Suministro de Esclavas (2)
Comienza el verdadero entrenamiento de las jóvenes.
Suministro de Esclavas (2)
Capítulo II
En los sucesivos días y pese a la resistencia de las mujeres, fueron penetradas por el culo. Ninguno de los hombres tenía especial afición al sexo anal, pero una forma de vejarlas y quebrantar su voluntad. Por las rebeldías, todas fueron castigadas, generalmente con látigos que marcaban sus espaldas, culos y a veces, sus tetas.
Melina era la que recibía crueles castigos. Ya que no tenía destino seguro, podían abusar de ella todo lo que quisieran ya que no sería objetado por el comprador. Respecto de las otras mujeres, si bien eran castigadas para someterlas, se cuidaban de no dejar marcas permanentes. Venancio no hubiera aprobado recibir seis esclavas con signos de torturas.
Como se ha dicho antes, Melina era la que recibía "atenciones " especiales. A diario era cogida en sus distintos agujeros y también a diario recibía algún castigo. El más frecuente era estar atada con los brazos en alto y ser azotada en sus tetas con una fusta. Este castigo hacía que sus pezones se hincharan, se pusieran duros y de un color rojo cereza.
En cuanto a las demás continuaron su adiestramiento dentro de lo previsto. A medida que pasaban los días eran más y más sumisas y no se revelaban a las órdenes de sus entrenadores. Sabían que serían cogidas casi a diario, que podían permanecer horas encadenadas o atadas a columnas o en cepos o que serían azotadas especialmente en el culo.
Habían pasado unas diez semanas desde el secuestro cuando recibieron el llamado de Venancio, el comprador.
-¿Cómo están mis esclavas?¿Ya han sido adiestradas?-
-Todavía no se ha completado, pero el miedo a los castigos hace que se comporten aceptablemente bien.-
-¿Podré verlas uno de estos días?-
-Sí. Venga cuando quiera. Lo esperamos.-
Al día siguiente Venancio estaba en la casa para ver el estado de la mercadería. Las seis mujeres fueron esposadas con las manos en la espalda y con grilletes en los tobillos y fueron presentadas al comprador. Por supuesto estaban desnudas.
-Aquí las tiene. Hemos preferido tenerlas esposadas para que pueda revisarlas sin ser incomodado. Todavía no están del todo adiestradas.-
Las mujeres permanecían de pie, frente a Venancio, quién se acercó a Romina. Le palpó las tetas, el culo y le introdujo el pulgar en la vagina. Mientras tanto, la joven permanecía inmóvil.
El siguiente fue el turno de Celeste. Su culo estaba rojo y sensible por los azotes recibidos en la mañana con una correa de cuero. Venancio observó con detenimiento ese culo. Imaginó a ésta y las otras esclavas siendo castigada por no trabajar de acuerdo a sus requerimientos. La erección se hizo evidente.-
-¿Quiere cogerse a Celeste? Veo que está algo excitado y para eso nada mejor que descargar la leche.-
-En realidad no venía para cogerme a ninguna, pero la visión de ese culo morado, azotado me ha calentado, pero quiero primero revisar a todas.-
Así continuó la inspección de las restantes mujeres. Al finalizar decidió que Cintia, siempre Cintia, le mamara la verga. La joven recordando los dos puñetazos que recibió la primera vez que Venancio las visitó, prefirió arrodillarse y abriendo su boca comenzó a chupársela y lamérsela como si fuera la más dulce de las frutas. Venancio no demoró en correrse en la boca de Cintia, que tragó el semen con rapidez.
El comprador, satisfecho de cómo marchaba el adiestramiento, se retiró. Mariano decidió llevar a Carmen a la sala de castigos para torturarla. ¿Motivo? ninguno, simplemente por el gusto de ver su rostro con lágrimas e implorando que no la castigara más. Además era una forma de reafirmar que debía soportarlo todo, sin posibilidad de reclamo.
La ubicó en el sillón ginecológico, con las piernas separadas y su concha expuesta. Dos alfileres de gancho atravesaron los labios vaginales, humedeciendo luego con alcohol la vulva. Los gemidos se prolongaron por largo rato.
Castigos similares sufrieron las demás mujeres en los días sucesivos. Azotes en distintas partes de sus cuerpos, golpes de puño en el vientre o las tetas, suspensiones de sus muñecas o tobillos, eran algunos de los castigos que les eran aplicados. Cada día la voluntad de las esclavas estaba más y más degradada. Comenzaban a aceptar su condición casi con naturalidad.
