Sumisión y dominación de Alice cap-10

Tras la sesión lésbica con Zoe y la inimaginable sorpresa de la presencia de aquel extraño para mi, que en realidad se trataba de un ex trabajador que creía que su despido y su ruina, era por mi culpa, y me guardaba mucho odio y rencor, me esperaba a continuación, recibir el castigo del tal Pedro

Capítulo - 10

Aparición de “Pedro” en escena

Era tan injusto que  por su culpa me encontrase en ese sótano, desnuda delante de tres sádicos que no dudaban en hacerme cualquier cosa que se les ocurriera, y aunque ciertamente ese día estaba gozando de algunos de los mejores orgasmos de mi vida, no era algo que hubiera elegido yo, y eso me producía mucha rabia, como cuando me acusaron de hundir la empresa y que no fue culpa mía, ya que en mi afán por progresar, me había dejado engañar por mi jefe, que era el verdadero responsable de aquello, pero más listo que yo, había conseguido que yo pareciese la responsable de apropiarme del capital de la empresa y del que no sabía nada… incauta de mí.

Nuevamente aquella lejana etapa de mi vida, aquella rabia por la injusticia de que fui objeto, me golpeaba de nuevo.

La verdad es que yo no recordaba a Pedro, sí me venía una imagen de alguien muy lejano, hace mucho tiempo que podía ser una versión más joven de Pedro, pero era muy difusa, y no estaba segura de quién era, aunque estaba claro que lo que decía debía ser verdad.

-- ¡ Gracias mi Señor, no era consciente de nada  de lo ocurrido – dije con rabia interior, para evitar que me castigaran. Intentando no perderme en mis pensamientos, que no iban a solucionar nada.

-- ¡ Me siento honrada ahora como su sumisa mi Señor - una frase que me costó mucho, pues tuve que tragarme muchas cosas, para poder pronunciarla, ya que para nada… era una suerte perder mi libertad.

-- ¡ Muy bien ! – dijo Raúl – ¡ Ahora, Pedro quiere resarcirse de lo que le hiciste, así, que como una buena puta, vas a ponerte a su servicio, y vas a hacer todo lo que él te ordene.

-- ¡ Ya le he dicho que eres toda suya, que puede hacer lo que quiera contigo, menos follarse tu culo, que es para mí, voy a tener el placer de estrenar ese estrecho culo, pero sólo cuando tú me lo entregues voluntariamente, será la señal definitiva de tu entrega incondicional a mí y que a partir de ese momento pasarás a pertenecerme totalmente y seré, mientras yo lo desee ¡Tu Amo!, y no pongas esa cara, si no quieres recibir otro latigazo, te dije que me suplicarías que te follara, y lo hiciste, y no dudes que también me vas a entregar tu virgen culo, es solo cuestión de tiempo…., puta !.

Nuevamente un sudor frío recorrió mi espalda. No sabía que podía hacerme Pedro, pero mi Señor me entregaba a él dejándome totalmente en sus manos, y con el resentimiento y odio que parecía sentir hacia mí, a pesar de que realmente no sabía ni que el existía, podía ser una experiencia “terrible” para mí.

Pedro sin esperar más agarró la correa y me llevó junto a la cuerda que colgaba del techo y con la que Raúl me había amenazado. Un pánico extremo se apoderó de mí y me resistí a seguir a Pedro, que al notar mi resistencia, pegó un fuerte tirón que me hizo mucho daño y me obligó a continuar. Me temía lo peor, y el pánico no me dejaba pensar.

Para mi alivio, lo que hizo Pedro fue ponerme en pie, y atar mis muñecas juntas con la cuerda, al menos no la puso en mi cuello como temía, y subió la cuerda hasta dejarme muy  tirante con mis brazos totalmente tensados que casi hacía que mis pies no tocaran el suelo, y en una posición en la que sólo me podía sostener de puntillas.

La posición era muy incómoda, y me producía mucho dolor en mis muñecas y cortaba el riego sanguíneo de mis manos y me producía un fuerte dolor en los brazos y hombros .

