Sumisa de corazón (2)
Diana es obediente, aunque a veces, un poco olvidadiza...
SUMISA DE CORAZON (II)
El calor, de nuevo ese calor sofocante. Y solamente eran un poco menos de las nueve de la mañana. Por la ventana entreabierta de la habitación de Diana se filtraba el ruido de algún camión al pasar por la carretera cercana, y la luz del sol iluminaba toda la estancia.
Diana ya estaba despierta desde casi una hora antes. No recordaba sus sueños, aunque el despertar como ella había despertado, boca abajo en su cama, una mano entre sus piernas abiertas y totalmente desnuda, a pesar de haberse acostado con un minúsculo camisón, sólo podía significar sueños agradables.
Aunque quizás, sólo quizás, no se había masturbado en sueños. Porqué, nada más abrir sus ojos, ya había sentido la necesidad acuciante de tocarse, de acariciarse, de follarse a sí misma sin piedad.
O, bueno, quizás si se había tocado ya en sueños, y ese deseo salvaje que sentía ahora, no era más que la continuación, una vez más, de la vida de perrita que había iniciado no hace mucho con Nitram. Y Nitram, se lo repetía una y otra vez.."Diana, no tienes remedio. No eres más que una perrita, una perrita salida, una perrita viciosa, casi tan viciosa en mujer como yo en hombre... Y una perrita muy obediente..."
Y precisamente porque Diana era muy obediente, a pesar de sus deseos, había evitado tocarse. Porqué las órdenes de Nitram habían sido claras. Su castigo empezaría a las nueve de la mañana. Así se lo había dicho él ayer. Si, Diana recordaba la conversación telefónica de la tarde anterior perfectamente..
Diana, dime, ¿estás cumpliendo tus normas en la comida, perrita?
Sí.
¿Estás segura, Diana?
Sí, Nitram. Cuando como sóla en mi casa, lo hago como me has ordenado
¿La falda bien subida hasta la cintura?
Si, y mis bragas por las rodillas... con las piernas abiertas, sin poder tocarme hasta acabar de comer. Dios, vas a hacer que adelgace... siempre quiero acabar muy rápido de comer, deseo tocarme.. Te imagino paseando por la cocina, mirándome, ufff. Y empiezo a pensar que no debo excitarme, que no me puedo tocar. Y, me excito más...
Pero, aguantas, ¿verdad, perrita?
Sii...
Y, dime, Diana, ¿has sido obediente con el teléfono?
Sí, también, bueno, casi...
¿Casi?
Es que verás, me llaman poco, y me he olvidado un par de veces..
Te has olvidado...
Sólo un par de veces...
Veamos si lo entiendo, Diana...Te ordeno algo tan sencillo como que cada vez que hables por teléfono en tu casa dejes tu coño al aire. ¿Verdad?
Sí, nitram...
Lo que además, sabes tan bien como yo que le conviene a ese coñito, que anda mojado la mayor parte del día. ¿Me equivoco?
No. No te equivocas..
¿No me equivoco en que, Diana?
En que mi coñito esta húmedo la mayor parte del día..
¿Y porqué, Diana?
Porque siempre estoy excitada...
Ya. Eso ya lo sé... Pero, ¿por qué estás siempre excitada, perrita?
Porqué... porqué es un perrita salida. Nitram..
Y, sin embargo, me dices que te has olvidado un par de veces de tus obligaciones..
Sí...
¿Ahora las estás cumpliendo?
Sí, ahora sí. Te estoy obedeciendo de verdad..
¿Seguro? ¿Cómo me estás hablando?
Me he bajado los vaqueros y las bragas hasta los tobillos... y he apoyado mi espalda contra la pared, con las piernas bien abiertas...
Ya, Diana... y seguro que ya estás deseando que te ordene que te toque...
Sí. Si... yo, no lo puedo evitar... Nitram. por favor, deseo tocarme mientras te oigo...
No, perrita, ahora no. Súbete las bragas y los pantalones... esta noche recibirás un correo con tu castigo por ser tan olvidadiza... aunque, puedes tocarte si lo deseas a lo largo del dia. Pero, tal y como estás ahora, Diana. Por encima de tu ropa... sin quitarte nada... ¿entendido?
Si, Nitram... yo... Nitram... por favor, quisiera tocarme ahora
¿Ves, perrita? Estás todo el día salida..
si....por favor, lo deseo...
¿Te estás oyendo, Diana? ¿Quieres tocarte por encima de tu ropa hasta correrte en tus bragas? Pero, perrita...
Nitram, por favor, estoy ya muy cachonda...
Ponte de rodillas...
Siii. Mm..Ya estoy..
Si, ya oigo tu respiración... no te toques todavía... ¿qué te estás imaginando, perrita?
Te veo ante mí. estoy arrodillada ante ti..
¿Y que vas a hacer, Diana?
Lo que tu quieras, Nitram. Soy tu perrita. Lo sabes..
Si, lo sé. Y sé lo que te gusta... sé muy bien lo que te gustaría hacer así de rodillas. Dímelo..
Te lamería la polla. Te la lamería entera de arriba abajo..
