Swing-sing, el Club de Rommy

¡Han tenido alguna orgìa que no termina nùnca???. Esta se repite en mis sueños y espero que al compartirla... les acose ahora a ustedes; mis amados lectores. Besitos en esa partecita tan ìntima. Rommy

Swing-sing, el Rommy-Club SW.

Mis querid@s lector@s: Ya han estado en un club de intercambios?...

¿y piensan que eso es lo mejor?.... ja, ja

les contaré; hasta pareciera una clase de química, es algo así como:

-HMH-, -MHM-, -HHM-, -MMH-, Nunca podrán imaginar de dónde vengo… ¿qué les parecería esta formulación:

-MMM-, -MHMH-, -HHMM-, A esto se la llama Física Quántica

verán;

Mis aventuritas me llevaron a juntar un grupo de SW. Y esto es química pura…fue tan impactante que esta orgía se repite y repite en sueños, como uno de los mejores recuerdos que haya tenido anteriormente.

Sería muy egoísta para guardar estos recuerdos solo para mi

¿Cómo empezar?

Ya teníamos alguna experiencia con nuestro pequeño club de intercambios, pero todo había sido dos a dos o dos a una.

Me sentía nerviosa por involucrarme con tres parejas a la vez. ¿Y si algo salía mal?... Tendríamos las fuerzas para someter a quienes en el calor de la pasión, perdieran el control?

Esto comienza cuando Llegamos a un Motel y pedimos una habitación. Mi esposo y yo fuimos los primeros y antes nos paseamos para buscar la cabaña mas alejada o aquella que nos pareciera la mas discreta. Después vinieron las llamadas a los celulares.

-Debby?... hola pequeña cómo están?,- ya tenemos la cabaña, es la número ocho, la encontrarán al fondo de la vereda, entrando por la fuente justo a su izquierda…. Si claro, no se detengan en recepción, pasen como si vinieran ya conocidos.,-colgué y me dediqué a la siguiente llamada aún nerviosa.

-como vez mi amor,- me dijo Andrés,-ya hablé con Fabian y Diana, ellos estaban esperando en el restaurant del lugar, vienen a pie, -y continuó, - me piden que les abramos la terraza para entrar por los jardines.

-si mi vida,- contesté y me fui celular en mano coordinando la siguiente llamada.

Nos habíamos acordado de ver en "El Retiro de la Cañada". Un exclusivo resort en las afueras de Morelia, capital de uno de los estados más folclóricos de México. La cabaña, era en madera, paredes de viejos adobes y hermosos techos en teja a dos aguas. El interior a dos pisos con tres recámaras un par de baños y la principal con jacuzzi una terraza con vista a la mas linda cañada que hay por estos alrededores.

Una hermosa mesa redonda al centro del primer piso, servía como distribuidor para un acogedor cuarto de TV, la cocina, el desayunador y la sala de estar que daba al jardín posterior.

Pasé por ahí, abriendo los portones de par en par… una rica brisa con fuerte olor a pino entró de inmediato.

-hola María, cómo estás?,- me saludaba a lo lejos Diana, quien venía acompañada por su nuevo novio.

-Hola amor,- contesté con enorme sorpresa.

Fabián era un monstruo de casi un metro con noventa, mas de 120 kilos de grasa pura, que caminaba con resoplidos tratando de igualar el ágil paso de Diana.

-pero, ¿qué le vio mi amiga a este?,-pensé mientras riendo para mis adentros veía la figurita de 1.55 de Diana casi a la mitad del cuerpo de su pareja.

-hemods edtado tomadndo algudnas cedvezas y en vedad quisiédamos aldgo con mejod sabod,- me dijo Fabián. Levantando una maleta donde suponía vendrían los tintos.

-claro pasen,- les dije, franqueándoles el paso,- Fabián me besó los labios y se siguió a la cocina. –seguro ese será su lugar favorito,- pensé, mientras me limpiaba la boca con el dorso de la mano.

-mmm,- reclamó Diana con la mirada,- no hagas eso,- me dijo,- cuando lo tengas sobre ti y veas porqué lo traje… te vas a querer regresar a este momento y pedir que repita ese beso,-terminó Diana, al tiempo que besaba dulcemente mi oreja casi en el cuello.

-eso espero,- contesté, pues no pensé en traer viandas para ese doble hombre.

-precisamente esa es su cualidad,- me dijo Diana,- todo él es doble.-mmm- se relamió los labios y preguntó.

-Donde está el paparrín de tu marido?

-creo que sigue en las llamadas,- le miré con sorna, -paparrín?, mi gordito precioso es tu paparrín?,- le pregunté deteniéndola por el antebrazo.

-tranquila amor,- me contestó con una mirada llena de seguridad,- que esta noche, si mis planes dan resultados, te lo dejaré como avión y sistema "Warp".

-sistema "Warp"?, le pregunté al aire, pues Diana ya había desaparecido tras Andrés.

Poco en poco fueron llegando los invitados, quienes conforme avance mi relato os los iré presentando. Todas las parejas traían algo comprado o preparado en casa, algunas docenas de cervezas, tintos, blancos y "sus juguetes favoritos"… cumpliendo con el acuerdo pre-establecido.

Como fuera, nos íbamos acomodando en la sala y algunos "compactos" eran seleccionados para poner el ambiente musical necesario.

Se vino la noche y el momento del baile llegó. Jorge y Débora comenzaron a bailar merengue como verdaderos maestros de danza, dándole los primeros toques de erotismo a la noche, los demás opacados por los sensuales movimientos de esta pareja, no disfrutaban tanto este tipo de música, pero se pusieron a bailar, mas por el ambiente que por el gusto.

La magia se extinguió pronto, nadie en realidad quería competir con estos experimentados bailarines. El ambiente decayó un poco. Me maldije de verdad pensando que el éxito o fracaso de esta reunión quedaba en manos mías y de Adrían.

