Sumisión y dominación de Alice cap-07

Prólogo: Mientras pasaba mi primera noche en cautividad en la celda del sótano, pensamientos contradictorios me asaltaban, confundida y temerosa por lo que me esperaba en ese nuevo día, sábado que estaba a punto de empezar

Capítulo - 7

Sábado … aceptación de mi destino

Oí como se abría la puerta, y me incorporé en la cama sobresaltada, busqué las pinzas de mis pezones que me había quitado durante la noche, si me pillaban sin ellas seguro que Raúl se enfadaría y me castigaría.

Vi con algo de alivio que quien abría la puerta era Beatriz, llevaba una bandeja en la mano, con lo que supuse que sería el desayuno. Me vio con las pinzas quitadas, y con cara de disgusto me dijo.

— ¡ Alice, sabes que no debes desobedecer las órdenes de Raúl.

— ¡ L…lo siento Beatriz – dije –

— ¡ Zoe  pens……– me cortó ella – ¡ Debes acostumbrarte a llamarme Zoe.

— ¡ Si, perdona, Zoe …. – dije yo, bajando los ojos.

— ¡Mira Alice. Debes tomarte esto muy en serio – Dijo Beatriz – ¡ Ya se que aún no eres consciente de la suerte que tienes. El que Raúl te haya elegido es un gran honor, no son muchas las que pueden decir que han completado su educación con él y han llegado a convertirse en sus hembras.

— ¡ Pero no entiendo nada - dije - ¿ Cómo puedes decir esas cosas ? ¿ Cómo puedes estar feliz de ser la esclava de Raúl, o de cualquier otro hombre ?

— ¡Alice – respondió Beatriz – …., se que te falta mucho para entenderlo, y os pasa a muchas mujeres, que no sabéis lo maravilloso que es vivir para complacer a tu dueño. El se preocupa por nosotras, por nuestro bienestar, y nuestro placer.

— ¡ El solo se preocupa por su placer – respondí yo sin poder callarme ante esa afirmación.

—¡ Te equivocas Alice -  dijo Beatriz – de verdad que no es así, cuando te sometas al amo descubrirás el gran placer de que tu amo te utilice, que fólle todos tus agujeros a su antojo, que te preste a otros hombres, serás usada para el placer en múltiples formas, y descubrirás un mundo de morbo, sexo, y placer como no te puedes imaginar, sólo debes dejarte llevar.

Yo no salía de mi asombro, no entendía esa forma de pensar, para mi eso era la esclavitud, y aunque tenía claro que por ahora me convenía ceder, no pensaba vivir así.

— ¡ Y hablando de obedecer a tu Amo – siguió Beatriz – eso significa que debes obedecerle siempre, esté o no presente. Si bien es cierto que yo y todas en alguna ocasión le desafiamos, sabemos hasta que límites podemos llegar, y nos arriesgamos a desafiarle en algunos casos porque sabemos que el castigo va a ser casi tan placentero como el obedecerle. Con esto quiero decir que no debías haberte quitado las pinzas.

— ¡ Pero Bea.. Zoe – Interrumpí – es que no podía más, me dolían muchísimo, ¿ Qué diferencia hay si no me ve nadie ?

— ¡ No se trata de que te vean – dijo Zoe – ¡ Se trata de que tu, como propiedad de Raúl que eres, y como mujer sometida a él, no debe pasar por tu cabeza el quitártelas, es un pensamiento que ni siquiera debe aparecer, debes ser tan feliz de obedecer, que en ningún momento se te ocurrirá hacer nada contrario a lo que te diga.

— ¡ De verdad Zoe – dije – me cuesta mucho creer que nunca pienses en desobedecer nada, es imposible, yo jamás seré así.

— ¡ Aun que creas que es imposible pronto descubrirás que estás equivocada, y cuando tu mente se abra y descubras el maravilloso mundo de la sumisión, verás que tu vida hasta ahora no ha estado completa. Así que Alice no vuelvas a hacer esto. Por esta vez no voy a decir nada, porque soy consciente de que estás iniciándote y para vosotras es difícil al principio, pero te lo digo de verdad, no vuelvas a cometer una falta así, o tendré que contarlo. Me juego mucho ocultando esto.

— ¡ Gracias Zoe – dije, agradecida de verdad – …., estaba claro que si Raúl no se enteraba, me ahorraría mucho dolor.

—¡ De nada, pero prométeme que hoy acatarás las ordenes sin quejarte, nos ahorrará muchos problemas a las dos.

— ¡ Si, Zoe, de verdad, si ya he entendido que es mejor no quejarse, lo tengo claro. Pero, ¿ Qué me espera hoy ? No podría aguantar otro día como el de ayer.

— ¡ No lo sé – ¡ El amo no me informa de lo que va a hacer. Ahora tengo que revisarte, levántate.

Me puse en pie. Y Beatriz empezó a revisar mi cuerpo. Lo primero que hizo fue coger las pinzas, y antes de ponérmelas cogió cada uno de mis pezones con sus dedos, y los pellizcó y retorció con saña. Me dolió muchísimo, pero conseguí contener el grito de dolor.

— ¡ Muy bien Alice – me dijo – … veo que vas aprendiendo a contenerte. No te creas que disfruto provocándote dolor, pero es necesario que se vean rojos e hinchados si no queremos que el Amo sospeche de tu falta.

