Susana

Empezó la subasta y no me pregunten por el precio de salida, por que yo ni me entere, tan solo observa desde el suelo sin levantar la vista y ni idea llevaba de escuchar tampoco, tan impotente me sentía que rabiaba.

Le esperaba como cada día en la habitación, era lo primero que veía nada mas entrar en ella.

Allí estaba yo con un collar de cuero negro en las que había unas letras de brillantes en las que ponía mi nombre: Susana.

Tengo 30 años, soy morena y el pelo es media melena que casi siempre llevo recogido en una coleta alta, mis ojos son almendrados, castaños muy expresivo, los enmarcan unas cejas bonitas que nunca tuve que depilar. Mi nariz es fina, bonita, perfecta. Mis labios finos, algo que se podría mejorar con ayuda de cirugía, pero a mi Amo le gustan así. Mido 1.60 y peso 58 kilos, unas tetas de buena talla y bonitas, con los pezones rosados y no muy grandes.

Cuando subió a la habitación su cara reflejaba cansancio. Se quito la americana y la dejo sobre la cama, yo lo seguía a cuatro patas, se sentó en el sillón que había allí y me acerque hacia el pidiendo caricias. Rozaba mi cara por sus piernas como una gatita en celo. Acerco su mano a mi cara que yo aproveche para besar y lamer mientras me acariciaba. Camine a cuatro patas hacia el baño que había allí y tome una palangana en la que puse agua y sales marinas, se la lleve y descalce sus pies, los sumergí y los lave con mucho cuidado. Cuando hube terminado de secárselos, fui a prepararle un vaso con hielo y le serví un whisky, mientras el lo bebía yo le di un suave masaje en los pies .

No se comportaba como siempre así que me empecé a preocupar. Normalmente cuando llegaba casa me preguntaba que tal día había pasado su gatita, no podía salir de casa sin su permiso así que me preguntaba como había matado el tiempo. Tengo todo tipo de comodidades, servicio en casa y cuando no esta el me comporto como la señora de la casa, un jardín muy bonito y solo cuando el servicio se iba me convertía en su esclava.

El único cometido que yo tenia era preocuparme por mi, estar siempre disponible para el y mostrarme siempre como el deseaba, bella y en forma, a tal efecto tenia un pequeño gimnasio en una habitación abajo, en la que pasaba mucho tiempo. También leía mucho y me bañaba en la piscina cuando el tiempo lo permitía, tomaba el sol y escuchaba música. Pero en cuanto el servicio se iba las 6 de la tarde yo ya me preparaba para el y lo esperaba ya desnuda en la habitación, solía venir sobre las 7 y media, pero alguna vez se adelanto, así que yo ya lo esperaba desde que se iban. Pocas veces salía a la calle y por supuesto nunca sin el, si me sacaba era mas por exhibirse que por darme el placer de salir y ver lo que me perdía. Llevaba con el mas de un año y deje atrás familia, trabajo y amistades y no me importo en absoluto, con el me sentía plena y no necesitaba mas, el me proporcionaba de todo. Todavía no he dicho su nombre se llama Pedro.

Aquella noche pasaba algo, no parecía enfadado pero si cansado y extraño.

Pedro era moreno de pelo, fuerte de complexión, es alto mide 1.85 y los fines de semana se castiga en el gimnasio que hay en la casa, tiene los ojos castaños una nariz pequeña y una boca carnosa sin llegar a la exageración, y cuando sonreía tenia cara de ángel, pero podía ser un demonio en cuanto algo no le gustaba. Yo por mi parte siempre procuraba que estuviera de buen de humor, nunca me gusto el dolor y no me hacia gracia ser castigada con una sesión de azotes. Por lo demás me trataba siempre bien.

Amo, ocurre algo? Has tenido mal día? Pídeme lo que quieras yo te complaceré

El me miro sonriente y me dijo:

No gatita, no ocurre nada grave. Solo son problemas de trabajo. Pero me he visto forzado a dar una fiesta la semana que viene aquí en casa. Algunas personas de las que vendrán son importantes para mí. Solo espero que sepas comportarte como debes y hagas todo aquello que se te ordené.

Si Amo, sabes que lo haré.