Les había invitado sabiendo las dotes de Jorge y Débora, pensando que sus bailes podrían acercarnos al ambiente adecuado. ¿Como mejorar el ambiente?

Me concentré en Diana, su extraña pareja y en como animar un poco mas la noche.

Me acerqué a ella y extendiendo mi mano le tomé, dirigiéndome a Fabián, le pregunté:

-¿Me permites una pieza?

-Si ella quiede.

Voltee mirándole a los ojos, y le dije –¿Quieres?

-Estoy aquí- fue su SI.

En la radio sonaba una canción de viejas épocas y ya para nosotros parecía que nos aislábamos en una burbuja en la cual sólo había música lenta. La tomé con delicadeza de la cintura, pero cuidando que cada centímetro de mi mano la tocara. La abracé y le pegué a mi cuerpo. Sus piernas, dando pasos muy lentos, me daban muestra de su fuerza y su energía.

Al oído le pregunté -¿Crees que podemos seguir adelante con tanto extraño?

-Si.- contestó llevándome más a ella.

-¿No te molesta? ¿No te corta?

-Deja de hacer tantas preguntas y bésame, si me corto o no dependerá de cómo te manejes, por ahora sólo sé que te traigo muchas ganas.- me contestó, apretando su pubis al mío.

-Y bailamos, -lo que pase después es algo que me importaba bien poco. -continuó -a Fabián le gustará que me ponga como loca, y créeme, esta noche tengo ganas de darme este gusto contigo.

Pero mira como son las casualidades. Ella me pretendía, yo le deseaba, seriamos una pareja que se busca.

Cerré los ojos y me dejé llevar mas por ella y sus sugerentes movimientos, que por la música.

Sin darme cuenta, mis manos ya estaban muy bien ubicadas, una en su nalga y otra en sus mejillas, conduciéndome al ritmo de sus besos, dejándole comer de mi boca.

Me estaba olvidando de todos; Fabián, Jay, Flor, Débora y Jorge, hasta de mi marido, que segura estaba, gozaría cualquier espectáculo lésbico y yo estaba ahí para dárselo.

Ella cerraba los labios divinamente, y su saliva me era tan excitante que ya podía imaginar la humedad de su sexo. Una mano que tenía en su hombro pasó a tomar su mano derecha, como si bailásemos vals, y teniéndola ahí, sentía todo lo que me contaba de su sexo, sus piernas eran cortitas pero firmes, lo que le daba una sugerente feminidad. Mordí sus dedos con la ternura de una leona. Mientras ella me miraba con una mirada entornada.

Al tacto de sus labios un calor nuevo y embriagador me invadió completamente.

Diana me abrió los pies entremetiéndose en mi y me llevó bailando fuera de la improvisada pista de baile, hasta que me recargó en un muro. Luego sus manos fueron hasta mi cintura y con algo de rudeza comenzó a abrirme los vaqueros.

Cuando llegó a mi sexo yo ya estaba más que lista, mis pezones, otrora juguetones y reducidos, se habían erizado ya hacia arriba muy parditos, como si mimetizaran pequeños clítoris dándome una vista de un medio centímetro más de dimensión, que se agradece.

Se arrodilló tan lentamente que sentí que iba a enloquecer a cada segundo que tardaba. Me tomó por ambas manos y bajándose entre mis piernas se puso a jugar sobre mi conchita.

No sé si era el alcohol del vino tinto o esa "reunión grupal" la que me embriagaba de una manera desacostumbrada.

Me llevó los vaqueros a media rodilla y haciendo de lado la diminuta tanga que me cubría se metió entre mi, mamándome en fuertes succiones mojándolo todo con una cantidad de saliva impresionante. Tragaba una vez y otra, mientras yo me deslizaba a lo largo de sus mejillas, colocándome de medio lado para que Fabián pudiese ver las dimensiones de lo que ella estaba logrando en mi.

En un pequeño sofá, muy cerca de nosotros y sin perder detalle, Fabián, miraba, o mejor dicho, admiraba la voracidad de su pareja.

Diana entornaba la mirada, sus ojos eran de un infinito amor, un gusto profundo y genuino por beberme completita, ella estaba absorta en su tarea tan física, tan impulsiva, tan inmoral.

Detrás estaban Debby y Jorge, ella sentada arriba de él, con una muy mano dentro de sus bragas, manipulándose el sexo. Debby parecía más inquieta por observarnos que a la metida de mano que se estaban dando, o quizá estaba atenta de las dos cosas, porque se veía gozosa.

Al otro extremo, abrazándola por atrás, con un abrazo conciliador, estaba Jay, deteniendo a Flor, como si la abrazara para que no huyera, como si la obligara a ver. Flor respiraba muy rápidamente, y por los gestos en su boca anunciaba que lo estaba disfrutando, pero con algo de culpa.

Diana continuó mamándome por un rato.

Luego, con un guiño hizo entender a Jay que se acercara para recibir su merecido. Jay volteó a la cara de Flor, para pedirle permiso, ella titubeó. Pero Jay le dio un beso tan apasionado apretándole las nalgas con fuerza y le hizo entender que lo haría de todas formas, con o sin su permiso.

Entonces se acercó desenfundándose el instrumento.

Sin sacarme de la boca, Diana abrió los ojos como quien se encuentra un lingote de oro. Me besó alargando la lengua para penetrarme un poquito y deslizándose muy lentamente, fue retirándose y al separarse, un puente de saliva fue su único contacto con mis labios vaginales, que se habían hinchado aun más.

Su cara se había teñido de un rubor natural que le llegaba hasta el cuello y hombros. Sus pezones se erguían duros bajo la camiseta. Estaba súper caliente.

Se empezó a meter el mandarrio de Jay en la boca, sin dejar de manipularme suavemente. Fabián nos miraba complacido, seguía sentado, pero ya completamente desnudo, podía ver como su pareja se estaba tragando aquel pingón al tiempo que seguía sujetándome por la vagina.