Mientras hablaba seguía retorciendo los pezones con saña en todas direcciones, y yo me doblaba de dolor.

— ¡ Además – dijo – con esto podrás ver que el desobedecer es peor, incluso aunque yo te cubra como en este caso, porque lo que hay que hacer para que no se vea tu falta es más doloroso. Si hubieras dejado las pinzas te habrías acostumbrado y ahora no te dolería.

Continuó revisando mi cuerpo, pasó su mano por mi coño.

— ¡ Muy bien Alice – dijo – … veo que lo has repasado, muy bien, esto complacerá al amo. Debes hacerlo a diario para que siempre esté completamente liso, sin un solo pelo.

— ¡ Gracias – dije

Repasó mi culo, que aún me dolía cuando algo rozaba la marca de los golpes, y no pude evitar un gemido.

Noté como Zoe aplicaba algo refrescante, que aliviaba el dolor.

— ¡ Te estoy aplicando un poco de crema cicatrizante, para que ayude a que cure más rápido, aunque es posible que si hoy no te comportas recibas algún golpe más, yo que tu tendría cuidado si no quieres estar varios días sin poder sentarte.

— ¡ Si Zoe – dije – tendré cuidado….., gracias….

Bien, dijo quitándome las cadenas de las muñecas y de los pies, aunque dejando siempre los brazaletes y las tobilleras. Me quitó también el cinturón/braga de cadenas, liberando mi coño por completo. Me colocó también la cadena de perra en mi collar, para poder llevarme y traerme.

— ¡ Ahora te dejo que comas algo para tener fuerzas para el día que tienes por delante. Desayuna rápido, y cuando termines debes salir de la celda, que dejaré abierta, y esperar a tu señor en el centro de la sala en posición de sumisión. ¿ Lo has entendido ?

— ¡ Si Zoe, gracias por tu ayuda – dije – …. lo he entendido, empieza otro horrible día.

Una fuerte bofetada me cruzó la cara.

— ¡ No se te ocurra volver a decir eso … – dijo Zoe – ¡ Cada día con tu amo es un privilegio, y te aseguro que no tardaras mucho en ser tu misma la que desee que el Amo te dedique todo un día.

— ¡ Si Zoe – dije – lo siento. – Aunque en mi interior pensaba todo lo contrario. Podría tener que aguantarme y dejarme hacer, para que no me castigaran, pero estaba claro para mí que nunca me iba a gustar esa vida, y ya había decidido que en cuanto tuviera oportunidad iba a desaparecer de nuevo. Aunque me costaba mucho tener que desaparecer y dejar a Daniel, le iba a destrozar y yo tendría que empezar de cero otra vez, pero cualquier cosa antes de ser la esclava de estos dos, puesto que estaba claro que eso es lo que era.

Zoe salió dejándome sola. Desayuné con prisas, aunque entendiendo como funcionaba la mente de Raúl, estaba segura de que me iba a tener esperando mucho tiempo.

Respirando hondo y dispuesta a obedecer, cambiando mi táctica, ya lista para afrontar el nuevo día salí de mi habitación y caminando a cuatro patas, porque empezaba a temerme que Raúl me estuviese observando con alguna cámara, me situé en el centro de la Sala como me había ordenado Zoe, no quería fallar, porque estaba casi segura de que Raúl me podía estar observando desde alguna cámara, en todo momento, quizás incluso cuando estaba en mi celda, y eso me hizo estremecer.

Desde el centro de la sala, como me habían ordenado, aproveché para echar un vistazo a la aquella sala-sótano tan intimidadora, pero al mismo tiempo, empezaba a sentir el morbo que desprendía aquel lugar con todos sus perversos y transgresores artilugios , oculta y discreta, por debajo de donde la gente seguía con su vida diaria. Era como un pequeño Universo paralelo y secreto.

Algunas cosas habían cambiado. El cepo donde pasé el día anterior estaba en un rincón, lo que me daba la esperanza de que hoy no quisieran usarlo. Había sido terrible estar allí atada. Sin embargo, había un nuevo elemento en la habitación, era una especie de banco, no muy ancho, y que en uno de sus extremos se elevaba hacia el techo un poste, del que salían varias argollas, por la altura del banco, estaba bastante clara su finalidad, si me tumbaban en él quedaría a la altura justa de la polla de Raúl, así que imaginaba que ese iba a ser mi potro de tortura para hoy. Un sudor frío me recorrió la espalda.

No me demoré más y me coloqué en la posición ordenada, de rodillas y sentada sobre mis talones y la cabeza inclinada,  esperé a que Raúl…, mi Señor, se dignase bajar

No sé cuánto tiempo estuve así, como yo imaginaba, Raúl jugaba con mis miedos, y me tenía allí pensando, y temiendo, pero al mismo tiempo deseando que bajara a por mi, y empezar a ver lo que me tenía reservado para el nuevo día, pero el sabía que cuanto más me tuviese esperando, más desarbolada me sentiría cuando por fin se plantase frente a mi, aquel cerdo vicioso, sabíabien lo que se hacía.

Cuando ya más desesperada estaba por que apareciera alguien, noté una presencia, quien fuera era muy silencioso. Pude notar a alguien que se colocaba tras de mi en mi misma posición, y por el olor a su perfume Donna de Valentino supe que era Zoe, tenía aquel dulzón y reconocible aroma personal que siempre usaba, que era muy atrayente, y me resultaba tranquilizante tenerla allí.

