Supernatural (la maldición de la lujuria)

A veces hay seres a los que es mejor no molestar, ya que pueden ver dentro de ti y utlizarlo para cambiar tu vida. Los deseos ocultos, la pasión y el placer extremos pueden revelarse y "poseerte".

Dean clavo el cuchillo de

plata en el vientre de la Lujuria encarnada en un cuerpo humano, en aquel

momento no sabíamos que habíamos picado el anzuelo que Crowley nos había

lanzado, algo que lamentaríamos mas adelante.

Apenas unas gotas de

sangre salpicaron a Dean en la mano justo cuando el cuerpo que la Lujuria había

poseído se desplomo muerto al suelo;

-Salgamos de aquí de una

vez antes de que aparezca la policía-

dije apresurado a mi hermano.

  • Si, mejor será que nos

larguemos ya-  Asintió Dean, y dándose la

vuelta salió hacia el exterior a paso ligero.

Una tormenta se avecinaba,

a los lejos se podían ver las ocasionales luces de los relámpagos y los rayos,

el rugido de los truenos llegaba hasta nosotros ensordecido pero amenazador.

Subimos al Impala y emprendimos la marcha hacia ninguna parte, como siempre,

los erráticos hermanos Winchester desaparecían tras la cacería sin saber a

dónde nos llevaría  de nuevo el azar o lo

que sea que nos guía.

La tormenta nos estaba

alcanzando, Dean decidió parar en la cafetería de una gasolinera al pie de una

carretera secundaria a cenar alguna cosa y preguntar por el motel más cercano.

Al bajarse del coche Dean se quedó apoyado en la puerta del Impala, creí que

simplemente me estaba esperando, pero al llegar hasta donde estaba el apoyado

me miro y por momento se desvaneció. Hubiese caído de bruces al suelo si no

llego sujetarlo,

-Tranquilo, estoy bien

Sam-  me dijo reaccionando de inmediato.

  • ¿Que te ha pasado? Has

conducido sin problemas hasta aquí y de repente te desmayas – pregunte sin

poder evitar dejar salir mi preocupación.

  • Este oficio está

acabando conmigo, Sammy- replicó.

Dean recupero el aliento,

cuando me aseguré de que podía sostenerse en pie por sí solo lo deje emprender

los escasos 5 metros que había entre el aparcamiento y la entrada de la

cafetería. Decidí caminar detrás de él y así vigilarle por si volvía a suceder.

Justo en el momento en que echamos a andar un relámpago lo iluminó todo, y fue

en ese instante cuando debí haberme percatado de que algo extraño ocurría, por

fracciones de segundos la sombra que el relámpago proyectó en el suelo del

cuerpo de mi hermano, reveló una alas, como si Dean tuviese alas y estas se

proyectaran junto con su sombra. Un escalofrió me sacudió de pies a cabeza;

-De… - balbucee.

  • ¿Qué sucede? – pregunto,

a la vez que se llevaba una mano a la frente.

  • Me ha parecido ver algo

raro por momentos en tu sombra- declaré dubitativo.

  • Algo raro ¿o habrá sido

la luz del relámpago, Sammy? – pregunto con voz lánguida, era obvio que se

sentía mal.

  • Quizás si, de, entremos

en la cafetería solo falta que nos llueva encima-.

Una vez dentro de la

cafetería tomamos asiento, la camarera vino a tomar nota y tras pedir fue a la

barra a preparar las bebidas. Dean empezaba a tener mala cara, se le marcaban a

ojeras y estaba pálido. Encima de la mesa había una periódico, lo tomo y se

puso a buscar las noticas de sucesos. Trate de preguntar de preguntarle si veía

algún indicio de actividad extraña o de origen paranormal pero todo lo que se

limitó a decir fue un simple – no -. La camarera llego con el pedido, lo dejo

encima de la mesa y se alejó a seguir con sus quehaceres.

Cenamos en silencio, lo

único que se oía era la lluvia contra el cristal  y el sonido de los truenos recorriendo el

cielo y éramos los únicos clientes de la cafetería. Dean a penas probo bocado,

estaba absorto mirando el plato y jugaba con la comida moviéndola con el

tenedor. Finalmente decidí que era hora de sacarlo de su ensoñación;

-

Apenas has probado

bocado, pero curiosamente tiene mejor aspecto-

comenté tratando de darle conversación.

-

No tengo

mucha hambre, voy al baño, págale a la camarera y pregúntale donde cae el motel

más cercano ¿ok? – indico Dean levantándose.

