Sumisión y dominación de Alice cap-09
Prólogo: Junto a Zoe, guiada por su experiencia y dejándome llevar, estaba gozando del placer desconocido para mi del sexo entre dos hembras como nosotras, una sensación desconocida y maravillosa hasta entonces, pero la situación estaba a punto de dar un cambio de 180 grados
Capítulo 9
Raúl hace acto de presencia
Aunque poseía e invadida por el placer que sentía, en esa posición dejándome “llevar” por la experta Zoe, me pareció intuir una presencia, y al forzar la mirada hacia atrás, me quedé completamente helada y mi cuerpo se tenso al ver de pié sonriendo casi junto a mi cabeza a Raúl, mi cruel Amo…
Dios mío ! yo imaginaba que las dos estábamos gozando a solas de aquellos sublimes placeres, como dos yeguas en celo, …. pero no, no estábamos solas y no solo estaba el Amo Raúl observando nuestro celo…., al parecer también había otro invitado o invitada a quien no podía distinguir desde mi posición.
La sorpresa y la impresión que me dio verle allí, me cortó la respiración y mis pulsaciones se aceleraron tanto que las sentía golpear en mis sienes.
Zoe, se apresuró a pulsar el botón del cabestrante eléctrico, pero su Amo, le hizo una seña para que se detuviese.
Yo estaba ahora solo con las piernas levantadas del suelo y mi cuerpo todavía sobre el.
Raúl se puso de cuclillas junto a mi, que tenía las manos atadas a la espalda diciéndome.
— ¡ No te asustes perrita, solo estaba mirando lo mucho que te gustan estos juegos... me complace mucho que te gusten, porque a partir de este fin de semana tendrás muchos y excitantes momentos como este, y siempre es mejor hacer algo que te gusta… - y haciendo una calculada pausa - ¡ Ahora que tu yo sabemos lo mucho que te pone, ser follada como debe serlo ….. una buena y caliente hembra como tu ….!
— ¡ Zoe…, seguid jugando, me gusta ver a mis perras como se follan entre ellas !
— ¡ Vamos, vamos seguid….! ….. no os preocupéis por mi y mi amigo, nos complace mucho ver lo bien que os lo pasáis !
Zoe tan obediente como siempre, de nuevo puso en marcha el cabestrante y Raúl en uno de sus esporádicos momentos de amabilidad, levantandome ligeramente por los hombros del suelo, me sostuvo para qu
e no se
arrastrase mi espalda por el suelo, hasta que empecé a elevarme y mi cabeza ya estaba suspendida.
La sorpre
sa me
había bloqueado, y permanecía tensa y callada, sin saber que iba a ocurrir ahora. Realmente sentía verdadero miedo de mi Señor y casi no me di cuenta de que estaba acompañado por alguien extraño y que yo no conocía.
Zoe me siguió levantando sujeta por mis tobillos y con las piernas muy abiertas, hasta que mi cabeza estuvo a unos 80 cm, del suelo y detuvo la polea, mientras, yo, colgaba boca abajo con mi cara despejada y con el pelo recogido en la cola que me había hecho Zoe, estaba ahora colgada de la barra como un trozo de carne y mis piernas abiertas mostraban mi perfecto y rasurado coño, totalmente ofrecida.
Entretanto Zoe se había sentado en posición de espera de rodillas y con el culo sobre sus talones.
Aterrada de nuevo, miraba a mi Señor como se hacía llamar Raúl, que acercándose a mí y poniéndose de cuclillas cara contra cara, me susurro amable, aunque a pesar de todo sonaba como una orden.
— ¡ Mi caliente y hermosa perra, me siento afortunado de tenerte a ti y a Zoe como sumisas, pero debes dejar de temerme, soy severo porque debo serlo, para que estéis bien educadas y sometidas como me gusta, pero sabré cuidarte a ti, tanto como cuido de Zoe.
Relájate - me dijo, aunque yo que estaba muy tensa, mientras me acariciaba con ambas manos mis pechos que colgaban firmes, como dos frutas jugosas que devorar.
— ¡ Solo te voy a ordenar una cosa Alice, es fácil y debes cumplirla, y ya sabes que no repito las ordenes dos veces y no quiero castigarte.
