Sumisión y dominación de Alice cap-03

.... mi pesadilla solo había hecho que empezar, nunca hubiese podido imaginar por todos las humillaciones y penurias que me esperaban (NOTA: el co-autor de este relato, desea permanecer desvinculado del mismo, respetemos pues sus deseos)

Alice forzada y follada por primera vez

Llené de agua caliente el jacuzzi, y eché algunas sales de baño, imaginaba que Raúl me obligaría a entrar con él en el jacuzzi, así que lo preparé para que al menos algo de esa noche me gustase.

Puse en marcha el motor para que empezaran a salir las burbujas. Notaba la presencia de Raúl detrás de mí, observándome. El muy cerdo cada vez que me agachaba a encender algo, o recoger algún bote para echar en el jacuzzi tenía una visión completa de mi culo y mi coño, pero no tenía mas remedio que aguantarlo, y al fin y al cabo sabía que esto no era lo peor que me iba pasar.

Una vez preparado Raúl metió la mano en el agua para comprobar la temperatura, y satisfecho dijo –

— ¡ Muy bien putita, está perfecto - dijo mientras se desnudaba completamente.

La verdad es que tenía un buen cuerpo, tenía, al igual que yo, mucho tiempo para cuidarse, y se notaba el gimnasio, que yo sabía que visitaba bastante, puesto que nos habíamos cruzado frecuentemente, ya que ambos íbamos a un gimnasio cercano a la urbanización.

Su polla colgaba aún fláccida tras la mamada que me había obligado a hacerle pero morcillona, imagino que excitándose mientras detrás de mí, gozaba viéndome totalmente desnuda sobre mis tacones de puta, y de mi coño rasurado al agacharme.

Debió notar que se la estaba mirando porque dijo –

— ¡ No te preocupes mi puta, que enseguida estará otra vez perfecta para usarla contigo, no te vas a quedar sin probar la polla de quien ahora es tu macho…., tranquila no seas ansiosa, porque te voy a dar una buena ración de ella, jaja

Yo aparté la mirada asqueada y avergonzada al mismo tiempo. Me cogió de la mano y como si guiara a una dama me sostuvo mientras me quitaba las sandalias (no me permitió quitarme el collar), y me hizo entrar con él en el jacuzzi, con delicadeza y educación. La verdad es que me despistaba completamente, a veces era un señor educado y amable y al cabo de unos segundos, se convertía en un violento violador sin escrúpulos, y me follaba la boca sin compasión.

Una vez en el jacuzzi vi que Raúl se relajaba, y aproveché para hacerlo yo también, durante un rato, aunque no debieron ser mas de diez minutos me encontré a gusto, y procuré disfrutar del agua caliente y las burbujas. Aunque Raúl seguía sin permitir que limpiara mi cara, en la que los restos del semen se habían secado y notaba una sensación tirante.

Como lo bueno no suele durar, noté la mano de Raúl entre mis piernas, lo cual hizo que me sobresaltase, abriendo los ojos que tenía cerrados y la mente ausente, y soltando un pequeño grito …¡ Ahhh…! Lo que provoco una nueva carcajada de Raúl.

— ¡ Pero que asustadiza eres, jajaja – dijo, mientras intentaba introducir un dedo en mi coño, añadiendo

— ¡ Cuando te acostumbres a que te lo toque siempre y donde me apetezca, en lugar de asustarte, te abrirás más de piernas para que lo haga y hasta lo desearás Jaja

— ¿ Qué haces ? - le dije sorprendida como una ilusa, aunque más bien por la sorpresa que me sobresaltó, porque estaba claro lo que pretendía e iba a hacer…., todo lo que le viniese en gana.

— ¿ Tu qué crees puta ? – dijo de malas formas – ¡ Abre bien las piernas, que quiero ver como esta tu coño de excitado, guarra !.

No tuve más remedio que abrirlas y dejarle hacer. Noté como metía uno de sus dedos dentro de mi ahora rasurado coño y como jugaba con su dedo, hundiéndolo en el, y con la yema de su dedo, recorría mi vagina y buscaba mi clítoris para ver si estaba excitada.

A pesar de lo humillante que era, abrirme de piernas para aquel cerdo y ofrecerle mi coño de casada para que me lo sobase, pese a no estar nada excitada ni predispuesta para ser follada y a pesar de que era una situación muy humillante, su habilidad para explorar mi tenso coño, temiendo lo que seguiría a continuación, hizo que mi cuerpo reacciona

se

espontáneamente y a pesar de que ponía cara de asco, que me lo manipulase, me estaba excitando y temía que el se diese cuenta, de que a pesar de todo, me estaba empezando a dar placer.

Tras su primer palpo con un dedo, enseguida metió un segundo dedo y empezó una especie de masturbación, que si bien todavía hacía que yo me pusiese más tensa, si que al mismo tiempo me excitó e hizo que mi coño se volviera más receptivo. Aún así, enseguida paró y me dijo.

— ¡ Bien, bien, putita, veo que sigues tensa, … debe ser de la emoción…., jaja, pero ese coñito, se está dilatando y lubricando sabiendo que pronto va a alojar mi dura polla con mucho gusto.

— ¡ Dentro de poco tiempo, tu misma, zorra, babearás y suplicarás porque te lo toque y te lo folle, como nunca te lo han follado hasta ahora…, jaja

Yo sentía una mezcla de asco y vergüenza, y no supe que responderle, simplemente me mordí los labios y apreté mis puños soportando aquel trato tan humillante y sus sucias palabras.

