Sumisas del deseo (2: Secretaria en cadenas)
Lo que vais a leer a continuación son una serie de cortos relatos que me narraron algunas personas a través de sus e-mails. Quiero dejar bien claro que yo ni afirmo ni niego la veracidad de tales historias. Cada cual saque sus propias conclusiones. Tan solo me he dedicado a novelar con mayor o menor acierto tales narraciones con el fin de divertirme y haceros pasar un rato caliente y agradable.
Podéis llamarme Nerea. Soy una chica de 27 años y trabajo de secretaria en una empresa familiar en un prospero pueblo del centro de España.
Mi jefe tiene 46 años y me paga un plus para que sea su putita particular.
Cuando cierra algún negocio con éxito yo suelo ser el postre de tales negociaciones.
A mi no me importa demasiado, es mas, para ser sincera suelo disfrutar de tales celebraciones y de ser el centro de atención, pero lo que mas me humilla es cerrar negocios con gerentes femeninas o jefas. Son muy malas, especialmente perversas, disfrutan humillando a una secretaria desnuda e indefensa. Me hacen de todo
La última tenía la pretensión de que le chupara la polla a su caballo, pero no acepté y el plus de este mes me lo han quitado. No se si tendré que someterme a mas humillaciones con esta mujer. Supongo que ella, que ya tiene al menos unos 45 años, siente un placer especial humillando al limite a una jovencita.
Es mi intención contar algunas de las situaciones en las que me he visto envuelta y que he ido experimentando en los últimos meses desde que vengo ocupando este nuevo puesto y narraros más anécdotas de mi trabajo. pero ahora tengo una comida de trabajo con el alcalde del pueblo, pues mi jefe es intimo suyo y seguramente yo seré el postre.
Pues aquí estoy de nuevo.
Para ser coherente con mi narración y para que me vayáis conociendo un poco mas íntimamente os diré que el trabajo lo necesito y en un principio empecé a emputecerme de forma tan vejatoria solo y exclusivamente por el importante sobresueldo que suponían tales actividades, pero confieso que le he ido tomando el gusto a la cosa y ahora cuando mas me humillan mas disfruto.
Como decía, el plus mensual, aparte de la nomina de secretaria, es importante aparte de que lo cobro en negro y está libre de impuestos, una pasada, pero para ganármelo tengo que hacer prácticamente de todo.
El domingo, día que empecé con esta narración, como os dije tuve que ir a comer con mi jefe y el alcalde y lo pase bastante mal. Aparte de ellos dos a la comida había invitada una jovencita de unos 19 o 21 años que tuvo carta libre para hacerme todo lo que quiso.
La jovencita en cuestión, según supe después, se encarga de la limpieza de la casa, y algo más. Huelgan las explicaciones ¿no es así?.
Nada mas entrar a la casa, el alcalde y la chica estaban hablando sobre mi y se reían maliciosamente.
La chica me miró con cara de asco y de desprecio, inesperadamente me cogió de la oreja y me puso de rodillas mientras ella se reía coreada por mi jefe y el alcalde, mi jefe le dijo que se podía divertir conmigo y la autorizó a humillarme todo lo que quisiera, y luego, mientras mi jefe cerraba alguno de los frecuentes negocios que comparte con el alcalde, la jovencita me arrastró hasta el salón, y me obligo a desnudarme y a masturbarme delante de ella mientras ella me humillaba y me trataba como una puta, y además no me dejo correrme.
Luego le tuve que comer el chochito, el ojete ,y mientras tanto estuvo todo el tiempo humillándome diciéndome con desprecio que era una puta, una zorra, y todo tipo de improperios que no trascribo por parecerme inapropiados y repetitivos....
Luego, cuando quedó aparentemente saciada y se corrió varias veces en mi boca, quiso jugar un poco más conmigo y me puso de rodillas sobre una mesita, con los brazos en cruz con las palmas de las manos hacia arriba, y sosteniendo unos libros en cada mano, por supuesto aun completamente desnuda, y me dijo:
- Si no consigues aguantar al menos llegas a 5 minutos haré que te bebas mi orina.
No lo conseguí, me esforcé al máximo, pero los libros, elegidos especialmente por su grosor, eran demasiado pesados para mi frágil estado físico.
Perdí y lloré desconsolada pero eso no la enterneció lo mas mínimo. Al contrario, creo que la enardeció más todavía. Me llevó a la bañera, obligándome a hacer todo el trayecto a cuatro patas delante de ella mientras me daba patadas en el culo, y me orinó por todo el cuerpo mientras ella se reía de forma perversa.
Después me lavé y fui a ver a mi jefe y al alcalde. Estuvieron follándome por todos los agujeros y orificios de mi cuerpo mientras la chica nos miraba, cuando quedaron saciados y terminaron eran más de las cuatro de la madrugada y aun tuve que limpiar el salón y el despacho mientras ellos se reían de mi. Todo el tiempo estuve desnuda para más humillación.
