Suspiros 8

...Voy a enseñarte lo que puedes sentir si te controlas...

8 Octavo

Así, Alison llegó a la escuela y fue una mañana algo incómoda. Aparte de la sensación que seguía presente, ese día tenía clase de Filosofía, por lo tanto vería a la maestra-auxiliar de nuevo, vería a Laura de nuevo… y se sentiría incómoda al verlas, lo sabía más que seguro.

Y esa mañana fue así, Laura ni se dio la vuelta ni le miró ni nada por el estilo, no le dirigió la palabra en absoluto. Alison no le dio importancia, más bien respiraba aliviada y tenía mucho más tiempo para pensar en su propia vida. Pensaba en Amy y lo mucho que había cambiado y lo mucho que quería tenerla siempre. Se imaginó a sí misma despertando cada mañana y haciendo lo mismo todos los días antes de salir al colegio… se quedó O.O ante el pensamiento y decidió sacarlo de su cabeza, por su propio bienestar físico y moral.

En el recreo fue a sentarse como siempre en una banquita alejada del patio a pasar el rato comiendo la merienda que tuvo que comprarse en una de las tiendas de dentro de la escuela. Vio a Laura acercarse a ella. Puso cara (-.-) mientras terminaba de pasar el último bocado de sándwich que se había comprado.

-Miranda… - le habló la chica por el apellido.

-¿Qué? – Respondió Alison mirándole de esa manera no amigable, como ya se sabe, no le gustaba que la gente se le acercara a interrumpir sus pensamientos e irrumpir en su mundo - ¿qué quieres Ríos?

-Nada – Laura se sentó a su lado, Ali sólo le vio con esa mirada de pocos amigos que solía tener mientras bebía un jugo de manzana en cajita que había comprado.

-¿Por qué no andas con tu grupo de amigas? – Preguntó – seguro les haces falta para ir a abusar de otro…

-Alison… - comenzó la otra chica, mirándole profundamente, cosa que Alison detectó y enfrentó su mirada, sabiendo de qué trataría la conversación - ¿qué hacías ayer en el gimnasio? ¿Por qué fuiste a husmear?

-No fui a husmear, soy una persona curiosa y ya… además no hubiera pasado por ahí a esa hora si tú y tus amigas no hubieran lanzado mis cosas por la ventana…

-Así que fue eso…

-Sí, eso fue – resopló la chica – lo dices por lo que vi sobre ti y la profesora Natalia de filosofía, ¿verdad?

-Ni se te ocurra mencionarlo a nadie… - amenazó Laura.

-Tengo mejores cosas que hacer… - se encogió de hombros Alison.

-¿Amy? – preguntó la chica, la muchacha sólo le miró sorprendida.

-Tal vez… - suspiró – tampoco se te ocurra decir algo al respecto…

-Tengo mejores cosas que hacer… - se encogió de hombros Laura.

Luego de aquello, la chica se levantó y se alejó de Alison a paso lento, camino al gimnasio. Por una vez en su vida, ésta última levantó la voz.

-Creo que deberían esperar a ir a algún lugar fuera de la escuela para el encuentro – llamó. Laura sólo dio media vuelta, le lanzó una mirada de reproche y se alejó a paso más rápido.

Alison simplemente negó con la cabeza y puso sus pensamientos en Amy, se preguntaba qué estaría haciendo ella en esos momentos. Le parecía demasiado increíble que ella haya podido materializarse y estar a su lado de verdad. Debía ser sincera y aceptar que… su actitud y forma de ser habían cambiado un poco desde que llegó su ángel a acompañarle. Con los últimos encuentros que había tenido con ella, ni podía dejar de sonreír, a pesar de que llegaba a preocuparle un poco lo apasionada que se había vuelto Amy de la noche a la mañana, con su reciente actitud de la mañana, Alison estaba más que segura de que, sino controlaban aquello a tiempo su ángel podría convertirse en una adicta sexual o algo así. Rió para sí al recordar las inocentes actitudes de Amy… era tan linda, su rostro siempre le inspiraba tranquilidad, estar con ella le llenaba de calidez el corazón, cuando recibía besos de ella, era como recibir una parte del alma de ella.