-- el Amo

-- Alguien se colocó delante de mí, podía ver sus pies descalzos, y el comienzo de sus pantalones de cuero, por lo que supuse que era Raúl de nuevo.

No pude disimular como un escalofrío subía por mi nuca y me hacía estremecer, moviendo ligeramente mis hombros, algo que no pasó desapercibido para el.

— ¡ Hola zorrita ….– dijo con su dura voz – ¡ Espero que hayas descansado, porque hoy te espera un duro día, aunque yo creo que más que duro va a ser muy placentero -  y soltó una carcajada al decir esto… jajajaja

— ¡ Levanta la cabeza y mírame a los ojos  – ordenó.

Así lo hice, y le miré directamente a los ojos. Desde mi posición tuve que echar atrás la cabeza para mirarle, puesto que estaba muy pegado a mi.

— ¡ Me ha dicho Zoe que esta noche te has portado bien, y que incluso tu misma habías repasado el rasurado de tu coño, para que estuviera perfecto. – dijo –   Eso está muy bien, veo que vas aprendiendo a complacer a tu señor. Ahora quiero ver si has ido aprendiendo bien  tus obligaciones…

Dicho esto se dirigió hacia mi celda, y oí como orinaba en el retrete - bueno, al menos esta vez no lo hizo sobre mi –

— ¡ Buuuf, que a gusto me he quedado, llevaba horas sin ir al baño – me dijo el muy cerdo volviendo hacia a mí con la polla fuera

–- ¡ Ahora a ver si has aprendido lo que tiene que hacer una buena perra con su amo tras ir al baño… ?

Estaba claro lo que quería, se plantó delante de mí. Tuve un momento de duda y oí a Zoe susurrar – ¡ vamos, chúpasela ya …

Levanté las manos para ir a coger la polla de Raúl, pero estaba claro que consideraba que me había retrasado, y empezó a golpearme con su polla en la cara. Obviamente no era nada doloroso, y en otra situación hasta me habría echo gracia, pero en ese momento me resultaba algo de lo más humillante. Después se agachó, me agarró del pelo, tirando de mi cabeza hacia atrás.

— ¡ Vamos a ver zorra… – dijo con dureza - ¿ Es que no sabes lo que tienes que hacer ?

— ¡ S.. Si mi  Señor…– dije con miedo- — ¡ Debo limpiarle con placer la polla con mi boca…

— ¡ Eso es zorra, pues la próxima vez no tardes tanto… ¡ No me gusta que me hagan esperar – y tras decir esto me dio dos pequeñas cachetadas con la mano en mi cara.

Me soltó y yo tomé con prisa la polla de Raúl, que se había puesto muy dura, y la introduje en mi boca.

— ¡ Deja las manos, quiero que me la mames sin tocarla, usa solo tu boca y tu lengua que para eso las tienes zorra.

Solté su dura polla y me puse a hacer lo que me ordenaba. Lamí y chupé primero con calma, despacio, sabía que si le hacía disfrutar, yo sufriría menos. Movía mi cabeza adelante y atrás, le puse ganas, puesto que no quería que me volvieran a empujar la cabeza, prefería tener yo el control, con mi boca y mi lengua, me esmeraba en chuparle la polla, y parecía satisfecho, ya que Raúl murmuraba con placer.

— ¡ Muy bien puta, muy bien, veo que aprendes rápido.

Muy a pesar mío no me quedaba otra que reconocer que lo sumiso y morboso de la situación empezaba a excitarme, no me gustaba que eso pasara, porque era darle la razón a Zoe, pero mi cuerpo iba por libre, y mis feromonas solo reaccionaban a los estímulos sensoriales y táctiles y la polla de mi Señor, era la mejor que había chupado en mi vida.

Seguí chupando, y jugando con mi lengua en el glande de la polla de Raúl, para provocarle que se corriera, alternándolo con la introducción de su polla hasta el fondo. Tras un rato Raúl agarró mi cabeza por detrás, y me apretó la cara contra su cuerpo, introduciéndome su polla hasta muy adentro, noté como se hinchaba y me preparé para recibir la eyaculación que sabía que venía.

Enseguida mi garganta y mi boca se llenaron de semen, que en esa situación me era imposible tragar, como sabía que Raúl esperaba. Así que aguante como pude para que no se saliera de mi boca. Raúl me soltó, sacó su polla y aproveché para tragar todo el semen acumulado en mi boca. Aunque algo se escapó, y con asco me apresuré a recogerlo con mis dedos y volver a introducirlo en mi boca, tratando de que en mi cara no se notase que no me gustaba hacerlo.

— ¡ Muy bien, muy bien puta… – dijo Raúl …

– ¡ Estás aprendiendo muy rápido. Empiezo a creer que vas a ser casi tan buena como Zoe… , Jajaja…

Tras un momento agarró la cadena que llevaba sujeta a mi cuello me llevó hacía el banco que había visto antes, y como yo imaginaba ese iba a ser el lugar que me tenía mi Señor reservado  hoy. Yo le seguí rápidamente a cuatro patas, como me habían enseñado.

