Sumisión

De como mi hombre me regaló la mejor noche de mi vida

"Me dijo que era un juego. Me desnudó por completo, el mismo se ocupó de hacerlo, s

uave y lentamente mientras comenzaba a sonar en el estéreo la música de Enigma. Cuando me dejo totalmente desnuda me puso el antifaz mientras me decía en el oído -relajate, vas a pasar una noche maravillosa...-, yo, que me sentía extraña estaba nerviosa y excitada a la vez, pero dejé que él siguiera con su juego...

Me recostó suavemente sobre la cama y fue atando primero mis tobillos a los pies de la cama, quedando con las piernas abiertas me sentí un poco indefensa, pero la excitación, para que negarlo, seguía subiendo cada vez más. Cuando terminó con los tobillos (me pareció que uso sogas por la textura que sentía), agarró mis muñecas y abriendo mis brazos puso una esposa de policía en cada muñeca y cada extremo a la cabecera de la cama, las esposas estaban forradas en paño o algo parecido ya que no me lastimaban pero eran imposibles de sacar ni de moverme, estaba completamente desnuda y abierta de par en par.

Cuando terminó yo estaba totalmente empapada y muy pero muy nerviosa, solo se escuchaba la música de Enigma que iba en aumento y mis propios jadeos, imagino que debe haberse quedado mirándome por un rato ya que no sentí ni escuché nada más.

Me pareció haber escuchado un ruido y un murmullo pero lejos de donde estaba, entonces sentí el comienzo de lo que sería la mejor experiencia sexual que haya tenido nunca.... El roce de una pluma o algo parecido por mis piernas, subía desde mis tobillos por la parte interna de mis muslos hasta casi rozar mi pubis, esto se repitió en cada pierna una y otra vez, mientras sentía que acercaba su cara a la mía pero solamente llegaba a sentir su respiración, cada vez más excitada, al tener los ojos vendados y estar sumergida en total obscuridad solo me quedaba sentir, los olores se hicieron más notorios, escuchaba más profundamente la música y cualquier otro sonido y por supuesto sentía cada roce con una intensidad como nunca había sentido antes.

La pluma seguía jugando conmigo, me rozaba los pezones que estaban erectos al máximo, casi me dolían de lo duros que estaban, me acariciaban los costados de mis senos y subía por mi cuello hasta rozarme los labios, y así se repetía, subía y bajaba por todo mi cuerpo brindándome sensaciones increíbles.

Escuché que tomaba algo cerca mío, inmediatamente después sentí como caía sobre mi cuerpo un aceite tibio, con un muy fuerte aroma a sándalo, lo distribuyó por todo mi cuerpo, dejando caer mayor cantidad en mis pezones y sobre mis muslos y mi pubis... Al tener las piernas tan abiertas una buena cantidad de aceite me metió de lleno dentro de mi sexo, inundó mi clítoris provocando que lanzara un breve grito... luego se fue deslizando hacia abajo hasta perderse entre mis nalgas... era placer puro.

Sus manos comenzaron a distribuir el aceite realizando un masaje muy suave al principio, recorriendo todo mi cuerpo pero prestando especial atención a mis pezones y a toda la zona que rodeaba mi sexo... que ya a esa altura lo notaba inflamado y empapado, mezclando mis propios jugos con el aceite que tenía todavía tibio ahí...

De repente, sin previo aviso, sin decirme nada y sin que yo me haya dado cuenta... dejaron de acariciarme solamente sus manos, sentí como un par de manos comenzaban a darme masaje en mi pie derecho, y casi a la vez sentí lo mismo en mi pie izquierdo.... había más gente ahí, él había traído más gente que yo no sabía quienes eran, que me estaban tocando mientras yo estaba abierta de par en par totalmente desnuda e inmovilizada, me convulsioné, quise salir, le dije "que es esto?, sos un hijo de p....", traté de zafar por todos los medios pero fue imposible, tanto sus manos como los otros dos (hombres? mujeres?) no dejaban de acariciarme...

