Sumisión y dominación de Alice cap-11
Prólogo: Tras someterme al enorme Pedro y aguantar todo su maltrato y ser follada por el vengándose de lo que el creía que había sido culpa mía, su despido y las penurias que tuvo que pasar, me esperaba Raúl el Amo para recompensarme
Capítulo 11
Recompensa por mi entrega y sumisión
Me lavé como pude y me hice a la idea de que aún quedaba trabajo por hacer.
Cuando estuve lista, al menos físicamente, porque mentalmente me encontraba en un completo lío, subí los escalones que me llevaban por primera vez desde que llegué a la casa, fuera del oscuro sótano.
Subí las escaleras con cierto miedo. Salí al pasillo de la casa desde el que se entraba al sótano, y no sabía a donde dirigirme, me asomé a una puerta, que vi que era la cocina, pero que estaba vacía.
Hice lo mismo con otra puerta, que daba a un espacioso salón, con una cristalera enorme, a través de la que se veía una terraza, en la que vi las siluetas de Raúl y Pedro, sentados en un sofá de exterior, la imagen me resultaba totalmente inverosímil. ¡ Estaban en la terraza completamente desnudos !
Estaba claro que ellos estaban acostumbrados, pero para mí era muy llamativo verles sentados, completamente desnudos al aire libre, aunque la casa tenía una valla, estaba segura de que si alguien pasaba por allí, a poco que se asomara podía ver lo que ocurría en la terraza, aunque siendo ya de noche, era difícil que alguien pasase por allí.
Pero lo más transgresor de la escena para mí no era que estuviesen desnudos, era ver que Beatriz estaba de rodillas delante de Pedro masajeándole y chupándole la polla, claramente con intención de volver a ponerle a tono, mientras él y Raúl se tomaban una cerveza como si tal cosa.
Allí estaban los tres con una naturalidad que me dejo sorprendida y al mismo tiempo, empecé a sentir como un cosquilleo en mi estómago y una clara sensación de que mi coño de nuevo se excitaba y se me erizaban los pezones.
En ese momento si vi claramente, lo que esperaban de mi como sumisa, que mi intuición me dijese que es lo que le apetecía a Raúl sin que tan siquiera el tuviese que ordenármelo, no había duda que yo no debía esperar ni siquiera a las órdenes de mi Amo para saber lo que quería, así era Beatriz, siempre sabía lo que quería su Amo.
Con bastantes reparos, y sabiendo que no tenía otra opción, y que además no quería decepcionarle, me dirigí a la terraza, desnuda como ellos, dispuesta a hacerle una mamada a Raúl para que me dejase ya descansar.
Me daba muchísima vergüenza (a estas alturas ya no podía decir que me daba asco chuparles las pollas, ni follar con ellos, eso ya lo había superado a la fuerza), pero estar a la vista de cualquiera que se asomase por la valla me daba mucha vergüenza, nunca había hecho algo así, pero al mismo tiempo era una travesura muy excitante, pero aún sentía algunos prejuicios ante situaciones al aire libre.
Aún así me armé de valor, y porque no decirlo, también de mucha excitación que me daba la posibilidad de ser vista, al fin y al cabo siempre me había gustado exhibirme con aquellos diminutos bikinis y lucir mi cuerpo en la piscina, así que aparentando resolución y atrevimiento y un cosquilleo tremendo desde mis piernas, hasta mi espalda salí a la terraza., con lo que el aire fresco que corría en una ligera brisa, hizo que mis pezones se pusiesen duros y mi piel se erizase.
Raúl me miró y me dijo –- ¡ Por fin estás aquí, has tardado mucho, venga, comienza ya a complacer a tu Señor, y mas vale que después de hacerme esperar tanto….valga la pena la espera.
Vi como Beatriz me miraba de reojo, con ojos divertidos, al verme algo turbada por lo nuevo para mí de la situación, mientras tenía en su boca la enorme polla de Pedro, que volvía a estar casi a tope otra vez, y Pedro directamente me ignoró claramente, la mamada de Beatriz le tenía totalmente concentrado, Zoe era una experta que sabía ganarse a su macho, la verdad es que me estaba dando un poco de envidia la naturalidad con la que llevaba la situación.