Aquella noche, durante la cena no hablo nada, ceno como de costumbre mientras yo estaba arrodillada a su lado. Después subimos a la habitación y le prepare un relajante baño, se sumergió en la bañera y yo mientras le prepare la cama, cuando salio le esperaba a los pies de la cama, me tomo del cordón de cuero y me llevo hacia la cama con algo de violencia, pocas veces lo había visto así, en vez de relajarse con el baño parecía como si se hubiera tensado mas. Abrió el primer cajón de la cómoda y yo empecé a temblar, no había hecho nada malo y si ese cajón se abría era que iba a ser castigada. No dije nada, mientras vi que sacaba el látigo, nunca lo había probado, siempre me decía que a el no le gustaba y que yo me portaba bien, y aquel día lo sacaba por primera vez. Lo mire mientras se acercaba a mí y puso mi cuerpo sobre la cama las piernas apoyadas en el suelo y el culo allí expuesto. Se alejo y sin decir nada desplegó el látigo, yo con la cabeza hundida en el colchón espere el primer azote que estallo en mi culo. Se me escapo un quejido que no pareció importarle por que siguió azotándome hasta diez veces más. Las lágrimas resbalaban por mis mejillas cuando hubo terminado. Guardo el látigo mientras yo seguía allí inmóvil, me levanto y fuimos al baño, tomo una toalla que empapo en agua fría y me la aplico, tenía mi precioso culo enrojecido, y aquella toalla aliviaba ligeramente el escozor, después me seco y ya en la cama me aplico una crema. Ninguno hablamos. Aquella noche me mando ir a dormir al cuarto de invitados, no dormí apenas pensando el por qué de la situación.

A la mañana siguiente cuando desperté el seguía en la casa. Cuando baje a la cocina el estaba allí dando instrucciones al personal, me invito a que desayunara con el, puesto que había gente allí, fuimos al comedor y estaba preparado el desayuno para los dos, me senté despacio, el culo me ardía y el al notarlo me dijo:

En unos días se te habrá pasado, no te preocupes. Susana, la semana que viene tengo que dar una fiesta en la casa y vendrán gente importante para mi, ya he dado las instrucciones oportunas para que todo este en orden, vendrán a traerte unos vestidos elige los que quieras, pero que sean sensuales entendido? Lo mismo con los zapatos, cuando vuelva te los pruebas conmigo y yo decidiré cual te pones para ese día.

Durante aquella semana, los empleados se afanaron en tenerlo todo preparado para ese día. El se comporto en todo momento bien conmigo, me hacia estar a su lado por las noches, mientras yo me comportaba como su gatita lamiendo todas las partes de su cuerpo, me follaba el culo y el coño , no era tan suave como lo había sido hasta entonces , pero tampoco puedo decir que fuera muy violento.

Llegaron los vestidos a media semana, todos eran vestidos de fiesta había uno negro con un escote precioso en barco y la espalda al aire, largo estrecho y con mucho vuelo por abajo. Otro de los elegidos fue uno blanco de gasa muy normalito corto a media pierna terminado por abajo en picos y la parte de arriba atada al cuello, quizás no fuera muy apropiado pero me gusto, así que me lo quede. Y también me quede uno de color verde botella en seda ajustado con la espalda también al aire y de tirantes un poco anchos el escote en pico. Los zapatos fueron sandalias los dos pares uno en blanco y otros en negro.

Los blancos se ataban a la pierna en tiras que subían por ella. Por la noche eligió el vestido, se decanto por el blanco con las sandalias atadas. El viernes por la noche era la fiesta , a media tarde vino una peluquera que me recogió el pelo en una coleta alta y con el mismo cabello forro la goma que la sujetaba , maquillo mi cara suavemente , pero sacando partido a mis rasgos ya bronceados. Me puse el vestido y las sandalias y espere en la habitación, el no tardo mucho en venir a ver el resultado.

-Llevas ropa interior? Si es así quítatelas, quiero que estés listas por si se te requiere, entiendes?

Debió de notar mi cara de miedo, rabia, tristeza y angustia por que se acerco y me dijo:

  • Gatita, sabias que esto llegaría algún día, ha sido antes de lo que yo hubiera deseado. Se que aun no estas preparada para algo así, pero no lo he podido evitar, no me hagas quedar mal.

