Sumisión y dominación de Alice cap-04

Había pasado por mi primera sumisión y humillación por parte de aquel cerdo, pero eso no había sido más que un aperitivo, lo más humillante y duro, todavía estaba por llegar, no lo sabía, pero me quedaba mucho sufrimiento y humillación que soportar...

Capítulo 4

El día siguiente a mi violación

Esa noche me costó conciliar el sueño, no podía parar de darle vueltas a la situación en la que me encontraba, y tenía que buscar una solución como fuera, pero lo único que podía hacer si no quería perder a mi marido y mis amigos era complacer a Raúl, con la esperanza de que se aburriera de mí. Finalmente el cansancio pudo más y me dormí, aunque con un sueño agitado por pesadillas.

A las 9 de la mañana, un mensaje en el móvil me despertó del todo.

-- ¿ Que tal Puta ? … Espero que hayas descansado. Imagino que el ignorante de tu marido no se daría cuenta de que venias de follar con un macho de verdad.

Yo aún somnolienta no sabía que responder, pero para evitar males mayores respondí:

-- ¡ Si, Raúl, he dormido bien. Mi marido no se ha enterado de nada…

Estuve un rato esperando, pero no hubo mas mensajes, por lo que me fui a la ducha, a pesar de haberme duchado la noche anterior no conseguía sacarme de encima una sensación continua de suciedad.

Después me tomé un café, ya que era incapaz de comer nada, y me preparé para seguir con mí día a día con el temor de que Raúl me llamara en cualquier momento.

Para mi sorpresa, ese día no tuve ningún mensaje, y de hecho, pasaron dos días en los que no tuve ninguna noticia de Raúl, lo cual comenzó a tranquilizarme, y empecé a pensar que se había arrepentido de lo que había hecho, y todo se iba a quedar ahí.

Por desgracia estaba muy equivocada. El jueves a medio día recibí una llamada de Raúl. Por suerte a esa hora estaba sola en casa, y no tenía problema en responder.

-- ¡ Hola … – dije con voz seca.

-- ¡ Hola Zorra… - oí la voz de Raúl al tiempo que se me erizaba la piel

– ¡ Espero que cuando contestes a tu señor lo hagas con mas alegría. Cada vez que tu señor se dirija a ti es un privilegio, y deberías recibirlo como un regalo.

-- ¡ De acuerdo … – dije intentando mostrar una alegría que no sentía.

-- ¡ Mejor así – dijo Raúl – …veo que vas aprendiendo. …

-- ¡Te llamo para decirte que prepares una bolsa con las cosas que necesites. Mañana por la mañana a las 9 te vienes conmigo. Vamos a pasar del viernes al domingo en mi casa de la playa.

Me quedé blanca, y sentí un nudo en la boca del estómago, que me dejó helada. Empecé a sentirme mal y tuve que sentarme en una silla y sin saber que decir.

Eso superaba todo lo que esperaba, podía irme una tarde, como el otro día sin problema, ¡pero todo un fin de semana! - aquel cerdo de Raúl, estaba totalmente loco si creía que me iba a ir con el durante los tres días…, imposible.

Una ausencia tan larga de casa y de Daniel, no podía justificarla con ninguna tonta excusa a mi marido y aún menos tan de improviso, sin poder prepararme una coartada.. no podía cumplir lo que me pedía.

¿ Cómo se lo iba a justificar a Danie l?

-- ¡ Pe..pero no puedo irme todo el fin de semana, puedo estar contigo como la otra vez, pero esto es muy distinto, estoy casada, y no puedo irme sin más sin que mi marido note que algo extraño pasa -…..

  • ¿ Como pretendes que pueda irme todo el fin de semana ? ¿ Que excusa le puedo dar a mi marido ? , No puedo marcharme sin más tres días – pregunté asustada.

-- ¡ Zorra..! – me gritó enfadado – ¡ Ya te dije que ese sería tu problema cuando yo te reclamase….! Así que como una puta e infiel esposa, algo se te ocurrirá para quitarte al cornudo de encima...! – añadió sin darme más opciones ni dejarme negociar otras posibilidades.