Me puso delante del poste, y sujetó la cadena en una argolla alta. Esta argolla forzaba mi cabeza hacia arriba, si quería mantenerme a cuatro patas. Después colocó mis manos pegadas a dos argollas que había en la base del banco, y con unas cuerdas las ató a las argollas. De esa manera mi posición quedaba muy forzada, y la cadena tiraba de mi cuello hacia arriba, lo que me producía asfixia, siendo para mí una posición muy incomoda.

Noté que se ponía tras de mí, y pasaba la mano por mi coño, que a pesar de que aunque limpiarle la polla no era lo que yo había deseado, su textura y tamaño me había finalmente excitado. Comenzó a jugar con sus dedos, abriendo mis labios, y manipulándolo a su antojo. Era un maestro, esa era la verdad, y enseguida empecé a excitarme claramente y a humedecerme. La situación comenzaba a ser muy placentera para mi y a pesar de que me gustaba lo que me estaba haciendo, no estaba dispuesta a dejarme llevar.

— ¡ Huuum putaaa…. – dijo Raúl – … pero que rápido te mojas. ¡ No me equivocaba en absoluto cuando te veía exhibirte por la piscina y aunque solo eras una calienta pollas mal follada y estirada, la realidad es que…

— ¡Eres una verdadera puta! Ayer te dije que hoy tenías que ganarte el honor de que te follase, y que si no te lo ganabas tu destino iba a ser terrible.

Al recordar lo que me había asegurado que podía ser mi destino final…., pataleando colgada de una soga, nuevamente hizo que un escalofrío de puro terror a morir horriblemente de esa cruel forma, me recorrió toda la espalda y atravesando mi nuca, me llegó hasta mi cerebro. No podía moverme amarrada como me tenía, pero en mi estómago sentí un angustioso nudo, que me llegaba hasta la garganta .

— ¡ Pero no te preocupes, perrita … – continuó – Porque tal y como te veo, dentro de muy poco, y no suelo equivocarme cuando tengo una puta como tu entre mis manos vas a ser tu misma quien me va a suplicar que te folle … porque lo desearás más que respirar.

Siguió jugando con mi coño, y en un momento dado comenzó a acariciar y jugar con mi clítoris, lo que me puso muy cachonda, y estaba a punto de alcanzar un orgasmo cuando el muy cabrón paró. Estaba usando otra vez la táctica del día anterior, y mi coño reaccionaba por su cuenta. Llevaba dos días dejándome con la miel en los labios, el muy cabrón sabía que si seguía así acabaría suplicándole

— ¿ Casi te corres, verdad zorra ? … jaja… - preguntó

— ¡ Si mi Señor… – respondí porque el ya sabía la respuesta y solo me lo preguntaba para humillarme

— ¡ Ya lo sabía perrita… - dijo – ¡ Pero recuerda que tus orgasmos me pertenecen, así que te correrás sólo si te lo mereces…

Soltó la cadena, lo que me permitió descansar el cuello, y me soltó las manos.

Me llevó al banco e hizo que me tumbara boca arriba sobre él. Mis piernas estaban dobladas apoyadas sobre el suelo, ya que solo mi espalda y cabeza apoyaban sobre el banco. Era una posición mucho más cómoda que la del potro del día anterior, pero casi más humillante todavía, con mis piernas separadas a ambos lados del banco y mi rasurado y expuesto coño, empapado de jugos, expuesto para el

No me atreví a alzar la cabeza, por miedo a que eso supusiera un castigo.

Noté como ataba con fuerza dos cuerdas a la altura de mis rodillas dejándome con las piernas dobladas por ellas. Y que ponía varias cuerdas sobre mi cuerpo, a la altura de mi cintura, y las ataba a unas argollas que había en la base del banco. Esas cuerdas impedían que me levantara.

Mientras me estaba atando, especialmente mis rodillas, una sensación desconocida, pero excitante y morbosa empezó a invadirme, y no podía reprimir esa sensación de placer, ni entender …, porqué sentía ese placer siendo sometida por el.

— ¡ Zoe átale las piernas  ¡ – ordenó Raúl.

Zoe cogió las cuerdas que colgaban de mis rodillas, y primero una y luego otra tiró de las cuerdas, y las ató a algún sitio que no veía, el resultado era que mis piernas quedaban inmovilizadas, y mi coño y culo quedaban totalmente expuestos y abiertos mientras mi cuerpo estaba ahora inmovilizado por completo.

Enseguida noté como Zoe también cogía mis manos y las ataba al poste. Estaba totalmente expuesta, a disposición de lo que Raúl quisiera hacerme. No tenía ninguna opción de movimiento. En mi vida me había sentido tan expuesta, pero ante mi sorpresa, estar así para un hombre, me producía una sensación muy intensa de placer y no podía evitar que pese a ser más próximo a una violación,me turbase el hecho de estar gozando de lo que me hacía Raúl y Zoe, empezando a dudar de si realmente, no era una puta reprimida.

— Zoe, - ordenó Raúl – Ven a poner a punto a tu Amo.   Debo estar preparado por si esta zorra se gana finalmente el honor de que me la folle.

Durante un rato me dejaron ahí, mientras Zoe con su boca se esforzaba en que la polla de Raúl se volviera a poner a tono.

No le costó mucho a Zoe, hacer que aquel grueso cilindro se pusiese duro e hinchado como pocas veces lo había visto, con sus venas muy marcadas, mientras me miraba como un tierno trozo de carne, ofrecido para su placer

Cuando Raúl estuvo satisfecho se vino a mi cara, y yo enseguida abrí la boca, porque ya sabía lo que quería.