Me arrodillé delante de Raúl y sin demora me metí su polla en la boca, la tenía totalmente erecta, debía llevar toda la tarde viéndome con Pedro y esperando este momento.
Con mis manos y una sonrisa maliciosa, separé sus rodillas, para tener aquella buena polla ofrecida para mí.
Que le abriese las piernas con descaro, me di cuenta de que le había gustado por mi determinación, y sin hacerle esperar más, me propuse, ahora que ya tenía más experiencia en hacerlas, hacerle la mejor mamada que mi experiencia me permitiese, poniendo pasión y deseo en ello, porque en esos momentos a mí también, a cada segundo que pasaba, más deseos me entraban de hacérsela y con el morbo añadido de que algún mirón (aunque no era probable) nos estuviese observando a los cuatro con envidia. y con mi boca me tragué una y otra vez la polla de Raúl hasta el fondo, como se lo había visto hacer a Beatriz, con vicio y ganas y que después de la enorme de polla Pedro no parecía nada difícil, me esmeré en usar mi lengua con destreza, chupando el capullo de mi Señor, pues ya lo era con toda claridad, repasé con ganas el tronco de su polla pajeándole con mis labios apretados sobre ella, mientras mi Señor gozaba viendo como su polla desaparecía y aparecía rítmicamente dentro de mi boca,
Después mientras con mi mano, le seguía masturbando con mi boca, chupé sus huevos, que me tragaba con ganas, jugando con sus testículos dentro de mi boca, y sintiendo como se llenaban y se ponían sus bolas duras.
Observé como Beatriz, que ya había levantado la polla de Pedro otra vez (era impresionante la capacidad de recuperación de Pedro) y se incorporaba, y se sentaba sobre la polla de Pedro, follándoselo, sin que Pedro tuviera ni que moverse.
Esa imagen me excitó muchísimo, Beatriz era una maestra y supe en el mismo instante en que ella descendió sobre aquella enorme polla, que se deslizó por completo dentro del coño de Zoe, me calentó tanto su decisión que deseé hacer lo mismo.
Miré a mi Señor a los ojos, con una mirada de deseo por el (que posiblemente era la primera vez que le miraba así), y con una mirada comprendí que me daba permiso para hacer lo mismo y sin duda deseaba que yo sola me clavase su polla hasta el fondo de mi ansioso coño.
Sin pensarlo más y sin importarme ya nada, porque sorprendentemente lo que me incitaba a follar era el deseo puro por sentir a mi Señor dentro de mí.
Me incorporé lo suficiente, para que su polla muy dura por mi mamada, se situase encarada a la entrada de mi excitado coño.
Con mis manos apoyadas sobre sus hombros sin manos y con mis muslos abiertos uno a cada costado de mi Señor, descendí sobre aquella caliente estaca palpitante, y moviendo las caderas, me la introduje poco a poco, para que el viese como su polla, desaparecía dentro de mí por competo, hasta que los labios de mi coño sintieron su vello púbico en contacto con ellos sentada sobre la polla de mi Señor, con mis manos en sus hombros, y moviendo mis caderas follándomelo sin sacármela de dentro de mí y sintiendo como me complacía el contacto de su rabo duro de macho contra las paredes de mi vagina, empecé a balancear mis pechos con los pezones muy excitados frente a su cara, al mismo ritmo que mis caderas
Mi Señor, me las cogió con ambas manos y empezó a jugar con ellas y mis pezones que el apretaba, complacido de verme como una yegua en celo, montada sobre mi semental.
