Susana 7

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– A ver explícame de nuevo por qué hacemos esto – dijo mientras trataba de subir una roca de tamaño considerable

– Para evitar un momento incomodo –  mire hacia atrás para ver que Susana y Gisella nos siguieran el paso, conversaban con toque de hilaridad en sus rostros, ayude a Gabs a subir entre quejas, murmurando que la playa habría sido mejor, la verdad es que el calor no daba tregua pero dentro de poco se haría el atardecer y con el llegaría algo de fresco. Volví a mirar hacia atrás y Susana me regalo una sonrisa no pude evitar sonrojarme y recordar todo lo que sucedió la noche anterior que aun parecía tan surrealista como si hubiera sido un sueño, o mejor dicho, mucho mejor que cualquier sueño que pudiera llegar a tener. Ya en un terreno no tan empinado nos detuvimos, saque una pequeña botella de agua de un bolso que llevaba conmigo y se la entregue a Gabs

–Yo creo que igual hubo un momento incomodo esta mañana cuando estaban desaparecidas– bebió un poco de la botella mientras sonreía de medio lado, a veces es tan difícil quererte Gabs – creí que a tu papa le daría un paro.

–Precisamente, no hacían falta más momentos incómodos– suspire– la condescendencia no es su fuerte.

Era cierto, cuando baje a desayunar mi papa no estaba muy contento, aunque espere un tiempo para bajar después que Susana, parece que no sirvió de mucho. Mi mama sintiendo la tensión en el aire nos dijo que diéramos un paseo, que debía ser buena anfitriona y que conocieran, turistear un poco. Por alguna razón, no decidimos ir a un centro comercial a satisfacer nuestros espíritus consumistas, una montaña que no estaba muy lejos de a casa fue la elección, Gabs sugirió ir a la playa, pero quedando tan lejos para ir en coche, las chicas se quejaron de que sus glúteos tomarían una forma cuadricular.

– ¿cuéntame cómo te fue anoche? – me murmuro mientras veíamos a las chicas a un subir a su ritmo por el empinado camino, solo atine a sonreír como respuesta y es que me salió como algo automático –eso pinta bien, ¿ahora cual es el siguiente paso? – ahí desapareció mi sonrisa, no tenía idea de que pasaría ahora en adelante, no lo había pensando, que te den Gabs. La mire con en seño fruncido y entre una sonrisa burlona gesticulo un “ámame” con labios, le hice un gesto para seguir caminando.

–Por lo menos podríamos haber utilizado el teleférico

–Hacer un poco de ejercicio no te hará mal

–Ya hago bastante ejercicio créeme– espeto con una sonrisa burlona, entrecerré los ojos sabiendo a que se refería.

–si las cosas fueran así la gente estaría las veinticuatro horas del día follando Gabs.

Luego de esto las chicas se unieron a la conversación, el rato transcurrió con normalidad como cualquier otro día de nuestras salidas en grupo, ni me acordaba de las dudas que había tenido ni de lo sucedido la noche anterior. Llegamos a un punto bastante alto donde decidimos parar pues ya estaba atardeciendo, me senté en un roca mirando hacia ciudad, sentí un poco de nostalgia, y me parecía un poco increíble que se pudiera sentir eso por esa bulliciosa ciudad de la que prácticamente salí huyendo por los malos recuerdos.

Susana se sentó a mi lado, como no queriendo interrumpir mi momento, recostó su cabeza en mi hombro con mucha delicadeza. Mi cuerpo se estremeció todo volvió a mi cabeza de un sopetón, tome una de sus manos entre las mías, Gabs viendo la escena se alejo con Gisella. Con la mirada le advertí que no se alejara mucho, dentro de poco anochecería, y mi país por más que me duela admitir, no es precisamente el más seguro.

Estando solas, de nuevo los pensamientos inseguros de que pasaría ahora volvieron a revolotearme en la cabeza, la mire de reojo varias veces esperando que ella dijera algo, tal vez también tenía esas dudas, posiblemente tendría alguna esperanza de que ella iniciara la conversación pero eso no paso. Se veía tan tranquila, tan a gusto, tan cómoda, y no era que yo no lo estuviera pero ya saben ya me conocen mi mente no para.