Sin embargo, aún no tenía claro si era su novia o su pareja o alguna cosa de esas. Pero no se dejó llevar por aquélla duda y concluyó en. “Amy es mi Ángel…” y sabía, confiaba en que, de ahora en adelante estaría siempre con ella. Abrió los ojos de par en par… entonces Amy tendría que trabajar en alguna cosa y ganar dinero… para poder alquilar un departamento. Con dolor cayó a la realidad, sabiendo que no podía quedarse escondiendo a la chica por mucho tiempo en su casa, en su habitación, en su ropero, en su cama durmiendo abrazada a ella. Pensó en varias opciones de trabajos sencillos que podría enseñarle a realizar.

Resopló y volvió a su salón en cuanto acabó el receso. En el aula, en la clase de Filosofía, Alison sólo atendía como siempre, no sabía si Laura le había dicho a la maestra que “alguien” les había descubierto, así que actuó lo más normal posible. De repente recibió un papelillo doblado.

“Alison, seamos amigas…” la muchacha levantó la vista y Laura ya estaba medio volteada mirándole.

“No diré nada, no es necesario que hagas esto…” pasó el papel con su respuesta.

“Eres la única que lo sabe, a veces, necesito hablar de ello con alguien y lamentablemente fuiste tú la que se enteró…” recibió la respuesta.

“Sí, creo que hubiera sido mejor que una de tus amigas se entere…” resopló.

“Si se hubiera enterado una de ellas, a estas alturas lo sabría todo el colegio… gracias por no decir nada… “

“Te dije que tengo mejores cosas de qué ocuparme…”

“Yo me ocuparé de que nadie vuelva a molestarte… si somos amig…”

-Miranda… ¿qué hace? – la maestra llamó la atención de la muchacha que se quedó a media lectura del papelillo.

-Atiendo maestra… - respondió Alison; pero notó la mirada rara que le lanzó a Laura.

-Salga de la clase por favor – ordenó la mujer. La muchachita no dijo nada, sólo salió sin decir nada, pensaba “qué celosa profesora…” aún llevaba el papelillo así que allí, sentada en el pasillo frente a su curso leyó lo que decía.

“… si somos amigas, todo va a cambiar y… podré confiar en alguien…”

Alison sólo resopló. Con aquello que acababa de pasar, no estaba segura si de verdad absolutamente nadie iba a molestarle. La maestra podría ponerse aún más celosa y aplazarle en su materia e incluso hacerle repetir el año una vez más. No, eso no le convenía. Por otro lado, no necesitaba amigos; pero recordó las palabras que Amy le dijo un día “Algunos humanos necesitan apoyo…” . ¿Sería que por cuestión de “apoyar” se haría amiga de aquella chica que le había hecho la vida imposible durante años? “Nosotros no conocemos de rencor….” Recordó una vez más a su ángel. Ella era sólo una humana, podía estar resentida con Laura, estaba en su derecho.

Llegada la salida, Alison entró al curso y alistó sus cosas. Respiró aliviada cuando la maestra ya se hubo ido.

-Alison… - le llamó Laura, ella sólo volteó a mirarle mientras alzaba su bolsa de cuadernos – pensaste en…

-Tú tranquila – Alison puso su mano en su hombro, por primera vez en su vida sonrió voluntariamente y levantó el pulgar – sólo espero no meterme en problemas.

-Gracias – asintió la otra.

Alison se encontró con Amy en el lugar de siempre. Cerca de la entrada de la parte de arriba de la escuela. Como siempre, su ángel le preguntó cómo le había ido además de preguntarle qué había pasado acerca de Laura y aquélla maestra. Alison sólo le contó que su compañera de curso quería ser su amiga porque necesitaba apoyo.

-¿Está bien que sea su amiga verdad? – Preguntaba la muchachita mientras iban camino a casa – tú misma dijiste que existen humanos que necesitan apoyo…

-Ten cuidado – advirtió Amy, a pesar de que no le agradaba mucho la idea porque se trataba de Laura, la tipa que siempre había molestado a Alison, prefirió no mostrar su desacuerdo, pues de alguna manera le alegraba de que por fin su humana pueda tener amigos y ya no ande sola – me alegra por ti Alison – sonrió.