Habían olvidado esos días en los que paseaban por Surville, donde estaban de vacaciones cuando fueron secuestradas. Ahora la rutina era ser cogidas y castigadas, usadas y maltratadas.
Pasó el tiempo y luego de cuatro meses y medio los cuatro socios consideraron que las esclavas habían sido sometidas de manera tal que podía considerárselas esclavas sumisas y dispuestas a obedecer a Venancio. Se comunicaron con quién sería el nuevo dueño para concertar la entrega. Sería al día siguiente por la mañana.
Así luego de haber sido introducidas en sendas jaulas, vistiendo apenas unas bombachas y túnicas, esperaron la llegada de su nuevo dueño.
Ante la pregunta del destino de las esclavas, Venancio les comentó que las haría trabajar en uno de sus campos durante el día y como puta de los demás trabajadores durante la noche.
-Con tanto esfuerzo no podrán brindar los servicios de puta adecuadamente. O las tiene como esclavas laborales o las tiene como esclavas sexuales.-
-No son las primeras que deberán cumplir ambos roles. Estas esclavas son buenas para el trabajo y pueden ofrecer su cuerpo casi sin hacer esfuerzo. Deben dejar que se la cojan. Ellas estarán de espaldas en las camas, con las piernas separadas. Lo demás corre por cuenta del hombre. No se engañe, son buenas putas.-
Les esperaba un tiempo de mucha actividad. Tenían cuerpos bien formados, aunque con algunas marcas de los castigos recibidos, pero la actividad física los mantendría en buen estado y todas eran buenas cogiendo. Venancio no se arrepentiría.
Luego fueron cargadas en la camioneta para ser llevadas a su destino final. Se cerraba así el capítulo de las seis mujeres tomadas en la ciudad de Surville. Solo Venancio conocía qué les esperaba a las esclavas que acababa de comprar ya que además usaría a alguna de ellas como juguete personal, esto es castigándola y cogiéndola..
Quedaba ahora en la casa solamente Melina. Javier, dirigiéndose a ella que estaba en una celda le dijo:
-Hemos vendido a las otras seis esclavas. Ahora los cuatro podremos dedicarnos a ti. No tenemos comprador que pague lo que vales como esclava, por lo que, mientras tanto, usaremos ti cuerpo para gozarlo y probar algunos nuevos castigos que tenemos pensado. Mañana estarás a disposición de Pepe que se ocupará de de ti.-
Melina quedó angustiada por las palabras de Javier. Había observado que Pepe tenía una imaginación muy desarrollada al momento de castigar a las esclavas. Lo había sentido en su propio cuerpo y lo había observada en los cuerpos de las otras mujeres que ya no estaban allí. Ahora que ella era la única que estaba en la casa sería objeto de todo tipo de castigo. Pensó firmemente en escapar, pero ¿cómo hacerlo?
Muy pocas oportunidades tenía para hacerlo. Si no estaba atada o encadenada, estaba encerrada en una celda o jaula. Por otra parte ya había sido amenazada si intentaba fugarse. Esa noche apenas pudo conciliar el sueño.
La mañana siguiente fue despertada Pepe, que le indicó que desayunara. Luego debió aceptar ser cogida por los cuatro socios y finalmente Pepe le indicó que estaría su disposición. La condujo por el jardín de la casa hasta un añoso árbol cuyo tronco tenía embutidas argollas. Melina fue colocada de espaldas al árbol y comenzó a ser amarrada al mismo.
Pocos minutos más tarde una cuerda ajustaba su cintura contra el árbol, mientras otra lo hacía con sus tobillos, una tercera rodeaba su cuello, una cuarta ataba firmemente sus manos detrás del tronco y finalmente otra mantenía sus mandíbulas separadas.
Un sol suave bañaba su cuerpo, que atemperaba la fresca brisa que corría. Suponía que allí no terminaría su sufrimiento por las restricciones. Sin embargo vio a Pepe alejarse hasta perderse entre los árboles. Así permaneció más de una hasta que oyó algunas voces que se acercaban. Eran los cuatro socios, ahora dueños de su cuerpo. Pepe se adelantó para comunicarle que la iba a azotar, especialmente en las tetas y el vientre
Como habían hecho tantas veces para domesticar a las esclavas, tomaron una vara de mimbre verde y se acercaron a la joven.