–deberíamos hablar de…– no pude terminar la frase pues me interrumpió tapando mi boca con su mano, solo pude mirarla, con una mirada y sonrisa divertida, beso mi mejilla un beso sostenido y volvió a colocarse en la posición inicial. Bueno todo eso lo traduje a “no arruines el momento, disfrútalo” y eso hice.

Cuando llegamos a casa ya había oscurecido totalmente, mi madre nos esperaba para la cena, ella se veía bastante tranquila respecto a Susana, parecía hasta agradarle mucho no entendía porque mi padre no podía hacer lo mismo. Cada una fue a ducharse antes de comer cuando yo iba camino a mi habitación pase frente al estudio de mi papa, la puerta estaba abierta así que me llamo al verme pasar. Yo lo salude como de costumbre pero el mantenía el mismo semblante molesto que tenía en la mañana así que me quede cerca de la entrada, se me quedo viendo por unos segundos, se quito sus lentes y los coloco en su escritorio

Le dije que ya me sentía lo suficientemente mayor para decidir que hacía, respuesta que no le gusto para nada, pues solo gruño que entonces seguramente también sería lo suficientemente grande para arreglar mis problemas de nacionalidad, no voy a entrar tema con esto porque es realmente tedioso, pero creo que es de cultura popular que conseguir nacionalidad en otro país hoy en día no es fácil a menos de que consigas siete vírgenes y sangre de dragón, de las dos no tenía ninguna, y el tiempo corre, en resumen estoy jodida.

No quise escuchar mas nada me fui azotando la puerta tras de mí. Nos quedamos un poco más para no hacer tan corto el viaje, yo quería salir corriendo el mismo día, Susana noto mi incomodidad un par de veces pero siempre le cambiaba el tema. Mi mama también me pregunto si todo estaba bien, seguro mi papa no le dijo nada sobre nuestra discusión, con el no volví a cruzar palabra ya todo estaba dicho, ambos podíamos ser bastante soberbios.

Llegue a España feliz inhalando con todo lo que mis pulmones me permitían el ahora de este país que se había vuelto mi segundo hogar, encendí mi móvil, solo tenía mensajes de Patty uno que otro mensaje de otras personas, había uno de Irene, que respondí brevemente para decirle que había estado de viaje y que pronto tendríamos esa charla que le debía. Llegue a mi piso y fui directo a mi cama, directo a dormir, no me interesaba si estaba ordenado o desordenado, necesita un sueño reparador, dormí horas, cuando por fin Morfeo me soltó y recordé que tenía una vida, busque bajo las sabanas desesperadamente el móvil, tenia mas mensajes de Patty preguntándome cuando volvería que ella también quería vacaciones.

Me levante para bañarme y desplazarme donde Patty pero recordé la conversación con papa, revise mi correo por instinto y como era de esperase, me encontré con un correo de él, diciéndome que por cuestiones de su empresa se encontraría muy ocupado un tiempo como  para poder ayudarme con lo de la nacionalidad,  aprecie su correo informativo, pero ya eso me había quedado claro en casa, sabía que tenía que ponerme a trabajar en eso. Salí de mi habitación para ver si Gabs estaba, pero no, resolví llamarla, era la única con la que podía hablar de esto o tal vez solo porque es mi mejor amiga.

–Hola mi amor- respondió tan alegre como siempre

–Tenemos un problema, y no me llames así– entre a mi cuarto luego al baño para encender la ducha

–huy que amargada, ¿para que soy buena? – me acerque a lavado para tomar la crema dental y el cepillo de dientes, por milisegundo note algo de lo que no me había percatado frente al espejo.

– ¿pero qué es...? – Tenía algo escrito en el rostro con lápiz labial rojo –te veo donde siempre en una hora–  le colgué antes de que pudiera decir otra cosa y me puse a descifrar que era lo que decía pues se había medio borrado.