  • ¡ Esta tarde te entregarán un paquete, así que procura estar atenta para cuando llegue el mensajero, porque te va entregar lo que quiero que te pongas para vestirte y marcharnos...

-- ¡ Mañana a las 9 te quiero preparada para el fin de semana. ¡ Como ya imaginaba que no tienes el tipo de vestidos que a mí me gustan, y en la anterior cita acudiste en tejanos, el vestido te lo regalo yo. Y quiero verte cuando abras la puerta con él puesto, la ropa interior está prohibida, y no te olvides de echar en la maleta los dos regalos que te hice la otra tarde. Que los vas a necesitar. Por lo demás, no es necesario que lleves ropa, no vas a necesitar mucha, y ya te proporcionaré yo la necesaria…., jaja

No sabía que decir, permanecí callada.

-- ¿ Me has oído zorra ? – volvió a gritarme Raúl por el teléfono.

-- ¡ Si, si, te he oído … – respondí … ¡Pe…pero no se como hacer eso Raúl por Dios!

-- ¡ Pues ya lo sabes que ese es tu problema y no el mío. Como lo resuelvas es cosa tuya ya te lo advertí el primer día mientras te follaba…

  • ¡ Mañana a las 9 llamaré a tu puerta, y te quiero preparada y lista para irnos. Si no estás, no esperaré ni un minuto, simplemente te denunciaré y le enviaré a tu cornudo, las fotos que demuestran que eres una puta y le engañas follando conmigo…. ¡ y sabes que no es un farol, lo haré ¡ – dijo Raúl, y sin dejarme responder, colgó sin decir más.

Sin poder discutir con el, dejé mi móvil en la mesa y me levanté de la silla totalmente angustiada, sin siquiera poder tragar saliva, solo se me ocurrió derrumbarme en el sofá y ponerme a llorar en silencio, abatida por completo

¿ Qué podía inventarme ? …. Tenía que pensar en algo y urgentemente.. ¿ Qué podía hacer ?. No esperaba que me exigiese que me marchase todo el fin de semana con el. Creía que con mantener alguna cita furtiva como la anterior, se daría por satisfecho y que al cabo de un tiempo, se le pasaría el capricho por mi.

Tras darle muchas vueltas me acordé que Daniel me había dicho que ese fin de semana iba a trabajar todos los días, porque el lunes tenían que entregar un proyecto a un cliente e iban retrasados, lo cual me daría algo de juego, pero necesitaba una excusa para irme.

Pensé enseguida en Sara, mi amiga, ella esperaba que me proporcionase la coartada necesaria.

Primero llamé a Sara…. -- ¿ Sara ¿ … , soy Alice y necesito un favor.

Sabía que con ella podía contar para un caso así, y que sabría guardarme el secreto. Así que le conté solo que tenía que ausentarme imperativamente, pero que ahora no le podía todavía contar el motivo …

-- ¿ Puedes ser mi coartada Sara, para poder estar fuera de casa durante todo el fin de semana? ….. necesito que si Daniel te llama, le digas que estamos juntas y si quiere hablar conmigo, le dices que he salido a pasear por la playa, o lo que se te ocurra, y que ya le llamaré yo, porque mi móvil se ha roto y le llamaré cuando compre otro … ¿ Puedes hacerme ese grandísimo favor, eres la única en quien puedo confiar ?

A pesar de que se extrañó por mi petición, me dijo…..

-- ¡Pues claro Alice, ya sabes que si - pero intrigada me pregunto - ¿ Va todo bien entre Daniel y tu ? …., ¿ o es que tienes un amante secreto….? - porque aquello le extrañaba pero era mi amiga ante todo. Yo me apresuré a despejar sus dudas.

-- No Sara, todo va perfecto con Daniel, nos queremos mucho, tranquila ….. jajaja, le dije para despistar -- ¿ Como se te ocurre pensar que puedo tener un amante ¿, … , jajaja

-- Solo preguntaba Alice, querida, además, una chica como tu o yo, con un marido en casa, que es un poco aburrido, no sería nada extraño ni censurable, que tuvieras un amante secreto, jaja. Daniel me cae bien, pero es muy aburrido para ti, así que lo primero que se me a ocurrido, y que conste que no te lo censuraría, es que haya por ahí algún otro que te ponga …, aunque ya sabes mi opinión, por eso me separé del mío.