Fui a la barra y pedí la

cuenta, la camarera trajo la nota y aproveche para preguntarle por el

alojamiento más cercano. La chica me indicó con cierta expresión de pena que no

había nada hasta llegar al próximo pueblo y este quedaba a unos 50km por esa

misma carretera. Pague y Salí al porche a esperar a Dean, la lluvia iba en

aumento y pensé en la noche que nos esperaba con el temporal que caía y todo

apuntando a tener que dormir en el Impala. Dean salió y se detuvo a mi lado;

-

¿Qué te ha

dicho la camarera- pregunto cerrándose la cazadora de piel.

-

Hasta dentro

de 50km no hay nada en esta carretera-

dije lastimero.

-

Pues ya sabes

lo que toca, hermanito- sentenció Dean y hecho a correr hacia el coche.

Vuelta a la carretera, la

lluvia era muy intensa y apenas dejaba ver unos metros por delante de los faros

del Impala, Dean conectó la radio y puso una de sus cintas. Apoyé la cabeza

contra el cristal de la puerta y empezaba a quedarme dormido cuando sentí que

algo recorría mi pierna derecha desde el tobillo hasta el muslo. Di un sobresalto,

desconcertado grite a Dean que parase el coche, El Impala se detuvo y yo estaba

congelado por la sensación tan extraña que aquello me había causado.

-¿Qué ocurre, Sammy? – La

voz de Dean me sonó siniestramente divertida, giré la cabeza para mirarlo y vi

que su expresión era algo desafiante, - ¿De qué te has asustado, hermanito? –

inquirió manteniendo el mismo tono divertido.

  • Algo me ha subido por

la pierna y…- Dean me interrumpió.

  • Habrá sido algún bicho

o tu propia imaginación, te estabas quedando dormido ¿no?- La mirada de Dean se

tornó de pronto muy penetrante.

  • ¿Estas bien? – Pregunte

con cierto recelo - ¿Por qué de pronto te comportas así?-

-Estoy cansado pero por

lo demás estoy bien, vamos a buscar algún lugar en esta carretera donde poder

aparcar y dormir un poco-  su voz sonó

severa, casi me hizo sentir paranoico.

Dean reanudó la marcha,

la carretera empezaba a serpentear y disminuyó la velocidad, de vez en cuando

me miraba de reojo, algo que no hacía más que ponerme en guardia. Parecía que

me estudiaba, como si hubiese algo en mí que de repente le estaba llamando

mucho la atención. En cierta ocasión giré la cara justo cuando él me miraba al

pecho, justo donde se desabrochaban los botones de mi camisa pero lejos de

evitar la situación se limitó medio sonreír. Corrí a abrochar de nuevo el botón

y preferí no decir nada. De repente el coche se detuvo delante de lo que

parecía un camino abandonado, a lo lejos parecía distinguirse un edificio;

-

Pasaremos ahí

la noche – sentenció Dean, como si tratara de no dejar lugar a replica.

-

Vamos Dean

¿en serio pretendes que pasemos la noche ahí? – me queje incrédulo.

-

Mira la noche

que está haciendo, es una locura seguir adelante, mejor eso que dormir en el

coche-. Dijo tratando de sonar convincente.

Tomamos el camino

abandonado y llegamos hasta lo que parecía una mansión abandonada, Dean detuvo

el coche delante de la puerta principal y salió corriendo hacia el maletero y

yo le seguí. Tomo unas mantas, algunas armas, una cuerda y cinta adhesiva:

-

¿Para qué quieres

la cuerda? Si esta ruina se cae no te va servir de nada- pregunté extrañado.

-

Nunca se

sabe, hermanito, nunca se sabe- sentenció de nuevo.

No nos costó abrir la

puerta, la cerradura estaba rota aunque las bisagras aun mantenían la puerta en

su lugar. El interior era un laberinto de muebles rotos, cortinajes raídos y

tablas sueltas, iba a quejarme de nuevo cuando un trueno me hizo enmudecer del

susto.

-

Subamos a ver

las “suites”- se burló Dean, mientras emprendía el camino hacia las escaleras.

Llegados al piso superior

Dean se metió en la primera habitación que encontró, se puso a un lado de la

puerta para que yo entrase y cuando pasé cerró la puerta tras de mí. A partir

de aquí todo comenzó a suceder muy rápido. Dean busco un entre los restos de

los muebles algo palo para atrancar la puerta, finalmente el respaldo de una

silla le sirvió para su propósito.