Y dicho esto saco unas correas de cuero con unas argollas y me las coloco en muñecas y tobillos y se fue dejándome allí sola. A las 8 empezaron a llegar los primeros invitados, los primeros fueron tres hombres de mediana edad, uno no tenia mala pinta, los otros entrados en carnes y algo calvos. Los tres trajeados y hablando animadamente. Mas tarde una pareja, hombre y mujer, de unos 40 años, ella tenía unos ojos azules grandes y la mirada era expresiva y dura. Llevaba un vestido muy ajustado negro hasta la rodilla y unos zapatos negros de tacón de aguja terminados en punta. Llevaba una melena rubia retirada de la cara con un semi recogido y de su cuello pendía un colgante negro con una T en oro incrustada. el siguiente en acudir fue un hombre de unos 30 años, llevaba el pelo algo largo, vestía unos vaqueros y una camiseta , no parecía que fuera con aquel tipo de fiesta, saludo a Pedro y entro en la casa con los demás. Subió a buscarme y mientras bajábamos me fue diciendo que aun faltaban algunos de los invitados, pero que querían ir viéndome los que habían llegado ya. Todos se volvieron al verme y para ser sincera no me gustaron mucho sus miradas escrutadoras. Sobre todo la de uno de los hombres trajeados, tendría unos 50 años y era calvo, se acerco y puso su mano en mi culo apretándola con fuerza, yo ni respire, pero la mujer le espeto seriamente:

-Deberías esperar a que llegaran los demás, Tomas.

Tomas se volvió a mirarla y se aparto de mí, no había duda de que esa mujer mandaba y la respetaban. Se acerco a mí y me dijo:

  • Me llamo Teresa y estoy deseando que empiece tu subasta, creo que merecerá la pena pujar por ti, espero que Pedro haya hecho un buen trabajo contigo.

Pedro me miro y vio mi cara asustada. De hecho creo que todos me miraron al comprobar que yo no sabia nada, el único que parecía ajeno a aquello era el tipo joven que sonreía maliciosamente. Llegaron los que faltaban y fueron dos mujeres y un hombre. Una de las mujeres saludo efusivamente a Teresa y a Pedro, era morena de pelo y piel, llevaba un traje de chaqueta en color crema que le hacia resaltar su morenez. La otra le ayudo a quitarse la chaqueta dejándola sobre uno de los sillones. Era una chica joven de unos 25 años y por lo que supe después era su esclava, siempre iba con ella y no dudaba en humillarla delante de los demás para divertimento de estos. El hombre que las acompañaba era un rubio alto, fuerte, de unos 40 años y también trajeado aunque sin corbata. Llevaba el pelo engominado y tenia un aire de yuppie pasado de moda.

Una vez toda allí empezó una batería de preguntas a Pedro sobre mi, mi educación y mi carácter. El respondió:

  • Se llama Susana, tiene 30 años, es dulce y cariñosa y en cuanto a su educación va despacio, pero es obediente y nunca me a dado problemas hasta ahora. No hace mucho que la tengo y no me gustaría perderla aun sin terminar su adiestramiento así que la subasta de hoy será solo por una semana. Quiero ir viendo como se comporta al ser entregada y al que puje por ella le tocara examinarla y decirme que aspectos de ella debo pulir mas. Cuando queráis podemos empezar.

Se acerco a mi y soltó el vestido del cuello dejándolo caer al suelo, pera que pudieran ver lo que se escondía debajo de el, me ordeno girarme para que todos pudieran verme bien, las tetas todavía turgentes y el coñito rasurado. Se me indico que me arrodillara y lo hice adoptando la posición de espera, preguntaron por mi culo en el que aun se veían algunas de las marcas de los azotes recibidos y el respondió que había sido descuidada al servirle una bebida, mintiendo. Así pues quedaba asegurado que al menos ya había sido castigada en alguna ocasión. El yuppie se acerco a mí y sin decir nada me pellizco uno de los pezones hasta que me hizo gritar de dolor, recibiendo un sonoro bofetón a cambio de no haber podido aguantar el dolor. Teresa dijo que ya valía, que no era cuestión allí misma de hacerse conmigo lo que viniera en gana, que eso era del que por fin se la llevara. Cosa que agradecí en mi interior pero que no demostré en absoluto por fuera.