El primer impacto se lo aplicó el mismo Pepe, directamente sobre las tetas a la altura de los pezones. Melina ya había sido castigada reiteradamente en las tetas pero este azote superaba a todos los anteriores. No pudo contener un prolongado gemido. El segundo impacto dio en la base de las tetas, que si bien golpeó en una parte algo menos sensible que los pezones su fuerza fue mayor.
Pepe cedió la vara a Mariano. Éste le aplicó dos azotes en el vientre, a unos diez centímetros debajo del ombligo. Casi de inmediato aparecieron dos cordones rojos en l zona afectada.
Francisco volvió con el par de azotes en las tetas, Ahora ligeramente por encima de los pezones pero dentro de la areola. Finalmente Javier descargó la vara sobre el pubis. Melina lloraba en silencio. Se sentía impotente frente a esos hombres que abusaban de esa manera de su cuerpo.
Los cuatro se alejaron dejando a Melina atada y dolorida. Regresaron luego de una hora. La desataron y luego de penetrarla los cuatro por la concha, se dirigieron nuevamente a la casa.
Grande fue la sorpresa de los cuatro cuando encontraron una carta en el buzón de la residencia. Mientras Mariano y Francisco conducían a la esclava a su celda, Pepe procedió a la lectura de la misiva. Decía así:
Estimados señores.
"Esta carta la escribe Karina, la mayor de las hermanas (20 años) pero en nombre de mi hermana Katiuska (19 años) y en el mío propio. Actualmente trabajamos como putas en el prostíbulo "Sensaciones" de mi tío Samuel."
"Comenzamos cuando cada una de nosotras cumplió 16 años. Hasta los 18 solamente podíamos coger con muchachos de hasta 20 años, no mayores y podíamos ofrecer nuestras conchas y nuestras bocas pero no nuestros culos. Solamente luego que cumplimos los 18 podíamos recibir clientes mayores, pero solamente hasta 30 años. El tío Samuel era muy cuidadoso de nuestra formación y progreso como putas."
"Él nos enseñó muchas cosas, no solamente posiciones y cómo servir mejor a los clientes sino también cómo cuidarnos a nosotras mismas. Frecuentemente nos lleva a la cama para enseñarnos algo nuevo."
"Cuando recién comenzamos, cogíamos con seis u ocho clientes por semana, pero ahora lo hacemos con más de treinta. Hemos tenido que pelear con el tío Samuel para que nos deje ir de lunes a domingo, ya que quería que descansáramos dos días por semana, martes y miércoles, que son los días de menos clientes, pero mi hermana y yo nos negamos y ahora trabajamos todos los días."
"Ocurre que estamos algo cansadas de trabajar de putas en Sensaciones y quisiéramos ser esclavas de algún amo que nos trate adecuadamente como tales. Se lo planteamos a nuestro tío y nos recomendó que antes de ofrecernos como esclavas debíamos estar adiestradas como tales y nos sugirió que nos pusiéramos en contacto con ustedes, que tenía las mejores referencias."
"Debemos confesarle que algunas veces hemos desobedecido al tío y nos hemos dejado coger por el culo por algún chico joven que nos gustaba ofrecerles nuestros cuerpos y también cuando aun no habíamos cumplido los 18, usaron nuestra conchita algunos mayores de 20."
"Hechas estas aclaraciones quisiéramos saber qué debemos hacer para que ustedes puedan comenzar con nuestra educación como esclavas"
Cordialmente suyas
Katiuska y Karina.
Pepe no dejó de sorprenderse y luego de comentarlo con sus socios, procedió a responder la carta con otra, que decía:
Estimadas putas.
"Mucho nos ha gustado recibir la carta de ustedes. Efectivamente nuestra especialización es convertir mujeres en esclavas a través de un adecuado entrenamiento y adiestramiento de en el comportamiento. Para ellos debe frecuentemente recurrirse a castigos severos para que las esclavas se acostumbren a obedecer sin rebelarse."
"El adiestramiento puede demorar de seis meses a un año, dependiendo del ejemplar a tratar y el costo ronda los ocho mil dólares mensuales para cada una. Si no dispones del dinero suficiente podemos hacerlo a nuestro costo, recuperando la inversión con la venta como esclavas ya sea en remate público, privado o venta directa."
"Antes de aceptarlas como pupilas, debemos tener una entrevista personal para decidir si nos interesa entrenarlas y en caso que se opte por la venta al finalizar el adiestramiento, si es posible recuperar lo invertido teniendo en cuenta la calidad del material a vender."