A Fabián se le ocultaba el sexo bajo su prominente panzota, pero eso sí, ello no impedía verle un par de testículos colgantes y pesados que podrían gustarle a cualquiera.

Me estaba poniendo de un cachondo subido al ver que aquello era lo que yo esperaba de mi fiesta: Mi deseo no conocido; realizándose hoy.

La saciedad en curso, los eventos mas morbosos antes deseados, todo ello vendría a suceder esta noche. Todos con todos, todas con todos y todos para toda, esa "toda", quería ser yo. Llenarme esa misma noche con tres pingas nuevas y cuatro pingos que podrían tenerme en todas formas y posiciones imaginables.

Diana sin vergüenza alguna, se comía a Jay justo frente a mi, mientras con sus manitas, nos daba placer de manera alternada.

Fabián babeaba viendo a su pareja, todavía vestida, ahora metida ya en lo que los puritanos llamarían "un buen lío".

Me aparté de Diana y Jay para darle a Fabían mi lugarcito. Este, en vez de depositar su juguete en la garganta de Diana, se ocupó primero en hincarse detrás de ella, abrir la blusa y quitarle el sostén, luego la falda, hasta que la dejó desnuda.

Conforme más desnuda quedaba más violentamente se comía aquel pingón, jay se estaba volviendo tonto de placer.

Yo, sin desnudarme pero con mi pistilo de fuera, como pude me coloqué de nuevo los vaqueros y fui al lado de Flor, ella seguía con su postura inflexible, cruzada de brazos con su par de puños bien cerrados, haciendo sutiles pucheros con la boca, como si se resistiera, criticando todo lo que veía.

Pese a que ella quiso que me alejara de inicio, me mantuve a su lado, le comenté tonterías para apaciguarla y no estuve a gusto hasta que logré que sus manos se extendieran aflojando sus puños y disminuyera con ello su estrés.

-Estás muy tensa- le dije –puedo ayudarte?

-me da tanta pena que esté reaccionando así,- me contestó, -pero ya me está entrando miedito con esas escenas, además el puto de Jay, se le nota que está gozando la mamada de Diana.,- su tono subía y bajaba contrariada, pero se le notaba excitada mas y mas.

-pues no debes angustiarte por esto, la primer regla de nuestros encuentros es: "Si alguien no quiere, nadie debe obligarle"…. Si no quieres participar, nadie te podrá obligar,- le infundía confianza con mi voz suave y desinteresada.

-es que… estoy sintiendo que esto no es para mi,- Flor seguía con voz turbada,-parece que me voy a esconder en la cocina preparando algunas viandas.

-buena idea,- le seguí. Y atravesamos la sala llena de cuerpos en "pleno acto"

Flor, se ocupó por colocar sobre bandejas los quesos y entremeses,-nadie se ha ocupado de acomodar esto,- dijo con reclamo,-solo vinieron a cojer y cumplir sus deseos por comerse a mi Jay,-dijo señalando con la mirada a su novio.

-Amor,- le contesté, eso fue exactamente lo que esperábamos hacer, -mira, también le están dando una "usadita" a mi marido, y no me corto por ello,- terminé por acomodar los fiambres y acercarme un poco por atrás a Flor, rozándole con mis pezones la espalda.

-¿Has practicado Yoga?.-pregunté -ella negó con la cabeza.

-Mira, ven,- la invité a la terraza,-vamos a relajarnos.

Ella me siguió ahora tomada por mi mano, mientras pensaba "¿cómo le vendría a quitar el susto a esta mosquita muerta?". Nos sentamos una frente a la otra asumiendo la "flor de loto", me le acerqué lo más que pude y colocando mis manos en sus rodillas, le pedí que hiciera lo mismo.

Así que hice que abriera las piernas.

Obedecía, aunque no sabía que era lo que yo pretendía, igual hacía caso sin apartar la vista del trío y aquella boca hábil de Fabián que le trabajaba hábilmente la vagina a mi Dianita.

-carajo!!!,-pensé para mi, Aquel panzón ya se está cenando a mi amor y yo acá tratando de apaciguar a esta flaca desabrida, perdiendo el tiempo que podría usar para gozar hasta el infinito…"y más allá…" … Ja, ja ja.

Una genuina risa me vino del recuerdo de "lightyear" aventándose al vacío para caer sobre las piernas abiertas de la vaquerita.

-de qué te ríes?, te burlas de mi?,- regresándome con sus preguntas abrí los ojos para ver de nuevo aquella cara de reproche en Flor.

-no amor, nada de eso, pensaba en como se verá ese gordo cuando intente metérsela a Diana,- contesté,- ya viste la diferencia de tallas?

-y eso te dio risa?,- volvió a preguntar.

-te lo imaginas?,- insistí.

-bueno, supongo que para esos "tamaños", habrán técnicas y posiciones. A mi me parece "aplastante" ese cuerpo, pero creo que lo podría recibir a cuatro patas, o empinada en un sillón.

-y aquí vamos,- pensé, -por fin estaba hablando esta "mosquita muerta", -luego insistí.

-si. Necesitas una grúa para accionar con él, también ha de ser rico, montarlo como si fuera un toro mecánico y brincarle desde la panza, hasta las rodillas pasando por unas buenas ensartadas por en medio.-le comenté mis ideas.

-vaya!!!,- no se me había ocurrido,- me contestó.

Ya tenía la mano por entre sus piernas y a través del mallón, podía sentir una vulva "gordita" y excitada, su calor me llegaba con claras muestras del gusto que le estaba dando. Le abrí las piernas y le hice alzar ambos brazos. La sangre corriendo libremente, la sumiría en un estado de comodidad que le era bastante necesario. La mantuve con los brazos arriba y mis manos recorriéndole los costados suavemente, hasta bajar a la cara interior de sus muslos indicándole como respirar, con mis dedos jugándole a rozar suavemente su sexo y pezones.