Quise bromear - ¿Qué

pasa, no puedes poner el cartelito de “no molestar”- En ese momento Dean se

giró y me dio un puñetazo con todas sus fuerzas, caí de espaldas al suelo y

quede inconsciente al golpearme la cabeza con algo.

El frio me despertó, la

tela raída del cortinaje se movía evidenciando que no había cristales en

aquella ventana. No tarde en percatarme de que me había desaparecido toda la

ropa excepto los bóxer negros. Me encontraba tumbado en el suelo, desnudo y por

si fuera poco tenía las manos atadas por encima de mi cabeza a la pata de un

pesado armario.

-

Sammy, Sammy,

Sammy… ¿Cuándo vas a aprender a seguir tu instinto y hacer caso de las señales-

sonó la voz de Dean desde el fondo oscuro de la habitación.

-

Dean ¿qué

coño significa esto y porque estoy desnudo?- inquirí.

-

No estas

desnudo del todo “aun” he esperado a que despertaras para iniciar la fiesta –

dijo empezando a caminar hacia mí, - no me gusta jugar solo…  ¿sabes? Estamos hablando demasiado, ya

comprenderás, la noche larga y la tormenta ahogará todos tus gritos -.

Dean estaba completamente

desnudo, llegó hasta mi, se sentó a horcajadas encima de mi paquete y reclino

su torso hasta que su cara enfrentó la mía, empezó a oler mi aliento y rozarme con

la punta de su nariz;

-

Oh, Sammy,

esta es nuestra noche muchacho- dijo en un susurro.

No podía creer lo que

estaba sucediendo, la lengua de Dean empezó a limpiar la sangre que había

salido de mi labio inferior por causa de su puñetazo, después pasó a lamer mis

labios, dando suaves toques con su lengua recorrió toda mi boca y finalmente me

besó con una sed que nunca sentí en todas las mujeres con las que había estado.

Eché los hombros hacia arriba en señal de rechazo pero sus manos los hicieron

descender de nuevo hasta el suelo:

-

No te

resistas Sammy, sabes que va a ocurrir de todas formas- advirtió.

-

Dean eres mi

hermano!!!- exclame preso de la confusión, - detén esta broma ya- suplique.

-

¿Es que aún

no sabes lo mucho que me gusta que se me resistan?-

Volvió a besarme con más

ganas aún que la  vez anterior, su lengua

recorría cada rincón de mi boca, parecía que en aquellos besos buscaba

emborracharse de algo de mí, absorber mi esencia.

-

Ya que esto va

a suceder de todas formas ¿Qué tal si por lo menos lo disfrutas?- parecía un

ultimátum, - No te haré más daño del que tú me permitas hacerte, lo juro- dijo

con una excitación evidente.

-

¿Quieres

follarme, Dean?- No podía dejar de pensar en que era mi hermano.

-

A ha!-

contestó.

Finalmente decidió que

sería mejor si yo me estaba calladito porque se levantó, agarró cinta adhesiva

y me tapo la boca:

-

Lástima de

labios-, dijo tras ponerme la cinta en la boca.

Volvió hasta mí pero esta

vez se tendió a mi lado, me agarró del pelo echándome hacia atrás la cabeza

para poder lamer mi cuello, mientras con la otra mano acariciaba mi pecho y mi

abdomen que se tensaban por lo agitado de mi respiración.

Dean continuó bajando con

su lengua recorriéndome el pecho, su otra mano jugaba en mi bajo vientre cuando

pude sentir que con uno de sus dedos empezaba a levantar levemente la goma de

mi bóxer:

-

Disfrútalo,

Sammy… disfrútalo- susurro.

Sus besos y toques de

lengua se transformaron en fuertes succiones en mis pezones, a la par que su

otra mano se deslizó dentro del bóxer y paso acariciando mis pelotas para

terminar posada en mi ingle. Su mano apretaba de forma firme mi ingle de manera

que sus dedos caían hasta casi la entrada de mi culo, fue descendiendo con su

boca por mi torso y solo se detuvo para frotar su cara contra mi abdomen

provocando que mis músculos se contrajeran al contacto pues tenía barba de dos

días.

Se colocó entre mis

piernas y las flexionó, me quitó el bóxer con cierta suavidad y cuál fue mi

sorpresa cuando mi polla salto erecta hacia arriba, con la confusión no me

había dado cuenta de que mis 24cm estaban en pie de guerra:

-

Oh, Sammy,

esto si que es un regalo – dijo lleno de sorpresa.