Aún así tampoco esperaba nada de Raúl, porque cuando se dejaba llevar por el deseo y su vicio por las mujeres, era como un animal.

Sentí como su mano tomaba una de las mías, que se encontró con mi puño cerrado de la tensión que me producía sentirme como un animal a las puertas del matadero, y mientras se reía y yo abría los dedos, me dijo

— ¡ Relájate chica, que solo voy a follarte .. déjate ir y goza del momento, tonta…

Cogiéndome de mi delgada muñeca llevó mi mano hasta su polla, que ya tenía de nuevo muy dura, excitado manoseándome el coño, aquel coño ahora rasurado, que había estado deseando durante mucho tiempo y ahora finalmente iba a poder follarse a placer.

Adoptando de nuevo su papel de cerdo vicioso me dijo con sequedad.

— ¡ Venga, trabájamela puta…., que se ponga bien dura, como se que tu la deseas sentir llenando tu desaprovechado coño de perra .. ¡ que quiero follarte…., ya.!

Yo empecé a hacerle una paja, con mi mano derecha, intentando que se le pusiera más dura, aunque me hacía pajearle, mientras me sobaba el coño, buscando con sus dos dedos hacia arriba, mi clítoris gozando como un cerdo de ambas cosas, me lo hacía hacer porque deseaba que yo le pajease y para humillarme más, porque dura la tenía como una estaca.

Ya empezaba a entender cómo funcionaba su cabeza de macho dominante y ya intuía cuando era mejor obedecer sin rechistar.

En su cara podía ver la sensación de placer que le daba, tenerme allí desnuda, pajeándole mientras me follaba el coño con sus dedos.

Tras gozar de mí y de mi mano, decidió que deseaba ya metérmela y con su ya conocida voz de sádico me dijo.

— ¡ Venga puta, salgamos del jacuzzi, que ya es hora de follarte ese coñito rasurado, que tu marido ha tenido desaprovechado todo este tiempo…, pero tranquila, que conmigo pronto vas a recuperar el tiempo perdido y no volverás a ser nunca más esa estirada mal follada que has sido hasta ahora… Jaja…

Sabiendo que había llegado el momento en que pensaba violarme, salí del jacuzzi, esta vez sin ayuda de Raúl, que estaba claro que cuando estaba excitado dejada de comportarse como un caballero.

Salió detrás de mí y lanzándome una toalla me dijo.

— ¡ Venga puta, sécate bien, no vayas a mojar la cama….

El también se secó rápidamente, y sin tan siquiera preguntarme si ya estaba seca, me agarró del brazo, y tirando de mi me llevó hacia la cama, que yo miraba con temor, por el trato que imaginaba que me iba a dar aquel guarro, y que sabía de antemano que no iba a tener ningún miramiento ni delicadeza conmigo, aunque ya me había advertido, que lo que me iba a hacer no era acostarse conmigo, lo que el deseaba, e iba a hacer, porque era quien mandaba en aquellos momentos era follarme como una perra o una puta callejera, de eso no tenía ninguna duda, de ahí mis temores.

Cuando me tuvo junto a la cama, de un empujón en mis hombros, me tiró boca arriba sobre aquella cama de picadero, mirándome con desprecio y cara de vicio.

Estaba claro, que cuando su polla estaba dura, y la testosterona invadía su sangre, se convertía en un salvaje, que sólo quería satisfacer su deseo de hembra, y le daba todo igual. Era peligroso en ese estado.

Con brusquedad y dominio, me agarró de las piernas y tiró de mi hacia el borde de la cama, poniéndome en la misma postura que cuando me había afeitado el coño, dejándomelo expuesto, sobresaliendo del borde de la cama.

El muy cerdo empezó a jugar con sus dedos otra vez en mi coño, pero esta vez sin ninguna delicadeza, follándomelo literalmente mientras gozaba viendo como mi vagina se abría al ser penetrada

Directamente introdujo dos de sus dedos en mi coño, sin contemplaciones, y comenzó a follarme con ellos, me hizo algo de daño, ya que no estaba lo suficientemente lubricada ni receptiva, por lo que de mi boca surgió un grito de dolor.

— ¡ Hahhhh..! Y sin dejar de mirar alternativamente mi coño y mis ojos me dijo.

— ¿ Qué te pasa puta ? – dijo - ¿ Te duele….?, pues más te vale que dejes de hacerte la estrecha y empieces a humedecerte como una buena puta caliente, porque yo no voy a estar esperando que te decidas a abandonarte al placer y te voy a empezar a follar, sin importarme si está tu coño ya empapado y deseando polla.

De repente sacó sus dedos de dentro de mi coño y me dio la vuelta, poniéndome boca abajo, yo por un lado temía que me empezara a follar en cualquier momento mientras que por otro lado deseaba que hiciera ya y que acabara cuanto antes para poder irme a casa con mi marido, y que en aquella situación tanto sentía que necesitaba a mi lado, para liberarme de ser violada por aquel salido de Raúl, y junto a el, sentirme de nuevo segura para tratar de olvidar lo que me había pasado, y que de ninguna forma, el podía saber nada..

Me dejó tumbada boca abajo, mientras el se movía por la habitación, no sabía lo que estaba haciendo, y tampoco me atrevía a mirar, pero le oí abrir el maletín, y temía por lo que podía sacar de él.

