Suspiros 7

...El gusto por los placeres humanos...

7 Séptimo

Al día siguiente, la mañana no pasó tan normal. Alison se había despedido de Amy en la parada del bus de la escuela. No dejaba de tener una expresión radiante de atontada sonrisa y ojos que brillaban como nunca antes lo habían hecho, recordaba a cada segundo a su ángel y aquella maravillosa noche que habían pasado juntas. Durante clases, miraba hacia la ventana y suspiraba, se ponía a escribir “AMY” en su cuaderno y sonreía.

No entregó su trabajo de Filosofía, cosa por la que su joven maestra le regañó. “Tuvieron tres días de fin de semana para hacer ese trabajo”. Pero no le importaba en lo más mínimo bajar sólo diez puntos en la materia en ese bimestre. Poco le importaba el resto del mundo, estando invadida por la felicidad que le traía Amy, su ángel.

-Pensé que siempre hacías los trabajos – le habló Laura, quien se sentaba delante de un chico que se sentaba a su lado.

-Amm… - despertó Alison de su ensueño, asustada, tapando el nombre que había escrito en su cuaderno – esta vez no tenía ganas… - intentó sonar amigable, no iba a dejarse molestar de nuevo por esa chica.

-Espera, ¿qué dice ahí? – preguntó la muchacha habiendo observado cómo la chica había tapado su cuaderno urgentemente.

-Hey – se enojó Alison – eso… amm… es personal…

-Joo… - se burló Laura, mientras la profesora se acercaba a ella para recoger el trabajo.

-Laura… ¿hiciste el trabajo? – preguntó la maestra mirándole raro. Alison lo notó; pero no dijo nada, no quería entablar más conversación con aquella chica que sólo le traería problemas y más peleas y molestias de las que quería aguantar.

-Por cierto – pero insistía con hablarle de nuevo – ya no usas gafas, cuatro ojos, ¿cambiaste por lentes de contacto o algo así?

-No es de tu incumbencia – frunció el ceño Alison.

-Ah no? Y… ¿quién es esa Amy? – le preguntó con un tono molesto. La muchacha de cabello castaño le miró enojada y a la vez dolida, le dolió cómo había llamado Laura a su Amy… esa…

-No molestes… - gruñó Alison volviendo a su cuaderno, mientras oía la antipática risa burlesca de la chica.

En poco tiempo logró olvidarlo y sus pensamientos volvieron a su ángel, quien seguramente ya estaría de camino a la escuela para recogerle. Sin embargo, a decir verdad, le incomodaba el hecho de que Laura, aquélla chica molesta, haya visto “Amy” escrito en su cuaderno, podría comenzar a divulgar cualquier cosa. Y lo peor era que a cada segundo se daba la vuelta para dirigirle una molesta mirada de burla o “complicidad” burlesca.

Aguantó así hasta la salida, quiso salir rápido; pero una vez más, Laura y su grupo le molestaron, le empujaron y esta vez arrojaron sus cuadernos por la ventana, haciéndolos caer unos dos pisos hacia abajo.

-CUÁL ES TU PROBLEMA!!! – explotó Alison empujando a Laura, quien sólo se alejó riendo, sabiendo que un empujón no se comparaba a las molestias que le causaría el bajar los dos pisos por todas sus cosas, acomodar los lápices y bolígrafos en el pequeño estuche y subir corriendo de nuevo hasta su curso. Mientras hacía todo aquello con molestia pensando en que justo ahora que quería ver a Amy lo más pronto posible, venía esa tipa Laura y le perjudicaba de esa manera.

Los buses abandonaron la escuela y los pasillos ya estaban más vacíos. Se preguntó por un momento si Amy estaría preocupada por ella, se apuró lo más posible en guardar sus materiales en la mochila y salió del curso, cerrando la puerta silenciosamente detrás de ella. Pasó por varios cursos casi corriendo. Luego pasó por la dirección, subdirección, en fin, un sinfín de salas y laboratorios. En el camino, pasó por el gimnasio en donde pasaban deportes. Fue allí donde se detuvo un momento, al haber oído extraños sonidos. Frunció el ceño y la curiosidad mató al gato, pues aunque prefería correr donde seguramente estaba Amy, se quedó a investigar qué sería el sonido aquél que provenía de uno de los vestidores del gimnasio, entró a éste silenciosamente. Qué raro, a esa hora el lugar solía estar cerrado.