— ¡ Ahora te ordeno que tú y Zoe sigáis con lo vuestro, sin que mi presencia y la de mi amigo os perturbe, solo miraremos, no tengas miedo de nada, no vamos a interferir en vuestro hermoso juego, pero si no te veo espontánea y desinhibida como hasta hace un instante en que estabais a lo vuestro…, entonces, ya sabes como me enfurece que no me tomen en serio, así que seguid con lo vuestro, gozad como las dos hembras enceladas que sois..!
Raúl me dio un dulce beso en la boca y ya de pie, paso su mano por mi empapado e hinchado coño, satisfecho al comprobar como en realidad yo gozaba de aquellos juegos.
Zoe se acercó rápidamente y susurrándome al oído me dijo
— ¡ El Amo no estaba, se había marchado…, quizás a buscar con el coche a su amigo, que no se quien es, pero hemos tenido suerte y no le ha molestado que tomásemos la iniciativa de follar juntas, pero ya le has oído, … debemos seguir como si el no estuviese… Por favor Alice … ¡ Sigamos con lo nuestro o nos azotará a las dos…, por favor amor.
Aunque realmente la explicación de Zoe de que no sabía que Raúl nos estaba observando no me la creí, e imaginaba que había sido algo que habían tramado juntos para que yo me sintiese falsamente a solas con ella, dejando fluir mis deseos, solo podía seguir con aquel ciertamente excitante sexo entre nosotras.
Sin dejarme responder, unió su boca a la mía en un larguísimo beso que se prolongó mucho hasta que mientras que con sus manos me acariciaba, me vio ya mucho más relajada y tranquila.
Cuando separó su boca de la mía, me dijo
— ¡ Ahora Alice, voy a comerte el coño en esta posición abrazada a ti, lo que te va a provocar un orgasmo mucho más intenso que los anteriores al estar boca abajo, mi deseada perrita… ¡ te deseo Alice, cómeme tu también a mi el mío por favor, démonos placer al mismo tiempo.
Se levantó y rodeando mi culo con sus brazos, hundió nuevamente su hábil boca en mi caliente coño empezando a devorármelo con pasión.
Para mi era más difícil comérselo a ella con mis manos atadas a la espalda pero ella adelantando con habilidad sus caderas hasta que mi cabeza quedó entre sus piernas y mientras sentía como el placer que me daba su boca y su lengua se intensificaba por momentos, yo también se lo empecé a comer, moviendo ella sus caderas contra mi boca, como si me la estuviese follando.
Pronto empecé a oír como Zoe empezaba a gemir y movía su pelvis buscando que mi boca le devorase el coño..
— ¡ Ahhh…, aaah…, siiii…, ¡ sigue… ¡Ahhh..!
Sus gemidos y la intensidad del placer que ella me estaba dando sintiendo como su lengua se introducía en mi vagina y sus labios chupaban con fuerza los de mi coño, me estaba matando de placer. Zoe se empleaba
totalmente a
fondo conmigo y yo también lo hacía con ella. Uno de sus dedos, empezó a penetrar mi culo y eso me hizo estremecer entera, mientras ella me decía….
— ¡Si mi puta, goza, goza mi amor ! Yo también lo hago comiéndote el coño y follándote el culo, mi caliente zorrita ! ¿ Te gusta que te penetre el culo, mi putita ?
La verdad es que mejor no me lo podía hacer, porque me estaba excitando por segundos y oleadas de placer subían por mi cuerpo, haciéndome estremecer…
— ¡ Ohhh si, Zoe….! … Me gusta sentirte dentro de mí y follando mi culo, mi amada perra ! … ¡ Ooooohhh…., yeah …! … ¡Fuck me Zoe, fuck me please…! ..¡Ahhhhh…!
Ella seguía embistiendo mi boca con su coño, mientras sentía como aquella maravillosa sensación que producia la llegada del orgasmo bajaba por mis piernas hasta llegar a mi vagina que hacía que todos mis músculos se contrajesen en sucesivos espasmos hasta estallar en una explosión de placer que subía por mi columna vertebral en busca de mi cerebro , en esta posición invertida, con la presión sanguínea más elevada lo que incrementaba todas las sensaciones que llegaban a el, procedentes de mi sexo.
No pude seguir comiéndole el coño a Zoe, porque la intensidad de mi orgasmo, era tan fuerte que empecé a agitar mi cabeza de un lado a otro, totalmente fuera de mi, gimiendo y gritando de placer ….