Tras esos preliminares de excitación empecé a subir y bajar sobre su polla cada vez con más rapidez, deseo y fuerza, mientras agitaba mi cabeza y cerraba fuerte mis labios, para no gemir como una zorra
Vi como Beatriz se corría ensartada por la polla de Pedro, casi al mismo tiempo a mí me vino un orgasmo, que me resultó extraño, por lo intenso pero al mismo tiempo muy deseado por estar follando con Raúl y le veía feliz teniéndome montada sobre él, después de los salvajes orgasmos que había tenido estando atada y sometida, este con mi Señor por puro deseo, había sido como volar de placer y cariño.
La verdad es que era la primera vez en mi vida que tenía tantos orgasmos en tan poco tiempo.
Me dejé llevar por ese deseo que me hacía desear follar con él, y no dejé de mirar a mi Señor a los ojos, desafiante, pero también con ojos de felicidad y vicio … Era para mí, la primera vez que follaba con mi Señor, deseándolo tanto o más que él. Vi cómo se reía y disfrutaba de la situación, y sentir que le había gustado mi espontaneidad que a el le satisfacía al verme tan viciosa y puta hizo.
Mientras le miraba con cara de placer, noté un ligero golpecito en el hombro…, era Pedro, que me señalaba a su polla, estaba claro que quería que terminara chupándosela.
Miré a mi Amo pidiéndole permiso, y cuando me lo dio, me saqué con cierta pena la polla de Raúl, y me arrodillé frente a Pedro, me introduje con dificultad aquella enorme polla en la boca, y con ella llena intenté chupársela como pude, ya que era incapaz de tenerla toda dentro, pero yo no era Zoe…, necesitaba practicar más, aunque hacía todo lo que podía.
Noté como desde atrás Raúl mi Señor, me abría las piernas un poco, y yo con gusto, las abrí un poco más, ofreciéndole de nuevo mi dilatado coño, sentí mientras seguía trabajándole la polla a Pedro, como su glande se introducía dentro de mis abiertos labios vaginales y con inusitada facilidad me ensartaba el coño de nuevo.
Era la primera vez que estaba con dos hombres al mismo tiempo y la sensación de gozar de dos pollas una en mi boca y otra follándome el coño fue superior a mí, y me corrí en unos instantes por el placer que sentía estando “llena” de macho por ambos extremos…..una vez más, al tiempo que Raúl derramaba su ahora deseado semen dentro de mí, y que por primera vez lo gozaba con deseo, deseando que me llenase con su caliente miel una vez más.
La sensación fue maravillosa y contribuyó a que mi orgasmo se alargarse, y de nuevo mis sentidos se transformaban en una sensación de túnel, por donde solo fluía placer y ajena a todo lo que pudiese ocurrir a nuestro alrededor.
Al correrme mi boca sacudida por aquel orgasmo que me había provocado mi Señor y gimiendo interiormente, porque la tenía llena con aquella masa de carne de Pedro, hizo que desatendiese la polla de Pedro un momento, que no dudó en forzar mi cabeza para que siguiese chupándole la polla.
Lo que me devolvió rápidamente a mi deber para con él y continué golosamente, hasta que Pedro no aguantó más y se corrió en mi boca.
A esas alturas ya no me disgustaba el sabor del semen, me estaba acostumbrando a su dulce sabor y su textura melosa, pero al ser tan grande la polla de Pedo, casi me ahogo al recibir el semen en mi garganta, pero retuve todo lo que pude, y recogí con mi lengua y mis dedos introduciéndomelo en la boca el poco que se había salido por la comisura de mis labios..
Pedro sacó su polla, y cuando me incorporé Beatriz me sorprendió besándome, y ayudándome con el semen de Pedro, que compartimos como buenas hermanas, uniendo nuestras bocas y entrelazando nuestras leguas, bebimos juntas la misma miel en un caliente y apasionado morreo entre ambas, sintiendo dentro de mí de nuevo el placer junto a otra mujer porque realmente Zoe, se estaba convirtiendo en una persona importante para mi
Estaba claro que Raúl estaba satisfecho, nos permitió sentarnos en el sofá, y hasta nos dio una cerveza a cada una, que bebimos con ganas, desnudas también y llenas de placer en contacto con la caliente piel de mi Señor, gozamos del momento de suma felicidad que nos invadió después de aquella intensa sesión de sexo y placer.
