Suspiros 6

...La historia del ángel que se dejó llevar...

Disculpen la demora del capítulo; pero aquí viene...

6 Sexto

Aquél fin de semana, en el sábado por la tarde, Alison salió con Amy a comprarle ropa. Compraron un par de playeras, una sudadera y un pantalón, no eran cosas muy caras pues la castaña no tenía tanto dinero, de hecho estaba utilizando lo de la semana y la mitad del dinero del servicio del bus escolar, pues como comenzaría a volver a casa caminando no debía pagarlo completo.

Esa tarde con la chica en realidad fue muy divertida, fueron a un centro comercial de esos grandes que la gente suele frecuentar, donde encontraron heladerías y puestos de comida, donde comieron luego de hacer las compras.

-Waaa… - se quejaba Amy – esto está frío :D – mientras comía un helado de chocolate.

-Jaja… - reía Alison mirándole con los ojos brillantes, comiendo un helado de alguna fruta exótica del amazonas (xD) – pues así es el helado… pero es delicioso, ¿o no?

-Siii – decía emocionada la chica del cabello largo, mientras comía con ese apetito que ella solía tener – siempre te vi comiendo estas cosas; pero no sabía que sabían tan bien…

-¿Qué los ángeles no comen? – preguntó animada Ali, dejándose llevar por lo mucho que sentía por esa chica – o te servías puré de nubes o sino lomito de arco iris… jajajaja

-No te burles Alison – reía Amy – nosotros no comemos, no lo necesitamos… pero este cuerpo mortal tiene mucha hambre…

La castaña rió un poco mientras le observaba radiante, su compañía era realmente hermosa.

Pasó un poco el tiempo y ya volvían a su casa. Amy traía la mochila que habían llevado para guardar lo que comprasen, idea de Alison “no pienso llevar cosas en mis manos ¬¬, hay que ser prácticos en esta vida” había dicho. Así charlaban animadamente sobre cualquier cosa, la castaña ya le informó a la chica que en domingo su hermano no tenía clases en la universidad, entonces se quedaría con ella todo el día y hasta que llegase la hora de su trabajo nocturno de guardia de seguridad, entonces Amy debía mantenerse oculta todo el día, su hermano no podía verle.

Llegaron a casa y subieron al cuarto de Alison, Amy sacó la ropa que habían comprado y la miró atentamente. La castaña se echó en su cama observando al ángel, no podía evitar sentir las mariposas en el estómago; pero decidió controlarse, al menos por ahora.

-Considéralo un regalo de mi parte – levantó el pulgar Ali, sonriéndole a la chica, quien le miró de igual forma.

-Gracias – sonrió Amy, acostándose a su lado y abrazándose a ella. De rato en rato a Alison le daba la impresión de que eran una pareja o algo así, se daban besos, se abrazaban como si nada de una manera muy especial, salían, Amy le abrazaba mientras caminaban “Así siento que te protejo mejor” le decía. Suspiró para sí y naturalmente comenzó a acariciar el cabello de la chica – Alison… - llamó Amy.

-Si? – respondió la muchachita en un gruñido al haber estado a punto de dormirse.

-Te amo – le dijo.

Alison sólo rió, prefirió ya no dejarse perturbar por esas palabras, porque sabía que era diferente, a pesar de que le gustaba que el ángel le dijera eso.

-Alison… - volvió a llamar la chica.

-Sí?

-¿Por qué dices que la forma en que te amo es diferente? – preguntó curiosa mientras apoyaba su cabeza en su pecho. Alison yacía disfrutando mucho de aquéllos contactos que tenía con la chica.

-Porque… porque… - pensó un momento mirando al techo – el amor del que te hablo es pues… un mundo sólo de dos personas, no existen otras… cada una le entrega su vida y su amor a la otra… es mutuo…

-Entonces… lo mío es diferente porque tú no me amas? – se desconcertó Amy; pero ya se notaba un semblante triste.

