Supernatural (La maidición de la Lujuria 3, final)

Una ayuda inesperada ayuda a los hermanos Sam y Dean a romper por fin la maldición de Lujuria y saldar las cuentas con Crowley. Hallar la fuerza para amar sin ataduras será una de las armas claves de esta aventura final.

Sobrenatural

(La maldición de la LujuriaIII, final)

Caminaba deprisa de vuelta al motel, no puede evitar reparar en que Dean no me había llamado ni una sola vez, desde luego no era normal en el, ya que como buen hermano mayor suele preocuparse bastante siempre que me retraso. Me disponía a cruzar una calle bastante ancha cuando de repente sonó el móvil, miré la pantalla y vi que era el, o me había leído el pensamiento o yo le conocía muy bien. Descolgué:

-          - ¿Si?

-          - Sam! Donde te has metido ¿Has visto la hora que es? – preguntó visiblemente molesto.

-          - Necesitaba aclararme las ideas y he estado dando vueltas ¿Has cenado ya? – pregunté tratando de evitar la charla que me iba a echar.

-          - No, aún no ¿te espero o  has comido algo por ahí? – se interesó.

-          - No he comido todavía, esperame en la cafetería del motel – sugerí.

-          - O.K –  colgó.

Cruce la calle casi sin mirar y aceleré el paso tratando de darme prisa, no quería hacerle esperar pero necesitaba aclararme antes de llegar y entablar una conversación con el para  contarle lo que estaba sintiendo  y los cambios que se estaban produciendo en mi desde la noche anterior.  Al llegar a la acera opuesta vi una antigua librería y me detuve un momento frente al escaparate, había unos libros viejos y gruesos con tapas de piel oscura y letras en el lomo casi borradas por el paso del tiempo. Un libro en concreto llamó poderosamente mí atención  “Tratado de brujería ancestral”, sentí  el impulso irrefrenable de comprarlo y ver que había en sus viejas hojas, por lo que entré en la librería para solicitar información.

La mujer era de edad algo avanzada, de cabello canoso y largo que llevaba recogido en una trenza, vestía una especie de camisa ancha color purpura y un gran pentagrama de plata colgado del cuello. Pese que era algo corpulenta, se movía con gracilidad por la tienda regalando sonrisas al aire, pues estaba ella sola en la librería. La mujer se dirigió a mi sin dejar sus quehaceres;

  • Si puedo ayudarte en algo dímelo, estaba a punto de cerrar – dijo sin mirarme.
  • Mm... de hecho son mas de las 12:00h, es curioso su horario – comenté.
  • Ya sabes, si los clientes no se amoldan a mi horario, tendré que adaptarme yo al suyo pero... ¿has venido a hablarme de mi horario comercial muchacho? - pregunto con cierto tono divertido – soy Edetana – se presentó.
  • Sam, no Edetana, he visto un tratado de brujería ancestral en el escaparate y me ha llamado la atención, quisiera comprarlo – argumenté.
  • Ha! si, ese viejo tratado ¿sabes que perteneció a una poderosa bruja wiccana? - dijo mientras dejaba unos libros y se acercaba a mi.
  • No, no lo sabía ¿cuanto pide por el? - solicité.
  • Por ser para ti... te costará hacer un juramento – sentenció.
  • ¿Un juramento? ¿Que es esto, una secta? - pregunté sorprendido.
  • No, verás, ese libro ha estado ahí durante años, esperando que su próximo dueño venga a por el. Ya se que esto suena extraño pero hay cosas que solo van a las manos de quienes deben ir ¿comprendes? - me explicó la mujer.
  • Entiendo, o eso creo pero ¿Que juramento es ese? - pregunté con curiosidad.

Edetana fue hasta la puerta de entrada, colocó el cartel de cerrado y cerró la puerta con llave, luego se dirigió hasta el escaparate y tomo el libro en sus manos. Me hizo un gesto con la cabeza indicándome que la siguiera, fui tras ella hasta la trastienda y me sorprendió lo que vi; la sala era enorme y en mitad de ella había una gran mesa de madera que tenía pinta de ser muy antigua, había velones blancos encendidos por todas partes e incensarios humeando en varios rincones. La mujer avanzó hasta la mesa y dejó el libro encima de un pequeño atril, se giró hacia mi y dijo;

  • Este es mi templo, he sido bruja wiccana durante varias de mis ultimas reencarnaciones y cuando un libro como este elige a un portador, debo asegurarme de que lo dejo en las manos adecuadas ¿comprendes? - Inquirió con tono severo.
  • Entiendo pero ¿que tiene que ver conmigo? - pregunté a la defensiva.
  • Este no es un tratado de pócimas medievales y conjuros inútiles, este ha sido el libro de las sombras de varias brujas y brujos y en sus paginas se encuentra escrita la sabiduría y experiencia de sus vidas, que llegues tu y lo quieras no es casualidad – afirmo con el mismo tono severo.
  • O sea que ¿estoy predestinado o he sido elegido para llevármelo? ¿es eso? - empezaba a ponerme nervioso, quien sabe si esta mujer era otro de los monstruos a los que dábamos caza Dean y yo.
  • Percibo una gran perturbación en ti, una energía de cambio que ha entrado de forma abrupta en tu vida y la ha puesto patas arriba. Pero no todo es negativo, algo bello aunque prohibido a los ojos de muchos esta naciendo en tu interior. También percibo que una gran fuerza externa ha cercado en su circulo a alguien querido para ti- sentenció con cierto tono suspensivo.
  • Lujuria!! - espeté – el diablo de la Lujuria, matamos su cuerpo pero no su espíritu y su maldición ha hecho presa en mi y en mi hermano.