-- ¡ Muy bien Alice – dijo acariciándome la cara.
– ¡ Como te he dicho, hoy te has portado bien, y te has ganado una noche tranquila. Dormirás sin grilletes y sin pinzas en los pezones, lo que te permitirá dormir mejor...
-- ¡ Puedes cenar con Zoe en la cocina, y después vuelve a tu celda, y piensa en
lo que llevas vivido en estos dos días, y lo placentero que será entregarte a tu
Amo por completo.
—¡ Si Amo…, gracias - respondí.
Me fui con Beatriz a la cocina, me sentía relajada y feliz por primera vez, desde que había caído en manos de Raúl y también por primera vez, me había sentido a gusto conmigo misma en la última parte del día, gozando del sexo sometida, algo que nunca hubiese imaginado que pudiese llegar a sentir, aquel intenso placer al ser forzada.
-- ¡ Muy bien Alice - me dijo Zoe sonriendo
– ¡ Te he visto gozar de estos últimos momentos y eso significa que ya estás comprendiendo que ser sometida por el Amo es algo maravilloso, y te estás comportando como se espera de ti.
-- ¿ Tú crees Beatriz ? Tengo que reconocer que he tenido unos orgasmos maravillosos, pero también lo he pasado muy mal en otros momentos, y no entiendo que Raúl te ceda, a ti, su esposa para que se la follen otros, y si eso lo hace contigo, ¿ Qué hará conmigo ?
-- ¡ El que yo sea su esposa significa que soy su favorita, y paso con él la mayor parte del tiempo, pero no soy la única ni tu tampoco, simplemente le gusta estar conmigo más que con ninguna, y te aseguro que nadie, ni siquiera tú me quitaras ese puesto, que te quede claro (me dijo poniéndose seria)
-- ¡ Pero todas servimos igual al Amo, y cuando se nos requiere tenemos que servir a quien él nos diga. A mi claro está me tiene reservada para sus amistades más importantes.
-- ¡ Tranquila Beatriz, yo nunca sería capaz de interponerme entre tú y tu Amo, lo último que quiero es quitarte a tu hombre. Yo ya tengo a mi marido, al que adoro, le respondí con ingenuidad.
-- ¡ Jaja, eso lo dices ahora, pero ya verás… – dijo Beatriz como si fuese una oscura premonición.
-- ¡ Por cierto, toma.. – dijo entregándome el teléfono -- ¡ Llámale y que sepa que sigues viva….. Jajaja, me dijo dejándome sola para que hablase con mi marido.
Llamé a Daniel, y le conté una sarta de mentiras que me hacían hasta daño, por lo hipócrita y mentirosa que me veía forzada a ser con él, para que no se enterase de una verdad, que de saberla, le destrozaría.
Me sentía fatal mintiéndole, pero…. ¿ Qué podía hacer ?
Una vez que cenamos bajé con Beatriz que quiso acompañarme a la celda, mientras ellos hablaban de sus cosas, me lavé abundantemente para sentirme limpia y tras despedirme de Beatriz, me metí entre las sábanas frescas y limpias y mientras no me vencía el sueño, empecé a pensar en lo complicado de mi situación en aquellos momentos.
Al margen de los duros momentos que tuve que soportar con Pedro, pero que comprendía su odio hacia mi, realmente el resto de aquel día, había sido una sucesión de momentos de intenso placer y también complicidad especialmente con Beatriz, a quien agradecía lo mucho que me había ayudado y aconsejado, ya que sola, sin ella, no hubiese conseguido entender nada y entre Raúl y Pedro, me habrían molido a golpes.
No sabía que tenía pensado Raúl para mí. Lo que si había cambiado desde nuestra llegada, era en cierta forma, la relación entre él y yo, que en realidad era la misma, me retenía como una forzada sumisa, porque podía arruinar mi vida o denunciarme si no le obedecía…, seguía siendo su rehén pero una angustiosa duda me corroía por dentro ….