-Me gustas… - se dignó a decir Alison sin despegar su vista del techo – pero es diferente al “gustar” que tú crees…

-¿Te gusto?

-Sí… - tomó aire decidiéndose de una vez a decirle, aunque ella no entendiese – me gusta tu forma de ser, me gustan tus ojos, tu cabello…

-No entiendo…

-Lo sé – resopló Alison liberándose del abrazo y levantándose – iré a ver qué podemos comer o algo…

Así pasó aquél fin de semana. En domingo Alison pasó todo el día con su hermano, Amy, bajo indicaciones de la muchacha se ocultó en el cuarto de ésta y no salió para nada, recibiendo comida que Ali le llevaba de rato en rato a escondidas. Era difícil tenerla allí sin que nadie más aparte de ella se diera cuenta. Agradeció por un momento que sus padres trabajaran en el extranjero.

Ya en la noche, su hermano de nuevo se fue a su trabajo nocturno. Alison no sabía cómo él aguantaba trabajando tanto y estudiando a la vez. Fue a su habitación y recordó la montaña de deberes escolares que se había acumulado desde el viernes hasta todo el fin de semana. Le había distraído mucho el estar con Amy desde la tarde del viernes, todo el día sábado y todo el día domingo con su hermano.

Amy entre-abrió la puerta del ropero y sacó la cabeza.

-Ya puedo salir? – preguntaba.

-Sí, ya puedes – decía Alison distraída, arrojando al escritorio todos los cuadernos y libros que iba a utilizar – mi hermano ya se fue a trabajar.

El ángel salió del ropero y se echó en la cama de Ali a observarla como siempre hacía cuando ésta se sentaba a hacer sus deberes. Pero algo había cambiado en su mirada desde aquella vez en que la muchachita se dejó llevar y llegó a tocar uno de sus pechos desnudos. Amy no lo entendía; pero le alarmaba la sensación que se hizo presente en su cuerpo. Además, hace unos días, cuando le daba besos y abrazaba a Alison, sentía un cariño y amor profundos, un instinto de protección natural que le hacía desear estar a su lado siempre; pero ahora, había cambiado un poco ese sentimiento, además del cariño y amor profundos, podía sentir distintas reacciones en su cuerpo, por alguna razón se ponía nerviosa, sentía deseos de que los besos y abrazos se ampliaran más, se estremecía cuando a Alison se le escapaba un “te quiero”.

La última conversación que tuvo con la muchachita, le había alegrado; pero por alguna razón sentía incomodidad en su corazón, como si le hubiera lastimado. Como si el oír aquél “me gustas” que aún no terminaba de entender, le hubiera alegrado el alma; pero a la vez le hubiera entristecido el hecho de que Alison, a pesar de haberle dicho eso, se portara indiferente con ella, se soltara de sus abrazos, no quisiera recibir besos a ratos. ¿Qué era eso de los besos en realidad? ¿En verdad podía dárselos? ¿En verdad era un cariño normal entre los humanos? ¿Y entonces por qué no le daba besos a su hermano? Pero espera, había visto a ese chico y a esa chica en el parque, dándose besos. Recordó las palabras de su humana “Ese amor es diferente” ella tontamente había dicho “¿Entonces puedo darte besos?”; pero ahora que se daba cuenta… Ese amor es diferente… ES DIFERENTE… Si era diferente, ¿por qué Alison se dejaba besar? ¿O es que eso también era otro tipo de amor? Pero espera, ¿por qué de repente se ponía a analizar todo eso? ¿Qué había cambiado en ella? No sabía qué; pero algo había cambiado en ella desde que Alison le tocó de esa manera…