— ¡ Ahhhh…. ¡Ahhhh… ¡Ahhhh …. ¡Ahhhh … ¡ Nooo.., maaass … nooo! Ahhhh… ! ¡Ohhh.. ¡Yeahhh… Ist goooddd, mi lovee…!
Fue un orgasmo prolongado que hizo que mi cara enrojeciese por momentos y todo mi cuerpo y cara
se descontrolase
en una mueca de extremo placer !!!
Zoe al sentir en su boca mis contracciones y en el dedo con que me penetraba el culo los rápidos espasmos, aceleró las embestidas de su pelvis contra mi boca y también cerca del orgasmo, soltó mi culo y colocando sus manos en mi nuca, se abrió todo lo que pudo de piernas con su coño ofrecido y con las pocas fuerzas que me quedaban, se lo terminé de comer, hasta que sentí como se corría y sus flujos vaginales mojaban mi cara y resbalaban por mis mejillas……, estallando también en intensos gemidos
— ¡ Ahhh… ¡Siii.. Mi puta…¡ No dejes de comerme el coño, mi zorra… ! ¡Tomaaa…, ¡ bébete mis jugos mi amor ! Ohhhh si !
En unos instantes, ella se derrumbó de rodillas sosteniéndose aferrada a mi cuerpo y yo yacía casi desmayada, desorientada, colgada de la barra por mis pies.
Solo pasados unos momentos en que empecé a recuperar la consciencia de lo que ocurría a nuestro alrededor, pude darme cuenta por los continuos flashes de dos cámaras, que ellos nos estaban haciendo fotos.
De pronto noté como alguien ponía en marcha el cabestrante, mientras Zoe, seguía abrazada a mi besándome y yo besando sus pechos y cuello que ahora tenía a mi alcance, invadido mi cuerpo por una completa sensación de placer y felicidad, que me mantenía fuera de combate, solo con las fuerzas justas para besar y acariciar de deseo, de pura felicidad animal….
Mientras alguien seguía haciendo fotos de cómo me descolgaban, mis pies llegaron hasta el suelo, tendida y con las piernas tal como me habían quedado, tras tocar el cielo y llegar de nuevo a la Tierra, Zoe también se derrumbó a mi lado, satisfechas y sudadas las dos a pesar de lo fresco que se estaba en el sótano.
Abandonada totalmente, me dejé hacer sintiendo como alguien desataba mis pies de las sogas y después dándome la vuelta y poniéndome boca abajo, mostrando ahora mi culo mojado por el sudor, y desataba mis muñecas que al estar de nuevo libres caían a los costados de mi cuerpo.
Zoe se acurrucó contra mi pero en posición invertida con su cabeza a la altura de mi culo. Levanté el brazo que tenía junto a ella, y se lo pase por su cintura, mientras ella besaba la piel de mis caderas sin levantar su cabeza del suelo en cortos y consecutivos besos de placer.
— ¡ Plas, plas, plas … oí a Raúl dando unas lentas palmadas, como aplausos, y diciendo
– ¡ Muy muy bien, al final la zorrita se está mostrando como es. Jajaja.
Yo no hice nada, seguía disfrutando de las suaves caricias sobre la piel de Zoe sobre mi piel. Nunca antes había estado con una mujer, y no podía imaginarme el placer que podían proporcionarse dos mujeres.
Era algo que nunca se me había pasado por la cabeza, y Zoe me había descubierto un placer inimaginable hasta ese día. Me daba cuenta de cómo mi mentalidad iba cambiando, cosas que me parecían aberraciones hasta hace poco ahora se me estaban mostrando como situaciones que podían ser extremadamente placenteras, no entendía nada, pero de momento me dejé mecer por las caricias de Zoe.
De repente mis momentos de placer y deseo se se terminaron bruscamente, Raúl cogió la cadena, y tirando de ella me hizo seguirle. Me llevó al centro del sótano, y me ordenó
–- ¡ En posición zorra – mientras empezaba a asumir que aquellos momentos de respiro habían llegado a su fin. Raúl no era Zoe, era cruel y depravado.
Yo que ya sabía claramente lo que quería me coloqué en la posición de sumisión, de rodillas y el culo sobre mis talones. Sin levantar la mirada.
Mientras me colocaba pude observar que el amigo de Raúl había puesto varias cámaras en el sótano, estaba claro que Raúl quería tener grabado lo que iba a pasar, fuera lo que fuera, lo cual me produjo un pequeño ataque de pánico. Bastante era conque estuvieran haciendo de mi lo que quisieran, pero que además lo grabaran, y tuvieran una prueba era demasiado.