¿ Iba a ser para mi posible, compaginar mi matrimonio y ser al mismo tiempo su sumisa ? …¿ Durante cuánto tiempo podría ocultarle a mi marido que le ponía los cuernos con otros, y que era la puta sumisa de su vecino Raúl ?
…., eso era una posibilidad, solo si Raúl después de un tiempo, se cansaba de mí y me devolvía la libertad, pero no sabía si eso llegaría a ocurrir en un futuro próximo, y solo era cuestión de tiempo que de alguna forma Daniel notase que yo estaba cambiando, llevaba el pubis rasurado, podía darse cuenta en algún momento que llevaba alguna marca de castigo en mi piel, encontrar alguna cosa que le hiciese sospechar y lo que más temía, es que alguien se enterase antes que él y se lo dijese…..
Sabía que si le pedía a Raúl que a cambio de ser de vez en cuando su sumisa, no interfiriese en mi matrimonio, me diría que no. Él tenía muy asumido que yo ahora le pertenecía y no le importaba que mi marido pudiese enterarse. ¿ Por qué me hacía eso ? …, Sin duda le complacía someterme y torturarme
A Daniel no podía decirle nada de lo que estaba ocurriendo, él me quería con locura, pero en estos temas de infidelidad y sexo, era muy tradicional, como había sido educado y sabía que nunca me perdonaría una infidelidad, aunque hubiese sido obligada con amenazas…, no me perdonaría ni volvería a meterse en la cama conmigo, sabiendo que otros me habían estado follando como una vulgar puta.
La otra opción, era seguir siendo la sumisa de Raúl, pero ¿por qué iba a seguirle el juego, con lo que me había hecho y como me había tratado especialmente al someterme a la fuerza?.
Beatriz era muy feliz con Raúl, pero era su esposa y con aquellos juegos de sumisión, gozaba tanto como él.
¿ Qué papel jugaba yo en medio de ellos ? Simplemente el de sumisa, sin poder aspirar a nada más, ni a tener vida propia
O Raúl, como hacía con Beatriz, me permitiría tener vida propia (evidentemente con mi marido no iba a ser posible o como poco, muy improbable que aquella situación se prolongase mucho tiempo más)
Ninguna pieza encajaba en aquel complicado rompecabezas en que estaba metida.
Entre Beatriz y Raúl, habían logrado que aquel tipo de transgresora relación me estuviese empezando a gustar, y a cada nueva experiencia más me gustaba, me daba vergüenza reconocerlo, pero que me empotrasen y me follasen con fuerza, me había llevado a alcanzar un placer que no había experimentado hasta entonces, y desde que tuve que cambiar de vida también dejé atrás absolutamente todo.
Con 23 años era divertida, atrevida y no solía detenerme nada. Salía con chicos, y por mi carácter desenfadado, algunos me catalogaban como una chica fácil, como suelen decir, pero aquellos niñatos no sabían nada, porque si yo tenía sexo con alguien siempre era porque o me gustaba y además podía permitirme ser bastante selectiva, porque era guapita y no me faltaba nunca si yo lo deseaba, buena compañía, o porque me venía bien para ir promocionando mi ascenso dentro de la Empresa
Me vinieron a la mente, aquellas duras palabras que me había dicho Pedro
…………“, siempre fuiste una puta estirada ¡…..¡ y que sólo se arrimaba a quien le interesaba la muy zorra ¡
-- ¡ No dudo que quizás fueses muy inteligente entonces, tanto que llegaste a ser la Secretaria de dirección del presidente de la Empresa, a través de la bragueta de tu jefe, al que empezaste a seducir, hasta que terminaste siendo su amante y su puta
… ¡ y claro así fue como pese a tu juventud, te encaramaste hasta lo más alto, follándote a Mr. Richards y abriéndote de piernas para él, porque te interesaba y el recompensó tus buenos servicios, ascendiéndote, vendiste tu cuerpo de guapa zorra por dinero ! grandísima puta !