Pero por alguna razón, sabía que el momento en que la muchachita le tocó, tan suavemente, con aquéllas temblantes manos… no fue el momento en que todo cambió, más bien fue el momento en que SE DIO CUENTA de que algo había cambiado. ¿Qué rayos le pasaba? ¿Podría Alison responder a sus dudas? ¿Sacarle de aquella incertidumbre tan nueva? Siendo un ángel… ¿cómo era posible que sintiese eso? ¿O es que un cuerpo mortal era más débil? ¿O aquélla humana le había hecho algo? ¿Por qué de repente sentía esos deseos distintos de tenerla cerca de ella? Aquél domingo había sido una tortura, no había podido darle besos ni abrazos en todo el día, no había podido verla, no había podido expresarle… su amor…

No tenía la sonrisa de siempre, miraba a Alison seriamente, con el ceño fruncido. Comenzó a respirar más rápido, cómo asustada. La muchachita oyó su respiración y levantó la vista.

-¿Qué sucede Amy? – le preguntó neutral.

-Nada… estoy bien – respondió la chica con voz débil.

-No parece… - se preocupó Ali; pero al instante bajó  la vista a sus cuadernos y continuó con su tarea.

Amy sintió un dolor en el pecho… ¿por qué le era tan indiferente? ¿Por qué actuaba como si no le importara? ¿Por qué había momentos en que le hablaba bien e incluso le sonreía, y otros en los que le trataba así, de esa manera tan indiferente? ¿Por qué de repente le lastimaba?

-Alison… - comenzó a desesperarse, ella de nuevo le miró.

-¿Qué sucede? – le preguntó con las cejas levantadas.

-Alison…

No sabía realmente lo que quería decir, de la nada el miedo se apoderó de su ser. ¿Qué rayos era eso? Un temor extraño le inundó el corazón, el temor de que esa muchachita la dejara de lado, que fuera así de indiferente con ella, que le olvidase… Y sintió aún más sufrimiento cuando observó que Alison volvía a lo que hacía, sin importarle… lo que estaba sintiendo…

-Alison!! – le gritó por primera vez, sentándose en la cama, apretando los puños, no sabía qué le pasaba y eso era lo que más le desesperaba. La chica le miró desconcertada y casi asustada, era la primera vez que oía gritar a Amy, de esa manera, desesperada.

-¿Qué sucede? – preguntó preocupada.

-Mírame – habló angustiada – te extrañé en todo el día, ¿tú no me extrañaste?

-Eh… - Alison le miró confundida, era cierto, le gustaba Amy; pero se había mentalizado de que los ángeles no sentían esas cosas que había intentado mostrar toda la indiferencia del mundo, negando sus propios sentimientos y si le había dicho que le gustaba con tanta confianza era porque sabía o creía que ella no lo entendía.

-¿No me extrañaste? – le preguntó la angustiada chica, sentándose a la orilla de la cama.

-Te extrañé Amy – asintió Alison, aún confundida - ¿qué sucede, estás bien?

-No parece que me hubieras extrañado… - allí estaba, la duda se hacía presente por primera vez en su ser.

-¿Qué? – la muchachita aún no lo entendía, ¿acaso un ángel hablaba así? – espera Amy, ¿en verdad estás bien?

-Alison… no sé qué me pasa… - comenzó la otra, mientras el temor de nuevo se hacía presente en ella – y-yo… q-quiero… e-estoy… m-me d-duele aquí – señaló su corazón. La muchachita le miró sorprendida, con un semblante de tristeza.

-Por qué? – le preguntó - ¿pasó algo? ¿Te pasó algo? – decidió dejar sus deberes para después, mientras se levantaba de la silla del escritorio y se sentaba al lado de la chica, quien le miró con ojos brillosos, un brillo extraño, angustiado; pero a la vez alegre. No era el clásico brillo inocente que ella solía tener, le confundía - ¿por qué te duele ahí? – le preguntó preocupada, mirándole atentamente.

