Susan - 4
De campesinas a Prostituta
SUSAN – 4
Al día siguiente tras cumplir con las normas diarias, desayuna y la correspondiente mamada al pene de Hans, este se marcho, al pueblo, tenía que hacer unas compras, para la casa y para el.
Tras varias horas fuera de casa, a su regreso me encontró fregando el suelo, al abrir la puerta Trak, entro en la casa y al verme a cuatro patas lo primero que hizo fue olerme y puso una de sus patas sobre mi espalda, estaba pidiendo montarme.
De un golpe lo aparte diciéndole que no, pero el animal insistía y yo lo rechazaba hasta que Hans me vio mi acción de rechazo.
Se acerco, me cogió por los pelos y me dijo:
-Niña, te dije que eras la hembra de Trak y tenias que satisfacerlo cuando el quisiese, que no se vuelva a repetir.
Y dándome un puñetazo que me tiro al suelo quede media atontada, al tratar de incorporarme, Trak se acerco, me puso la pata en la espalda y yo accedí.
Me coloque en la posición oportuna para que me penetrase, se subió a mis espaldas y comenzó con sus movimientos para penetrarme, como no acertaba, le cogí el pene y tras besárselo lo puse a la puerta de mi culo.
Una vez bien colocado, comenzó con los movimientos de penetración, cortos pero continuos hasta que consiguió penetrarme completamente y ya dentro sus bolas comenzaron a hincharse dentro de mi culo, llenándolo con su semen.
Se dio la vuelta y quedamos unidos como el día anterior, los 15 minutos que permanecimos abotonados me parecieron cortos, comenzaba a sentir placer las penetraciones de Trak y el posterior acto de limpieza que me hacía en el culo. Le limpie su pene una vez nos separamos y le di un beso de agradecimiento, Hans había abandonado la habitación tras ver que Trak me penetraba.
Durante la comida, Hans me dijo que me iba a llevar a la capital, quería comprarme ropa y además estaba pensando en mudarse, buscaríamos una casa grande donde viviríamos se llevaría Trak ya que yo era su hembra. Al terminar de comer, me alcanzo una copa de vino y me dijo que me la bebiese, para celebrar que Trak estaba satisfecho con los polvos que me había echado.
En el vino, había puesto unas gotas de una droga, que aumentaba mis deseos por tener sexo, era una droga que por norma se le suministraba al ganado, para avivar su excitación en la copula, tanto en los machos como en las hembras.
A media tarde, sentí unas palpitaciones y calores en todo mi cuerpo, notaba que mi vagina se humedecía sin haberla excitado, me acerque al Sr. Hans y le dije lo que me pasaba y el me pregunto.
-Niña, esos calores que sientes que te invitan a hacer como crees que puedes eliminarlos.
-No lo se Sr. Hans, lo único que quiero es….
Y sin decir nada me acerque a él y lo bese en la boca agarrándome a su cuello.
El me separo y me dijo.
-Niña, que haces.
-No lo sé, pero necesito que me bese y apague el fuego que tengo en mi coño.
Entonces, me llevo a su cuarto y me tumbo en la cama, se desnudo y comenzó a besarme todo el cuerpo, los pechos, se me pusieron duros los pezones en punta yo le pedía que me los chupara con avidez recorrió todo mi cuerpo con su lengua, al llegar a mi pubis lo beso y beso mi clítoris, los jugos vaginales salían de mi coño, pero yo sentía calor interno y le dije.
-Por favor Sr. Hans apague el fuego que tengo interiormente en mi vagina.
El se puso de rodillas ante mi separo mis piernas y coloco su pene a la entrada de mi vagina, comenzando a penetrarme lentamente, pero al momento se paro, estaba tocando mi virgo con su polla.
-Por favor continúe, apague este fuego que tengo, le dije.
En eso, agarrando mis muslos fuertemente y con un movimiento de cadera metió de un solo golpe el resto de los 18 cm de su pene en mi coño.
-Hayyyyy, di un grito de dolor, me había desvirgado, sentí un dolor corto que se apaciguaba con los movimientos de mete y saca en mi vagina del pene grande y gordo de Hans, los movimientos eran cada vez más rápidos y más profundos llegando a tocar el cérvix de mi útero, le pedía mas constantemente hasta que de repente di tal grito de placer al mismo tiempo que note como Hans expulsaba por su pene una abundante ración de semen dentro de mi vagina, derramando el sobrante por los laterales de mi coño. Había apagado el fuego interno que me consumía el coño.