La mujer abrió la tapa del libro, en la primera pagina se hallaba un pentagrama rodeado de otros símbolos entre los que reconocí las 4 fases lunares, tomó mi mano y la puso encima del trazado.

  • ¿Juras no utilizar el conocimiento en este libro contenido para perjudicar a ningún ser vivo? - Inició el juramento.
  • Lo juro.
  • Juras por la gracia de la Gran diosa madre, no utilizarlo para beneficiarte o enriquecerte con el – prosiguió.
  • Lo juro.
  • ¿Juras entregarlo al próximo/a portador/a cuando este/a aparezca ante ti, sin tratar de retenerlo?- prosiguió.
  • Lo juro – No sabia que pensar exactamente acerca de lo que ocurría.
  • Tomalo pues, ahora y hasta que debas entregarlo es tuyo y ante todo no dejes que caiga en manos equivocadas – aquello era una advertencia de que algo horrible podía ocurrir. - una cosa mas Sam, los diablos no existen, ni tan siquiera dios tal y como lo pintan. Estoy segura de que algún día harás una hallazgo indescriptible en torno a todo este tema pero para no confundirte solo te diré que la Lujuria no es un demonio, ni un espíritu y lamento mucho informarte de que no puedes acabar con ella. Forma parte de nuestra naturaleza, de nosotros mismos, es tan vieja como el alma y tan inmortal como los mismos dioses, es un instinto universal y no se puede luchar con ello.
  • Gracias Edetana por la información pero debo irme, me esperan – dije a modo de evasiva.
  • Sam, si Lujuria se dejó acorralar y os hizo creer que podíais matarla sería por algo mas profundo que el hecho de incordiar. Pero si habéis ofendido a ese ser, arregladlo cuanto antes y en eso el libro te puede ayudar.
  • Gracias de nuevo ¿salgo por la puerta principal? - pregunté, se me hacia tarde y Dean estaría ya preocupado.
  • Por esta misma puerta – dijo señalando una puerta trasera escondida tras unos cortinajes al fono de la sala.

Salí al callejón y volví a la vía principal, era mas de medianoche y sin embargo el cielo era claro debido a la enorme luna llena que lo presidía. Aquello que acababa de suceder me había dejado atónito y las cosas que edetana me dijo me hacían formularme preguntas para las que no tenía respuesta alguna, al menos no aún. El móvil sonó de nuevo, volvía a ser Dean pero esta vez no contesté, aligeré el paso con el fin de llegar cuanto antes. De todo lo dicho por Edetana, había una cosa que sonaba por encima de las demás; Lujuria no era un demonio, nos había dejado creer que la teníamos acorralada y que la habíamos matado en su forma humana. Seguir las indicaciones de crowley había sido el peor error que podíamos cometer, debía hablarlo con Dean entre otras muchas cosas y ver que hacer.

Por fin llegué a la entrada del aparcamiento del motel y desde allí pude ver a Dean en la puerta de la cafetería, esta había cerrado ya y el estaba esperando sentado en unos de los bancos de madera dispuestos a cada lado de la entrada.

  • Por fin el pequeño Sammy se ha dignado a hacer su aparición- dijo con cierto sarcasmo.
  • Lo siento, he tratado de darme toda la prisa que he podido – dije excusándome.
  • Vamos a la habitación, te he comprado un sándwich y una cerveza que ya estará caliente- advirtió.
  • De acuerdo vamos, tenemos que hablar de unas cuantas cosas y aclararlas – sentencié.

Subimos en silencio por las escaleras exteriores del motel hasta la habitación que teníamos alquilada, al entrar dejé el libro encima de una de las camas y me fui al baño. Me estaba lavando las manos cuando oí a Dean:

  • Oye! ¿Desde cuando te interesa la brujería? - su voz sonó con un tono de extrañeza.

  • ¿Lo dices por el tratado de brujería antigua? Lo cierto es que me ha pasado algo increíble, ahora te explico – dije con tono irónico.

  • O.K, espero -.

Salí del baño, me senté en la esquina de la cama en que Dean se había sentado y tome el sándwich de la bolsa de papel. Dean ojeaba el libro e iba poniendo caras raras a medida que leía su contenido, estuvimos así un tiempo, los dos sentados uno al lado del otro en silencio, el leyendo y yo comiendo y mirando de vez en cuando las paginas en que mi hermano se paraba a leer algo mas extensamente. En un momento dado me sorprendí mirando su mano, grande, firme y muy armoniosa, su piel era de un tono trigo tostado precioso lo que me produjo la necesidad de acariciarla y recordar recordad mi “afair” con Ray en el club apenas un par de horas antes. Terminé el sándwich, tome la cerveza, la destapé y justo cuando me disponía darle un trago Dean llamó mi atención;

  • ¿Has visto esto? - espetó Dean con sorpresa.

  • ¿el que? - respondí con curiosidad.