Veía como Raúl y Zoe, a su lado en posición sumisa, como haría una perra fiel, observaban todo. Un tremendo bulto se veía en el pantalón de Raúl, que estaba claro que disfrutaba de mi situación, ante el seguro y cruel castigo que me iba a propinar el tal Pedro.

Raúl recompensaba a su amigo, entregándome a él, porque le estaba sumamente agradecido, ya que le había proporcionado la “llave” para hacerme su sumisa, algo que era uno de sus mayores deseos…, así que se sentía feliz y excitado.

Con temor y empezando a apretar mis dientes y labios, vi como Pedro cogía el látigo con el que me había golpeado Zoe, y se movía a mi alrededor, como buscando el mejor sitio donde golpearme.

Yo estaba totalmente tensa y aterrorizada, esperando el primer golpe, al que sin duda iban a seguir muchos más…… y como temía no tardó en llegar,

Pedro descargó un primer latigazo de prueba en mi espalda, que si bien no fue muy fuerte, si era suficiente para producir un escozor tremendo, Pedro siguió moviéndose a mí alrededor, y dándome latigazos donde le apetecía. Golpeó mi espalda, mis nalgas, pechos, incluso descargó un par de latigazos en mi coño.

Que me produjeron un dolor que subió por mis ingles y por mi culo, pero al mismo tiempo mezclado por primera vez con una sensación de placer  que no acertaba a comprender que lo producía, pero posiblemente se debía al intenso morbo de la situación de estar viviendo en mis propias carnes, una de esas oscuras fantasías que había imaginado en mi intimidad, donde abusaban de mí y me sometían.

Cuando se cansó de castigarme, acarició mi coño, pasando su mano por mi entrepierna, sin ningún miramiento.

-- ¡ Jaja…. Raúl, menuda puta está hecha la señorita Alice – rió Pedro

– ¡ esta puta está muy húmeda. No sé si te ponen caliente los golpes, o es que Zoe te ha dejado muy bien preparada. La verdad es que Zoe tiene una boca que hace maravillas, ¿ verdad Puta ?

— ¡ Ssss.. Sssiii mi Señor.. – respondí sin saber si era eso lo que quería.

-- ¡ Claro que sí …  -- dijo Pedro -- ¡ Zoe es una experta en mamadas, y en comer coños. Es una delicia lo que puede hacer con su boca… añadió dedicándole una sonrisa a Zoe

La afirmación de Pedro sobre como hacía Zoe las mamadas, me hizo ver que Raúl debía acostumbrar a ceder y prestar sus sumisas a sus amigos, y que Zoe también era prestada para ser usada por quien el decidía o por quien se la pedía.

También me hizo temer y casi adivinar, que aquella primera entrega al desconocido Pedro, no iba a ser la última, y que si nada cambiaba, mi Señor me iba a entregar en más ocasiones a aquel desagradable tipo y a quien le apeteciese.  En mi cara, sin darme cuenta, mi expresión debió cambiar porque  el tal Pedro me dijo.

-- ¡ No pongas esa cara Zorra … – dijo Pedro con una sonrisa irónica – ¿ Acaso no sabías que las putas de Raúl sirven a sus amigos o a cualquiera que Raúl le ordene, y el que Zoe sea su esposa no la exime de ese deber como sumisa, al contrario, es la que hace los trabajos más especiales….  jaja

Casi no podía dar crédito a lo que me decía aquel cerdo, pero ya nada empezaba a sorprenderme en este tipo de relación Amo-sumisa…

Pero había imaginado a pesar de mi relativa ignorancia sobre esas nuevas experiencias, que Zoe, por ser la esposa de Raúl, debía gozar de ciertos privilegios, pero nuevamente estaba equivocada y Zoe se prestaba como una más a que su Amo y marido Raúl, la entregase a otros hombres y a saber que sádicas y morbosas experiencias…,

Me costaba entender y asimilar aquel tipo de relación …, pero ya no me sorprendía mucho que Zoe se prestara con placer a que Raúl la entregase a otros hombres.

No lo entendía en su totalidad, pero estaba claro que era así, y que Zoe, como me había confesado, su mayor placer, era servir a su Amo y complacerle en todo, absolutamente todo y sin excepciones, en todo lo que él le ordenase hacer sin preguntarse porqué, simplemente obedeciendo para hacerle feliz y que se sintiese orgulloso de ella, como ella se sentía de tener el honor de poder  ser su sumisa.