-M-me duele… p-porque… t-te extraño… n..necesito tocarte…. d-darte b-besos… - Amy apenas podía hablar. Alison le miró con los ojos bien abiertos, la boca entre-abierta y el ceño fruncido, no, eso no podía ser, acaso Amy… se había contaminado con los sentimientos humanos…

-No, no… - se levantó de la cama, se dio la vuelta y le señaló con un dedo – tú–no–puedes–estar – sintiendo – eso – le dijo con todas las letras – Tú no lo entiendes! Es muy diferente!

-No te molestes conmigo!!! – suplicó Amy agarrándose la cabeza – siempre te molestas… me dejas… eres indiferente… eso me duele… - le dijo bajando la voz. Alison no podía creerlo, su subconsciente aún no terminaba de creer aquello que estaba oyendo; pero… no, será que eso que sentía Amy era amor… era ese tipo de amor? – deja de decirme que no lo entiendo… Alison… quiero terminar de entender qué es esto que siento, nunca lo había sentido – se levantó y caminó hacia la muchacha – Alison… a esto te referías cuando me dijiste que te gustaba? Era esto?

-Es que no sé lo que sientes… no lo puedo adivinar…

-Dime tú lo que sientes… Alison… dímelo… - Amy parecía desesperada – por favor sé sincera, ya no me digas que no lo entiendo, dímelo…

-Amy… - comenzó la muchachita armándose de valor, tal vez esta sería la única oportunidad de decirle lo que sentía y tal vez, sólo tal vez ella lo entendería. Tomó aire – Amy… me gustas mucho… me gusta tu cabello… tu piel… m-me gustan tus ojos… me gusta tu forma de ser… este tiempo lo he estado evitando y lo he negado; pero… n-necesito tenerte cerca… necesito que me abraces… me desespero si no estás cerca… - tartamudeó – lo he ignorado hoy y parte de ayer… pero… he extrañado tus besos…

-¿Esos besos? No son de un tipo de cariño normal entre humanos verdad? Tú dejabas que te los de… porque sabías que no lo entendía…

-S-sí – le miró sorprendida Alison, al ver que ella entendía – sabía que no lo entendías… y de esa manera… calmaba un poco… esto que siento… - miró hacia el piso – lo lamento, jugué con tu inocencia… jugué con ello… sólo por mis instintos humanos… de verdad lo…

Sintió que la mano de Amy levantaba su quijada suavemente y ella misma se agachaba para besarle tiernamente. Con un estremecimiento que por primera vez en su vida sintió, la lengua de la chica se abría paso entre sus labios para tocar la suya y acariciarla lenta y tiernamente. Fue el contacto más dulce que sabía que nunca olvidaría, se dejó llevar y profundizó más aquél contacto, abrazando a la chica por los hombros, mientras sentía que ésta la tomaba por la cintura. ¿Sus deberes? Los había olvidado, no le importaban en lo más mínimo mientras estuviera ahí con ella, disfrutando de aquél contacto.

Amy se separó de ella levemente y apoyó su frente sobre la suya, mirándole con ternura, su mirada sin angustia había vuelto, como si aquél beso le hubiera calmado; pero esta vez también tenía algo diferente, era esa felicidad completamente diferente que le inundaba.

-Ahora ya entiendo a qué te referías… - le dijo, volviendo a unirse a ella en un beso muy profundo. Tierno; pero más apasionado, pues Alison podía sentir cómo la lengua de la chica comenzaba a jugar con la suya de manera más pícara. “Rayos!!!” se decía a sí misma “qué bien besan los ángeles!!!”

Ali y sus instintos humanos comenzaron a tomar control de ella y comenzó a empujar a Amy lentamente hacia su cama, mientras una de sus manos nerviosas se metía lentamente por debajo de su ropa y recorría su estómago lenta y profundamente, rozando cada centímetro de la piel tan deliciosamente suave de la chica. Llegó a su pecho una vez más y se encontró con el sujetador de Amy, sobre él posó su mano y presionó. Su emoción interna le iba hacer dar un infarto en cualquier momento, su corazón acelerado a mil latidos por minuto.