“me iré unos días donde mama. Te voy a extrañar. Besos con amor Susana.”No pude evitar reírme a carcajadas, pues tan en coma había caído después del viaje ¿no la había sentido mientras escribía eso? ya más tarde le mandaría un mensaje para molestarla y decirle que por qué no usaba el Whatsapp como la gente normal.

Llegue al parque donde solía verme con Gabs, ella ya estaba ahí sentada en una banqueta con un juego en sus manos, parecía una niña pequeña jugando con la pajilla entre sus labios. Habíamos descubierto este parque un día estrenando el coche, Gabs quiso detenerse pues pasaban chicas trotando, dice que es uno de sus lugares favoritos para admirar el paisaje. Me saludo de manera eufórica agitando su mano derecha, le sonreí y me senté a su lado.

– ¿Entonces cual es el problema? – murmuro aun con la pajilla entre sus labios mientras veía a las chicas que pasaban trotando al frente nuestro

–No tengo nacionalidad– me miro de reojo como intentando decirme que eso no era algo nuevo –me pelee con papa– ahí si volteo a verme mientras seguía hablando –no va ayudarme– mordió la pajilla –todo es por Susana, ya sabes cómo es.

–Que le den, mi hermanita es un amor– volvió la vista nuevamente hacia al frente, respiro profundo, nos quedamos calladas unos segundos hasta que volvió hablar –yo te tengo una solución sencilla– oh esa sonrisa maliciosa en su rostro, esto no va ser bueno –cásate– me levante de la banqueta como si tuviera un resorte incorporado y mire a Gabs con tal indignación como si fuera el mismísimo Lucifer, ella comenzó a reírse sin tapujos, las chicas que pasaban trotando me rodeaban para seguir su camino y se nos quedaban viendo – vamos ro es la solución más rápida y efectiva–

– ¡y con quién demonios se supone que me case! – dicho esto alguien respondió detrás de mi

–Conmigo podría ser– era Irene, me cogió bastante de sorpresa no esperaba encontrármela aquí, iba en un conjunto deportivo de franelilla y short que dejaban ver lo bien trabajo que estaba su cuerpo, con su cabello recogido por una coleta, se acerco para saludarme con los dos besos sin dejar de mostrarme una sonrisa. Saludo a Gabs desde lejos, esta la veía con cierta indiferencia pero le respondió el saludo para luego seguir jugando con su pajilla

–entonces... ¿andas en planes de boda?

–No, no, no– negué con la cabeza repetidamente– es, es…problema que ya te había dicho una vez que tenia y ya sabes cómo es Gabs con sus ideas locas– la oí refunfuñar de mi pero la ignore

–ya veo…bueno aquí estoy yo– ella seguía sonriendo y yo fruncí los labios en reacción y Gabs debió ahogarse con la pajilla –debo irme– se acerco para darme un beso en la mejilla y para susurrarme al oído –aun tenemos una conversación pendiente– y se alejo trotando así tal cual vino. Me senté nuevamente al lado Gabs que tenía el seño fruncido

–Eso sí que no me lo esperaba, tenia mas en mente que te casaras con mi hermanita– cuando iba a volver a rebotar de la banqueta me tomo del brazo y mantuvo sentada – ¿pues se te ocurre otra idea? Piénsalo es con pin o es con pon. –Yo seguía con mi cara de horror tratando de asimilar todo, se levanto de la banqueta viendo su teléfono– debo irme, Gisella me espera– me dio un fuerte abrazo para despedirse pero antes de marcharse se dio la vuelta para hablar otra vez –en serio ro piénsalo bien, no metas la pata– se fue y yo me quede un rato mas sentada en la banqueta viendo a la gente pasar, independientemente de la vista, era un agradable lugar.

El compromiso no es lo mío, y llámenme tradicionalista pero creo que para casarte, así sea por lo civil, ¡joder! Deberían haber mejores razones que una nacionalidad. Me levante, observe a las personas que también estaban en la grama con sus perros y compre un jugo de esos que tenia Gabs cuando llegue y me marche del parque con un solo pensamiento en mente, que a veces, el mundo puede ser una completa mierda.