Le dije que desvestida lo haríamos mejor. Y sumisamente obedeció.

Se quitó todo, menos una faja de esas de "Ventas por TV" que le hacía una especie de cintura. Aquella faja le apretaba las caderas formándole una figura deliciosa. Flor era muy delgada, con unos montecitos por senos, piernas muy largas y delgadas, pero cuando vestida con aquella faja, le hacía una figura deliciosa.

-ven, regresemos a la sala,-le invité,-me está dando frío y creo que algún pasante, podría vernos desnudas.

-mmm,- me señaló, -desnuda yo, tu tienes todo en su lugar. -deja te ayudo.

Nos levantamos y flor abriendo la blusa, luego el broche al frente de mi corpiño, me dio un rico beso en cada pezón y seguimos hacia la sala.

La coloqué en la orilla del "love-seat" y comencé a recorrerla con mis manos, lenta pero placenteramente. Le recorrí la cara exterior de los muslos, y cuando llegué a sus nalgas mis manos pasaron de ser palomas a convertirse en aves de rapiña, pues tomé las nalgas en toda la amplitud de su redondo volumen y las apreté cuidando de no lastimarla, pero lo suficiente para dejarle en claro la vulgaridad con que estaba dispuesto a tratar ese par de nalgas. Llegué a su sexo y me maravillé.

Así como la mujer siente ese arrebato de suerte cuando se encuentra con una buena verga, bien apuesta, firme y cumplidora, así me sentí yo cuando toqué los gajos del sexo de Flor, que estaban grandes, por no decir inmensos, hinchados, jugosos, carnosos.

-pero que crica mas rica tenés,- le miré a los ojos.

-te gusta?,- me preguntó, -a mi me parecen fuera de proporción, tan delgada como soy, no creo que me corresponda esta pucha tan gorda.

-pero amor, supongo será una delicia para mis labios. No tienes idea de lo rico que es besar unos labios así de gruesos, además…-le toqué por fuera un poco y me llené de intensos fluidos que derramaban por doquier.

-mmm,- fue su exclamación de gratitud.

No pude imaginarme mejor forma de comerla que sino la de tenderme en el suelo y pedirle que se sentara en mi boca. En actitud mas infantil que sumisa, hizo como pudo, casi asfixiándome al principio. Esta inocente palomita, estaba despertando en una lujuriosa mujer.

Una vez que comencé a batir mi lengua ella se colocó a la altura correcta, y comenzó a llenarme de su miel, la posición era perfecta, directa a su clítoris, eso me permitió gozarle profundamente. Ella movía a su antojo las caderas en mi boca, y esta autonomía por exigir dónde quería la mamada me puso muy caliente, pues era el tipo de energía que esperaba, el de una mujer que no se conforma con poco, que quiere placer y sabe exigir de qué forma lo quiere, dominante pero frágil, intensa pero mesurada.

Cada segundo que mi boca vivió con aquellos labios estaban llenos de la magia de un caudal de flujos que venían saciando mi sed. Ahogándome en jugos, tendida boca arriba, sentí como una boca distinta se apoderaba de mi tesorito encarnado.

Era una manipulación experta y voraz, una boca que se deslizaba a lo largo de mi sexo, desde la punta del clítoris, bajando suavemente abriéndome los labios mayores, hasta alcanzar la separación de vagina y ano, una lengua que se metía como cuchara, abriendo y seleccionado lo mejor de mis jugos. Iba y venía en suave ritmo. Aquella boca se aplastaba contra mi y chupaba fuertemente, anhelante de flujos, la sentía como me abría al máximo para luego tragar toda mi pieza en un bocado.

Cuando me di la oportunidad, descubrí que se trataba de Debby.

Flor se quitó de mi cara y fue a competir a las mamadas con Debby, lo que comenzó como un duelo en el que francamente Flor estaba en desventaja.

Se convirtió en: "Lecciones de cómo mamar a tu mejor amiga", y definitivamente la mano la tenía Debby quién las impartía gratuitamente, teniendo como único precio el que; de vez en vez ambas me mamaban a besos al tiempo que sus labios y lenguas se enroscaban al tocarse.

Yo estaba como hechizada, con las piernas bien abiertas a todo lo alto, recibiendo mucho más de lo que tenía previsto y de un rápido vistazo en derredor, creo que todos estábamos en la misma condición.

Atrás, Jay estaba empalando con la boca el coño a Diana. Era una perdida!!!. Si al menos tuviera un pene?, -Dianita no se hubiera quedado sin mi.

Nada de qué quejarme, el servicio que recibía de Flor y Debby, no necesitaba de guía alguna, era suculento; sin embargo me sentía tan celosa, pero con unos celos tan morbosos que ya me provocaban más placer.

Así como estaba tendida, vi como Flor se alistaba para cabalgarme de nuevo. Y no lo iba a objetar, pero Debby se adelantó. Esto le impidió seguir a Flor y tal como si fuese por instantes una representante de la razón, le dijo:

-Mi chula, no seas imprudente, te vi antes y ya tuviste tu sesión de mamadas, creo que es mi turno. -y pasó a ocupar el lugar de Flor.

Esa vulva no era tan grande, mas bien en tamaño y forma normales.

Me sorprendió que no hubiera lubricación alguna, completamente depilada, esa vagina, estaba de lo más lisita, perfectamente hecha, como por la misma mano de la diosa Artemisa. Pero, algo que no me hacía sentido, algo que no me chécaba.

Claro!!!,- no tenía clítoris, era un túnel perfecto, suavecito, en un rojo intenso y recién depilada, tan suave como el interior de las mejillas. Pero; ¿dónde estaba el clítoris?,-súbitamente recordé ciertas tribus africanas que mutilan a sus mujeres para convertirlas en sacerdotisas…Pero aquella era una condición de celibato, y por la forma en que Debby me había comido antes, mucho distaba de ser una mujer puritana.