-

…mmmmmm…mmmmmm-

no pude alegar, tenía la boca tapada con la cinta adhesiva.

Dean se reclinó, apoyo

sus manos en el suelo, comenzó a descender desde mi rodilla dándome mordiscos

en la cara interior de los muslos, descendía poco a poco, yo sentía como

aquella locura me arrastraba y sin querer empecé a “disfrutarlo”. Finalmente

Dean llego hasta mi rabo erecto que palpitaba como los latidos de un corazón,

deslizó sus manos hasta posarlas en mi pecho, su boca se acercó a mi verga para

acariciarla con los labios,  que

lubricaba con la lengua haciendo así más fácil que mi polla se resbalara contra

ellos, en ocasiones me pellizcaba los pezones fuerte, lo que hacía que tratase

de zafarme pero haciéndolo así más divertido para él.

Colocó sus labios encima

de mi prepucio y comenzó a presionar hacia abajo, poco a poco fue retirándolo

con la boca hasta dejar mi  glande

descubierto, lejos de detenerse continuó hasta que toda mi verga desapareció

dentro de su cavidad bucal, cada vez que levantaba la cabeza de mi polla hacia

una succión muy fuerte que solo detenía cuando volvía a enterrar de nuevo mi verga

hasta su garganta. Dean me estaba comiendo la polla como nunca nadie lo había

hecho antes, la locura del placer que sentía se mezclaba con la voz en mi

cabeza que decía que debía hallar el modo de detener aquello, pero era del todo

incapaz, la felación que mi propio hermano le estaba dedicando a mi verga era

algo fuera de lo común.

Mientras mi polla iba

desapareciendo dentro su boca pude notar que una de sus manos me agarraba las

pelotas desde la base y tiraba levemente de ellas, lo que hacía que cuando mi

miembro quedaba libre se mantuviese apuntando hacia arriba en lugar de caer a

mi ombligo.

La intensidad del placer

llegó a un límite que no podía soportarlo, iba a correrme en cualquier momento

y empecé a gritar ahogadamente tras la cinta que cubría mi boca. Dean ralentizó

la marcha de sus succiones, soltó mis pelotas y se las introdujo en la boca,

ocasionalmente las soltaba para lamerme el culo, recorriendo la entrada de mi

esfínter con la lengua:

-

Creo que ya

estás listo para el siguiente nivel – Índico con la voz llena de júbilo.

Agarró mi verga con una

de sus manos, frotándola lentamente de forma masturbadora, mientras, humedeció el

dedo pulgar de la mano que le quedaba libre y tras esto lo introdujo sin

miramientos en mi culo. La sensación era muy fuerte, trate de zafarme

retorciéndome pero el empujo su dedo aún más adentro, en silencio comenzó a

sacarlo y meterlo, nunca antes nadie había tocado semejante parte de mi

intimidad. Ni yo mismo.

Mi culo empezaba a ceder

cuando sentí que dos de sus dedos hurgaban ahora, la entrada de mi esfínter

había cedido hasta donde nunca lo había hecho antes. Dean saco los dedos, se

puso de rodillas ante mí y pude ver por primera vez la polla de mi hermano

mayor erecta, larga, y tremendamente gruesa. Dean se escupió en una mano, se

lubrico la verga con la saliva  y la

colocó en la entrada de mi culo:

-

Podría

haberte dilatado más y evitar así que te duela de la forma en que lo va a hacer

pero tómatelo como mi pequeña venganza por la batalla de esta tarde- No podía

creer lo que oía.

-

..mmmmm.

Mmmmm... -, no podía articular palabra alguna con la boca llena de cinta

adhesiva, finalmente Dean arranco de un tirón la cinta de mi boca - ¿Cómo?

¿venganza? ¿Dean que ocurre?

-

¿Dean? Dean

está por aquí mirando, en algún lugar- dijo de forma burlona.

-

Lujuria!!!!-

grite – has poseído el cuerpo de mi hermano-.

-

Y en venganza

estoy haciendo realidad el más prohibido de sus deseos, Sammy… !tu ¡-.

