Sumisión y dominación de Alice cap-12
Empezaba a descubrir el placer de la sumisión y de follarme a mi Señor además de por obligación, también por puro placer y porque lo deseaba, el domingo se presentaba como una pausa, un día de playa
Capitulo 12
Domingo: desayuno, playa y … ?
En mi celda esperando a Beatriz …
Durante todo ese tiempo en que estuve despierta, pensaba en distintas cosas, nuevamente volvía a darle vueltas al porqué de lo distintas que éramos Beatriz y yo.
En la vida diaria, éramos dos mujeres atractivas, bien vestidas, educadas, pero a ella, en el rol como sumisa y esclava de su marido, la veía gozar de verdad, simplemente dejándose hacer y complaciendo a su hombre.
Quizás realmente el ser follada con dureza, siendo dominada y sometida, encerrase unos placeres que yo no conocía con mi marido y que mi cabeza rechazaba. Podía ser el sexo “animal” por llamarlo de alguna forma, ser más placentero y adictivo que el sexo convencional que teníamos Daniel y yo, donde ni siquiera le gustaba que se la chupase…
Me intrigaba porque además desconocía por completo esta variante del sexo que acababa de descubrir entre Beatriz y Raúl. Pero los azotes, los castigos, esa faceta todavía era más difícil para mi de entender como el dolor, podía llevar hasta el placer…, quizás Beatriz, en algún momento de buen rollo entre nosotras, me resolviese algunas de las muchas dudas y preguntas que me hacía sobre el sexo de dominación y sumisión…
Oí que alguien bajaba por la escalera, y me apresuré a colocarme en la posición de sumisión, fue una reacción instintiva, que ni siquiera pensé, estaba reaccionando por puro instinto, pero ya ni siquiera era miedo, simplemente mi cabeza y mi cuerpo reaccionaron para colocarme en la posición que me correspondía.
La que entró en mi celda fue Zoe, identifiqué su dulce y excitante olor a su perfume Donna antes de verla. Una alegría enorme se apoderó de mí. De verdad me gustaba Zoe, y era la única amiga que tenía para tratar de superar aquella difícil situación.
-¡ Hola Alice – me dijo con una sonrisa.
-¡ Buenos días Zoe. – respondí.
-¡ Ponte en pie .. – me ordenó.
Me levanté, para que ella pudiese realizar su tarea de revisarme por las mañanas y me puse frente a ella, abriendo bien las piernas y mis manos sobre la cabeza. Tocó mi coño para comprobar si me lo había rasurado de nuevo, y esa sensación de sentir su suave mano de mujer, recorriendo mi y revisando mi coño, ingles y ano, a pesar de lo previsto, me produjo una sensación de suave placer, que subió por mi estómago camino de mi cerebro activando mi hipotálamo y si el contacto de sus manos explorándome se hubiese prolongado el suficiente tiempo…. , uffff, me habría costado contenerme y no besarla después con deseo.
-¡ Muy bien - dijo Zoe – veo que lo mantienes en perfecto estado. El Amo estará contento. Ahora ven conmigo – me dijo – ¡ tenemos trabajo.
Vi que cogía las pinzas de los pezones, con la cadena y volvía a colocármelos, estaba claro que lo de esa noche había sido una especie de premio, pero volvían a recordarme mi sitio, sin embargo esta vez el dolor no fue tan acusado como en ocasiones anteriores, mi cuerpo se iba acostumbrando y hasta me producía una mezcla de dolor y morbo.
¿ Dónde vamos ? – le pregunte instintivamente.
¡ Ya sabes que no debes hacer preguntas – me dijo muy seria, aún así me respondió – ¡ Vamos a preparar el desayuno para el Amo y su amigo Pedro.
La mención de Pedro me produjo un escalofrío, tenía la esperanza de que se hubiese marchado ya. Me asustaba que Pedro siguiera en la casa, a pesar de que su odio hacia mi, era injusto pero lo entendía, no sabía que nuevas maldades podían ocurrírsele para vengarse de mi, y convencerle de que yo solo había sido otra de las víctimas del cierre de la empresa no iba a ser fácil, dado el negativo concepto que tenía de mi.
Salimos del sótano y ya en la cocina, preparamos un desayuno a base de tostadas, café, zumo y frutas, para dos personas, estaba claro, que primero eran Raúl y Pedro, y ya veríamos si nos dejaban desayunar a nosotras.