Caminó con suaves pasos por el medio de la cancha de baloncesto, dejó su mochila en medio de ésta para sentirse más ligera y continuó el camino. Los sonidos ya se oían más claramente. Parecían suspiros, tal vez simplemente sería alguien que acababa de jugar un partido de baloncesto o haber practicado un poco con los aparatos que había allí.

Pero a medida que se acercaba a los vestidores, los sonidos se iban diferenciando entre suspiros… y gemidos. Su corazón dio un vuelco de susto y sus pasos se detuvieron. ¿Qué rayos? Había dos personas en los vestidores y aunque reconocía el sonido; su curiosidad aumentó aún más, pues una pregunta más se le vino a la mente “¿Quiénes serán?” mientras mil veces pasaba por su mente la misma frase “La curiosidad mató al gato, la curiosidad mató al gato”. Finalmente llegó a la comisura de la puerta de los vestidores femeninos, que era de dónde provenían los sonidos.

Se quedó completamente helada al ver de quiénes se trataba, era demasiada impresión para un solo momento y sabía que esta vez ya no aguantaría y sí le daría un ataque cardíaco o infarto; peo espero en vano, pues el desmayo ya no se le hizo presente, sólo su mente se le puso en blanco y sus piernas temblaban.  Quienes estaban ahí, eran Laura y la maestra de Filosofía… no podía haberles encontrado en una situación más comprometedora. Laura yacía con la blusa de la escuela abierta, el sujetador desacomodado, dejando ver uno de sus pechos (a lo que Alison miraba así ---: O.O), se notaba su ropa interior inferior a mitad de los muslos y la mano de la maestra allí metida entre la falda escolar de la chica. Alison se quedó perpleja y demasiado desconcertada.

-Aaahh… - gimió fuertemente Laura; pero la mujer le tapó la boca con su mano, con delicadeza.

-Shh… nos van a oír… - le decía la profesora. Dios mío, Alison se quería pegar un tiro y echar a correr. Cuando vio que su compañera se aferraba a la espalda de la mujer y su mirada fue hacia la comisura de la puerta, distinguió a Alison y le miró horrorizada. “Rayos!!!!” pensó la castaña al haber sido descubierta “curioseando”. Salió huyendo de allí, recogió sus cosas y salió corriendo del gimnasio, deseando no haber sido tan curiosa, hubiera preferido no descubrir semejante cosa. Rayos!! ¿Qué rayos era eso? Laura enrollada con la maestra de Filosofía, es cierto, no lo podía negar, aquélla maestra no aparentaba más de veintidós años y era más una “Auxiliar” que una maestra de verdad. Era muy guapa y todo lo que todo el mundo quisiera; pero Laura… bueno no le sorprendía tanto que esté metida en “problemas”; ¿pero ese tipo de problemas?

Llegó por fin, donde Amy, le vio sentada, con la cabeza agachada. Como durmiendo.

-Amy!!! – le gritó a la vez emocionada y a la vez horrorizada.

-Alison!! – la chica levantó la vista y fue corriendo hacia ella; pero al instante sintió su corazón inquieto, le abrazó tiernamente; pero sobre el mismo abrazo le dio un beso en la cabeza - ¿estás bien Alison? Te noto… Alison te noto impresionada…

-No sabes lo que vi – le dijo horrorizada y le contó lo que había visto, mientras salían de la escuela y caminaban hacia su casa. Amy sólo escuchaba atentamente, y se sorprendió graciosamente cuando la chica terminó de contar.

-Pero Alison… - le dijo abrazándole por los hombros mientras caminaban – no tienes por qué preocuparte por eso – le dio un beso tierno en la mejilla – esa compañera tuya, pues sabrá lo que hace…

-Mmm… es cierto… pero… me impresionó la imagen… - replicaba la muchachita, aún aturdida.

-Lo sé… - sonrió Amy – pero tranquila, yo estoy aquí…

-Amy… - Alison volteó a mirarle, sonriente y radiante. Le encantaba que la chica sepa cómo calmarle, con sólo un toque, unas palabras de sincero amor. Con toda la libertad se acercó a darle un beso muy tierno en sus labios, Amy rió emocionada y recogió el sabor del beso con su lengua.