Enseguida volvió, y sentí sus zarpas cogiendo mis muñecas y que me las ponía juntas sobre mi espalda. Al contacto del metal en mi piel rápidamente me di cuenta de que era lo que había traído del maletín… ¡ Eran unas esposas con las que me estaba inmovilizando con mis brazos a mi espalda! …. ¡ Me iba a follar estando inmovilizada, y ofrecida a su lujuria sin poder oponerme a aquella violación que yo consentía porque no me quedaba otra.

Esa sensación de que me estaba inmovilizando, me superó y cometí el error de que instintivamente… , suplicarle….

— !Nooo .., nooo! – Exclame descontrolada y asustada – ¡Eso no por favor. Haré todo lo que quieras pero no me ates las manos….! … Nooo.., así nooo!

Me sentí totalmente vulnerable, a pesar de que la situación cambiaba poco, pero estar con mis muñecas inmovilizadas sobre mi espalda, me dejaba completamente a su merced, como una cerda en el matadero.

No había imaginado que llegara a estos extremos. El miedo se apoderó de mí, ya que ahora estaba totalmente indefensa, como un animal amarrado, y a aquel cerdo se le podía ocurrir hacerme cualquier cosa.

Después de atarme me giró y me colocó boca arriba. Vio mis ojos de miedo, que yo no podía disimular, y la sonrisa siniestra en su boca me confirmó que disfrutaba cuanto más sufría yo, lo que me hizo sentir mas miedo, puesto que me tenía a su merced, podía hacerme cualquier cosa que le apeteciese.

Vi que recogía otra cosa del maletín, y me puse más nerviosa, pero haciendo un acopio de la poca rebeldía que me quedaba, aproveché esos instantes para tratar de relajarme y afrontar lo que el tenía preparado para mí.

De regreso a la cama, se puso a horcajadas sobre mi estómago, colocando su polla entre mis tetas, y sin mediar palabra me pellizcó, mas bien me retorció primero uno y luego otro de mis pezones. No pude evitar soltar un grito de dolor, en cada ocasión, ¡Ahhhyy, … Ahhyyy, …aunque mis pezones reaccionaron por su cuenta y se pusieron duros ante mi vergüenza.

Enseguida pude ver que era lo que Raúl había sacado del maletín.

Dos pinzas unidas por una cadena, que enseguida adiviné lo que iba a hacer con ellas.

Puso una de las pinzas en uno de mis duros pezones haciendo lo mismo con la otra. Las pinzas pellizcaban con fuerza, y volví a gritar. —¡Haaaahh, Uhhhh, pero no supliqué, solo grite y cuando pude me callé.

Esa tortura previa a follarme como una perra, hacía que Raúl cada vez disfrutara más. El cabrón gozaba con mi dolor. Era un sádico que disfrutaba sometiendo a las mujeres, o las hembras como el decía, y lo estaba logrando, pese a mi inicial intento de resistencia y negociación pero … estaba totalmente a su merced.

El sádico cerdo pegó un par de tirones de la cadena con fuerza, lo que hizo que las pinzas tiraran de mis pezones provocándome un dolor horrible que me hizo gritar de dolor y llorar de rabia. El cabrón de Raúl me iba a destrozar mis pezones el muy cerdo ……, gozando con mi dolor, mientras la polla se le ponía como el acero, viéndome sometida a sus juegos.

Solo podía gemir de dolor y gritar… ¡Ayyyhhh, que dolor ! .. ¡Ahhhyy, mientras el se regodeaba de mi y se reía mientras con crueldad me decía.

— ¡ Grita.. Puta !, gritaaaa…! jaja – dijo satisfecho

–- ! No sabes, pedazo de puta, como me pone oírte gritar de dolor!… ¡ Mi polla está lista para follarte hasta romperte ese desaprovechado coño de zorra y llenar tus tripas con mi semen de macho, perra estirada ! jajaja

Si previo aviso, cuando ya estuvo satisfecho de castigar mis pezones, me dio la vuelta de nuevo con violencia.

Me colocó boca abajo, y con brusquedad de nuevo levantó mi culo, hasta que mis rodillas quedaron apoyadas sobre la cama, mi culo en pompa, con mi cara apoyada sobre la cama, con mi culo y coño ofrecidos a su lujuria….

La postura, al no poder ayudarme con mis manos era muy incómoda con mi cara y hombros pegados a la cama y mi rostro medio hundido contra las sábanas.

Intenté estar un poco más cómoda y giré mi cara a un lado para poder respirar, mientras esperaba con temor lo que pudiera hacer Raúl.

— ¡ Venga golosa y sucia puta ! … , ahora vas a probar la polla de un macho de verdad ¡… que ya iba siendo hora de que alguien te jodiese como te mereces y seguro que te va a proporcionar más gusto una sola de mis folladas, que todo el sexo de mierda y descafeinado que te ha practicado tu cornudo. !

— ¡ Tu que te exhibías altiva y distante, ahora vas a saber lo que se siente cuando un macho te domina y te monta, jodiéndote como debe ser, como una simple perra caliente.

Dijo mientras me restregaba su dura y mojada polla por mi cara, pringándomela con sus líquidos , con los que me estuvo golpeando mi mejilla y mis labios.