¡ Espera ahí en posición – me dijo Zoe, señalando la puerta del comedor de la casa.
¡ Cuando el Amo venga, haz lo mismo que me veas hacer a mí, y no preguntes, si no quieres ser castigada. Hasta ahora lo estás haciendo muy bien y el Amo está contento, no lo estropees.
En estos detalles, Zoe me ayudaba mucho y era mi principal nexo de conexión para comprender aquel nuevo y complejo rol de sumisa.
Asentí, y fui deprisa al comedor, y me coloqué en posición de sumisión en un rincón, esperando totalmente inmóvil, ya empezaba a adoptar la actitud que Raúl, esperaba de mi.
Pasados unos prolongados minutos escuché hablar a Raúl y Pedro, que se dirigían hacía nosotras y pasaron por delante de mí sin dirigirme ni siquiera una mirada. Inmediatamente pasó Zoe llevando la bandeja con el desayuno. Salieron a la terraza donde la noche anterior me había follado a Raúl por voluntad propia, en una cabalgada que me había salido espontáneamente porque estaba deseando hacerlo. También por primera vez había tenido dos pollas a mi entera disposición.
Aunque no pensaba reconocerlo, esa parte de la velada, para mi como mujer, había sido de placer y entrega total, desconectando de todo y dejándome llevar por mi instinto animal…..
Enseguida Zoe vino a mi lado, y se colocó en la misma posición. Éramos dos perras esperando anhelantes la llamada de su Amo, para ver si nos proporcionaba una caricia.
Estuvimos en esa postura un tiempo que se me hizo eterno, me dolían las rodillas. Noté que Zoe me tocaba, y me hacía una señal para que saliéramos a la terraza.
Poder moverme significaba un alivio, salimos a la terraza a cuatro patas, con nuestros collares de perra y la sensual cadena colgando de nuestros pezones, aunque para Zoe, que la llevaba sujeta a las anillas de sus perforados pezones, debía ser mucho más placentero lucirla, sin la presión de la mía sujeta por las pinzas,
Salimos, y mientras Zoe se arrodillaba delante de Raúl, yo hice lo propio delante de Pedro. Interiormente maldecí que me hubiese tocado Pedro, pero comprendía perfectamente que fuese así, yo era la novata y como era lógico, ella había elegido a Raúl.
- ¡ Muy bien perritas – dijo Raúl – ¡ Ahora que ya hemos desayunado, ya podéis hacerlo vosotras.
No había duda de que Raúl no se refería a que podíamos tomar todavía café, simplemente empezaríamos con su leche recién ordeñada, mi intuición y lo que iba asimilando como “comportamientos” que formaban parte de aquel nuevo rol, estaba claro lo que querían. Estaban con los albornoces abiertos, y sus pollas mostraban una enorme erección, sobre todo la de Pedro, que era la que me tocaba en esa ocasión.
Antes de empezar a chupársela vi como Zoe hacía algo que en un principio no entendí. Cogió la cadena que unía sus tetas, y la colocaba por encima de la polla de Raúl, y después se metió la polla en la boca. Con eso, la cadena tiraba de sus pezones hacia arriba, y esos debía producirle dolor.
Entonces recordé lo que me había Zoe, e hice lo mismo que ella. Pasé la cadena que unía mis pezones por encima de la polla de Pedro, y me metí su gruesa polla en la boca, mientras como era preceptivo le miraba a los ojos en señal de sumisión y de estar complacida por permitirme chupársela.
La cadena quedaba bastante tirante, y cuando me movía para chuparla, me producía tirones en los pezones, no eran muy fuertes, pero eran continuos. En esa posición si me sacaba la polla demasiado de la boca, al echarme hacía atrás, el tirón era muy fuerte, por lo que me veía obligada a chupar metiéndome la polla bastante hasta el fondo, pero la de Pedro era muy grande y no era fácil tener toda esa cantidad de palpitante y caliente rabo dentro de mi boca, pero no me quedaba más remedio, si no quería que mis pezones sufriesen más dolor del necesario.
Concentrada en hacer bien lo que se esperaba de mí, abstrayéndome de todo lo que no fuese chupársela y sentir las sensaciones de estar haciéndolo, realmente me excitó, y aunque el como persona, no me gustaba, aquella enorme polla, esa mezcla que tener la boca tan llena con ella y los tirones que me enviaban señales de dolor se estaban mezclando y empezaba a conocer las primeras sensaciones de esa mezcla de placer y dolor de las que me había estado hablando Zoe.