Introdujo su polla en mi boca un par de veces, y satisfecho dijo –

— ¡  Muy bien puta, ya has comprendido como funciona esto…

Se colocó frente a mi coño, y cogiendo el vibrador del día anterior empezó a jugar con mi coño. Yo después de lo anterior y el morbo y el deseo reprimido que sentía al estar tan ofrecida. Estaba realmente receptiva y caliente, y otra vez me puse al borde del orgasmo, momento en el que Raúl volvió a parar en el momento justo en que sentía como me llegaba el orgasmo.

Era cruel por su parte e insoportable para mi. Tremendamente frustrante. No podía mas, pero el orgullo que me quedaba, me impedía rogar por lo que estaba deseando con todas mis fuerzas.

Repitió la operación otras dos veces, y yo ya no pude aguantar más, necesitaba ser follada ya, y no tenía sentido sufrir así, sabiendo que al final, terminaría pidiéndole que lo hiciese.

No pude resistir más aquel tormento y mis deseos de que me follase como una perra una vez más, el había conseguido hacer aflorar mi lado más salvaje y primitivo y entonces le rogué con todas mis fuerzas y voz de deseo incontenible …

— ¡ Por favor.., ya si, por favor … ¡Te lo suplico..! – le dije ya deseando ser follada como una cerda.

— ¿ Por favor que zorra ? – dijo Raúl… sabiéndose vencedor y gozando al verme  suplicar por su polla….

— ¡ Por favor mi Señor… te lo suplico….  ¡ Fóllame ya…!  ¡ Lo necesito y deseo con toda mi Alma…! ¡ No puedo aguantar más! – le dije casi gritando abandonándome ya a dejarme usar como una hembra en celo, como una puta, pero necesitaba, deseaba, que me bombease el coño con fuerza.

— ¡ Muy bien zorra, así me gusta – dijo Raúl .— ¡  Muy bien. …..¿ Has visto cómo has acabado suplicándome…?

— ¿ Quieres que tu amo te folle ?

— ¡ Si por favor Amo fóllame, te lo suplico...! – dije sabiendo que le complacería que le llamara Amo.

— ¡  Así me gusta mi puta. — ¡ Ahora por fin te has ganado la polla de tu Amo…

Y sin más metió de un empujón toda su polla en mi coño, que abierto como estaba y muy, muy mojado recibió la polla de Raúl sin ningún problema. Cuando la tuvo dentro empezó un potente mete y saca, que me volvía loca, mi cuerpo había decidido por mi, y yo con deseo incontrolable, me dejaba llevar por el placer, mientras mi cabeza se agitaba a derecha e izquierda y las muecas de placer total y desbocado desfiguraban mi rostro…

Gozaba tanto que no pude evitar empezar a gritar de placer… ¡Ahhh! … ¡AAhhhhh…! .. ¡Ohhh sí! .. ¡Fóllame muy profundo.. Ahhh!

Pero poder gemir y gritar, debía ser todavía demasiado para mi status de novata, así que a mi Señor no le gustó que pudiese expresar mi placer..

— ¡ Zoe ¡ – oí que decía Raúl – ¡ No quiero oír ni un grito más de placer de la perra, debe saber que debe gozar en silencio, reprimiendo sus gemidos.

Inmediatamente noté como Zoe me colocaba la bola mordaza para que no pudiera gritar, pero no me importó, porque en ese momento me alcanzó un orgasmo como hacía años que no sentía y estallé en continuos espasmos de placer, que parecía que iban a desmembrar mi cuerpo, y aunque con la mordaza grité, aunque el sonido apenas salía de mi boca. ¡Huuuuummm…! ¡Ummm… …Hmm .. Hmmm… … Hummmmmm….!

Mientras Raúl seguía follando cada vez con más fuerza en sus embestidas, que hacía que su polla la sintiese muy profunda, empecé a comprender lo que me había contado Zoe…, ser follada y ser sometida, proporcionaba un placer que desconocía y con el que solo había fantaseado, imaginando que un desconocido me empotraba contra cualquier objeto, y me arrancaba el tanga y me follaba a la fuerza…, tras aquel intenso orgasmo, empecé a comprender porque a Zoe, le gustaba aquello.

Raúl satisfecho seguía follándome bruscamente, y así estuvo un buen rato, gozando también el de mi suave y rasurado coño que tanto tiempo había estado deseando y solo me había follado en el picadero,

Mientras me embestía con el deseo y la fuerza con la que solo un macho dominante cópula a placer con sus hembras, abandonada a aquel placer tan intenso y nuevo para mi, que estaba descubriendo, de nuevo me corrí otra vez, y aunque no fue tan brutal como la primera, fue un muy buen orgasmo, que me termino de dejar complacida y satisfecha de ser tan bien follada.

Tras unos placenteros y excitantes minutos, con Raúl follándome el coño y oyendo a cada nueva embestida el golpeteo de sus duras bolas estrellándose contra mi ano, empapado con los jugos de ambos que sentía bajar por mi culo y nalgas , ¡plasss .. ¡plass..¡ chopp... ¡chopp…! Yo sentía que podía haber estado así durante muchos minutos gozando y encadenando un orgasmo tras otro… ¡Uffff.. Dios mío, que placer me estaba dando aquel macho..!