  • Aquí habla de la Lujuria, dice que se trata una especie de entidad colectiva, creada por la energía residual desprendida por las emociones de las personas – Explicó sin mirarme.
  • ¿Dice algo mas? - Inquirí.
  • Pues si, esta “entidad” vaga por el mundo terrenal, buscando las infidelidades, momentos de intensa pasión y desos ocultos para alimentarse de la energía que desprenden y según dice, al alimentarse de dicha energía, provoca en los sujetos momentos de intensa pasión y desenfreno, osea una efímera y corta felicidad intensa- dijo con cierta preocupación.
  • Vale, o sea que no hace mas daño a la gente del que la propia gente quiera infligirse a si misma con sus dobles vidas, pero algo mas tiene que decir, o sea, esta tarde cuando compré el libro, la dependienta me dijo que si habíamos ofendido a lujuria debíamos resarcirla ¿ves algo de eso? - Dean empezó a ojear de nuevo el libro.
  • Dejame ver, Mm... no! A ver aquí... tampoco, aquí!! aquí dice algo – la cara de Dean se torció con una mueca de preocupación, - aquí dice que Lujuria tiene el poder de desatar las pasiones mas bajas y secretas, obligando así al objeto de su “venganza” a llevarlas a cabo, conforme el tiempo pase la pasión irá en aumento hasta provocar la locura mas irreversible, habla además de pasajes de celos enfermizos, alucinaciones... Etc, lo que viene siendo un infierno personal, vamos – yo me quedé callado tratando de encajar en mi mente aquella información con todo lo ocurrido entre Dean y yo y mi aceptación hacia mi propio sexo como una opción sexual mas, finalmente reaccioné.
  • ¿Dice algo acerca de como enmendar la ofensa perpetrada? - pregunté temiéndome la respuesta.
  • Si, invocarla y alimentarla mediante un ritual que se describe aquí y del que no se que opinión tendrás, Lujuria solo se alimenta de la energía sexual- advirtió.
  • Dean ha llegado el momento de que pongamos las cosas en su lugar, desde la otra noche hay cosas que han cambiado de mi hacia ti, cosas a las que jamas pensé que pudiese dar cabida , todavía estoy muy confuso y me cuesta acostumbrarme a verme sintiendo cosas de este tipo pero creo que la maldición no te ha alcanzado a ti solo – declaré.

La cara de Dean parecía de la un niño pequeño al que hubiesen regañado, sus ojos estaban llenos de culpa y melancolía, simplemente me miraba como si estuviese dispuesto a aceptar cualquier acto de venganza por mi parte. A fin de cuentas, el fue quien insistió en perseguir a Lujuria cuando crowley nos dijo que matarla era la única forma de esquivar la seducción de lucifer y evitar así cualquier intento de posesión por su parte, el nos facilitó el cuchillo de plata para acabar con ella y ¿para que? Había sido todo una farsa, otra de las trampas de crowley para beneficiarse de algo a nuestra costa y de un modo que no comprendíamos. Lujuria no era un demonio maligno, ni una entidad peligrosa a la que perseguir y destruir, Lujuria era el resultado de nuestra propia pasión, era parte de todos y cada uno de nosotros.

  • Sam, creo que tu no estas maldito, si lees a pie de pagina verás que la ofensa la comete quien realiza el acto concreto contra ese ser- aclaró         Dean, según leyó en el libro.

  • Entonces ¿por que siento todas estas cosas? Verás, desde que me follaste la otra noche he empezado a sentirme atraído por ti, no he dejado de pelearme conmigo mismo, no he dejado de decirme a mi mismo que eres mi hermano y no he perdido de vista lo incestuoso de estos sentimientos pero... - hice una pausa corta – el hecho de saber que Lujuria simplemente utilizó algo que tu ya sentías hacia mi para castigarte, hace que me de todo igual y no termina la cosa ahí – sentencié-

  • ¿Que mas ocurre? - pregunto Dean con cara de sorpresa.

  • No eres el único tío por el que siento atracción – No pude evitar fijarme en que a Dean se le iban a salir los ojos de las órbitas, pero no me interrumpió y proseguí, - Esta tarde cuando me levanté me sentía muy confuso, salí a refrescarme las ideas y no se como terminé en un club de ambiente Gay – Confesé.
  • En un club Gay ¿y dices que no sabes como? - dijo dejando entrever cierta incredulidad.
  • Así es, entiéndeme, hace dos días la sola idea de estar con otro tío me habría hecho vomitar y de repente mi hermano mayor me folla y ¿ya soy gay?, no creo que sea tan fácil. Necesitaba saber si tu eras el único hombre por el que podía sentir algo y... - hice una pausa suspensiva-
  • ¿y...? - Dean estaba lleno de curiosidad pero en el fondo aquella conversación le daba un morbo inconfesable.
  • Bueno... un chico, Ray, hablamos un poco y... buffff – (suspiré) – terminó comiéndome la polla en la terraza trasera del club y por si te pica la curiosidad te diré que ha sido la mejor felación que nadie me haya hecho nunca. Ha sido algo salvaje y mientras eso ocurría, mis prejuicios respecto al tema se han ido a la mierda, es mas, ahora siento... - Dean me cortó de golpe.
  • Créeme cuando te digo que si pudiese dar marcha atrás en el tiempo, desharía todo este enredo – se lamentó Dean con sinceridad y prosiguió - pero Sammy, la sangre de Lujuria me salpicó solo a mi, por lo que entiendo que lo que te ocurre se debe al hecho de haber sido follado por otro tío, o sea por mi. Creo que has descubierto a la fuerza una parte de ti que de otra manera nunca te habrías planteado explorar – dijo mirando hacia la ventana, sentía vergüenza.
  • Eso ya da igual Dean ya volveremos a hablar de esto, pero ahora dime, algo tendremos que hacer para que Lujuria no te vuelva loco y termines encerrado o suicidándote – dije tratando de centrar la atención en buscar una solución.
  • He de salir a buscar a alguien para hacer el ritual y alimentar a Lujuria !!!Ya se¡¡¡ un club de alterne, pagaré a una puta si hace falta, ayudame a buscar una – me solicito con falso entusiasmo.
  • ¿Y como le vas a explicar a la chica lo del ritual? ¿Le dirás que eres un fetichista morboso? - pregunté irónicamente.
  • ¿Y que propones? ¿Se te ocurre algo mejor? - preguntó molesto

Sentí el impulso de aclarar mis dudas de una vez por todas, desde que saliese del club había estado sintiendo ganas de hacer el amor con Dean y terminar de una vez por todas con las luchas que aún se liberaban en mi interior. Sin decir nada me acerque a el, tomé su cara entre mis manos y acercando mi boca a la suya le di un cálido y húmedo beso, que rematé mordiendo el labio inferior de su boca al separarme de el. Dean me miraba con una increíble cara de sorpresa, imagino que no se le ocurría nada que decir, solo me miraba atónito, quieto y con la respiración visiblemente agitada. Le tome el libro de las manos, agarré las llaves del impala y me dirigí hacia la puerta;

  • vamos yo conduzco, se me ha ocurrido el lugar idóneo para invocar a Lujuria – le dije tratando de que reaccionara.