Miré de reojo a Zoe, que chupaba la polla de Raúl con ganas, estaba claro que para ella tener a su Amo, y ser la elegida para ser usada por él, era su mayor felicidad. Vivía para complacer a Raúl. Y en cierto modo comenzaba a entenderla, y eso me producía vértigo.
Chupando las dos al mismo tiempo, era una situación excitante y que empezaba a gustarme, allí sometidas y arrodilladas entre ellos dos en la terraza y mamándoles como dos putas, era tremendamente morboso.
Yo con la polla de Pedro tenía bastantes más problemas que Zoe con la suya. Aquel grueso y largo rabo de gran toro, sentía como me llegaba a la garganta, ya me iba acostumbrando a estas profundas introducciones y mi úvula se iba insensibilizando y acostumbrando al roce con aquella lubricada polla que me obligaba a respirar por la nariz, con mi tráquea obstruía y que a cada embestida sentía como su glande buscaba introducirse en mi conducto de entrada al esófago.
Tragaba lo mejor que podía, no debía decepcionarle si no quería que las cosas se pusiesen más duras todavía para mi,
Por suerte, al parecer Pedro estaba muy excitado viéndome sometida a el y con mi boca repleta con su polla que yo le mamaba como una puta y no tardó en correrse, también es cierto que yo ya estaba aprendiendo como chupar pollas, y creo que empezaba a dárseme bien.
Un gran chorro de semen salió de la polla de Pedro, que fue directa a mi garganta, llenándome, y sin más opciones porque me la mantenía descargando directamente hacia mi estómago y solo sentí el liquido caliente espeso bajar por mi garganta.
Yo respiraba con mucha dificultad pero trataba de gozar el momento y hasta que no empezó a sacármela y descargar sus últimos lechazos en mi paladar llenándome la boca, no pude sentir aquel sabor ligeramente dulzón y espeso pero suave en mi boca, que yo tragué ya sin asco, abandonada a aquellas sensaciones y que mi situación no me permitía cambiar. Iba a conseguir más comportándome como una solicita puta, que rebelándome.
Pedro tan brusco como siempre, cuando terminó de correrse, entre gruñidos que se asemejaban a un cerdo y con su enorme barriga pegada a mi cara me soltó la nuca y me echó la cabeza bruscamente hacia atrás, de manera que la cadena trabada en su gruesa polla, me produjo un fuerte tirón en mis pezones, que me provocó un dolor enorme en mis maltratados pezones.
- ¡ Uhhhgga.. ¡ – ahogué un grito, lo que produjo una sonora carcajada en Pedro.
A pesar de eso, de nuevo empecé a chuparle y limpiarle bien su grueso glande para complacerle y que estuviese satisfecho conmigo.
Mientras el se regodeaba mirándome sometida, me dijo.
-- ¡ Beth, sin duda estás hecha una buena puta, jaja ¡ ¿ Así se la chupabas a Mr. Richards, guarra ¡ …., ahora entiendo como te ganaste sus favores y después los del cornudo de tu flojo marido jaja
En esos momentos estuve tentada de pedirle permiso a Pedro para decirle que…, no era la culpable de lo que pasó…, pero opté por callar
Quitó la cadena de su polla, y yo volví a colocarme en posición de sumisión.
Mientras Zoe seguía trabajando la polla de Raúl, lo cierto es que me excitaba verla, e incluso me producía un sentimiento de celos ver como estaba con Raúl, y yo estaba confundida, porque no tenía claro si los celos eran por Zoe o por Raúl.
Raúl terminó por sucumbir a la experta mamada de Zoe, y se corrió abundantemente en la boca de Zoe. Esta tragó hasta la última gota, y Raúl sonrió satisfecho, y le dio unos golpecitos en la cabeza, condescendiente, como se haría con una perra fiel.
Zoe se colocó en posición, y Raúl dijo.
– ¡ Muy bien perritas, habéis estado muy bien. Ahora podéis comer algo, iros a la cocina, y después preparaos, que quiero ir a la playa….!
Oír eso me alegró, si íbamos a la playa, la mañana sería tranquila, en la playa no podrían hacerme nada muy evidente, tendrían que reprimirse, y podría descansar.
Zoe y yo nos fuimos a la cocina, y desayunamos, la verdad es que tenía hambre, y comer me sentó realmente bien.
