Susana 4

Tragicomedia

Quedarme encerrada todo un fin de semana con Susana… Joder! ¿Era en serio? En otro momento no me hubiera molestado, pero últimamente habían estado muy incomodas las cosas entre nosotras y lo peor es que aún no sabía por qué. Desde que llegue a España siempre nos llevamos de maravilla, pero me encuentro una novia, me ve con ella y me trata de esa forma… Tal vez era algo homofóbica no lo sé, pero me dolía y mas aún que no nos habláramos, pero si ella no lo hacía, yo tampoco, a veces tiendo ser muy orgullosa y ella ni se diga.

Susana: ¡Hostia! Lo que me faltaba, perder mi fin de semana por tu culpa -Por lo menos ya me había dirigido la palabra-

Yo: Mi culpa!? Yo no nos deje aquí encerradas y antes de que se te pegue lo loco, esto no fue mi idea, ok? Yo tenía planes con Irene y ahora tendré que estar aquí - Cuando vi su expresión de entre sorprendida y enfurecida me arrepentí de lo dicho-

Susana: ¡Eres una gilipuertas! -Me dio la espalda y se dirigió a su cuarto, solo escuche cuando azoto la puerta, nunca habíamos peleado hasta ahora, pero ya la había visto molesta en otras ocasiones y pobre del que se le atravesara en el camino, era como un tornado que se llevaba a todo aquel a su paso y ahora parece que ese tornado arrasara conmigo sin misericordia, me dirijo a su cuarto y me quedo unos minutos pensando parada frente a su puerta, buscando en el diccionario de mi cabeza las palabras más adecuadas, miro hacia el techo, llevo mis manos hacia mi rostro (no, no estoy rezando) tomo una bocanada de aire antes de hablar

Yo: ¿Susana puedo pasar? -Lo digo con una voz elevada, no gritando, no le daría más motivos de que quejarse, espero unos minutos y no hay respuesta, vuelvo a preguntar, sigo esperando, escucho como suenan los grillos del silencio tan profundo, así que me armo de valor y tomo la perilla de la puerta, trago saliva y abro la puerta despacio, aun no diviso a Susana con la mirada, pero de repente siento que algo pasa volando sobre mi cabeza, luego cerca de mi cara, y después sentí un fuerte golpe en la pierna derecha ¡Fuck! ¡Me está atacando con sus tacones! Emprendo retirada, salgo corriendo por el pasillo, siento que me pasan algunos cerca y no sé como pero los esquivo, cuando llego a mi habitación cierro la puerta rápidamente y escucho como uno de sus tacones golpea con fuerza contra la puerta. No sabía que tan peligrosa era una mujer furiosa con tacones hasta hoy, ¡Será un fin de semana largo!

Me siento en mi cama y me subo el pantalón para ver mi pierna, bueno no esta tan mal, se quitara la marca del golpe en unos días, me recuesto un rato y me quedo viendo hacia la ventana, ya no se escucha nada afuera, me pregunto que estará haciendo, dirijo mi mirada a mi mesita de noche, ahí tengo una foto nuestra que nos tomamos poco después de que decidí quedarme, me hizo una pequeña reunión para celebrar mi decisión, extiendo mi mano para tomar el pequeño portarretrato lo acerco a mi rostro, la veo y no puedo evitar sonreír, ella me abraza por los hombros con su brazo derecho y me da un beso en mi mejilla, yo solo sonrió, oh! Y como obviar el gran tarro de cerveza que sostiene en su mano izquierda, digo esto porque esa noche me pareció  curioso que tomara su cerveza con pajilla.

Abrazo el portarretratos contra mi pecho, no fue fácil todo este cambio de país, extraño muchas cosas, pero sencillamente no podía irme, por mucho tiempo sentí que algo me faltaba, que algo no estaba bien en mí, me sentía vacía y cuando encontré a Susana, mejor dicho cuando ella me encontró a mí, ese vacío desapareció, tal vez ella no me veía con los mismos ojos, pero su sola presencia me llenaba. Me levante, debía intentarlo una vez más, pero con una estrategia distinta, miraba a mi alrededor viendo que podía usar, estaba el baño, el closet, la cama, la mesita de noche, una mesa con mi laptop, un caballete para pintar y otra mesa especial para mis dibujos, que debo ser honesta tenía un desastre de hojas de papel con bocetos por todos lados, aún no me matriculaba en la Universidad pero seguía haciendo una que otra cosa.

Salí de mi habitación lo más silenciosamente posible, no había encontrado nada útil, así que me fui de puntillas a la habitación de Gabriella, ella me había metido en este lio, tenía que tener algo que me ayudara, para mi infortunio solo había un desastre de ropa tras otro, incluso dejo unas de sus tangas colgando de la perilla de la puerta, ¡Dios que mujer! ¡Pero bueno era blanca, me servirá! Salí de puntillas nuevamente y volví con una escoba y con la punta tome las tangas (no las tocaría con la mano ni aunque me pagaran) nuevamente armada de valor fui hasta la puerta de Susana, no se escuchaba nada desde afuera, esta vez no dije nada, solo entreabrí la puerta un poco y metí la escoba con la tanga, hondeándola tal cual una bandera!