Empezó la subasta y no me pregunten por el precio de salida, por que yo ni me entere, tan solo observa desde el suelo sin levantar la vista y ni idea llevaba de escuchar tampoco, tan impotente me sentía que rabiaba. Solo duro unos minutos y el que al final pujo más alto fue un hombre, y por la constitución de su voz era mayor. La voz me ordeno que me levantara y me vistiera, cosa que hice con la mayor celeridad posible y sin levantar la vista del suelo, así que aun no sabia quien me había comprado o alquilado en este caso. Una vez vestida la voz me dijo que me acercara a el y me gire hacia donde provenía. Allí solo había el treintañero informal y una de las mujeres. Parecía que había tenido suerte, pues el tipo no estaba mal, me acerque y en ese momento el levanto su vaso por encima de su cabeza y mirando a Pedro dijo:

-Hermano, por fin he conseguido a una de tus putas, y no me arrepiento haber esperado, esta tiene pinta de no tener mucha experiencia y eso me gusta por que en una semana te la devolveré distinta.

Pedro no tenía muy buena cara cuando yo lo mire suplicante y sorprendida a la vez por descubrir que tenía un hermano al que también le gustaban esos juegos. La reunión se fue disolviendo poco a poco mientras se me ordeno subir a la habitación y que recogiera si me hacia falta alguna de mis cosas por que a la mañana temprano volverían a buscarme.

Aquella noche mi AMO me permitió dormir con el acaricio mi piel suave y aterciopelada y follo mi culo con gran violencia como si yo tuviera la culpa de todo aquello. Me hablo de su hermano, me dijo que me preparara para lo peor, pues su hermano no era especialmente cariñoso por decirlo así. Me dijo que se llamaba Javier y que se vio obligado a hacer la subasta por un problema de liquidez en su negocio, y que como era de su posesión y podía hacer lo que quisiera conmigo pues se le ocurrió subastarme por una semana y sanear el negocio.

A la mañana siguiente, había un coche a la puerta esperando. No me lleve apenas nada, salvo un neceser con mis útiles de higiene y lo puesto, una falda corta y una blusa. Me despedí de el hasta la semana siguiente besándole la mano y subí al coche.

Llegamos al centro de la ciudad y el coche entro en un parking, el chofer me acompaño hasta un piso superior, un ático como pude comprobar mas tarde. Nos abrió una chica llamada Ana, que me acompaño hasta una terraza donde se hallaba el con dos grandes perros desayunando. Los perros al verme empezaron a olisquearme y a babearme por completo, eran dos grandes daneses, macho y hembra, yo me quede inmóvil por que entre otras cosas me dan pánico los perros, él siguió desayunando. Una vez hubo terminado me indico que me acercara y me dijo su nombre y como debía llamarlo.

  • Si Amo, respondí pues me dijo que solo debía llamarlo así.

Me pidió que me sentara y me explico alguna de sus normas, como nunca levantar la mirada hacia él y siempre pedir permiso para todo. Yo por mi parte solo dije que me encantaría servirle pues esa era mi obligación y que no quería en modo alguno hacer quedar mal al que en realidad era mi Amo.

  • Me parece que estas engañada, no creo que entiendas la situación, veras, la situación es que mi hermano es un mal negociante, siempre anda con problemas de liquidez y tu subasta no es ni la primera ni será la ultima. Quizás vuelvas la semana que viene con él, pero no esperes durar mucho tiempo a su lado, no es de los que se quedan con sus zorras para siempre, y como tú han pasado muchas por sus manos que luego o a cedido o a vendido. Mas veces vender que traspasar, es un cínico con cara de ángel. Y vosotras creéis en él a pies juntillas. De momento esta semana estarás aquí, comprobaras que soy un poco especial en algunas cosas, pero por lo demás comprobaras que soy bastante accesible y comprensivo. Por cierto el cordón ese que lleva tu nombre te lo quitas y ahora te acomodas en el cuarto que te he asignado, Ana te acompañara y si tienes alguna duda se lo dices a ella.

