Surfeando en la playa

Una chica surfera guapísima

Casi todas las tardes del verano salgo a dar una vuelta en bici. Me gusta ir por los caminos de costa por los que no pueden ir coches, así las playas están menos concurridas y más salvajes. A veces me gusta bajar con la bici a la orilla y pedalear por la orilla. Ese día fue uno de ellos.  Cogí la bici, bajé las escaleras y anduve hasta la orilla. Había muy poca gente en la playa ya que estaba nublado, solo algunas personas haciendo surf. Era una playa muy larga y estaba en marea baja. Las olas no rompían fuerte y al ser marea baja pude montar un buen rato por la orilla.

Dejé la bici y me fui a bañar, estaba empapado de sudor. Aunque estaba un poco fresca el agua, se estaba muy a gusto. Pasado un rato salí y me senté en la orilla a secarme. Viendo a los surfistas como cogían o intentaban coger las olas, descubrí que estaba ella. La había visto y he de reconocer que era uno de los motivos para ir a esa playa. Era delgada y casi todos los chicos se intentaban chulearse ante ella y tontear. No lo hacía mal aunque se cayera al poco tiempo de levantarse en la tabla con la ola. Se notaba que sabía y cuando lograba coger bien la ola tenía buen estilo. Yo, cuando he intentado surfear, era incapaz de ponerme de pie en la tabla.

Llevaba bastante tiempo mirándola y cuando llegó cerca la orilla me fijé más en ella. Era morena con bonito cuerpo y el neopreno que llevaba hacía que se le marcara muy bien sus curvas. Me fijé en sus pechos y tenía un buen par, jaja. No sé cuánto tiempo estuve mirándola pero debió ser bastante porque me tuve que apartar de la orilla ya que marea estaba subiendo y  las olas casi llegaban a la bici.

Pasado un buen rato más, ella salió del agua. ¡Caray, que guapa era! y eso que sólo la veía a distancia. Dejó la tabla en el suelo y se sentó sobre ella. Me distraje viendo a un chico cogiendo muy bien una ola y estando mucho tiempo cabalgándola. De repente oigo una voz, se había acercado a mí sin que me diera cuenta:

­   - ¿Me ayudas a bajarme la cremallera? Se me ha roto la cinta y no puedo sola.

­   - ¡Eh! Sin problema.

Se la bajé y me pidió que la ayudara a quitarse el neopreno bajándole los hombros y luego tirando de las mangas. ¡No me lo podía creer! Estaba con ella y hablando con ella. Estaba muy nervioso. Tenía un cuello largo y delgado y unos hombros super sexis. Parecía una diosa de la belleza. Mi corazón estaba a mil. Se giró, me dio las gracias y se fue a su toalla. Yo me había quedado como un tonto y fui viendo como se iba. Pasado un buen rato todos los demás surferos fueron saliendo y marchándose.

Pasado un tiempo me entraron otra vez ganas de bañarme. Subo mis cosas y la bici a más arriba de la playa y me fui a dar el último baño del día. Cuando estaba metiéndome poco a poco, cosas del agua fresca, y estaba por la rodilla el agua, oigo que alguien me habla.

­  - ¿Puedo bañarme contigo?- Me pregunta

­  - Sin problema.- Logro balbucear con cara de alelado.

­  - Me llamo Juanjo

­  - Encantado. Yo soy Vero

Entra corriendo en el agua. Yo la sigo. Nos ponemos a coger olas y me reta a ver quién de los dos coge más olas con el cuerpo y llega más cerca de la orilla. Estamos así un largo rato y nos salimos porque ella empieza a tener frío.  Cojo mi toalla y me acerco a donde están sus cosas. Me siento mirando al mar y ella detrás de mí. Tiene una toalla muy grande y con ella nos cubrimos los dos. Noto que está muy fría y dos puntos duros en mi espalda. Me giro y echo mi mano para atrás. Descubro que no lleva camiseta y las dureza son sus pezones. La sonrío y me dice que mire hacia delante.