  • S... si! !Voy¡ - dijo siguiéndome.

Salí de la habitación a paso ligero, tenía claro a que lugar ir para poner en marcha nuestro plan, me giré un momento para darle el libro a Dean y pedirle que buscase cualquier elemento que pudiésemos necesitar. Observe que a diferencia de mi, Dean caminaba a un paso mas lento y obviamente se había quedado bastante mas atrás. Retrocedí hasta donde estaba el y al acercarme me miró con cara estar aún sorprendido por el beso que acababa de darle en la habitación.

  • Toma el libro y trata de buscar cualquier elemento que podamos necesitar – le pedí.

  • De acuerdo, Sammy... esto, lo que... - le interrumpí-

  • Lo que tengamos que hacer lo haremos juntos ¿de acuerdo? Tampoco es buena idea meter a nadie mas en este asunto – Dije tajantemente.

Subimos al coche, yo conducía y Dean iba en silencio ojeando el libro e iluminándose la lectura con una linterna que sujetaba con los dientes y que había encontrado en la guantera. Eran ya cerca de las 02:30h de la madrugada cuando nos adentramos en la carretera que cruzaba el bosque, la luna llena inundaba todo con un tono azulado y casi podía verse como si fuese de día. Por primera vez en aquellos dos días tenía la cabeza fría, extrañamente mis pensamientos eran muy claros y no tenía duda alguna acerca de la ejecución del plan, mentiría si dijese que en cierto modo no deseaba que sucediese.

  • Definitivamente en el libro no indica nada acerca de elementos necesarios para el ritual – dijo Dean rompiendo el silencio.

  • De acuerdo, pero ¿la invocación esta descrita, no? - pregunté para asegurarme.

  • Si, la invocación esta descrita... ¿Sam? - Hizo una breve pausa – ¿estas seguro de que quieres hacer esto? Es decir; que podrías arrepentirte después o confundirte más aún, ya sabes- Dijo Dean tratando de hacerme recapacitar.
  • Lo tengo claro De – afirmé escuetamente.

Llegamos por fin al desvío que marcaba el inicio del camino de tierra y que llevaba hasta al jardín de la mansión en ruinas. Desde la mitad del camino se podía avistar el tejado de la casa entre las copas de los altos arboles, Dean cerró el libro y apagó la linterna, el camino se terminó en seguida abriéndose al jardín de la entrada principal. Aparqué cerca de la escalinata que subía hasta la destartalada puerta, y tras apagar las luces y el motor salí del impala. Ciertamente la visión era desoladora, la casa estaba en peor estado de lo que yo recordaba pero sus gruesos muros de piedra y argamasa aguantaban aún, Dean salió también del coche y se dirigió al maletero, lo abrió y sacó un bote sal bendecida:

  • ¿Para que quieres eso? Se trata de alimentarla y no de mantenerla a raya – pregunté-
  • Lo se, es por si acaso no se presenta sola, ya sabes – alegó Dean.
  • No os hará falta la sal muchachos – una voz familiar sonó justo por detrás de Dean, era la voz de Crowley.
  • Maldito saco de mierda – Grito Dean girándose hacia donde venía la voz.
  • Tranquilo tigre – espetó Crowley con aire de suficiencia – no he venido aquí a jugar a la lucha libre chicos -.
  • Explicanos ahora mismo por que nos incitaste con tus mentiras a atacar a Lujuria sabiendo que estaba fuera de nuestro punto de mira ¿Por que nos has vendido? - le inste a que nos diese una explicación.
  • Ya sabes Sammy, negocios – declaró.
  • ¿Negocios? Que clase de negocios – replicó Dean iracundo.
  • Veréis – retomó Crowley – Lujuria es una entidad que tiene la capacidad de alimentarse de muchas fuentes a la vez, cada vez que alguien se hace una paja por puro placer ahí esta ella y claro, cuando te alimentas de la energía de la gente no solo absorbes su “pasión”, sino también parte de su energía vital y eso otorga un poder que esa zorra no usa para nada y a mi me vendría muy bien – argumentó con tono irónico.
  • O sea ¿has expuesto mi vida y la de mi hermano por un poco de energía... vital? Vamos Crowley, de todas las putas del infierno eres sin duda la mas patética – espetó Dean iracundo.
  • Puede que si Dean, pero yo no puedo llamarla ni hacerla venir, tiene predilección por los humanos. Os tenía que usar para poder atraerla y cuando yo absorba el poder de Lujuria, absorberé también los lazos que la unen a sus fuentes ¿No es perfecto? Un flujo continuo de energía y poder subconsciente- Dijo Crowley de forma divertida – entrad ahí y haced lo que se supone que debéis hacer, cuando hayáis terminado me echaré encima de esa zorra ninfomana y me haré con ella.. ha! No os preocupéis , no estaré mirando – tras esto se desvaneció en la clara oscuridad lunar.
  • No tenemos mas remedio que pasar por aquí Dean, lo mires por donde lo mires hay que librarte de esa influencia – aclaré.
  • Lo se Sammy, lo se, vamos allá – Dijo Dean empezando a caminar hacia la casa.