Mi expresión debió cambiar al oír aquellas nuevas revelaciones de Pedro, porque se dio cuenta de que aquellas palabras me habían confundido.

-- ¡ No pongas esa cara zorra… – dijo Pedro con una sonrisa irónica

Con satisfacción aquel  desconocido se rió de mí, jaja, diciendo

-- ¡ Mira que cara se le ha puesto a tu nueva aspirante a sumisa, y sin duda una puta en potencia, al saber cuál va a ser una de sus obligaciones inexcusables para contigo, su Amo … jajaja!.

— ¡ Por si no lo tienes todavía claro del todo, ahora verás como lo hace la maravillosa y experta Zoe, que es como deberás tratar de hacerlo tú también y si no lo consigues, los azotes te ayudarán a aprender muy deprisa.

-- ¡Quien me iba a decir, que a la altiva señorita Beth, con los años la tendría a mis pies y ofrecida como lo que siempre debió ser, una puta sumisa.

-- ¡ No te imaginas como me complace tenerte así, después del daño y las penurias que pase por tu culpa, orgullosa y distante zorra, pero Dios es justo y siempre termina compensándonos de las afrentas sufridas.

A una señal de Pedro, Raúl asintió y Zoe se levantó y vino a nosotros, se arrodilló delante del gordo de Pedro, desabrochó su pantalón, lo bajó, al igual que su bóxer, y dejo a la vista una enorme polla, que me sorprendió, no esperaba que ese personaje tan poco atractivo tuviera esa enorme polla.

Debía tener unos dieciocho o diecinueve centímetros, y no menos de seis o siete centímetros de grosor.

En mi vida había visto una polla así de grande en vivo, pero Zoe parecía familiarizada, ya que la cogió y se la metió en la boca sin ningún problema, e inmediatamente comenzó una impresionante mamada, estaba claro que era una experta, porque cualquiera se hubiera ahogado con ese pedazo de polla en su boca.

Chupaba la polla glotonamente, y viendo la cara de Pedro estaba claro que lo hacía muy bien.

Yo no pude evitar excitarme como una perra viendo a Zoe con ese pedazo de polla en la boca y practicando una tremenda mamada delante de Raúl.

De repente Pedro dijo

– ¡ Esta bien, Zoe, ya vale preciosa… , quiero guardar todo mi semen para esta zorra que tengo aquí colgada…

Zoe sacó obediente la polla de su boca, y parecía decepcionada por no haber podido acabar la mamada, no dejaba de sorprenderme, la capacidad de Zoe de disfrutar con todas estas situaciones…. Empezaba a envidiar su capacidad para obtener placer de todas las órdenes que recibía, pero sabía que si deseaba y decidía someterme y ser como ella, Zoe sería mi mejor aliada para entender y aprender…

Pedro se sacó la ropa, era un tanto grotesco ver a Pedro desnudo, con su enorme barriga, y una enorme polla colgando debajo. Volvió a tocar mi coño con su rechoncha mano.

-- ¡ Buuuf .. zorra como estás de cachonda ¡ - dijo y dirigiéndose a mi Señor le dijo –- — ¡ Esta puta está encharcada, Raúl, la verdad es que es una viciosa. Veo que estás deseosa de polla, ¿ Verdad zorra ? M…. Jajajaja

— ¡ Si, por favor – dije yo, sabiendo que es lo que esperaba oír, pero estaba tan caliente que tampoco mentía sobre ello, aunque me daba miedo que Pedro me metiera ese pedazo de carne en mi coño, que nunca había recibido nada parecido.

Y dirigiéndose a mí, que permanecía colgada como un saco de boxeo frente a él, con mi cabeza medio caída, y sudando como una guarra por los azotes y la excitación, me dijo

— ¡ A pesar de que con veintitantos años ya estabas muy sensual zorra, nos mirabas a todos por encima de tu hombro, y lo que te hubiese dado entonces hubiese sido una soberana patada en tu engreído culo de puta….