La polla de Dean, gruesa

y dura como el acero, empezó a presionar en la entrada de mi culo haciendo una

fuerza enorme, podía sentir como mi esfínter se abría dejando paso a aquel

monstruo, el dolor era insoportable, me quemaba las entrañas y parecía que en

cualquier momento fuera a partirme el alma. Cada centímetro que entraba era

como si me empalaran con un palo astillado, mi cuerpo se retorcía de dolor y

sufrimiento pero la presión no cesaba y terminó por entrar del todo. Podía

sentir las pelotas de Dean acariciándome las nalgas, mis piernas estaban

apoyadas en sus hombros y mi hermano me sujetaba firmemente por las ingles.

Cuando comenzó el bombeo,

aquella sensación se intensifico hasta que de pronto y al mismo tiempo empecé a

sentir un placer como nunca antes había experimentado, la quemazón de la

fricción se mezclaba con esa especie de vibración que ahora me recorría entero

y todos los músculos de mi cuerpo estaban tensos como piedras. No sé cómo llego

a pasar pero por primera vez admiré la desnudez masculina del cuerpo de mi

hermano, Dean tenía un cuerpo fibrado y fuerte, bien esculpido y harmonioso, de

repente ver como me follaba me inundaba de placer, me sentía como su objeto de

deseo.

El ritmo que Dean marcaba

al principio era algo lento aunque constante, parecía hecho adrede con el fin

de que me acostumbrara a tenerlo dentro, pero poco a poco fue incrementando y

los golpes de pelvis de mi hermano se tornaron más rotundos y  golpeaba contra mis nalgas como las olas

embravecidas van a golpear contra las rocas de la costa.  Empecé a sentir un intenso calor por toda la

columna, el abdomen se me contraía cada vez que la polla de Dean entraba en mi

de nuevo para terminar golpeando con más fuerza aun.

El sudor que nos empapaba

pese al frio de la noche, creaba un contraste de temperaturas en mi piel que se

mezclaba con aquel place y dolor extremos. Dean me estuvo follando en esta

posición un largo tiempo, aminoró el ritmo hasta detenerse y sacó su verga de

mi culo. En aquella postura podía verla, húmeda, palpitante, más sedienta de mi

cuerpo que nunca:

-

¿Te los estas

pasando bien Sammy?, a juzgar por tu cara se diría que nunca hubieses esperado

un regalo como este-, dijo con una mirada diabólicamente lasciva. Se notaba que

estaba disfrutando aquello a sobremanera.

-

¿Cuánto va a

durar esto? ¿No has tenido ya suficiente venganza?- dije casi en una llorosa suplica.

-

Acabamos de

empezar Sammy, relájate, colabora y todo

terminará bien-.

Empujo una de mis

rodillas hacia un lado de modo que todo mi cuerpo rotó, una vez de lado me

sujeto tirando de mi pelvis para que me levantara y quedara finalmente de

rodillas y de espaldas a él. Yo tenía las manos atadas por las muñecas y podía

ver la cuerda que iba desde estas hasta la pata del armario. Dean puso sus

manos sobre mis hombros, acariciando con los pulgares la base de mi nuca,

retiró mi pelo a un  lado y acercó su cara

hasta mi cuello, pude sentir su aliento caliente rozándome la piel y

posteriormente su lengua que fue lamiendo mi sudor. Me empujó hacia delante de

forma que quedé reclinado y apoyado en mis codos, debido a esta postura mi

cadera quedaba más alta que mi cabeza por lo que mi culo quedaba completamente

expuesto.

Dean tomó mis nalgas con

sus fuertes manos y las separó, enterró su cara en ellas para a continuación

lamer toda la entrada de mi esfínter abierto ya por su descomunal polla.

Comprendí los diferentes niveles de placer que se entrelazan con el dolor pues,

pese a que tenía el culo completamente dolorido, aquellas caricias parecían

calmar un poco el fuego de mis entrañas. En un momento dado, Dean se incorporó,

tomo de nuevo mis caderas entre sus manos y empezó a frotar su miembro contra

mi culo. El calor que desprendía aquella masa carne húmeda era excepcional,

latía con tal intensidad que podía sentirlo aun sin estar dentro de mí.

-

Levántate,

quiero follarte de rodillas y oír como suplicas que me corra dentro de ti-,

dijo casi susurrando.

-

Dean, sé que

estas por ahí dentro, en algún lugar… aahhh-, intente invocar la consciencia de

mi hermano poseído por la lujuria pero antes de que pudiese terminar volví a

sentir aquella espada partiéndome en dos.