Entre detrás de Dean a lo que antaño fuese un gran recibidor, a uno de los lados se apreciaba el arco de entrada a una sala enorme que parecía un comedor. Dean iluminó con la linterna en al dirección de esa sala y se dirigió a ella. Yo me quedé de pie frente a las escaleras que subían a la planta superior, mirar aquellos escalones me trajo recuerdos agridulces.

  • Sam! Creo que aquí estará bien – Gritó Dean desde la sala grande.

  • O.k. Voy – respondí.

  • Voy a asegurarme de nuevo del orden en que deben suceder las cosas – comentó Dean abriendo de nuevo el libro, encendió la linterna y prosiguió sin apartar las mirada – aquí solo dice que una vez hecha la invocación, debemos iniciar el acto inmediatamente y que tratar de concentrarnos únicamente en … “pasarlo bien” – explicó Dean.
  • Muy bien, ayudame a apartar todos estos trastos rotos, lo haremos en mitad de la sala ¿de acuerdo? - sugerí.
  • De acuerdo -.

Movimos todo lo que ocupaba el centro de la sala tratando de dejarlo lo mas cerca de las paredes, una vez terminamos aquella tarea tan solo quedaba iniciar la invocación. Nos dirigimos los dos al centro que aquel salón, ahora ya libre de objetos rotos y demás restos.

  • ¿Preparado? - preguntó Dean.

  • Preparado – respondí para añadir – quizás deberíamos quitarnos la ropa y ponerla en el suelo, así aparte de no perder tiempo cuando llegue Lujuria, no tocaremos el suelo directamente con el culo – sugerí.

  • Me parece buena idea – aceptó Dean.

Con tan solo al luz de la linterna me fui desvistiendo y dejando la ropa todo lo extendida que pude, no presté mucha atención a Dean pues tampoco se veía mucho, tan solo su silueta fuerte, fibrada y esbelta se distinguía contra la luz que entraba de los ventanales. Yo me quité todo menos los bóxer, supongo que no era el mejor momento para ponerse pudoroso pero aún así me los dejé puestos. Tratamos de localizar el este para dirigir la invocación y nos pusimos ambos, uno cogido de la mano del otro, mirando hacia la misma dirección.

  • ¿Listo? - preguntó Dean - si quieres salimos de aquí y buscamos otra manera – sugerencia de ultima hora.
  • Dean, sabes que no hay “otra manera”, tranquilizate y desde ahora no pienses en mi como tu hermano, piensa solo en el hombre que has estado deseando tanto tiempo – le indiqué.
  • O.K. He memorizado la invocación y he escondido el libro entre uno de los montones de trastos que hemos apartado – era importante no exponerse a perder libro.
  • Perfecto, empieza ya Dean, recita la maldita invocación.

Cerré los ojos y trate de concentrar mi atención a las palabras que Dean iba a recitar con el fin de aportarle mi energía y que estas surtiesen efecto;

Te memorem, esse causa delectationis

libidinem plena ratio

nocte venires ad nos

fame restinguere

sitim extinguit

invocabimus

nunc

Nada, solo silencio, puede ver como Dean giraba su cabeza para mirarme, tan solo pensé en que las indicaciones decían que una vez realizada la invocación, debíamos iniciar el acto. Era el momento de dar rienda suelta a los impulsos que desde que saliera de aquel club gay me empujaban hacia Dean, me daba igual si venía o no Lujuria, Crowley o cualquiera de los dioses que estuviese mirándonos desde su jodido trono celeste.

Como hiciera en la habitación del motel antes de salir, di media vuelta hacia Dean, tome de nuevo su cara entre mis manos para acercarla a la mía y le bese tiernamente en la comisura de la boca, Dean me rodeo con sus brazos fuertes y masculinos acercando mas aún mi cuerpo al suyo, mientras continuaba cubriendo a besos sus labios, podía sentir el calor que desprendía su cuerpo, sus manos acariciaban mi espalda, entonces solté su rostro y le rodeé también yo con mis brazos. Un profundo beso selló nuestras bocas hambrientas, su lengua recorriendo hasta el recoveco mas ínfimo de mi cavidad bucal me producía un éxtasis prohibido a la raza humana por los siglos de los siglos, en nombre de un dios egoísta que solo el ser humano era capaz de entender por ser de su propia creación.

Dean me tomo por la cabeza y me besó mas profundamente aún, la vibración de sus músculos tensándose bajo aquella piel de terciopelo, despertó a una bestia dormida en mi por el prejuicio, era el momento de tomar el control de mis instintos. Abrazados como estábamos hice el gesto de ponerme de rodillas sin soltar el cuerpo de mi hermano, a lo que el no tuvo mas remedio que seguirme. Una vez estuvimos ambos de rodillas, le empujé sutilmente para que se echara por completo sobre el suelo cubierto por nuestras ropas, con una mano le tomé por la nuca y la otra la aferré a su cadera, en esa postura empecé a lamer su cuello y besar su piel, descendiendo hasta su pecho firme y fuerte cubriéndolo de besos. Recordé por un instante mi tarde con Ray y fui directo a por sus pezones, un mordisco leve, luego otro seguido de un beso húmedo para calmar la sensación. Nuestras respiraciones se agitaban al unisono, Dean apretaba firmemente con una de sus manos la mano que yo tenía en su cadera, al ritmo que sus ahogados gemidos iban llenando el aire.

