Susana y Yo

El último fin de semana en Miami Playa, hace ya un tiempo....gente mayor, un gurú del sexo....un día pleno....

Como ya me he leído todos los relatos de mi marido, os voy a contar alguna experiéncia que a él no os ha contado.

Todos sabéis que en alguna ocasion esporádica, le gusta vestirse de mujer.

Se compró una peluca, unos pechos de silicona, que dentro de un sujetador, son de un realismo increible, lenceria, y vestidos.

He de decir que la primera vez que me lo dijo me parecío un punto raro, pero una vez visto como le queda y como se comporta con el disfraz, no puedo hacer más que animarlo a ponérselo más a menudo.

Al tener un cuerpo bastante fino, pese a ser muy alto, da el pego una barbaridad.

Recuerdo que fue por estas fechas, final de verano. Fuimos por última vez a la casa de Miami playa, antes de venderla. Justo allí tenía el disfraz. Vaciando cosas suyas para mandarlas a Barcelona, salió la caja.

Cuando me lo enseño, le pedí que se lo probara. Al principio pensaba que está loco, pero cuando se lo vi puesto, aún y sin maquillar, me puse muy muy caliente.

-vistete también cariño-le dije mientras salía del trastero.

Cuando volví me lo encontre con un vestido negro, con escote palabra de honor, ligueros y unos tacones. El cabrito anda muy bien con tacones, se nota que está en forma.

Le pedí que esperara un momento, me fui al cuarto, me desnudé completamente y volví al comedor con el arnés y un vibrador negro puesto.

-chúpamela nena-le dije en tono exigente.

Karlo, sonrió, y evidentemente me hizo caso. Se sentó en el sofá y empezo a lamer el dildo. Cuando consideró, se dió la vuelta, y se puso de rodillas.

Enloquecí de morbo al subirle lentamente la minifalda, apartarle el hilo del tanga, e introducirle mi pene de plástico. Lo penetré durante un buen rato, hasta que tuve un orgasmo. Entonces se dió la vuelta, abriendo bien las piernas y masturbándose a la vez.

Su leche me supo a glória.

-esto tenemos que aprovecharlo cariño-le dije mientras me ponía en pie.

Aquella noche teniamos una cena con unos amigos suyos holandeses, con los que ya había tenido alguna relación (la he leido en algún relato).

Como eran mucha gente, no teníamos claro que podía pasar, pero nos pusimos deacuerdo rápido en que iría vestido de Susana.

Pusimos el vestido en la lavadora, y salí a comprarle ropa interior nueva, ya que la que tenía llevaba mucho tiempo en una caja. Le peine bien la peluca, y sacamos brillo a los zapatos. Increible.

Yo sabía lo de la cena, pero no había traido nada especial estilo putón, así que me compré un disfraz de ninja para niño(no es broma). Era un mono con cuello de color negro.

Soy una auténtica artista con tijeras, hilo y aguja.

El mono, después de abrirlo por los lados, de arriba a abajo, y también las mangas, con un cinturón ancho, me quedaba de vicio. Al ser con cuello, quedaba increiblemente elegante, y sobretodo muy sexy.

-te queda muy bien Anna-me decía el experto en moda de mi marido-pero debajo deberías ir desnuda, del todo.

Tiene toda la razón, si enseñas, enseñas, y sino te pones una sotana.

Me lo probé completamente desnuda, bueno, con un pequeño tanga con los hilos transparentes. Espectacular.

Llego la hora de la cena, y nos presentamos puntuales a la hora. Llevábamos una cajita de Viña Ardanza para los anfitriones, y en mi bolso, diferentes sustáncias para la noche.

Al entrar en el jardín se dieron la vuelta todos. Mi sorpresa fue al ver que no había ninguna mujer, ninguna. Era la única, y conté siete hombres. Todos bastante mayores que nosotros.

-joder Karlo, esto no me lo habías dicho tio-le increpé a mi marido en un segundo que nos dejaron solos.

-cuando me vi con ellos eran menos. Pero tranquila, son gente maja...

-si si, pero podrían ser mi padre, como mínimo.

-mira, nos quedamos, cenamos, y vemos que pasa. Tengo un plan alternativo.

-a si?

Karlo sacó su móvil de mi bolso, y me enseño un anuncio que había colgado en una pagina de contactos:

“Matrimonio bisexual busca amigos para esta noche”

Me dió la risa en aquel momento.

La verdad es que el anochecer fue de lo más agradable. Todos estában pendientes de que no sintiésemos cómodos, y durante la cena, que la hicimos de pié en el comedor, estuvímos muy a gusto.

-me han preguntado si tu sabes de que va el tema Anna-me dijo Karlo con una media sonrisa que me dá miedo.

