándome a plenitud.

Solo me mantenía en la tierra el "cordoncito de plata" que gracias a las caricias de Dianita me hacían volver a un mundo real.

-en mi boca… en mi boca, te quiero en mi boca,- me gritaba entrecortada Diana pidiéndome mamarle la vagina.

Ella, pronto se posó sobre mi cara y me llenó de jugos deliciosos y dulces. Su clítoris era enorme y nuestra excitación crecía y crecía. No me importó gritar como loca y lo hacía.

Fabián me taladraba la vagina y luego el ano. Una vez la metía por el frente y otra vez lo incrustaba por el ano. La variedad de dimensiones me enloquecía. Yo gozaba a Diana, le arrancaba los senos a pellizcos, le mordía los labios vulvares y le chupaba con tanta fuerza que ambas nos sentíamos morir en placer.

-a edto le llamo el "pedpunte" dijo Fabián, metiéndome un par de veces la lengua por la vagina y otro tanto por el ano… mi cabeza, nuestros cuerpos, los placeres nos hacían gritar, desmayar, convulsionar… sentir tres cuerpos fundiéndose en el sexo mas depravado jamás antes imaginado.

-quiero un 690, les dije en un arrebato mas de lujuria… no podía con tanta excitación, pero la imaginación me seguía pidiendo mas alegorías para aquellos cuerpos.

-690???,- Fabián, se detuvo unos instantes, lo que permitió colocarme de espaldas.

-ven amor, le dije a Diana, dame el 69.

-te daré la meneada de tu vida mamacita, tengo tantas ganas que me comas mas… -estoy tirando jugos como fuente abierta. Me abrí de piernas y ella se colocó sobre mi.

Me le fui a fuertes mamadas abriéndole las cachas del culo, mientras intentaba inútilmente imitar a Fabián. Le quería meter la lengua profundamente, pero solo conseguía unos centímetros en ella.

Pero llegó nuestro salvador… Fabián me aprisionó con sus brazotes y haciendo el 690, se dispuso a comerse a Dianita justo encima de mi cara.

Ella levantó lo más que pudo la cola, yo le abrí de nalgas y Faby, se le fue por el culo con esa húmeda y experta lengua.

-no mames María, mariiiiaa,,,,mmm,- me está metiendo algo,,,,, taaannn riiicoo.

En verdad sabía lo que sentía Dianita. De la papada del gordo me chorreaban saliva y jugos femeninos. El olor a cola penetrada, núnca antes me había quedado tan cerca. Yo le abría las nalgas y le mamaba con todas mis fuerzas, atrapé su clítoris y lo succioné de nuevo.

-aaahhhh, aaaaggghhh,- "odio escribir estas expresiones", pero necesitan estar conmigo para seguirme en esta aventura, de verdad.!!! (NdelA)

-me la tiene toda metida y me está abriendo con tanta suavidaaad,- la pobre Diana estaba completamente fuera de si.

-Permíteme compadre!!!,- acercándose a nosotras le dijo mi marido a Fabián, al tiempo que le presentaba la verga mojada por "los jugos de Débora" casi a la altura de la cara a Fabián.

-Ja ja, Mi Andrés jamás sabrá que se cojió a un travesti., -y me sonreí

Terrible error.

-mno, te atdevas a hacedcadme eso a mi,- Fabián de un salto se levantó de nosotras.

Se alejó dejando su lugar a mi Andrés.

Era de esperarse que se arrodillara tras Diana y que buscara mi boca para que le lubricara.

Me lo voy a comer, "me lo voy a comer", -quítate mensa, quítateee!!!, -me decía a mi misma, mientras pensaba como escapar de debajo de Diana.

Pero

-demasiado tarde, Andrés me metió el pingón lleno de la caca del Transexual mierda de Debby.

-aaagggggg, la mierda,,,!!!, -intente sacarme de debajo inútilmente.

| -pero?...

-que rico sabe, -me sorprendí.

Era el mismo sabor sutil a ricas fresas que antes había gozado tanto en el transexual. Pensé que me vendría una verga llena de calor, mierda y jugos revolcados, pero el malvado de Andrés se había lavado y preparado para mi mamada … me encanté con su herramienta sexual y le chupé con descaro.

Lo metí hasta donde mas pude y arqueándome lo mejor que pude, hice mi cabeza para atrás en un impulso por engullirlo completamente.

Andrés sabía lo que hacía. Ya lo habíamos hecho varias veces con mi cabeza colgando de espaldas sobre una mesa… esa posición me permitía metérmelo completamente a la boca…y Adresito, arremetió hasta que sus huevos estuvieron sobre mi nariz y su verga me traspasaba la campanilla.