— ¡ Ahora sin embargo prefiero follártelo como la puta engreída puta que siempre has sido, y llenarte de polla tus tripas de putón…

— ¡ Mi amigo Raúl, te ha quitado por completo esos aires de superioridad de que alardeabas y ahora desnuda y ofrecida, me gustas más y es como debes estar de verdad para follarte duro. Raúl está haciendo un gran trabajo contigo y te ha despojado de todos esos aires de superioridad que te sobraban perra engreída….

— ¡ Ya veo que como todas las cerdas como tu, realmente estás deseosa de polla como en aquellos años te debía dar Mr. Richardsson y sus leales … ¿ verdad zorra?

-- ¡ No me tocaba más remedio que tragarme todo mi orgulloo y complacer a aquel amigo de Raúl, que además tenía una polla grande que me excitaba mucho.

Sabaendo lo que esperaban de mi oír, pero estaba tan caliente en aquellos momentosd que tampoco iba a mentir sobre eelo, aunque me daba cierto miedo que Pedro me metiera ese pedazo de carne dentro de mi coño, que nunca antes había recibido nada parecido, pero que tras la sesión con Zoe y los azotes de Pesro, estaba totalmente receptivo.

Aflojando la soga que me mantenía casi colgada  unos 50 centímetros del suelo y poniéndose detrás de mí, me atrajo hacia el quedando mi torso suspendido por mis muñecas lo suficientemente inclinado como para que mi coño, quedase más ofrecido. Se puso detrás de mí  y al instante note como con su polla golpeaba mi prieto culo sobre ambas nalgas y  (siguiendo los buenos consejos de Zoe) me centré solo en las sensaciones, despojándome a partir de ese momento de mis prejuicios, ira y vergüenza.

Sentir como aquella gruesa y enorme polla para mí, me golpeaba el culo en un transgresor juego de excitación, previo a ser follada, me puso muy cachonda, moviendo y ofreciéndole mi coño como una perra en celo, una actitud que una semana antes, ni hubiese podido imaginar en mí, ahora estaba sucediendo.

Con un tono de voz imperativo, no pidiéndome nada,  ordenándome me dijo:

-- ¡ Ahora te vas a enterar, lo que es sentir mi polla dentro de ti, perra caliente.

Arqueando mi espalda y separando mis tobillos todo lo que pude, le ofrecí con deseo, abandonada a lo que viniese, mi rasurado coño a aquel casi desconocido.

Sentí como me abría los labios de mi coño, y un escalofrío de placer, recorrió mi espalda al sentir como me ponía su grueso glande un par de centímetros dentro de mi abierto coño.

Aquel toro, me cogió por las ingles, y sin esperar empujó su enorme polla en el interior de mi coño, que ante mi sorpresa la recibió golosamente, estaba tan mojada que el pollón de Pedro entró sin problemas, y empezó unas tremendas embestidas, que me levantaban del suelo,

La longitud de su polla, hacía que en casi todas las embestidas, su grueso glande golpease contra el cuello de mi útero lo que me producía una sensación de dolor, al golpearlo, pero de placer al mismo tiempo.

Con mi boca cerrada y los dientes apretados para no gemir y que se molestase, solo emitía ahogados sonidos ¡uumph!  … ¡uummpph!  a cada nueva embestida de aquel toro que me levantaban del suelo.

Tenía que hacer un tremendo esfuerzo para no perder mi punto de apoyo y quedar colgando por mis manos, pero las embestidas de Pedro eran terribles, cada empujón me movía, y notaba la polla taladrando mi coño, y al mismo tiempo como la enorme barriga de Pedro se daba contra mi culo y espalda, era una sensación extraña, que me proporcionaba una sensación de morbo, suciedad y placer al mismo tiempo, como si quien me estuviese follando fuese un  animal grande y gordo, que me tenía sometida entre sus manos y su enorme polla.

No tardé mucho en tener un tremendo orgasmo con esa polla dentro de mí, siendo la primera vez, que alguien con su polla, alcanzaba mi cuello uterino que parecía querer atravesar y esa sensación de dolor, dominación y placer, hicieron que de nuevo, aquel orgasmo fuese distinto a los demás, pero muy intenso.

En ese momento, sin saber por qué lo hacía,  Pedro paró al sentir mi orgasmo y saco su gruesa y larga polla de mi bien follado coño, pero dejándome una extraña sensación de vacío.