Él acerco su boca a mi oído y me dijo "me dijiste que hiciera lo que quiera con vos, y eso estoy haciendo, no te pongas tensa porque va a ser peor..."

Comencé a gritarle, mi excitación se mezclaba con mi indignación y con mi miedo, aunque sabía que no me iba a pasar nada ya que sé que me cuida por sobre todas las cosas, no dejaba de tener miedo por la situación, nunca me sentí más indefensa ni más excitada, todo a la vez. Lo insultaba, insultaba a los "visitantes", gritaba, me movía sin parar.... Hasta que él me agarró de la nuca y con una precisión increíble me metió algo en la boca, era como una pelota pero con unos elásticos que me pasó por detrás de la cabeza que me impedían gritar. Se acercó de nuevo a mi oído y me dijo "protestá todo lo que quieras, pero esta noche te vamos a coger, te vamos a coger mucho, y cuando esta noche termine vas a haber perdido la cuenta de la cantidad de orgasmos que te vamos a hacer tener".

Eso fue suficiente, la excitación superó todo lo demás, los "visitantes" habían comenzado a masajearme por dentro de los muslos y llegaban cada vez más cerca de mi empapado pubis... era demasiado... dejé paso a las sensaciones aunque seguía moviéndome de un lado para el otro no sabía si era por protestar o por calentura.

Sentí una boca en mi pezón derecho, se notaba que era una boca de hombre porque sentía la barba un poco crecida, succionaba, lamía y mordisqueaba con una voracidad increíble...

Inmediatamente después sentí otra boca, también de hombre, en mi pezón izquierdo, mientras las manos de los "chupadores" recorrían todo lo que estaba a su alcance provocándome oleadas de placer que ya no pude esconder...

Sentí dos manos en la parte interior de mis muslos, me abrieron aún más mis piernas dejándome totalmente abierta, las manos eran más suaves y pequeñas que las que había sentido antes y me pasó por la cabeza que se trataba de una mujer, me puse furiosa, mi marido sabía que yo no quería que una mujer me tocara, encorvé el cuerpo para tratar que no me tocara pero el resultado fué totalmente lo contrario, parecía que le estaba ofreciendo mi conchita, chorreante y abierta y aceptó la invitación.

El primer lenguetazo lo sentí en la parte superior de la conchita. Fué preciso y certero arrancándome un grito que se ahogó por la pelota que tenía en la boca.... el resto fue algo muy dificil de narrar, ya no me importó si lo que me chupaba con esa habilidad y avidez era un hombre, una mujer o un perro, me daba exactamente lo mismo mientras no se detuviera, mientras tanto los dos restantes estaban repartiendose entre mis pezones y mi cuello, mordiendo y chupando todo lo que había...

Después de haber acabado no una ni dos, no se la cantidad de veces, me sacaron la pelota de la boca para inmediatamente acercarme dos miembros perfectamente parados, creo haberme dado cuenta que la pija que estaba a mi derecha era la de mi marido, que me sujetaba la cabeza haciéndome pasar de una pija a la otra, la de mi izquierda era más grande y muy carnosa, las dos estaban muy paradas lo que increíblemente me calentó mucho más de lo que estaba.

Pasaba mi boca de una a la otra, me hubiese encantado agarrarlas pero estaba atada de pies y manos. La tercera (ya a esa altura estaba segura que era una chica), había subido por sobre mi torso y estaba chupándome los pezones y mi cuello mientras yo seguía pasando de una pija a la otra con total voracidad. En un momento dado se juntaron de manera tal que me metieron ambas pijas en la boca al mismo tiempo, casi me ahogo pero de placer, estaba viviendo algo que jamás siquiera me hubiese imaginado ni en la más bizarra de mis fantasías.

