Susurros (2: El altillo)
Segunda entrega de susurros al oido del amante, una extraña situación.
SUSURROS
EL ALTILLO
Existe una química especial para las relaciones entre hombre y mujer, cuando se da, vale decir que se encuentran compuestos compatibles y que se atraen, se crean relaciones muy especiales, sobre todo al momento de hacer el amor, se forma una burbuja que los aísla del mundo, y ellos en ese momento son el todo.
No siempre se da, muchas veces las relaciones con una mujer muy bonita y espectacular, o a la inversa con un hombre muy apuesto, son defraudantes, anodinas, insípidas, y todo se reduce al simple coito, que terminado, el uno y el otro lo único que quieren es desaparecer, huir, pero al contrario cuando la magia se da, cada relación es única y sublime, tal efecto, es misterioso e inexplicable, entonces el momento del amor físico es una experiencia distinta, mística, el placer y éxtasis que se obtienen son inalcanzables en la ausencia de esa química.
Es en esos caso cuando la pareja construye su mundo particular y privado, se abstrae de lo que los rodea, y es cuando los relatos susurrados al oído del amante, los hace vivir juntos las experiencias y fantasías eróticas de cada uno las mismas son visualizadas y sentidas como si pasaran en ese preciso momento, y los dos en realidad fueran uno.
EL ALTILLO
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Llegaron alrededor de las 7 de la tarde, justo para descargar las valijas, abrirlas, ducharse y cambiarse para salir, al llegar a la casa ubicada en el barrio del Bosque, ella apreció, que se trataba de un chalet de los años 50´, en muy buenas condiciones, estaba cerca del mar, en medio de un hermoso bosque, donde predominaban los pinos y los eucaliptos.
Entraron a la casa, que era bastante grande, fueron recibidos por un joven de unos 17 a 18 años, sobrino de Turco, el cual se notaba que le tenia gran cariño y admiración por la forma que fueron recibidos.
Los llevó donde iban a dormir esa noche y las dos siguientes, subieron una escalera, en lo que sería el 2do piso, entraron en una habitación, que en realidad era el altillo de la casa, el que había sido reformado y convertido en una amplia habitación, cuyo único inconveniente, era que no tenia puerta, de la escalera se entraba directamente en ella, ese altillo-habitación estaba amueblado, con una cama matrimonial con un cubre cama patchwork en alegres colores, un ropero de roble antiguo que contaba en sus puertas centrales con un gran espejo de cuerpo entero, estaba ubicado justo enfrente de la escalera, una cómoda y dos mesitas de luz, había una silla mecedora de esterilla , frente a la cama una TV con un reproductor de video, un gran ventanal con salida a un gran balcón, de la cual se veía el bosque y mas allá el mar. La habitación estaba pintada en un blanco opaco, se veía muy acogedora, el baño estaba en el piso de abajo.
Ella salía hacia unos meses con "Turco", un hombre de unos 40 años, comerciante, muy prospero, que la había conocido unos dos o tres meses después de la separación, justo en el momento en que ella estaba mas expuesta y frágil, por el carácter y forma de ser de él, dominante con las mujeres, prepotente, habitual para su cultura (árabe-sefardí), se encontraba como sometida a la voluntad de él. (lo que había originado una fuerte preocupación en sus padres).
En esa relación, había caído en un sometimiento en todos los aspectos, como vestía, donde y con quien salía (control de sus amigas), y por supuesto en el terreno sexual.
Había tenido una educación relativamente liberal en el aspecto sexual, pero los mandatos familiares en tal sentido eran inequívocos, sexo=casamiento=familia, nada de cosas raras, situación cuestionada por ella, a raiz de lo conflictivo del divorcio al que se había enfrentado.
Cuando conoció a Turco, ese mismo día terminaron en la cama , el sexo que obtuvo, no tenía nada que ver con lo que había conocido antes, en esta pareja, ella era la dominada, la recipiente, cuando y como a él se le ocurriera se tenia sexo, sin discusión, así fue desnudada totalmente por Turco en el automóvil y poseída en un lugar publico, o en otra ocasión, volviendo a la noche tarde en el coche de otra pareja de amigos, Turco la obligó a hacerle sexo oral, mientras la masturbaba, con el riesgo que alguno de los que iban en el asiento delantero dieran vuelta y los encontrara en tal situación, ella con el pene en la boca, con todo el sexo al aire, abierto por los dedos de Turco, ella sin siquiera resistir ni quejarse.