-¿Ya estás más tranquila? – le preguntó mientras se dirigían a su casa.

-Algo…

-Te noto distraída Alison – hizo un puchero Amy – como que… ¿creo que te importa mucho eso no?

-Eh? – la muchachita levantó la vista y le miró – no Amy, no me importa mucho eso, ¿en qué piensas eh?

-No me dejarás de lado verdad… - le miró suplicante con los ojos vidriosos.

-No Amy, ¿cómo crees? – le sonrió – yo te amo mucho – se abrazó a ella.

-Entonces deja de pensar en Laura y esa maestra – le dijo tiernamente; pero parecía una orden. Alison le miró O.O al darse cuenta de que tal vez Amy se sentía incómoda con la preocupación ajena de Alison.

-Eh? Entonces tú no estés pensando ni preocupándote por otros humanos – le dijo entrecerrando los ojos; pero lo hacía más como un juego, mientras pronto se aproximaban a su hogar.

-Yo sólo te protejo a ti – frunció el ceño Amy, pronto Alison se dio cuenta de que la mirada de la chica era diferente. Le sonreía raro.

-Ah si? – se enojó Alison, divertida – ¿y ese humano que ayudaste el otro día? – se acercó a la puerta y la abrió, mientras Amy iba tras ella y cerró la puerta – Tú no sólo me ayudas a mí – replicó caprichosa mientras botaba la mochila de la escuela a un lado del sillón.

De repente sintió los brazos de Amy rodeando su cintura, dio un respingo y se sintió empujada hacia adelante. Sus rodillas se chocaron en el sillón y tuvo que apoyar sus manos en el espaldar.

-Espera Amy – se alarmó - ¿qué haces?

-Te amo Alison – oyó la voz de la chica en su oído, luego con un estremecimiento sintió sus labios besarle suavemente su cuello.

No podía ser, ¿de verdad Amy se había invadido de los sentimientos y sensaciones humanas? Comenzó a sentir sus manos recorriendo su estómago, luego subió a sus pechos y los apretó suavemente.

-Hey – musitó, comenzando a excitarse. Mientras Amy comenzaba a abrirle la blusa de la escuela, para quitársela.

-Alison… te amo – decía la chica, quien seguía acariciándole tiernamente por todos los rincones de su cuerpo – soy sólo tuya… soy sólo tu ángel – le decía al oído.

La muchachita se estremecía con cada palabra, con cada roce, con cada caricia. Pero recordó el montón de deberes que aún le quedaba por hacer, también recordó la montaña de cosas que no había presentado ese día. Las olvidó cuando sintió la mano cariñosa de Amy subir su falda y tocarle la entrepierna directamente, apretándole con ternura.

-Aahh… espera… - resopló, suspirando y gimiendo.

-Te amo… - oyó de nuevo, no, así no podía resistirse; pero las preocupaciones y el descubrimiento de aquél día le invadían la cabeza a la vez que disfrutaba el estar con Amy, quien metió su mano bajo su ropa interior y metió un poco sus dedos para acariciar directamente ese punto tan débil.

-Ayyy – Alison contrajo la espalda y elevó la vista al cielo una vez más, cerrando los ojos al sentir cómo se humedecía en los dedos de su ángel; pero intentó volver a la realidad – rayos… Amy… - quitó la mano de la chica con suavidad y se dio la vuelta, jadeando, apenas recuperándose – perdona… d-debo hacer deberes… tengo mucho que hacer… anoche no los hice porque…

-Porque estabas conmigo… - se entristeció Amy – bueno… entonces no te distraigo más… - se notaba su semblante de tristeza.

-Cuando acabe con todo… estaremos juntas – aseguró Alison dándole un beso en la boca.

Pero no fue así, aquélla noche se quedó hasta las dos de la madrugada haciendo todos sus deberes. Amy esperó en vano y simplemente se echó en cama y esperando a que Alison se acostara a su lado, cayó en sueño profundo. El último trabajo que le tocó hacer fue el de Filosofía, recordó lo que había visto en la mañana en la escuela; pero a decir verdad, el haber descubierto a Laura en una situación así… le daba ventaja sobre ella, pues podía amenazarle con que lo contaría todo si es que ella se atrevía a insinuar algo acerca de ella y Amy. Sacudió la cabeza, ¿qué hacía ella pensando en hacer chantajes de ese tipo? Sólo en último caso, en una instancia demasiado urgente lo diría.

