Suspiros 9

...Siempre protegeré tu alma y tu corazón con mis alas...

Inicio

Les agradezco mucho por sus comentarios y valoraciones, siempre son bienvenidos y recibidos con alegría ^^ agradecer por sus comentarios a... angeles2875, Sof14, Condesa de Rostau, lokii, HombreFX, Ambar, Eli, Zoe, aurora la diosa, absa, braguitas, alejandra, PATYLOVE, marie, Rebeca, ross2712

Espero que este capítulo les guste ^^ con todo cariño, no daré adelantos sobre él, espero lo disfruten así como yo disfruté escribiéndolo y ya vieron, la inspiración dio más para Suspiros que Encuentro Accidental que publicaré después jeje ... Espero lo disfruten y espero sus comentarios...

Ahí va...

9 Noveno

De esa manera, el tiempo comenzó a pasar tranquilamente. El día sábado fueron a buscarle un trabajo matutino a Amy, quien encontró agradable trabajar disfrazada de pollo en la puerta de un restaurante de comida rápida. Alison rió mucho cuando le vio con aquél traje emplumado de amarillo; pero veía a Amy tan feliz que prefirió no poner objeción.

-Mira ese pico – reía mientras veía el gorro que usaba en la cabeza, con unos graciosos ojos saltones y el pico que sobresalía.

-Me agrada esto – decía Amy terminando de cerrar el traje y tapando su cara por completo.

Fue así como le consiguieron un trabajo a Amy. Alison llevó a la chica a mirar departamentos o algo así cerca de su casa, sin decirle realmente el por qué o el para qué. Aquél domingo la pasó la mayor parte del día con su hermano, quien era muy amable y bueno, solía molestarle como todo hermano; pero debido a que ellos vivían solos, había tomado un papel más de “padre” de los fines de semana. “Cada semana te veo más grande monstrito ;D” decía.

En la escuela todo iba diferente pues en los recesos Laura iba y se sentaba con ella en la banquita alejada del patio. Alison comenzó a acostumbrarse a ello y poco a poco iba entendiéndose mejor con la chica, descubriendo que resultó ser buena para escuchar. Laura le contaba de todo, cosa con la que Alison se dio cuenta que después de todo aquella muchacha no era tan mala como aparentaba y sobretodo, que ciertamente le incomodaba la situación con su maestra.

-Natalia es algo… – decía – no sé… siempre quiere hacerlo, en cualquier momento quiere... tú ya sabes… antes del descanso me envió un mensaje al celular para que la buscara en su oficina; pero yo no quise esta vez…

-Se lo dijiste? – le preguntó Alison.

-Se molestó cuando le dije que debíamos dejar de aventurarnos a hacerlo en cualquier lugar de la escuela a cualquier hora y que más bien deberíamos reunirnos en las tardes… para ello…

-Espera – detuvo la otra - ¿qué no se ven en las tardes?

-A veces… pero muy pocas veces la verdad – Laura miró a Alison fijamente - ¿crees que esté jugando conmigo? Ella es mayor y es muy guapa… ¿Crees que sólo me utiliza? ¿Qué hace lo mismo con cualquier chica en cualquier momento en que se le antoje?

-No lo sé…

Pero Alison sospechaba que eso era cierto, pues con lo que le contaba Laura, asumió que la maestra sólo le llamaba para tener sexo en el momento en que se le antojara. No parecía que siquiera cruzaran una palabra antes de ello y según lo que decía la chica, al principio le gustaba; pero realmente se había vuelto en una rutina casi dolorosa.

Respecto a Amy, Alison no podía quejarse, se llevaba perfectamente con ella, de maravilla. Ahora cuando se encontraba con ella a la salida de la escuela, llevaba una mochila en la espalda donde estaba su uniforme de pollo. Pero se trataban y se hacían cariños como si fueran una hermosa y feliz pareja. Amy al ser un ángel, nunca se enojaba con Alison, siempre le sonreía, le miraba dulcemente. Sentía aquél amor humano, tan diferente, tan dulce, tan emocionante.

Iban a todos lugares juntas, un sábado por la tarde, se tomaron unas cuantas fotos en aquél parque donde se habían hablado por primera vez. Amy empujaba a Alison en el columpio mientras charlaban de todo tipo de cosas. La muchachita aún le explicaba ciertos aspectos de los humanos; pero ahora Amy entendía mucho más rápido. Alison se preguntaba si ella podría volverse humana por completo en cualquier momento y cambiar drásticamente.

-Amy… - le preguntó - ¿tú podrías convertirte en humana?

-Humana… - pensó la chica mientras seguía empujando el columpio – bueno… no lo sé, no estoy segura de eso Alison… recuerda que eres la primera humana que estoy cuidando…

-Y la única que cuidarás verdad… - aseguró la muchachita deteniendo el columpio con sus pies.