Estaba como obnubilada, fascinada por ese sometimiento, y excitada, muy excitada. El trato de objeto sexual, de puta a la que se coge, como y cuando el dominante quiera.
En el departamento de él, insistía que no use ropa interior, y la penetraba en momentos insólitos, por ejemplo cuando trataba de lavar algún plato, comenzaba a excitarla, con caricias en las tetas y en el sexo, y la terminaba poseyendo, apoyándola en la mesada o en el respaldo de un sillón), o le pedía que se masturbe delante suyo, contemplando como llegaba al orgasmo, observándola detenidamente, estudiándola, poniendo la cara cerca de la vagina para ver las contracciones, para luego masturbarse y acabar tirándole su semen, a la vagina , a los pechos o la cara.
Le encantaba verle el sexo bien inflamado, bien pronunciada la abertura vaginal, por lo que se encargaba que así estén permanentemente, usando juguetes como un vibrador (le encantaba verla penetrada por él), ella había vivido todo el tiempo desde que lo conoció en excitación permanente, siempre esperando la sorpresa, que inevitablemente venía y significaba placer, pero asumiendo una degradación a la condición de cuasi-esclava.
Él había decidido el viaje, se alojarían, en la que había sido la casa de veraneo de los Abuelos de turco, que ahora era utilizada por toda la familia, el joven que los había recibido era un sobrino de el, hijo de la hermana, para el cual turco era un ídolo.
El muchacho, era agradable, algo retraído y tímido, y por comentarios sabía que la hermana de turco, le había encomendado al muchacho a este, para su formación, ya que el padre (estaban separados), no le prestaba mucha atención.
Se ducharon, se vistieron, ella con un vestido negro largo, muy sensual, le favorecía a su figura delgada, con hermosa piernas, pechos chicos pero parados y altaneros, sin necesidad de corpiño que nunca usaba- con un generoso escote, porque al turco le gustaba mostrarla , estrenó sus nuevos zapatos que le había regalado, con tacos muy altos, previniendo el fin de la salida se puso los portaligas y la tanga transparente que a él tanto le gustaban ( era bastante fetichista) y salieron a cenar
Fueron a un restaurant del puerto, que estaba cerca del barrio del bosque, después al Casino, donde tiraron unas fichas, él ganó una buena cantidad, ella solo lo observo, porque el juego no la atraía, pero la hizo acercar a una mesa de ruleta, en la que había bastante gente, y le pido que distribuyera fichas en los números que le gustaban, permaneciendo atrás de ella, cuando ella se inclino sobre la mesa, aprovecho para disimuladamente, ponerle una mano en el sexo, y acariciarlo, retirándose cuando ella volvió a erguirse, bastante acalorada.
Salieron del Casino, tomaron el automóvil , emprendiendo el regreso a la casa del bosque, al llegar a la misma, antes de bajar, la besó y comenzó a acariciarla, sacándole los pechos al aire, besándoselos, mordiéndole los pezones, tratando de estimularlos al máximo, introduciendo la mano por debajo de la falda y subiéndosela, dejándola a la altura de la cintura, le sacó la tanga, y jugó con su clítoris, luego introduciéndole primero dos, tres, después cuatro dedos en la vagina, para asegurase de dejarla bien abierta, cuando estaba muy excitada, cesó de pronto toda actividad, le cubrió los pechos, le subió los breteles y bajando del coche, se dirigieron a la puerta de la casa.
Entraron, subieron la escalera, ya en la habitación-altillo, antes que atinara ella a nada, al abrazó, y comenzó a besarla, ella sintió como le comenzaba a subir el vestido para sacárselo.
Se separó para terminar desvestirla, ella quedo solo con los portaligas, una vez completamente desnuda, la volvió a abrazar por atrás, comenzó a acariciarle los senos con una mano, y con la otra el clítoris, que ya se encontraba bastante excitado por el magreo previo en el coche.