Raúl, mi Señor, ya no pudo retener más la llegada de su orgasmo y se corrió, no demasiado abundantemente, ya que tenía reciente la corrida anterior, pero aún así yo noté mi coño lleno de semen, y sentir su caliente miel dentro de mí, hizo que por primera vez, me complaciera esa sensación de ser poseída, casi preñada por un hombre que no era mi marido, pero que si sabía como hacer gozar a una mujer plenamente.

Yo ya no me planteaba nada, ni el tema del preservativo ni nada, simplemente me había abandonado al placer.

Cuando se salió de mí, y me pude relajar pensé con algo de humillación y rabia que el cabrón había conseguido su objetivo. Me había hecho suplicarle. Pero ¿ que podía hacer ?…, el placer que me había proporcionado, superaba la sensación de haber sido humillada y en aquellos momentos en que le había suplicado que me follase, esas palabras y ese incontenible deseo, me habían salido del Alma.

Noté como Zoe me desataba las manos y me soltaba las piernas, que por fin pude mover y desentumecer.

Desatada y libre, no me moví de la placentera posición, solo estiré mis piernas y brazos para desentumecerlos, pero sin ningún pudor ni vergüenza a esas alturas y sin que me ordenase nada mi Señor, me quedé allí sobre el banco, ofrecida todavía y en mi cara el pudo apreciar, quizás por primera vez, una mirada relajada y de felicidad…

—¡ Zoe – Dijo Raúl – Ocúpate de ella y que descanse hasta la tarde, hoy se lo ha ganado.

— ¡ Si Amo – dijo Zoe.

— ¡ Gracias Señor – dije yo sabiendo que le complacería.

Raul acarició mi cabello, como el que premia a un perro, y vi como se iba del sótano.

— ¡ Muy bien Alice – me dijo Zoe – ¡ Hoy lo has hecho muy bien.¡  El amo está contento.

No pude contestar. Me sentía extraña. Por un lado llena de rabia por haber cedido, y por otro relajada, por el tremendo placer que había sentido.

Zoe terminó de desatarme, y me ayudó a ir a la celda, yo andaba un poco entumecida por la postura forzada que había tenido.

Me dejó en la cama sentada y me dijo. Ahora descansa, luego te traeré la comida.

Me quedé sola, reflexionando y pensando. Esta vez no habían cerrado la puerta, estaba claro que según me portaba, ganaba o perdía privilegios. Esa era mi situación, pero debía reconocer que en esta última sesión, Raúl mientras me follaba atada al banco, me había llevado a alcanzar el más intenso de los orgasmos que había experimentado en mi vida, pero no, a pesar de eso no podía ceder y como Zoe, terminar convertida en una sumisa.

Yo tenía una vida cómoda y quería a mi marido, a pesar de que con el nunca podría gozar de mi sexualidad como con aquel vicioso de Raúl, pero era mi vida y no podía ni quería renunciar a ella….,  Estaba realmente confusa y solo tenía tres opciones , y ninguna por si sola cumplía mis deseos.  En vista de que no podría ya quitarme al vicioso de Raúl de encima si seguía con mi marido, la única opción viable, era desaparecer de nuevo, cambiar de identidad una vez más, pero tampoco era un camino fácil y muchas cosas podían fallar y hacer que terminase en la cárcel, si cualquier cosa  salía mal.

Otra opción, que tampoco me satisfacía, era llevar una doble vida compaginando mi matrimonio y siendo al mismo tiempo la sumisa de Raúl.  El era demasiado posesivo y exigente y mi marido terminaría dándose cuenta, o alguien se lo diría, pero una situación así era imposible que durase mucho tiempo.

La última, era ceder y someterme a Raúl como Zoe, pero para ella, era muy fácil porque era su esposa, pero yo solo encajaba como su sumisa, por lo que tampoco veía ninguna posibilidad en esta última opción que además era la que menos deseaba, a pesar de que empezaba a entender este tipo de relación Amo-sumisa y quizás como válvula de escape al escaso sexo que Daniel me proporcionaba, empezaba a sentir que me gustaba y en algunos momentos, la había gozado intensamente, pero no, ninguna de las tres opciones tenían futuro para mi.

Tras darle muchas vueltas, mi cabeza seguía atascada en ese círculo de opciones inviables y decidí dejar de pensar en ello.

Atrapada en medio de aquella complicada posición en que estaba ahora, tendría que tomar una decisión cuando llegase un punto en que no tuviese más remedio que sacrificar algo de mi pobre vida…., seguía en el punto de partida, pero con una visión un poco más amplia de las opciones….

No se cuánto tiempo estuve sola, pero me pareció que no había sido mucho tiempo, aunque no me atreví a moverme de la celda. Cuando oí a Zoe moverse otra vez por la habitación

Zoe traía  una bandeja con comida y  bebida abundante agua y… una pequeña botella de vino blanco. Como era preceptivo me colocó las cadenas en las muñequeras y tobilleras y el cinturón de cadenas.  Ya me había ido acostumbrando a llevar puestas las pinzas de los pezones con la cadena, y ya me iba acostumbrando a sentirlos siempre presionados.

Dolorida y cansada, Comí y bebí en esta ocasión con apetito. Tras beberme la última copa de vino blanco, un excelente Muscat con que me había premiado Raúl, me arropé en la cama con sábanas limpias y la manta y me quedé dormida .