-te gusta mi amor?,- preguntó Debby, arremolinándose en mi cara.

-mmmggghh, -me gusta!, -le di una muy larga lamida,-pero… pero?, -dónde está tu clítoris?, -seguía lamiéndola buscándole el botoncito de placer.

-adivinas amiga? ,-solo eso contestó,- y bajándose hasta unir su sexo con el mío, me empernó de una manera deliciosa. Se abrazó de mi y juntando un par de senos perfectos a mi pecho. Me dijo al oído:

-amor mío, soy transexual!!!

Me prendió un beso que casi me arranca el alma y se contoneo entre mis piernas entrelazando el cuerpo de la manera mas genial que haya sentido antes. Me dejé hacer… ¿lo sabrá Jorge quién se presume de macho-machista, o será como Madame Butterfly y estará locamente enamorado de esta… ésta?... ¿Cómo llamarlo?.

-seré tu mejor aventura, la mejor de tus amantes querida, -me dijo volviéndome a la realidad.

-pero… Y me fundió en un beso arrebatador.

Giramos de lado, luego quedé sobre ella y comencé a estudiar sus facciones. Pelirroja, de piel tan blanca, con miles de pecas, el mas hermoso par de senos que haya visto en mi vida, coronados por un par de aureolas suculentas, el vientre mas plano y definido que pudiera encontrarse, pero sin marcas exageradas... su piel suave muy suave y completamente depilada, ¿o lampiña?

-querida?,- me preguntó Debby.

-me permitirías buscar mis juguetes?, hay uno que creo quedará "justo".

Me dejó casi al punto del orgasmo, tanto, que para contenerme tuve que meterme un par de dedos y así continuar con mis sensaciones.

-me gustaría irme a casa,- interrumpiéndome Flor, me trajo al mundo en ese segundo.

Le pregunté a Flor con todo el riesgo a que se molestara, pero muy amablemente:

-No acostumbras asistir a este tipo de reuniones?

-No lo se pero sabes qué?

-No, pero puedes decirme,-le animé.

-Yo sólo iba al concierto de Miguel Bosè y ahora estamos aquí, haciendo esto.

-Es la primera vez que me dejan salir sola con un chico y sin joderme con una hora de llegar.

-¿Cómo? ¿No fueron por lo del anuncio en internet?

¿Cuál anuncio?

-Increíble, o sea -¿cómo fue que se sentaron en nuestra mesa?...

-Porque no había más y cometí el error de decirle a Jay que conocía a Socorro.

-Socorro?

-Bueno, a Diana.

-espera ¿Te sigue pareciendo un error?

-No sé, amo a Jay y él se está jodiendo a mi amiga de la secundaria, y yo estoy a punto de dejarme cojer por un desconocido...

-¿Es malo?

-No….Quiero hacerlo!!!. -Al principio no sabía qué pensar, pero ahora quiero hacerlo, quiero que me tomes y que luego Jay acabe dentro de mi.

-disculpa la pregunta, ¿Eres virgen?

-No precisamente.

-Llegaron los dildos- dijo Debby al acercarse..

-me dejas insertarlo primero en ti María?

Me colocó un dildo en fuerte color rojo con una base triangular que lo dividía. Una parte, la más pequeña, iría dentro de mi, luego un fajín me sujetaría la pieza por la cintura. Entonces yo estaría ensartada y podría ensartarme a quien me quedara mas cerca. Era muy distinto de los que yo conocía, tenía unas venas falsas que probablemente aumentarían la sensibilidad a Flor.

-vengan chicas,- nos guío Debby.

-María de espaldas y Flor a horcajadas,- nos indicó.

Como pude, me ajusté el aparato al bajo vientre, incrusté la parte que me correspondía y tendiéndome de espaldas lo apunté al cielo, al tiempo que Debby derramaba lubricante en el falso pene y a la entradita de la carnosa vulva de Flor.

Ella se dejó caer sobre mi y yo sentí que el aparato se iba a derretir ante tanto calor.

Sus paredes eran tan estrechas que le costaba ensartarse en el.

-aaahhh,- se quejó Flor.

-debes bajar con cuidado,- animándola a su propia penetración, le tomé por los brevísimos senos dándole apoyo.

-es tan grueso.

-pero lo has hecho antes con Jay?,-le pregunté, segura que no eres virgen?.

-bueno Jay me lo ha hecho solo por encimita y solo me ha penetrado unas pulgadas,- contestó Flor, pero este aparato me está lastimando.

-permíteme amiga, -Debby, se acercó colocando su cabeza en mi vientre.

-levántate un poquito quieres?

-siéntate en mis rodillas, -le dije a Flor, con un extraño presentimiento.

-sip, -y usando mis rodillas como asiento de ciclista, abrió las piernas a Debby para que viera en qué consistía la incomodidad.

-miaauuu!!!,-un fuerte maullido se dejó escuchar en la habitación,- pero… pero

Debby salió corriendo a treparse desnuda como estaba sobre la mesa circular de la sala.

-AAAAaaaltooo todos!!!,- gritó a todo pulmón con una auténtica voz femenina.

-sucede que esta noche…. Tenemos entre nosotras a una…a una…-coreó, llamando a todos con las manos haciendo como una bocina.

-virgen?, -le pregunté por lo bajo a Flor, tratando de hurgarle con la mirada sus partes íntimas.

-no lo se, -fue toda su respuesta.

Jay se quedó frío por la noticia, se sacó inmediatamente de mi Diana y perdiendo la erección en el camino se acercó a nosotras.

Fabian intentaba terminarse una gran sándwich de mortadela y con los labios llenos de algún aderezo blanco, abrió tanto la boca hasta que perdió el bocado rebotándole en la panzota hasta el suelo.