Cuando pude ver que se iba a poner detrás de mi para follarme, vi como parecía que no pensaba usar condón el muy cerdo. Sacando fuerzas de flaqueza ya que no quería ser follada a pelo por el, un desconocido, así que no pude callarme y le supliqué, tratando de ser amable y mostrarme receptiva

— ¡ Raúl, por favor… así no….!, ¿ No vas a usar un condón ? – dije.

— ¿ Qué dices cerda ? – bramó enfurecido – ¿ Pero que te habías imaginado puta ?….

— ¿ Por un instante pensaste que iba a usar un preservativo, para follarme a una sucia perra como tú ? … ¿ Estás loca ? ? Por quien me tomas ? … ¡ Eso es un insulto !

— ¡ Ya te advertí al llegar que no me iba a acostar contigo guarra…. , que lo que iba a hacer era follarte bien follada, como se folla a una perra en celo – dijo mientras me daba unos fuertes azotes en el culo que en un instante dejaron las palmas de su mano, marcadas en la piel de mi ofrecido culo.

Tras propinarme una serie de fuertes azotes que estallaron sobre mi culo muy claros y que cada uno de ellos con más fuerza y rabia que me hicieron gemir de dolor. ¡Ahh…, Ahh…, aauuuu!

–- ¡ Jamás he usado un preservativo con una puta como tú ni pienso usarlo, a las zorras y a las putas se las debe follar a pelo, para llenaros el coño con el semen de vuestro Amo, y que las putas como tú debéis recibir con agradecimiento, perra desagradecida…

— ¿ Tienes miedo de quedarte preñada de mi ? … Imagino que debes tomar la píldora, zorra, y si no la estas tomando, el problema será para ti, cuando tu cornudo, vea como se te va hinchando la barriga como una vaca preñada. Jajaja…

Sin pensar en las consecuencias que rogar de nuevo podían acarrearme, le roque de nuevo.

— ¡Por favor Raúl, te lo suplico, sin condón no me folles!

Eso le enfureció y de nuevo me volvió a azotar el culo con más fuerza y me pellizcó los pezones, haciendo que se me saltasen las lágrimas……

Zanjando la discusión me dijo enfadado….

— ¡ Mira puta, no voy a aguantar mas impertinencias de ti…. ¡ Eres solo una puta para mi y no tienes derecho a quejarte, solo a estar agradecida porque yo, tu Amo, desde hoy, te voy a follar muy duro y te regalaré mi valiosa miel de macho llenando tu útero…, para que sepas y te quede claro…., quien ese ahora tu macho y a quien perteneces, cerda !

— !Así que tú misma te has buscado que te cierre la boca!

Me di inmediatamente cuenta de mi error. Supe que de nuevo me iba a hacer pagar por ello y con miedo vi que volvía al maletín y sacaba una bola con agujeros que tenía dos correas, y enseguida comprendí que se trataba de una mordaza.

En la posición en la que me encontraba no pude resistirme, así que Raúl me colocó la mordaza y no pude más que concentrarme en respirar por la nariz y no ahogarme, ya que los agujeros de la bola dejaban pasar el aire justo.

Sin más miramientos Raúl se colocó detrás de mí y tras darme cuatro o cinco azotes, noté sus zarpas cogiéndose con fuerza de mis caderas. Supe instantáneamente que me iba a violar en ese momento.

Sentí el contacto de su polla en la entrada de mi coño, y sin tan siquiera abrírmelo y con furia empujó con fuerza su asquerosa polla metiéndomela de una sola embestida hasta que su pelvis choco contra la entrada de mi coño.

La brusquedad de su penetración, me dolió pero con la mordaza de bola, ni siquiera pude gritar, y de mi boca solo salieron apagados sonidos, de dolor ¡Mmmrrfff…. ¡ Mmm…¡ Mmm…!

Introduciendo su asquerosa polla por completo hasta lo más profundo de mi coño, su brusquedad al penetrarme me produjo bastante dolor por la estrechez de mi vagina sin tiempo a acoplarse a su polla, y la poca lubricación, ya que en esa situación yo estaba de cualquier manera menos excitada, simplemente humillada y derrotada. El violento empujón hizo que mi cara se apretase contra la cama.

El dolor fue disminuyendo rápidamente mientras mi vagina se amoldaba a su polla y mis feromonas reaccionaban empezando a inundar de flujo las paredes de mi vagina. Yo procuraba aguantar sus embestidas, que aquel vicioso me daba con toda su energía y

a

un ritmo continuo y demoledor para mí. Al tiempo que con una mano me iba dando palmadas en mi culo como el que insta a una yegua a cabalgar más deprisa, el me montaba con fuerza sometiéndome.

Mi cabeza se aplastaba contra la cama a cada nuevo empujón, mientras yo me preocupaba de respirar como podía. Nunca me había imaginado que alguna vez estaría en esta situación, siendo forzada y follada por un depravado. Por suerte mi coño iba por libre y a fuerza de embestidas estaba lubricado, y sin poder contenerme se iba excitando por momentos.

Al mismo tiempo que recibía los azotes en mi culo, aquel cerdo gozaba como tal, gozando al tenerme como había estado deseando y daba rienda suelta a todo su vicio acumulado diciéndome …..

— ! Toma puta…, toma! …, ¡ Goza de una polla de verdad y de ser follada como te mereces.., perra ! …, Las zorras casadas y calientes como tú, necesitan ser bien folladas ! …. ¡Goza cerda! …, ¡ no reprimas el placer que te esta dando ser follada en esta posición, como una hembra en celo.