La voz me quedó presa en

la garganta, no podía gritar, aquella polla enorme estaba de nuevo

taladrándome, los brazos de Dean se me aferraban al pecho de manera que no

podía reclinarme hacia adelante solo podía estar de rodillas recibiendo cada

embestida, entrando cada vez más y más adentro. De pronto Dean me soltó el

pecho y me agarró por la cintura, sus dedos se me clavaron como puñales

ardiendo, el ritmo de las embestidas acelero y noté como la respiración de mi

hermano se aceleraba cada vez más.  Un

grito Salió de su garganta haciendo enmudecer a la tormenta y fue entonces

cuando sentí un calor intenso y liquido en mi interior. Con cierta rigidez,

debido al orgasmo que estaba teniendo, continuó embistiendo contra mi culo

durante un tiempo más. Finalmente salió de mí, podía sentir como mi culo

palpitaba e incluso lo abierto que estaba mi ano.

Se puso en pie, me tomo

por la cabeza y enterró su polla en mi boca hasta que llegó a mi garganta, de

forma lenta su verga entraba y salía de mi boca. Estaba claro que no tenía

suficiente con dejar su esencia en mi interior, también quería que la

saboreara.

-

Oh Sammy!

Eres un corcel increíble, solo ver como se pone tu cuerpo de rígido cuando te

follan ya ha valido la pena-, dijo mirándome directamente a los ojos.

-

Ya tienes lo

que querías, ahora libera el cuerpo de Dean y lárgate-, supliqué.

-

Aun no mi

querido niño, aun no. Para que concluir la maldición de mi venganza ahora debe

Dean beber tu néctar-, sentenció.

Yo seguía de rodillas, el

semen de mi hermano empezó a salir de mi culo para caer resbalando por el

interior de mis muslos. Dean empujó mi cuerpo hacia atrás pero sin dejarme caer

al suelo, mi polla seguía extrañamente erecta, latiente, el líquido pre seminal

salía desde la punta a borbotones.

Tomando mí verga con una

mano, Dean empezó masturbarme de modo que el líquido pre seminal se extendió

humedeciendo todo mi miembro, de repente la respiración se me acelero, no

podías más que morderme los labios ante aquel placer tan intenso. Sin dejar de

masturbarme, Dean me tomó del pelo y así consiguió atraer mi cara hasta la suya

para después regalarme un profundo beso que duró minutos. Mientras se fundían

nuestras bocas, Dean soltó mi pelo y me rodeó con el brazo por la espalda a la

par que su otra mano iba acelerando el ritmo de la paja que me estaba haciendo.

Estando aun su boca unida

a la mía, sentí que iba a correrme, gemidos entrecortados brotaron de mi

garganta indicando que mi esencia estaba a punto de estallar como un volcán.

Dean se apresuró para ponerse a la altura de mi polla, con un diestro

movimiento se la introdujo en la boca y comenzó a succionar con fuerza.

Finalmente mi semen se precipito a la boca de mi hermano mayor, debió de ser

una corrida enorme por que pude oírle toser y casi atragantarse.

Después de aquello me

desplomé al suelo, no tenía más fuerza para seguir en pie, me sentía exhausto y

me quedé dormido. Cuando desperté seguía lloviendo, estaba desnudo y temblaba

de frío, Dean estaba a mi lado mirándome.

-

Siento lo que

ha pasado Sammy, si hubiese podido siquiera evitártelo-, se lamentó.

-

Lujuria debió

poseerte cuando te salpicó su sangre anoche-, argumente, -¿recuerdas algo

de  lo que pasó?-.

-

Todo!-,

espetó apartando la vista.

-

Desátame,

necesito vestirme, estoy muerto de frío.

Salimos de la mansión en

ruinas, subimos al impala y no cruzamos palabra hasta llegar  a la población más cercana. Buscamos un  motel, alquilamos una habitación y me fui

directamente a la ducha. El agua caía por mi cuerpo recorriendo todos sus

recovecos,  aun podía sentir el dolor en mi

culo por la in tensa follada que Dean y lujuria me habían propinado la noche

anterior.

Cuando salí del baño vi

que Dean se había quedado dormido y que solo llevaba puesto el tejano. Me tumbé

a su lado, apoye la cabeza en su pecho y escuche su corazón. Le rodee con uno

de mis brazos y me quedé dormido también. Lujuria me dijo que Dean me deseaba

en secreto y ahora yo también empezaba a experimentar una extraña atracción

hacia Dean. Nada volverá a ser como antes, ya no.

Fin