Jorge y mi Andrés estaban preparando una especie de escenario en el tapanco del entrepiso, colocaban reflectores y la cámara de video que estaría conectada a la pantalla gigante que habíamos rentado para la ocasión.

-una virgen?, en pleno siglo XXI???...-quedamos que no podíamos invitar menores de edad. Tercer artículo de nuestro reglamento interno del Swing-sing, -en tono muy serio mi Andrés anunció acercándose al barandal del tapanco.

-pido Derecho de Pernada,- gritó Jorge, con voz tan fuerte que a todos nos pareció que hasta se formó un eco en la cabaña.

-Derecho de Pernada?,- me preguntó Flor.

-y qué es eso?,-flor me veía intrigada. Dos potentes luces de filmación se posaron en nosotras manejadas con habilidad por Jorge y Andrés.

-un momento, -anunció Jay, -esta ricura es mi novia, yo la he conservado así para consumarla en "santo matrimonio"… -y si alguien tiene derecho a tomarla… ese seré yo!!!, -Jay estaba apartando de las miradas con su propio cuerpo, el delgadísimo cuerpo de Flor.

-pero mira que sutil me saliste, -encandilándole directamente en los ojos, -Jorge le aventó la potente luz que sostenía.

-ahh, claro!!! Estos Machistas se están dando uno a uno el derecho que no han tenido una sola vez en sus vidas, -esta vez era yo la que le arrebataba de los brazos a Flor, alejándola del calenturiento novio.

-vamos a deliberar, -les dije, -vengan amigas, hagamos un círculo.

Y desnudas como estábamos, nos acercamos tomándonos de los hombros como hacen en los juegos de fútbol americano. -Quítate eso reclamaron las otras, -esta es una reunión de mujeres, -señalándome el juguete que me salía por entre las piernas.

-la rifamos?,- principió Debby.

-que sea mi marido el que le dé su primer metida,- sugerí yo, acordándome como Andrés me había desvirgado el culo de aquella forma tan memorable, al tiempo que un "pop" anunciaba la salida del rico consolador que tenía antes en mi.

-pero que acaso creen que soy una mercancía en subasta, -nos recriminó a todas "Florecita", que ya a estas alturas, a todas nos estaba pareciendo una bebé.

-si tan solo me escucharan, -habló Diana.

-queeeé, -reclamamos todas.

-aquél quien tiene el derecho absoluto de tomar esta virginidad es mi Fabián.

-si, claro, como me habéis contado que "todo en él es doble",-señalé a Diana,-pensarás que esta virgen se va a meter el doble-pito de Fabián y no podrá sentarse en semanas, verdad?,- apunté a Fabián con un dedo de fuego.

-noo, no y no.!!!,- dijo Flor, -todo menos dejar en mi memoria haber sido tomada por primera vez por ese gordo seboso.-se volvió a Fabián y todas le seguimos con nuestras miradas.

Fabián se terminaba de un enorme bocado otro entremés y en la otra mano sostenía una "evita" llena de soda y ron, como le llamamos a los recipientes de un litro, donde venden la comida para llevar en los "supers".

-niñas, nos vamos a pasar la noche deliberando,- habló Debby,- y por si no lo han notado nuestras parejas ya han perdido sus deliciosas erecciones.

-y hasta la noche se va a perder, por culpa de esta… "esta Virgen"…-con un clarísimo gesto de envidia Diana nos comunicó su sentir.

-Yo ya me quiero ir a mi casa, Jay solo me había invitado al concierto y ahora tres perfectas desconocidas, están decidiendo el destino de mi virginidad… solo eso faltaba!!!,- terminó Flor y salió en busca de sus ropas.

-debemos hacer algo,-dijo Debby.

-sip… la amarraremos al "potro", le vendamos los ojos, le abrimos bien las piernas y le damos cada una de nosotras con los dildos hasta que se desangre esta "pinche cabrona",- Diana seguía hablando en tono resentido y con la envidia corriéndole por las tripas.

-no, no, no, no queridas,- Debby nos atrajo hacia si conciliadoramente,-lo que vamos a hacer es… una fila con nuestros hombres, se las vamos a parar de nuevo a mamadas, y le damos a escoger el mejor pito a Flor, para que sea ella misma quién se auto-inmole,-alzándose cuan larga era Debby, terminó convenciéndonos.

-querida!!!...queriiidaa? ,- Debby se alejó de nosotras en busca de Flor. En tono triunfal le abrazó por la cintura y le explicó el plan.

-chiiicos!!!...chiicooos?,- vengan acá que tenemos la solución,- coreamos Diana y yo… "al grito de guerra"

-vengan acá bebés, que les tenemos una sorpresita,- Diana se ponía de lo mas caliente imaginándose las mamadas que le daría a su Jorge para hacerlo ganar.

Los cinco machos se acercaron (recuerden que Fabián vale por dos…NdelA) sus miembros yacían flácidos, inofensivos e inocentes, principalmente inofensivos.. .ja, ja, ja.

–chicos!!!,- les dije cuando ya estaban reunidos frente a nosotras.-hemos deliberado que uno… SOLO UNO… de ustedes tendrá el placer de "cortar esta flor de este jardín",-les explicaré las reglas… reunión!!!,- les dije a los seis (ahora tomo a fabián como uno, Diana y yo… suman seis…-no es verdad? NdelA).

-van a formar una fila militar, se van a poner una apretada braga en los ojos (no se de dónde me saqué esto, pero sonaba "fenómeno") y se van a dejar mamar por sus parejas,- les dije,-o quizás por otra boca que no será la de su pareja… sembré la duda.

-quien resulte ganador…ninguno de los otros lo sabrá, pues será seleccionado por Flor y no podrán quitarse las vendas,- advertí segura de mis palabras.

