Sumiso Consentido

Hace un año que nos hemos conocido y por tal evento he preparado una sorpresa a mi sumiso. Primera parte

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Esta de rodillas, vista baja y palmas alzadas sobre sus muslos. Completamente desnudo, con aquel grueso collar negro cuya cadena de metal cae por su torso.

Aún cuando se me ha escuchado acercarme con mis tacones altos no levanta la vista ni cambia su posición, ha aprendido después de muchas lecciones como debe de comportarse y ahora es muy bueno en su rol, su rol de sumiso.

Me aproximó a él con pasos cortos y firmes sin prisa alguna, la noche es joven y me gusta controlar incluso el tiempo.

Hoy he usado mi conjunto nuevo de lencería.

Una tanga negra de encaje y un body del mismo color que cae de mis abundantes y redondos senos. Mi cabello perfectamente liso hasta la mitad de mi espalda y mis labios rojos terminan el conjunto.

Me gusta verme bien, que me admiren y su boca se haga boca con imaginarme en sus manos... cuando les dé la oportunidad.

Levanto su cara para que me ve a los ojos y con las uñas recorro su barba espesa y rasposa, que hace maravillas en mis muslos cuando me come el coño. Aquella característica física fue de suma importancia para elegirlo como a uno de mis perros, me gustan los hombres con barba.

El me ve y puedo ver cada una de las muchas cosas que quiere decirme.

1.- Estoy deseoso de estar dentro de usted.

2.- Quiero marcarla.

3.- Quiero el control.

4.- Quiero dejar este juego y que seas mía.

5.- ¿Como terminé aquí?

N número de cosas y preguntas que ha dicho en voz alta y que sus ojos aún gritan.

La mejor parte de someter a un hombre es que él luche por tener el control, no hay nada más excitante en que seas la única persona en la tierra por quien se deje controlar, ¿Donde queda el juego cuando a cualquiera le ofrecen sus sumisión?

Me gusta que peleen que se planten el abandonarlo y conseguir algo mucho más fácil y al final regresen porque prefieren tenerte de la manera en la que tu lo permitas.

Me inclino lo suficiente para que mis tetas queden frente a su cara y escucho como traga en seco tratando de controlarse para no acercarse por su propio pie y devorarlas. Le gusta jugar con ellas, morderlas, pellizcarlas, lamerlas y todo lo que le permita hacer con ellas pero no le doy permiso de siquiera verlas y puedo ver su pelea interna.

--¿Sabes que día es hoy?

Le pregunto en un susurro contra su oído.

--No, mi Ama.

Contesta enseguida con voz ronca sin moverse un centímetro.

Yo sonrió y le doy dos leves palmadas contra la mejilla, cierra los ojos.

--Hoy se cumple un año de que nos conocimos en aquel bar, perrito--Sonrió-- Hieres mis sentimientos.

Él vuelve a cerrar los ojos, y veo como se recrimina mentalmente.

--Pero como soy buena, te he preparado un regalo.

Tomo su cadena y con un ligero tirón le indico ha donde quiero que se dirija. El a cuatro patas me sigue.

La habitación no es tan grande como me gustaría pero cuanta con lo necesario por ahora para divertirme y satisfacer mis deseos.

Pasamos junto a Perro #2 quien esta a cuatro patas, con su collar atado a una argolla del suelo y es follado por una maquilla con un dildo de 25 cm de largo y 10 de ancho. En su boca una mordaza de bola roja que se asemeja a una manzana como las de los cerdos. Desde que se la he puesto he planteado el cambiarle permanentemente el nombre a Cerdo y la idea me tienta cada día más. Entre sus manos sostiene una pelota con cascabeles dentro que en cuanto suelte indicarán que termina el juego y debe de salir de mi casa pero aunque han pasado un par de horas y sus mejillas están cubiertas de lágrimas la sostiene con fuerza.

Ninguno de los dos es feliz sabiendo que hay otro en su misma posición. Ambos son celosos y posesivos como naturaleza pero también ambos han aprendido que es la única manera de seguir aquí.

Ni siquiera lo volteó a ver dos veces. Es a final de cuentas un castigo por no llevar el dildo cuando manejaba como se lo ordene.

A mi perro #1 lo guió hacia la cruz y aunque puedo ver su miedo en cuanto la ve, lo hago ponerse de pie apoyarse contra ella.

Deslizó las cintas de cuero contra sus muñecas y tobillos pero dejó su boca libre. Quiero escucharlo gritar y gemir, aferrarse a su control con uñas y dientes.

Su verga ya está dura aunque se que puedo hacerla crecer un poco más y con la sola idea me chupo los labios.

Paso mi lengua a lo largo como si fuera una paleta de nieve de mi sabor favorito y elevo la vista para ver como sus manos ya forman dos puños en un intento de llegar a mi cabello.

--Por cierto perrito, no puedes correrte.

Le ordeno antes de repetir la acción esta vez teniendo especial cuidado en su glande que esta rojo e hinchado.

Lo hago una y otra vez solo suaves y superficiales lamidas y él parece tenerlo bajo control, pues a final de cuentas no es la primera vez que hemos jugado este juego.

Entonces esta vez lo chupo de verdad, me meto su verga de 21 cm tan adentro como puedo y juego un poco con mi lengua dentro de mi boca.

La sacó y la vuelvo a meter con movimientos lentos, paso mi lengua por el glande recogiendo la gota blanquecina que lo coronaba y lo vuelvo a meter.

Esta vez que lo

saco con una de mis manos lo aprieto un poco y doy suaves mordiscos en sus muslos a sabiendas de las marcas que dejara.

Subo y bajó mi puño a lo largo mientras mi otra mano está en sus testículos pesados.

Paso mi lengua por la parte que mi mano no cubre y es cuando lo escucho por primera vez.

-- Mi Ama, por favor.

Pide con voz ronca e impotente. Sonrió.

Esto a penas ha iniciado.

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N. A: Lamento las faltas ortograficas y gramaticales, no he podido revisarlo antes de publicarlo.

Espero lo disfruten tanto como yo lo he hecho escribiendolo. Me gustaria saber su opinion y sus comentarios, sientanse libres de hacerlos, quienes me hayan escrito antes sabran que procuro responderles a cada uno de ustedes.

Besos humedos