Yo después de un par de mojitos y alguna copa de vino, ya me miraba la situación con otros ojos. Tenía razón mi marido, en que eran gente muy educada y maja....pero seguía con la sensación que me desnudaban (bueno tampoco era muy difícil) con la mirada.

Karlo, con una habilidad innata en él, abrazándome en un momento que estábamos solos, consiguió que mi mono se abriese mucho. Y este, paso de insinuante a erótico.

-Anna, te apetece acompañarme?-me dijo el anfitrión-quiero enseñarte unas fotografias que tengo colgadas arriba, y Karlo dice que eres experta en arte.

Le cogí la mano, que gentilmente me estaba ofreciendo, y subí arriba, siendo muy consciente de lo que iba a pasar.

Entramos en un despacho, la verdad es que tenia unas fotos colgadas muy muy bonitas, “Sunset all the world”.

Me giré un momento porqué entró otro hombre.

Se puso detrás mio, completamente pegado a mi, y me rodeó con sus brazos. Tuve un segundo de duda, y luego decidí dejarme llevar.

Eran exquisitamente educados conmigo.

Me desabrochó el mono, y se cargó la cremallera (soy buena modista, pero el disfraz era de los chinos). En cualquier caso lo dejé caer al suelo, y me quedé desnuda, nada más que con el tanga.

Me invitaron a tumbarme encima de la mesa del despacho. Uno de ellos metió su cabeza entre mis piernas y empezó a regalarme una rica comida de mi coñito, que rapidamente se humedecio. El otro, no dejaba de tocarme todo el cuerpo, con especial interés en mis pechos.

Se bajó los pantalones, y quedando desnudo también me acerco su pene.

Como soy muy educada, abrí medianamente la boca, para que me la acercara.

Su polla sabía de maravilla.

En un instante, me apartaron el tanga a un ladito, y me penetraron sin contemplaciones.

Mientras yo seguía chupando.

Me incorporé, pués la mesa estaba dura, y me acompañaron a un sillón muy grande. Uno de ellos se sento, y yo encima. Me deslize por su largo pene, y empezámos a comernos la boca.

Si me dicen tres horas antes que acabaria entre dos hombres de casi sesenta años, no me lo creo.

Aún me estaba peleando con su lengua, que otra polla se metía por dentro de mi culo. Increible, el placer, y el saber hacer con el que se comportaban.

Me estuvieron follando durante bastante rato, tenían un aguante fuera de lo normal.

Como la postura no me era muy cómoda, me pidieron que me sentara, entonces me volvieron a penetrar, y el que quedaba solo me lo hacía por la boca.

-prefiero las dos-les dije yo entre carcajadas de mis compañeros de sexo.

Volvímos a la postura inicial, ahora si me apretaban bien, y pasados unos instantes se corrieron más o menos al a vez.

Mi marido me ha enseñado que un pene hay que dejarlo bien limpio, asi que una vez se quitaron los preservativos, me ofrecí a limpiarles sus sexos.

Me ayudaron a vestirme, ahora mi mono era abierto por detrás también, solo el cinturon evitaba que se me viese el culo.

Al llegar al comedor, casi se me salen las pupilas de los ojos: Karlo emparedado entre dos tios que se la estaban metiendo a la vez.

Otros tres hombres se masturbaban y parecían esperar su turno.

Mi compañero de arriba, me cogió de la mano, y me acompaño hacía el.

-me muero de gusto-me susurraba el muy vicioso.

En un acto de solidaridad me desnudé, y me puse a su lado, pegada a el.

Pasaron tres segundos, hasta que el primero se metió por mi húmedo coñito.

Uno de ellos me agarro por la cabeza, levantándomela ligeramente, para introducir su pene hasta mi traquea. Casi me ahogo, pero son sus movimientos cosiguió que li hiciese una auténtica garganta profunda.

A Karlo le dieron un poco de aire, penetrándolo “solo” de uno en uno....bueno, igual que a mi....uno por la boca, y otro por detrás.

Tuve un momento de pleno, cuando un chico me penetraba por mi coñito, otro por mi boca, y un tercero tuvo la idea de poner su polla entre mis tetas, y el mismo masturbarse en ella.

Perdí la cuenta de los orgasmos que tuve, estaba con los ojos medio cerrados. me dejaba hacer por ellos...Eso si, el chichi me quedó rojo como un tomate...

Menuda bacanal.

Acabamos a las doce de la noche (ventajas de cenas/orgía con holandeses, empiezan a las siete).

Cuando salimos de la casa, Karlo soltó la frase lapidária: quiero más.

En el coche, sacó su móvil, tenia como doce mails del anuncio de contactos.

Al salir de la casa del los holandeses, nos fuimos a nuestra casa para darnos una ducha, pues nos convenía.

Una vez allí, nos miramos los correos que teniamos del anuncio que colgó Karlo en la página de contactos, unos 14.