-Dianita,- le dije a mi amiga,-por favor ve al cuarto de aseo, seguro encontrarás un "palo de escoba", que será el castigo para quién no cumpla las reglas.

-ajá… y nos vas a dar en las nalgas,- me dijo Andrés dando un paso al frente para amenazarme con el pecho erguido.

-nop, -le dije tomándolo firmemente del pene.-les juro que el castigo será meterles ese palo en el culo sin vaselina alguna, ni siquiera un escupitajo, -volteando a la cocina, vimos que ya venía Diana con un "bat"

-hay no mames pinche María,- dijo Andrés. –le apreté un huevo, al tiempo que les decía a todos.

-van a seguir las reglas o les meto este palo a todos uno por uno hasta que su propia mierda les sirva de lubricante, o la sangre de sus culos… a saber,- terminé de explicarles blandiendo el "bat" por lo alto, tomándolo por la parte mas gruesa.

-si mi ama,- contestó Fabian,- tirándose de rodillas al piso, colocándose a cuatro patas. Luego se giró y todas pudimos ver el enorme par de lunas blancas que formaban uno de los mas grandes y redondos culos que hayamos visto antes.

Los otros tres hicieron lo mismo.

-Entonces TODOS de acuerdo,- pregunté

-siii, mi ama,- contestaron al mismo tiempo aquellos "sumisos" Machos, dispuestos a todo con tal de ganarse la virginidad de la escuálida Florecita.

-ta, ta, ta. TA, TAAANNN,- como una cancioncilla de triunfo Debby traía a Flor vestida en una hermosa cortina blanca que le daba un toque "virginal e inocente", la putísima de Debby, sabía como sacarle jugo a la feminidad, no en balde era transexual. Y Flor se veía de lo mas inocente, maquillada con verdadera maestría, lucía unos labios carnosos y apetitosos, un cutis perfecto que ocultaba los defectos de su rostro y abrillantaba sus ojos.

-le puse unas gotas de limón, para lograr ese blanco perfecto de su mirar,- poniéndose de rodillas ante Flor, Debby levantó los brazos hacia ella, en genuino triunfo maravillándonos a todas por sus habilidades con los "polvos de la salud".

-no mames pinche Jay,- con esa belleza y no se la habías metido antes?.- le dijo Jorge.

-mamacita!!!,- no se aguantó Andrés.

-eh, eeh, eh,-le apreté los huevos a mi marido, mientras les recordaba a todos el "bat",-van a cumplir las reglas,- les dije,- vayan todos por la cabaña y escojan la braguita que mejor les huela, se vienen para acá y esperan a que les vendamos. Forman una fila como fieles sumisos y nos dejarán hacerles hasta que "La Princesa Flor" seleccione a su lacayo desvirgador.

-VAYAN, con un Carajo!!!,- que no tenemos toda la noche y yo también quiero lo mío,- les grité, azotando el palo sobre las maderas del piso.

Todos desaparecieron inmediatamente, mientras las mujeres dábamos el toque necesario de iluminación, cerrando cortinas y atrancando puertas.

Llegaron los chicos y cada cuál a su pareja le fuimos colocando las bragas-enceguecedoras.

Flor ya se había tomado muy en serio el papel de "princesita" y encaramando una silla en la enorme mesa circular del comedor, se apostó en ella con actitud de…."véanme y góceme"… "lacayos y lacayas de mierda"

-ven acá pinche presumida!!!,- era Diana que seguía sin ocultar la envidia por perderse ser el centro de la fiesta.

-no… NO… y no,- le detuvo Debby, ella se quedará por allá y nosotras estaremos a cargo de "armar caballeros" a estos mozuelos.

"princesa por un día",- y haciendo una grácil caravana se inclinó ante nuestra "virgen".

-Princesa por un minuto mas!!! Coreamos todas.

Diana ya estaba de rodillas frente a mi Andrés preparándole el pingón. –mgggmmmghh, este es el más grande… el masshhggh rico y esss el gammadorrr,- nos decía entre mamada y mamada alentando a mi marido a crecer.

Yo me quise acercar a Fabián recordando sus palabras… "todo en él, es doble"…y como Andrés me tenía acostumbrada a su tamaño, y no había encontrado hace mucho un ejemplar que le igualara, me arrodillé ante Fabián dispuesta a encontrarle entre las carnes aquel "XXL size"

-no, no, no… si me permites amiga,- me alejó Debby hacia Jay… te cedo el chico de Flor, para que sea yo la que prepare a este Majo y tu boca experta se encargue de Jay.

-entre Fabián y Yo, existe un acuerdo… verdad amor?,- le dice a Fabián, al tiempo que lo sentaba casi acostado sobre un sofá. Pero en lugar de írsele a las mamadas, se monta en 69 sobre su panza y le ofrece la "vagina".

-bueno,- me dije para mi,- finalmente me pasa lo que mas me gusta, tendré como es mi costumbre a dos hombres a la vez.

-a ver chicos,- vengan con su Reyna, que esta no tiene hímenes estorbosos para romper: Y se sabe las mejores artes amatorias del reino,- les dije a los dos machos que todos despreciaron.

-pinche piruja, contrólate,- me gritó Andrés metiéndole la pija completa a Diana.

-Chicooooss, ignore el comentario de mi marido... A mi.!!! vengan a mi.!!! –recordando a no se que Rey Francés grité a todo pulmón.

-Mi reino por un caballo.!!!, mi vulva por una cabalgada, mi ano por una verga

-MARÍA…!!!,- gritó Andrés.

-QUEEE…???,- le contesté retadora.

-COMPor… taaaaa…,- no pudo seguir, ya la envidiosa de Diana se le sentaba encima enculándose a mi viejo por atrás.

Me puse a cuatro patas y le pedí a Jay que me buscara el hoyo trasero, mientras agarraba fuertemente a Jorge para darle la mejor mamada de su vida.