Yo: ¡Vengo en son de paz! ¿Me dejas pasar? –Escuche una risita  y entonces asome mi rostro por la puerta, ella estaba acostada en su cama con un cobertor encima, dejo de reírse y con una mano se tapó la boca y me lanzo una mirada de cuidado, me acerque lentamente y me senté cerca de sus pies en la cama, ella los flexiono alejándolos de mí, suspire y ella no decía palabra alguna, me quede viéndola a los ojos y ella no aparto su mirada de la mía, nos quedamos por lo menos cinco minutos de esa forma, me acerque más a ella quedando frente a frente, separadas solo por sus piernas aún flexionadas, no me importaba si me lanzaba todo lo que tenía ahí, solo quería arreglar los problemas entre nosotras.

Yo: Susana yo…lo siento

Susana: No tienes que….

Yo: Por favor déjame hablar –Se quedó en silencio mirándome fijamente- Me disculpo, aunque no sé por qué –volvió a mirarme molesta- Lo lamento, pero yo no sé qué hice, solo sé que tu estas molesta, entonces quiere decir que si hice algo mal, tú eres… mi mejor amiga y odiaría perderte por una tontería –baje la mirada por un momento y ella se inclinó tomando mi rostro entre sus manos.

Susana: Solo promete que pasaremos más tiempo juntas

Yo: ¡Lo prometo!

Susana: Haber traído las bragas sucias de Gabriella me ha llegado al corazón -Empezó a reírse de aquella forma que tanto adoraba, aff! por fin estábamos bien de nuevo- Y ahora que haremos hasta que llegue mi hermanita? (Así le decía a Gabs “Mi hermanita mayor”)

Yo: Pues yo iré a dibujar ¿Me acompañas? -Me levante apoyándome de la escoba

Susana: ¡Claro!- y nos fuimos a mi habitación, bueno primero a la de Gabs a dejar sus cositas, yo me senté frente a mi mesa de dibujo y Susana se acostó en el piso sobre los papeles, no sé por qué pero nos gustaba estar así, sin decir nada pero a la vez diciendo mucho, antes lo hacíamos muy seguido, yo pintaba y ella se quedaba ahí leyendo alguna cosa, tal vez si la había descuidado un poco, estuvimos así prácticamente todo el día y solo se levantaba para buscar algo de comer y traerme alguna botana, yo estaba concentrada en mi dibujo, cuando voltee hacia ella yacía con un libro sobre su pecho, me dedique a observarla, a detallarla, parecía que cada estaba más preciosa,  muchas noches he velado sus sueños, y puedo decir con mucha seguridad que no es algo de lo que me cansaría, sin darme cuenta ya caía el atardecer, me fije en sus labios rosados, un poco entreabiertos, deseaba besarlos...

Yo: Creo que es mejor que vaya a bañarme –Pensé.

Camine en silencio hacia mi baño, cosa que no serviría de nada  pues de seguro al escuchar el agua despertará. Me desnude y me vi unos segundos en el espejo, tuve mi momento de ego (¿quién no lo tiene?) Me metí a la ducha y abrí la regadera con la esperanza de que el agua se llevara consigo mis pensamientos, no se ustedes pero cuando estoy en la ducha no solo limpio mi cuerpo, también limpio mis pensamientos, reflexionando de manera breve sobre ellos. Yo había decidido jamás decirle lo que sentía por ella, ni mucho menos lo que había pasado, era mejor así, pero días como hoy deseaba gritarle que para mí era más preciada que el aire mismo, venga Rocio eso no! Decirle te amo! En esa pequeña palabrita se resumía todo… Ella me quiere lo sé, pero como una amiga, como a una hermana… Recordé una palabra que encontré un día en un libro “Agape” o “Agápē” los griegos la usaban para describir el amor sacrificado e incondicional, sin esperar nada a cambio, tenían otras cuatros maneras de llamar a otros cuatro tipos de amor (posiblemente tenían más, pero esto fue lo que alcance a leer).

Salí de la ducha, me seque con paciencia, me vestí con una camiseta y un pantalón sport, ya estaba un poco más tranquila, escuche algo de ruido de en la cocina, cuando llegue estaba Susana preparando algo de tomar, se había bañado más rápido que yo, llevaba puesta una franelilla azul marino y un short bastante corto blue jean, se me acerco  con unos vasos de vodka y me extendió uno.

Susana: Bueno ya que no podemos irnos de fiesta, pues traigamos la fiesta aquí!

Ya eran casi las doce y Susana estaba parada al lado del reproductor, cantando una que otra canción que se sabía, a veces se equivocaba en la letra y lo golpeaba con fuerza porque según ella quien se equivoca de letra era el reproductor. Me acerque y la tome por la cintura alejándola lo más posible de aquel aparato o nos quedaríamos sin música.