De repente me quedé con la pija del invitado en mi boca y noté que mi marido se retiraba. Imaginé por un momento que iba a hacer algo con la invitada pero ella seguía encima mío chupandome cada rincón que podía, de hecho se puso a mi lado y comenzó a chupar la pija del invitado junto conmigo. Mi marido había desaparecido pero mi calentura era tal que seguí con lo que estaba haciendo.

Sentí que me desataban el tobillo izquierdo y pensé que seguiríamos sin la sumisión que había tenido hasta ese momento, luego me desató la muñeca izquierda... Cuando esto pasó todos se retiraron y yo estuve a punto de sacarme el antifaz que me cubría los ojos, pero mi marido, muy rápida y hábilmente me tomó de la muñeca que había liberado y de un solo golpe me dio vuelta dejándome boca abajo y volviendo a esposarme a la cabecera de la cama, pero ahora con mi cola totalmente liberada. El tobillo que había soltado no me lo volvió a atar.

Inmediatamente después todo comenzó de nuevo, comenzaron a chuparme la cola de una manera frenética, percibí la experta lengua de mi esposo que le encantaba hacer eso, mientras me chupaba metía uno o dos dedos en mi cola que se iba dilatando rápidamente. En esa posición la chica invitada se deslizó debajo mío y comenzó al mismo tiempo a chuparme de nuevo mi conchita... Eso fué increíble, dos bocas, dos lenguas, todo al mismo tiempo.... Cuando comenzaba a gemir, el invitado, que tenía la pija enorme y durísima en ese momento, la metió de un solo golpe en mi boca ahogando mis gemidos de placer.

Eso duró una eternidad, mi cola se iba abriendo cada vez más mientras el invitado bombeaba toda su virilidad dentro de mi boca y la chica movía su lengua sin parar dentro y fuera de mi conchita.

Todo pasaba de golpe, era notorio que todo era manejado por mi marido, daba alguna señal o algo que yo no percibía pero los invitados le hacían caso inmediatamente.

Me abandonaron de nuevo, dejandome con la cola parada y chorreando jugos por todos lados. Sentí el cuerpo del invitado que se deslizaba por debajo mío, se acomodó de manera tal de que su pija hizo presión sobre la entrada de mi concha, muy hábilmente me la metió entera, completa, oleadas de placer me invadieron... Comenzó a moverse lentamente metiendo y sacando todo su miembro de mi conchita hinchada, sentí la lengua de la chica lamiendo mi cola, era ella indudablemente, muy distinto a la forma de chuparme de mi esposo, pero muy placentero también.... Comenzó a pasarme por la cola el mismo aceite con que habíamos comenzado, metía el aceite en mi cola con sus dedos, hábilmente, lubricando todas las paredes de mi cola, por dentro y por fuera...

Cuando dejó de hacerlo, mientras el invitado seguía bombeando toda su pija dentro mío, sentí la pija de mi esposo que me apoyaba en la entrada de mi cola, de a poco comenzó a presionar y sentí como su pija se deslizó dentro de mi cola sin una sola gota de dolor, la dilatacíón, la excitación y el aceite habían hecho milagros...

Sin mucha distracción sentí las dos pijas dentro mío, ambas moviéndose de manera ritmica, cada vez más rápido y más profundo.... acabé, acabé como nunca, acabé de manera imposible, dejando mis jugos por todos lados....

Sentí primero la leche del invitado dentro del preservativo, fue un torrente que invadió toda mi cavidad.... Inmediatamente después la de mi marido en mi cola, con la misma intensidad....

Después creo que me desvanecí, quedé exhausta sobre el invitado que de a poco salió y me dejó atada y rendida sobre la cama....

No se cuanto tiempo pasó, pero muy suavemente mi marido comenzó a sacarme las esposas y lo que me mantenía atada por el tobillos, me sacó el antifaz y dándome un beso muy dulce me dijo "te prometí la mejor noche de tu vida...."

Miré al rededor, no había nadie, solamente él y su cara sonriente, yo y todo el placer sentido en esas cuatro paredes.....

Cristina