Amy suspiró de nuevo mirando hacia el cielo al sentir aquélla caricia de Alison, quien le recostó suavemente en su cama y se puso sobre ella apoyándose en sus dos manos y ambas rodillas.

-Amy… no sé si es correcto hacer esto… - le dijo – yo… nunca… he sentido estas cosas…

-No lo sé… - negó la chica debajo de ella – a mí me gusta lo que me haces sentir, aunque no sepa qué es…

-Yo no lo sé a ciencia cierta – comentó Alison; pero a decir verdad le gustaba la posición en la que estaban, Amy recostada allí debajo de ella, mirándole con esos ojos – sólo he llevado algunas clases de Biología y sé de qué se trata todo esto; pero…

-Alison… - hizo un puchero la chica – necesito tus besos…

La muchacha no se hizo pedir más y abrió las piernas de Amy suavemente y se acomodó entre ellas. Su cabello cayó a un lado de su rostro y se acercó a ella a besarla suavemente.

-Eres linda Alison – musitó Amy débilmente, entregándose a los besos de su humana, quien bajó lentamente a su cuello, succionándolo con sus labios, marcándolo suavemente, mientras sus manos recorrían sus costados, desde sus pechos hasta sus caderas… recorrían su cuerpo de arriba abajo. El ángel suspiró nuevamente y su respiración comenzó a agitarse, al sentir cómo la muchacha sobre ella comenzaba a moverse, primero lento; pero poco a poco aumentaba la velocidad – yo también quiero tocarte – dijo Amy, mientras los instintos de su cuerpo mortal, hacían que sus manos cobren vida propia. Le quitó la playera a Alison lentamente, ésta levantó los brazos para facilitárselo; sin embargo, estaba demasiado nerviosa, aunque sabía que Amy le había visto miles de veces desnuda, sentía algo de vergüenza por su cuerpo de chica de dieciséis años.

Alison volvió a besarle mientras quitaba la ropa del torso de la chica, quien reía dulcemente ante aquellas sensaciones. No sabía qué  era exactamente lo que estaba sintiendo; pero le gustaba cómo la muchacha le hacía sentirse, además de que el dolor, la desesperación y la incertidumbre que antes había sentido había desaparecido. “Ella me curó” pensaba para sí mientras Alison besaba su cuello y lentamente bajaba a su pecho y aún más hacia su estómago y su ombligo e introducía su lengua en él suavemente. Amy rió un poco y se estremeció al sentir los suspiros y la lengua de aquella muchacha, quien por su parte se dejaba llevar por todo aquello y continuaba haciéndole caricias que ella nunca se hubiera creído capaz de hacer.

-Te amo Alison… - decía la chica.

-Te amo Amy… - respondía la otra mientras sus manos volvían a temblar nerviosas al querer bajar el pantalón de su ángel; se sintió incapaz… - espera Amy… es mi… mi primera vez… n-no… no sé si pueda…

-Tranquila Alison – le calmó la chica, sonriéndole tiernamente, jalándole suavemente del brazo para llevarla de nuevo hacia su boca, para recibir aquellos besos que tanto le gustaban.

De repente la volteó para ella quedar encima. Sentía el extraño deseo de querer que Ali sintiese aquello que le hizo sentir a ella esa vez en que tocó su pecho… Entonces metió sus manos por debajo de su espalda, lentamente rozando su piel con sus dedos, lentamente desabrochó su sujetador y con igual paciencia lo deslizó fuera de los brazos de la chica, quien rió nerviosa e instintivamente se tapó con ambos brazos. Amy los tomó con la mayor delicadeza posible y los apartó, dejando su pecho desnudo al descubierto.

-Eres linda – le dijo una vez más. Y al ver que sus manos estaban ocupadas manteniendo apartados los brazos de Alison, entonces bajó su boca y delicadamente pasó su lengua por allí, por el centro, justamente por donde había sentido aquella corriente eléctrica en esa vez en que la muchacha le tocó.