-mira como se le hincha la garganta a la puta de mi mujer,!!!-señaló a Fabián. Al tiempo que yo lo tomaba por las nalgas para impulsármelo profundo, mas allá de mi garganta.

-dse, ve que dle gudsta,- contestó Faby.

Diana seguía metiéndome la lengua, levantando descaradamente las nalgas para ofrecerse a mi marido. Pero yo le tenía hasta los huevos dentro de mi. Y no lo soltaría para que la Dianita "esa" se lo empalara justo frente a mi cara.

-ya mi amor… yaaa!!!,- decía Andrés tratando de salirse de mi oral.

Pero no estaba dispuesta a dejarlo partir, antes tenía que "echarme sus leches" y nada quedaría para mi rival,,, je je, -pensé al tiempo que apretándolo mas por las nalgas me lo dejaba ir todo, aún a riesgo de ahogarme.

No podía respirar, o tragaba verga o alimentaba mis pulmones de vital oxígeno.

Claro que preferí morir ahogada antes de cedérselo a Diana. Pero finalmente la naturaleza ganó la partida y tuve que desempalarme de mi marido.

-ahora verás, -amenazó Andrés.

Sacándose de mi y aprovechando mis intentos para volver a respirar. Se fue completito sobre el culito de Diana.

-puuuttooo.!!! -Pinche maricón, -gritó Dianita que ya estaba ensartada completamente por la cola.

Yo les veía a milímetros de distancia… quería ser él para penetrarme a Dianita, pero… cómo???

-aaahhhh, pinche María…, -me dijo.

-queeeé, no lo quieres metidito en ti,- apenas pude decir cuando su vagina se vino sobre mi cara por el empujón de Andrés.

-pero ese es mi culooo, -y me metió una mordida de primera.

En medio de esta sensación, imaginen ustedes con qué ternura, con cuanta delicadeza y con cuanta intensidad, se franquearon las puertas de aquel culo, segura estaba de que por esa ruta tarde que temprano le llegarían al corazón.

Le levanté mejor las caderas y le abrí las nalgas ofreciéndole su grupa a mi marido, al tiempo que abriendo completamente mis piernas vine a entregarle mi vagina para acallar sus gritos.

Conocía muy bien las proporciones de mi Andrés y sabía lo que le vendría… "largos días de no poder sentarse rectita sobre su trasero"…pobre Dianita.

Por ahora sólo me importaba que le rompieran el culo.

Le alcé el torso a dianita, facilitándole la penetración a mi marido, pues si algo le pone caliente: es el estar viendo como se coje a lo perro a una mujer y que ésta se voltee hacia atrás para mirar como le rompen el ano.

Lo que sentí en ese momento en el pecho no fue aquel deseo bestial por complacer a mi esposo, ni placer por el trío. Sino amor; un amor tan intenso por la fusión de nuestros cuerpos, que en ese momento pudiera haber dejado mi vida entera por ello.

Dianita, tuvo un orgasmo, luego otro y comenzó a mostrarme su agradecimiento con una succión anal difícil de igualar.

Me clavé en las escenas con tanta pasión, con tanta entrega, que Diana lo supo –segura estoy que desde la primera embestida lo supo- en aquello no había nada trivial, nada banal, era una culeada que compartíamos mi esposo, mi nueva amante y la molienda que nos estábamos dando.

Diana era tan menudita, que no hubiera apostado por ella, el pensar que soportara completamente enculada el vergón de mi marido y sin embargo aquellos recuerdos aún me tienen hechizada.

No supe cuánto tiempo habíamos permanecido enclavados los tres, pero me pareció una eternidad.

Un par de bombeos más y Andrés comenzó a repartir leche.

Dos buenas metidas hasta su fundillo, gritos y resoplidos.

Luego la sacó de ella, para terminar de derramarse en mi cara.

Ese sería mi premio por haberle ofrecido una mujer a solo unos milímetros de su mujer.

Me dejó caer gruesas gotas de esperma en la cara y usando su miembro como brocha, los repartió por mis mejillas, cejas, frente y labios. Mientras yo sacaba la lengua tratando de atrapar lo más que podía para mi sedienta garganta.

El clímax bajo de poco en poco, aflojamos los cuerpos y buscamos recostarnos sin separarnos, nos rodamos de lado unidos fuertemente con Dianita en el "sándwich" dándonos apretones de muslos como señal de las ricas envergadas de nalgas que todas estábamos recibiendo esa noche.

-Allá te requieren.- me dijo Debby.

A nuestro lado estaba, atento desde hace no sé cuanto, Fabián, con otro trago en la mano. Con una sonrisa que no me daba pistas acerca de qué pensaba por lo que le habíamos hecho a su pareja, y no me refiero a aquella parte de metérsela en el culo, sino esa de que ella jadeaba y nosotros también.