-Siempre protegeré tu alma y tu corazón con mis alas – sonrió con un semblante dulce y sincero; pero algo era extraño en su mirada, parecía angustiada.

-Amy, ¿pasa algo? – preguntó Alison levantándose y poniéndose frente a ella.

-Recuerdas la primera vez que nos abrazamos? – preguntó la chica – fue hace…

-Casi un mes… - sonrió la muchachita, mientras sentía una vez más el abrazo de su ángel, era tan cálida, tan dulce, su aroma, los latidos de su corazón eran tan tranquilizadores. A diferencia de la primera vez, el abrazo era más fuerte, era como si Amy se aferrara a ella, quien por un momento sintió ganas de derramar lágrimas, un nudo en la garganta y una tristeza inmensa apoderarse de… su alma y su corazón – siempre estarás conmigo verdad Amy? – preguntó.

-¿Lo dudas? – decía la chica dándole tiernos besos en la mejilla sin separarse de ella.

-No Amy, te creo… te amo… - susurró Alison girando un poco para besar sus labios dulcemente, ya no le importaba si la gente les miraba, si mostraban caras de incomodidad, sólo le importaba disfrutar cada momento con ella, con su ángel.

Aquella tarde, cuando volvieron a casa. Alison se puso a hacer sus deberes de la escuela. Amy sólo le observaba como siempre, echada en su cama, le miraba amorosamente; pero con ese semblante de angustia… sonreía dulcemente con las cejas caídas. Guardando en su corazón cada detalle del rostro y los movimientos de Alison, quien levantó la vista.

-Amy… - dijo – no me mires así… - tenía el ceño fruncido y la mirada entristecida – mira, siento algo en mi corazón que… tengo miedo… siento que…

La chica se levantó de la cama, se aproximó a ella y le abrazó.

-Todo va a estar bien – le dijo.

Aquella noche durmieron abrazadas como siempre. En domingo, una vez más el hermano de Alison se quedó con ella, Amy se ocultó en el ropero.

-Bueno entonces te hiciste amiga de esa tal Laura? – preguntaba él, tenía el cabello castaño y los ojos color marrón claro, su piel era del mismo color que la piel de Alison.

-Sí Oscar – respondía la chica – bueno, ya no ando sola en las horas de descanso…

-Mmm… - dudaba el muchacho – ten cuidado, es lo único que te digo – advirtió – porque ten en cuenta que esa tal Laura te molestaba siempre, puede estar intentando lo mismo ahora…

-Tienes razón – pensó Alison.

-No te digo que te alejes… sólo, no le tomes cariño y  confianza tan rápido eh monstrito… - despeinó su cabeza torpemente.

-Hey!! – reía la muchachita. Poco después el joven fue a cambiarse y alistarse para salir a trabajar, le dejó la mitad del dinero que sus papás habían enviado en esa semana. Cuando salió, Alison subió corriendo a su habitación.

-Amy! – llamó, una vez más, vio a la chica sacar la cabeza por la ranura de la puerta graciosamente.

-¿Ya puedo salir? – le preguntó inocentemente, como siempre.

-Ya se fue Oscar… - confirmó la chica, acercándose a besarle – te extrañé!! – se abrazó a ella dulcemente. Amy le correspondió con calidez.

-Te amo Alison – le dijo, mientras tomaba su quijada y le llevaba hacia su boca delicadamente, besándole dulcemente, introduciendo su lengua en la boca de su chica. Naturalmente ella retrocedió hasta su cama y dejó que Amy se acostara sobre ella y se acomodara entre sus piernas.

Comenzó a moverse contra ella, tenía la urgencia de sentirla más cerca de ella. Amy sintió lo que Alison hacía y ella misma comenzó a moverse contra ella, suavemente, con mucha lentitud; pero profundamente. Le quitó la playera y el sujetador con mucho cuidado, mientras ella misma se quitaba la ropa del torso. Le abrazó fuertemente, aferrándose a ella, sintiendo su piel contra la suya, grabando aquella sensación en su corazón.

-Amy… - al sentir que la chica sólo le abrazaba con fuerza, con esa misma fuerza con la que le había abrazado en el parque, Alison se extrañó - ¿sucede algo?

-Déjame estar así contigo un momento – respondió la otra ocultando su rostro entre su hombro y su cuello y abrazándole más fuerte, sintiendo su aroma. Una vez más, la muchachita sintió ese dolor en su corazón y en su alma, esa angustia, provenida de su ángel.