Al día siguiente despertó a la hora de siempre. Lo primero que vio fue a Amy, sonrió para sí misma, observando lo bella que era cuando dormía, lo angelical que se veía. Levantó su mano y acarició su cabello. Poco a poco, la chica fue despertando con sus caricias, le miró sonriente; pero al instante frunció el ceño, entrecerró los ojos y volteó, enojada.

-Eh? – Se alarmó Alison - ¿Qué pasa? ¿Estás enojada?

-Me prometiste que estarías conmigo anoche – oyó su voz debajo de los cobertores de la cama – y no lo hiciste…

-Me quedé haciendo cosas hasta muy tarde – explicó la muchachita – anda Amy no te enojes conmigo… - acarició su cuello y le dio un beso en la nuca.

-No – decía la chica negando con la cabeza.

-Sí – reía Alison, dándose cuenta de que la chica estaba tomando actitudes muy humanas, primero los celos a medias y ahora su enojo repentino por no haber podido estar aquella noche con ella – Amy – llamó – no te dejes llenar de los sentimientos humanos…

-Te amo Alison… - se dio vuelta la chica y le dio un beso en la boca, profundo, mientras abrazaba su cintura y la pegaba a ella. La muchacha se dejó llevar por un momento, correspondiendo al tierno; pero muy apasionado beso, rodeando su cuello con sus brazos. Abrió los ojos sorprendida cuando sintió que Amy bajaba sus manos más allá de su espalda y aún más abajo llegando a sus piernas y las abría con delicadeza, la volteó y se acomodó sobre ella.

-Amy… espera… llegaré tarde a la escuela… - decía Alison urgentemente, aunque realmente prefería quedarse allí; pero perder un trabajo en una materia era una cosa, perder todos los trabajos en todas las materias era algo diferente, y si lo hacía perdería la beca de estudios que le mantenía allí.

Gimió sorprendida cuando Amy comenzó a moverse contra ella, rozando sus intimidades fuertemente. Rayos, ¿en qué momento la chica había llegado a tenerla tan dominada? Supuestamente era un ángel que no entendía sobre esas cosas y Alison sí, porque era humana; pero de repente parecía que él ángel entendía más que ella misma.

Rápidamente Alison se entregó al placer que la chica le estaba entregando. Cuando se detuvo la echó a un lado, apenas podía levantarse.

-Hey Alison… - llamaba Amy – quédate un momento.

-Me quedan quince minutos antes de que llegue el bus – decía la muchachita, apurada, vistiéndose con el uniforme de la escuela, fue al baño y volvió con un vaso de agua.

-Eh? :D – le miró el ángel, con una sonrisa atontada; pero Alison, una vez más, le echó el agua en la cara – aj waaj!!! - Se quejó Amy – me ahogo!!

-Bien merecido – rió Ali malévolamente. Pero pronto se agachó y le dio un tierno beso a la chica en su nariz y luego en sus labios, a lo que ella rió – Te amo Amy, nos vemos a la salida de la escuela – se despidió y se fue corriendo.

Aún no dejaba de sentir aquello en ese lugar, el haberse frotado con Amy tan rápido y haber llegado a mitad de clímax le había dejado con una sensación permanente que no pasó ni en todo el camino del bus hasta la escuela. “Rayos, ¿qué me hizo?” se decía a sí misma mientras subía a su aula y pensaba en lo mucho que había cambiado Amy de la noche a la mañana.

¿Qué le pasó a mi ángel?

Fin del capítulo :3

Muchas gracias por leer este episodio ^^ espero subir el siguiente lo más pronto posible. El siguiente que subiré es Encuentro Accidental. Gracias por comentarme a

HombreFX, JULXLS, marie, verdecita, lokii, angeles2875, alanna, Ambar, Rebeca, Camilay, aurora la diosa, Smile, Uma, Arianna, Zoe, leti88, tibe32mrb, Condesa de Rostau, yasy, PATYLOVE, ross2712, marce

Muchas gracias por comentarme y valorarme y tomarse el tiempo de leerme ^^ Espero seguir mejorando y espero este capítulo haya sido de su agrado. Se los quiere! Espero sus comentarios! ATTE: Wind