Todos nos pedían fotos nuestras, asi que los contestamos todos con una foto que nos habíamos echo en el momento de salir de casa.

Había propuestas de todo tipo, y nos llamaron la atención dos: un grupo de tres amigos, jovenes, y otra de dos matrimonios, que se dirigian a un club de intercambio que hay en Salou. Pedimos fotos a cambio, y ámbas parecían guays.

Karlo salió de la ducha, y después de maquillarlo, y empolvarnos la nariz para no morir de agotamiento, nos dirigímos a mirar al mail. Nos decidímos por los tres amigos, ya que después de hablar con ellos por teléfono, nos parecieron gente maja y de fiar. Bueno, y en las fotos parecían estar muy buenos.

Karlo dejo clara la situación desde el principio, y estuvieron deacuerdo en todo.

Les digímos que vinieran a casa, pues estában en Cambrils.

Cuando llegaron, a la media hora, aparacieron tres jóvenes de veinticinco años, de Madrid, que justo habían acabado la carrera, y estaban de vacaciones en la playa. Los tres eran gays.

Nos tomamos unas copas, durante un buen rato. Los cinco en el salón.

Uno de ellos nos preguntó si se podían bañar en la piscina, desnudos, y nosotros accedímos gustosamente. Como no.

Vaya cuerpazos tenían chic@s...parecían sacados de la película de Trescientos.

Durante el baño, la conversación subío de tono, y fueron directos al grano.

Nos habían escrito porque les daba muuuucho morbo el que fueramos un matrimonio entre una mujer y un Cd.

Karlo les aclaró que sólo era Susana en ocasiones muy puntuales. A ellos la explicación pareció gustarles aún más.

-Y tú estas buenísima Anna-me dijo uno de ellos.

No pude evitar ruborizarme.

Salímos de la piscina y nos vestímos otra vez. Bueno, sobretodo se vistió Karlo que tuvo la atención de subir al baño a maquillarse.

Su punto de transformación total en Susana, es el momento en el que se pinta los labios.

Cuando bajó, estábamos en las tumbonas que hay en el jardin. Era una noche muy calurosa, y se estaba de fábula. Además el silencio era absoluto.

-quiero que os masturbeis delante nuestro guapos-nos dijo Oscar, que llevo la voz cantante todo el encuentro.

Karlo y yo nos miramos. Ningún problema. Bueno al menos por parte de Karlo.

Mi vena exicibionista no la tenía muy trabajada, aunque os pueda parecer tonta. Y masturbarme delante de tres chicos vestidos y mirándonos fijamente, pues me daba corte.

Como mi marido es experto en estas cosas, y está de vuelta de casi todo, se apartó el Tanga, y saco a relucir su precioso pene.

Yo al verlo, me quise animar, me levanté, deje caer mi “mono ninja” al suelo, y me quité el tanga. Subí una de mis piernas a la tumbona, y me hice un homenaje delante de ellos.

Mi coñito tardo cero en tener un aspecto completamente mojado.

Karlo se masturbaba lentamente, manteniendo su polla erecta.

Oscar se levantó se acerco a nosotros, y después de desnduarse, se sentó entre los dos. Nos pasaba sus manos por nuestras espaldas, como queriendo sentir lo que nosotros sentiamos. Tanto Karlo como yo, aumentamos el ritmo de nuestras pajas. A Oscar se le puso el pene super duro, sin ni siquiera tocarse.

Realmente era como si fuese el quien se estaba masturbando.

Abrí bien los ojos, para ver que los dos chicos se acercaban directamente a nosotros. Se desnudaron, uno se me puso en frente, de rodillas en el suelo. Sin decir ni media me penetró. Fue como si me atravesaran. Mis gemidos quedarons ahogados por los de mi marido, que le estaban haciendo lo mismo.

Mientras, Oscar, seguía sentado entre nosotros, pasando sus manos por nuestros cuerpos. Con el pene completamente erecto. Me tocaba los pechos, mi vagina, la barriga del amigo que me estaba penetrando.

Karlo mantenía sus piernas bien abiertas, y gemía mucho.

En un momento, durante la acción, Oscar gritó que porfavor paráramos: se queria correr. Me parecía increible pues nadie le estaba tocando el pene, pero lo tenía completamente duro, y parecía a punto de estallar.

-Atiendan mi polla porfavor-nos dijo el chico.

Karlo y yo, acercamos nuestras bocas, mientras los dos otros chicos se apartaban. Mi marido empezó a lamer el glande y yo la base. En pocos segundos se corrío en nuestras bocas.

Mi marido y yo nos morreamos durante un buen rato jugando con la leche de nuestro amigo.

Acto seguido, los otros dos chicos volvieron a la carga. Como estábamos de rodillas en el suelo, con Oscar de pié entre medio de nosotros, nos atacaron por detrás “a traición”. Ahora las envestidas eran muucho mas duras. Iban por faena.