— ¡ Estaba deseando probar ese chocho y ese culo provocador que tu lucías por delante de todos, y que ahora me pertenece y me voy a poder follar …. miles de veces …., siempre…, que me apetezca ! Y tú lo vas a disfrutar, como la puta que realmente eres…., ¡ jaja… te gusta que te falle así, pero lo tratas de disimular haciendo que te falle a la fuerza…, ¡ biennn…., me gusta que te resistas….

— ¡ Que trates de resistirte pedazo de golfa…., hace que sea más placentero forzarte zorra! … ¡ Nada es tan excitante como forzar a una casada com o tu imagino la sorpresa que se llevaría el cornudo de tu marido si ahora te viese gozar sintiéndote empalada por mi polla y como te voy a llenar la barriga de leche, jaja !

Avergonzada y sorprendida al mismo tiempo, no podía evitar el placer que me empezaba a dar ser follada de aquella forma tan salvaje, y mis sensaciones me confundían, en una mezcla de humillación, rabia y también aquel transgresor placer siendo forzada. Era una sensación extraña, pero que hacía que mi corazón latiese acelerado y me sintiese excitada en extremo, como ya no recordaba.

Con Raúl tan excitado, empecé a temerme lo peor, que también quisiera follarme mi todavía virgen culo, y si me hacía eso…, yo no podría hacer nada por evitarlo.

Confirmando mis temores, me dijo aquel cerdo que no paraba de follarme.

— ¡ Hummm, la diana de tu seductor y apretado culo …..¿ Se te ve muy estrecho y prieto ? . – dijo – ¡ aunque eso es prácticamente imposible en una golosa zorra como tu, da la sensación de que no te lo han roto nunca, pero …. ¡ No creo que sea posible ….! …,

— ¡ Si no ha sido el cornudo de tu marido que es muy flojo, seguro que otros si que te han dado por el culo y te han sodomizado antes de casarte .., jaja, o estando ya casada a espaldas de el, jaja…

— ¿Verdad puta? …. aunque si como parece todavía lo tienes virgen, me va a gustar mucho tener el privilegio de ser yo el que te lo rompa por primera vez.

Yo no podía contestar, pero intenté como pude decir que no con la cabeza y gemir como pude para que no me lo hiciera.

¡Mnnnn! ¡uumph!…. ¡Uumph…! - Mientras movía mis hombros para llamar su atención

Pero el muy cerdo me ignoraba totalmente y seguía a lo suyo….Empezó a meterme su dedo índice por el culo…., el muy cerdo…., haciéndome que me sintiese como una puta usada. Era una sensación nueva y extraña para mí, entre desagradable y humillante, pero al ser solo un dedo, no me dolió.

Era algo que ni en aquella etapa en que había experimentado muchas cosas, incluso algún flirteo esporádico con alguna droga, nunca había probado a hacer, y no sabía lo que iba a sentir. Pero sabía por conversaciones con mis amigas, que muchas lo consideraban insoportable, aunque a alguna le gustaba y se lo dejaban follar,

Intentaba gritar, ¡ Mmmm…! Ugg…, ¡Uumphh…! pero con la mordaza no podía, y aquella extraña sensación de ser sodomizada, era humillante, como persona y las lágrimas de rabia e impotencia empezaron a brotar de mis ojos y resbalar por mis mejillas.

El cerdo de Raúl, seguía gozando de sus perversiones, sin importarle nada de lo que yo sintiese, así que siguió metiendo y sacando su dedo de mi culo, escupiendo en el de vez en cuando, antes de seguir sodomizándomelo nuevamente sin dejar en ningún momento de follarme el coño despacio, alternando momentos en que se deleitaba viendo como su polla se hundía en él despacio hasta el fondo, con otros en que me follaba con fuerza, montándome como una perra en celo.

Esa sensación nueva y extraña para mi, de sentir su dedo penetrando mi culo, me permitió desconectar de la follada que me estaba dando y no terminar por sucumbir al placer como hembra, y terminar por correrme para su satisfacción, mientras el seguía humillándome y decía.

— ¡ Si que está estrecho y prieto tu jugoso culo mi pequeña puta…., Siii…! – dijo Raúl satisfecho – ¡ Me ha gustado que fueses sincera conmigo! - pero - ¡ Que tu hermoso culo todavía sea virgen, es muy poco corriente entre vosotras, pedazo de putas, ya que siempre hay alguien con quien os habéis dejado sodomizar con placer … zorra …, aunque parece que es mi día de suerte y acabo de encontrar un cubito virgen que romper…, ¡ Eso va a ser todo un placer puta !

— ¡ Sabes Alice, me encantaría estrenarlo ahora mismo y rompértelo, pero va a ser un momento muy bueno y especial para mi…, así que voy a reservar este placer de auténtico “gourmet” para el momento oportuno, y créeme porque sabes que soy un experto en dar placer y follar a tías calientes como tu, putas casadas a las que su cornudo, no les da lo que vosotras deseáis, y no os atrevéis a pedírselo Jajaja …

— Hoy me voy a conformar con follarte bien tu jugoso coño, como era mi deseo… ¡ Siiii… zorra…, ! Así que ahora concéntrate en gozar de lo que “papa” te está haciendo, porque no parare hasta sentir como te corres como la cerda que eres….., ¡ No te preocupes “hoy” por tu virgen culo y goza y déjate llevar como estás deseando guarra, porque te voy a estar follando tu goloso coño, hasta que estalles de placer… ¡ deja salir a la puta que llevas dentro, goza puta, gozaaaa…. !