El cansancio y las sensaciones tan intensas que había experimentado esa mañana me proporcionaron un reparador sueño y estuve durmiendo unas dos horas, hasta que sentí en mi espalda una mano de piel suave que me acariciaba.

No había oído entrar a Zoe, y al abrir los ojos, la vi junto a mi, observando como dormía. Vi la sonrisa de la cara de Zoe, luciendo su sedoso pelo castaño, recogido por detrás en un informal moño y llevando un nuevo y sensual conjunto tipo arnés de cuero donde su pechos destacaban sensualmente enmarcados por el arnés.

Mientras ella seguía acariciando mi espalda y yo le sonreía, me estampó un suave pero caliente beso en la boca que me supo a gloria y que agradecí haciéndome sentir más cercana a ella, la  mujer en la que podía encontrar apoyo y consejos para hacer aquellas sesiones de sumisión menos duras.

Le hice sitio en la cama y ella se tumbó junto a mi, sin dejar de acariciar mi espalda y culo.

Mientras me dejaba acariciar sintiendo el placer de las manos de Zoe recorriendo mi cuerpo le pregunté…

— ¡ Zoe hay muchas cosas que me cuesta asimilar, y que no entiendo a pesar de que poco a poco voy descubriendo sensaciones y placeres desconocidos hasta ahora para mi… — dime Zoe, … ¿ Cómo decidiste que deseabas esta doble vida, de mujer triunfadora, pero combinada con la de tu rol de simple hembra sumisa, sometida a los hombres ?

Ella se sonrió y me acarició la cara y mirándome a los ojos me preguntó.

— ¡ Tu Alice, ¿ Nunca has tenido fantasías de sexo duro, de ser forzada, de sentirte solo una hembra con deseo de sexo puramente animal, solo por placer ?  ¿ Nunca has fantaseado con ser atada y follada hasta morir de placer, o ser casi violada sobre una mesa, o en la cocina ?

Aunque con un poco de rubor, le confesé.

— ¡ Si Zoe…, en ocasiones he fantaseado con ser follada por varios desconocidos, que me practicaban sexo y ser follada sin preguntarme si lo deseaba, solo tomarme y follarme como una hembra , pero solo han sido fantasías  - a lo que ella me replicó…

— ¿ Y te has masturbado soñando con los ojos cerrados que en realidad te lo hacían ? … A que no me equivoco !  .. se sincera, eso no es nada malo, solo es sexo de verdad.

— ¡ Si Zoe …, son fantasías que me ponen muy caliente y me masturbo  con placer, pero es algo que mi marido no comparte ni desearía que yo hiciese.

— ¡ Estoy segura que Daniel te quiere mucho, pero su educación estricta y su vida, hacen que para él, el sexo solo sea algo que se hace porque forma parte de su rol de marido, pero no es ninguna de sus prioridades, y si me dijiste que ni tan siquiera te deja que se la chupes, siento decírtelo, pero puede ser el amor de tu vida, o quizás solo fue alguien que te sacó a flote por tu belleza después de tener que cambiar de vida y perdida, te agarraste a el, empezando una vida cómoda pero aburrida.

— ¡ Por lo que has contado a Raúl, Daniel es un desastre en la cama, a pesar de que te quiera, pero sus traumas sobre la moralidad, o porque simplemente le interesan otras cosas, nunca…, y cada vez menos, te va a proporcionar el placer que deseas, aseveró segura Zoe…

Mientras me besada de nuevo, trataba de pensar en las palabras de Beatriz, que no carecían de lógica, había definido mi actual relación con Daniel con bastante acierto.

De todas formas, aunque entendía sus razonamientos y ya había empezado a probar el placer intenso de ser forzada a follar, mil dudas me asaltaban todavía, así que quien mejor que ella, que ya se había transformado en sumisa, podía darme respuestas.

— ¿ Pero Zoe …, - le dije susurrando, temiendo que su Amo pudiese entrar y oírme. ¿ Como puede el dolor convertirse en una fuente de placer ? …. eso me cuesta entenderlo y aceptarlo…, no le encuentro respuesta  al deseo de ser azotada.

Beatriz se giró y se puso sobre mí, mientras sujetaba mis manos por encima de mi cabeza y entre que ella solo llevaba el arnés y yo estaba desnuda, nuestro cuerpos entraron en contacto por completo desde mi pecho a mis pies, mientras con una de sus rodillas me abría las piernas e introducía una  suya entre las mías como dominándome, sujetándome con fuerza, me pregunto.

— ¡ Dime que sientes ahora que estoy acosándote con lujuria,  sujetándote para manejarte por el deseo que siento hacia ti, en una pura atracción sexual primaria.

El repentino movimiento de Zoe, poniéndose encima de mí realmente me excitó porque me sentía deseada, a su merced si yo me abandonaba a complacer su deseo.

— ¡ Mucho morbo y me ha excitado mucho, sentir como me sujetabas de improviso y me abrías las piernas para que nuestros suaves coños entrasen en contacto.

— ¡ Lo ves Alice, no somos tan diferentes, básicamente somos iguales, pero a ti solo te falta romper esa barrera que te hace pensar que estos juegos son malos.  No lo son en absoluto, sensual Alice…, desde los confines del tiempo, para una hembra que sepa abandonarse solo al placer, sin importarle lo que piensen los demás, ser tomada con deseo para ella debería ser excitante, porque te hace sentir deseada por la sensualidad y tu olor a hembra caliente, cuyo mayor placer reside en ser tomada por otro, sea mujer u hombre.