Cuando llegue a la disco todo estaba tal cual lo deje, al menos eso me parecía, excepto Patty, podría jurar que estaba hasta más delgada, tenía algo diferente, seguramente sería por el estrés de los últimos días. La mande a casa, debía descansar, pero antes de que se fuera le pregunte si conocía un buen abogado, me miro con total confusión, bueno hay que acabar todas las posibilidades ¿no? Me encerré en mi ofician y me senté frente al pc esperando encontrar a alguno.

– ¿tenemos problemas legales? – me miro Luca con una genuina preocupación, había entrado a mi despacho y se había posado a mi lado, note que llevaba un corte nuevo.

–Nada importante, tranquilo mantendrás tu trabajo– sonreí de medio lado mientras volvía a ver la pantalla y él se relajo.

–Yo tengo una filosofía de vida– me volví de nuevo hacia para que continuara –los grandes problemas se resuelven solos, ya te llegara algo del cielo morena– pues del cielo solo me ha caído agua.

– ¿Luca crees que podrías encargarte esta noche? – me levante de la mesa mientras buscaba mi chaqueta y solo se limito a asentir, confiaba en el, era buen tío –por cierto, ese mohicano…es diferente– me respondió con una sonrisa y me fui camino a mi piso.  Quería estar sola necesitaba pensar estaban pasando demasiadas cosas, y pobre de mí que ignoraban que pasarían muchas más.

Ya en la mañana siguiente me fui muy temprano a la disco, había tenido la noche para pensar, la verdad es que caí en cuenta que poco o nada le prestaba atención al negocio, prácticamente siempre todo se lo atribuía a Patty, ya era hora de que hiciera lo que me correspondía si quería que mis problemas empezaran a desaparecer, tal vez la ausencia de Susana estos días me había ayudado para despejarme, aunque debía admitir, que le echaba mucho de menos, la noche anterior antes de dormir le había mandado una cara sonriente y ella me respondió con un beso, aun no hablábamos de lo sucedido.

Me senté en mi oficina a revisar los libros que llevaban la contabilidad del negocio, quería empaparme de todo, desde cuanto ganábamos hasta cuanto perdíamos,  pero me detuve por un momento algo no me encajaba del todo bien, no quería molestar a Patty ya había trabajado demasiado y le dije que se tomara varios días libres, opte por llamar a Gabs, a ella los números se le daban bastante mejor que a mí, pero no contesto. Intente un par de veces más sin éxito, decidí esperar que viera su móvil y me llamara, en eso que iba pasando los números me tope con el de Irene, tal vez podría conversar con ella un rato mientras esperaba, aunque sabía que para la charla que teníamos en espera, era necesario estar en persona.

– ¿aun buscas con quien casarte? – Ella me escucho ahogarme en el acto y aunque no estaba mirándola sabía que había sonreído– ¿como estas?

–bien, deseando que descienda del cielo una contadora– murmure

–creo que puedo seguir ayudándote.

Más tarde me entere que Irene, era contadora, que pasada, me sorprendió bastante y luego me sentí muy miserable, pues no había me tomado el tiempo de conocerla realmente, cuando éramos una pareja. A causa de las crisis no encontró trabajo y debió buscar alternativas, debido a su atractivo físico una amiga le sugirió que trabajara con ella como bailarina, para su asombro se sintió tan bien en el trabajo que continuo en él y ganaba bien, para cuando llegaron las ofertas de trabajo en su profesión, ya había decidido que se quedaría como bailarina y disfrutar un tiempo de la vida despreocupadamente, ya luego podría ejercer.

Se sentó conmigo a revisar los libros, le mostré lo que a mi parecer no encajaba muy bien, ella se quedo callada mientras pasaba las paginas y asentía a lo yo decía, pues había una suma notable, que por alguna razón en los libros yo no encontraba a donde había ido a parar, se detuvo solo para colocar una de sus manos sobre una mía, movimiento que me puso nerviosa, para preguntarme si podía llevarse los libros por dos días y que luego me daría un informe minucioso. Acepte, pues los dos siguientes días no habría movimiento, lo cerraría y pasaría el tiempo por ahí con Gabs, o visitaría a Susana en casa de su mama, aun no lo decidía, no había olvidado el incidente que habían tenido ambas con el bofetón pero Irene era una persona muy seria a pesar todo.