-- Calla…, calla, no digas tonterías…, estoy muy bien como estoy, no me gustan los líos …, jajaja, ¡ Como eres Sara !

A lo que ya para despedirnos me dijo

-- ¡ Bueno, bomboncito, que pases un buen fin de semana y tranquila que yo te cubro las espaldas. Se buena Alice, o no, ya sabes que yo también desde que me separé tengo mis aventuras.. ¡Pásatelo bien…, besos querida! …, ya me contarás cuando quieras de que va esto, o no me lo cuentes, pero sabes que puedes contar conmigo..

Tras saber que podía contar con Sara, ya un poco más tranquila, aunque estaba asustada por tener que estar en manos de aquel cerdo y seguía tensa y nerviosa, llamé a mi marido.

-- ¿ Daniel ?

-- ¡ Dime cariño, ¿ pasa algo ? - me respondió el siempre tan amable y dulce.

-- ¡ No cariño, tranquilo…, me acaba de llamar Sara, que este fin de semana, va a ir a una casa que tiene en la Costa Brava y como tu dijiste que estarías muy liado con los clientes y el trabajo, me ha pedido que la acompañe y vayamos las dos juntas a mirar esa casa a la que hace tiempo que no sube, mirar como está, ordenar un poco el chalet y aprovechar para estar juntas, tomar el sol y cotillear, pero le he dicho que quizás a ti te molestaría que me fuese con ella y no se que hacer..

-- ¡ Tranquila mi amor, me parece muy bien que os vayáis Sara y tu y juntas, os lo pasaréis bien, es tu mejor amiga, así que por mi parte, si de verdad te apetece ir…, me parece muy bien. Además te irá bien salir un poco de casa, ya que con el lío que tengo aquí, no podríamos salir por ahí juntos los dos, cariño. No te preocupes, iros las dos y divertíos con vuestras cosas y cotilleos Alice.

Para quedar lo mejor posible con el, le dije -- ¿ Seguro que no te molesta que nos vayamos las dos ? Daniel insistió que no así que nos despedimos hasta el domingo.

Cuando colgué me sentí aliviada porque parecía que había resuelto como justificar mi ausencia, pero también fatal y sucia por estar engañando y siendo infiel a mi marido, pero no podía negarme a irme con el cerdo de Raúl y se me saltaron las lágrimas. ¿ Cómo podía estar haciéndole esto a una persona tan buena y maravillosa como Daniel ?

Tumbada en el sofá, había conseguido relajarme bastante, tratando de no pensar en nada, hasta que el timbre del interfono sonó… Riinnngg.., sobresaltándome, contesté al interfono.

-- ¿ Si ? … -- ¿ La sra. Alice Barker ?, soy de UPS traigo un paquete para usted

Imaginando ya que se trataba de lo que me había dicho Raúl que me había enviado, esperé al mensajero con la puerta abierta y tras firmar el volante de entrega, dejé el paquete sobre la mesa, y con un cuchillo de la cocina corté el precinto.

Al abrir la caja, contenía un vestido y una nota que decía.

Alice, este es el vestido que te ordeno que lleves puesto cuando venga a recogerte. Con el y unos zapatos de tacón de 15 cm, y por supuesto con una sonrisa de alegría, quiero que me abras la puerta.

¿Entendido puta ¿ .. recuerda a las 9 en punto, ni un minuto después.

En la caja negra, iba un vestido gris muy oscuro y brillante, muy cortito sin tirantes. La etiqueta era de Dear comeon.

Me fui a mi habitación para probármelo, porque a simple vista, parecía muy minimalista. Cuando me lo probé pude comprobar que efectivamente era muy corto y sexy, y su tejido ajustable le hacía sujetarse desde mis pechos marcando toda mi figura con claridad y que terminaba a unos escasos diez cm., por debajo de mi culo y coño.

Si ya era aparente con lo corto que era, en ambos laterales, dejaba unos 15 cm, al descubierto de mi piel, unido en todo el lateral por tiras de 1 cm, separadas unos diez cm, una de otra, con lo que mostraba claramente si llevaba ropa interior o no.