Eran palabras muy duras…, pero era la verdad, era muy buena en mi trabajo, pero si no me hubiese metido dentro de los pantalones de Mr. Richards y me hubiese convertido en la amante de aquel viejo adinerado de casi 60 años a espaldas de su mujer, lo más probable, es que no hubiese llegado donde llegué… hasta que me traicionó…., el muy….
Recordar aquellos hechos que parecían tan lejanos, me hicieron barajar otra posibilidad ….. ¿ Y si me entregaba a Raúl ?
La primera vez que dejé que aquel viejo pero elegante hombre me follase lo hice por egoísmo y por conseguir llegar a lo más alto.
¿ Si ya me había vendido una vez ? , o quizás dos, cuando me casé con Daniel por su posición social y su dinero, a pesar de que ahora ya le amaba porque era tan bueno, que me había robado el corazón….
¿ Qué podía perder, que ya no estuviese “casi” perdido por la presión a que me sometía Raúl ? … ¿ mi matrimonio ? Y con ello, el alto tren de vida que llevaba con mi marido, pero que no me llenaba ni de lejos como lo habían estado haciendo el intenso placer y las sensaciones extremas que había experimentado una tras otra en solo dos días junto a Raúl y Zoe…
Tenía que pensarlo muy bien antes de decidir, pero tal como me estaba empujando Raúl, a una casi inevitable rotura con mi marido más temprano que tarde, quizás la única opción que me quedaba, era “lanzarme al vacío” y esperar que el que sería mi Amo, evitase que terminase de nuevo estrellada sin presente ni futuro.
Era muy arriesgado dar ese paso y confiarle todo lo que sería a un Amo, yo no era Beatriz, solo era el capricho de Raúl, pero ¿ Me quedaba alguna otra opción ?
Dándole vueltas a mi cabeza, finalmente me dormí……..
Tercer día Domingo
Aunque me había costado bastante dormirme, con las dudas asaltándome, el domingo me desperté temprano, demasiado y con tiempo para seguir dándole vueltas a mi cabeza..
No tenía ni idea de cuales eran los planes que Raúl tenía para mi y Zoe, y mientras se tratase de seguir complaciendo a Pedro, aquel oso grande, me daba igual.
Tampoco sabía si Pedro iba a seguir en la casa o se había marchado ya.
Para que la espera se me hiciese más llevadera, de nuevo me lave bien y después cogiendo la maquinilla de rasurarme desechable y con el bote de espuma, empecé a repasar mis axilas, ingles y coño, comprobando tras pasar mis dedos por todas las zonas que de nuevo, estaba suave como la piel de un melocotón…….
Estaba sentada en el borde de la bañera y miré las tres finas hojas de la maquinilla, eso y el agua que brotaba del grifo, me hicieron pensar en que con facilidad podía extraer las cuchillas, rompiendo el plástico protector.
Agobiada por los problemas que debía afrontar, y la ansiedad que me provocaba aquella imprevisible situación, me pasó por la cabeza, extraerla y tumbada en la bañera cortarme las venas de las muñecas, lo que casi no me iba a doler , cerrar los ojos y dejar que el agua hiciese el resto, y dormirme en un sueño que me iba a liberar de todo y poner fin a mi azarosa y errática vida…., pero no tuve valor….!
Era demasiado joven para rendirme. Me cepillé el pelo largamente hasta que lo tuve ordenado y bonito, y me volví a hacer una cola alta.
Sobre la cama, sentada sobre mis talones y los ojos cerrados, en posición de espera, imaginé que la primera que bajaría sería Beatriz y allí me quedé esperando y sin poder dejar de barajar las dos únicas opciones, ceder y someterme ya a mi Señor, o seguir luchando contra aquel muro que no tenía posibilidad de derribar por mucha fuerza y rabia que le pusiese, y así me quedé con mi collar, esperando a Zoe o a ser llamada ….