"Para ello las esperamos el próximo jueves a las 10 horas en nuestro centro de reclutamiento, en el Camino de los Álamos 5100 de esta ciudad. Nos reservamos el derecho de aceptar a ambas, una de ustedes o ninguna si nuestra evaluación así lo indica."
Saludos, Pepe.
En tanto debían decidir qué hacer con Melina. Podía decirse que ya estaba adiestrada y lista para ser vendida pero no se decidían. Tenía buen cuerpo, era dócil, resistía muy bien los castigos y cogía de maravilla. Era una lástima desprenderse de ella.
Luego de deliberaciones, decidieron que sería la ayudante de la casa. Prepararía las comidas para ellos y las futuras esclavas, limpiaría sus habitaciones y las celdas y en general haría todas las tareas de la casa, quedando a disposición de los cuatro integrantes de la sociedad para ser cogida y eventualmente castigada si así lo deseaban. Aguardarían a que se confirmara el ingreso de las hermanitas Katiuska y Karina para comenzar con el nuevo régimen.
El jueves siguiente puntualmente se presentaron en el centro de reclutamiento. Eran dos hermosas jóvenes, maquilladas algo en exceso y vistiendo faltas cortas y camisas ajustadas. Pepe hizo una evaluación rápida: Buenas tetas, culo firme y redondo, piernas bien torneadas y un cuello largo, ideal para calzar un buen collar. Estaba seguro que los cuatro podrían disfrutar a pleno de esos cuerpos.
-Ustedes son las putas Katiuska y Karina de Sensaciones, ¿no es así?-
Karina: Efectivamente, yo le envié la carta y ésta es mi hermana Katiuska.-
-¿Tienen el dinero parea pagar el entrenamiento?
Karina: No, no disponemos de dinero por lo cual deberíamos optar por la financiación de ustedes y que luego tengan su retorno con nuestra venta.
-Ante todo debo ver si la venta de sus cuerpos puede justificar que nosotros las tomemos a nuestro cargo. Muchas veces las putas no sirven para venderlas como esclavas, aun bien entrenadas. Desnúdense completamente.-
Ambas jóvenes comenzaron a quitarse la ropa, que no demoró mucho, dejando sus cuerpos totalmente expuestos. Aunque lo disimulaba, Pepe quedó asombrado. Cuerpos perfectos, tal como había adivinado al recibirlas.
-Abran las piernas para mostrar la concha. No quiero putas con la concha del tamaño de una pelota de fútbol. La vagina debe ser estrecha.-
Al instante ambas separaron sus piernas y adelantaron el pubis para dejar más a la vista sus intimidades. Pepe se acercó y metió sus manos entre las piernas primero de Karina, acariciando el clítoris e introduciendo dos de sus dedos en la vagina y luego repitió la operación con Katiuska.
-¿Están verdaderamente dispuestas a ser adiestradas como esclavas? ¿Ser castigadas cuando sea necesario o por simple placer del amo?-
Katiuska: Sí señor, por eso hemos venido. Sabemos que nuestras faltas serán castigadas con el látigo u otro instrumento, pero eso es lo que queremos. Estamos cansadas de ser simplemente putas que ponen sus conchas en Sensaciones. La casa de putas de mi tío es una de las más prestigiosas, pero es solamente una casa de putas. Nosotras queremos algo más.
-Serán castigadas no solamente ante un a falta, serán castigadas para que aprendan a soportar el dolor y que ese dolor se transforme en placer. Cuando el látigo azota vuestras carnes no solamente debe quedar una marca sobre la piel, sino que también deberá humedecerse sus conchas. Entonces estarán verdaderamente adiestradas como esclavas.-
-Aceptamos ser castigadas por el simple hecho de ser entrenadas adecuadamente.-
-Una consulta. Sus nombres parecen de origen ruso.-
-Sí, nuestra abuela era rusa. Ejerció como puta poco tiempo y luego se casó con un griego-
-Llamaré a los otros socios para que también opinen sobre sus cuerpos. Es una de las pocas veces que putas quieren convertirse en esclavas.-
Se hicieron presentes los tres socios restantes, que palparon y magrearon los cuerpos de las jóvenes que, a pesar de estar acostumbradas a mostrar sus cuerpos desnudos y dejarse tocar, no podían evitar una mezcla de vergüenza con excitación. Finalmente Francisco indicó que debían deliberar entre ellos antes de tomar una decisión. Dejaron a las dos hermanas en el lugar que estaban y pasaron a una sala contigua
-Creo que podremos sacar por ellas un buen dinero. Tienen buenos cuerpos y creo que las adiestraremos en poco tiempo. Creo que el hecho de ser putas facilitará la cosa. Debemos aprovecharnos de estas rusas, opinó Mariano.