En mi caso, lo tenía prohibido por el cerdo de Raúl, así que si alguien me veía con ese vestido, era muy aparente que debajo no llevaba nada .. ¡ … por unos instantes, me miré al espejo y mi imagen era sin duda muy sexy y seductora. Aquel vicioso, había sabido elegir un vestido que me mostrase más como una hot wife que como una casada fiel como era en realidad…, bueno, hasta que había reaparecido en mi vida mi pasado y aquel acosador.

A pesar de que nunca me hubiese puesto por mi misma un vestido así, porque además mi marido nunca aprobaría que vistiese tan provocativa, me vi guapa y sensual en el espejo, y eso me excitó por unos momentos, antes de volver al mundo real.

-- ¡ Zorra, te está empezando a salir pelo. Tienes que mantenerlo siempre completamente limpio, que no se vuelva a repetir. ¡ Eso lo solucionaremos al llegar a casa…. ! - me dijo tratando de intimidarme.

Yo asentí tremendamente humillada y avergonzada, deseando que nos marchásemos ya de allí, an tes de que nos cruzásemos con alguno vecino.

Bajamos en el ascensor hasta el garaje. Subimos a su coche y nos fuimos hacia nuestro destino, que evidentemente, Raúl no me había revelado. Yo miraba con miedo por si alguien nos veía, preparada para agacharme en mi asiento para no ser vista, pero por suerte no nos cruzamos con nadie.

Tomó rápidamente la Ronda de Dalt para coger la autopista AP-7 pero antes de llegar a la Ronda me dijo el muy cerdo.

-- ¡ Como vas sentada zorra…! Dijo mirándome el vestido ……

— ¿ No sabes que las putas como tu, siempre debéis sentaros directamente con vuestro culo sobre la superficie donde os sentáis ?… ¡Venga siéntate como es debido, quiero verte con ese culo en contacto con la piel de los asientos! … — ¡Venga ... Venga ! - …, me apremió.

Con rabia contenida, subí mi falda hasta dejar mi culo desnudo y me senté sobre la piel, una sensación que a pesar de todo, me hizo excitar sin poder controlar mis sensaciones, sintiendo los labios de mi coño, en contacto con el asiento del coche.

Por delante me estiré todo lo que pude la falda y al menos, mi coño quedaba cubierto y fuera de la vista de quien nos mirase desde algún camión o vehículo alto.

A mi lado Raúl, puso música sensual y se complacía mirándome a su lado, vestida, pero muy aparente mientras yo imaginaba que cuando llegásemos, ni tan siquiera me dejaría llevar ese vestido.

Íbamos en silencio, pero yo estaba muy tensa y asustada, hasta que mirándome, mientras el muy guarro pasaba su viciosa lengua por sus labios me dijo…

-- ¡Separa esas rodillas, puta, que me apetece tocarte el coño !

Mis latidos aumentaban por momentos de rabia y humillación, pero no podía hacer otra cosa que separar mis rodillas, para que me pudiese meter mano.

Sentir su mano deslizándose por mi muslo izquierdo dirigiéndose a mi coño, hizo que instintivamente cerrase los ojos para no ver como me lo tocaba, pero lo que no podía evitar era aquella sensación desagradable pero que poco a poco, fue dando paso a una sensación de excitación, que mi condición de mujer no podía frenar.

Sus dedos sobaban y abrían mi coño rasurado y el podía notar que a pesar de estar forzándome a abrirlas para el, progresivamente mi coño se iba humedeciendo.

Con la facilidad que le ofrecía conducir por la autopista, su mano derecha no tenía nada mejor que hacer que jugar con mi coño, mientras sonaba “Justify My Love” de Madonna…., y a pesar de tener los ojos cerrados y tratar de abstraerme de cómo me masturbaba ya claramente, con cuatro de sus dedos penetrando mi coño, sin posibilidad por mi parte de evitar que mis ovarios empezasen

a

generar e inundar de estrógenos mi sangre……

El cerdo de Raúl veía con satisfacción como mis pezones empezaban a marcarse claramente en mi vestido, y como a cada minuto yo estaba más mojada…., mientras el Justify my Love estaba haciendo su efecto en mi cuerpo, entonces me dijo.