Cuando termine me tuve que masturbar delante de los tres y correrme. Al fin mi jefe me llevó a casa.
Por cierto hoy mi jefe después de haberle realizado una de las frecuentes felaciones que suelo practicarle a lo largo del día, me ha informado que este sábado tendré trabajo extra en la casa de campo de una gerente a la que debe un favor.
Ya imagino lo que me veré obligada a hacer porque aun recuerdo la ultima fiesta de este tipo en la que participé de forma más que activa. Tanto que tuve que estar cuatro días de baja para recuperarme de tantos excesos.
La fiesta en cuestión se celebró en un lujoso chalet de las afueras, propiedad de uno de los asistentes. Cuando llegué me encontré con cinco gerentes, tres hombres y dos mujeres, aparte de mi jefe y amo. Estuve desnuda durante los tres días que duró aquel fin de semana, limpiando, sirviendo, atendiendo, o sea, una esclava para todo.
Me utilizaron sexualmente los cinco gerentes con sexo anal, vaginal, y oral. Aparte de numerosos juegos y complicadas peripecias que experimentaron conmigo. Por ejemplo, jugaron a probar mi resistencia física. En el chalet había un completo gimnasio provisto de todos los mas modernos aparatos, así durante un día entero me tuvieron corriendo en la cinta, montando en bicicleta estática, haciéndome levantar pesas, en fin... de todo. Era verano y tenían la calefacción del gimnasio a tope, les gustaba verme desnuda toda sudada, mientras ellos bebían frescos refrescos sentados cómodamente en sus sillones disfrutando de mis esfuerzos.
Otro día me introdujeron una especie de aparato con forma de mariposa en la vagina, que con un mando a distancia me daba choques eléctricos, el dolor era insoportable pero ellos se lo pasaban de miedo.
Estaban todo el día bebiendo y de fiesta, y yo era el colofón a dichos festejos.
Por la noche trajeron un par de prostitutas y dos gigolós.
Después de la cena yo fui la fiesta para ellos, las prostitutas se las veía que disfrutaban humillándome, sometiéndome a los mas depravados y vejatorios caprichos, los putos en cambio fueron mucho mas tranquilos, y se limitaron solo a follarme por todos los agujeros.
Ya se que hace mas de una semana que no continuo con mi narración pero he estado una semana de vacaciones en Marruecos posterior a la fiesta a la que os comente que tenia que asistir.
En la casa de campo fue como siempre, me tuve que someter a caprichos sexuales tanto femeninos y masculinos.
Durante la noche trajeron un artilugio hecho de tubos de metal, y me ataron sobre él a cuatro patas y sacando el culo para fuera. Mi sorpresa fue cuando ellos se sentaron en los sillones alrededor de mi y la anfitriona trajo un enorme dogo Arlequín. Ya os podéis imaginar la cara de terror que puse, pero inevitablemente, atada e inmovilizada como estaba, fui montada por el dogo y por otros perros que trajeron a continuación mientras los asistentes al evento observaban y se reían, pero yo me puse toda cachonda sintiendo como me miraban mientras yo iba siendo montada por estas bestias.
Me usaron para todo cuanto se les ocurrió durante el sábado, pero el domingo inesperadamente me dieron libre, no sin antes de comunicarme escueta y enigmáticamente:
- El lunes nos vemos en el aeropuerto a las once de la mañana. No traigas equipaje.
Cuando llegue al aeropuerto, por supuesto a la hora citada y de forma puntual, me encontré con una pareja joven que me esperaba, y que me resultaba totalmente desconocida, y cogimos un avión con rumbo a Tánger.
Nada mas llegar ya sabia que yo era la esclava blanquita. Durante el trayecto en el avión el hombre me explicó en pocas palabras que íbamos al palacete de un hombre muy rico que estaba a punto de firmar un buen negocio para mi jefe y sus colaboradores, y yo y la otra chica éramos un incentivo amistoso a modo de juguetes, ofrecidos al anfitrión y durante una semana estaría a la merced del jeque y de todos los inquilinos del palacete. Cuando llegamos todo el mundo nos miraba con cara de lujuria, imaginaros dos chicas jóvenes, rubias, blanquitas de piel, éramos el centro de todas las miradas.
En fin, toda la semana estuvimos desnudas atendiendo hombres y mujeres de toda edad y condición, pero afortunadamente no hubo nada de sado esta vez, y fuimos tratadas con una educación perfecta, aparte del pellizco de euros extra que recibí como regalo de despedida.
Espero os haya gustado el relato de como trascurre mi vida como secretaria para todo, y estas breves anécdotas os hayan ofrecido un sucinto panorama de mis obligaciones como tal.
Un ardiente beso y quizás mas adelante os cuente alguna nueva aventura.