Raúl y él se rieron –  Jajaja …  al mismo tiempo, mientras aquel gordo toro le decía a mi Señor

–- ¡ Pero mira que facilidad tiene esta puta para correrse ¡  jajaja…..

Nunca me hubiese podido imaginar que aquella altiva y estirada directiva soberbia y veinteañera, en realidad, escondía en su interior una puta desbocada

-- ¡Ahora empiezo a entender su meteórica ascensión dentro de la empresa, ya que seguro que empezando por el jefe, todos los de arriba se la follaban en sus lujosos despachos… La muy cerda,  sabía disimular muy bien lo puta que era, con esa apariencia de chica distante y altiva,… jajaja,

— ¡ Como me ha gustado volver a encontrarme con ella, pero sin su caro traje chaqueta, porque desnuda, no es más que una golosa puta con un coño y un culo para estar follándoselo hasta que no pudiese ni sentarse, jajaja…

Sus humillantes comentarios, no me importaban ya, me había proporcionado un extraño pero intenso orgasmo y sentía necesidad de más, tras aquella sensación de vació, que sentía en mi dilatado coño, ahora vacío…,

Pero enseguida Pedro desatando mis manos de la soga, me cogió de la correa y tiró de mí, llevándome con las manos atadas a otro lugar,  pensando que aquello me disgustaba, y por extraño que pareciese, realmente estaba deseando que continuase follándome o usándome con dureza…, sentía como por mi sangre, las feromonas y otras encimas sexuales estimulaban todo mi cuerpo y me mantenían en celo como una perra que desea que los machos la follen uno tras otro … mi mente ya se había abandonado al placer animal y así iba a seguir hasta caer derrotada y sin fuerzas, por eso, llevada casi a rastras a cuatro patas por aquel cerdo, internamente me sentía totalmente excitada y receptiva, ocultando el ansia de placer que yo deseaba y al parecer me esperaba

— ¡ No pienses puta Beth que he terminado contigo, jaja …¡ Puta esto solo acaba de empezar …..

Le seguí como pude, aunque con las manos atadas como estaban no podía seguirle a cuatro patas, esperaba que no me castigaran por ello.

Me llevó de nuevo al banco donde Raúl me había follado por la mañana, y esta vez me hizo apoyarme en el banco, quedando de rodillas delante del mismo. Yo me dejaba hacer, bastante brusco era Pedro, como para encima resistirme, me daba bastante miedo lo que pudiera hacerme, ya empezaba a conocer el carácter de cada uno de ellos, Raúl era dominante, pero sabía lo que hacía, y sabía repartir dureza y bondad según el momento, Zoe era dulce y sumisa, sobre todo sumisa, y eso hacía que cuando estábamos solas la podía considerar mi aliada, y sabía que me ayudaría, pero lo primero para ella era Raúl, y ante él, Zoe era simplemente el brazo ejecutor de Raúl. De hecho cada vez estaba más seguro que Beatriz me había seducido por orden de Raúl.

Pedro era otra cosa, Pedro no era alguien que disfrutara con el arte de la dominación (en mi cabeza empezaba a considerarlo como un arte, como estaba cambiando en ese fin de semana), Pedro era simplemente un bruto, que quería venganza porque consideraba que yo era la culpable de la mala época que pasó en Londres y quería hacérmelo pagar, y eso me daba miedo, porque le creía capaz de cualquier cosa.

Ató mis manos al poste,  frente a mí, al tiempo que notaba como Zoe ataba unas cuerdas a mis tobillos. Estaba claro que me iban a inmovilizar de nuevo. Ya ni sabía de cuantas maneras me habían atado a lo largo de estos dos días.

Una vez que había atado fuertemente mis manos al poste, el bruto de Pedro cogió primero mi pie derecho,  y pasándolo hacia delante llevó la cuerda hasta atarla en la zona del poste, haciendo luego lo mismo con el pie izquierdo. La postura era grotesca, e incomodísima para mí.