Continué descendiendo con mi lengua camino de su abdomen, me volvían loco aquellos abdominales trabajados y firmes. Levanté la cabeza y trate de enfocar su mirada, le solté por un momento aunque solo para sentarme a horcajadas encima de su paquete y sentir toda su erección en la raja de mi culo, lo tome por las muñecas y lleve sus manos a reposar en mis cadera donde las sujeté, me excitaba tener su cuerpo bajo mi control. Comencé a frotar la raja de mi culo contra su polla que estaba ya dura como una roca, quería notar su calor, su rigidez y su longitud friccionándola y contra mis nalgas. La intensidad de la excitación empezaba a ser muy evidente en ambos, en ocasiones podía describirse como una vibración que pasaba de mi cuerpo al suyo y viceversa, nunca en mi vida había experimentado una sensación igual. La energía que desprendíamos nos recorría formando una especie de circulo, una unión cósmica solo entre y el yo, desde luego no era algo corriente. Escuchar aquella voz masculina gemir y mezclarse con los míos provocaba que mi erección fuese mayúscula:

  • Sammy... oh! Sammy, como deseo entrar en ti de nuevo – susurró suplicante.

  • Todo a su tiempo – fue lo único que conseguí decir, pues me temblaba la voz.

De repente un circulo de fuego se extendió a nuestro alrededor, las llamas eran increíblemente altas y crepitaba poderosamente a la par que desprendía un calor abrasador. Lujuria había llegado y una extraña seguridad en mi mismo me invadió como por arte de magia, por un momento me sentí mareado y tenía la sensación de ser mas ligero, como si mis movimientos fuesen mas rápidos o me costara menos realizarlos.

Me levante quedando así Dean entre mis tobillos, tome la goma de mis bóxer con ambas manos y tirando fuerte en direcciones opuestas los rompí deshaciéndome de ellos. Dean se sentó y se abrazó a una de mis piernas, lamía en sentido ascendente por la parte interior de mi muslo hasta que se encontrarse con mis pelotas y tras propinarles varios toques con la lengua, frotó su cara con ellas. Tuve la sensación de que mi cuerpo era recorrido por una corriente eléctrica cuando mi hermano introdujo por completo uno de mis testículos en su boca, lo humedeció y lo acarició dando círculos con su lengua alrededor del mismo, nunca antes me habían comido las pelotas de manera tan lasciva. Creí que me iba a estallar la polla cuando soltó mi testículo y metió su cara debajo de mis huevos para poder así a lamer todo mi culo desde esa posición, lo único que yo podía hacer era acariciar mi propio pecho, mi abdomen y ocasionalmente darme suaves tirones en la polla.

Dean retrocedió lentamente besando de nuevo la parte interior de mis muslos hasta salir totalmente de entre mis piernas pero yo necesitaba más, no podía dejar que el nivel descendiera, así que tome su cabeza entre mis manos y le dije – se un buen chico y saca la lengua – a lo que mi hermano obedeció sin replicas. Tomé mi polla con una mano y con esta le golpeé varias veces en la lengua y al mezclarse mi liquido pre seminal con su saliva, se formaron hilillos que le salpicaban en el rostro.

  • Dámela Sammy, hazme saber quien eres – su voz era vicio en estado puro.

No tuvo que pedírmelo dos veces, agarrándole por el pelo, apunté con mi verga a su boca y se la enterré hasta lo mas profundo de la garganta. Se atragantó ante tanta cantidad de carne pues yo mismo podía sentir su nariz bien hundida en mi pubis, me quedé unos instantes inmóvil para permitir que se acostumbrase a la sensación y poco a poco inicié un lento vaivén pero asegurándome de que cada vez que volviese a introducirla fuese un poco mas adentro. Sus manos estaban aferradas a mi culo y lo apretaban con fuerza cada vez que se atragantaba, provocando en mi un éxtasis que me empujaba a subir el ritmo de mis embestidas sin piedad, como una forma de castigarle. Ahí estaba yo, follándome la boca de Dean como un loco, de la que brotaban ocasionalmente algunos reguerones de saliva que le eran imposibles de tragar. Observé que algunas lagrimas recorrían su rostro fruto de tan brutal mamada y necesité ir aún mas allá.

Me separe de el, saqué mi polla de su boca que brillaba cubierta por una saliva espesa a la luz de las llamas, Dean seguía sentado en el suelo, me arrodille ante el y le besé de forma brusca y ansiosa, deseaba comerme aquella boca castigada por mi verga. Separé mi rostro del suyo y le ayudé a tenderse de nuevo en el suelo, levanté sus piernas empujando sus rodillas contra su pecho y quedaron así a expuestos su polla, sus pelotas y su ano. Sin soltar sus rodilla enterré mi cara en su culo, sentí la suavidad de la piel de su esfinter, al principio lo acaricié haciendo pequeños círculos con mi lengua para penetrárle el ano con ella después, no podía parar y necesitaba llegar cada vez mas y mas adentro, el culo virgen de mi hermano mayor se resistía pero yo estaba dispuesto a hacerle saber quien era Sammy, el pequeño y dulce Sammy.

Abandone su culo y proseguí lamiendo la distancia que separaba al ano de sus pelotas y como no me las comí, al principio las lamí humedeciéndolas copiosamente dándoles grandes succiones con mis labios, pero la excitación se estaba convirtiendo en una especie de ansiedad y no conforme con esto me metí sus dos cojones a la vez en la boca, su sabor agridulce era una nueva sensación. No dejé ni un momento de jugar con ellos con mi lengua, debido al movimiento, la gran polla de Dean me rozaba a veces la nariz. Esa verga era digna de alabanza, latía triunfal y orgullosa, esa misma polla que me había taladrado el culo sin piedad una noche antes.