-- ¡ Así me gusta puta…ver como te excita y te mojas mientras te toco el coño,!— ¡ Vamos adelanta tu culo en el asiento para ofrecérmelo mejor porque te esta gustado, guarra que yo te lo toque…, ¡ te estás mojando por momentos perra ! …

En mi excitación, no podía ni deseaba tampoco parar aquello (me estaba poniendo cachonda sin poder resistirlo y si …., gozaba como una puta dejándomelo tocar por aquel cerdo), así que adelanté mi culo y ahora mi coño ya con mis rodillas totalmente abiertas, quedaba totalmente ofrecido a Raúl, que ya me lo estaba follando con sus dedos, mientras yo mordía mis labios, para evitar darle la satisfacción de oírme gemir de placer.

Tras Madonna empezó a sonar “Je t’aime …, moi non plus”, y oyendo como Jane Birkin follaba con Gainsbourg gimiendo de placer…, ya no pude más y acompañado de unos ahogados gemidos, avergonzada …., me corrí como una puta con la masturbación de aquel depravado vicioso y entré en esa fase donde solo percibía ese estallido de placer totalmente dominada por mi cerebro, desconectando todas las demás sensaciones, vergüenza, pudor y consciencia de la realidad…,

Mientras derrotada y recuperando la consciencia poco a poco, tras dar un tirón de la parte superior del vestido, descubría mi pechos desnudos que untaba con mis propios jugos con sus dedos pellizcando mis pezones … yo no era consciente de nada que no fuese el placer y las contracciones que iban cesando poco a poco pero que todavía sentía.

De nuevo su mano, dejando mis pechos desnudos y a la vista de quien tuviese la oportunidad de verlos al circular junto a nosotros, gozando mientras me exhibías como su puta a los camioneros que adelantábamos sin prisa, para que pudiesen regodearse viéndome como me dejaba hacer…, bajo hasta mi coño y de nuevo bruscamente con dos de ellos, excitando mi hinchado clítoris, para ir descendiendo lentamente, hasta alcanzar mi ano, y de nuevo con dos de sus dedos, empapados de mis jugos vaginales, me lo estuvo masajeando y abriendo, proporcionándome unas sensaciones desconocidas, extrañas para mi ….., pero que me mataban y me ponían muy cachonda.

En cuando empecé a salir de aquel estado de ausencia sensorial, pero que se había prolongado durante una veintena de segundos, me di cuenta de que mis pechos estaban descubiertos, y me los cubrí, pero por instinto, sin la natural vergüenza que habría sentido en otra situación…., con naturalidad….., por el placer que me acababa de proporcionar y el morbo de su atrevimiento y exhibición.

Miré a Raúl con ojos perdidos, pero sin odio en esos momentos, el sonreía satisfecho y se entretuvo jugando con mi coño y culo durante unos minutos más, sin enfadarse porque me había subido el vestido cubriendo mis tetas.

Cuando se dio por satisfecho, sacó sus dedos de mi coño y los metió en su boca, saboreando mis flujos. Su mano me cogió por la nuca y atrajo mi cara hasta la suya, besándome con deseo y compartiendo conmigo, los flujos que relamía.

Me dejé hacer…., estaba completamente sorprendida por mi reacción, pero había terminado por abandonarme al placer como una golfa.

Tras el morreo y como estaba conduciendo, me soltó y me recoloqué de nuevo en mi asiento, teniendo cuidado de que mi vestido no se interpusiese entre mi culo y la pie del asiento, como aquel vicioso, que me había transformado durante unos minutos, en una simple hembra deseando macho deseaba que me sentase siempre.

Terminamos de recorrer lo que faltaba hasta llegar a las afueras de Arenys de Mar en silencio los dos.

Llegamos a un chalet independiente situado muy cerca del mar, pero en la zona de bosque en la calle Vil.les situada por encima de la playa de la Musclera.

Cuando llegamos bajó del coche antes que yo, y me abrió la puerta, nuevamente me descolocaba su actitud, tan pronto me trataba como una dama, como me trataba como una puta. No sabía que esperar en cada momento.