— ¡ En cuanto a los azotes, no los ves como lo que realmente son, solo una forma más de aumentar el placer que está por llegar.

— ¡ Imagina como te azotan el culo, ya que eso ya te lo ha hecho mi Amo en bastantes ocasiones y dime, a pesar de sentir dolor, no te imaginas lo cerca que están esas dos sensaciones y que se superponen…, dolor & placer, son en realidad solo una cosa, sensaciones  superpuestas maravillosas e intensas  ¿ No sientes placer cuando mi Amo te azota ?

De nuevo, con cierta vergüenza le dije

— ¡ Si querida Zoe, no sé por qué pero me excita y mi sexualidad se exacerba mojándose mi coño con los azotes

— ¡ Me gusta que seas sincera Alice, no te sonrojes, déjate llevar y borra de tu mente los prejuicios que te impiden gozar al máximo del sexo puro, instintivo, animal.  Querida Alice, sentir como un macho o varios te arrancan la ropa y te sujetan y someten, empujados por el deseo que tu cuerpo hace que sientan por ti en ese preciso y quizás inesperado momento, …, o como ahora  estoy haciendo yo acosándote con simple deseo animal, que me lleva a desear gozar contigo, y que hace que quien siente eso por ti desee imperiosamente follar juntas con lujuria, unidos en un solo cuerpo, sin pensar en nada más que en abandonarse al instinto que todo ser vivo lleva dentro. Si tu mente lo acepta como lo que simplemente es, deseo por ti,  eso debe hacerte sentir libre y feliz, como una hembra en la naturaleza, y abandonarte completamente al placer, que no es comparable a ninguna otra forma de sexo más convencional.

Mientras Zoe me trataba de explicar esa vieja y primitiva forma de vivir el sexo, pero que para mi era desconocida hasta hacia muy poco, y aún lo seguía siendo, en ningún momento dejó de sensualmente restregarse contra mi cuerpo, y me di cuenta, que instintivamente yo también la buscaba a ella, empezando a movernos al mismo compás las dos.

Agradecida por despejar e intentar hacerme ver lo que significaba la sumisión al macho dentro de los juegos, le dije.

— ¡ De verdad Zoe, que me ayuda mucho a comprender la sumisión, todo lo que me estás contando, y empiezo a entender, que quizás la que estaba equivocada y no era capaz de entender la sumisión como placer, era yo. Imagino que necesito tiempo.

— ¡ Claro cariño que necesitas tiempo, como todas lo hemos necesitado… Pero como empiezas a entenderlo voy a pedirte una cosa, y tu me respondes, si o no, libremente.

— ¡ Alice, deseo mucho que tengamos sexo juntas, sin tabúes, abandonándonos la una a la otra, solo dando y recibiendo placer mutuamente, pero no románticamente…, deseo que “follemos juntas” hasta donde nuestro deseo nos lleve   ¿ Lo deseas tu también ?

Entre tremendamente excitada y algo sorprendida le pregunte como una idiota

—¿Ahora…? ..- a lo que ella me dijo mientras con su mano buscaba mi coño.

— ¡ Pues claro …, ahora porque lo deseo. Y tras ver lo receptiva que estaba con mi coño empapado añadió… - ¡ Y tu también lo estás deseando!... Mientras seguía progresando en mi coño,  yo doblaba y levantaba mis  rodillas para ofrecérselo en un claro signo de deseo…

— ¡ Alice, sin decir nada, ya me has respondido, pero déjate llevar por mi al principio, quiero mostrarte como gozar con el sexo brusco, instintivo como dos hembras en celo.

Incorporándose de rodillas sobre mi, me quitó la cadena de las muñecas, mientras con su rodilla seguía masajeando mi coño, ya de pié junto a la cama, se inclinó para quitarme la cadena de los tobillos, dejándome solo las tobilleras.

Aprovechando su posición con su culo ofrecido, cruzado por la cadena que  se metía en su coño, llevé mi boca a su seductor culo y se lo estuve lamiendo, mientras con mi mano, podía comprobar lo mojada que también estaba ella.  De dejó hacer durante unos segundos hasta que me dijo.

— ¡ En posición perrita ! - me baje de la cama y junto a ella, me senté sobre mis talones con la cabeza baja y mis brazos y manos sobre mis muslos.

Zoe lo primero que hizo fue recogerme el pelo en una cola alta, despejando mi cara, para seguidamente coger la cadena y engancharla de mi collar, diciéndome un escueto

— ¡ Vamos !

Salimos por la puerta de mi habitación y ya en la Mazmorra  del sótano, yo siguiéndola a ella a cuatro patas mientras veía su sensual culo moverse, me llevó hasta colocarme encima de una piel de vaca que había sobre el suelo.

— ¡ Vamos perrita, quiero ver ese bonito culo moviéndose y bien ofrecido, mientras tu cara la quiero pegada al suelo y tus rodillas separadas 40 cm,

Me puse en esa posición esperando a Zoe que tras coger una fusta de las que usan para azuzar a los caballos, terminada en una tira doblada en el extremo, poniendo cada una de sus piernas en mis costados se inclinó y escupió sobre el agujero de mi culo, que enseguida empezó a masajear, empezando a darme placer.