Cuando nos separamos, yo estaba sudando, me abrace a él y le di un beso en la boca al mismo tiempo que le daba las gracias por haberme apagado el fuego que sentía en mi interior.
Al limpiarme aprecie unos rastros de sangre, motivada a la rotura de mi virgo, me agache y le hice una mamada a Hans para limpiarle la polla, le gusto el gesto y me dijo.
-Niña, hoy he apagado tu fuego, me parece que tendré que apagarlo muchas veces de diversas formas.
-De las formas que quieras, Hans, mi amor, puedes hacerlo cuando quieras meter tu manguera para apagar mi fuego.
Era la primera vez que lo tuteaba y le había dicho, mi amor, me había convertido en su amante, en su puta particular.
Después de cenar, me retire a mi cuarto y trate de dormir, no podía, a mi mente venia las escenas que había vivido durante la tarde, como es que había llegado a permitir una violación ya que yo no quería acostarme con él, pero algo me decía que si quería y lo necesitaba. Me levante de la cama y me fui a la habitación de Hans, y sin decir nada me metí en su cama. Al verme me dijo:
-Que haces niña?
-Quiero dormir contigo, ahora como soy tu puta particular, quiero dormir siempre contigo y que tu manguera apague mi fuego las veces que lo necesite.
En si no sabía porque había dicho eso, pero necesitaba decirlo, algo dentro de mi me decía que desde ese momento yo pertenecía a Hans, no porque me hubiese comprado a mi padre, sino porque yo lo necesitaba, necesitaba de sus caricias, sus besos, que me afeitase el coño, que me poseyese, las veces que quisiese.
Sin decir nada, pero con una sonrisa, me abrazo, apoye mi cabeza en su pecho y me quede dormida.
Al día siguiente cuando me desperté, estaba en la misma posición, acaricie su peludo pecho y lo bese en la boca, al mismo tiempo que mi mano se deslizaba bajo las sabanas buscando su pene para acariciarlo, cuando lo encontré lo agarre fuerte pero delicadamente comencé a deslizar su prepucio, notaba en mi mano que con mis caricias crecía de tamaño y grosor entonces me deslice bajo las sabanas y le hice la mamada de los buenos días provocándole una descarga en mi boca que me la trague entera.
Después de unos momentos abrazados sin decirnos nada, nos levantamos y me puse hacer las tareas de casa, tras desayunar, como de costumbre, yo seguía desnuda por la casa y ahora con más razón, de esa manera Hans podía apagar con más rapidez mi fuego interior si se reavivaba.
Durante toda la semana, la monotonía que tenía antes de desvirgarme, había cambiado, dormía con Hans, no era necesario que el me lo pidiese o que yo se lo pidiese, si teníamos ganas lo hacíamos y si no nos acariciábamos únicamente.
Un día me dijo:
-Niña mañana nos vamos a la capital he comprado una casa con 14 habitaciones en una zona un poco apartada, en ella pondremos una casa de citas, buscaremos unas cuantas chicas para que hagan las labores que tu venias haciendo hasta ahora, tu las enseñaras, pasaran por lo que tu pasaste, quiero que sean vírgenes, pues a los hombres nos gusta la desfloración y la pagan mejor, quiero que tú me ayudes a buscarlas, por los pueblos, similares a como eras tú cuando viniste a casa.
-Claro cariño, te ayudare en todo y las aleccionare, además tengo también a mi amante Trak que me ayudara.
A Trak, solamente lo utilizaba en pocas ocasiones y únicamente para que me diese por el culo, me gustaba, quedarme abotonada a él, era una sensación indescriptible de sentirme unida a algo sin poder separarme.
Cuando llegamos a la capital, tras unos días de ordenar la casa, Hans, me llevo de compras, necesitaba ropa para poder salir a la calle, además tenía que ser ropa elegante, para que la gente viese que éramos hacendados y que al ir a comprar a las chicas diésemos una buena imagen.
Me compro, vestidos de varios colores, sombreros haciendo juego, corpiños, medias, blusas calzones, zapatos, bolsos etc.
Al mes de estar en la capital, comenzamos a visitar los pueblos de la provincia, buscando chicas, de baja condición económica a ser posible hijas únicas y con muy poca familia, las contratábamos como servicio para la casa, dándole una buena cantidad a su familia, que renunciaban a cualquier derecho sobre ellas.