Quedé apoyada con mi cuerpo sobre el banco, y mis manos y piernas atadas hacia delante, en una especie de abrazo, pero que por la anchura del banco me hacía tener las piernas abiertas, dejando mi culo y coño al aire en el borde del banco, y bien abiertos para que me los pudieran follar como quisiera, cosa que sin duda el animal de Pedro iba a hacer.

Nuevamente las lágrimas se abrían paso en mis ojos, me dolían las extremidades, y me daba miedo la situación, para colmo mi coño iba por libre y estaba excitado y totalmente húmedo.

Noté como Zoe se arrodillaba junto a mí, y poniéndome una tranquilizadora mano sobre mi cabeza, me susurraba al oído

-- ¡ shhh en ocasiones puede ser muy brusco, así que lo mejor es que te deje4s llevar y disfrutes de una polla de un tamaño que no te vas a encontrar muy a menudo Verás como si te dejas hacer disfrutarás de una experiencia subrime.

-- ¡ Ten en cuenta que Raúl y yo estamos contigo, y no dejaremos que te haga nada que pueda marcarte. Además, Raúl se ha reservado tu sirgen culo para el, y ese Pedro lo respetará.  Sería muy duro para ti que estrenasen tu culo con esa enorme polla, pero eso no va a pasar, tu culo le pertecene en exclusiva a Raúl y eso no va a pasar.

Yo no podía decir nada, bastante tenía con aguantar mi miedo y con soportar la incomodísima postura, esperando que el animal de Pedro hiciera conmigo lo que quisiera. Y encima pretendían que les estuviera agradecida por que no me violaran el culo…

Inmediatamente noté un golpe en mi culo, Pedro estaba usando el látigo de nuevo, y se estaba empleando con saña, está claro que su rabia contra mí era tremenda, no en vano llevaba más de diez años aguantándosela.

Al ser un látigo con varias tiras, los golpes se repartían en un área muy amplia, y sobre todo, en los golpes sobre mi culo, algunas de las tiras golpeaban mi sensible coño, produciéndome una extraña mezcla entre dolor y placer que era incapaz de comprender.

Entre golpe y golpe Pedro me insultaba, me llamaba puta ladrona, me decía que me iba a arrepentir de haberle destrozado la vida, y yo sólo podía recibir los golpes, y tratar de no gritar demasiado, para no recibir más.

Apartó a Zoe de mi lado, quitándome el único consuelo que tenía, agarrándome del pelo me giró la cabeza hacia donde él estaba. Pude ver frente a mí su monstruosa polla, que estaba claro que iba a ensartar en mi boca, así que para evitar males mayores abrí la boca todo lo que pude y le dejé meter su enorme miembro dentro de ella.

En un momento me quedé sin aire, era al mismo tiempo horrible y excitante, tener todo eso dentro de mi boca, sin que pudiera tragarla del todo, Pedro comenzó un salvaje mete y saca en mi boca, follandola sin compasión ninguna, y yo a duras penas podía hacer esfuerzos para respirar.

Al rato se cansó y la sacó, acercándome sus huevos a mi boca, que me esforcé por chupar y sorber como pude, para tenerle satisfecho y que no fuera tan brusco.

Cuando se aburrió de que le chupara los huevos soltó mi cabeza y me permitió descansar, pero por poco tiempo.

Notaba como se acoplaba detrás de mí, y como ponía su mano en mi coño, notando la humedad y calidez del mismo, metió primero un dedo, que fue inmediatamente seguido de otro, y otro y otro más, hasta que me estaba follando con sus cuatro dedos, me parecía que me iban a partir, pero el placer era inmenso,  me tenía al borde del éxtasis.

--¡ Por favor Amo fóllame - solté casi sin quererlo yo misma, simplemente se me escapo por el deseo - me estaba volviendo loca de placer.

-- ¡ jaja, así me gusta zorra -  dijo Pedro satisfecho - ¡ Ya veo que esdtás deseandola polla de un buen macho en tu pelado coño de puta.

-- ¡ Si por favor, métemela- supliqué ya entregada al deseo y porque además deseaba que aquello terminase pronto, pero además de eso, mi coño esperaba anhelante de esa enorme polla de Pedro

Sin esperar nada más, Pedro me empotró su enorme miembro en mi coño, que en la postura en que estaba la recibía sin ningún problema, y Pedro podía empujarla sin ningún esfuerzo hasta que sus huevos chocaban contra mi coño, estaba claro que sabían cómo colocarme para que mi coño quedara bien abierto y no tuviera problemas para recibir las pollas.