Ese mismo día, en la noche resolví ir donde Susana, luego de la reunión con Irene, Gabs por fin había soltado a Gisella y se digno a devolverme las llamadas. Me comento que había estado hablando con Susana y esta le había dicho que me extrañaba, una sonrisa imborrable se materializo en mi rostro, así que nada le costó a Gabs convencerme de ir a verla, cuando se trataba de ella mis defensas caían. La casa de su mama quedaba en un pueblo cercano, así que no me tarde mucho en llegar, estacione el coche en una esquina a cinco casas de la suya ¿Qué por qué no aparque en frente? Bueno, por más absurdo que suene, quería practicar lo que le diría, di unas cuantas vueltas alrededor del coche y cuando por fin decidí que estaba lista la vi, el corazón se me acelero, se bajo de un coche que iba llegando, iba muy risueña, la sonrisa que tenía desde la llamada de Gabs, se quebro. Un chico también bajo del coche, la tomo de la cintura y la apretaba contra él, a pesar de que ella intentaba apartarlo con las manos, se reía no parecía serle para nada indiferente…

Sentí como el corazón se me rasgaba, las cosas siempre serian como habían sido, no había nada que hacer, como esa noche tan especial que mi mente no podía creer que sucedió, tampoco podía creer lo que estaba viendo, entonces todo aquello para ella no había significado nada. Me monte mi coche antes de que pudiera verme, y emprendí mi viaje a casa, con los ojos llorosos negándome, rehusándome, a llorar. Ya muchas veces mis lagrimas habían sido por ella, no permitiría que volviera a pasar nunca más.

Después de haber pasado un día encerrada en mi cuarto, escuchando canciones de James Blunt,  mientras ignoraba a Gabs y apagaba el móvil, decidí levantarme, no podía seguir en ese estado de autocompasión, empezando por ahí ¡por eso que estas que Rocio! Me levante, me di una ducha de agua fría, me arregle para comerme el mundo, y luego llame a Luca para preguntarle donde estaba y si quería tomar un par de copas conmigo, quedamos en un lugar cerca de mi piso y pase por él.

Después de la cuarta copa, le murmure a Luca que definitivamente estaba orgullosa de tenerlo a él en la barra, sus tragos eran muchos mejores, el muy modestamente respondí que era cierto que como él no había. Parece que le mola el rollo bisexual,  encontró un chico muy guapo con el cual entretenerse pues bien por él, yo por mi parte necesitaba aire. Salí al estacionamiento salude algunos cuidadores, y seguí caminando, sin ningún rumbo fijo solo estaba dando vueltas, matando el tiempo. Irene por unos segundos entro en mis pensamientos, tal vez la idea de Gabs no era tan descabellada o tal vez era el alcohol. Me aburría a montones, resolví entrar nuevo, y vi a una chica que se me hacia familiar fumando recostada en la puerta de un coche.

– ¿cris eres tú? – Cristina se volteo hacia a mí y en cuanto me reconoció me saludo con los dos besos, pero se quedo pensando un momento y me tomo de sorpresa con un abrazo que replique con dificultad, estaba igual a la última vez que la vi en la fiesta de la amiga de Patty, bronceada con sus lindos ojos ámbar.

–Venga, sigues igual de guapa– me sonroje por su halago–me habían dicho que te quedasteis, yo estuve viviendo un tiempo en Barcelona…pero cuéntame ¿como estas tu?

–He tenido días mejores sin duda– sonreí con esfuerzo bajando la mirada–ya ves uno que otro problema

–podéis contarme tengo tiempo, y tal vez podría hasta ayudarte quien sabe– la vi fijamente hacia sus ojos, si, tal vez cris si podría ayudarme.