Cuando terminamos y recogimos la cocina, Zoe me llevó con ella a una habitación de la casa.
- ¡ Voy a prestarte algo de ropa para ir a la playa. – me dijo
– ¡ Tenemos más o menos la misma talla, así que no habrá problema.
¡ Gracias Zoe – le dije- … porque lo cierto es que no he traído ningún bikini. Raúl me dijo que no trajera nada…
¡ Jajaja ….– se rió Zoe – …. ¡ No necesitas bikini tonta ….., es una playa nudista…. te voy a prestar una camisa playera para que te la pongas sobre tu desnudez hasta que las dos lleguemos a la playa, ya que hay un camino de unos 300 metros, pero nada más. Una vez en la playa estaremos desnudas sin nada, igual que todos los demás. ¿No conocías la platja de la Musclera ¿ … es muy conocida entre los nudistas ….
— ¡ Ah, está bien ….– dije.-- ¡ La verdad es que ante la perspectiva de pasar una tranquila mañana en la playa, lo que menos me importaba es que fuera nudista, de echo a mi me gustaba tomar el sol con bikinis minúsculos, y cuando tenía ocasión, en mi casa lo tomada desnuda, me encantaba estar desnuda, así que la perspectiva me agradaba, y en cierto modo prefería que fuese nudista, son más tranquilas, y a mi morbo por el exhibicionismo también le agradaba…
— ¡ Y da gracias,… dijo Zoe, … que el Amo te permite vestirte para ir hasta la playa,… si le pillas enfadado, lo normal es que te obligue a hacer todo el camino desnuda para exhibirte hasta llegar a la playa….
— ¡ Bueno, parece un día perfecto Zoe – le dije – … A mi me encantan las playas nudistas, pero mi marido Daniel nunca quiere ir.
— ¡ Jaja, pues cuando pertenezcas al Amo, no irás a otro tipo de playas que no sean estas…. ¡ Ves como todo son ventajas…, tonta, hazme caso y déjate ir y goza de la vida querida !
Fui a quitarme las pinzas de mis pezones, pero Zoe me paró. Y me dijo bruscamente -- ¿ Pero que haces ? … A veces me sorprende tu candidez todavía chica… ¿ Es que alguien te ha dado permiso para quitártelas?.
— ¡ No perdona…., lo siento Zoe... – dije - pensé que al ir a la playa, no llevaríamos esto.
— ¡ Siempre debes llevarlas, salvo que el Amo te diga lo contrario.
— ¡ Además de sexys, … la cadenita, pinzas, y demás complementos de sumisa…, tienen la función de que quien nos vea, sepa que pertenecemos a un Amo, es una forma que tienen los Amos de lucir a sus sumisas, llevándolas con algo que las haga identificables, entre las demás mujeres, que no pertenecen a nadie…
— ¡ Con el tiempo llevarás la cadena como yo, cuando el Amo te haga el honor de anillarte los pezones…., y te vas a ver muy sexy con los pezones anillados como una verdadera sumisa, ahora solo eres una aspirante. Y mostrándome su coño, - dijo muy orgullosa - Mira que sensuales que lucen las dos anillas que me hizo poner en los labios de mi coño
— ¡ Pero Zoe… Yo no quiero que me pongan anillas, como a ti ! – dije – ¡ No me gustaría que me marcase así, tan ostensiblemente además tiene que doler mucho cuando te hacen los agujeros y te los ponen, y especialmente hasta que la herida se seca.
Zoe me agarró fuertemente del mentón por sorpresa, y me dijo bruscamente
— ¿ Otra vez despreciando los regalos del amo ?..... Para cualquier sumisa es un motivo de orgullo ser aceptada y tomada como de su propiedad por un Amo y ser marcada.
Me hacía daño, y le respondí.
–- ¡ No… no los desprecio, es que me da miedo que me agujereen el cuerpo. Nunca me lo han hecho.
— ¡ Jaja – rió Zoe – No te preocupes, cuando el amo decida que estás lista para recibir los anillos, no te importará. …. Es más tonta, te sentirás orgullosa de que decida marcarte como suya, tonta… y antes de soltarme, me estampó un tremendo beso en la boca que me excitó.
Nunca anteriormente me había planteado la bisexualidad, pero Zoe era tan hermosa y sensual, que me atraía mucho, realmente la deseaba. …, para mi era una nueva e intensa adicción.