Supervivientes de la plaga Civil: Capitulo 2-B

Cuando te arriesgas en un mundo apocalíptico, normalmente toda acción tiene su pro y su contra, ¿que pasara en el plan b? ¿Perderá a Sara, ahora que empiezan a conocerse? ¿morirá el intentando salvarla?

Capitulo 2-Plan>B:

Sara había estado siguiéndome, mientras meditaba dando vueltas de un lado a otro pensando, cual de mis ideas hacer, hasta que me decante por el plan B No era el menos arriesgado pero, si el más sencillo.

Yo : ¡ya está!

Sara : Darek… me has asustado

Era cierto al mirarla tenía una mano en su pecho y una cara de asustada

Yo : que fácil de asustar eres (mientras tenía una sonrisa burlona en la cara)

Sara : eh no te burles… ¿Qué has pensado? (mientras me hacia la pregunta, se sentaba en el sofá y adoptaba su pose favorita)

Yo : el plan B

Me puse con cara de interesante, pero ella tan solo hizo un sonido de molestia

Sara : solo recuerdo él A ¿puedes repetirme tanto el B y el C?

Yo : que mala memoria tienes

Sara : no, es que los otros planes no eran muy buenos y no los escuche…

Me sentí un poco bastante aludido por su comentario que sin intentar seguro ser ofensiva, para mí lo fue bastante.

Yo : entonces no necesitas oír los demás, ya que no eran muy buenos

Sara : anda ya, venga dímelos

Yo : no… te diré el que vamos a hacer, no necesitas saber el C

Sara me miro entornando los ojos yo desvié mi mirada y entonces, solo entonces pareció entenderlo todo.

Sara : ¿Qué te has enfadado?

Yo : no…

Sara : mírame ¡¿Qué te has enfadado?! ¿En serio?

Me agarro la cara apretándome un poco los laterales, obligándome a mirarla y a poner morritos.

Yo : (diciendo algo ininteligible)

Sara con una sonrisa en la cara

Sara : ¿Qué, que dices? No puedo oírte (mientras se reía)

La mire con un gesto sarcástico, hice que me soltara la cara suavemente

Yo : no tiene gracia…

Sara : a mí si me ha parecido gracioso, bueno ¿me lo dices?

Yo : venga, vale… ¡No! (con una sonrisa simpática)

Ahora era ella la que se había molestado, empezamos a hacernos cosquillas y nos besamos mutuamente, al soltarnos miramos para abajo cortados y ella por seguir la broma o, por romper el hielo, dijo con una sonrisa:

Sara : ¿ahora si me lo cuentas, no?

Y yo le conteste con otra, fingiendo fútilmente seriedad

Yo : te he dicho que no

Sara : ¡joder! ¿Qué tengo que hacer para que me lo digas?

Yo : espera… ¡que te escribo una lista! (con una sonrisa de oreja a oreja en la cara)

Nos besamos mas atrevidamente que antes, dejándonos llevar por un buen rato, sin pensar en lo que teníamos que hacer, ni lo que nos rodeaba, al menos durante los minutos largos y eternos, que duro este beso y lo que no era el beso.

Sara : bueno, dime al menos el que vamos a hacer (dejándome por imposible)

Mientras que acariciaba su mejilla con una sonrisa en mi cara, ella se sonrojaba y con algún beso de por medio, al fin, le conté el plan B

Sara : pues no me gusta

Yo : ¿Por qué?

Sara : es demasiado arriesgado

Yo : ¿se te ocurre algo mejor?

Sara : si, el plan A

Yo : el plan A es también muy arriesgado, si sale bien no pasa nada, pero si sale mal estaremos aquí encerrados, de por vida.

Tras un largo rato discutiendo la convencí argumentando que si pasaba algo era bajo mi responsabilidad de tomar la decisión de hacer el plan B, muy a disgusto suyo, yo di el primer viaje con extrema cautela, recogí la mayoría de comida, tendría que dar dos viajes mas para terminar la comida. Gracias a que su cocina estaba desordenada entre viaje y viaje, tardaba un poco, pero en el pasillo estaba poco tiempo, gracias a que Sara me abría rápidamente.

Ambos teníamos miedo, pero sobre todo yo, cada vez que salía al pasillo, mi vida pasaba por delante de mis ojos, sino fuera porque estaba eufórico por lo que había pasado antes y porque cada vez que entraba o salía, nos besábamos o acariciábamos, no hubiera tenido fuerzas o mejor dicho coraje, para salir tantas veces, hacia fuera.