-- ¡ Por favor Señor … – me atreví a susurrar - ¿ No irá a grabarme, verdad ?
No me dio tiempo a terminar la frase, cuando noté un fuerte golpe en mi espalda, era una sensación de quemazón, que sin ser tan dura como la fusta en mi culo sí que me dejó la espalda con una sensación de escozor en toda ella. De reojo, con mis ojos inundados de lágrimas por el dolor pude observar que Zoe manejaba una especie de látigo corto, con un mango y acabado en varias tiras de algo que parecía piel.
La dulce Zoe de hacía un momento, se había transformado en la “mascota cruel de Raúl” y no dudaba en aplicarme un castigo sidesobedecía a su Amo, estaba clara cuál era su prioridad, y hasta donde podía esperar su ayuda.
-- ¡ Mírame…! – dijo duramente Raúl, que estaba delante de mí.
Yo levante mis llorosos ojos y le observé.
-- ¡ Creía que habías aprendido, pero veo que en cuanto somos un poco benevolentes te olvidas de las lecciones. – dijo Raúl.
-- ¡ No Amo… – respondí yo intentando congraciarme con él para que no volvieran a usar el látigo –- ¡ Perdón Amo, ha sido un error…!.
-- ¡Desde luego que ha sido un error…! – respondió - ¡ y por eso me vas a obligar a ser más duro de lo que pensaba. Tienes que aprender a no rechistar en ningún momento. -- ¿ Entendido ?
-- ¡ Si Amo, lo he entendido…! – respondí tragándome mi orgullo.
En ese momento se puso al lado de Raúl el hombre que manipulaba las cámaras, pude ver que era un cincuentón, y que al contrario que Raúl que se cuidaba mucho, y tenía un cuerpo magnifico, este hombre estaba bastante obeso, y tenía una calvicie bastante acusada. No es que me importe que un hombre sea calvo, pero en este caso era una calva desigual, con el poco pelo que tenía nada cuidado, lo que junto a su enorme barriga le daba un aspecto desagradable.
— ¡ Este es Pedro - dijo Raúl -- ¡ Tiene un estudio de fotografía y video bastante conocido en Madrid. Es un artista de la imagen, y me va ayudar a tener un documento de lo que pase a partir de ahora. Quiero poder recrearme con tus imágenes cuando me apetezca. Además, Pedro también es un antiguo amigo tuyo, ¿ Verdad Pedro ?
— ¡ Desde luego Raúl.. – oí a Pedro
–- ¡ Alice es una vieja amiga. – dijo soltando una desagradable carcajada.
Yo no entendía nada. Yo no conocía a ese hombre.
— ¿Por qué decía eso ? ¿ De que me conocía ? … porque sin ninguna duda, yo a el no!
-- ¡ Seguro que recuerdas a Pedro….. ¿ verdad putita ? – dijo Raúl.
-- ¡No mi Señor…! – respondí yo – ¡ de verdad que no conozco a su amigo, o no le recuerdo ahora mismo mi Señor.
-- ¡Jaja, claro, siempre ha sido una puta estirada! – dijo Pedro –-- y sólo searrimaba a quien le interesaba… la muy zorra
-- ¿ Seguro que no te acuerdas de él …. – dijo Raúl-
-- ¡ Porque él se acuerda muy bien de ti. Tan bien, que estás aquí hoy gracias a él….. ¿ No caes ?
-- ¡ No mi Señor – dije – ¡ Lo siento, pero no le conozco ni le recuerdo, eso es seguro porque soy buena fisonomista, y a el no le había visto hasta ahora mismo, así que no entiendo nada. ¿ De que me conocía suamigo a mi ? ¿ de que….?
-- ¡Jaja – Rió Raúl –… ¡ Pues cuando él vino hace un par de meses a mi casa a pasar un fin de semana, y te vio en la urbanización, enseguida te reconoció. Y cuando me contó lo de tu aventura en Londres, supe que te tenía en mis manos…
Yo seguía mirando con cara de asombro. ¿ Era posible que hubiera conocido a Pedro en Londres? … pero según me contaba Raúl, así era, quizás yo no le conociese, pero el a mí sí, ya no tenía casi ninguna duda…
-- ¡ Mira zorra – dijo Pedro –- ¡ Tú no te acuerdas de mí porque yo no era importante para tus ambiciones, pero resulta que éramos compañeros en la empresa que ayudaste a hundir, puta ladrona!