¿Sólo eso, perrita?
Y los huevos, Nitram....mi boca chuparía tus huevos...por favor, necesito tocarme..
Ponte la mano entre las piernas... aprieta..
Siii... ufff... Dios. Estoy empapada ya..
Si, siempre lo estás. Tócate... como si un desconocido te metiera mano en un autobús repleto de gente... acariciando tu entrepierna..
Dios. Sí...
Aunque. Eres tan zorra. seguro que abrirías la cremallera del pantalón para que te tocara mejor...¿verdad, perrita?
No... sí. Dios, Nitram....me voy a correr..
Ábrete la cremallera del pantalón..
Sii. Ya está..
Tócate por encima de las bragas... mojadas. ¿Verdad?
Sii.....
Bájate los pantalones... sólo los pantalones. Así como estás. de rodillas...
Ahhh. Ya,ya está...
¿Ya te quieres correr, verdad... ?
Dios. Sí...
No, todavía no... bájate las bragas..
Ya... por favor. Quiero correrme..
Date dos azotes en cada nalga....venga...
Ya. Ya está..
Mas fuerte, perra, no he oído nada..
Dios... ahora... ¿los has oído?
Si,... súbete las bragas...
Ya...
Tócate. Por encima de las bragas. y deja de gemir como si nunca hubieras tenido un orgasmo...
-Ahhhhh. Me corro, Nitram. tu perra se está corriendo..Ahhhh. me corro como una puta para ti......
-Ya... ya te oigo... casi huelo tus bragas por el teléfono...
-ahhhhh. Nitram...ahhh....mis bragaass...ahhh
-¿ya las has mojado enteras, verdad?
-siii... sí. Dios..Enteras..
-Deja ya de tocarte. Ponte de pie y súbete los pantalones recuerda, recibiras un correo con tu castigo para mañana. Y, hoy, si quieres volver a tocarte, que querrás, lo harás sin quitarte una sola prenda de ropa. Por encima de ella. Y no te cambies las bragas en todo el día.
-Sí... Nitram..
Sí. Eso había sido ayer. Y, Diana, ahora todavía en su cama se había excitado aún más recordándolo. Pero era ya casi la hora del castigo.
Diana salió de la cama e inmediatamente se puso a cuatro patas sobre la alfombra. Por unos instantes permaneció así, pensando una vez más que demonios estaba haciendo. Pero, cómo siempre, sabía que iba a obedecer. No importaba que nadie le viera, que Nitram no estuviera allí. Siempre a cuatro patas, rodeó la cama y se acercó a la mesita de noche. Allí recogió el teléfono y se lo puso en la boca, igual que una perra llevaría un hueso, pensó ella.
Giró sobre si misma, y salió de la habitación, siempre a cuatro patas, con su móvil entre sus dientes. Gateaba despacio por el pasillo, y ya no se sorprendía en absoluto de notar su entrepierna cada vez más húmeda. Sentía los labios de su coño totalmente hinchados, y si Nitram estuviera allí, le suplicaría que le dejara pellizcarse los pezones, de lo erectos que los notaba.
Gateó hasta el salón. Lo recorrió despacio, siempre con el móvil entre sus dientes. Diana se paraba de vez en cuando, al lado de una silla, cerca de un sofá. Restregaba su cuerpo contra los muebles igual que una gata se frota contra las piernas de su dueño. Notaba las rodillas algo doloridas, pero se sentía sobre todo realmente cachonda. Y cuanto más pensaba lo que estaba haciendo, más caliente se ponía.
Se paró en el centro del salón y depositó por un momento con la boca el móvil en el suelo. Agachó la cabeza hasta rozar la alfombra y abrió todo lo que pudo las piernas, alzando un poquito su culo. "Como una perra esperando que la monten.." Había dicho Nitram. Si, así se sentía ella ahora... Con sus manos, abrió sus nalgas todo lo que pudo, ofreciendo todos sus agujeros a un Nitram imaginario, que ella hubiera deseado que estuviera detrás de ella... Lo imaginaba detrás de ella, de pie, mirándola... decidiendo que iba a hacer con ella. Por donde la iba a follar. O quizás no la follara. Quizás simplemente se limitara a azotarla hasta dejarle el culo rojo, o a meter sus dedos por su coño ya totalmente empapado mientras la agarraba por su melena y le gritaba por detrás lo puta que era..
Diana se sentía ahora mismo al borde del orgasmo. Sabía que una leve caricia de sus dedos sobre su clítoris totalmente abultado desencadenaría en ella un orgasmo que la haría gritar. Pero, sabía también que no lo podía hacer. Nitram se lo había prohibido.
Volvió a colocar el móvil entre sus dientes. Y de nuevo comenzó a gatear lentamente a su habitación, sintiendo ya su coño inundado de líquido...
Ya en su habitación, se colocó frente a un espejo de cuerpo entero al lado de su mesita de noche. Se miró. Vio a una mujer desnuda, a cuatro patas, sudorosa, con un móvil en la boca, y con una expresión de autentica calentura. Pero sabía que aun debía hacer más.