Vero me abraza por detrás. Sus manos recorren mi torso parándose a jugar con mis pezones. Las caricias son suaves y muy placenteras. Me besa en una oreja y me dice que llevaba varios días en los que se había dado cuenta que no paraba de mirarla y que era un cortado Que era incapaz de empezar a hablar con ella y que por eso tuvo que lanzarse ella con el problema de su cremallera. Me hizo gracia. Me giré y la besé. Fue un pequeño piquito en sus labios.

Ella seguía con sus caricias. Fue bajando las manos hasta mis piernas. Me desata el bañador y mete su mano.

­   - ¡Jo, qué pequeña está! ¿Donde están tus huevecillos? No están

­   -  Con el frío del agua se nos meten dentro y la polla se queda en nada. Cuando hace calor todo sale y nos cuelga. Es como con vuestros pezones, el agua fría os los            pone duros.

­   - Los míos son bien duros y sensibles. ¿Los sientes?- me susurra.

Empieza a acariciar mi polla con la mano. Va creciendo y poniéndose bien gorda y dura.

­   - Mmmmm, me gusta como se está poniendo mi juguete. Creo que tendré que utilizarlo después.

Quiere quitarme el bañador. Levanto el culo y la ayudo. Me giro. Me quedo unos segundos mirándola. Es preciosa y el pelo mojado y ensortijado la hace estar todavía más sexi. Me acerco más a sus labios y los beso. mi lengua recorre sus labios y ella va abriendo su boca y nuestras lenguas se tocan. Suspiro de placer y seguimos besándonos. Su sabor me embriaga. Mis manos recorren su espalda y descubro que tampoco lleva la parte de abajo del bikini. Ella se separa un poco y me sonríe pícaramente.

­   - ¿Te gusta mi sorpresa?

­   - Me encanta. Me estás dejando asombrado de cómo eres de sexi, lanzada y sensual.

Me hace tumbar y se pone encima de mí. Mueve sus tetas sobre mi lengua. Chupo sus pezones. Están salados por el mar. Mientras chupo un pezón acaricio y pellizco el otro con mis dedos. Chupo y beso sus tetas. Me encanta lo suave y duras que son. Ella gime de placer. Succiono los pezones, los chupo como si estuviera mamando. Mi mano baja a su coño. Lo tiene depilado con una lidera tira de pelos cortitos. Está empapada.

Levo mi mano mojada de sus jugos a mi boca. ¡Descubro por fin el sabor del placer! La beso con sus fluidos en mi boca. Nos damos un gran morreo mientras nos abrazamos. Me tumba y se sienta encima de mi polla. La tengo durísima. No se la mete y empieza a frotarse con ella su clítoris y todo el coño. Se mueve en todas las direcciones. Sus gemidos y suspiros son cada vez mayores. Chupo de nuevo sus pezones y los pellizco. Vero se mueve más rápidamente y empieza a correrse teniendo ligeros espasmos. Su orgasmo es largo. Con mis dedos acaricio su clítoris y vuelve a tener otro orgasmo. Levanta ligeramente su cadera y aprovecho para meterle mi polla hasta el fondo de golpe. Vuelve a tener otro orgasmo. La cojo por las caderas y se la meto y saco fuerte y rápidamente. Chof, chof, chof,.......

Está empapada y siento todos sus jugos por mis piernas. Sigo follándola muy fuerte. Logro que tengo otro orgasmo más y yo ya no puedo aguantar más.........

­   - Vero, me corro. AAAHHHHGGGGGG

Ella se apoya en mí sin sacarse la polla. Estamos los dos muy sudados. La acaricio el pelo y la cara. Vero levanta su cabeza. Resopla un poco, me mira y me sonríe. Me da un suave beso en los labios.

­   - Vivo cerca de aquí. ¿Te apetece ducharte en casa y cenar antes de irte a la tuya?- La pregunto.

­   - Sí, estamos muy sudados y el mar ya está bien frío.

Nos levantamos. Nos ponemos el bikini y el bañador. Recogemos las cosas, su tabla y mi bici y nos vamos dando un paseo a mí casa.