-cariño, te buscan en "la mesa de sacrificios",-insistió Debby de nuevo.

La maldita travestí ya se había cambiado de nuevo, bañado y puesto un apretado body en piel negra de un brillo sugestivo, también se había calado una negra peluca muy lacia que estilizaba mas su alta figura. Por supuesto que llevaba un pequeño "fuete" y maquillaje en tonos obscuros mayormente, con un labial de intensos reflejos carmesí. Era definitivamente la "dominatrix" de la noche.

Me paré y alcancé a ver que se llevaba unas pastillas a la boca.

-eh, eh, ehh,- le dije tratando de detenerla.

Nada de drogas.!!! Otra de las reglas del club,-le recordé.

Jorge, dentro de su trance, intentó impedírselo, pero ella se las echó a la boca y se rió socarronamente.

Jorge se enfadó.

-¿Qué pasa?. -pregunté.

-Nada- dijo Jorge-

Esta cabrona que ya se zampó una droga que lo pone fuera de si.

-¿Se duerme?- Pregunté.

-Bueno fuera.

-Se convierte en otra persona, ahora querrá ser la "dominatrix" de la reunión. Pero al final … -Débora, lo cayó con un beso pasional.

La cabellera negra de Déborá le daba un toque animal, mientras su cuerpo se "enroscaba al derredor" de su esposo.

Yo estaba pasmada, viendo como aquellos cuerpos se tocaban y abrazaban con verdadero amor y pasión.

-"ven amor", -me invitó Debby, con una deliciosa voz masculina que me arrebató de inmediato.

-ehhh?

-eso es lo que le pasa cuando se mete esas pastillas,- me explicó Jorge, guiñándome un ojo.

-aahh, -asentí entendiendo el juego.

-ven lindura, -"Déboro", me estaba hechizando con ese tono "tan masculino" de hablarme y mirarme. –me acerqué.

Aquel cuerpo femenino, de lindos senos me atrajo hacia si. El otro fuerte y musculoso de Jorge, me abrazó por la espalda haciéndome "sándwich" entre ambos. Sentía la verga erecta de Jorge apuntarme entre las nalgas desnudas. Y la "argollita" que Debby sostenía con la vagina, me transmitió otro secreto. Era un vibrador que seguro había hecho delicias en mi marido cuando se enculó a esta "rareza".

Me acerqué hasta sentir esas vibraciones directamente en el clítoris, dejándome llevar por los besos, los ricos abrazos y las amenazas carnales de Jorge en mi trasero.

Me di un suculento beso con Debby pensando en aquella voz masculina que me invitaba a ella.

Luego girando la cabeza, busqué los labios de Jorge, Debby me ayudó a voltearme a él. Y parados como estábamos, nos fuimos acercando al "love seat" de la sala.

Las manos de "ella" eran una delicia en mi piel, Jorge me acariciaba con un poco de brusquedad al tiempo que Debby acariciándome, me decía con rica y suave voz masculina.

-"te vamos a poseer, como jamás antes lo haya hecho nadie". –"vamos a convertir tus deseos; en sueños que no olvidarás jamás, nena linda". –"primero tendrás dentro de ti este rico vibrador".

-su voz me enloquecía… en mi mente aparecía un hombre con larga cabellera roja, pelo ensortijado, barba crecida, gruesos labios y frente amplia.

Mi mente creaba personajes tan viriles como aquella voz.

Pero en un vistazo que dí… apareció esa pelirroja, suave y sensual disfrazada de larga y lacia peluca negra… por lo que preferí mantener los ojos bien cerrados y jugar con mis pensamientos.

Debby haría la voz de Jorge, -y Jorge… La de: "Jorge"...

-estaba recostándome en el sofá, con los ojos fuertemente cerrados, los oídos atentos y el cuerpo… dispuesto a todo… a todo!!!.

Esa voz seguía llevando mis movimientos.

-"ahora te pondré este rico vibrador, nena"

-"abre para mi estas piernas". –era la mano y dedos de Debby, pero no la voz que le conocía.

-"tocaré tu clítoris", -y sentí las suaves vibraciones paseándose por mis labios vulvares.

-"ahora lo meteré hasta el fondo de tu cuerpo, mamacita", -y apretando mas los ojos, me dejaba hacer. Toda mi sangre apuntaba como una brújula hacia ella, hacia aquella extraña mujer, que parecía ser mi único norte, me sentía poseída con toda la fuerza de aquella voz que dirigía expertamente las sensaciones de mi cuerpo.

Una vez que me lo metí, comenzó el verdadero placer, un placer tan lento como intenso, denso, crudo, extremo. Lo dejé moverlo en mi muy despacio. Un suspiro me anunció que Debby estaba teniendo el mejor orgasmo de su vida.