Entramos en la casa desde el garaje. La casa era enorme, era un chalet independiente, con un gran jardín, piscina y vistas a la playa de la Musclera.

Yo me preguntaba donde iba a dormir, aunque me temía que me obligara a dormir con él. Estaba claro que había aprovechado uno de los viajes de trabajo de su mujer para organizar este fin de semana. El tío era un cabrón, no sólo por el hecho de que me pensaba utilizar como su puta todo el fin de semana, sino que además engañaba a su mujer, que era realmente guapa.

En silencio me enseñó las cosas básicas de la casa. En la cocina me dijo

-- ¡ Espero que sepas cocinar, porque yo no sé, y necesito que hagas la comida !

-- ¡ Sí, me apaño … – respondí, pensando para mi (lo que me faltaba encima de cómo puta me quería de criada.)

-- ¡ Mejor ¡ – dijo adoptando su más versión más desagradable

– ¡ Al menos me servirás para algo más que una simple cerda a la que follar … ¿ Seguro vales para muchas otras cosas, jaja…. ¡ Ya lo iremos averiguando durante el fin de semana, jajaja…

Finalmente abrió una puerta que daba claramente al sótano, porque se veían unas escaleras que descendían, que iluminaban con unas bombillas de poca potencia y que le daban un aspecto lúgubre.

En ese momento se oyó un coche que paraba frente a la casa. Me volví a mirar con curiosidad para saber quien podía ser, pero Raúl me agarró la cabeza y mentón con fuerza, y me hizo mirar adelante, mientras me decía

-- ¡ A ti no te importa quién viene o deja de venir ! – me dijo con brusquedad –

-- ¿ Estamos ? ……

-

  • ¡ Si,… si Raúl..!. - respondí, pero con la seguridad que habría invitado a algún otro amigo tan cerdo como el, o a saber si a más de uno, para someterme entre todos ellos, o a saber que tenía en mente aquel vicioso, tres días daban mucho de si y seguro que se me iban a hacer eternos. Empecé a sentir como varios escalofríos recorrían mi espalda hasta mi nuca con la certeza de que me iban a estar violando entre varios durante aquel eterno fin de semana.

Mientras descendía por las tenebrosas escaleras, con el detrás de mi, cada vez tenía más miedo de lo que me podía deparar su enfermiza y sádica mente. Estaba a solas con Raúl….., nadie sabía en realidad dónde estaba. Y encima parecía que íbamos a tener compañía y había más invitados a mi nueva humillación. Empezaba a estar asustada y un escalofrío recorría mi espalda, anunciándome que nada bueno me podía esperar allí.

Me hizo bajar al sótano mientras me decía.

-- ¡ Esta va a ser tu habitación de sirvienta. ¡ Sólo vas a salir de aquí si yo te lo ordeno, para hacerme la comida o para lo que yo te ordene y desee de ti.

Cuan

d

o llegamos al sótano, el mundo se me vino abajo y sentí como mis piernas empezaban a flaquearme. El sótano, totalmente decorado en rojo y negro, era una completa sala para prácticas de BDSM, una completa sala de tortura. Además de una cama de barrotes, había todo tipo de artilugios que yo ni podía ni quería imaginar para que servían, reconocí algunos látigos, una especie de cepo, y muchas cosas más que terminaron de asustarme todavía más.

Al fondo, se veía una puerta de mazmorra. Me quedé paralizada y me detuve tras dar solo dos pasos….., no quería estar allí, deseaba regresar a la superficie y la luz.

Al ver que me detenía, Raúl me dio un fuerte empujón que hizo que me cayese de rodillas sobre suelo frente a aquel aterrador espectáculo

Con aquél mini vestido casi desnuda y mientras las lagrimas, que no pude contener, empezaban a hacer que mi rímel empezase a correrse le miré desde el suelo y con mis manos juntas, no pude más y le supliqué.