-A mí me han impresionado las tetas y el culo de Katiuska. Por supuesto que es muy joven y eso hace que estando desarrollada tenga esas partes firmes, ¡pero qué tetas!- comentó Francisco.
Sin embargo Pepe objetó que la relación de ellas con su tío y la casa de putas. No quería problemas con el dueño de Sensaciones. Entonces decidieron hablar directamente con Samuel. Así lo hicieron mientras las dos jóvenes permanecían en el despacho.
La conversación fue muy amable y Samuel dijo conocer las intenciones de sus sobrinas y que no tenía objeción alguna que fueran adiestradas como esclavas. También comentó que Katiuska era muy buena en la cama ya que él mismo la había probado varias veces y los clientes mismos elogiaban las habilidades y el cuerpo mismo de la puta.
Incluso les indicó que cuando estuvieran dispuestos a venderlas, una vez entrenadas, no dejaran de avisarle, ya que podría ser un posible comprador. Conocía a sus sobrinas y estaba seguro que sería un material rentable, no ya para Sensaciones sino para otras ideas que tenía "in mente". Así las cosas volvieron al lugar en el que se encontraban las hermanas.
-Hemos decidido tomarlas a nuestro cargo para adiestrarlas. Por supuesto perderán todos sus derechos y pertenecerán de manera completa y absoluta a nuestra sociedad, que podrá venderlas, alquilarlas, cederlas o disponer de ustedes de la manera que decidamos, sin posibilidad de reclamos alguno.-
-También aceptarán recibir los castigos que se le impongan sin restricción alguna debiendo obedecer las órdenes de inmediato y con la mayor diligencia.-
Fue entonces cuando Karina tomó la palabra.
-Estamos dispuestas a cumplir enteramente lo que solicitan y agradecemos la bondad que tienen en tomarnos para nuestro adiestramiento. A partir de este momento estamos a disposición de ustedes.-
-Primero deberán ir a la oficina del Notario para firmar la cesión de sus derechos a nuestro favor. Él ya tiene un protocolo que contiene todas las cláusulas necesarias para que a partir de ese momento pasen a nuestra entera propiedad y podamos hacer con ustedes nuestra completa voluntad.-
Fue Katiuska quién respondió.
-Como ustedes ordenen. Díganos dónde debemos ir, firmamos lo que sea y aguardamos las órdenes de ustedes.-
Le indicaron la dirección del Notario y que se presentaran al día siguiente con la concha depilada totalmente (la tenían sólo parcialmente). Ambas dieron su consentimiento y salieron al estudio del Notario a firmar la cesión de derechos sobre sus propias personas.
Los cuatro socios se congratularon y decidieron darle la noticia a Melina, que cambiaría de "status" Fue Pepe quien, a solas, habló con la joven esclava.
-Esclava Melina, a partir de hoy desempeñarás algunas tareas en este Instituto. Mañana se presentarán dos putas que debemos adiestrar como esclavas y tú nos ayudarás. Por las nuevas tareas te dejaremos que uses una bombacha y un correaje que se ajuste a tu cintura y que pase debajo de las tetas.-
-Dormirás en una de las celdas, pero permanecerá abierta y tendrás las llaves de las celdas donde se alojarán las pupilas. De todas maneras será tu obligación satisfacernos a cualquiera de los cuatro y si cometes alguna falta, recibirás el castigo que mereces. Sabes que disfrutamos mucho cuando azotamos tu culito o espalda hasta dejar unas buenas marcas.-
-Muchas gracias Amo y Señor Pepe. Es un honor haber sido elegida para cumplir los planes de ustedes sin dejar de ser una esclava a su servicio. Nuevamente, muchas gracias.-
-Bien para agradecernos esta oportunidad nada mejor que hacernos una mamada a cada uno de nosotros. Puedes comenzar conmigo. Mariano Francisco y Javier están en la sala de penitencias acomodando las cosas para recibir a las dos putas.-
Melina de inmediato se arrodilló y bajando el cierre del pantalón se puso la pija de Pepe en la boca y comenzó a chuparla de manera vehemente y con verdadero profesionalismo.