-Amy – le dijo, separándole suavemente con sus manos para poder mirarle a los ojos – siempre estaremos juntas verdad…

-Siempre estaré contigo… protegiendo tu alma y tu corazón – respondió la chica mirándole profundamente, con esa sinceridad que nadie más que ella tenía en los ojos – gracias por enseñarme a sentir…

Alison besó a Amy tiernamente. Esa noche se dedicaron a eso, a sentir sus pieles juntas, tocándose, rozándose, acariciándose cálida y amorosamente. Entregándose aquél placer que sólo ellas sabían darse, con ese amor que llenaba el alma de cada una, ninguna quería que ese momento acabase, querían detener el tiempo allí, en el momento en que ambas pudieron sentirse tan dentro la una de la otra, convirtiéndose en un solo ser, una sola alma, un solo corazón, un mundo sólo de las dos. Pero un dejo de angustia acompañaba cada movimiento de Amy, cada toque, lo cual sentía Alison, no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas en el momento en que alcanzó el clímax. “Alison te juro que siempre estaré contigo…” le susurraba la chica cuando terminaron, abrazándole fuertemente una vez más.

Momentos después Alison sólo yacía abrazada a Amy, sin decir nada, ni una palabra, absolutamente nada, sólo sintiendo el calor de su ángel. Amy le daba besos en la cabeza para animarle, sabiendo de la sensación que seguramente invadía a la muchachita, esa sensación de angustia que ella no podía evitar transmitirle. Se había involucrado demasiado con ella, su misión era sólo cuidarle de cerca y había terminado enamorándose de ella, amándola como sabía que nunca llegaría a amar a ningún otro ser, ningún otro corazón, ninguna otra alma en aquel universo.

-Te amo Alison…

-Amy… te amo mucho… - respondía la muchachita pegándose más a su pecho – nunca quiero perderte…

-Nunca me perderás – sonrió la chica – siempre estaré a tu lado…

-Eres el amor de mi vida – Alison le dio un beso en la mejilla.

Estaban a punto de quedarse dormidas; pero sonó el teléfono. Alison no quiso contestar y dejó que sonara la primera vez, prefiriendo quedarse echada abrazada a Amy; pero el teléfono volvió a sonar desde la sala.

-Deberías ir a contestar niña – animó la chica.

-Está bien – Alison se levantó, se puso la ropa interior inferior y una playera para ir a la sala. Amy, se levantó y comenzó a vestirse. De repente sintió una puñalada en el corazón y salió corriendo a ver a Alison con la vista perdida, aterrorizada, mientras una lágrima caía por su mejilla.

-Alison! – le llamó - ¿estás bien?

-Acaba de llamar la mesera del antro donde trabaja mi hermano… Lo apuñalaron y lo golpearon – musitó casi sin voz – Amy… mi hermano…

-¿Dónde está? ¿Qué pasó? – Preguntaba la chica, desesperada - ¿Qué más te dijo?

-Está muy grave… en el hospital… - Alison estaba en estado de shock, con la mente en blanco, sin saber que hacer…

-Vamos Alison – animó Amy jalándole del brazo y llevándole hacia su cuarto – alístate, debemos ir… apúrate si llegamos a tiempo, puede que alcance a ayudarlo…

Llegaron al hospital lo más rápido que se pudo, al subir al piso indicado por la chica que había llamado a Alison, vieron al doctor hablando con ella; pero negando con la cabeza. Otra punzada le llegó a la muchachita en el corazón cuando vio a la chica arrojarse sobre el asiento y comenzar a llorar desconsoladamente.

-¿Qué pasó? – fue corriendo donde la chica, Amy le seguía.

-Tú eres… su hermana menor? – preguntó la mujer, ya se la veía mayor, como de la edad de su hermano, era simpática; pero se veía su maquillaje corrido, llevaba un abrigo sobre una falda corta y una blusa de mesera – él… cuando llegó… - la joven apenas podía hablar entre sollozos – vio que unos hombres me molestaban justo a la entrada del antro… como trabaja de seguridad, intentó establecer orden; pero eran varios tipos… y lo golpearon… hasta dejarlo casi desmayado… - lloró – y le clavaron un cuchillo en el estómago…

-No… - lágrimas comenzaron a correr por los ojos de Alison; pero si… apenas había hablado con él antes de su salida… pero si… se veía tan vivo… tan tranquilo, tan normal… como siempre - ¿cómo está?