— ¡ Voy a reservar tu virgen culo, para otro momento “especial” y también lo gozarás…,

— ¡ Al principio de dolerá, pero luego vas a gozar como una cerda, sintiendo tu culo lleno de polla y serás tu quien me ruegue que te sodomice de nuevo cada vez que te folle! ….

Saber que mi culo (si no estaba mintiendo) estaba a salvo en esta ocasión, y saber que aquel cerdo, no iba a parar hasta notar como me había hecho correr también hizo que intentara desconectar y centrarme solo en lo que mi coño, martilleado por su dura polla, sentía…., aunque nu

n

ca lo iba a admitir, aquel vicioso me estaba empezando a dar mucho placer….., no podía entender como era capaz de sentirme tan cerca del orgasmo, siendo violada.

Nunca hasta entonces nadie me había sometido ni follado de esa forma, como si fuese un animal y eso me fue excitando, hasta que sentí como me llegaba el orgasmo.

El guarro de Raúl también se dio cuenta de cómo me excitaba por momentos y las contracciones empezaban a aparecer en mi vagina, presionando su polla.

En ese preciso momento, me desabrochó la mordaza y pude respirar mejor … pero Raúl no me la había quitado para eso, lo había hecho porque deseaba oírme gemir al llegar al orgasmo, y aceleró sus pollazos, mientras excitaba mi clítoris con sus dedos, ahora muy hinchado ….

Sin poder evitarlo y porque sabía que le complacería que no me reprimiese, no me contuve en esta ocasión y me dejé llevar por mis instintos primarios, mientras mi coño, se contraía con los espasmos del orgasmo, al igual que el podía sentir como mi estrecho esfínter anal, también se apretaba espasmódicamente sobre el dedo que mantenía dentro de mi culo, hasta que estalle en un extraño pero intenso orgasmo..

— ¡ Im cumming!… ¡¡Aaahhhh…! … ¡ Ooohhhh … yeahhh..!

Mientras Raúl gozaba viendo como me corría sin poder evitarlo, el seguía follándome sin parar, y a cada nuevo pollazo con más fuerza….

Finalmente con un gemido estridente se corrió. Dentro de mí.

— ¡ Aahhhh ..! — ¡Ooohhh… ¡ Toommma toda mi leche zorraaaa..! ¡¡Ahhhh Si! … ¡Te estoy llenando gran puta, toma…, toma…, goza con la leche de tu macho! ¡Oooohh, que gusto me da vaciarme dentro de tu chocho, cerda!

Al hijo de puta le daba igual todo. El no sabía con seguridad, si yo tomaba la píldora, ni parecía importarle…., aunque por suerte si la tomaba.

— ¡ Jaja puta … – dijo satisfecho –- Ya me he corrido por primera vez dentro de ti… ¡ Mas te vale que estés tomando algo, porque imagínate que te quedas preñada de mi ... Jajaja…, Eso sí que sería excitante hermosa zorra …, ver como te iba creciendo la barriga y tu paseándola por la piscina .. …¡, Jaja y sabiendo yo que esa barrigota te la había echo yo, y el bebe era mío e ilegítimo, jajaja … Y tu cornudo, pensando que era suy

o

, jaja … ¡ Excitante situación…., oh si!

El cabrón seguía con su polla dentro de mi coño, para que su asqueroso semen, llegase hasta mi útero como haría un simple perro, riéndose el muy sádico, hasta que pasados unos pocos minutos, cuando su polla se empezó a encoger, se salió finalmente de mí y me permitió relajarme. Aún así al tiempo que su polla ya flácida abandonaba mi coño me dio un último cachete en mi culo, satisfecho de haberme follado como el había estado deseando desde hacía meses.

En lugar de soltarme las manos el muy cerdo, solo pensó en si mismo, y satisfecho, Raúl se sentó en el sillón, mientras me miraba y se dedicaba a sacarme fotos, en la situación en la que me tenía. Algunas mostrando como de mi coño, rebosaban los restos de su semen, mostrando claramente que me habían terminado de follar a pelo.

Yo ya, derrotada ni siquiera intentaba ocultar la cara, sabía que no iba a servir de nada, y cuanto antes se cansara antes me soltaría. O al menos eso esperaba yo, porque ya llevábamos al menos tres horas en aquella habitación y ya debían ser sobre las nueve de la noche.

Cuando se dio por satisfecho tras aquella tarde haciendo conmigo, lo que le había venido en gana, vino a mí, y se digno a quitarme las esposas soltándome las manos, que me dolían por la postura.

Casi había perdido la sensibilidad en las muñecas y me dolía todo el cuerpo y sentía mi coño y mi culo escocidos por sus azotes. Tan dolorida estaba que incluso me había olvidado del dolor de las pinzas en mis pezones, a las que me había acostumbrado.

Raúl me tiró la ropa, borde y maleducado como era habitual en el diciéndome, ahora metiéndome prisa el muy cabrón …. , cuando la que quería irse de allí lo antes posible era yo…, ! que desgraciado y borde era !. Me hacía hervir la sangre, escuchar sus palabras y como me hablaba.

