Sweet Innocence
Una noche de verano, cálida.
Hacía ya un rato que estaban enzarzados en una conversación que poco a poco se fue tornando cada vez más caliente. Hablaban de cómo sería esa primera vez para la que estaban esperando, de como poco a poco iría perdiendo su vergüenza, de cómo la haría crecer y descubrir cosas nuevas. Estaba empapada y ya era tarde. La conversación terminó con tímido, vergonzoso y caliente hasta mañana.
Bajó la pantalla del ordenador y preparó la habitación para la noche, como siempre. Abrió la cama y se dejó arropar por las sábanas blancas y limpias con olor a lavanda y té. Mordió con suavidad su labio inferior y recordó que quedaba pendiente la promesa de unas fotos juguetonas que Él esperaba, así que sin dudarlo se puso a ello. Leería algo sobre ellas por la mañana cuando las viese, o eso suponía ella entonces.
Ya tenía el juguete en la mano, mojado con su saliva. Su cuerpo seguía caliente, con ganas de más. Se tendió en la cama cubierta por la suave sábana y deslizó hacia abajo sus cortos pantalones rojos, dejando que su piel rozase la fina tela. Comenzó con suavidad, acariciando con los dedos sus labios empapados, separándolos con cuidado, recordando palabras, sensaciones…o imaginándolas comenzando a disfrutar. Giró su torso con suavidad, dejando el peso sobre el hombro izquierdo. Lamió sus dedos, dejando varios restos de saliva sobre sus dedos y los llevó a la entrada de su culo, apretando con suavidad su esfínter, obligándolo a ceder poco a poco. Otro dedo. Otro más. Su juguete. Sus suaves jadeos se perdían con la música de fondo que la radio escogía. Movía sus caderas con ganas, con más fuerza, abriéndose ya sin suavidad, notando como el sudor de su espalda y los escalofríos que recorrían esta la invadían. Lo sacó por completo, dando un respiro a su culo y cambió de orificio. Notó por primera vez aquella noche como sus labios se separaban, como se abría, como algo la penetraba y los escalofríos de su espalda se multiplicaron. Ahogaba sus gemidos con cuidado, mezclándose con su entorno, moviéndose, disfrutando para volver después apretar su esfínter para dejarse llevar de nuevo por su imaginación. Notaba como el calor se subía a sus mejillas, como la sábana la arropaba en ese momento. Repitió de nuevo el movimiento, esta vez con el vibrador más fuerte, cambiando de nuevo su postura. Su boca entreabierta dejaba paso a cada vez más fuertes jadeos mientras el momento se acercaba. Mano izquierda se deslizó por su vientre, acariciándola, abriéndose paso entre sus labios, buscando su punto más débil. Su clítoris. Lo acariciaba con fuerza, deprisa, para después bajar el ritmo y que el más mínimo roce la hiciese sentir que se corría y repetía. La rosca del endemoniado vibrador ya no cedía más. Los dedos de su mano apretaban con suavidad la almohada dejando paso al ansiado momento. Sus ojos cerrados, su espalda arqueada, el largo suspiro de sus labios…Todo dio paso al momento en el que se corría. Su respiración se calmaba unos segundos después disfrutando aún de ese dulce placer. Aún tenía algo más que hacer esa noche. Encendió su portátil a pesar de las ganas de caer rendida en la cama que tenía, su cuerpo estaba relajado. Las rodillas la temblequeaban con levedad, la hacía gracia cuando eso pasaba. Una sonrisa se dibujó en su rostro. Una página en blanco se abrió ante ella. Las palabras surgieron poco a poco describiendo para Él, para su Amo, como había disfrutado de esa noche. Contenta.