Susana (3)
Me quede sin saber que decir, tan solo resbalaron por las mejillas unas lagrimas que llegaron a mi boca en forma de saladas gotas.
Bien llevaba media semana y tenia ganas de volver a ver a Pedro. Aunque había algo en Javier que me atraía, seria el haber sido expuesta a aquellos 5 hombres, el haber sido obligada a estar con Ana. No se, todo aquello era nuevo para mi y aunque me apetecía volver a ver a Pedro también quería disfrutar de aquello.
A la mañana siguiente me levante como cansada pero eso no me importo, me duche y salí a desayunar a cuatro patas con la correa que no me quite la noche anterior y me acerque a la terraza, Javier estaba allí, me miro y con la mano me hizo el ademán de que me acercara, me acerque y acariciando mi cabeza y cara me felicito por lo bien que me había portado la noche anterior. Yo en agradecimiento le bese la mano.
- Bien gatita, hoy te vas a vestir con la falda corta y la blusa bien abierta y sin ropa interior, hoy salimos.
Desayune y me vestí como el me dijo. Deje mi pelo suelto, y me puse los zapatos de tacón alto. Salimos y fuimos al garaje, hacia la moto que tanto odiaba. Remangue mi falda y subí encima, muy pegada a el, .me abrace y arranco.
Llegamos a un edificio de oficinas, subimos al ascensor y desabrocho un botón más de mi blusa, dejando al descubierto algo más que mi canalillo. Entramos en el departamento y el se paro a hablar con unos conocidos, se saludaron efusivamente y le preguntaron por mi.
- Es mía por esta semana, y puedo hacer todo lo que quiera con ella. Pero en realidad se de mi hermano. Os gusta? Quizás algún día os la deje.
Se acerco una mujer, muy elegante que enseguida reconocí del día de la subasta, lo beso en la mejilla y le pregunto que tal le iba conmigo. El dijo que bien, que hasta el momento había cumplido y que no era mala sumisa, callada, que apenas había hablado en la media semana y eso era lo único que no le gustaba. Por lo demás bien. Pregunto si estaba Pedro y le dijeron que si. Así que deduje que allí era donde el trabajaba, nunca había estado en el trabajo de Pedro, así que empecé a mirar todo con mas detenimiento. Había muchas mesas llenas, de oficina y mucha gente tan solo separados por biombos a un metro de altura. Entro en un despacho y lo seguí con la mirada, allí dentro estaba Pedro, se me ilumino la cara, pero la mujer me sonrió y me dijo que no me hiciera ilusiones por verlo, se les veía discutir acaloradamente y Javier salio con cara de enfado. Me llevo a otra parte del edificio, era otra empresa diferente, la de el.
Una vez en su despacho cerro la puerta y las bajo las persianas, se sentó tras su mesa y me indico que me sentara en el sillón de enfrente. Me estuvo preguntando sobre lo que había pasado durante la semana y que era lo que me había gustado y que no.
Respondí que me había gustado todo, y el me dijo que no mintiera , que sabia que no todo había sido de mi agrado, que el solo me había estado poniendo a prueba y que estaba satisfecho de mi entrega pero faltaba algo. Respondí que lo había intentado hacer lo mejor posible y que lo sentía si no había podía haber dado más de mí. El me miro muy serio y me dijo que no solo quería ese tipo de entrega quería que fuera total en cuerpo y mente y que sabia que eso le costaría conseguirlo, pero que no renunciaba a ello. Yo por mi parte pesaba que en lo que quedaba de semana eso seria prácticamente imposible.
Jamás me di a entender, no solo por que no quisiera, sino por que es la única defensa que tengo para poder soportar aquello que me costaba hacer.
Me estaba poniendo nerviosa la situación aquella, no se me da nada bien hablar de mi misma, así que opte por callar, y esperar a que el preguntara todo lo que le interesaba saber de mi.
Pregunto como me había iniciado y como había llegado a eso.
Relate como me había llamado todo aquello.
De niña era una chica solitaria, que siempre andaba leyendo todo lo que pillaba, por aquel entonces en mi casa venia un tío todos los días a comer, traía todo tipo de revistas y comics. Yo los leía con avidez y aunque era una cría y no me excitaba con aquello me gustaba leerlo. Un día cayo en mis manos un pequeño libro la historia iba de dominación. Era una mansión victoriana en la que vivía un viejo con servidumbre muy joven y el tío se las beneficiaba cuando quería, las azotaba con varas de fresno y las hacia comerle la polla, en fin ese tipo de historia, aquella historia despertó en algo, nunca mas leí sobre aquello, entre otras cosas por que nunca vi un libro de aquellos.
Aquel libro cayo en el olvido durante muchos años, y un día en un Chat en el que entre por pasar el rato lo encontré a el, y las cosas que me fue diciendo me hizo despertar en mi aquel pequeño libro y entonces si me excite, poco a poco me fui dando a el, hasta llegar a olvidar todo y empezar con el esa nueva forma de vivir, si bien el nunca se intereso por mi pasado ni por nada de mi vida anterior, el me hacia ser feliz. Mi familia me tacho de loca por irme a vivir con un hombre al que apenas conocía y al que todo sea dicho de paso ellos tampoco. Desde el primer día quedo claro mi posición en aquella casa y yo lo acepte de buen grado.