Siempre a cuatro patas, abrió la mesita de noche y sacó una de las compras que Nitram le había ordenado hacer tiempo atrás. Su collar. De cuero negro, con unas argollas alrededor. De una de las argollas colgaba una letra metálica, una "D", de Diana por supuesto. De otra de esas pequeñas argollas salía una cadena metálica que Diana ató a una pata de la mesita. Se puso el collar, sintiendo como su cara ardía de pura calentura. Le ocurría cada vez que se lo ponía.
Volvió a colocarse a cuatro patas, pero dando ahora la espalda al espejo. Girando su cabeza hacia atrás, Diana contemplaba su coño ya totalmente abierto, húmedo, y su culo...
Cogió el móvil, y se sacó una foto en esa postura. Vio el resultado en la pantalla. Si, esa era ella... una perra con su collar y su cadena. A cuatro patas en su habitación, atada como la perrita que espera por su amo. Bueno, como dos perritas, porque había sacado la foto apuntando al espejo, y se veía a ella misma y a su reflejo.
Envió la foto por su móvil a Nitram, tal y como él le había ordenado. Y, después de hacerlo, tal y como él había dispuesto, siempre con el culo hacia el espejo, colocó el móvil bajo su coño, apretándolo con las piernas, y resistiendo el deseo casi salvaje de darse la vuelta sobre la alfombra y tocarse hasta dejar el suelo encharcado, Diana se dispuso a esperar..
La primera llamada llegó a los diez minutos. Diana notaba ya entonces un hilillo de líquido surcando sus muslos. Pero cuando el teléfono sonó entre sus piernas, con el vibrador puesto, tal y cómo Nitram le había ordenado, no pudo evitar gemir. Y gemía más a medida que el tono de llamada se repetía. Diana no podía contestar a la llamada. Debía dejar sonar el teléfono entre sus piernas. Esas eran las ordenes. Apretaba más las piernas, mientras aquel aparato se retorcía sobre su coño...La llamada cesó.
Diana seguía a cuatro patas, inmóvil, mirando al suelo, jadeando, sintiendo como el móvil debía estar ya empapado de sus flujos...necesitaba correrse..
A los cinco minutos, el teléfono volvió a sonar. Diana dio un pequeño grito. Puso su cara contra el suelo e inconscientemente sus rodillas fueron un poco hacia delante, alzando un poco el culo, y logrando que Diana se encogiera sobre sí misma. El teléfono vibraba sin piedad y ella gemía ya como una perrita en celo... Dios, se metería el puto teléfono por el coño para follarse con él si pudiera. El teléfono volvió a callar.
La tercera llamada tardó diez minutos en producirse. Para entonces coño de Diana chorreaba y ella sentía sus líquidos en las rodillas. Su cara estaba ardiendo, y de vez en cuando, giraba la cabeza hacia el espejo, y al ver el móvil sobresalir entre sus piernas notaba como una oleada de excitación sucedía a otra... jadeaba. Pero necesitaba correrse, gritar..
Cuando esa tercera llamada llegó, Diana pudo por fin coger el teléfono. Contestó tal y como estaba, permaneciendo a cuatro patas, y sintiendo sobre su mejilla los flujos que habían empapado el móvil.
-Si..
-Hola, perrita..
-Holaaa...ah...ah...
-¿ya estas gimiendo?
-si..
-¿ves, Diana? Si realmente eres obediente. Aunque un poco olvidadiza. Ya lo hemos hablado..
-Sí, Nitram...
-¿estás muy salida, verdad?
-estoy empapada. Necesito correrme, por favor. Quiero correrme. Que me oigas. Que oigas a tu perra..
-ya... no estaría mal que te corrieras así, con el collar y la cadena. pero tu castigo todavía no ha terminado..
-Nitram... por favor. No volveré a olvidarme..
-no. Espero que no. Tranquila, perrita, te correrás enseguida. En cuanto te llame alguien..
-¿qué...?
-permanecerás con el collar y desnuda hasta que te llame alguien. Y sólo entonces podrás tocarte hasta correrte, pero lo harás mientras hablas con quien te haya llamado..
-Nitram, por favor... quizás no me llame nadie. Y si me llaman. Gritaré. Estoy realmente cachonda... por Dios... déjame tocarme..
-Cuando te llamen. Aunque, si realmente estás tan salida. ¿Lo está verdad?
-Como una perrita, Nitram... como tu perrita...
-Bueno. No hace falta que esperes una llamada... puedes llamar tú a alguien. pero córrete mientras hables...
-Nitram... gritaré. me oirán...
-¿es que solo sabes correrte como una zorra escandalosa? Aprende a hacerlo en silencio... si tan salida estás, haz ahora mismo esa llamada y verás como dejas un charco de los tuyos, y como lo haces en silencio... Haz esa llamada, o espera que te llamen... Y, recuerda, con el collar puesto y desnuda... Y limpia el móvil, que debe chorrear..
-Nitram...
La llamada se había cortado..
Diana miró su teléfono. Se dio la vuelta y se puso de rodillas frente al espejo. Marcó un número al azar, y mientras se llevaba el móvil a su oreja, dos de sus dedos se introducían en su coño totalmente empapado..