Yo: Deja que yo cante, tu dedícate a bailar y modelar -Ella me sonrió- ¿Que canción quieres escuchar ahora? –Miró hacia todos lados pensando, estaba algo inquieta, se acercó al reproductor, pensé que lo golpearía de nuevo, pero colocó una canción que con la tonada ya la reconocía, la habíamos cantado otras noches de fiesta, la tome suavemente del mentón y acerque su rostro al mío, quedando a centímetros.

Yo: Cárceles de amargura, palabras que son cadena -Ella me miraba muy fijamente - ¿porque no cumples tu condena de noches en vela? ¡Que soy yo tu pena! - ambas nos reímos al unísono, laabrace tomándola por la cintura - si tú eres mi novela, yo soy tu tragicomedia - tomo mis manos y se dio la vuelta dándome la espalda, quedando muy cerca, tomó mis manos de nuevo y las coloco en sus caderas que empezó a mover al ritmo de aquella canción- me subes como la espumayo bajo por tus caderas- bajo tomándome por las caderas, llego hasta piso y subió meneándose, se giró quedando frente a mí- si me subes a la luna tendrás una luna llena y tus ojos me miraron y la luna se cayó del cielo- mirándome a los ojos se acercó lentamente, rozo sus labios con los míos y me dio un pequeño beso, sin exagerar son los labios más suaves que han tocado los míos, por un momento desee dejarme llevar, pero no podía, ella estaba tomada y no me aprovecharía de ella de esa manera.

Yo: Ok me parece que ya te pasaste de tragos -Me reí para bajar un poco la tensión del momento, ella siempre hacia eso como ya lo había comentado, me gire hacia el reproductor, me acerque a él y lo apague, todo eso huyéndole a su mirada, no quería que viera como me había puesto con ese simple roce, hasta mi respiración se había acelerado, tenía que controlarme

Susana: Te mostrare que yo soy mucho más bella que ella… -Solo alcance a escuchar esto antes de sentir como Susana me tomaba del brazo y me llevaba hasta el sofá, me sentó en él, se colocó frente a mí, se sacó el shorts, la franelilla y me los lanzó en la cara, por un momento me quede estupefacta viéndola, en su sujetador y sus bragas color turquesa. ¡No, ya esto había sido demasiado!

Yo: Ya está bueno! Te llevare a tu habitación -Trate de levantarme y ella me empujo por los hombros de vuelta al sofá, era más alta que yo, por lo que tenía que fuerza que yo, me miraba de una forma que no puedo describir, llevo sus manos hacia su espalda y escuche el broche de su sujetador soltarse, creo que me puse de todos los colores, no entendía nada, todo estaba pasando muy rápido, en cuestión de segundos estaba totalmente desnuda frente a mí, jamás la había visto así, mis ojos no podían creer que lo que veían era tan… -baje la mirada por el camino de algunas pequeñas pecas que tenía por sus hombros hasta su pecho, dude un poco en bajar más, pero la tentación era más grande, sus senos… no muy grandes, no muy pequeños, eran perfectos y sus pezones totalmente rosados, subí la mirada de nuevo a su rostro, estaba como expectante de que yo dijera algo, volví a levantarme y ella me tomo del rostro con sus manos, estaba por acercar sus labios a los míos, cuando de pronto escuchamos que se abría la puerta.

Gabriella: Familia ya llegue! –ok esto era un momento incomodo, nos quedamos las tres en silencio, bueno las cuatro porque atrás de Gabs venia Gisella, Susana se echó a correr por el pasillo hasta su habitación –Esas nalgas Dios! -Le grito desde la puerta, yo solo caí en el sofá y me pase las manos por mi cabello “que acababa de pasar?”

Gisella: Creo que iré a ver a la Susi- dijo mientras pasaba, Gabs se acercó y se sentó a mi lado

Gabriella: ¿Que hacían?

Yo: No…no se…oye andabas de fiesta con Gisella? –Dije tratando de recomponerme

Gabriella: No… eemmm me la he encontré abajo, camino hacia acá… bueno… -Se puso a buscar algo en su bolso, yo aún estaba tratando de asimilar lo sucedido, saco algo del bolso era mi teléfono me lo coloco en la pierna mientras se levantaba –Tienes millones de mensajes y de llamadas perdidas- mientras se adentraba en el pasillo –Creo que son de Irene- joder cuando escuche su nombre fue como un balde de agua fría.

Gabriella: Suerte! –Gritó mientras desaparecía por el pasillo-

Yo: Desgraciada! –Le respondí, mientras le escribía un mensaje apresurado a Irene

Gabriella: Ámame! –Escuche que grito desde de su cuarto

Yo: Recoge tus tangas de la perilla cochina rancia!

Después de unos minutos ella solo respondió..

Gabriella: ¿Y quién te dijo que son mías? –Se reía a carcajadas desde su cuarto

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Muchas gracias de nuevo a todos los que siguen nuestros relatos, por sus comentarios y sus valoraciones, son muy bien apreciados :D

Quiero dedicar este capítulo a SBH por todos los buenos momentos y tacones lanzados… jajajajaja