Javier escucho con atención todo y después de aquella conversación salimos a comer algo, durante la comida me iba haciendo cada vez mas preguntas , a las que yo a veces no sabia ni que responder, no por miedo ni nada sino por mi carácter tímido y reservado.
Aquella noche me retire a descansar a mi cuarto, al poco la luz se encendió
.
Entro Javier, yo me incorpore en la cama y se sentó junto a mí, me miro fijamente sin decir nada y saco unos pañuelos de su bolsillo, me vendo los ojos y me ato las manos a la espalda. Escuche como se desnudo, es curioso como el sentido del oído se agudiza en cuanto te tapan los ojos. Se coloco detrás de mi mientras yo estaba de rodillas , empezó a acariciarme con cuidado, despacio, pasando sus manos suavemente por mi cuerpo, poco a poco las caricias fueron dando paso a ser mas agresivas , pellizcaba mis pezones cada vez mas fuerte hasta casi hacerme gritar y digo casi por que a punto estuve de hacerlo en mas de una ocasión, palmeaba mi culo con autentica maestría , produciendo solo el dolor necesario, todo aquello lo hacia a la vez con delicadeza y me excito como nunca nadie lo había hecho, soltó mis muñecas del pañuelo y me dio la vuelta en la cama , me tumbo boca arriba y sujeto mis muñecas juntas de nuevo y las ato a la cabecera de la cama. Yo seguí con la venda en los ojos dejándome hacer, note su aliento cerca de mi cuello. Recorrió mi cuello, bajo por el hasta mis tetas y las mordió, les paso la lengua por los pezones, y los succiono, sacándolos mas afuera, se hicieron grandes, inmensos, los pinzo un poco entre sus dedos nuevamente fuerte y siguió bajando con su lengua por mi cuerpo, note como esta vez no era la yo la que daba placer sino que era al revés iba a recibirlo y aquello me gusto sobremanera. Llego hasta mi coño, separo los labios y hundió su lengua en el , rozo con la punta de su lengua mi clítoris, se separo y coloco unas pinzas en mis duros pezones y volvió a bajar hasta mi coño , esta vez deposito un tierno beso encima de el, y se dedico por entero a darme el placer que yo estaba deseando obtener, la verdad es que me costo muy poco llegar hasta el y cuando noto que me iba a correr con una de sus manos tiro de las pinzas , haciéndome daño, introdujo uno de los dedos en mi culo , solo a la entrada y siguió comiéndome el coño hasta que me corrí.
Una vez terminado, se incorporo y me quito la venda de los ojos, me miro y me beso en la boca, note el gusto de mi coño en su lengua, dulce, empezó a masajear mis tetas y los pezones y su polla dura como una piedra se fue abriendo camino en mi coño, se movió dentro de mi haciéndome estremecer de nuevo consiguiendo que me volviera a correr de nuevo esta vez casi a la vez que el. Me desato del cabezal de la cama y soltó mis muñecas, se despidió de mi diciéndome que eso seria de lo que recibiría de vez en cuando si era buena chica con el.
Los días siguientes pasaron rápidos con Ana y entre risas, Javier por su parte se comporto conmigo de lo mas normal , no hubo ninguna sesión ni nada , descanse bien y hasta nos reíamos en las comidas los tres con temas de lo mas banal.
Llego el día se tener que regresar con Pedro, por un lado lo estaba deseando por otro me fastidiaba tener que marcharme de aquel ambiente tan distraído que allí en aquella casa disfrutaba, no obstante me prepare para salir de allí, desayune en la cocina con Ana y cuando Javier se levanto, al verme así , vestida como para salir pregunto que hacia así vestida , le dije que era el día que debía de volver a casa con Pedro, el se volvió mirando a Ana y esta salio de la cocina rápidamente, Javier se acerco a mi y me dijo que yo ya no volvería con Pedro mas, que me había comprado para siempre, le hizo una oferta buena y el acepto.
Me quede sin saber que decir, tan solo resbalaron por las mejillas unas lagrimas que llegaron a mi boca en forma de saladas gotas. Las limpie y salí sin decir nada, llegue a mi habitación y me tumbe sobre la cama, no salí en todo el día del cuarto, ni para comer ni para nada, Ana me trajo la comida y ni la toque siquiera pase dos días sin salir y nadie me dijo nada, me retiraban la comida sin tocarla.
Al tercer día entro Javier y me soltó un bofetón de los de que hacen historia, me llevo hasta la ducha y la abrió dejando caer el agua fría sobre mí. Cuando salimos Ana ya me había llevado el desayuno y entre los dos me obligaron a tomármelo, una vez desayunada Javier, me dijo que no me preocupara, que ya vería como con el cambio salía ganando. La verdad es que no estaba a disgusto allí, lo único que me molestaba era no volver a Pedro, pero lo que me ofrecía tampoco era mucho y llevaba una vida un tanto aburrida. Se acerco a mi y me beso tiernamente, y así fue como fui a parar de manos de Pedro a las de Javier.