— ¡Yo no hice nada! … mi jefe me enga…. – empecé espontáneamente a defenderme, lo que me valió un fuerte bofetón por parte de Pedro que hizo que me girase la cara con su fuerza, sintiendo el dolor y como me ardía la mejilla.
— ¡ Mira zorra, yo trabajaba en el departamento comercial, y ni te imaginas la de veces que me pajeé con ese culo tuyo, que no parabas de menear por toda la oficina, pero claro, tu trabajabas para la dirección, y los trabajadores no éramos dignos de que te fijaras en nosotros… ¿ Verdad zorra ?
-- ¡ Éramos poca cosa para ti. Pero mira por donde ahora la situación ha dado la vuelta, y te tengo exactamente donde había soñado tantas veces, jajaja
-- ¡ Ya ves estirada puta, la de vueltas que da la vida… Ahora eres tu perra, la que estás en lo más bajo…, una simple puta…
-- ¡ Pedro… – prosiguió Raúl – … lo pasó muy mal cuando la empresa tuvo que cerrar por tu desfalco. – yo volví a indignarme porque me culp
ab
an de algo de lo que solo había sido víctima, pero me cuidé mucho de volver a decir nada.
-- ¡ Se quedó en la calle … ¿ Te imaginas por un momento lo duro que tuvo que ser para él, y muchísimos más compañeros suyos, puta ¡¡ – continuó Raúl,
-- ¡ Pasó bastantes penurias, de manera que tuvo que volver a Madrid. Por suerte, éramos amigos desde la infancia, y no dudó en pedirme ayuda para montar su estudio de fotografía, que era algo que le gustaba mucho, y que nunca se había atrevido a dar el paso.
Luego la suerte quiso que viniera a visitarme y después de tantos años, reconociera en mi vecina, a la calientapollas que le había sumido en la miseria…
— ¡ Cuando me contó que estabas fugada, y que se te buscaba en toda Europa, te puso en mis manos inmediatamente, me proporcionó todas las pruebas que necesitaba para que yo pudiese realizar mi deseo, de someterte y transformarte en lo que ahora eres, mi aspirante a sumisa, así que gracias a él hoy estas aquí…
-- ¡ Deberías darle las gracias, porque gracias a él estás descubriendo un mundo de placer inigualable…
En mi interior, la rabia y el odio por aquel desaliñado tipo, calvo y barrigón, me encendió y una oleada de calor, subió desde mi estómago hasta mi cabeza
y si mis ojos hubiesen tenido el poder de fundir a las personas, ese gordo seboso, se abría derretido con la mirada de odio que le dedique, como un montón de grasa, ahora que acabada de descubrir, que por venganza, me había destruido la vida…, y realmente, yo no le conocía ni le recordaba para nada.
Era tan injusto que por su culpa me encontrase en ese sótano, desnuda delante de tres sádicos que no dudaban en hacerme cualquier cosa que se les ocurriera, y aunque ciertamente ese día estaba gozando de algunos de los mejores orgasmos de mi vida, no era algo que hubiera elegido yo, y eso me producía mucha rabia, como cuando me acusaron de hundir la empresa y que no fue culpa mía, ya que en mi afán por progresar, me había dejado engañar por mi jefe, que era el verdadero responsable de aquello, pero más listo que yo, había conseguido que yo pareciese la responsable de apropiarme del capital de la empresa y del que no sabía nada… incauta de mí.
Nuevamente aquella lejana etapa de mi vida, aquella rabia por la injusticia de que fui objeto, me golpeaba de nuevo.
De nuevo, retazos de mi pasado me volvían a alcanzar y eran los que me habían obligado, chantajeada par el Amo Raúl, a cambiar mi cómodo y lujosa vida de esposa que lo tenía todo, hasta la degradación de verme obligada a ser tratada como una perra, como una simple puta para complacer a quien me ordenase Raul.
Al observar y sentir el odio que aquel desconocido desprendía hacia mi, empecé a sentir miedo de verdad. Me asustaba pensar que aquel hombre, el tal Pedro, que había engordado hasta parecer un toro Beefmaster por su tamaño, estuviese obsesionado con vengarse salvajemente de mi, y eso empezar a hacerme temer lo peor….
La situación podía ponerse muy dura para mi…..,