Conseguimos 2 chicas que oscilaban entre los 17 y 19 años, bien formadas, una belleza pueblerina, que con un poco de educación y maquillaje quedaban transformadas, se les enseño las tareas de la casa, cuando ya habían aprendido las tareas de cocinar, limpiar, planchar, lavar y demás fue cuando se comenzó la instrucción de sus deberes para la casa.
Una mañana, entre en el cuarto de las chicas, se estaban vistiendo, al verme instintivamente se taparon, pero al ver que era una mujer, no tuvieron reparo de enseñar sus desnudeces, me acerque a ellas y les hable.
Buenos días chicas, como estáis, no tengáis vergüenza, al fin y al cabo lo que tenéis vosotras, también lo tengo yo, entre mujeres no debe de haber secretos, tenemos que apoyarnos las unas en las otras.
Yo también pase por lo que estáis pasando, soy una mujer de provincias, hace cuatro años el Sr. Hans me hizo la misma proposición y gracias a él así me veis, me costó mucho acostumbrarme a esta vida, pero ahora no me arrepiento, soy feliz y el Sr. Hans me quiere mucho, eso sí siempre tengo que obedecerle y hacer lo que me manda. Si queréis llegar a una posición como la que tengo yo, puedo ayudaros, pero eso sí, si tomáis esa decisión, después no podéis echaros a tras, y obedecerme en todo sin poner pegas, vosotras lo pensáis y me lo decís.
Había puesto el caramelo ante sus ojos, era cuestión de esperar su respuesta.
Por la noche, durante la cena, le indique a Hans que ya había lanzado el sedal, y esperaba pescar a dos hermosas piezas.
Al terminar de cenar, las dos chicas, Enkel y Anita me buscaron y me dijeron.
Sra. Susan, hemos pensado lo que nos dijo y hemos tomado la decisión de seguir sus pasos, para estar en el pueblo como antes, preferimos seguir sus consejos, que tenemos que hacer?
-Bueno chicas, me alegro de que os decidieseis, se os darán las pautas poco a poco, lo primero que vamos a hacer es que a partir de mañana cada una dormirá en una habitación sola. Y para celebrar vuestra decisión, mañana tendremos una comida especial y comeréis con nosotros en la mesa así vais tomando costumbres que serán diarias.
Cuando nos retiramos a descansar me acerque a Hans y cogiéndole por los huevos y dándole un beso le dije:
-Cariño, tenemos a las dos, mañana empezamos por la noche con las lecciones, y ahora quiero que me eches un buen polvo, tu y Trak al mismo tiempo, tu por delante y Trak por detrás.
Fui a buscar a Trak que al verme, comenzó a menear la cola, como sabiendo que le tocaba darme por el culo, lo metí en nuestra habitación y se quedo tumbado esperando la oportuna orden.
Hans ya se había desnudado y estaba tumbado en la cama esperándome, yo con la calma que es necesaria, me fui desnudando ante él, cuando estuve completamente desnuda, me puse de rodillas en la cama y comencé a hacerle una buena mamada, mientras Hans, metía sus dedos en mi coño, provocándome que mi vagina empezase a humedecerse.
Cuando vi que su pene, ya estaba como el mástil de una bandera, lo puse a la puerta de mi gruta, y empecé a bajar sobre él hasta que sus huevos tocaban mis muslos, me incline sobre el, ofreciéndole mis pechos para que los mamase al mismo tiempo que llamaba a Trak, que rápidamente se subió a la cama y al verme en la posición de cuatro patas, paso su pata sobre mi espalda pidiéndome permiso para penetrarme.
Le ayude a situar su pene en la entrada de mi culo y comenzó con sus movimientos, al mismo tiempo que Hans hacia los suyos, tenía dos hermosas poyas dentro de mí, dándome un placer que hasta esa fecha no había experimentado, cuando de repente, Hans, y yo lanzamos un pequeño grito de placer, al mismo tiempo que Trak se ponía de culo conmigo, abotonado como era natural, permanecimos los tres unidos durante 15 minutos, Trak descargaba constantemente su esperma en mi culo, y Hans, chupaba mis pezones como queriendo sacarme la leche que no tenia, pero algo me decía que la tendría.
Cuando nos separamos los tres, cogí el pene de Trak y el de Hans y los limpie con mi lengua dándoles las gracias a ambos, Trak, enseguida me lamio mi culo y mi coño para limpiarlos quedando tumbada en los brazos de Hans. Y así los dos abrazados y Trak a los pies de la cama nos quedamos dormidos .