Apoyo su bulto excitado en el culo, estaban frente a la escalera, que es encontraba a obscuras, ya que al terminar de subir había apagado la luz de la misma
Ella con su sexo al aire, bastante irritado y abierto, por todas las atenciones anteriores, y la acaricio en forma desacostumbrada, su mano en la entrepierna, mas bien tendía a separarle los labios externos de sexo, dejando a la vista los labios interiores y la vagina, mientras la otra mano con dos dedos, acariciaba alternadamente a los pezones para pararlos, y la besaba en el cuello.
Se excitó mucho, trató de darse vuelta para poder participar también, pero la inmovilizo no permitiéndoselo, continuando su extraña forma de comenzar a hacer el amor.
Estuvieron así un buen rato, logró que se excitara como para llegar al orgasmo, que lo tuvo, parada en esa posición.
Cuando ella comenzó a orgasmar, la llevó a la cama, haciéndola tender en un costado de la misma, de manera que la cabeza quedara hacia la ventana y las piernas hacia la escalera, y la puso dejando bien abierta las piernas que colgaban, para observar su sexo mientras palpitaba por el clímax a que había llegado como era su costumbre.
Mientras ella tenia las ultimas contracciones del orgasmo, Turco se saco la ropa, quedando desnudo, con el miembro en toda su excitación (el tenia un miembro bastante grueso), y la penetró en la vagina, tendiéndose arriba de ella (sin dificultad ya que se encontraba bien abierta) apoyando los pies en el piso, y comenzó a bombearla.
Cuando estaba por tener su clímax, se detuvo, tendiéndose a su lado, y la hizo montarse sobre él, pero de forma que ella quedara con su frente a la escalera dándole la espalda a él, y así la volvió a penetrar.
Ella cabalgó sobre él en esa posición extraña, excitándose cada vez mas, mientras los brazos que surgían de su espalda, trabajaban con sus manos el clítoris y las tetas, hasta que nuevamente al sentirse penetrada hiper-estimulada, volvió a orgasmar, cuando lo estaba haciendo ella se recostó sobre el torso de Turco, mostrando a la escalera toda la gloria de ese sexo empalado.
El no esperó que ella terminara con su orgasmo, sin parar continuo bombeándola, hasta que sacándola de arriba, y en posición misionera la volvió a penetrar. Hasta que muy excitado y con movimientos muy violentos eyaculó en su interior, dejando la vagina rebosante de esperma.
Mientras era penetrada y bombeada, había mantenido los ojos cerrados, para magnificar el placer que estaba obteniendo, al terminar su segundo orgasmo, abrió los ojos , luego mientras continuaba bombeándola el Turco, miró el espejo del ropero.
Y vio y comprendió todo, en el espejo se veía en la escalera, el sobrino de turco, la miraba terriblemente excitado, mientras se masturbaba, mostrando su miembro (bastante grande). Turco había montado todo un show, para mostrarle a su sobrino como su ídolo magreaba y se la montaba, y de paso para mostrarle toda la intimidad de ella, incluso para que quedara la vagina bien abierta y penetrada para la vista ávida del espectador.
Para su propia sorpresa eso no la enojo, por el contrario, la excitó saber el efecto que causaba en otro hombre, saber que otro hombre podía empalmarse tanto por ella (porque tenia muy disminuida la auto-estima).
Y se excitó porque en ese momento dos hombres, querían darle a ella los miembros y semen para que lo guardara en su vagina.
Al terminar Turco, apartándose, quedando tendido a un costado, ella continuo el show, abriendo mas las piernas, para que el muchacho no se pierda detalle, de esa vagina tan abierta y chorreante de semen y comenzó frotarse el clítoris, acariciándose las tetas, en espectáculo único para el joven sobrino, al cual después tener un último orgasmo, guiño el ojo y sonrió.
Con el tiempo ella consiguió el hombre de la química compatible, y este relato fue susurrado al oído de su amante, y vuelto a vivir en loca y hermosa calentura
Navegante.
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