No duraron mucho, después de tener mi segundo orgasmo de la sesión, el chico se corrió en mi interior, sacando con cuidado su pene, se apartó para limpiarse.

A Karlo le estuvo dando aun un ratito.

Cuando acabámos, Karlo se puso en pie y se dirigió a Oscar. Lo invitó a darse la vuelta. Oscar se puso de rodillas encima del sofa, y Karlo me hizo una señal.

Primero le chupe la polla un poco a mi querido marido, y cuando la tuvo bien dura le puse un condón con la boca (a el le encanta que se los ponga asi). Me dirgí al culito de Oscar que esperaba atento su turno. Le puse un poco de lubricante con los dedos, con la intención de dilatarlo, pero Karlo no me dio opción y le metió su pene hasta el fondo.

En el salón solo se escuchaban los gemidos de Oscar. Me las ingenié para ponerme en frente suyo, y abrir bien mis piernas. El chico, que és muy atento, me lamió mi coñito durante un buen rato, mientras Karlo le daba duro por detrás.

Los otros dos chicos, desnudos, estaban pegado a mi marido, sobándole todo el cuerpo mientras Karlo empujaba. Le llenaban el cuerpo de besos y caricias, y hacían que empujara más fuerte.

Llevado por el placer Karlo se corrió dentro de nuestro nuevo amigo.

Acto seguido volvímos a la piscina los cinco. Ahor asi era ya de madrugada.

Estuvímos en el agua un buen rato.

La conversación fue muy subida de tono en todo momento. Ellos eran tres compañeros de piso y pareja. Los tres. Oscar era el “macho alfa” como él decía y los otros dos, pues no se...no acabé de entenderlo muy bien. Pero la verdad es que parecían tener mucha química entre ellos.

Oscar nos estuvo contando cosas del sexo Tántrico y nos hablaba maravillas. Nos contaba que mientras nos tocaba la espalda, podía sentir nuestro placer, y que su hubiese podido correr sin que lo tocaramos.

En un momento, estábamos en el agua Karlo, Oscar y yo, los otros dos chicos estaban en al tumbona. Eran las seis de la mañana pasadas. Estaba apunto de hacerse de dia.

Oscar se acerco a mi marido, y empezó a besarlo en la boca (ya sabeis que Karlo no es un gran besucon, pero parecía disfrutar).

-el sol sale por aquel lado de la casa verdad?-nos preguntó Oscar.

Karlo asintió con la cabeza.

Salieron los dos del agua, cogídos de la mano. Oscar invitó a mi marido a sentarse en una tumbona. Acto seguido, se puso enfrente suyo, le agarró la cabeza y la dirigió a su polla. Karlo abrio la boca, y empezó un frances de los que el domina a la perfección.

Los otros dos chicos me hicieron una señal que saliera del agua. Me recibieron con una toalla seca, y me ayudaron a secar el cuerpo. Una vez seca, me llevaron a la otra tumbona. Jugué con la polla de uno, mientras el otro chico entraba en casa a por los condones y el gel. Le dió uno a Oscar, y volvió con nosotros.

Cuando su colega tuvo el pene bien erecto, se tumbó en la amaca. Yo ya sabía lo que tocaba: doble penetración. Y me vuelvo loca solo de pensarlo. Me puse encima suyo, deslizando con mi vagina su dura estaca. Cuando la tuve dentro entera nos besamos durante unos segundos. Los que necesito su amigo para meterme la suya por el culo.

Buff...me siento húmeda solo de recordarlo.

Fue bonito ver el amanecer emparedada entre dos chicos guapísimos con unos buenos penes, y con un aguante fuera de toda duda.

Nos volvímos a meter en el agua, completamente de dia.

Al rato, los tres mozos se despidieron y se fueron.

Karlo y yo, decidímos dejar para la tarde el tema de preparar las cajas para cerrar la casa. Al miércoles siguiente tenía que quedar completamente vacía.

Fue una grata sorpresa, que después de comer, se presentaran en casa los holandeses para ayudarnos a empaquetar. Ocho personas y Karlo dirigiéndonos es una manera muy rápida de preparar una mudanza.

Cuando acabamos nos fuimos a cenar a un Restaurante, ya que Karlo insitió en invitarlos a todos.

Al acabar la cena, solo el anfitrión se vino con nostros a casa, ya que los otros se quedaron tomando unas copas.

Evidentemente, el sabía que venir le traeria premio, y asi fue.

Entre mi marido y yo, le regalamos una estupenda felación a dos bocas, ya que nuestros sexos no estaban para muchas fiestas después de la noche anterior.

Como es un señor muy agradecido, el holandés nos obsequio con una estupenda corrida, que estuvimos encantados de compartir con el...