-El doctor dijo que tuvo… hemorragia interna y… se desangró por… - la joven ya no pudo continuar – no resistió…

-¿Está muerto? – Alison ya no podía dejar de derramar lágrimas y más lágrimas, mientras una sensación de orfandad se hizo presente en su corazón y su alma, ya no tenía a nadie, sus papás estaban lejos… y su hermano que era como su padre… le había dejado - ¿puedo verlo? – decía casi sin voz, entre sollozos desesperados. Fue corriendo a ver cómo los doctores terminaban de registrar la hora del fallecimiento, además de oír ese terrible sonido de la máquina marcadora del pulso, ese sonido constante y ensordecedor… - no… - murmuró acercándose a la cama – no… hermanito… Oscar… - quiso acercarse a abrazarlo, aunque ahora sea sólo un cuerpo sin vida… necesitaba abrazarlo; pero los doctores que estaban allí no le dejaron, a pesar de que ella luchaba desesperada, gritaba por tocarlo sólo una vez más… por un momento se hizo presente un dejo de esperanza – Amy!!! – le gritó en medio del llanto, la chica sólo le miró con lágrimas en los ojos – haz algo!!! Haz algo!! Sé que tú puedes!!!! – casi ordenaba la muchachita en medio del llanto histérico e incontrolable que se había apoderado de ella.

-Lo siento Alison… no puedo – bajó la vista Amy – no tengo… ese poder…

-Aaaahh!!!! – le gritó enfurecida y fue a estrellarse contra ella, empujándole con fuerza y saliendo al pasillo.

Aquella noche no durmió, no fue a su casa. Con ayuda de la amiga de su hermano, pudieron contratar una funeraria. Amy estuvo a su lado en todo momento, a pesar de que Alison no le dirigía la palabra, no era que tenía algo en contra de ella; pero su subconsciente necesitaba enojarse con alguien, echarle la culpa a alguien y fue con la persona más cercana que tenía, que era Amy en ese momento. Lograron contactar con sus papás, quienes llegarían en tres días.

El velatorio fue una tortura; pero Amy siempre estaba sentada a su lado cuando recibía las condolencias de quienes iban a ver a su hermano. Al día siguiente sería su entierro, al cual Laura fue a acompañarle. Terminado el doloroso entierro en el cementerio, cuando terminaron de acomodar su lápida en el suelo de pasto y los demás comenzaron a irse. Alison se quedó parada frente a la lápida, leyendo una y otra vez la inscripción donde ponía su nombre y la dedicatoria, como si aún no pudiera terminar de creerlo…

-Alison – le habló Laura, que se había quedado con ella, cuando todos ya se habían ido. Amy yacía detrás de ellas, observando tristemente – deberías ir a casa a descansar…

-Sí, pero quiero quedarme aquí un poco más – decía la chica con la voz apagada – gracias por venir Laura…

-Tranquila Alison – la chica le abrazó fuertemente y se despidió de ella minutos después.

Cuando ya se hubo ido, la muchachita se arrodilló frente a la lápida de su hermano, bajando la cabeza, estaba demasiado desconsolada. Sintió la mano de Amy en su hombro.

-Me dijiste que todo estaría bien, que a él también lo cuidaban – musitó.

-Hay cosas que no se pueden cambiar, hay cosas que ni los ángeles podemos hacer – decía Amy tristemente.

-Lo sé… - resopló, nuevas lágrimas salieron de sus ojos.

Amy levantó la mano de su hombro y sólo se dedicó a observarle, sonrió tristemente, mientras el viento frío soplaba.

Pasó un rato en silencio.

-Amy – llamó Alison dándose la vuelta mientras se levantaba, ya era hora de volver a casa - ¿Amy? – Miró a todas partes y ella no estaba – Amy… ¿dónde estás? Amy… - volteaba la vista rápidamente a todas partes, buscándole – Amy… ¿dónde fuiste? – Decía mientras se limpiaba las lágrimas – hey, esto no es gracioso… - comenzó a caminar, buscando detrás de las lápidas – Amy… ¿dónde estás? – comenzó a desesperarse mientras seguía buscando, corriendo más rápido – Amy!! – salió del cementerio y no la encontraba, volvió a entrar – Amy… ven… Amy, ven…!! ¿Dónde estás?!! – se desesperó demasiado, sintió un toque cálido en el cuello que le hizo estremecer y con un vuelco al corazón oyó un suspiro en su oído “Alison….” – No… Amy… no… - llevó sus manos a su cabeza – por favor no me dejes… no Amy!!! Nooo!!!! No me dejes!! – gritó a la nada. Oyó otro suspiro “Estoy a tu lado…” – Ahhh!!! – se arrodilló en el piso golpeándolo con un puño – Vuelve Amy!!! No me dejes… tú tampoco te vayas… no me dejes sola… prometiste que estarías conmigo siempre… Amy… - su voz se le quebró mientras sentía un abrazo cálido por la espalda.

Se dio la vuelta rápidamente, pensando que allí estaría su ángel; pero no vio a nadie, sólo oyó otro suspiro…

Estoy contigo Alison…

Continuará...