— ¡ Vístete puta, que nos vamos ! – me dijo. — ¡ Que tengo que volver a casa para cenar con mi mujer …

— ¡ A ver si voy a llegar tarde por tu culpa, pedazo de golfa …, jaja !

Encima de que me había violado y se había aprovechado de mi como había querido pretendía para molestarme, ser tan cínico de culparme de haber estado secuestrada y violada prácticamente por el, toda la tarde, diciéndome eso…, sin duda era un tipo despreciable

Menudo desgraciado estaba hecho. Yo no podía más con la rabia que tenía, pero al mismo tiempo quería largarme de allí cuanto antes, así que no rechisté. Fui a quitarme las pinzas de los pezones pero el me lo impidió.

— ! No, no putita ! … Las pinzas te las llevas puestas a tu casa, igual que el collar de perra… ¡ son un regalo….. — a cambio, y como recuerdo me quedaré con tus bragas para mi colección.

La verdad es que ya me daba todo igual, que se quedara con lo que quisiera…, yo solo deseaba poder irme a casa…

Me puse mi ropa, con la cadena entre mis pezones, que me estaban doliendo mucho y además, con ellos, no podía ponerme el sujetador, así que lo metí en el bolso. Me puse en pie y le dije a Raúl.

— ¡ Bueno, ya he hecho lo que querías …., ahora por favor dame las pruebas que tienes contra mí, y deja que pueda olvidarme de todo esto.

— ¿ Qué te de las pruebas ? – dijo poniendo cara de sorpresa -

— ¿ Pero que te has creído, zorra ? ….

— ¿Qué con esto bastaba ? …. ¿ Que me iba a conformar con las migajas, ahora que te tengo en mis manos, como mi puta personal ? — ¿ Me tomas por idiota…, guarra engreída ?

Mis peores temores se acababan de confirmar, Raúl me tenía en su poder y no tenía ninguna intención de soltarme, por el momento. El mundo se me acababa de caer encima ante la evidencia de que no iba a ser tan fácil, librarme de el.

— ¡ Mira cerda… – me dijo Raúl agarrándome la cara con fuerza y mirada amenazante – ¡ A partir de ahora tu eres mía. - ¡ Grábate eso en tu linda cabecita, y vas a estar siempre disponible, para cuando yo te llame, y vas a obedecerme en todo. … ¿ Te va quedando claro. Zorra ?

— ¡ Per.., pero … pero.., eso no es posible Raúl, estoy casada ….

— ¿ Y mi marido ? …,¡ No puede enterarse de nada de esto, te lo ruego ! - le dije mientras la angustia se apoderaba de mí.

— ¡ Ese no es mi problema, bonita, jaja. – dijo Raúl con sarcasmo – Tú sabrás lo que le cuentas o no le cuentas a tu cornudo desde ahora.

Pero cuando yo te llame me vas a obedecer sin rechistar y punto …, ya sabes que estás en mis manos, y desde ahora vas a ser mi puta, y si consigues compaginar el ser su esposa y mi puta al mismo tiempo, por mi no hay problema, pero … , ser mi puta, estará siempre por encima de tus compromisos con tu cornudo …, como lo hagas es cosa tuya. ¿ Entendido ?…. ¿T e ha quedado meridianamente claro ?

Ahora sí que estaba convencida, de que Raúl estaba completamente loco. ¿Cómo iba a poder llevar una doble vida? Pero conociendo su mal carácter, no me quedaba más remedio que asentir.

— ¡ Si …, lo he entendido ! – no me quedó mas remedio que responder.

— ¡ Ah, y ahora dame tu número de teléfono. Quiero poder localizarte en todo momento. Y pobre de ti como te llame o escriba y no respondas inmediatamente

Se lo di, para que negarme, solo serviría para que volviera a golpearme y al final tendría mi teléfono, si o si.

Volví a mirarme en el espejo, mis doloridos pezones con las pinzas se veían a través de la camiseta, y me notaba rara al llevar los vaqueros sin bragas, además el semen de Raúl, que se escurría desde mi coño recién follado, me manchaba el pantalón, pero al ser unos tejanos, era algo menos aparente.

— ¡Venga, vámonos! - me apremio Raúl.

Le seguí hasta el coche. Nuevamente salimos sin ver a nadie. La verdad es que el hotel estaba preparado para la discreción absoluta.

Regresamos al Marem

á

gnum en el coche de Raúl sin decir palabra ninguno de los dos, ya había oscurecido cuando llegamos frente al Marítimo, el lugar donde había empezado aquella pesadilla para mi, Raúl me dejó junto a mi coche y me dijo.

— ¡ Cuando metas el coche en el parking de la urbanización, no vayas a casa todavía, …., espérame, no subas hasta que yo no te lo ordene.

Puse en marcha el coche, e instintivamente bloquee las puertas para sentirme más segura dentro de él.

Tenía ganas de llegar, pero conduje despacio, porque necesitaba tiempo para serenarme, pensar en cómo evitar que Daniel notase nada raro en mi y angustiada al mismo tiempo, porque tenía miedo de que aquella situación se convirtiese en una adicción para mi sádico vecino y ello me alterase la vida.

Intenté encontrar una solución a mi problema, pero solo había una que fuese viable…., desaparecer de nuevo….., empezando una nueva vida lejos de allí, pero no quería volver a empezar de nuevo, ni dejar a Daniel que me cuidaba y mimaba como una princesa.