Pedro me follaba salvajemente, aprovechando que atada como estaba era imposible que yo moviera ni un músculo, él simplemente bombeaba su miembro dentro de mi coño, sin parar, como una perfecta máquina de follar. Me estaba volviendo loca de placer con la follada que me estaba proporcionando Pedro, notaba toda, su polla dentro de mí contra mi útero, sus huevos golpeando mi coño rítmicamente,  y su enorme barriga contra mi culo.

Oía su respiración que el esfuerzo, que seguramente era duro para alguien tan obeso, hacía que fuera entrecortada.

La situación me desbordó, y dejándome llevar tuve un intensísimo orgasmo, que me hizo llegar a un clímax que jamás había conocido, haciéndome gritar de placer. Como a lo lejos, como si no fuera yo la que estaba ahí, oí como Pedro decía

–- ¡  Mira la muy puta, como disfruta de la polla de un buen macho, mírala como grita de placer.

Mientras seguía con su rítmico mete, saca, sin darme un respiro,  tenía un aguante asombroso para alguien con su obesidad, y estuvo un buen rato más follándome, que hizo que me corriera de nuevo. Estaba agotada, y deseando que por fin terminara, pero no podía dejar de sentir un placer inmenso al mismo tiempo.

Por fin con un gruñido y un tremendo empujón que me hizo temer que me partiera por la mitad Pedro se corrió, inundando mi coño con una tremenda cantidad de semen.

Se dejó caer sobre mí, agotado, con todo su enorme cuerpo, notaba un gran animal sobre mí, aplastándome con su peso, pero me daba igual todo, por fin había terminado, y esperaba que me dejaran descansar.

Un poco después, en un tiempo que a mí se me hizo eterno, Pedro se levantó, y me “premió” con un fuerte cachetazo en mi culo. Yo ya no podía ni gritar, así que aguanté y listo.

Enseguida vino Zoe, que comenzó a desatarme, y me liberó completamente. Yo me derrumbé sobre el banco, incapaz de moverme, y esperando que se apiadaran de mí y me dejaran en paz.

Zoe me acariciaba y me daba ánimos. Poco a poco conseguí incorporarme con la ayuda de Zoe, y me senté sobre el banco, mis brazos y piernas estaban entumecidos y me dolía todo el cuerpo.

Mi coño estaba irritado después del tratamiento de Pedro, y los latigazos hacían que mi cuerpo me escociera por todos los sitios.

Raúl vino donde estábamos Zoe y yo, diciéndome a mi.

— ¡ Hoy has ganado muchos puntos perra. Puedes descansar un rato.

— ¡ Zoe, tráele agua - le ordenó - ¡ Alice puedes beber e ir al baño si lo necesitas, esta noche vas a poder descansar sin grilletes y sin pinzas en tus pezones, pero para eso aún ser queda hacernos un servicio, y espero que con lo que has aprendido hoy, ahora seas capaz de saber lo que se espera de ti sin necesidad de que te lo ordenemos.

— ¡ Recupera algunas fuerzas … ¡ pero no te demores demasiado, os esperamos arriba.

Pedro y Raúl salieron del sótano, y me dejaron con Zoe, que me ayudaba a lavarme un poco, y a beber e ir al servicio.

-- ¡ No entiendo nada Zoe - dije - ¿que es lo que quieren ahora?

-- ¡ Piensa Ayira, debes saber complacer a tu Amo sin que te lo insinue siquiera, y de momento se ha limitado a observar, y si te das cuenta a mi, ni me ha tocado, ya puede imaginar lo que desea de ti.

-- ¡ Quieres decir que tengo que subir y follarme a Raúlk también? - le pregunte - ¡ No se si voy a poder, ya no me quedan fuerzas !

-- ¡ Claro que puedesd Alice, y te aseguro que lo vas a disfrutar - me respondió Zoe - ¡ Ahora yo subo arriba a la casa, tómate unos minutos y sube, el Amo te espera