-Gracias Amy – sonrió la muchacha abrazándose a ella – te extrañé en toda la mañana…

-Yo también te extrañé, me hace falta estar contigo y cuidarte dentro de la escuela – asintió la chica dándole un beso en la cabeza.

-Sabes estuve pensando, ya que no tienes nada que hacer en las mañanas – explicaba Alison – podrías conseguir algún trabajo, para ganar dinero, puedo enseñarte a hacer alguna actividad que hacemos los humanos.

-¿Cómo qué?

-Lavar platos… trabajar de mesera… - rió la muchachita – hay algunos restaurantes cerca de la escuela, así que… podrías ir allí…

-Y estar contigo a la hora de siempre, ¿Verdad? – a Amy parecía agradarle la idea. Planearon ir a buscar el trabajo de la chica aquél fin de semana en la mañana.

En la última cuadra antes de llegar a la casa de Alison, Amy aprovechó que la calle estaba vacía para abrazar de la cintura a la muchacha y apoyar su cabeza en su hombro cariñosamente.

-Hey – reía ella, sonrojada. De verdad disfrutaba de tener a su ángel a su lado.

Cuando entraron a la casa, Amy aún no soltaba a Alison, quien comenzó a ponerse nerviosa al sentir una vez más, los besos en el cuello del día anterior hacerse presentes en ese mismo momento.

-Amy… - murmuró – ¿qué haces? – mientras de nuevo sentía las manos de la chica subir lentamente hacia su pecho.

-Debemos terminar lo de esta mañana lo recuerdas… - respondió la otra subiendo por su cuello con dulces besos y llegando hasta su oído, introdujo su lengua en el – Te amo Alison… - la muchacha se estremeció al sentir su respiración tan cerca de ella; pero no podía quedarse así, algo le ocurría a su ángel, ¿no podía controlar sus deseos o qué?

Con mucha fuerza de voluntad, se soltó del abrazo en que estaba envuelta.

-Espera Amy – le dijo, dándose la vuelta y alejándose un poco mientras le miraba.

-¿Qué sucede? – preguntaba ella, desconcertada, mientras se acercaba y le abrazaba por la cintura de nuevo.

-No, no te acerques – Alison le tomó del abrazo y le botó al sillón.

-Hey! – Hizo un puchero Amy – acaso…

-Silencio – le calló la muchacha frunciendo el ceño y con la mirada seria – debes aprender a controlarte Amy, a mí también me gustó estar contigo y quiero repetirlo; pero debes aprender a controlar tus instintos que creo que están más humanos que los míos…

-Pero Alison… nos amamos… y esa es la forma de demostrárnoslo – excusó Amy – ¿cómo puedo controlar mi amor por ti? ¿O es que los humanos saben hacerlo también? Controlar el amor que pueden sentir…

-… - “somos los menos capaces de hacer eso…” se dijo a sí misma Alison – no…

-¿Ves? Alison quiero estar contigo – a pesar de que Amy había cambiado mucho, sus ojos mantenían aquél brillo sincero y dulce.

-Y yo quiero estar contigo – resopló Alison acercándose a la chica. Con sus manos abrió las piernas de Amy con delicadeza. Y se acomodó sobre ella para besarle dulcemente en los labios. Sintió las piernas de su ángel cerrarse sobre su cintura, aprisionándole con suavidad. Mientras sus manos recorrían su espalda – no – se separó de repente y le señaló con el dedo – contrólate Amy.

-Pero… - Alison le calló con un beso apasionado, metiendo su lengua en su boca. Posó sus manos en sus costados y subió hacia sus pechos lenta y profundamente, cuando llegó a ellos los presionó y hundió sus dedos en ellos – aah… - suspiró Amy, llevando sus manos a los glúteos de la muchacha, quien al sentirlas, se separó de nuevo.

-No Amy, contrólate – le dijo de nuevo.

-Alison – Amy le miraba suplicante.  La muchachita se acercó a su oído y lo mordisqueó un poco, lamiéndolo, cuando se separó le susurró al oído.