La chica me acompaño al cuarto, era un cuarto grande espacioso con pocos muebles solo había un armario empotrado, un colchón tipo futton en el suelo y una silla , todo pintando de un color blanco que casi hacia daño a la vista y alrededor del colchón unas anillas sujetas al suelo, también había una cómoda pequeña y moderna y una puerta que daba paso a un baño pequeño pero acogedor. La luz entraba por una puerta que daba a la terraza. La terraza era amplia y llena de plantas ornamentales con una mesa grande debajo de un bonito velador de madera. Me dejo sola y coloque mi neceser en el baño. Salí a la habitación y me senté a esperar lo que se me ordenara. Ana volvió a la hora de la comida y me indico que saliera que me esperaba Javier, Salí y me acompaño hasta un salón donde se hallaba él tumbado en un sofá y escuchando música , llevaba puestos unos pantalones vaqueros negros, una camiseta blanca ajustada,y deportivas , se levanto y me dijo que íbamos a salir. Se despidió de Ana y salimos hacia el ascensor , bajamos al parking y me encamine hacia el coche, el se rió y me dijo que no, que en coche no, en moto y me la enseño era una moto negra, una Honda muy nueva, cogio un par de cascos de la estantería que allí había y me alargo uno, odio las motos, no me han gustado nunca y encima llevaba una falda que tuve que subir para poder sentarme, el se reía de la situación, pero a mi maldita la gracia que me hacia, hacia un año que no salía apenas de aquella de casa y ahora me iban a exhibir en una moto por toda la ciudad. Fuimos a comer a un restaurante del centro, uno muy normalito, debían de conocerlo hacia bastante por el saludo que dedico al dueño, un hombre mayor y afable que lo trato como a un amigo de toda la vida. Sin decir nada se encamino hacia a la mesa y se sentó, yo me senté a su lado y nos trajeron la comida. Él me miro y pregunto si llevaba ropa interior a lo que yo conteste que si , me mando quitármela en el cuarto del baño , así que fui y me la quite. Me senté de nuevo en la mesa y el dijo:

  • saca las bragas y ponlas sobre la mesa, a la vista.

Las saque y las puse al lado de la servilleta y empezamos a comer, la comida fue sin grandes pretensiones un menú de día y de postre pidió helado, me trajeron una copa con dos bolas y el pidió para si fruta. Tome la cuchara y lo deslice en mi boca saboreándolo.

  • Coge un trozo de helado con la cuchara y acércalo a tu coño, mételo dentro y expúlsalo rápido.

Lo hice con la mayor celeridad que me fue posible y lo saque, me indico con su mano que me lo comiera y lo hice, lo tome y seguí con mi helado. Volvió a pedirme otra vez lo mismo y lo volví a hacer, después cogi la servilleta y la acerque a mi coño y lo limpie mirándolo con arrogancia. No iba a hacer quedar mal a Pedro así que hice como que no me importaba mucho aquello. Salimos de allí y fuimos a unos grandes almacenes donde compro una serie de ropa para mi, toda muy en plan de puta, para exhibir su compra, compro faldas de color negro, rojo y camisetas que apenas tapaban mis pechos. Lo mando todo que lo llevaran a casa y nos fuimos en la dichosa moto otra vez, pero esta vez sin mis bragas que se quedaron en el restaurante. Al llegar a casa quiso inspeccionarme por primera vez, me hizo desnudar en mi cuarto y me hizo poner de rodillas con el culo bien abierto, separo mis muslos y miro mi ano, puso sus manos en mis lumbares poniendo mi culo en pompa de manera que pudiera ver mi coño también metió dos dedos de golpe y los saco del coño introduciéndolos después en mi culo. Saco su polla y me la puso en la boca, la tenia ya bastante dura así que me la metía y sacaba fallándome la boca y sin darme respiro ninguno hasta la garganta, me venían a veces nauseas por lo duro que lo hacia sin importarle si casi no podía con aquella verga dirigiendo mi cabeza con una violencia a la que yo no estaba acostumbrada. Se corrió en mi boca y todo lo que se escapo me hizo lamerlo no sin antes propinarme un sonoro bofetón por haber dejado que su preciada leche se escapara. Se retiro del cuarto y me dijo que descansara, pues al día siguiente tendría un día movido así que me duche y me tumbe pensando que seria lo que me tendría preparado para el día siguiente y pensando en lo que me había dicho sobre que era especial.

Esta es la primera parte de las aventuras de Susana, si les gusta seguiré escribiendo así que háganmelo saber. Saludos a todos.