-- ¡No por favor Raúl, te lo ruego, déjame volver arriba, haré todo lo que me pidas! … pero no me encierres aquí abajo, estoy asustada y me cuesta respirar (sentía una sensación de ahogo y miedo que oprimía mi pecho y me pareció que hasta temblaba, por lo lúgubre de aquel sótano o quizás por la humedad y el frío que sentía allí. - añadiendo para tratar de que fuese compasivo conmigo

  • ¡ Te lo ruego Raúl, no me hagas daño, prometo obedecerte en todo!

-

  • ¡ Jajaja ……– dijo riéndose cruelmente – Ten por seguro puta …, que daño te voy a hacer, de eso que no te queda duda, y que cuando nos vayamos de aquí el domingo, quiero que seas una verdadera puta viciosa, además de sumisa y obediente y puedes estar segura de que usaré todos los medios que sean necesarios.

— ¡ Eso que te quede muy claro. - añadiendo a modo de clara de advertencia. -

— ¡ Cuando de nuevo te permita salir de aquí, no vas a ser la misma, ni tu misma te reconocerás, porque ye habré transformado en un puta sumisa, y ya solo me pertenecerás a mi. ¡ … zorra ¡

— ¡ Cuanto antes asumas que pienso convertirte en una complaciente puta para mi uso personal, y el de todos los machos o hembras a los que te entregue para que te usen, mejor para ti …., aunque si te resistes …, ¡ hummm…., más gozaré sometiéndote y humillándote…, algo que al final tendrás que aceptar por las buenas o las malas.

Me levantó de un fuerte tirón de mi brazo y a trompicones me llevó hasta la puerta de la mazmorra que estaba abierta y poniéndome a la entrada, con el detrás intimidándome más, pude ver cual iba a ser mi verdadera habitación, una estancia pequeña con las paredes sucias, una sola bombilla que se encendía desde fuera y donde solo había un sucio camastro y…

¡horror! un retrete viejo donde ponerse en cuclillas y una manguera para limpiarse al terminar…..

De nuevo me quedé paralizada, pero con un fuerte empujón me tiró sobre la cama y dándose la vuelta y sin decir nada, tras cerrar la puerta de vieja madera por fuera con un pasador gra

n

de, …., se fue hacía la casa, dejándome allí, tirada y aterrada y humillada como una esclava de los tiempos en que el esclavismo era permitido.

Tumbada sobre la sucia cama, me quedé desconsolada y en penumbra, aislada de todo, hasta que pasada la sorpresa, empecé a sentir frío y me tapé con una áspera manta que había en el camastro, sollozando en silencio y sintiéndome muy perdida …..,

Pasó bastante tiempo hasta que oí como desde las escaleras de madera que descendían a aquel infierno, aquel sádico de Raúl hablaba con alguien.

Y creí entender que le decía … -- Ahí en la mazmorra la tienes, la primera parte es tuya como siempre. - Tienes que volver a afeitarla, porque la muy puta se ha descuidado. Cuando la tengas lista me avisas. …

Alguien venía a por mi, así que me incorporé y me senté en el borde de la cama con la mirada fija en la puerta y nuevamente con un nudo en el estómago porque ya me imaginaba que Raúl tenía algún cómplice en sus perversiones de sumisión y no era muy difícil imaginar que sería un hombre fuerte y desagradable, quizás más desagradable que el y ya sabía por su conversación que aquel nuevo depravado, venía para “prepararme” para el sacrificio que me tenía reservado el cerdo de Raúl.

Por momentos, mientras oía sus pasos acercándose a la puerta de la mazmorra el terror volvía a apoderarse de mí, Ahora sabía que no era solo el hijo de puta de Raúl, sino que había más hombres, al menos uno más que participaría con él en mi sometimiento y tortura

Cuando oí como abría el cerrojo de la puerta y esta se abrió, me puse muy tensa, realmente asustada …, cuando la figura de su cómplice se dibujó en la puerta abierta, mi miedo, se convirtió en un total asombro.

Tenía que ser un sueño, una terrible pesadilla de la que deseaba despertar en cualquier momento.., me quedé paralizada, no podía creer que lo que mis ojos creían ver, fuese real, …., quien entró por la puerta y se me quedó mirando …......

Al conocer a quien estaba bajando por las escaleras, me dejó en trance por la sorpresa... (pero esto os loo cuento en el siguiente capítulo)