Termine trayendo toda la comida que siendo dos, tendríamos para dos semanas, ahora iba hacia casa de Sara a por medicinas del botiquín que tenía en su baño, que aunque ahora no las necesitábamos podríamos necesitarlas en cualquier momento. Cuando entraba escuche pasos que subían las escaleras, me di la vuelta y mire de reojo hacia mi casa, cerrando rápidamente, además de lo mas silenciosamente que pude, la puerta.

Nada más entrar me gire y mire por la mirilla, como me lo temía habían subido dos muertos, pero, ¿Qué estaban haciendo? Me estaban rastreando o eso parecía, estaban siguiendo mi olor, tenía que hacer algo rápido o me descubrirían, fui a la cocina, cogí productos de limpieza fuertes como agua fuerte, amoniaco, lejía y eche un poco por toda la puerta sin hacer demasiado ruido.

Mire por la mirilla sin pegarme a la puerta, parecía haberlos desorientado un poco, porque se pusieron a golpear las cosas, pero entonces paso algo que no esperaba. Ambos se giraron hacia la puerta de mi casa, cargaron contra la puerta tras pegar un grito, uno se rompió un hombro y otro el brazo, dejando sendas marcas en la puerta, parecían el perro que había encontrado a su presa y avisaba a su amor, Sara también grito del susto.

Yo abrí la puerta sin pensármelo mucho, les tire lo primero que encontré que era un cojín, pero vamos, solo pretendía llamarlos así que al fin y al cabo, cumplía su función, le di a uno en la espalda.

Yo : eh, capullos que estoy aquí

Ellos se dieron la vuelta para mirarme, luego se miraron entre ellos, juraría que uno le guiño al otro el ojo y como si se pusieran de acuerdo sin hablar, solo con la mirada, con un simple gesto, uno se giro hacia la puerta para seguir golpeándola. Mientras que el otro comenzó a correr hacia mí, me puse a la derecha tras la puerta dispuesto a batear lo que entrara por la puerta.

El plan hubiera funcionado si el suelo no estuviera mojado haciendo resbalar al muerto que entraba haciéndome golpear la puerta tan solo, sin ningún resultado, claro. Por otra parte empezó a escucharse fuera tumulto, pensé que venían hacia aquí que iba a ser nuestro final, pero no iba a caer sin luchar.

El muerto resbalo, tras eso se comió el sofá, dando una voltereta por encima dada la inercia que llevaba y desapareciendo de mi vista, mientras los golpes se sucedían en mi puerta y la puerta crujía cada vez más, los pasos se acercaban por las escaleras algunos lejos, otros un poco más próximos. Pero en ese momento tuvimos un golpe de suerte, fuera comenzaron a oírse ruidos de disparos y de motos, de gente que se lo pasaba bien, como si esto fuera un juego.

La inmensa mayoría de los que venían, atraídos por el ruido, pareció darse la vuelta, yo cerré la puerta de espaldas sin mirar para asegurarme, agarre con fuerza el bate, el muerto salto al respaldar del sofá, yo cerré los ojos al ver que lo tenía encima e hice el movimiento de batear.

Note que lo golpeaba al abrir los ojos, vi que provoque que volara por los aires, sin tener tiempo a rematarlo abrí la puerta, viendo horrorizado que mi puerta estaba abierta de par en par y no había ni rastro de Sara ni del muerto desde donde podía ver. Todo estaba destrozado aunque se escuchaban golpes adentro, entre la fiesta de fuera y los pasos que se acercaban, los gritos de Sara me notificaban que quizá todavía no fuera tarde, para salvarla.

Me iba a apresurar en entrar para salvar a Sara, cuando de las escaleras subieron dos apretujados, uno entro para mi casa sin verme, pero el otro me vio de reojo y me hizo frente. Agarre con fuerza el bate, el se puso a cuatro patas, hice el amago de correr hacia él en zigzag, el salto sobre mí, fallando gracias a que acababa de cambiar de posición entre en mi casa, mientras volvía a saltarme encima, aguante el golpe y cerré la única cerradura sana que quedaba, no aguantaría mucho, pero me daría tiempo para salvar a Sara.

Apenas con un poco de aliento, resoplando por la peligrosa actividad frenética de hace unos instantes, con el corazón latiéndome a mil, sintiendo que se me saldría por la boca, descubrí que habían echado abajo la puerta de mi cuarto empecé a avanzar con las lagrimas saltadas. Cuando entre en mi cuarto vi a uno de ellos intentando abrir la puerta del armario y otro intentando coger algo debajo la cama ¿con cuál acabaría primero, cama o armario? De esta decisión podía depender salvar a Sara.