Cuanto más buscaba una solución viable para mí, más me angustiaba, así que finalmente, decidí esperar a ver como discurría todo, no precipitarme y actuar en función de las circunstancias.

Una vez en la urbanización aparqué en mi plaza de garaje y me quedé acurrucada en mi asiento, con las puertas del coche cerradas vi como llegaba Raúl y aparcaba en la suya inmediatamente después.

Bajó del coche y vino hacia el mío. Yo esperaba dentro. Temiendo lo que podía decirme. Al llegar junto a mi puerta, la desbloqueé

Me abrió la puerta, volvía a dárselas de caballero, y me invitó a bajar.

— ¡ Ahora – dijo – vas a subir a casa, y puedes descansar, puedes ducharte y limpiarte, aunque una buena puta no se quitaría el regalo de su macho, pero como aún te falta educación por ahora te permito que te laves.

— ¡ No olvides nada de lo que te he dicho… Debes estar atenta a mis órdenes, y debes hacer exactamente lo que te ordene en el momento en que te lo ordene…., sin hacerme esperar ni rechistar o las consecuencias serán muy malas para ti… Ya me conoces …

—¡Ahora, además de las pruebas con la policía puedo destrozar tu matrimonio con las fotos que tengo. Puedo hacerte la vida imposible, así que cuídate mucho de desobedecerme. - me amenazó

El cabrón de Raúl me tenía en sus manos, había sido una ilusa pensando que con dejar que me follase una vez se iba a quedar satisfecho. La verdad es que … ¿Porqué iba a conformarse con una sola vez si a partir de ahora podía hacerlo cuando le apeteciese?

— ¿ Lo has entendido guapa ? – dijo cogiéndome con fuerza del brazo.

Me quedé mirándole con rabia pero sin responderle.

Luís mirándome con su cara muy cerca de la mía, me dio un ligerobofetón que me hizo comprender que esperaba mi respuesta.

— ¡ Si, lo he entendido perfectamente ….– dije

— ¡Pues contesta cuando te pregunte. No vuelvas a quedarte callada cuando te pregunte algo. Ahora puedes irte a casa, que tengo que volver con mi mujer.

Me fui cabizbaja. Entré en el ascensor yo sola y aproveché para quitarme el collar y las pinzas de los pezones. Solo faltaba que Daniel me viera con ellos, eso sí que sería difícil de explicar.

Bufff…., sentí un gran alivio al liberarlos. Los tenía enrojecidos e hinchados, me palpitaban, y no me dejaban olvidar lo que había pasado, ni podía dejar de temer lo que podía esperarme en un futuro. El cerdo de Raúl ya me había demostrado de lo que era capaz, y eso me hacía sentir en esos momentos muy insegura.

Abrí la puerta de casa y oí la voz de Daniel que me saludaba desde el comedor. A pesar de que esperaba y deseaba encontrarle en casa, en el estado en que llegaba, me sobresalté temiendo que me viese y mi ritmo cardíaco se aceleró al instante.

Necesitaba tiempo para recomponer mi estado, tanto física como mentalmente, así que la mejor excusa que se me ocurrió, fue meterme en el baño antes de que me viese, mientras el me preguntaba

— Hola cariño …– Dijo Daniel a lo lejos - ¿ Qué tal te lo has pasado ?

— ¡ Bien, cielo … – le respondí intentando demostrar una alegría que para nada sentía. — ¡ Voy a darme una ducha y ahora estoy contigo.!

Tenía que quitarme imperativamente, los restos de semen, aquel asqueroso olor a hembra follada que me envolvía, e intentar bajar la hinchazón de mis pezones. Aunque lo único que deseaba en ese momento era acurrucarme junto a Daniel y dejarme querer sin mas, antes tenía que quitarme cualquier signo de lo que había estado sufriendo y de que en realidad, venía de ser follada por otro hombre.

Me quité la ropa y la metí en el cubo, para tirarla directamente después. No pensaba volver a ponerme nada de aquello que me traía tan malos recuerdos y olía fatal.

Meterme bajo en la columna de agua caliente, se convirtió en un bálsamo para mi, que se llevaba consigo, todo lo que me hacía sentir sucia y culpable.

Mientras frotaba todo mi cuerpo, especialmente mi cara, vientre y coño, que lavé con abundante gel de ducha y utilizando el chorro del agua caliente para limpiarme hasta por dentro, introduciendo el extremo de la manguera después de haber desenroscado el terminal de la punta.

Sentir como el agua caliente inundaba mi vagina, fue una sensación de alivio y me hizo sentir limpia del semen de mi violador.

Me lavé la cara, el pelo, los pechos con fuerza hasta que aquella sensación de haber sido follada desapareció.

Debí estar allí más tiempo del normal, porqué oí como Daniel me preguntaba … — ¿Alice, estás bien?

Rápidamente para que no se extrañase por mi tardanza, le respondí con exagerada alegría

— ¡Siii ….. querido, ya estoy… ahora salgo!

Me perfumé en el cuello un poco, y ya seca, me puse mi albornoz blanco y tras meter mi ropa sucia en una bolsa que ate para luego tirar, salí a su encuentro, tratando de aparentar normalidad, aunque me hubiese tirado con gusto a sus brazos, donde hubiese dado rienda suelta a mi angustia interior, llorando como una adolescente.