Dejé que sus piernas descendieran y reposaran en el suelo, nuestras respiraciones eran ya muy agitadas y Dean me miraba con un fuego en los ojos mas vivo que el de las propias llamas que nos rodeaban. Me incliné hacia delante y tratando de no apartar la mirada de sus hermosos ojos verdes engullí toda su verga, Dean echó la cabeza hacia atrás al sentir el calor de mi boca pero no trató de tomar el control. Mi cabeza descendía y volvía a ascender a un ritmo medio y constante, intenté que el prepucio de mi hermano cubriese su glande cada vez que subía liberando así su verga para hacer que lo descubriese de nuevo haciendo presión con los labios cuando bajaba de nuevo engullendola otra vez. Su se retorcía de placer, podía sentir como la lujuria mas absoluta aumentaba en mi hermano, no cabía duda alguna que disfrutaba de aquello de una forma que haría escandalizar al director de cine porno mas curtido.

Aceleré el ritmo de la felación y con una mano agarré sus pelotas para tirar suavemente de ellas hacia abajo, con la otra mano tomé la polla de Dean por el tronco justo por delante de mis labios, de esta manera cuando mi mano descendía por su verga, esta se introducía en mi boca de nuevo. De repente su cuerpo se puso rígido, parecía que todos sus músculos se agarrotaban a la vez y sentí que su hermoso mástil daba espasmos. Solté mi mano y continué felándole solo con la boca hasta que le oí dar un gemido tremendo y se corrió abundantemente dentro de mi cavidad bucal. Tragué todo lo que pude pero había soltado tal cantidad de semen que no pude evitar que una parte cayera por la comisura de mis labios.

    • Besame Sammy, necesito que me beses ahora – suplicó extasiado.

Cuando me recliné hacia su boca, Dean tomó mi cabeza con suavidad y me dirigió directamente a sus labios, me besó con dulzura y retiró el semen de mis comisuras con la lengua, soltó mi cabeza y quedó tendido del todo en el suelo. Me miraba con ojos cristalinos, señal de que el proceso estaba siendo muy intenso aunque aún no habíamos terminado. El circulo de fuego seguía ardiendo a nuestro alrededor, por que Lujuria aún no se sentía satisfecha y por supuesto yo tampoco.

Separé las piernas de Dean, me arrodillé entre ellas y las tomé de nuevo para elevarlas flexionándolas por las rodillas hasta que estas le tocaron otra vez el pecho. Su ano volvió a quedar expuesto a mi rosado y todavía húmedo por mi saliva. Utilizando sus piernas de apoyo me recliné un poco sobre el, coloqué mi polla sobre su esfinter y escupí sobre mi glande para terminar de lubricarlo pues aún tenía la polla húmeda por toda la acción anterior. Dean no dijo nada pero me miraba con cierto temor, sabía que me lo iba a follar y tenía un lógico miedo pues aquel culo era todavía virgen. Moví la cadera hasta colocar mi verga justo en su orificio de entrada y empecé a ejercer una suave presión sobre el para abrirlo, Dean dejó ir un grito ahogado al sentir mi glande abriéndose paso hacia sus entrañas, lentamente ejercí mas presión pero de pronto noté como si el ano de mi hermano hiciese un “clac” y la punta de mi polla se hundió de golpe en el. Dean gritó esta vez con energía echando hacia atrás la cabeza, verle gritar de dolor me estimulo hasta el punto de querer meterle toda la polla de golpe y sin miramientos.

Sin aviso previo empecé a empujar mi verga dentro de mi hermano hasta hacerla desaparecer y mis pelotas chocaron contra sus nalgas, Dean levantó la cabeza cerrando los ojos muy fuerte y apretando los dientes a la vez que golpeaba el suelo con los puños. Me quedé quieto un momento para dejar que mi monstruo terminara de dilatar su esfinter. Apoyé sus tobillos sobre mis hombros antes de a embestir y sujetándole las piernas en esa posición inicié un pausado vaivén sin dejar que mi polla saliese del todo de aquel culo de ensueño.

Durante un par de minutos mantuve ese ritmo, Dean no dejaba de emitir ligeros lamentos que poco a poco pasaron a ser gemidos y cuando su verga empezó a ponerse dura de nuevo entendí que estaba listo para mas. No puedo describir que sentí al tener mi miembro dentro que aquel culo, su calor era increíble y la estrechez de sus paredes aprisionaba mi polla provocando una fricción nunca antes sentida por mi, se podía decir que follarse a Dean era una placer simplemente delicioso.

Subí el ritmo y la fuerza de mis embestidas, sacaba del todo mi polla para volver a introducirla de nuevo remantando la penetración con un golpe seco de cadera que hacía que todo el cuerpo de mi hermano se estremeciera. Dean no dejaba de gemir y gimotear en ocasiones, se llevaba las manos justo por debajo del ombligo y hacia fuerza con ellas, si como tratase de controlar la intensidad de las sensaciones. Entonces sin sacar mi verga de su culo, tomé sus piernas por debajo de las rodillas y flexionándolas fui descendiendo hasta echarme casi encima de el y sin que estas abandonasen mis hombros. Esta nueva postura nos permitía besarnos mientras le partía en dos el culo, Dean quien me rodeó con sus brazos por el cuello.

  • Oh! Sam... Ahhhh!!! Si! Joder... Rompeme el culo Sam – gemía Dean.

  • ¿La quieres mas adentro aún, hermanito? - pregunté con la voz entrecortada y tratando de darle a Dean lo que me pedía. Mis bolas rebotaban contra sus nalgas con tal fuerza que casi me era un poco doloroso pero indescriptiblemente placentero.