Jay de inmediato se me fue por el culo.

-pero que haces animal???, no va por ahí,,, en la vagina baboso,,,, en la vagina…!!!, -le grité un poco mareada por esa enculada que no esperaba recibir.

-pero es que… a florecita, le gusta que siempre la tome por acá, -contestó con tono de disculpa.

-pero yo no soy tu florecita… animal… siquiera habrías de avisarme… aaaaahhhh.!!!

Ni para qué, ni como… no pude hablar mas… Jorge me incrustó el pene en la garganta empujándomela mas allá de mi resistencia, llevándome hacia atrás, hasta quedar sentada de culo sobre el pito loco de Jay.

Como pude, me sometí. Qué mas me quedaba?

Jay quedó de espaldas al piso, yo sentada sobre él enculada hasta el fondo, mientras Jorge sosteniéndome de media espalda por los hombros, arremetía con ritmo alocado esa verga deliciosa por mi boca. Apoyándome en sus caderas, le atraje llevándole el ritmo de las acometidas. Hasta que unos ligeros espasmos me indicaron que podría venirse en mi.

-papito?... estarás listo?,- y le alejé empujándole con las manos sobre sus piernas.

-quiero que me penetres por ese orificio que me queda libre y está mas que deseoso por recibirte.

Echada de espaldas sobre Jay, me arreculé su miembro hasta los huevos, logrando llevarle profundo por mis intestinos; abrí mis pies apoyándolos sobre sus rodillas y levanté un poco el pubis con claras indicaciones para que Jorge pudiera atravesarme con un doble empalamiento.

Lo invité con la mirada y parando la boquita como haciendo pucheritos, le atraje a que me penetrara "despacito".

Jorge se apuntó y presentó la cabecita a mis labios vaginales. Jay ayudó al ofrecimiento alzándose sobre las puntas, mientras yo me preparaba aflojando el cuerpo con tanto deseo por esa acometida. Sacó un poco su miembro de mi permitiendo asi la arremetida de su compañero de aventuras por mi entrada frontal.

Finalmente Jorge me envergó todita, Jay aflojó el apoyo de mis caderas y me vine de sentón sobre él. Con movimientos circulares y de vaivén, me dispuse arrancarles el semen en cada sentón. Estaba empleando mis mejores técnicas de baile tahitiano segura del orgullo que sentiría mi maestra por esta avanzada alumna. Les daba cadera circularmente y diagonalmente, Gozaba con cada acometida y gritaba de genuino placer cuando ambos "amiguitos" se saludaban profundamente en mi interior. Alternativamente me ofrecían ricos embistes dándole un toque de rudeza al asunto. Comencé a taladrarme el coño y el culo, con tanta rapidez que ambos comenzaron a gritar.

-dale mamita, dale… que estás bien enculada,- me animó desde lejos mi marido, quién se venía acercando desde lejos con Diana a cuatro patas.

-mírame papá… y todo por no tener dos vergas, y yo que las necesito tanto,- le dije a Andrés cambiando el ritmo de las metidas.

Tenía sobre mi a un par de veloces pájaros carpinteros. Me alzaba y me dejaba caer sobre Jay al tiempo que atraía a Jorge a mis profundidades.

Flor sentada en su trono, se jugaba el sexo con un rico dildo negro, se le veía una cara divina, rodeada de la blanca sábana y sentadita sobre su "trono". Mas rápido se vendrían los hombres al ver a Florecita empalada por aquel juguete de placer.

En ese momento todo su ser sufrió un estertor y un gemido callado inundó la habitación… se estaba viniendo. Todos volteamos a verla y le instamos a hacerse venir más veces, pero pareció no ser su estilo.

  • no, ahorita no,- nos dijo a todos, quienes le observábamos atentamente.

Se puso de pié dejando caer la blanca sábana sobre la mesa.

-no voy a romper mi virginidad con ese falso pene.

Y mojado como lo tenía con sus propios jugos, se lo llevó al culo metiéndoselo de un solo empellón hasta la mitad.

Rápidamente, levanté ambas piernas al aire y me sajé de mis dos penetradores.

-eehh, ehh, -se vino la consabida queja al rebotar sus penes unos sobre otro al quedar liberados de mi prisión carnal.

-espera María, -aún no hemos terminado contigo,-alcanzó a decir Jorge al tiempo que se iba de boca sobre el pito de Jay.

Yo me fui a buscar a Debby, la inventora de esta aventura.

Débora, seguía sobre la panza del gordo, con las piernas bien abiertas en la cara de Fabián. Su rostro congestionado por el placer mas profundo, me dio a entender que le estaba metiendo la lengua hasta el fondo en la "falsa vagina".

Pero cuando me acerqué pude ver que esa lengua era un pene triangular, luego una serpiente de cascabel, luego un bulbo canino. Todo; menos una lengua normal.

-vengan acá todos,- les grité.

-Andrés!!!

-córrele por la cámara, tienes que grabar esto.

Nos fuimos acercando al costado de la pareja, para observar como le metía un largo apéndice lingual por el culo abierto de Débora.

Pensaba para mis adentros que quizá solo Jorge y yo conocíamos aquel secreto. Estaban casados desde más de cinco años y Jorge se veía tan "Hombrecito", que difícilmente mi mente aceptaba aquél matrimonio.

Ahora entendía porqué Debby se había apalabrado con Fabián, estaba dándose la mejor cojida de culo, con el mejor ejemplar de la noche; lubricación perfecta, dimensiones perfectas, un aparato con movimientos propios y poderosos que arrancaba profundos gemidos de lujuria al sorprendido grupo de espectadores.

NdelA,- no se molesten conmigo, debo cortar esta historia en "aras" de no volverla un relato largo y aburrido, les prometo la continuación antes de 10 días

Finalmente las orgías son así.

Besitos en sus partecitas más íntimas.

Rommy.