Acercándose a mis senos, me dio dos buenas mamadas y tomándome por las caderas siguió empujando bajando el aparatito por mi interior. Nuestras bocas quedaron al alcance, dándole mas placer a esa suave y sutil cojida que estaba disfrutando como núnca.

-Papito –le dijo a Jorge,- ¿sabes lo que sigue amor?. -escuché esa voz suavemente en mi oído.

-métesela también

¿cómo pasó?... jamás lo sabré.

En un momento que el vibrador me invadía profundamente. Un falo me abría los intestinos. También fue entrando poco a poco. Mis carnes se abrían con placer. Sentía tantas bocas besar mi cuerpo que no estaba segura de quienes estaban tomándome, cojiéndome, mamándome.

Pero no quería abrir los ojos.

No quería que aquellos orgasmos bajaran de intensidad. La vibración que se transmitía dentro de mi vagina a la verga de Jorge, recorría mi espalda, llegaba hasta la punta de mis tetas y sentía toquecitos eléctricos en los pezones. Luego unas ricas lamidas y arrebatadoras mordidas, me hacían girar la cabeza manteniendo el orgasmo mas largo de mi vida.

Jorge reculó un poco para llenar mi espacio. Lo que aproveché para incrustarme profundamente esos dos miembros y continuar mis húmedas sensaciones.

Con otro movimiento experto, Debby giró el vibrador en círculos alternándose profundamente los dos miembros por mis orificios sexuales. Mi culo ya estaba bien dilatado debido a los juegos que con él venían haciendo aquellos dos buenos bailarines.

La cojida que me daban era de lo mas artesanal, mientras con mis dedos tocaba el arpa que era su coño, unas veces metiendo dos dedos en esa "vagina suave y tersa" y otras jugando con el puño entero como buscando llenarle la cola con mi mano completa.

Ella me besaba, y yo le tomaba con profundidad, sintiendo como la sangre me corría por las venas en latidos cada vez más rápidos.

Algo suave y viscoso me llenó la mano, otra mano me llevó a su culo y un dedo pasó, luego otro.

Mi cuerpo sentía la "llenura" de aquellos miembros y mi mano buscaba llenar el culo dilatado de Debby.

No quería abrir los ojos. Nada debía romper aquel encantamiento. Solo sentí como el esfínter cedió y un tercer dedo le penetró, hice una piña con mi mano y pude introducirla hasta la muñeca.

El suspiro de placer en Debby, me aseguró que estaba dentro de ella. Seguí metiendo la mano mas allá del antebrazo y ese cuerpo me respondía que quería mas. Al mismo tiempo el vibrador salió de mí y una nueva verga ocupó su lugar antes de darme cuenta.

Estaba segura que dos bocas se ocupaban de mis tetas. Otra mas de mi cuello y labios. No sabía a quienes pertenecían y poco me importaba. Gritos de placer de cinco o seis cuerpos unidos por el mío me llegaban como eco de todos los rincones de la habitación.

Una lechada de caliente miel cayó sobre mis senos y vientre, al tiempo que tibias lenguas las esparcían por el resto de mi torso y se besaban ruidosamente sobre mi.

La verga que tenía en el ano se ensanchó peligrosamente, pero pronto terminó escupiendo leche caliente a mis ardientes intestinos.

Como en el mejor de los ensayos, la otra manguera se venía en ruidosos gruñidos de un tono que conocía.

Ese era mi Andrés; que con toda seguridad me había disfrutado en doble empalamiento y sabía que siempre se venía en mi con fuertes y vigorizantes descargas seminales.

Quise abrazarlo pero mi mano seguía metida en Debby. La dejé ahí, hasta que suavemente se alejó de mi, dejándome completamente húmeda hasta medio antebrazo.

Me acurruqué con Andrés sobre mi y dormí por momentos sintiendo mi cuerpo entero, como envuelto en tibio y protector líquido amniótico.

-¡Quiero llenarme con dos duros machos…!, -la vocecita excitada de Flor me sacó del letargo.

-quiero sentir como María!!! ,- Flor estaba "lista y preparada" para la ceremonia mayor.

-AHORA.!!! ,-exigía esa nena, con cara de bebé, lo que toda mujer merece cuando está en edad.

Intenté levantarme pero el abrazo calido y viril de Andrés me detuvo.

-que ellos se encarguen!!!, -pensé y de un rico beso me despedí del grupo en sueños.

Y en ese momento una blanca figura encapuchada me tomó con su mano indicándome el camino al más profundo y relajante sueño.

Nos vemos en diez días… claro!!! si TR me permite publicar mi siguiente relato.

Besos a sus partecitas íntimas.

Rommy