  • Si, así... No dejes de follarme Sammy – Tras decir esto, hizo descender mi cabeza hasta que pudo besarme. Durante el beso podía notar la irregularidad de su aliento debido a las embestidas que estaba recibiendo.
  • Dean... Te quiero – declaré, mi cuerpo entrando en el suyo de aquella manera me hizo entender que estaba y estaría mas unido a ese hombre de lo que jamas estaría a nadie – eres mi único hombre Dean, mi hermano, mi amante y mi compañero – añadí.
  • Gracias Sammy... oohhh!! - Un nuevo grito desgarrado emergió de la garganta de Dean cuando aumente aún mas el ritmo del bombeo. Noté que su verga iba a estallar de nuevo en cualquier momento, - no quiero pertenecer a nadie mas que a ti... aaaahhhhh.... Sam- No pudo terminar la frase ya que la fricción empezaba a ser a esas alturas insoportable para el, después de todo era la primera vez que le follaban por el culo.

Súbitamente sentí un gran cosquilleo en el bajo vientre que no tardó en convertirse en una fuerte sacudida, mi polla empezó a dar espamos y mis nalgas se apretaron, me corrí copiosamente dentro del culo de Dean pero enterrando a la vez mi polla en el y empujando con toda la fuerza que pude. Un nuevo grito se elevó por toda la casa, el esfinter de mi hermano se contraía de una manera incontrolada, sentía como este trataba de cerrarse del todo con mi polla dentro, sus brazos se abrazaron con todas sus fuerzas a mi cuello y su polla estalló de nuevo como un volcán sin haberse masturbado siquiera.

Las llamas del circulo se volvieron de un intenso color violeta y se estiraron hasta casi tocar el techo de la sala. Me desplomé envuelto en sudor encima del cuerpo también húmedo de mi hermano, su esfinter aún se contraía cuando desalojé mi verga de el. Sin recuperar el aliento me tumbé a su lado pero en dirección contraria, de manera que su miembro me quedaba a la altura de la cara y tras lamer el semen que le había caído en el abdomen le chupe lentamente la polla hasta dejársela de nuevo limpia y brillante por mi saliva. No cabe decir que Dean a su vez hizo lo mismo con mi polla.

Traté de levantarme, me puse en pie y miré a nuestro alrededor, las llamas seguían siendo muy altas y no sabia que iba a ocurrir. Por fin Dean también se levantó, se acerco a mi y abrazándome fuerte rompió a llorar como un niño pequeño.

  • Dean... he... tranquilo, estoy aquí, estoy contigo – trate de calmarle.

  • Sam... yo, lo siento mucho si esto... - rompió a llorar de nuevo.

  • No he hecho nada que no haya querido hacer, hoy he estado dentro de ti como tu estuviste dentro mío – declaré, - ha sido la experiencia mas salvaje, placentera y cósmica que he tenido en mi vida y ahora ¿sabes que? - pregunté tratando de desviar la atención de su sentimiento de culpa.
  • ¿Que?- dijo secándose las lagrimas con la mano.
  • Ahora que he probado tu cuerpo no podría renunciar a el y que siempre he tenido tu amor-, tras decirle estos nos besamos tiernamente, nuestras bocas se fundieron como sellando un pacto de amor eterno, un amor que nadie mas que nosotros entendíamos y defenderíamos siempre.
  • Ahora eres libre Dean!!!!! - Dijo una voz extraña en un tono ensordecedor.
  • Lujuria!!! - Gritó Dean – vete, Crowley ha venido a... - no pudo terminar la frase, de repente el circulo de fuego de desplazó hasta la pared mas al este y rodeó a Crowley.
  • Marchad – dijo Lujuria – ya nada tenéis que hacer aquí.
  • Chicos, lanzadme el bote de sal – suplicó Crowley.
  • Lo dejamos en el coche, mala suerte – le grité a Crowley en respuesta.

Nos vestimos deprisa, tomamos el libro de donde lo habíamos escondido y salimos de la mansión lo mas rápido que pudimos, no queríamos saber nada de lo que le esperaba al demonio cabrón de Crowley. Subimos al impala y tras recorrer el camino de tierra volvimos a la carretera.

  • ¿Que hora es Sam? - Preguntó Dean sin apartar la vista de la carretera.

  • Casi las 04:30h ¿Por que? - pregunté.

  • Me apetece una ducha y una cerveza bien fría – declaró.
  • Si, a mi también – confesé - ¿Por cierto? ¿Aún te arde el culo? - pregunté con tono jocoso.
  • Joder! Eres un ángel pero follas como un demonio, !cabrón¡ - dijo Dean haciendo una mueca divertida - ¿y las mujeres? - Volvió a preguntar.
  • ¿Las mujeres... que? - pregunté con cierto recelo, temiendo por donde iba.
  • ¿Vas a renunciar a ellas para ser solo mi amante? - preguntó Dean abiertamente.
  • Las mujeres están bien y ya sabes... pero tu serás mi único hombre – declaré con una sonrisa.

Por fin llegamos al motel, salimos del coche y subimos a la habitación, Dean se metió en el baño y se duchó. Yo me quité la camiseta y me tumbé en la cama esperando mi turno para entrar. Sin querer debí quedarme dormido. Una sensación de humedad me despertó, aturdido traté de moverme pero tenía las manos atadas con un cinturón al cabecero de la cama, Dean me había quitado los pantalones, me había levantado las piernas y me estaba lamiendo el culo, pude observar que tenía la polla erecta y húmeda. * Dean... ¿que...? - Pregunté sobresaltado.

  • Relajate, solo estamos tu yo Sammy – dijo colocando su polla en la entrada de mi culo...

Fin