-Aahh… - suspiró la muchacha, sintiendo cómo se humedecía su intimidad al sentir los besos y la lengua de Amy en toda esa región. No podía creer que tanta ternura y dulzura fuera posible y era precisamente eso lo que le hacía sentir esas sensaciones tan agradables y deliciosas recorriendo todo su cuerpo. Al tener los brazos aprisionados por las manos de la chica, levantó su pierna y presionó su entre pierna, frotándole un poco.

-Aahh… Alison… - gimió débilmente, mientras su espalda se contraía y cerraba los ojos.

Al ver que le gustaba, la humana retomó la confianza del inicio, liberó sus brazos y volteó de nuevo a Amy. Le quitó el pantalón y la ropa interior en junto, rozándole y acariciándole las caderas en el camino. Podía oír las respiraciones agitadas de la chica, quien se sujetaba a las sábanas.

Alison se levantó y se bajó los pantalones y la ropa interior también, hasta las rodillas, dejándolas caer delicadamente al suelo por sí solas.

-Eres hermosa… - repetía Amy, como si recién pudiera admirar la verdadera belleza que Alison tenía escondida.

Alison rió avergonzada; pero se sentó sobre las caderas de  Amy, teniendo contacto directo con ella y notando lo húmeda que estaba ella. Por un momento rió ante un pensamiento que se le vino a la mente “Su cuerpo mortal funciona bien O.O”, pero lo dejó de lado al sentir las manos de la chica apretarle más contra ella, haciendo que sintiera aquél estremecimiento y su intimidad humedecerse aún más. Comenzó a moverse contra ella rítmicamente, empujándole y juntando sus intimidades aún más. Amy instintivamente apretaba a Alison más contra ella, tenía el deseo de sentirla más, sentir más fuerte aquella sensación que le había invadido desde que habían comenzado con todo aquello.

-Aaaahh… quiero… ahh… sentirte… más… - decía entrecortadamente, su respiración agitada y su pecho subiendo y bajando al ritmo, la muchacha continuó con más fuerza hasta que llegó al clímax. No pudo callar un fuerte gemido de placer, por primera vez había sentido algo así y no podía creer que lo había hecho con un ángel, quien llegó al éxtasis total sólo un momento después.

Ambas gemían rítmicamente, jadeando por aquellas sensaciones tan nuevas.

Cuando todo terminó, Alison se recostó a un lado de Amy, aun normalizando su respiración. Pero con los ojos bien abiertos, como demasiado desconcertada. Recibió un abrazo tierno y otro beso de la chica, no pudo evitar abrazarse a ella cálidamente; pero seguía con esa misma expresión.

-Qué sucede Alison? – preguntó Amy habiéndolo notado.

-Amm… es que… - la muchacha levantó la vista y miró a la chica, dándole un tierno beso corto en los labios – fue mi primera vez y… tú… tú…

-Yo? – sonreía Amy, radiante.

-Eres un ángel – seguía con esa expresión.

-Un ángel que te ama… y ahora entiende ese amor del que me hablabas…

El ángel que se dejó llevar por los placeres humanos…

Fin del capítulo :3

Espero este capítulo haya sido de su agrado y bueno, salió un poco más largo que los anteriores ;) Espero con ansias sus comentarios!!

Gracias por comentarme a leti88, angeles2875, Zoe, HombreFX, karina, alanna, tibe32mrb, alejandra, Paola Gomez, aurora la diosa, Uma, Rebeca, lore18, Condesa de Rostau, ross2712, lokii, Kimberly, TSUKI

Como siempre, aquí andare intentando mejorar. Y bueno sí... al angelito le quitaron lo angelito u.u... desde el anterior capítulo ya O.O como pudieron notar... Gracias por leerme y valorarme!! ATTE: Wind