-Voy a enseñarte lo que puedes sentir si te controlas…

El ángel ya no hizo ningún esfuerzo por tocar a Alison, sólo se entregó a sus tiernas caricias y a sus besos, obedientemente se quitó la playera cuando ella se lo ordenó. Incluso se quitó el sujetador sin poner objeción alguna, mientras sentía las manos de su chica jugueteando con su ombligo, con sus costados, acariciando cada centímetro de su piel. Su boca succionaba sus pechos al tiempo que sus manos bajaban su pantalón, acariciando sus caderas, sintiendo todas esas corrientes eléctricas que provenían desde su entre pierna, sentía cómo se humedecía. En realidad aún no entendía ninguna de sus reacciones físicas; pero le gustaba, de verdad le gustaba cómo se sentían y más aún que sea Alison quien las causase.

Alison jaló a Amy al borde del sofá y bajó besando aquél abdomen que le gustaba tanto. Quitó por completo el pantalón y la ropa interior de Amy. Y allí al borde del sofá como estaba, se arrodilló entre sus piernas, observando encantada esa zona ahora muy húmeda de Amy.

-Espera Alison… - decía la chica - ¿qué vas a hacer? – mientras sentía las manos de la chica abrir sus piernas con delicadeza y metiéndose bajo sus glúteos, sintió una fuerte corriente eléctrica y sólo cerró sus ojos, lanzando un gemido suave.

-Qué bien huele aquí…  - musitó la muchacha acercándose a su intimidad. Con sólo sentir la respiración de Alison tan cerca de esa zona, Amy comenzó a agitarse y a gemir cuando sintió la lengua de la chica acariciándole en ese lugar.

-Aahh…Ali…aahh… - gemía. Era una sensación muy nueva para ella, se sentía delicioso y hasta ese momento no sabía que también podía besar ese lugar de Alison, quien continuaba con sus caricias, concentrada en otorgarle a Amy el mayor placer del mundo, succionando ese punto débil tan sensible y delicioso, tan dulce, tan húmedo…

Una de sus manos se aventuró a tocar la entrada de la chica, quien estaba cada vez más agitada, pronto llegaría al orgasmo. Entonces Alison introdujo en ella dos de sus dedos y los movió muy despacio de adentro hacia afuera. Parecía que Amy iba a perder la razón en cualquier momento, y la perdió, pues se le fue el aire por completo y su espalda se contrajo mientras soltaba un fuerte gemido. Alison se detuvo hasta que la chica recuperara el aliento.

Se levantó y subió a besarle dulcemente.

-Te amo – le dijo suavemente mientras se abrazaba a ella.

-Yo…también… te amo – jadeaba Amy mientras se recuperaba, correspondiendo el tierno abrazo.

Cuando ambas ya estuvieron tranquilas y con la ropa cambiada, salieron a comer algo a algún restaurante de comida rápida.

-Eso fue genial O.o – decía Amy mientras caminaban – no sabía que se podía hacer todo lo que tú hiciste, aún se sienten débiles mis piernas – sonrió apenada.

-Iremos a sentarnos a alguna parte – rió Alison abrazándose a su ángel, por primera vez sentía amor en su interior. Era muy diferente a lo que había sentido incluso cuando Amy sólo “le gustaba”. Ella era humana y sentía ese amor tan profundo dentro de su corazón, quería quedarse por siempre así con Amy, como en un cuento de hadas, sabía que en cualquier momento su ángel tendría que mudarse a otro lugar alquilado con lo que trabajase; pero quería soñar con que siempre estaría a su lado, durmiendo abrazada a ella, dándole calor, calmando sus pesadillas, pudiendo amarle de todas las formas a cada momento de su vida.

Ella también quería entregarle su vida a Amy, así como ella le entregaba su vida cada día.

Ella era el ángel que le había enseñado a amar…

Fin del capítulo :3

Ese fue el capítulo 8!!!! Espero les haya gustado, el siguiente que dejo es de Encuentro Accidental... o de Suspiros.. bueno, depende de cómo vaya la inspiración jaja... Estos capítulos los dejo un poco cortos; pero ya el siguiente será más largo. Agradecer como siempre por sus comentarios...

Condesa de Rostau, alanna, lokii, angeles2875, ross2712, braguitas, aurora la diosa, HombreFX, Zoe, Ambar, leti88, absa, lisa, karina, johanita89, johpssi21.

Bueno, espero sus comentarios sobre el capítulo y gracias por leerme y valorarme tambien!! Saludos!! ATTE: Wind